HOJA PARROQUIAL- FIELES DIFUNTOS
Hermanos y hermanas: nos hemos reunido hoy para celebrar la
Eucaristia en este dia que dedicamos a recordar a nuestros
hermanos que han muerto. Hoy recordamos de un modo
especial a nuestros familiares y amigos difuntos, pero también a
todos los demés difuntos que quizé nadie conoce ni recuerda.
Hoy pediremos por ellos, para que Dios los tenga en su Reino. Y
«al mismo tiempo afirmaremos nuestra fe y nuestra esperanza en a
vide etema que Dios ofrece a sus hijos. En la Eucaristia, Jesis
muerto y resucitado se hace presente entre nosotros, y nos
hace participar ya ahora de su vida plena.
ORACION: Oremos ‘Oh Dios, que resucitaste a
tu Hijo para que, venciendo la muerte, entrara
en tu reino, concede a tus siervos difuntos que,
superada su condicién mortal, puedan
contemplarte para siempre como su Creador y
Salvador. Por NSJC.
Primera lectura
En el bautismo morimos con Cristo. Pablo nos invita a
reafirmar nuestra fe. Estamos llamados por Cristo a
emprender una vida nueva, la vida de resucitados. La
muerte del cristiano es la culminacién de un pro—ceso
comenzado en el bautismo.
Romanos Hermanos: Es que no sabéis que cuantos
fuimos bautizados en Cristo Jestis fuimos
bautizados en su muerte? Por el bautismo fuimos |
sepultados con él en la muerte, para que, lo mismo
que Cristo resucité de entre los muertos por la gloria
del Padre, asi también nosotros andemos en una
vida nueva. Pues si hemos sido incorporados a é! en
una muerte como la suya, lo seremos también en una
resurreccién como la suya; sabiendo que nuestro
hombre viejo fue crucificado con Cristo, para que
fuera destruido el cuerpo de pecado, y, de este
modo, nosotros dejéramos de servir al pecado;
porque quien muere ha quedado libre del pecado. Si
hemos muerto con Cristo, creemos que también
viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez
resucitado de entre los muertos, ya no muere més; la
muerte ya no tiene dominio sobre él.
Salmo responsorial
Desde lo hondo a ti grito, Sefior.
A nuestros hermanos
difuntos y a cuantos murieron
en tu amistad recibelos en tu
reino, donde esperamos gozar
todos juntos de la plenitud
eterna de tu gloria, ‘
VOLVERE Y OS LLEVARE CONMIGO
Evangelio. Jesiis es el camino hacia la
r casa del
uestra meta. Pero es camino para el camino,
para recorrerlo como una verdadera familia unida en
el amor.
JUAN 14,1-12
En aquel tiempo, dijo Jesis a sus discipulos: «No se
turbe vuestro corazén, creed en Dios y creed también
en mi. En la casa de mi Padre hay muchas moradas;
sino, 08 lo habria dicho, porque me voy a prepararos
un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré
00s llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis
también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el
camino». Tomas le dice: «Sefior, no sabemos adonde
vas, — ucémo podemos saber el camino?». Jestis le
responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida.
Nadie va al Padre sino por mis.
ACUERDATE DE JESUCRISTO
Acuérdate de Jesucristo, resucitado
de entre los muertos. El es nuestra
salvacién, nuestra gloria para
siempre.
Si con él morimos, viviremos con él.
Si con él sufrimos, reinaremos con él.
En él nuestras penas, en él nuestro gozo
En él la esperanza, en él nuestro amor
En él toda gracia, en él nuestra paz
En él nuestra gloria, en él la salvacion.
Espero la resurreccién de los muertos y la vida del mundo futuro.“DICHOSOS LOS QUE MUEREN EN EL SENOR”
Hoy recordamos, volvemos a pasar por el corazén, a nuestros sere
eridos que ya murieron: Pero los ere- yentes vamos mat olla cet
coauerdo: Y aunque la fe no elimina las lagrimas humanse’ eecgit
coporcidos de que el dolor de la ausencia no podré arrincone as
due aoaa de que estén viviendo en plenitud junto @ Dios. ¥ es exe Le
a ieuaes mantiene en vilo hasta que llegue el gozoso dia del ne
much gee ger yientas tanto, los recordaremos agradecidos por io
mucho que de ellos recibimos y’ por la impronta que nos dejaron, pues
ellos; y esa memoria nos
el mejor homenaje aye pademos darles.
a «comunion de los Santos», en la que creemos, nos
aporta el consuelo de.seguir i
queridos nos ésperan en esa
encaminamos,
Siempre es hora de la gracia
Siempre es hora de la gracia,
i fl
idespierte el alma dormida! Estéte, Sefior, conmigo
siempre, sin jamas Partirte,
y Cuando decidas irte,
llévame, Sefior, contigo;
Porque el pensar que te irds
me causa un terrible miedo
Peldafios de eternidad de si yo sin ti me quedo,
Te offece el tiempo en su huida, ge si td sin mi te vas.
si, ascendiendo paso a paso,
leno mis manos vacias,
Los cangilones del suefio
van hurtando el agua viva
en la noria de las horas,
de las noches y los dias.
Uévame, en tu compaiiia
donde tu vayas, Jestis,
Porque bien sé que eres tu
la vida del alma mia;
si td vida no me das
|yo sé que vivir no Puedo,
ni si yo sin ti me quedo,
ni si td sin mi te vas.
Sélo el tiempo se redime,
quitandole su malicia,
Como una sombra se esfuma
del hombre vano los dias,
Pero uno solo ante Dios
Cuenta mil afios de espigas,
“Tus afios no. moriran",
leo en la Sagrada Biblia:
lo bueno y noble perdura
eternizado en la dicha,
Por eso, mas que a la muerte
temo, Sefior, tu partida,
Y quiero perder la vida
mil veces mas que perderte;
Pues la inmortal que tu das,
sé que alcanzarla no Puedo,
Cuando yo sin ti me quedo,
Sembraré, mientras es tiempo,
aunque me cueste fatigas,
Al Padre, al Hijo, al Espiritu
alabe toda mi vida:
El rosario de las horas,
de las noches y los dias, Améne
LAVIDA ES PARA BUSCAR A 10s,
LA MUERTE PARA ENCONTRARLE,
LAETERNIDAD PARA POSEERLE
leer, releer, orar y difundir
Cuando tu sin mi te vas, Amén
t
ESTATE, SENOR, CONMIGO. GULAME
Gutame amable Luz, entre las
tinieblas que me rodean,
igufame!
La noche es oscura, y estoy lejos
de casa, iguiame!
Cuida mis pasos; no pido ver la
escena distante; ‘un paso es
suficiente para mi.
No fui siempre ast, ni pedt
que me guiaras; amaba
elegir y ver mi camino; pero
ahora iguiame!
Amaba el dia brillante, y, a
esar de los miedos, el orgullo
regia mi voluntad. iNo
recuerdes los afios pasados!
Tu poder me bendijo tanto
tiempo, ciertamente seguiré
guiéndome.
Entre paramos y pantanos,
entre precipicios y
correntadas, hasta que se vaya
la nocke, y con el alba
sonreirén los rostros de
los dngeles, los que yo amé
hace mucho tiempo,
~’ San Juan Henry Newman
A NUESTROS HERMANOS DIFUNTOS Y A CUANTOS
VIVIERON EN TU AMISTAD, RECIBELOS EN TU REINO,
DONDE ESPERAMOS GOZAR TODOS JUNTOS DE LA
PLENITUD ETYERNA DE TU GLORIA