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La soldadura por capilaridad tiene lugar cuando a la unión de un tubo y un accesorio, después de su calentamiento,
se le aporta un metal que se funde al contacto con ellos. Debido al fenómeno de capilaridad, el metal fundido
asciende y se extiende en cualquier sentido, por el reducido espacio que queda entra la pared del tubo y la del
accesorio; con ello, al enfriarse se consigue una unión totalmente hermética.
Este fenómeno de capilaridad que se produce con el líquido, es el mismo que el que tiene lugar con los metales en
estado de fusión; su aplicación práctica constituye la soldadura por capilaridad.
La soldadura en frio es un tipo de soldadura donde la unión entre los metales se produce sin aportación de calor.
Puede resultar muy útil en aplicaciones en las que sea fundamental no alterar la estructura o las propiedades de
los materiales que se unen.
Se pueden realizar por:
Presión en frio o caliente: Consiste en limpiar las superficies por unir; tras ponerla en contacto, aplicar
una presión sobre ella hasta que se produzca la unión.
Por fricción: Se hace girar el extremo de una de las piezas y luego se pone en contacto con la otra. El
calor producido por la fricción une ambas piezas por deformación plástica.
Este tipo agrupa muchos procedimientos de soldadura en los que tiene lugar una fusión entre los metales a unir,
con o sin la aportación de un metal, por lo general sin aplicar presión y a temperaturas superiores a las que se
trabaja en soldaduras ordinarias. Hay muchos procedimientos, entre los que se destacan la soldadura por gas, la
soldadura por arco y la aluminotermia.