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SISTEMA MUSCULAR HUMANO: SUS COMPONENTES QUE LO INTEGRAN Y SUS

CARACTERÍSTICAS

Específicamente, el músculo es el tejido más abundante en el cuerpo humano y su función


principal es la de generar movimiento. Por tanto, participa en funciones como: la respiración, la
contracción cardiaca y el tránsito del bolo alimenticio, entre otras (Wang et al., 2012). El músculo
es un órgano fibroso que tiene la capacidad de contraerse. El cuerpo humano está compuesto por
unos 650 músculos distintos y se caracterizan por adaptarse con gran facilidad, Si contamos
además los músculos erectores presentes en cada uno de los pelos del cuerpo, entonces podemos
considerar que existen más de cinco millones de músculos [1].

El cuerpo humano está formado aproximadamente de un 40% de músculo esquelético


estriado y de un 10% de músculo cardíaco y músculo liso. Esto mucho sentido, ya que para la
realización de la mayoría de las actividades diarias que requieren control consiente de nuestra
parte, se utiliza musculo esquelético, claro está que en algunos individuos la abundancia de
musculo esquelético es mayor, todo depende de la actividad física a la que esté sometida el
musculo, o en caso contrario se presenta sarcopenia, que no es más que la pérdida de masa
muscular y puede ser por factores patológico o por envejecimiento.

Pero el musculo no solo nos sirve para el movimiento, sino que también es un centro de
actividades químicas importantísimo, funciona como almacén y como fábrica al mismo tiempo.
Se requiere de varias reacciones químicas para llevar a cabo una simple contracción y otras
tantas para obtener la energía suficiente para realizarla, todo esto como de costumbre nos es ajeno
y pasa en una facción de segundo, pero el objetivo de este ensayo es conocer un poco más a
fondo estas reacciones, el por qué son necesarias y entender que sucede cuando no funcionan
correctamente.

Dicho todo esto, no queda más que dar la bienvenida al maravilloso mundo de los
músculos y para su mejor entendimiento se expondrá de la siguiente manera: miología, orígenes,
inserciones, acciones musculares, función, clasificación y principales músculos del cuerpo
humano.
En conjunto, los músculos del cuerpo controlados por la voluntad componen el sistema
muscular. Casi en su totalidad, los 700 músculos que integran el sistema muscular, entre ellos. La
función de la mayoría de los músculos se centra en la producción de movimientos de las diversas
zonas del cuerpo. Unos pocos músculos funcionan, principalmente, para estabilizar los huesos, de
manera que otros músculos esqueléticos puedan ejecutar un movimiento de manera más eficaz.
El conocimiento operativo de estos aspectos clave de la anatomía de los músculos esqueléticos le
permitirá comprender cómo se produce el movimiento normal. Este conocimiento es crucial para
los profesionales que se desempeñan en los campos relacionados con la salud y la rehabilitación y
que trabajan con pacientes cuyos patrones normales de movimiento y movilidad física han sido
alterados por traumatismo físico, cirugía o parálisis muscular [3].

“El sistema muscular constituye un sistema funcional especializado que se encarga de las
actividades que caracterizan el comportamiento motor del organismo (Alfredo Córdova, 2000)
[2].” Según Henry y Rouviere y André Delma nos dice que los músculos son órganos dotados de
la propiedad de contraerse, por ende, son el conjunto de fibras encargados de permitir y facilitar
los movimientos de diferentes partes del cuerpo. Por otro lado, la Miología es la sección de la
anatomía que trata de los músculos y de sus dependencias, tendones y aponeurósis. Los músculos
son órganos blandos, de color que varía desde el rosa bajo hasta el rojo subido; compuestos de
fibras paralelas o divergentes, susceptibles de contracción, y destinados para los movimientos.

Los músculos esqueléticos que producen movimiento lo hacen ejerciendo fuerza sobre los
tendones que, a su vez, traccionan de los huesos o de otras estructura (p. ej., la piel). En general,
los dos huesos articulares no se mueven de la misma manera en respuesta a la contracción. Un
hueso permanece quieto o cercano a su posición original, debido a que otro músculo lo estabiliza
contrayéndose y traccionándolo en la dirección opuesta o a que su estructura hace que tenga
menos movilidad. Habitualmente, la fijación del tendón de un músculo al hueso estacionario se
denomina origen; la fijación del otro tendón del músculo al hueso móvil se denomina inserción.
Una buena analogía es el resorte de una puerta. En este ejemplo, la parte del resorte fijada al
marco es el origen; la parte fijada a la puerta representa la inserción.
Mediante la contracción sostenida –o la contracción y relajación alternantes– el tejido
muscular cumple cuatro funciones clave: producir movimientos corporales (caminar, correr,
sujetar un lápiz), estabilizar la posición del cuerpo (por ejemplo, las contracciones sostenidas de
los músculos de la nuca mantienen la cabeza en posición vertical cuando usted escucha
atentamente su clase de anatomía y fisiología), almacenar y movilizar sustancias dentro del
cuerpo (por ejemplo bilis y enzimas, a través del tubo digestivo, empujan los gametos a través de
las vías de los aparatos reproductores e impulsan la orina por el aparato urinario) y generar calor.

Ahora, la nomenclatura de los músculos ha sufrido tales modificaciones que casi se le


pueden designar tres épocas. La primera cuando se distinguían por los nombres numéricos en
cada región del cuerpo. La segunda época comenzó en 1555 con Silvio, quien dió a los músculos
los nombres que todavía conservan y que constituyen la nomenclatura vulgar. Estos nombres han
sido sacados de diversas consideraciones, a saber:
1. De la situación; músculos pectorales, subclavio, etc.
2. De la dirección; músculos oblicuos, transversos, rectos.
3. De la figura; músculos deltoides, piramidal, romboides, trapecio, cuadrados, redondos,
triangulares.
4. De la división en muchas porciones; músculos bíceps, tríceps.
5. Del modo de acción; músculos extensores, flexores, aductores, elevado res, etc.
6. De la estructura; músculos digástrico, semitendinoso, semimembranoso, complexos.
7. De las inserciones; músculo coraco-braquial, esterno-hioideo, etc. [4].

La tercera época empieza por Chaussier, el cual publicó en 1789 la Esposicion sumaria de
los músculos, según la clasificación y la nomenclatura metódicas adoptadas en los cursos de
anatomía de Dijon. En esta obra la nomenclatura anatómica está basada en un principio fijo,
entrando en cada nombre la indicación del origen y de la terminación. Algunos años después
(1797) publicó Domas el Sistema metódico de nomenclatura y de clasificación de los músculos
del cuerpo humano; pero los nombres dados a algunos de estos órganos por dicho autor son tan
largos y complicados, que ha impedido a los autores el adoptar esta nomenclatura [4].
Dedicaré una atención especial a los tres tipos de tejido muscular: esquelético, cardíaco y
liso. Aunque los diferentes tipos de tejido muscular comparten algunas propiedades, difieren
entre sí en su anatomía microscópica, localización y control por parte del sistema nervioso y del
sistema endocrino. El tejido muscular esquelético se denomina así porque la mayoría de los
músculos esqueléticos mueven los huesos del esqueleto (unos pocos músculos esqueléticos se
insertan en la piel o en otros músculos esqueléticos y los mueven). El tejido muscular esquelético
es estriado: cuando es examinado con un microscopio, se observan bandas proteicas claras y
oscuras alternantes –estriaciones–. El tejido muscular esquelético trabaja, principalmente, en
forma voluntaria. Su actividad puede ser controlada conscientemente por neuronas (células
nerviosas) que forman parte de la división somática (voluntaria) del sistema nervioso).

Otro aspecto importante a recalcar es la clasificación de los tipos de músculos del cuerpo
según su posibilidad de movimiento los cuales son vectores de fuerza que nos permiten realizar
múltiples acciones en diferentes planos y ejes. Esto, con la finalidad clara de permitirnos generar
o crear movimiento.
Flexor: Reduce el ángulo articular.
Extensor: Aumenta el ángulo articular.
Abductor: Aleja el hueso de la línea media.
Aductor: Acerca el hueso a la línea media.
Elevador: Levanta o eleva una parte del cuerpo.
Depresor: Baja o deprime una parte del cuerpo.
Supinador: Rota la palma en sentido anterior.
Pronador: Rota la palma en sentido posterior.
Esfínter: Disminuye el tamaño de un orificio.
Tensor: Torna rígida una parte del cuerpo.
Rotador: Rota un hueso alrededor de su eje longitudinal.

Siguiendo una secuencia de los principales músculos del cuerpo, se expone a continuación
los músculos que conforman al ser humano de manera cefalo-caudal.
“Músculos de la cabeza”
Músculos mímicos: Frontal: levanta las cejas y arruga la frente. Risorio: tiran de la
comisura bucal lateralmente. Orbicular de los párpados: cierran los ojos. Orbicular de los labios:
cierran la boca.
Músculos masticadores: Masetero: cierran la boca y aprietan los dientes. Temporal: cierran
la boca, aprietan los dientes y retraen el maxilar inferior.

“Músculos del cuello”


Esternocleidomastoideo: rotación y flexión de la cabeza.
“Músculos del tronco”
Cara anterior: Pectoral mayor: flexión del brazo. Serratos anteriores o mayores: desplazan
los hombros hacia adelante. Intercostales: situados entre las costillas. Diafragma: separa las
cavidades torácica y abdominal. Recto mayor del abdomen: flexión del tronco y compresión del
contenido abdominal. Oblicuo externo o mayor del abdomen: flexión del tronco y compresión del
contenido abdominal.
Cara posterior: Trapecio: intervienen en la aducción y abducción del brazo. Dorsal ancho:
extensión del brazo. Redondo mayor: extensión, aducción y rotación interna del brazo. Redondo
menor: aducción y rotación del brazo hacia fuera.

“Músculos de las extremidades superiores”


Hombro: Deltoides: abducción del brazo. Participa también en la flexión y extensión del
brazo.
Brazo: Bíceps braquial: flexión y supinación del antebrazo. Flexión del brazo. Braquial
anterior: flexión del antebrazo. Tríceps braquial: extensión del antebrazo.
Antebrazo: Pronador: pronación del antebrazo y la mano. Supinador: supinación del
antebrazo y la mano. Cubital anterior: flexión de la mano. Palmar: flexión de la mano sobre el
antebrazo. Flexores y extensores de los dedos: flexión y extensión de los dedos.
Mano: Músculos cortos de la mano: mueven los dedos.
“Músculos de las extremidades inferiores”
Muslo y nalgas: glúteo mayor, glúteo menor, Iliopsoas, pectíneo, sartorio, recto interno,
aductor mayor, aductor mediano, cuadríceps femoral, bíceps femoral, semitendinoso,
semimembranoso.
Pierna: tibial anterior, soleo, gemelos, peroneo lateral largo, flexores y extensores de los
dedos del pie y músculos cortos del pie [3].

En conclusión, los músculos son los órganos encargados de los movimientos del cuerpo,
que se produce cuando un estímulo provoca la contracción de estos tejidos. Esta movilidad se
ocasiona no sólo en el esqueleto, al que se unen directamente o a través de los tendones, sino
también en órganos como el corazón, el tubo digestivo o el diafragma. El número de músculos de
los hombres rebasa los 600, lo que supone la mitad de la masa corporal. Haciendo ejercicio físico
favorecemos su desarrollo y podemos sufrir fatiga muscular si se produce un aporte insuficiente
de oxígeno.

Respaldando lo mencionado con anterioridad,  el cuerpo humano está dotado de un sistema
muscular que garantiza el movimiento, estabilidad, protección, sostén y que funciona en estrecha
relación con el esqueleto. Los principales tipos de músculos del cuerpo son: músculo esquelético,
músculo cardiaco y músculo liso. Una adecuada profilaxis de los músculos ayuda a mantener la
salud y mejora la calidad de vida, lo cual requiere de la práctica sistemática de ejercicios físicos,
así evitas la fatiga muscular y la atrofia de los músculos, lo que favorece la elasticidad y
flexibilidad de tu cuerpo.

El llevar una alimentación correcta y hacer ejercicio nos ayuda a mantener una masa
muscular funcional y duradera, pues está comprobado que las personas de edad avanzada que se
ejercitan tienen más movilidad y control de sus extremidades. En esta época tan ajetreada, donde
todos se preocupan por mil cosas menos su salud es necesario prestar atención a cosas tan simple
como esta, 15 minutos de ejercicio diarios pueden ayudar a mantener nuestros músculos sanos y a
mantener a raya algunos kilitos de más, puede ser desde subir las escaleras de la oficina o
caminar una estación más del metro o autobús. Todo sea por estar sano.
Referencias bibliográficas

[1]. Baynes J. y Dominiczak M. Bioquímica médica, Elsevier Mosby, 3a ed., España. 2012.

[2]. Quiroz Gutierrez. Miología. Cap 16. En Anatomía Humana vol 1 aparato tegumentario,
osteología, artrología y miología. 37ª ed. Porrua, México 2000.

[3]. Gerard J. Tortora, Bryan Derrickson. Principios de anatomía y fisiología. 13ª edición.
Editorial médica Panamericana, S.A de C.V, México 2006.

[4]. Dr. Carlos de Silóniz y Ortiz. Tratado de miología. Imprenta del diario de Barcelona. 1869.

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