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LOS EFECTOS DEL COVID-19 EN EL COMERCIO INTERNACIONAL

La actualidad mundial se centra en los efectos que ha traído consigo la paralización de


toda actividad social y económica producida por la contingencia causada por la
propagación del Covid-19, denominada pandemia mundial.
En la última década el comercio ha estado marcado por volatilidades de precios
principalmente en los productos energéticos, esto debido a la guerra de precios por los
países productores y en general por la pelea comercial entre China y Estados Unidos.
La rápida propagación del Covid-19 en el mundo obligo a que los gobiernos tomaran
medidas de protección, las cuales afectaron el normal funcionamiento del comercio
internacional, los cierres generalizados de fronteras han traído como consecuencia el
aumento del desempleo sumando la reducción de la demanda de bienes y servicios.
Tal es la afectación que el Banco Mundial asegura que el 2020 registraría la mayor
contracción del producto mundial desde la Segunda Guerra Mundial.
Este panorama dejo ver que la caída del comercio mundial en los primeros cinco meses
del año fue general, si bien afectó especialmente a las exportaciones de los Estados
Unidos, el Japón y la Unión Europea, China logro controlar el brote y reabrir relativamente
rápido, sin embargo, América Latina y el Caribe es la región en desarrollo más afectada.
El inicio de la pandemia en China permitía ver la importancia de los productos chinos en el
comercio mundial, provocando la primera parálisis en la producción de industrias como la
automotriz, electrónica, farmacéutica y de suministros, ya que este era el principal
exportador de partes y componentes a nivel mundial.
Sin embargo y a pesar de la reapertura de China para ese momento el mundo entraría en
un período en el que el comercio mundial se paralizaría casi que por completo,
provocando que la contracción del comercio mundial en 2020 se ubicaría más cerca del
extremo “optimista” del rango que va del -13% (similar a la caída anual en 2009) al -32%
proyectado en abril.
Esta contracción trajo consigo la caída del comercio de bienes, el valor y el flujo de las
importaciones y exportaciones. Si bien el inicio del 2020 estaba marcado por la diminución
de las exportaciones a causa de los efectos de las tensiones comerciales entre Estados
Unidos y China, la pandemia del Covid-19 trajo la mayor caída del valor exportado en la
Comunidad Andina , esto por su dependencia de los productos minero-energéticos;
excepto cuatro países de la región, todos centroamericanos, aumentaron sus
exportaciones de bienes entre enero y mayo de 2020, centrando sus demanda en
dispositivos médicos, equipos de protección personal , productos agrícolas y oro.
En términos de exportación, el caso de los productos mineros y el petróleo, la contracción
del valor exportado obedece a los menores volúmenes exportados, en las manufacturas,
la disminución es atribuible principalmente a los menores volúmenes comercializados
debido a choques de oferta y de demanda. El precio del petróleo registró mínimos
históricos durante abril, los precios de los minerales y metales también han sufrido las
consecuencias de las menores expectativas de demanda global, entre los productos
agrícolas y agropecuarios, las reducciones de los precios han sido menores que el
promedio del resto de los productos básicos.
En cuanto a las importaciones las compras externas disminuyeron en todas las categorías
de bienes, la mayor caída se produjo en los combustibles, sin embargo, es particularmente
preocupante la contracción de las importaciones de bienes de capital y de insumos
intermedios (14,5% y 13,6%, respectivamente), que afectará la tasa de inversión y
comprometerá la recuperación.
Al igual que lo ocurrido con el comercio de bienes, la tendencia del comercio de servicios
fue declinante a lo largo del primer trimestre del 2020, sin embargo, el desplome del valor
del comercio de servicios en países fue muy superior al del comercio de bienes, que anotó
caídas del 2,7% y el 4,6% en las exportaciones e importaciones, respectivamente. Por el
contrario, las medidas de distanciamiento social han aumentado la demanda de servicios
que pueden suministrarse en forma digital como la comunicación, las compras, la
educación, la medicina y la entretención.
El turismo, presenta una grave situación tras las medidas de aislamiento y paralización de
la economía y el trasporte, la situación es particularmente grave para los países del Caribe,
en los cuales el turismo representó en 2019 el 45% de las exportaciones totales de bienes
y servicios.
El transporte, a nivel mundial el comercio marítimo por contenedores ha seguido una
tendencia descendente desde la irrupción de la pandemia, a pesar de la caída del tráfico
marítimo en 2020, los fletes del transporte de contenedores se mantuvieron por encima
de los valores de 2019, también se incentivado la concentración de navieras en proceso de
integración vertical con los puestos.
En cuanto al tráfico aéreo la situación es preocupante, pues pone en riesgo las industrias y
sus trabajadores y puede traer consecuencias en la conectividad interregional, esto ha
llevado a las aerolíneas a solicitar apoyo financiero a sus países de origen; dado el
importante papel de la aviación en la conectividad territorial, el turismo y la creación de
empleo, el futuro de las empresas del sector incidirá en el desempeño económico de la
región.
En cuanto al transporte terrestres, el cierre de actividades productivas, las medidas
sanitarias más estrictas y los obstáculos administrativos han frenado el transporte
terrestre disminuyendo el volumen transportado por la baja actividad económica, lo que
hace urgente avanzar en una logística eficiente y fluida, fundamental para asegurar el
suministro oportuno de insumos y alimentos, así como para reducir distorsiones y
sobreprecios que afectan desproporcionadamente a la población más vulnerable.

La logística urbana y el comercio electrónico han resultado vitales para la continuidad


operativa de las actividades urbanas, al favorecer la distribución de alimentos y bienes
necesarios para los largos períodos de confinamiento a los que ha estado sometida buena
parte de la población.

Dado el panorama ya expuesto y el continuo deterioro de las perspectivas de crecimiento


de varios de los principales mercados de la región y la incertidumbre sobre la evolución de
la pandemia, es casi imposible prever una recuperación del comercio exterior regional en
el segundo semestre, en este contexto la CEPAL proyecta que en 2020 el valor de las
exportaciones de bienes de la región se contraerá un 23%, como resultado de caídas del
precio (11%) y del volumen (12%). En el caso del valor de las importaciones, la caída sería
mayor (25%). La disminución del volumen importado alcanzaría el 18%, de modo que sería
algo mayor que la que registrada en 2009 durante la crisis financiera mundial y similar a
las observadas en 1982, a comienzos de la crisis de la deuda externa, y en 1942, debido a
la escasez resultante de la Segunda Guerra Mundial.

La crisis generalizada en la economía mundial agudizada por la pandemia del Covid-19 ha


ocasionado un ambiente de incertidumbre, así como ha obligado a los países a determinar
cuál es el camino a seguir, en este caso se profundiza la idea de la integración regional.
Esta tendencia se reforzará dado el presente problema de las economías dependientes de
sectores económicos, así como de interdependencia productiva.

Se hace importante la idea de un menor nivel de apertura comercial, más permeado por
consideraciones geopolíticas y de seguridad nacional, el resultado una economía mundial
más regionalizada, se debe invertir en los sectores productivos con proyección para lograr
la escala requerida y fortalecer industria y sectores estratégicos , lo cual reducirá la
vulnerabilidad de la región en términos de suministros, permitiendo la negociación entre
iguales convirtiendo al región en un actor importante de la economía mundial.

En este sentido es importante que los países de la región deben emprender acciones que
les permitan reducir sus costos logísticos internos y generar servicios de valor agregado
para mantener su competitividad, incentivar los sectores que han sido importantes en
décadas anteriores y han perdido su importancia dado el atraso en los niveles de
industrialización e internalización de productos, por fallas en los procesos de producción,
así como precios de libre comercio regularizado y estandarizado, brindando protección a
las economías y evitando posibles competencias con productos propios.
La realidad expuesta por la contingencia creada por la pandemia, refleja problemas tales
como la falta de legalización empresarial, trabajo informal, retraso tecnológico,
dependencia de la economía en ciertos sectores productivos, abandono de los sectores
primarios y sobrecostos en trasporte.
En principio se deben propender por la inclusión de la tecnología en el proceso de
promoción y comercialización de productos, sumado a ello es indispensable recuperar
aquellos sectores de la economía que comercializan y procesan productos de primera
necesidad, en este caso se debe hacer un acompañamiento tecnológico y organizacional
que permita que estos productos sean los primeros elegidos entre una gran gama de
productos similares en el mercado, en este sentido se hace necesario crear procesos de
comercialización nacional y posteriormente pensar en comercializar internacionalmente el
excedente que se genere de estos productos después de abarcar la demanda nacional.
Las ventajas comparativas se convierten en un hito a la hora de pretender comercializar,
además de ello el libre comercio debe realizarse bajo procesos controlados con economías
que produzcan bienes y servicios que no son producidos a nivel interno, la realidad nos
muestra que los gobiernos han permitido a través de los tratados de libre comercio, la
incursión de productos que se convierten en competencia para los productos propios.
Las estrategias de compra nacional, son alicientes para la mejoría del comercio interno,
sin embargo, se deben trazar estrategias de apoyo al productor, al nuevo empresario que
permita que los bienes y servicios nacionales sean suficientes y preferidos antes que los
importados, que cumplan con los estándares internacionales, procesos de
industrialización estandarizados y precios asequibles.

Referencias
Banco Mundial (2020), Global Economic Prospects: June 2020, Washington, D.C.
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (2020), “Enfrentar los efectos
cada vez mayores del COVID-19 para una reactivación con igualdad: nuevas
proyecciones”, Informe Especial COVID-19, N° 5, Santiago, julio.
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (2020), “Medidas de
recuperación del sector turístico en América Latina y el Caribe: una oportunidad para
promover la sostenibilidad y la resiliencia”, Informes COVID-19, Santiago, julio.
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (2020), “Las restricciones a la
exportación de productos médicos dificultan los esfuerzos por contener la enfermedad
por coronavirus (COVID-19) en América Latina y el Caribe”, Informes COVID-19, Santiago,
mayo.

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