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4.

1 LA INDUSTRIA PETROLERA AL FINAL DE


MANDATO DE JOSÉ LÓPEZ PORTILLO Y PACHECO

El auge de la industria petrolera en esa época propició el lanzamiento de tres


planes que proponían una reorganización las metas del desarrollo económico
del país basándose en esta industria.

 Plan Nacional de Desarrollo Industrial (1979-1982)

Fue elaborado por la SEPAFIN 1, este se sustentaba en la idea de que


México debía plantearse llegar a ser una potencia industrial y no solamente
petrolera. De tal forma, los ingresos de la industria de los hidrocarburos
debían pasar a ser una herramienta de desarrollo global. Este plan sugería
que el Estado debía subsidiar hasta un 30% el abastecimiento energético
de las industrias de bienes de capital y manufacturas de exportación.
Asimismo, indicaba que las divisas ganadas en concepto de explotación
petrolera debían ser destinadas, entre otros fines, al desarrollo
agroindustrial, a financiar importación de bienes industriales o a facilitar el
ingreso a los mercados internacionales de capital.

 Plan Global de Desarrollo

Fue presentado en abril de 1980 por la SPP 2. Este plan tenía similitudes con
el plan Nacional de Desarrollo Industrial en cuanto a las cifras de objetivos
de producción y exportaciones, incluyendo un margen de 10% para
absorber las necesidades de abastecimiento interno. Además de coincidir
en las metas asignadas, se expidió en lo referente a los límites que se
debían seguir manteniendo cuanto a las inversiones petroleras y calculaba
un excedente petrolero de $931,000 millones, cuya tercera parte debía
volver a PEMEX3.

 Programa Nacional de Energía

1
Secretaria de Patrimonio y Fomento Industrial.
2
Secretaria de Programación y Presupuesto
3
Buendía, Manuel: “Los petroleros,” Editorial Océano-Fundación Manuel Buendía, México, 1985:145
Este fue creado en 1980 por la SEPAFIN, estableció puntos claros con
respecto a los objetivos de desarrollo de la industria de los hidrocarburos en
su faz productiva y comercial para ese momento y con una proyección de
10 años. Este documento se basaba en la postura de que la producción
petrolera debía realizarse de acuerdo con las necesidades de desarrollo
integral. El PNE se propuso incentivar la actividad exploratoria para lograr
detectar y cuantificar definitivamente las reservas de hidrocarburos con que
contaba México en ese momento.

Otro aspecto muy importante mencionado en este plan energético fue el


hecho de considerar prioritario diversificar las fuentes de energía primarias
con la incorporación de carbón, la generación hidroeléctrica y el uso limitado
de energía nuclear. En cuanto al ahorro de consumo, programo de petróleo
y el de gas. Pronostico tasas de crecimiento de un 8% anual para la década
de 1980 y explicitó la necesidad de replantear las políticas de extracción y
exploración petrolera tomando en cuenta tres factores: primero, el nivel de
reservas; segundo, los limites técnicos y finalmente, el comportamiento de
la balanza de pagos a fin de mantener un déficit por debajo del 1% del PIB.
Y en lo referente a la comercialización del hidrocarburo, el PNE proponía
tener en cuenta cuatro parámetros de acción: adjudicar a las exportaciones
un mayor valor agregado; obtener tecnología de ultima generación,
diversificar las exportaciones e incentivar el espíritu de cooperación con las
naciones subdesarrolladas.

4.1.1 Acuerdos internacionales en torno a los hidrocarburos

En agosto de 1980, López Portillo firmó con el presidente venezolano Carlos


Andrés Pérez el Acuerdo de San José, mediante el cual, ambas naciones
acordaron prever hidrocarburos con una financiación especial a los países
centroamericanos, a condición de que estos países dirigieran fondos al
desarrollo social. Este convenio, no revestía gran interés de índole comercial
sino político ya que conformaba una estrategia de apaciguamiento de los
conflictos armados de América Central en esos años.
Asimismo, en el marco de una política de acercamiento comercial con EE. UU.
en agosto de 1981 se firmó un acuerdo con el Gobierno de Ronald Reagan a
través del cual México suministraría por 5 años a la Reserva Estratégica de
Estados Unidos un monto de 110 millones barriles. Se convino que el
abastecimiento consistiese en un 75% de crudo ligero e Istmo y 25% de Maya.
En un segundo acuerdo firmado en 1982, México dispuso vender durante un
año solo Istmo a precios que oscilaban entre 25 y 35 dólares por barril.

4.1.2 Mercado internacional: antecedentes de una nueva crisis

A partir de la crisis de 1973 fueron diferentes reacciones, tanto por parte de las
naciones integrantes de la OPEP 4 cómo de los países afectados. Con la idea
de establecer un incremento paulatino de precios, Arabia Saudita pretendía una
política a más largo plazo, mientras que los otros socios buscaban aprovechar
el aumento en lo inmediato. Entre los países productores no pertenecientes al
cártel, se registraron discrepancias de objetivos similares y las naciones
importadoras, como Estados Unidos, hicieron todo lo posible para que los
países productores independientes engrosaran su oferta para hacer decaer el
nocivo incremento de precios.

Años después de 1973, la OPEP fue perdiendo gran parte de la influencia y el


poder que tenía a nivel mundial. En el año de 1980 se produjo otro incremento
de precios, pero esta vez, no ocasionado directamente por la OPEP sino por la
propia inestabilidad política de Medio Oriente. Los efectos de este incremento
especulativo se vieron aumentados por un descenso en la cotización del dólar
estadounidense.

A fines de la década de 1980, según un estudio del gobierno mexicano, la


producción mundial de hidrocarburo era de 60 millones de barriles diarios y de
esa producción, cerca de la mitad se comercializaba a nivel internacional. Por
su lado, ese mismo año, México producía 2.3 millones de barriles diarios, de
los cuales exportaba un millón, pero tenía planificado elevar las ventas a solo

4
Organización de Países Exportadores de Petróleo
(https://es.wikipedia.org/wiki/Organización_de_Países_Exportadores_de_Petróleo)
1.5 millones de barriles diarios para 1981; unos 730,000 serían para Estados
Unidos.

El Gobierno de López Portillo, que impulsaba en esa época una política


internacional de no alineamiento y la promoción del llamado Diálogo Norte-Sur
entre potencias industriales y nacionales en desarrollo, se propuso aplicar
estos principios también en el ámbito petrolero. De este modo, entre 1978 y
1979, propuso ante las Naciones Unidas que el petróleo fuera declarado
“patrimonio de la humanidad”, una postura que pretendía equilibrar las
exigencias de los consumidores y el control de la OPEP sobre los precios. Sin
embargo, el nuevo escenario de crisis haría inevitable esta propuesta.

Perdida de participación de la OPEP en el mercado internacional


4.1.3 La crisis de 1981

Salvo Arabia Saudita, los países miembros de la OPEP además de los


enfrentamientos armados, atravesaban graves problemáticas económicas ya
que carecían de direccionamiento para manejar la fuerte y anárquica
industrialización en el sector. Los recursos petroleros estaban destinados a
incrementar la capacidad de la misma industria petrolera, sin una estrategia de
viabilidad ni considerar como eso repercutiría en los mercados. En vez de
asignar las ganancias a un desarrollo industrial más armónico se utilizaron para
importar bienes de consumo, insumos militares y otros rubros no productivos
con efectos inflacionarios y que debilitaron las respectivas producciones
locales.

Esta interacción de factores internos además del comportamiento del mercado


mundial, derivaron en lo que hoy se conoce como la crisis de 1981. A la inversa
que, en 1973, esta crisis produjo un marcado descenso de los precios
internacionales del crudo y un aumento de la demanda del crudo ligero. Dicha
depreciación del hidrocarburo en el mercado internacional duró
aproximadamente hasta 1985.

Dado que, desde fines de la década anterior, la OPEP venía perdiendo una
gran parte de la participación en el abastecimiento mundial de hidrocarburos, a
partir de 1980 dicho lugar comenzó a ser ocupado por los países productores
independientes, como es el caso de México, Noruega y Canadá. Si bien por
esos años en México se registraba un incremento de precios que alcanzó un
pico de 38. 5 dólares en 1981, la crisis suscitada en ese momento en Medio
Oriente no tardó en desencadenar un descenso inusitado: para 1982, el precio
descendió a 32 dólares. Sin embargo, en Arabia Saudita el crudo ligero de
referencia mantuvo un incremento más bien constante y no se produjo una baja
en el precio del dólar estadounidense entre 1981 y 1980.
Evolución de precios en México y Arabia Saudita.
40
35
Precio por barril en US$

30
25
20
15
10 Arabia
5 Saudita
México
0
Oct. 1977 Abr. 1979 Abr. 1981 Abr. 1982
Año
México Arabia Saudita

4.1.4 La caída de precios en México

Cuando en 1981 se desencadenó la depreciación internacional, la industria


mexicana que se había volcado al mercado mundial, recibió el impacto de la
crisis, en mayo de ese año, el director de PEMEX expresó que dicho panorama
no afectaría ni los precios ni la producción en México, pero el Gobierno de
Israel informó un descenso de 2 dólares en el costo del barril de crudo
mexicano y la prensa difundió otra reducción de 4 dólares para Estados
Unidos. Ante tal situación, Díaz Serrano esgrimió el argumento de las
dificultades de PEMEX en mayo de 1981 para colocar 200,000 barriles diarios,
a causa del elevado porcentaje de crudo pesado Maya en la composición de la
mezcla, a un precio de 34. 5 dólares por barril. Como solución a la caída de los
precios, el director de PEMEX manifestó la idea de aumentar la producción y
las exportaciones mexicanas, esta posición fue rechazada a nivel
gubernamental y fue uno de los temas que acelerarían su alejamiento del cargo
al mando de la petrolera nacional. Pero además existían otros factores, que
provocaron la salida de días Serrano, por un lado, las diferencias en la gestión
política y por otro lado, algunos funcionarios de alto nivel formularon
acusaciones sobre irregularidades en su administración y pugnaron por su
desafuero. Posteriormente fue procesado entre 1983 y 1984. Díaz Serrano
abandonó la presidencia en medio de la crisis internacional de precios de 1981.
El nuevo director de PEMEX, Julio Rodolfo Moctezuma Cid llevó adelante un
paquete de medidas procurando timonear la fuerte crisis del sector, pero sus
resultados muchas veces no fueron satisfactorios. Si bien PEMEX intentó
superar las secuelas de la crisis internacional coma las cifras del momento
dejaban traslucir la problemática situación. Las exportaciones de crudo
descendieron. Se calcula que, ante este panorama, México sufrió una caída en
las ventas del orden de 700,000 barriles diarios, ocasionándose pérdidas
diarias de 22 millones de dólares. Otra de las medidas que decidió encarar la
petrolera nacional para fomentar sus alicaídas exportaciones, fue la idea de
ofrecer a sus clientes variar la composición de la oferta de sus crudos de
exportación, en ese entonces se estaba trabajando fuertemente en la
extracción de crudo pesado en el complejo Cantarell.

La crisis también modificó el normal desenvolvimiento de la actividad


exploratoria. La mayor demanda de crudo ligero llevó a México a redefinir los
trabajos dando prioridad absoluta a las reservas de crudo ligero y superligero
que habían sido destacadas en la Sonda de Campeche y el Suroeste de
Tabasco, y se suspendieron otras perforaciones programadas de yacimientos
de crudo pesado en la misma zona de Campeche y la reserva de gas de
Reynosa.

Las consecuencias de la crisis en la rama de exploración se manifestaron más


agudamente entre los años entre los años 1983 y 1984 cómo produciendo una
depresión que hizo desaparecer a varias compañías del sector. Y a pesar de
las medidas tomadas por la nueva dirección de PEMEX en diferentes áreas de
la industria petrolera local, México debió reducir 3 veces el precio del crudo
pesado de exportación, a fin de poder responder a sus compromisos
comerciales sin perder competitividad.
4.1.5 La industria petrolera mexicana durante el sexenio de
López Portillo

Intentando realizar una síntesis del panorama de la industria petrolera


mexicana durante la presidencia de López Portillo, se puede concluir que, no
obstante, la crisis de 1981, las cifras de la economía petrolera al cierre de su
gestión daban cuenta de un exitoso cumplimiento de las metas de exportación
propuestas. México alcanzó el privilegiado puesto de cuarto productor mundial
de hidrocarburos, el de quinto país por sus reservas, y se constituyó en el
principal abastecedor de Estados Unidos.

Desde el punto de vista estratégico, López Portillo se preocupó por demostrar


un claro distanciamiento con respecto a las políticas de la OPEP; posición que
facilitó el restablecimiento de sus relaciones comerciales con países del mundo
occidental. Con el apogeo productivo el petróleo pasó a desempeñar un rol
decisivo en la economía mexicana como generador de divisas. Las
exportaciones, pasaron de 202,000 barriles diarios en 1977 a 1.5 millones en
1983, arrojaron una ganancia de 64,600 millones de dólares en dicho periodo,
que en gran parte se destinaron al pago de la deuda externa.

En lo referente a la incidencia del petróleo en la economía nacional, en 1983 el


hidrocarburo mexicano duplicó, con respecto a la década anterior, su
participación tanto en el Producto Interno Bruto (PIB) como en el PIB industrial.
Y durante este tiempo también se cumplieron 11 años continuos de crecimiento
en la extracción de crudo.

Cuadro comparativo de la producción de crudos y condensados, y las exportaciones en millones


de barriles diarios; los precios promedios anuales de la mezcla de los tres tipos de crudo de
exportación y los ingresos anuales.
Otro aspecto por destacar durante este sexenio fue el crecimiento de la
actividad de refinado. La capacidad nominal de refinación y fraccionamiento de
gasolina natural creció de 1974 a 1983, de 760,000 barriles a 1,078,000
barriles diarios y el volumen de productos refinados prácticamente se duplicó
durante el mismo periodo. En el año de 1980, México alcanzó el décimo primer
lugar en refinación en el mundo y PEMEX logró ubicarse como la quinta
empresa.

Estos exitosos números se lograron, entre otras cosas, debido a que en esa
época fueron encaradas diversas obras específicas en la actividad de
refinación. La actividad petroquímica también vivió un gran incremento de su
capacidad de producción; en ese momento, México contaba con cerca de 20
complejos petroquímicos y la mayoría ubicados en el Estado de Veracruz.

A pesar de la crisis de 1981, de 1980 a 1982, los ingresos por venta se


duplicaron. De hecho, este último año, el 82% de los ingresos por ventas de
PEMEX provenía de las exportaciones. Pero también se duplicaron los
ingresos corrientes por gastos de operaciones de impuestos. Asimismo,
crecieron considerablemente los aportes tributarios que PEMEX debió efectuar
al estado mexicano.

El tema de la deuda externa nacional en 1982 alcanzaba los US$ 88,000


millones, cifra que cuadruplicaba el monto adeudado al concluir el mandato del
presidente Luis Echeverría Álvarez. López Portillo había buscado la solución
negociando el acuerdo para la venta de crudo a la Reserva Estratégica de
Estados Unidos a precios menores de los del mercado internacional, a cambio
de verse favorecido con un crédito de US$ 1000 millones destinado a
importación de bienes de consumo. Pero, de todas formas, en agosto de 1982,
culminando su mandato, el presidente declaró la moratoria en el pago del
servicio de la deuda externa. Los analistas sostienen que esta crisis financiera
fue determinante para que México decidiera abandonar el modelo de
industrialización sustitutiva de las importaciones.
4.1.6 Tendencia económica mundial

A lo largo de esta década se produjeron cambios importantes en las políticas


económicas de los países, y este nuevo orden mundial generó un cambio
significativo en la industria petrolera, dando como resultado la mayor
competencia entre los oferentes de hidrocarburos, favoreciendo a las naciones
consumidoras y a las empresas transnacionales. La planeación económica
llevada adelante por el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado en México
(1982–1988), estaba en sintonía con la orientación económica mundial de esos
años. Durante su presidencia, la dirección general de PEMEX fue
encomendada a Mario Ramón Beteta Monsalve, quien encaró importantes
medidas de reestructuración acordes con las demandas del mercado
internacional.

4.2 México durante la presidencia de Miguel de la


Madrid Hurtado

El nuevo presidente de México, a lo largo de su gestión tuvo que hacer frente a


una serie de factores adversos, un gran endeudamiento, dos crisis de la
industria petrolera mundial y una delicada situación económica heredada. El
auge petrolero había quedado en el pasado. Una de las primeras medidas que
tomó esta nueva administración, fue la confección del llamado Plan Nacional de
Desarrollo (PND) que se planteó dos etapas para revertir la crisis: en primera
instancia, reorganizar la economía, y luego realizar los correspondientes
cambios estructurales.
El Producto Interno Bruto (PIB) de México en 1983 cayó el 4.2% y la inflación
superó el 100% anual, debido principalmente al desplome del valor
internacional del crudo. Y, para empeorar aún más las cosas, en septiembre de
1985 uno de los sismos más perjudiciales de la historia mexicana azotó
gravemente la Ciudad de México, provocando que las finanzas de México se
tambalearan y la continua caída de los precios internacionales del crudo no
permitieron atenuar la crisis. La inflación registrada en 1987 ascendió al 137%
y la Bolsa de Valores tuvo un derrumbe en octubre del mismo año. A raíz de
esto se aplicó un fuerte ajuste fiscal y una restricción monetaria y crediticia que
tuvo como finalidad frenar la inflación a cualquier costo. Una de las primeras
medidas restrictivas fue el congelamiento de los salarios.

4.2.1 La deuda externa mexicana

En 1985 la deuda externa de México alcanzó US$ 97,700 millones. De modo


que El gobierno de Miguel de la Madrid debió asumir la renegociación de los
pagos de la deuda externa, cuyos plazos de vencimiento serían entre 1982 y
diciembre de 1984.

Evolución de la deuda externa mexicana.

Durante el mandato Mario Ramón Beteta, de director de PEMEX, la deuda se


redujo un 20% al llegar a 15,700 millones en 1985. El gobierno pretendía
realizar cambios estructurales en la economía, tendientes a diversificar la oferta
exportadora de México, y que permitiera modificar la dependencia de la
industria petrolera. El proyecto señalaba que la economía cerrada o “hacia
adentro” del país sería reemplazada por un modelo de economía abierta, “hacia
afuera.” Para reducir las dos principales fuentes de financiamiento, petróleo y
endeudamiento, era necesario mejorar significativamente la industria en forma
integral, generar un fuerte y rápido aumento de las exportaciones no vinculadas
con la industria petrolera, ampliar y diversificar los mercados y mejorar la
competitividad externa e interna mediante una regulación de las acciones de
protección.

4.2.2 La Comisión de Empresas Públicas

El proceso de reconversión industrial en México comenzó a finales del año


1981, durante la presidencia de López Portillo. Para acompañar este proceso,
el gobierno creó la Comisión de Empresas Públicas con la misión específica de
analizar empresas y áreas bajo manejo estatal, considerando básicamente su
productividad y rentabilidad. Se advirtió que las empresas con control
presupuestario dependían cada vez más del financiamiento externo y de bienes
e insumos importados, generando un déficit que pasó de un 9% del déficit
federal en 1976, a un 40% en 1981.
El informe mencionaba que la planta laboral estaba sobredimensionada y había
una irracional política de subsidios que ponía los costos por encima de las
ganancias. En cuanto al ámbito administrativo, hacía referencia al exceso de
controles burocráticos que se detenían a observar si la entidad cumplía con
ciertas normas administrativas, sin evaluar el cumplimiento de los objetivos
para los que había sido fundada. Con respecto a PEMEX, la Comisión destacó
el carácter estratégico y su importancia esencial para el financiamiento del
Estado. Señalaba que era necesario en forma urgente realizar correcciones
para garantizar un reordenamiento de la empresa con el objetivo de aumentar
la producción y lograr una mayor eficiencia. Destacaba además la necesidad
de aumentar la exportación de crudo y disminuir el financiamiento de otras
áreas como por ejemplo la refinación y la petroquímica.

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