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ELOGIO DEL COPIAR

Autor: Claudio Magris

(afirmando valores como el compromiso y la lealtad) a una difusa superficialidad,


ignorancia, falta de intereses e incapacidad de sacrificio y disciplina. Sin embargo
no sé si las formas en que ese loable espíritu se ha expresado son  precisamente
las más adecuadas. En primer lugar copiar (y más aún dejar copiar) es un deber,
una expresión de esa lealtad y esa fraterna solidaridad con quienes comparten
nuestro destino (poco importa si durante una hora o durante toda una vida) que
constituyen un fundamento de la ética.

Pasarle una chuleta a un compañero en apuros enseña a ser amigos de quien


está a nuestro lado y a ayudarle aun a costa de riesgos, tal vez incluso cuando,
más tarde, esos riesgos, en situaciones peligrosas o hasta dramáticas, puedan
llegar a ser más graves que una nota en el expediente. Quien, sabiendo un poco
más de latín o de informática de lo que sabe su compañero de pupitre, no intenta
soplarle lo que pueda será probablemente para siempre un pequeño canalla (el
término apropiado sería en realidad otro, más expresivo e indecoroso) y a lo mejor
se convence de que aquella nota más alta en el expediente, casual y precario
como todo expediente, es algo del otro mundo: es decir, se convertirá en un
imbécil. Si a los alumnos les corresponde copiar, a los profesores por supuesto les
corresponde impedirlo, y el  juego va bien si cada uno hace lo que le toca sin
tachar al copión de criminal ni reivindicar el copiar como un derecho contra la
represión escolar. Las cosas se estropean en cambio cuando todos quieren hacer
de todo y la escuela, o la existencia en general, se convierte en un comité
universal permanente, en el que el personal docente exhorta a los alumnos a
manifestar su creatividad negándose a estudiar y los alumnos se ponen en el lugar
de los profesores para renovar pedagógicamente la escuela, en vez de hacer
novillos de cuando en cuando.
Eso ya no tiene nada de divertido, de la misma forma que no tendría nada de
divertido jugar al tute si cada jugador, en lugar de aspirar a cantar las veinte en
copas, las cuarenta y llevarse el monte, tratase de dejar ganar a los demás para
evitarles frustraciones. Y si no hay diversión, se aprende poco, porque las cosas
que hay que aprenderse - las seductoras cosas del mundo, los árboles, los países
lejanos, la historia que nos ha hecho como somos, la materia de la que estamos
compuestos, las preguntas acerca de adonde vamos y de dónde venimos, las palabras
que describen las pasiones, los mecanismos que hacen circular los bienes, ir al
espacio o comunicar en tiempo real con los antípodas - se transforman en
pesados deberes a los que atenerse u oponerse, y en cualquier caso de los que
desembarazarse cuanto antes. Predicar es inútil, importa poco si a favor o en
contra de los valores: éstos sólo pueden mostrarse, sin dar la impresión y ni
siquiera tener la intención explícita de inculcarlos. Tal vez sólo de esa manera una
persona puede empaparse de ellos plenamente, hasta el punto de convertírsele en
sustancia vivida, del mismo modo que se aprende a amar el mar no porque nos
hayan exhortado a ello, sino porque una vez alguien nos llevó a la playa en una
determinada hora y con una determinada luz. A lo mejor sucede lo mismo con la
lealtad, con la justicia o la fraternidad con respecto a todos los hombres sin
distinciones de raza ni de cultura, valores y sentimientos estos que hacemos
nuestros casi sin percatarnos de ello, porque alguien, de alguna forma, nos ha
hecho comprender y sentir que la vida, sin ellos, es un estercolero.

En la escuela se tendría también y sobre todo que jugar y reír, de uno mismo y
también de los demás, no menos cómicos y zarrapastrosos; reírse juntos, cada
vez que se presenta la ocasión, es un patrimonio inestimable, que ayuda a
soportar una vida con tanta frecuencia invivible e intolerable, agobiada no sólo por
209 el sufrimiento y la injusticia, a la postre siempre victoriosas, sino asimismo por
la obtusa seriedad, que contribuye también al déficit de lo Creado. De buenos
estudiantes prestos a copiar y dejar copiar cabe por consiguiente esperar que
salgan buenas  personas desilusionadas y generosamente solidarias. Claro, copiar
también tiene sus riesgos, como ocurrió cuando toda nuestra clase, ante un arduo
fragmento de Tucídides que teníamos que traducir y que era superior a nuestras
inteligencias, lo copió de una traducción italiana que circulaba a escondidas, pero
equivocándonos coralmente de fragmento y copiando uno que no tenía nada que
ver en absoluto con el que nos habían asignado. Pero no se trata de desanimarse
por semejantes gajes del oficio, inevitables en una sana comunidad escolar. 1997

CUESTIONARIO

1.- ¿Cuál es la tesis moral que el autor defiende a lo largo del texto?
a) Nunca se debe copiar o dejar copiar a un compañero.
b) Hay que tratar de esquivar los deberes a toda costa.
c) Copiar y dejar copiar exaltan valores que forman mejores personas.
d) Copiar y dejar copiar son dos expresiones de una misma realidad.

2.- {Copiar y dejar copiar es un deber} funciona en el texto como:


a) Norma moral
b) Juicio moral
c) Acto moral
d) Dilema moral

3.- {Quien, sabiendo un poco más de latín o de informática que lo que sabe su
compañero de pupitre, no intenta soplarle lo que pueda será probablemente para
siempre un pequeño canalla…} funciona como:
a) Norma moral
b) Juicio moral
c) Acto moral
d) Dilema moral
4.- Uno de los valores que se exalta cuando se hace un compromiso con la norma
moral {No se debe copiar} es:
a) El amor a la escuela
b) Importancia del aprendizaje individual
c) La amistad y la solidaridad
d) Es malo copiar

5.-Un juicio moral que se desprende de la norma {No se debe engañar al otro} es:
a) Es malo copiar.
b) El que deja copiar al otro es un buen compañero.
c) La ignorancia es un mal para la humanidad.
d) El que se deja engañar debe ser castigado.

6.- ¿De cuál de las siguientes normas o principios morales se desprende el juicio
{Es justo que otros hagan tus tareas}?
a) El fin justifica los medios.
b) Toma al hombre como un fin y nunca como un medio.
c) Actúa siempre como si tu acción se erigiera en una máxima universal.
d) Haz el mal sin mirar a cual.

7.- ¿De manera más detallada, ¿cuál de los siguientes se acerca más a la postura
del texto?
a) Si bien no es bueno en sí copiar, en el salón de clases esta acción fomenta
valores importantes para el crecimiento moral individual de una persona con
respecto a los demás.
b) Copiar es bueno en sí y acciones análogas se deben practicar en todos los
ámbitos de la vida independientemente del contexto porque nos hace mejores
personas.
c) Siempre es bueno esquivar deberes porque esto nos convierte en personas
más astutas y preparadas para las trampas que posteriormente seguro nos traerá
la vida.
d) Debemos medir la utilidad de las consecuencias de nuestros actos y si copiar
nos lleva a hacer amigos esa consecuencia a la larga siempre es mejor que una
baja calificación en la boleta.

8.- ¿Cuál de los siguientes elementos consideras que utiliza preferentemente


Magris para realizar su análisis?
a) Los medios.
b) Las intenciones y las finalidades.
c) La utilidad de las consecuencias.
d) Las causas y los efectos.

9.- ¿Cuál de los siguientes no es un acto moral?


a) Copiar en un examen.
b) Pasarle un acordeón a un compañero durante su examen.
c) Levantar el examen para que el compañero de atrás vea las respuestas.
d) Escribir una respuesta del examen.

10.- El valor moral que se enfatiza al dejar copiar a un compañero según Magris
es:
a) La valentía
b) La solidaridad.
c) La libertad.
d) La humanidad.

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