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MÉTODO CRÍTICO
1) ¿QUIÉN ESCRIBIÓ EL LIBRO? Isaías
MÉTODO HISTÓRICO
1) ¿CUÁL ES EL TRASFONDO HISTÓRICO DEL LIBRO? Este libro fue escrito en una época agitada. El pueblo se había
alejado de la religión y se había corrompido. El profeta Isaías predijo la cautividad babilónica tanto para Israel como
para Judá. Pero también profetizó el regreso de los exiliados y la venida del Mesías. En los capítulos 9, 11, y 53 se
encuentra las dramáticas descripciones de Cristo y de su reino, escritos más de 500 años antes del tiempo de Cristo.
El libro de Isaías es una de las grandes obras maestras del mundo. Escrito por una persona educada, en un buen
hebreo, contiene un estilo elevado, una expresión vehemente, un sentimiento ferviente y una vívida imaginación.
Está citado en el Nuevo Testamento en más ocasiones que cualquier otro libro.
MÉTODO LITERARIO
1) ¿QUÉ GÉNERO DE LITERATURA ES EL LIBRO? Cronológico / Poético / Profético / Histórico.
MÉTODO PANORÁMICO
1) ¿CUÁL ES LA IDEA PRINCIPAL DEL LIBRO? Juicios y salvación de Israel por mano de Dios, usando a otras naciones.
2) ¿CUÁL FUE LA RAZÓN PRINCIPAL POR LA CUAL SE ESCRIBIÓ ESTE LIBRO? Exhorta al Rey Ezequías, profetiza juicio a
la desobediencia, anunciar al Mesías y mostrar la salvación para el nuevo Israel (La Iglesia)
PALABRAS CLAVE DE ISAÍAS (RV1960): remanente, Israel, Judá, Samaria, Asiria, !ay de ...!, el Santo de Israel, Jehová
de los ejércitos, postreros tiempos, (en) aquel día.
ÉNFASIS: La santidad, majestad y justicia de Jehová; la compasión y misericordia salvadora de Jehová; el papel
central de Israel en los planes de Jehová para las naciones y el mundo; el papel central de Sion en estos planes; el
papel redentor del siervo sufriente de Dios; el futuro final glorioso que Dios tiene reservado para los que son suyos.
CARACTERÍSTICAS PARTICULARES: El libro de Isaías contiene tanto prosa como poesía y utiliza personificaciones
(atribución de cualidades personales a seres divinos o a objetos inanimados). Además, muchas de las profecías que
aparecen en Isaías contienen predicciones que hablan al mismo tiempo de un acontecimiento que pronto sucedería
y otros que sucedería en un futuro lejano.
Estructura de Isaías
Situación Moral de Judá en tiempos de Isaías
Rebeldía 1:2,5
No conocían a Dios 1:2
Estaban cargados de maldad 1:4
Depravados 1:4
Dejaron a Dios 1:4
Había muchas heridas 1:5-6
Religiosidad 1:11-15
Injusticia 1:17,23
Agravio 1:17
Homicidios 1:21
Soborno de líderes 1:23
Costumbres orientales 2:6
Agoreros 2:6
Pactaron con extranjeros 2:6
Se llenaron de armas para la guerra 2:7
Idolatría 2:8
Altivez, orgullo, soberbia 2:11-15,21
Humanismo 2:22
Violencia 3:5
Descarados en pecar 3:9
Opresión 3:12
Mujeres no piadosas 3:12
Vileza 3:12
Esforzados y valientes para pecar 5:18
Sabios en su propia opinión 5:21
Estos son algunos de los ejemplos en Isaías que muestran que el pueblo olvidó a Dios y su ley; por esto el juicio
era inevitable para ellos. Este juicio no era porque Dios fuera duro pero por su carácter debería disciplinar a sus
hijos. Por eso también en este libro vemos el amor de Dios para con sus hijos de enviar restauración.
La meta de Dios era:
Traer justicia, purificar su pueblo, producir cambio de corazón, quitar la idolatría, establecer un nuevo reino.
Llamado el profeta Mesiánico por cuanto estaba profundamente compenetrado de la idea de que su pueblo
había de ser una nación mesiánica ante el mundo; es decir, una nación por cuyo medio había de venir de Dios una
grande y admirable bendición a todos los pueblos. Siempre soñaba con el tiempo en que se haría esa grande y
maravillosa obra entre las naciones.
Dice el N.T. que Isaías “vio la gloria del Cristo, y habló de Él” (Juan 12:41)
El Hombre Isaías
Era profeta del reino del sur, Judá, en la época en que el reino del norte, Israel, fue destruido por los asirios.
Isaías vivió durante los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías. Su llamamiento fue en el año de la muerte
de Uzías; pero puede haber recibido algunas de sus visiones antes (véase bajo 6:1). Según la tradición judía, fue
muerto por Manasés. Provisionalmente, podemos estimar su ministerio activo en los años 745-695 a.C., abarcando
así un periodo de 50 años o más.
Según la tradición rabínica, Amoz el padre de Isaías (no Amós el profeta) era hermano del rey Amasías. Según
esto, Isaías sería primo del rey Uzías, y nieto del rey Joás, siendo, pues, de sangre real y hombre del palacio.
Su obra literaria. Escribió otros libros, que no se han conservado hasta nuestros días; una biografía de Uzías (2
Cr. 26:22), y un libro de los reyes de Israel y Judá (2 Cr. 32:32). Se le cita más en el N.T. que cualquier otro profeta.
¡Qué mente la suya! En algunas de sus rapsodias alcanza cumbres no igualadas ni aun por Shakespeare, Milton u
Homero.
Su martirio. Una tradición talmúdica, aceptada como verídica por muchos de los primeros padres de la Iglesia,
dice que Isaías se opuso a los decretos idólatras de Manasés, y que fue apresado, sujetado entre dos tablones, y
aserrado en dos partes, padeciendo así una muerte dolorosa y horrenda. Se cree que a este alude Heb. 11:37.
Ambiente Asirio del Ministerio de Isaías.
Desde 150 años antes de los días de Isaías, el imperio asirio había estado extendiéndose y absorbiendo
naciones vecinas. Aun en el 840 a.C., bajo Jehú, Israel había comenzado a pagar tributo a Asiria. Siendo Isaías todavía
joven, en 743 a.C., Asiria llevó cautiva la parte norte de Israel. 13 años después cayó Samaria, y fue llevado cautivo el
resto de Israel. Pocos años después, los asirios penetraron en Judá, destruyendo 46 ciudades amuralladas, y se
llevaron 200.000 cautivos. Por fin en el 701 a.C., siendo Isaías ya anciano, los asirios fueron detenidos ante los muros
de Jerusalén, cuando su ejército fue derrotado por un ángel de Dios. Así pues, la vida entera de Isaías transcurrió
bajo la sombra amenazante del periodo asirio, y él mismo presenció la ruina a manos de ellos de su nación entera,
excepto de Jerusalén.
(“Compendio Manual de la Biblia” por Henry H Halley. p 254)
Gobernantes y Profetas de la Época de Isaías
840 830 820 810 800 790 780 770 760 750 740 730 720 710 700 690 680
Reyes Tiglat-pileserIII Sargón II Senaquerib
de Asiria 745-727 722-705 705-681
SalmanasarV
727-722
Reyes de Israel Manahem Peka Osea Diez tribus del Norte llevados
(Reino del Norte) 752-742 732-722 cautivas por el rey Salmanasar V
752 Peka 732 de Asiria en 722 a.C
Salum un mes
Profetas de Israel 755 Oseas 714
(Reino del Norte)
Reyes de Judá 790 Uzías o Azarías 739 735 Acaz 715 697 Manasés
(Reino del Sur)
750 Jotan 731 728 Ezequías 686
Isaías y los profetas ISAÍAS
de su época 739 681
(Reino del Sur)
733 Miqueas 701
840 830 820 810 800 790 780 770 760 750 740 730 720 710 700 690 680
(Biblia de Estudio Inductivo. Vida. p792)
Retos de Interpretación
Los retos de interpretación en un libro largo y significativo como Isaías son numerosos. El más crítico de ellos
se enfoca en el hecho de que si las profecías de Isaías recibirán cumplimiento literal o no, y si el Señor, en su
programa, ha abandonado a Israel como nación y ha reemplazado permanentemente a la nación con la
iglesia, de tal manera que no hay futuro para Israel como nación.
En el último asunto, numerosos pasajes de Isaías apoyan la posición de que Dios no ha reemplazado al Israel
étnico con una supuesta “nueva Israel”. Isaías tiene demasiado que decir de la fidelidad de Dios para con
Israel, que Él no rechazaría al pueblo a quien Él ha creado y escogido (43:1). La nación está en las palmas de
sus manos, y los muros de Jerusalén siempre están delante de sus ojos (49:16). Él está ligado por su propia
Palabra a cumplir las promesas que Él ha hecho para traerlos de regreso a sí mismo y bendecirlos en ese día
futuro (55:10-12).
En el primer asunto, el cumplimiento literal de muchas de las profecías de Isaías ya ha ocurrido. Contender
que aquellas que aún no han sido cumplidas verán un cumplimiento no literal no tiene fundamento bíblico.
Este hecho descalifica la propuesta de que la iglesia recibe algunas de las promesas hechas originalmente a
Israel. El reino prometido a David le pertenece a Israel, no a la iglesia. La exaltación futura de Jerusalén será
sobre la tierra, no en el cielo. Cristo reinará personalmente sobre esta tierra como la conocemos, como
también en los cielos nuevos y tierra nueva. (Ap. 22:1, 3)
Temas histórico y teológicos
Isaías profetizó durante el período del reino dividido, dirigiendo el mayor enfoque de su mensaje al reino
sureño de Judá. Él condenó el ritualismo vacío de su día (1:10-15) y la idolatría en la que tantos del pueblo
habían caído (40:18-20). Él miró hacia adelante y vio la cautividad babilónica venidera de Judá a causa de
esta partida del Señor (39:6,7).
El cumplimiento de algunas de sus profecías durante su vida proveyó sus credenciales para la posición
profética. El esfuerzo de Senaquerib por tomar Jerusalén fracasó, tal como Isaías había dicho que sucedería
(37:6, 7, 36-38). El Señor sanó la enfermedad mortal de Ezequías, tal como Isaías lo había predicho (38:5; 2 R
20:7). Mucho antes de que Ciro, rey de Persia, apareciera en la escena, Isaías lo nombró el libertador de Judá
de la cautividad babilónica (44:28; 45:1). El cumplimiento de sus profecías de la primera venida de Cristo le
han dado a Isaías aun mayor defensa (7:14). El patrón de cumplimiento literal de sus profecías que ya se han
cumplido da certidumbre de que las profecías de la segunda venida de Cristo también verán un
cumplimiento literal.
Más que cualquier otro profeta, Isaías provee información acerca del día futuro del Señor y el tiempo que
seguirá. Él detalla numerosos aspectos del reino futuro de Israel sobre la tierra que no se encuentran en
ningún otro lugar en el AT o en el NT, que incluyen cambios en la naturaleza, e mundo animal, el estatus de
Jerusalén entre las naciones, el liderazgo del Siervo Sufriente, y otros.
A través de un método literario llamado "acortamiento profético adelantado", Isaías predice
acontecimientos futuros son delinear secuencias exactas de los sucesos o intervalos de tiempo
separándolos. Por ejemplo, nada en Isaías revela el período extendido separando las dos venidas del Mesías.
También él no provee una distinción tan clara entre el reino futuro temporal y el reino eterno como Juan lo
hace en Apocalipsis 20:1-10; 21:1-22:5. En el programa de Dios de la revelación progresiva, detalles de estas
relaciones esperaban un vocero profético de un tiempo que vendría más adelante.
También conocido como el "Profeta evangélico", Isaías habló mucho de la gracias de Dios para con Israel,
particularmente en sus últimos capítulos. La pieza central es el capítulo 53 de Isaías. Un retrato sin paralelo
de Cristo como el Cordero inmolado de Dios.
Vista Panorámica de Isaías
Con toda razón Isaías es llamado el “príncipe de los profetas.” La visión que tuvo del Señor como alto y sublime (6:1)
y la consecuente opinión de sí mismo como un hombre de labios inmundos (6:5), y su percepción del lugar que la
nación tenía en los asuntos del mundo, prepararon a Isaías para el papel al que Dios lo había llamado. No sólo era un
gran profeta; también era un importante consejero político entre los hombres de estado y había hecho llamados a
reformas sociales y avivamiento espiritual. El libro de Isaías puede dividirse en tres secciones. Los
capítulos 1 al 35 contienen anuncios del juicio de Dios sobre el pueblo. Los capítulos 36 al 39 contienen un intervalo
histórico, con frecuencia llamado “El libro de Ezequías.” Los capítulos 40 al 66 ofrecen un mensaje de consuelo para
el pueblo de Dios.
Las profecías de Isaías presentan el cuadro de mayor diversidad del Mesías de todo el Antiguo Testamento.
Contienen mucha información acerca de su primera y segunda venida. De importancia especial es la presentación
que Isaías hace del Siervo Sufriente, que alcanza su punto culminante en Isaías 52:13 a 53:12 y es el relato más
detallado de los sufrimientos de Cristo encontrado en el Antiguo Testamento. Este es citado o aludido 85 veces en el
Nuevo Testamento.
Isaías, cuyo nombre significa “salvación del Señor,” nació cerca del año 760 a.C. dentro de una familia aristocrática
del reino de Judá. En ese año, Amós ya estaba predicando contra el pecado de Israel; Oseas predicó durante la niñez
de Isaías. El ministerio de Isaías probablemente comenzó durante los últimos días del rey Uzías. Tanto Uzías en Judá
como Jeroboam II en Israel, gobernaron sin mayores dificultades sobre sus propios países, debido en parte a que
ningún país poderoso los molestó.
En el 740 a.C., el año en que Uzías murió, Isaías recibió una dramática visión donde Dios le revelaba lo glorioso de su
santidad y él veía su propia falta de la misma, y la de su nación (6:1–7). Sólo unos cuantos años después de este
período de prosperidad, Asiria comenzó a inquietarse por falta de actividad militar, e insistió en cobrar tributos de
todas las naciones pequeñas en el área, especialmente Siria e Israel. El rey de Siria, Rezín y el rey de Israel, Peka,
decidieron resistirse y trataron de forzar al rey de Judá, Acaz, a unirse a su rebelión. Acaz rehusó sus propuestas y
apeló a Asiria por ayuda a pesar de que Isaías le había dicho que confiara en Dios para protección, y no en Asiria.
El rey de Asiria, Senaquerib, invadió a Judá y conquistó todas las ciudades menos Jerusalén, pero la sitió. Isaías se
encontró con Ezequías en el acueducto y lo desafió a que tuviera fe en el Señor. Como resultado de esa fe, Jerusalén
fue salvada. Isaías ministró a un pueblo muy enviciado y socialmente corrupto. El vivió en un tiempo cuando falsos
profetas le ofrecían al pueblo falsa seguridad. Isaías continuó profetizando por más de 40 años; parte de su
ministerio se intercaló con el de Miqueas.
El tema del libro de Isaías es la salvación (la palabra aparece 26 veces). La maravillosa promesa de la venida del
Redentor se repite en 7:14 y 9:6, 7. El propósito del libro es el de llevar a la gente pecadora al Mesías, cuya muerte
compró la salvación para todo el que venga a El (53:4–6; 55:1–2).
Referencias Proféticas
Como antes mencionamos, el capítulo 53 de Isaías describe la venida del Mesías y el sufrimiento que Él soportaría
con el fin de pagar por nuestros pecados. En Su soberanía, Dios orquestó cada detalle de la crucifixión para cumplir
cada profecía de este capítulo, así como otras profecías mesiánicas del Antiguo Testamento. La imagen del capítulo
53 es conmovedora y profética y contiene un cuadro completo del Evangelio. Jesús fue despreciado y rechazado (v.3;
Lucas 13:34; Juan 1:10-11), azotado por Dios (v.4; Mateo 27:46), y herido por nuestras rebeliones (v.5; Juan 19:34; 1
Pedro 2:24). Por medio de Su sufrimiento, Él pagó el castigo que nosotros merecíamos y se convirtió por nosotros en
el último y perfecto sacrificio (v.5; Hebreos 10:10). Aunque Él fue sin pecado, Dios puso en Él nuestro pecado, y
nosotros fuimos hechos justicia de Dios en Él (2 Corintios 5:21).
Importancia en la Biblia
Profetizó el nacimiento milagroso del Mesías ( 7.14 ), quien sería verdaderamente humano ( 9.6 ; 11.1 ), y a la vez
«Dios fuerte» ( 9.6 ), cuyo reinado universal de perfecta justicia y paz ( 9.7 ; 11.2–9 ) se cumpliría solamente en
Cristo.Isaías insistió repetidamente en la necesidad absoluta de una fe en Dios, tanto en la vida personal como en la
vida pública y política de la nación ( 7.9 ; 28.16 ; 30.15 ). Por eso se le llama «el evangelista del Antiguo Testamento».
Sin embargo, la salvación inminente no es un fin en sí; en estos capítulos se renueva y profundiza, como en
ninguna otra parte del Antiguo Testamento, el llamado de Israel para cumplir la misión de Dios en el mundo. Una
teología de misión domina Isaías 40–55 como fin supremo de la salvación ( 40.9 ; 41.8 , 9 , 27 ; 42.1–4 , 6 , 7 , 10 , 11 ;
43.10–12 , 21 ; 44.8 ; 45.5 , 6 , 14 , 22 , 23 ; 48.6 , 20 ; 49.6–8 , 22 , 23 ; 51.2 , 5 ; 52.10 , 15 ; 55.1–13 ). Solamente en
el contexto de esta teología de misión podemos entender otros temas predilectos de Is 40.55 .
Por ejemplo, encontramos en Isaías 40–55 un desarrollo asombroso de la doctrina de la creación como base de su
teología de misión ( 40.12–26 ; 42.5ss ; 45.11 , 12 , 18 ; 48.12 , 13 ), un marcado monoteísmo evangelístico ( 45.14 ,
20–22 , etc.) y una filosofía
de la historia jamás superada en el pensamiento humano ( 41.1–4 , 25 , 26 ; 43.14 ; 44.24–28 ; 45.1–7 , 8–13 ; 46.8–
11 ; 48.14 , 15 ; 53.10 ; 54.15–17 ). El profeta proclama que la historia del mundo tiene significado solamente a la luz
de la misión del pueblo y del siervo de Jehová.
En esta sección muchos de los poemas se dirigen al pueblo que está otra vez en la Tierra Santa ( 56.8 ); el templo
se ha reedificado y se ofrecen sacrificios ( 56.5–7 ); los días de ayuno son comunes. Sin embargo, los pecados
anteriores han empezado a manifestarse otra vez; el sincretismo y la superficialidad en el culto ( 58.1–12 ), la
injusticia social ( 59 ) y un liderazgo impío ( 56.9–12 ). Isaías 56–66 se caracteriza por el conflicto entre el Israel
genuino (los pobres; 57.15 ; 61.1–3 ; 66.2 ) y el Israel falso (los ricos y poderosos; 56.9–12 ; 57.1–4 ; 59.14 , 15 ;
65.13–16 ).
Se insiste en la observancia del sábado ( 58.13–14 ), la humildad ( 57.15 ; 61.2ss , etc.) y la misericordia hacia los
pobres ( 58.6 , 7 , 9 , 10 ). Dios se presenta como santo y justo tanto en la restauración de su pueblo como en el
castigo eterno de los impíos ( 57.15 ; 60.9 , 14 ; 66.24 ).
La vívida esperanza de una intervención inminente de Dios, para la redención de su pueblo, no domina en estos
oráculos, como en 40–55 . Se procura explicar el atraso del cumplimiento de las profecías ( 59.1s ), pero persiste una
firme confianza en el triunfo
final del Santo de Israel y la glorificación de Sion ( 57.15ss ; 60.10 , etc.). En los caps. 65 y 66 , una sección de carácter
apocalíptico, encontramos la esperanza de un nuevo cielo y una nueva tierra. Después de la salvación y el juicio, Dios
promete renovar el universo que el pecado ha corrompido.