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Tutela 1ª instancia 49.

806
JAVIER FRANCISCO ABRIL CHAPARRO

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN PENAL
-SALA DE DECISIÓN DE TUTELAS Nº 1-

MAGISTRADO PONENTE
AUGUSTO J. IBÁÑEZ GUZMÁN
APROBADO ACTA Nº. 268

Bogotá, D.C., veinticinco (25) de agosto de dos mil diez (2010).

ASUNTO

Se resuelve la acción de tutela que, por conducto de apoderado


judicial, interpuso Javier Francisco Abril Chaparro contra la
Sala Penal del Tribunal Superior del distrito judicial de San Gil,
por la presunta vulneración de sus derechos al debido proceso y
defensa.

A la actuación fueron vinculados los juzgados 1º y 2º Promiscuos


Municipales, la Fiscalía 3ª Local, ambos de San Gil, y Leonardo
Alfonso Torres León. Se solicitó colaboración al Juzgado de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de esa ciudad donde
reposa la carpeta con las actuaciones surtidas dentro del proceso
penal cuestionado.
Tutela 1ª instancia 49.806
JAVIER FRANCISCO ABRIL CHAPARRO

ANTECEDENTES

1. Hechos relevantes

Por hechos ocurridos el 16 de abril de 2008, la Fiscalía 3ª Local


de San Gil formuló imputación y luego acusación contra Javier
Francisco Abril Chaparro por el delito de lesiones personales
respecto de Leonardo Alfonso Torres León.

Realizada la audiencia de juicio oral, el 18 de diciembre de 2009


el Juzgado 1º Promiscuo Municipal de esa ciudad profirió
sentencia en la que lo absolvió de responsabilidad.

La representante del ente acusador recurrió en apelación y el 10


de marzo de 2010 la Sala Penal del Tribunal Superior de San Gil
revocó la decisión para, en su lugar, condenarlo a 49 meses de
prisión, multa de 35 salarios mínimos legales. Le negó la
suspensión condicional de la ejecución de la pena y le concedió
la prisión domiciliaria.

2. La acción de tutela

Javier Francisco Abril Chaparro, actuando por intermedio de


apoderado judicial, afirma que en la audiencia de sustentación
del recurso de apelación contra la sentencia absolutoria su
defensor estuvo ausente, motivo por el cual él tuvo hacer la
exposición de los argumentos a su favor, en franca desventaja
con la fiscal recurrente.

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Manifiesta que el Tribunal en su labor de valoración probatoria


incurrió en error de hecho por las siguientes causas:

Durante la audiencia de imputación no se le preguntó si aceptaba


los cargos, tan solo “si los entendía”, que es muy diferente, lo
que genera nulidad y su defensor nada dijo.

El fallador afirmó que quedó probada la lesión de la víctima en


su rodilla izquierda, pero aunque se dijo en el proceso que el
dueño de la camioneta prestó el automotor para llevarlo al
hospital no hay constancia de su atención.

Se dio por cierta la fecha de ocurrencia de las lesiones, pero


entre los testigos no hubo consenso al respecto y la víctima la
varió, de manera que lo pretendido es responsabilizarlo por una
lesión distinta.

Solicita se revoque la sentencia condenatoria y se mantenga la


absolutoria.

3. La respuesta y las intervenciones

3.1. Tribunal Superior de San Gil

El Secretario informó que contra el fallo proferido no se


interpuso recurso de casación. Remitió copia de la providencia y
del disco compacto del registro de la audiencia de debate oral y
de lectura de fallo.

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3.2. Juzgado 1º Promiscuo Municipal de San Gil

El Juez expresó que durante las audiencias de imputación y


preparatoria no se le vulneraron al actor sus derechos y siempre
estuvo acompañado de un defensor público.

En los registros de audio consta que en la primera de ellas se


interrogó al accionante si entendía los cargos, respondió sí, y si
se allanaba a ellos, respondió no; en la segunda audiencia, se le
preguntó si se allanaba a los cargos y contestó que no.

Adjuntó copia de los discos compactos.

3.3. Fiscalía 3ª Local de San Gil

La Fiscal expuso que la investigación se inició con base en la


denuncia instaurada por Leonardo Alfonso Torres León el 17 de
abril de 2008, quien ese mismo día fue remitido para
reconocimiento médico legal. Nunca tuvo duda sobre la fecha de
ocurrencia de los hechos, como tampoco la tuvo la víctima.

El fallo de segunda instancia apreció en debida forma el material


probatorio del cual resultaba clara la responsabilidad del
accionante.

3.4. Leonardo Alfonso Torres León (víctima)

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Solicitó se mantenga la sentencia condenatoria porque él se


ratifica en el contenido de su denuncia formulada.

CONSIDERACIONES

1. El asunto planteado

El accionante reclama la protección de sus derechos al debido


proceso y defensa por considerar que adoleció de defensa
técnica en tanto no contó con un profesional del derecho que
representara sus intereses frente a las irregularidades que se
presentaron al interior de la actuación penal.

Teniendo en cuenta que el proceso seguido en contra del actor


ya culminó con sentencia condenatoria ejecutoriada, la Corte
debe determinar si en el presente caso se configura alguna de las
causales de procedencia de la acción contra providencias
judiciales, y si en efecto se violaron los derechos invocados.

2. La procedencia de la acción de tutela contra decisiones


judiciales es excepcional

2.1. Aunque la regla general ha sido la improcedencia de la


acción de tutela para cuestionar providencias judiciales, por
razones de seguridad jurídica y respeto a los principios de cosa
juzgada y autonomía judicial, la jurisprudencia ha admitido su
viabilidad en casos excepcionales, siempre que la decisión sea
abiertamente arbitraria, contraria al ordenamiento jurídico y
lesione en forma grave y ostensible un derecho fundamental.

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Así las cosas, la Corte Constitucional, cuyos lineamientos ha


seguido esta Sala de Casación, ha destacado que la tutela es
procedente cuando la providencia objeto de reproche adolezca
de algún defecto orgánico, procedimental absoluto, fáctico,
material o sustantivo, un error inducido, o carece por completo
de motivación, desconoce el precedente o viola directamente la
Constitución. Empero, para adelantar ese estudio es necesario
que en el caso concreto se verifique el cumplimiento de los
siguientes requisitos, que hacen viable la interposición de la
acción:

a) que el asunto discutido resulte de relevancia constitucional y


se afecten derechos fundamentales; b) que el interesado haya
agotado todos los medios ordinarios y extraordinarios de defensa
judicial; c) que esté ante un perjuicio iusfundamental
irremediable; d) que la demanda de tutela se haya presentado
dentro de un término razonable, oportuno y justo (principio de
inmediatez); e) que se trate de una irregularidad procesal, y la
misma tenga un efecto decisivo o determinante en la decisión
que se impugna y que afecte los derechos fundamentales de la
parte actora; f) que el interesado identifique de manera
razonable los hechos que generaron la vulneración y los derechos
afectados, y, además, que esa violación haya sido alegada dentro
del proceso, siempre que hubiese sido posible, y g) que no se
controviertan sentencias de tutela1.

1
Fallos C-590 de 08 de junio de 2005 y T-950 del 16 de noviembre de 2006 de la Corte
Constitucional.

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2.2. Es innegable que si el accionante no hizo uso de los recursos


ordinarios y extraordinarios previstos en el ordenamiento
procesal para procurar la protección que reclama por esta vía, la
acción de tutela se torna improcedente y así deberá declararse,
en tanto no fue prevista como instancia revisora de las
decisiones judiciales ni para sustituir a los jueces en el ejercicio
de las funciones encomendadas por la Constitución y la ley.

2.3. Ahora bien, la regla expuesta no puede ser aplicada en


forma general y absoluta sin analizar previamente las
circunstancias particulares del caso concreto y de quien acciona
en tutela, pues de constatarse que el otro medio defensa dejó de
interponerse por motivos ajenos a él, por fuerza mayor, caso
fortuito o por carencia de defensa técnica, esa exigencia se
convierte en mera formalidad que deberá ignorarse.

3. La vulneración de los derechos del accionante en el caso


concreto

3.1. En esta ocasión es evidente que no se agotaron todos los


medios de defensa judicial porque contra la sentencia del
Tribunal procedía el recurso de casación, que no se interpuso -así
lo comunicó la Secretaría del Tribunal-. Sin embargo, el actor
alega violación de su derecho a la defensa técnica bajo el
argumento de que el defensor no cumplió a cabalidad con sus
funciones y no advirtió anomalías surgidas en el proceso.

De manera pues que se impone revisar la actuación para


determinar si en efecto ello tuvo lugar.

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Al expediente se aportó copia de las sentencias y de los discos


compactos con la grabación de varias de las audiencias surtidas
dentro del proceso. De lo allí consignado se extrae lo siguiente:

● Abril Chaparro estuvo representado por el doctor Iván Gómez


López, defensor público de la Defensoría Pública de San Gil, que
lo asistió activamente en las audiencias preliminares.

● Contrario a lo afirmado en el escrito de tutela, consta que en


la audiencia de imputación, surtida en el Juzgado 2º Promiscuo
de San Gil, la Juez le preguntó al actor en varias oportunidades
si entendía los cargos y si se allanaba a ellos. Así aparece
registrado: record 10:25 “¿entendió los cargos que le levanta la
fiscalía?” el indicados respondió “si”; record 10:34 “¿entiende los
cargos?” luego de lo cual le hizo una síntesis de la imputación
hecha; record 17:07 “usted desea allanarse” y le explicó las
condiciones del allanamiento; record 17:37 “¿usted desea
allanarse a los cargos?” el indiciado respondió “no”.

● En primera instancia el actor fue absuelto por el Juzgado 1º


Promiscuo Municipal de San Gil, pero la Fiscalía Tercera Local
recurrió en apelación.

● Instalada la audiencia de sustentación oral en la Sala Penal del


Tribunal Superior de San Gil, el 24 de febrero de 2010, se
verificó la asistencia de las partes y para ese momento
únicamente había hecho presencia la representante de la
fiscalía, en su calidad de impugnante, quien inició su discurso

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argumentativo. Minutos después arribó el acusado (accionante).


Nunca llegó su defensor.

Una vez la fiscal finalizó su exposición, la presidente de la


audiencia le otorgó la palabra al actor, quien en forma muy
breve y con lenguaje poco fluido intentó explicar lo ocurrido así
como la imposibilidad de haber causado las lesiones.

● A la audiencia de lectura de fallo, del 10 de marzo siguiente,


además de la magistrada ponente, solo asistieron la fiscal y el
acusado. En virtud de esa providencia el Tribunal revocó la
sentencia absolutoria y condenó al accionante.

● No se interpuso recurso de casación.

3.2. Del recuento hecho surge que el defensor público que


representaba los intereses del accionante no se hizo presente
durante el trámite de la segunda instancia. No asistió a la
audiencia de sustentación del recurso, tampoco a la de lectura
de fallo y menos cuestionó el fallo condenatorio.

Verificadas las copias enviadas por el Juzgado de Ejecución de


Penas de San Gil se evidencia que el referido profesional sí fue
citado al trámite surtido en el Tribunal. El 21 de enero de 2010
la magistrada ponente fijó fecha para la audiencia de
sustentación del recurso de apelación y ordenó librar las
comunicaciones a las partes e intervinientes, lo que se cumplió
con los oficios 00115, 00116, 00118 y 00121 al defensor, a la

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víctima, a la Fiscal, a la Procuradora Judicial 57 Penal y al


acusado2.

3.3. Si bien no hay norma expresa que haga imperativa la


presencia del defensor en la audiencia de sustentación del
recurso de apelación interpuesto por la fiscalía contra la
sentencia absolutoria, en esta ocasión, dado el contenido de la
providencia impugnada -absolutoria- ella se hacía necesaria para
garantizar a plenitud los derechos de contradicción y defensa del
acusado.

En el registro de dicha audiencia es notoria la desigualdad entre


las partes. Mientras la fiscal presentó un discurso de contenido
jurídico, concreto, organizado, con apreciación de las pruebas
recopiladas en juicio y orientado a lograr la revocatoria del fallo
y la consiguiente condena; el acusado con un lenguaje sencillo,
más bien precario, hizo el intento de narrar lo sucedido y dejó la
decisión en manos del Tribunal.

En criterio de esta Sala de Decisión, el Tribunal demandado, con


el fin de salvaguardar los derechos del acusado y ante la
manifiesta falta de defensa, debió indagar las razones para la
inasistencia del defensor público, intentar su localización y, de
no ser posible, reemplazarlo por otro que representara sus
intereses.

Esa carencia de defensa técnica se hace más palmaria cuando no


asiste a la audiencia de lectura de fallo y tampoco interpone

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Constancia del Secretario del Tribunal del 21 de enero de 2010.

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recurso. Era clara la necesidad de defensa pues la decisión


recurrida era absolutoria y luego en segunda instancia fue
revocada en disfavor del acusado.

El Constituyente fue explícito en prever que quien sea sindicado


tiene derecho a la defensa y a estar asistido por un abogado,
escogido por él o de oficio, durante la investigación y
juzgamiento (artículo 29). De manera, pues, que el defensor
debe acompañarlo en todas las etapas procesales y si ello no
ocurre se violenta el derecho fundamental al debido proceso.

3.4. No ignora la Sala que podría plantearse un aparente


conflicto entre el derecho al debido proceso y la eficacia en la
administración de justicia, porque finalmente el juez debe
adoptar una decisión en la que, consultando intereses generales,
imparte justicia, y hace tránsito a cosa juzgada, pero ello resulta
de fácil solución al hacer una ponderación de las circunstancias
propias del solicitante y de la situación que lo rodea, de manera
que no se lesione injustificadamente un derecho superior.

En esta oportunidad prima, sin ambages, el debido proceso, pues


esa falta de defensa impidió al actor no sólo controvertir ante el
Tribunal los argumentos de la recurrente, sino acudir luego en
casación ante la Corte para insistir en sus propósitos de defensa.

Frente a esa situación el juez no puede ser pasivo, mucho más si


se tiene en cuenta que el sistema penal acusatorio es de partes,
entre quienes se predica la igualdad y cuya actuación debe
desarrollarse con pleno respeto de los derechos fundamentales y

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con prevalencia del derecho sustancial (artículo 225 de la


Constitución y 10 de la Ley 906 de 2004).

3.5. En consecuencia, para restablecer los derechos conculcados


se dejará sin efecto la actuación surtida dentro del proceso
penal seguido en contra del accionante desde la audiencia de
sustentación del recurso de apelación, inclusive, llevada a cabo
el 24 de febrero de 2010 en la Sala Penal del Tribunal Superior
de San Gil. Se le ordenará que en el término de 48 horas
disponga nueva fecha para la audiencia garantizando el derecho
del actor.

Teniendo en cuenta que el peticionario se encuentra


actualmente en prisión domiciliaria por razón de la sentencia de
segunda instancia, se dispondrá su libertad inmediata para lo
cual se librarán los oficios correspondientes. Esta decisión
deberá informarse al Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas
de Seguridad de San Gil, despacho ante el cual aquél deberá
suscribir el acta de compromiso respectiva.

Finalmente, por la inasistencia del defensor público Iván Gómez


López a las distintas audiencias y su actitud indolente frente a la
defensa de su representado, se compulsará copia de esta
sentencia a la Sala Disciplinaria del Consejo Seccional de la
Judicatura de Bucaramanga con el fin de que adelante la
investigación a que haya lugar.

En mérito de lo expuesto, la Sala de Decisión de Tutelas Nº 1 de


la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia,

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administrando justicia en nombre de la República y por autoridad


de la ley,

RESUELVE

Primero. Conceder el amparo de los derechos al debido proceso


y a la defensa de Javier Francisco Abril Chaparro.

En consecuencia, dejar sin efecto la actuación surtida dentro


del proceso penal seguido en contra del accionante desde la
audiencia de sustentación del recurso de apelación, inclusive,
llevada a cabo el 24 de febrero de 2010 en la Sala Penal del
Tribunal Superior de San Gil.

Segundo. Ordenar a la Sala Penal del Tribunal Superior de San


Gil que, dentro del término de cuarenta (48) horas siguientes a
la notificación de esta sentencia, disponga una nueva fecha para
llevar a cabo la audiencia de debate oral, en la que garantice de
manera efectiva el derecho a la defensa del peticionario y con
estricto apego a los lineamientos expuestos.

Tercero. Ordenar la libertad inmediata de Javier Francisco


Abril Chaparro para lo cual se librarán los oficios
correspondientes.

Cuarto. Comunicar esta decisión al Juzgado de Ejecución de


Penas y Medidas de Seguridad de San Gil, despacho ante el cual
el accionante deberá suscribir el acta de compromiso respectiva.

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Quinto. Compulsar copia de esta sentencia a la Sala Disciplinaria


del Consejo Seccional de la Judicatura de Bucaramanga con el fin
de que adelante la investigación según las consideraciones
expuestas.

Sexto. Ordenar que, si la decisión no es impugnada ante la Sala


de Casación Civil de esta Corporación, se remita el expediente a
la Corte Constitucional para su eventual revisión.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

AUGUSTO J. IBÁÑEZ GUZMÁN


Magistrado Ponente

SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ ALFREDO GÓMEZ QUINTERO


Magistrado Magistrado

TERESA RUIZ NÚÑEZ


Secretaria

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