Está en la página 1de 1

Fue horrible cuando lo descubrí.

Una noche de viernes, tratando de inspirarme con sustancias


perjudiciales, buscaba un cuento-idea de esas que uno deja reposar un par de días en la almohada.
Buscándolo encontré que no estaba, que había desaparecido. Así, revisando uno a uno entre cada
uno de los documentos guardados (tenía que haberlo guardado, era una idea que ya había
trabajado más de dos veces) no hallé más que ideas antiguas, escritos inconclusos, de esos que
surgían en un día cualquiera de repudio. Esa fue una de mis primeras señales. Bueno, era obvio.
Traté de dormir en horarios diferentes, inútil. No lograba escribir nada bueno antes de volver a
tocar la almohada. Me levantaba con avidez a escribir tan preciosos relatos. Cómo lo disfrutaba.

Sueña con sus propios relatos, poner a que finalice con no sé si estoy pidiendo ayuda o escribiendo
algo, no sé si escribo esto en la realidad o solo lo sueño. No sé si soy real o todo es imaginado.

También podría gustarte