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Economía en el gobierno de Leónidas Trujillo.

Cuando Trujillo asumió el poder, la situación económica era pésima en todos sus
aspectos. Las aduanas, las entidades bancarias y las empresas importantes eran
controladas por los inversionistas de Estados Unidos. El Estado no contaba con
reservas monetarias, añadiéndose los problemas económicos que produjeron el
ciclón de San Zenón y la de económica mundial de 1929. La situación dio lugar a
que el gobierno promulgara una ley de emergencia en 1933, a través de la cual
procuró negociar en 1934 el reajuste de la deuda externa. Se limita la importación
y se crean industrias nuevas para aumentar la producción esto mejora la
economía para finales de la década de los treinta.

La principal industria dominicana seguía siendo la azucarera, cuya producción,


estaba destinada al mercado exterior (se calcula que representaba el 80% del
aparato productivo). Los demás productos agrícolas de exportación eran los
mismos que durante la dictadura de Lilis, estos son: café, tabaco y cacao.

En el 1941 se fundó el Banco de Reservas: El primer banco de capital nacional


creado por el gobierno. En el 1945 se creó el Banco Agrícola: cuya función era
principalmente efectuar créditos a corto plazo destinados al fomento de la
agricultura, la ganadería y las industrias.

En el 1947 se creó el Banco Central de la República Dominicana: cuya función era


la emisión del peso oro dominicano, moneda nacional que sustituiría al dólar
norteamericano, moneda de circulación nacional en los años anteriores.

Trujillo logró especializar la mano de obra en la industria a partir de política


migratoria campo-ciudad, los campesinos eran incorporados al trabajo en
las industrias, convirtiéndose en trabajadores asalariados.
Esta política migratoria no significa la desaparición de la producción agropecuaria;
al contrario, fue fortalecida por Trujillo mediante el despojo de las tierras a los
campesinos y las propiedades agrarias, cuyos productos estaban destinados a
la exportación.
El desarrollo del mercado interno se hizo incentivando el consumo, a través de las
medidas represivas. Algunos ejemplos: Trujillo compró la Fabrica Dominicana de
Calzados (FADOC) y mediante la Ley 284 se impuso el castigo severo a los
transeúntes urbanos que estuvieran descalzos. Adquirió también la Fábrica
de Pintura (PIDOCA), para la cual dispuso que las viviendas fuesen pintadas cada
año. Se hizo dueño de la Central Lechera, y poco tiempo después promulgó el
Reglamento 330 "Sobre Calidad y Salubridad". La aplicación de este reglamento
supuso el cierre de 29 empresas lecheras, que no cumplían "con los requisitos
exigidos por el Reglamento".

Trujillo manutuvo una política de monopolización de la industria, la banca y el


comercio, pero sin afectar ni competir con los intereses de las grandes compañías
de capital extranjero o nacional, que se habían convertido en aliados del régimen.

Problemas económicos, falta de respaldo de los norteamericanos, sanciones de la


OEA, y la expedición del movimiento clandestino 14 de junio fue el principio del fin
de Trujillo.

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