Producto CONSTRUYE SU IDENTIDAD COMO PERSONA HUMANA, AMADA POR DIOS, DIGNA, LIBRE Y TRASCENDENTE Grado-Sección TERCERO “A” Y “B” Estudiante
CLARISAS EN EL PERÚ Y EL MUNDO
LA SEGUNDA ORDEN: Tiene las sub ramas:
Hermanas pobres de santa Clara (O.S.C.). Clarisas capuchinas (O.S.C.Cap.). Clarisas descalzas (O.S.Cl.Col.). Hermanas franciscanas de la Inmaculada y clarisas adoradoras (O.C.P.A.) Se puede decir que la segunda orden fue fundada en 1212. En ese año fue establecida por San Francisco de Asís en la iglesia de San Damián cerca de Asís, con unas pías doncellas entre las que destacaba Santa Clara de Asís quien además de ser la primera integrante, colaboró decisivamente en el movimiento franciscano. Ella había suplicado a San Francisco que le permitiera abrazar la nueva forma de vida que él había instituido. Es erróneo suponer que San Francisco alguna vez escribió una regla formal para estas Hermanas Pobres y no hay mención de un documento tal en cualquiera de las antiguas autoridades. La regla fue impuesta sobre las Hermanas Pobres en San Damián alrededor de 1219 por el Cardenal Ugolino, después Gregorio IX, reafirmado por Santa Clara hacia el fin de su vida, siendo Clara la primera mujer en escribir una regla, con asistencia del Cardenal Rinaldo, después Alejandro IV, y en esta forma revisada, fue aprobada la regla por Inocencio V, el 9 de agosto de 1253. Santa Clara presenta una forma independiente y un pensamiento revolucionario que es pilar en el feminismo cristiano, fue la primera mujer que escribió una regla para una comunidad. La Orden de las hermanas pobres de Santa Clara (también conocida por Hermanas Clarisas pobres, Clarisas descalzas o Clarisas) es uno de los institutos religiosos que forman la Segunda orden de San Francisco. Fundada por San Francisco de Asís y Santa Clara de Asís, sus inicios se encuentran en la ermita de San Damián donde vivió Santa Clara de Asís y sus hermanas. Su vida estaba dedicada a la oración, el trabajo manual y la asistencia a los pobres. Con el tiempo los monasterios se fueron acomodando hasta quedar sin vigencia el privilegio de la pobreza. Después de la muerte de Santa Clara, todos los monasterios pidieron que se les diera una regla más suave y de acuerdo a su realidad; de tal manera que el Papa Urbano IV les redactó una nueva regla y nacieron las Clarisas Urbanitas. Esta regla fue general para todas las clarisas. En la actualidad muchos monasterios han regresado a la profesión de la regla de Santa Clara. Hay unas 20.000 hermanas en todo el mundo. Los monasterios se han agrupado en federaciones.