Se considera una categoría especial en el sentido de una cualidad que es percibida como placer
apacible. Las distintas connotaciones que hacen posible el diálogo entre el diseño y las obras públicas tienen
tres referentes categóricos muy evidentes: lo bello, lo estético y lo artístico. A pesar de esto, la idea clásica de
belleza cada vez es más funcional, a diferencia de antes que la belleza se buscaba de un modo mucho más
simbólico, generando un desequilibrio entre la idea infinita y la forma sensible.