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Aunque podamos pensar que dentro del vientre de la madre el niño/a solo lleva a cabo un desarrollo
físico y fisiológico, esto no es así. El feto, al igual que hace cualquier ser humano fuera de su
madre, también se desarrolla de manera psicomotora, como mostraremos a continuación.
ETAPA PRENATAL:
La etapa prenatal es la etapa del embarazo. Dura aproximadamente 38 semanas, 9 meses, medidas a
partir del momento de la fecundación o concepción hasta el parto. Aunque, en algunas ocasiones
puede finalizar antes y nace, lo que denominamos, un bebé o niño prematuro.
Durante el embarazo la mayoría de las funciones rutinarias que realizará el cuerpo humano adulto
se establecerán. Esta fase es cada vez más considerada como una de las etapas más importantes de
la vida de cualquier individuo, ya que es un periodo de preparación, durante el cual el ser humano
en desarrollo adquiere las estructuras y practica las numerosas habilidades que necesitará para poder
sobrevivir después de nacer.
Para poder explicar de mejor manera el desarrollo psicomotor del feto en esta etapa prenatal es
necesario ir señalando el desarrollo físico que sufre también, debido a que para que pueda existir
movimiento corporal, por decirlo de alguna manera, debe existir ese cuerpo, esas partes del cuerpo,
e incluso esas estructuras internas, que lo lleven a cabo.
En los casos de embarazos múltiples (gemelos, trillizos…) el desarrollo que se produce en los fetos
tanto físico como psicomotriz es el mismo que hemos descrito. Con la diferencia de que esos
futuros bebés comparten el espacio, por lo que llevaran a cabo movimientos mucho más pequeños
que los que hará un bebé solo en la placenta.
Además no hay que olvidar que existen muchos factores que pueden influir en esta etapa prenatal
haciendo que el futuro bebé nazca con serios problemas que pueden afectarle para el resto de su
vida. El más importante es su genética, la genética que hereda, ya que esta es la que le marca
“obligatoriamente” como va a ser, pudiendo heredar algún problema o enfermedad. Otros factores
influyentes quizás más secundarios, pero igual de importantes, son, por un lado, las enfermedades
que pueda coger la madre durante su embarazo (la rubeola, la toxoplasmosis, cualquier enfermedad
infecciosa, falta de ácido fólico…) y, por otro, el estilo de vida que lleve, que tome sustancias
tóxicas y que su estado emocional sea malo (estrés, depresión…) van a influir de manera negativa
en el feto.
Como señalamos en la entrada anterior, tanto antes como después del nacimiento el desarrollo
procede de acuerdo con dos principios fundamentales: el principio de la Ley Céfalo-caudal y el de
la Ley Próximo-Distal