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AL VINO

Siempre te dispersas en terrón de noche,


sábana de alcohol sobre la dulce cara
que lame y llora sus amores para
el blanco corazón de tinto reproche.

Perros. Luz. Luna. Todo cabe en un vaso.


Vuelco desde el corazón a la garganta
Ese nombre que tristemente me canta
Los recuerdos que me brotan al ocaso.

Ocho patas me sostienen cuando acabo


la copa, y cuelgo de esta telaraña
dormido sin temor y sin menoscabo.

Roble añejo. Cíclico cuerpo enlutado


que duerme los dolores cada mañana
del amor que se ha bebido y esfumado.

N. M. Arenas
25/06/09

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