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DIAPO 1

las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de Justicia de Menores (En
adelante Reglas de Beijing),

las Reglas de las Naciones Unidas sobre las medidas no privativas de libertad (En adelante
Reglas de Tokio)

las Reglas para la protección de menores privados de libertad (En adelante Reglas de la
Habana)

las Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil (En
adelante Directrices de RIAD)

la Convención Americana de los Derechos Humanos (En adelante CADH)

Demás instrumentos internacionales sobre derechos humanos de alcance general, que forman
parte de un conjunto de normas vinculadas a la protección de los derechos de los niños, niñas
y adolescentes que deben ser considerados al momento de implementar políticas púBLICAS

DIAPO 2
Para el caso del tratamiento de adolescentes en conflicto con la ley penal, la Convención
regula en sus artículos 37 y 40 la respuesta que los Estados Partes deben dar ante las
infracciones penales cometidas por adolescentes.

ART. 37 .- Bajo esa premisa, en caso que el menor sea privado de su libertad, el Estado debe
procurar que tenga un rápido acceso a la asistencia legal y el derecho a recurrir la decisión que
lo llevó a la privación de su libertad, con la garantía de que el órgano que decida el recurso sea
independiente e imparcial y tome la decisión con prontitud. De esa manera se busca asegurar
el cumplimiento del principio del debido proceso que debe amparar todo procedimiento en el
que se encuentre inmerso un menor de edad, teniendo en cuenta el cuidado especial que el
mismo requiere.

ART. 40.- a lo largo de todo el proceso los adolescentes deberán gozar de las mismas garantías
procesales y sustantivas que amparan un proceso penal ordinario (aportar pruebas, contestar
las acusaciones, etc.); el juzgador deberá tener en cuenta la especial condición del menor, y
añadir otras garantías y derechos que no rigen para los adultos.

**** Ambos artículos establecen reglas claras para garantizar un trato respetuoso de los
derechos humanos. Esta regulación refleja un consenso internacional sobre la materia y
establece un piso mínimo que los Estados pueden aumentar, pero no deberían disminuir, si
quieren mantenerse dentro del ámbito del cumplimiento de la Convención

DIAPO 3
Como ya vimos anteriormente, a nivel internacional se han establecido lineamientos
dirigidos al tratamiento de menores infractores de la ley penal. En el sistema peruano, esos
lineamientos internacionales han sido recogidos y reconocidos en la Constitución Política del
Perú, en el Código de Niños y Adolescentes y en el Código de Responsabilidad Penal del
Adolescente, siendo estos la normativa principal en el país en el tema que estamos tratando.
1.- La Carga Magna ha regulado en su artículo 1 que la defensa de la persona humana y el
respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado. En ese mismo sentido,
ha establecido en su artículo 4 que la comunidad y el Estado protegen, especialmente, al niño
y al adolescente.

Asimismo, el artículo 44 reconoce a nuestra nación como un Estado social y democrático de


Derecho. El Perú, como tal, tiene el deber de ofrecer y adaptar ciertas garantías para la
protección de los derechos fundamentales, sobre todo cuando nos enfrentamos ante la
problemática que significa tomar medidas respecto al sistema criminal y más aún cuando nos
referimos a la incidencia criminal con participación de menores de edad.

DIAPO 4:
En el Perú el sistema de administración de justicia para menores de edad y, en especial, para
adolescentes, ha sido susceptible de un proceso de cambios de paradigmas, como ha sucedido
en gran parte de los sistemas jurídicos juveniles de América Latina. Cada uno de estos
paradigmas ha conllevado la supremacía de un modelo de justicia y determinadas prácticas de
justicia penal juvenil en específico.

INTERES SUPERIOR: Cabe hacer hincapié en este principio, ya que constituye uno de los
aportes más importantes de la Convención sobre los Derechos del Niño y es uno de los pilares
básicos de la doctrina de la protección integral.

Concluyendo de esta manera que es una garantía, ya que toda decisión que concierne a los
mismos, debe considerar primordialmente sus derechos. La protección y promoción del interés
superior del niño, no sólo le concierne al Estado – ente garante que debe tomar las medidas
necesarias para que los derechos de los niños, niñas y adolescentes se plasmen en la realidad,
a fin de que logren el mayor desenvolvimiento de sus potencialidades –; sino que dicho
derecho alcanza a la familia y la sociedad.

EXCEPCIONALIDAD.- Es por ello que, el uso de la privación de la libertad debe ser utilizada
como un último recurso y por el menor tiempo posible; lo cual implica que los operadores de
justicia deben optar por medidas socioeducativas alternativas a la privación de la libertad que
tengan carácter socioeducativo y como fin la reintegración social del menor.

DIAPO PROBLEMAS:

El Consejo Nacional de Política Criminal ha realizado un estudio respecto este


acápite en nuestra investigación, señalando como principales problemas a nivel de
Administración de justicia los siguiente
DIAPO CASUISTICA:
La Fundación ONG Terre des Hommes en conjunto con el Ministerio Público, en uno de
sus informes publicaron las experiencias que habían tenido en este programa, nosotros
queremos destacar el siguiente caso, en el cual se enfatiza lo importante que es la
utilización del diálogo en la justicia juvenil restaurativa:-------------
Por ello, el encuentro y el diálogo entre el ofensor y la víctima, en un contexto de
respeto y protección, permite el conocimiento mutuo, amplía sus perspectivas, genera
empatía y destiende el conflicto favoreciendo la construcción de una solución
reparadora.

 Concluimos que los obstáculos para la amplia implementación de las


medidas alternativas a la privación de la libertad se encuentran: la falta
de programas comunitarios para que los niños cumplan la medida
alternativa, en particular en las áreas rurales; la falta de financiamiento
adecuado para los programas que implementen medidas alternativas; la
falta de coordinación entre las autoridades responsables de los niños en
conflicto con la ley; y los limitados mecanismos para supervisar el
cumplimiento de estas medidas.

 El desafío en aplicar adecuadamente este tipo de medidas restaurativas es


dotar de personal capacitado tanto a fiscales como a jueces a fin de que
puedan ejecutar de la mejor manera este tipo de herramientas.

 Se deben fomentar políticas públicas que logren la consolidación de la


familia como centro de formación de los niños, niñas y adolescentes, ya
que, no debemos perder de vista que la familia es el primer escenario en
el que los menores se forman y van adquiriendo valores, costumbres.
Así, desde el Código de Niños y Adolescentes las reformas en materia de justicia penal juvenil,
sin otro aspecto trascendente que destacar, han consistido fundamentalmente en el
incremento de las medidas socioeducativas, especialmente en el caso de internamiento el cual
comenzó con 3 años como máximo, incrementándose a 6 años en el año 2007, mediante el
Decreto Legislativo N° 990, luego a 10 años mediante el Decreto Legislativo N° 1204 y ahora el
mismo se mantiene con la promulgación del Código de Responsabilidad Penal del Adolescente.

¿Cuenta nuestro sistema jurídico con un sistema penal juvenil adecuado para rehabilitar a
menores infractores? ¿La promulgación del Nuevo Código de Responsabilidad Penal de
Adolescentes mejora nuestro sistema penal juvenil? Y si es así, ¿En qué sentido lo hace? o ¿En
qué aspectos podría mejorar?

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