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Memoria de Sefarad
Presidente
FELIPE V. GARÍN LLOMBART
Consejeros
JUAN MANUEL BONET PLANES
CARLOS CARDERERA SOLER
ALICIA DÍAZ ZURRO
JUAN CARLOS ELORZA GUINEA
JOSÉ JAVIER ESPARZA TORRES
AMPARO FERNÁNDEZ GONZÁLEZ
JAIME GARCÍA-LEGAZ PONCE
JON JUARISTI LINACERO
SANTIAGO MIRALLES HUETE
ARTURO MORENO GARCERÁN
JAIME PÉREZ RENOVALES
JOAQUÍN PUIG DE LA BELLACASA ALBEROLA
RAFAEL RODRÍGUEZ-PONGA SALAMANCA
JESÚS SILVA FERNÁNDEZ
ANTONIO TORNEL GARCÍA
MIGUEL ZUGAZA MIRANDA
ANA PALACIO
Ministra de Asuntos Exteriores
Sefarad, el nombre de legendarias evocaciones con el que los judíos españoles identifica-
ron la península ibérica durante cientos de años, constituye una fascinante aventura his-
tórica desde sus orígenes en la Antigüedad romana hasta los albores de la Edad Moderna.
Como vivencia colectiva transmitida durante generaciones en un sueño sublimado por la
memoria posterior al trauma de la expulsión y la diáspora, ese nombre encierra una reali-
dad casi inabarcable de dimensiones sociales, económicas, políticas, culturales y artísticas
a la que esta exposición pretende brindar una aproximación global y sugestiva, a modo de
estímulo para el conocimiento de los especialistas y del conjunto de la sociedad empeña-
da en desentrañar tanto las claves de su pasado como las potencialidades que éstas encie-
rran para construir un futuro de rigor, libertad y tolerancia.
Como parte indisociable de la historia de nuestra nación, Sefarad y la memoria del
pueblo sefardí plantean un reto a la investigación y a la necesaria divulgación de una
historia que, en gran medida, sigue viva en las numerosas comunidades que a lo largo de
todo el mundo conservan aún el recuerdo de esa herencia. El análisis desapasionado de
los hechos históricos es el mejor tributo que cabe rendir a la experiencia acumulada de
esas comunidades, hermanas en el más profundo sentido del complejo devenir a través
del tiempo y el espacio abarcado por el concepto de hispanidad. Por ello, cualquier es-
fuerzo para restituir la memoria histórica del pueblo sefardí y, por tanto, de la trayecto-
ria del propio pueblo español en su conjunto, constituye una necesidad en el marco de
una programación como la trazada por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exte-
rior, entre cuyos objetivos prioritarios figura la difusión de la memoria de España en
Europa y en el mundo.
De acuerdo con esos planteamientos, la presente muestra pretende facilitar una visión
de los principales aspectos del universo histórico de Sefarad, de los testimonios fragmen-
tarios de su vida cotidiana, pautada por la cadencia litúrgica y el solemne esplendor festi-
vo, de las actitudes colectivas ante la muerte, de los espacios sagrados y profanos, públi-
cos y privados, que poblaban los más diversos núcleos urbanos de los reinos de España y,
por supuesto, de la reinterpretación del gusto y las técnicas artísticas, expresión de una sen-
sibilidad hondamente compartida con los fieles de las otras creencias pero capaz de desarro-
llar una creatividad propia, específicamente sefardí, al igual que sucede en el cultivo de las
letras y los notables avances de unos saberes que contribuirían a cambiar de manera subs-
tancial la cosmovisión de Occidente.
Junto a los logros incuestionables de una civilización estrechamente entrelazada con
las otras realidades culturales españolas -islámicas y cristianas-, la muestra traza también
la silueta del conflicto que iría ensombreciendo la convivencia hasta estallar en el drama
de la expulsión y el exilio. El recorrido por las sendas cada vez más estrechas del prejuicio
y la intolerancia culmina en el establecimiento de la Inquisición que, más allá de los tópi-
cos acumulados, formó parte de una compleja coyuntura ideológica, española y del con-
junto de Europa.
Las piezas arqueológicas, muebles, códices, esculturas, cuadros..., se acompañan con
maquetas, mapas y un abundante material audiovisual, para hacer comprensibles las dis-
tintas secciones de esta ambiciosa indagación en la memoria y el legado de esa otra Espa-
ña, fecunda y aún viva tanto en los descendientes de la diáspora como en nuestra propia
herencia, que configuró el sueño de Sefarad, cuyas tramas podemos vislumbrar gracias al
trabajo del equipo científico dirigido por el profesor Isidro Bango, con la diligente cola-
boración de cuantas instituciones y prestadores han hecho posible esta muestra —muy
especialmente del Ayuntamiento de Toledo— y a los que deseo expresar mi más sincero
agradecimiento.
COLABORAN MONTAJE
Ministerio de Asuntos Exteriores Exmoarte, S.A.L.
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
Ayuntamiento de Toledo
AUDIOVISUALES Y MULTIMEDIA
COMISARIO Lunatus. Comunicación audiovisual, S.L.
Isidro G. Bango Torviso
MAQUETAS
SUBCOMISARIA HCH Model, S.L.
María del Carmen Muñoz Párraga
ENTORNOS DE REALIDAD VIRTUAL «CAMINOS DE SEFARAD»
ASESORES CIENTÍFICOS Énoe, Realidad Virtual. Universitat de Barcelona
Carlos Carrete Parrondo Cedido por: Red de Juderías de España – Caminos
Fernando Galván Freile de Sefarad
Luis García Iglesias
Santiago Palomero Plaza TRANSPORTES
Juan Carlos Ruiz Souza T.T.I. Técnicas de Transportes Internacionales, S.A.
Julio Valdeón Baruque
SEGUROS
COORDINACIÓN Axa Art Versicherung AG. Sucursal en España
Illana Bango García Aon Gil y Carvajal, S.A. Correduría de Seguros
RESTAURACIÓN
Carlos Mª Costa Palacios CON LA COLABORACIÓN DE: IBERIA y VOLVO
Inmaculada Latorre Vázquez
IKONOS. Taller de Restauración
CÓDICE. Conservación y Restauración
del documento gráfico:
Alejandra Arévalo Clemente
Isabel Martín Marcos
Departamento de Restauración de Patrimonio Nacional:
Angel Balao González, Jefe del Departamento
Camino Criado Olmos
M.ª del Carmen del Cura de la Torre
Rosario Martín Arribas
Sagrario Moreno Herranz
Alba Pérez Martín
Josefa Sánchez Huete
M.ª del Mar Sanz García
Una historia demasiado preocupada por complacer los intereses y los sentimientos geo-
políticos de nuestra sociedad actual pretende, durante los últimos tiempos, reinterpretar
el concepto de Sefarad. Ha surgido así la idea de que Sefarad no se corresponde con Es-
paña, sino con al-Andalus o Castilla en su sentido más amplio. El problema se ha creado
porque algunos historiadores en vez de trabajar en el análisis objetivo del hecho histórico,
lo que hacen es escribir una historia sesgada por nacionalismos, ya sean españolistas co-
mo antiespañolistas. Para unos cuantos, España parece que ha sido siempre una sola na-
ción, llegando incluso a negar la pluralidad de reinos formados durante la Alta Edad Me-
dia. Otros, ensimismados en esta pluralidad surgida a finales del primer milenio, se olvidan
de que la vieja Hispania romana se convirtió en la primera nación de Europa tras la caída
del Imperio Romano, circunstancia que marcó definitivamente el devenir de las gentes
peninsulares. Sin duda, después de la invasión islámica, surgieron estados perfectamente
definidos por las leyes y la geopolítica peninsular, pero en todos ellos pervivió la idea de
que les hermanaba la herencia de un pasado común y un sentimiento de lo hispano.
Sefarad debe interpretarse como España en hebreo. Según la época, el concepto Espa-
ña/Hispania tendrá diferentes matices. Así, para las crónicas asturianas del siglo IX, His-
pania es todo el territorio peninsular gobernado por los musulmanes. Con el transcurso
de la Reconquista el concepto sufrirá importantes modificaciones, pero siempre enten-
diendo que la pluralidad de reinos peninsulares constituían la vieja Hispania romana y,
especialmente, la de la monarquía goda. Las fuentes hebreas utilizarán el término Sefa-
rad/Hispania en este mismo sentido.
«Memoria de Sefarad» pretende ser una aproximación a la España que vivieron los ju-
díos, desde la óptica de sus vivencias, aunque en muchos momentos nos hayamos visto
obligados a integrar en la muestra referentes hispanocristianos o hispanomusulmanes. El
hecho dramático de la expulsión y el no menos tenebroso de la actuación inquisitorial ha
borrado muchos aspectos del patrimonio judío hispano. Es evidente que esto ha debilita-
do la memoria de lo judío en territorio hispano, pero conviene no engañarse, la integra-
ción de lo judío en lo hispano ha sido tan grande que resulta prácticamente imposible
desentrañarlo. Desde este último punto de vista, justo es reconocerlo, muchos de los su-
puestos lapsus de memoria no son tales, sino que resulta imposible diferenciarlos del resto
del patrimonio hispano.
Los mil quinientos años que duró la presencia judía en España hicieron que su cultu-
ra no sólo se identificase con las vicisitudes de la hispana, sino que se llegó a integrar ple-
namente en ella. Sólo un aspecto de la tradición judía permanecerá refractario en apariencia
al fenómeno hispano, el religioso; pero, incluso éste, adquirirá entre los sefardíes unas ca-
racterísticas propias que les harán muy diferentes al resto de los judíos de la Diáspora.
Mosé Arragel, el rabino alcarreño que tradujo la Biblia de Alba, llegó a afirmar en la pri-
mera mitad del siglo XV:
Lo más que oy los judíos auemos de glosa sobre la ley e en las sus leyes e derechos e otras sçien-
çias fue fallado compuesto por los sabios judíos de Castilla, e por su doctrina oy son regidos los
judíos en todos los reynos de la su trasmigraçión.
A lo largo de los ocho apartados de este catálogo, tanto los estudios como los análisis de
las piezas nos permitirán conocer las luces y las sombras de una Sefarad que, en palabras
de Arragel, fue «corona e diadema de toda la ebrea trasmigración».
Para acabar estas palabras introductorias quisiera dejar constancia de mi gratitud a
cuantas personas e instituciones han hecho posible la realización de la muestra, cuyos
nombres ya figuran en el apartado correspondiente de este catálogo. Aunque la aportación
de todos ellos ha sido inestimable, me gustaría resaltar aquí algunos por la continuidad de
su colaboración. Juan Carlos Elorza me propuso el tema de la exposición y su ayuda en la
consecución de los primeros préstamos fue muy importante. Carlos Carrete Parrondo y
Yolanda Moreno Koch me ayudaron a conocer mejor el fenómeno hebreo en España. El ase-
soramiento de Ana María López, Santiago Palomero, Amparo Alba y Jordi Casanovas ha
sido de una gran utilidad. Las gentes de SEACEX, con su profesionalidad y experiencia, han
facilitado en todo momento mi labor. Manuel Barranco, con su buen hacer, me ayudó a
superar momentos muy difíciles del proceso. M.ª Carmen Muñoz y Lucía Varela han he-
cho realidad este hermoso catálogo, pleno de dificultades previas. Por último, que no en
último lugar, Illana Bango, cuya labor de coordinación ha sido modélica.