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Tema 3

Superación de los determinismos y la realización de la libertad

Una de las ideas más importantes en la génesis de la sociología, fue el descubrimiento de que
el medio generado por la interacción entre los hombres, pero que una vez que existía y con
respecto al ser humano en singular, adquiere el carácter de realidad independiente y le
condiciona en todas sus formas de hacer y pensar. En este sentido, la sociología pretende
comprender y explicar el comportamiento humano

En la génesis estructural del comportamiento responsable podemos distinguir, los siguientes


momentos o tiempos:

1) Decidir (Elección+Motivos): El yo se hace sujeto en la acción, se proyecta en la acción y se


abre al futuro (El proyecto como intencionalidad de la decisión).

2) Actuar: la acción es una relación con la realidad, una prueba del esfuerzo y una
integración del querer y el poder.

3) Consentir: consentir es asumir, es sentirse obligado y es convertir en libertad la necesidad.

La responsabilidad abarca al ámbito de los actos internos y externos, de las causas y los
efectos, de los comportamientos emitidos y de comisión, de la acción propia y de la acción
en que cooperamos. La responsabilidad entraría también en las condiciones expuestas
anteriormente en los principios de doble efecto del voluntario en causa.
3.1. Génesis y estructura del comportamiento responsable

Es la capacidad que tenemos los seres humanos de valorar, de aplicar nuestra propia escala
de valores a las situaciones, a los hechos, a lo que hacemos o vivimos. La estimativa moral es
la conjunción de la inteligencia, conciencia y voluntad de bien: inteligencia en cuanto que
capacidad de darnos cuenta de lo que pasa, enterarnos de lo que ocurre; conciencia en
cuanto que es la energía, la fuerza que nos impulsa a actuar con autenticidad; y voluntad de
bien en cuanto que es el deseo de hacer el bien, el compromiso personal.

3.2. Formas, ámbitos y expresión de la responsabilidad humana

La concordancia entre pensar, decir y hacer es precisamente lo que nos vuelve valiosos ante
los demás (responsables) y ante nosotros mismos porque anticipa nuestras conductas y nos
confiere un alto grado de confiabilidad.

Dicha coherencia es fundamental para nuestra vida en sociedad simplemente porque


convierte el entorno en un sitio vivible, un lugar en donde sabemos que las conductas de las
personas se rigen previsiblemente por la concordancia y la noción de responsabilidad que
implica responder por el acto libre que se realiza.

Y es que las consecuencias de nuestros actos jamás son estrictamente personales, siempre
existen un conjunto de factores y hechos concatenados que probablemente no son posibles
de prever totalmente, pero qué están manifestándose como resultado de un actuar o un no
actuar.

La responsabilidad es un valor que está en la conciencia de la persona, que le permite


reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el
plano de lo moral.

3.3. La libertad y los valores.

Así en tanto, en tanto que poseedores de libertad y con capacidad de autodeterminación, los
seres humanos somos calificados -juzgados- constantemente por quienes nos rodean, es
decir, a nuestro hacer o no hacer se le atribuye el ser aceptable o no; bondad o maldad, etc.;
lo que entraña una cuestión de fondo: los seres humanos no somos indiferentes ante
prácticamente nada.

Cuando hemos llegado hasta este punto, la naturalidad de los valores universales debería
mostrarse claramente en el hecho de que, de suyo, son valores (valen) tanto para el
perfeccionamiento del ser que los practica (virtud) como de aquellos a quienes se prodiga
(sociedad-reino de fines) sólo por la valía que de suyo contienen al tratarse de seres
racionales (capaces de darse a sí mismos un fin).

A través de su desarrollo, la humanidad ha ido avanzando hacia niveles de reconocimiento


de ciertos derechos que de suyo posee el ser humano por el hecho de serlo. Esto no siempre
ha sido así.

Así, cuando contemplamos los valores universales de los que somos herederos, vemos que la
libertad, la igualdad, autonomía, tolerancia, prudencia, altruismo, solidaridad, justicia y paz;
son sólo resultado de haber ido avanzando en nuestra educación moral, que no es sino el
desarrollo de nuestras habilidades para vivir y hacer vivible al mundo.

Sin embargo, la sola mención de la existencia de estos valores no los transforma en existentes
de por sí, de hecho, la práctica de la virtud es una de las más difíciles pero no por ello
imposible aspiración.

3.3.1. Noción del valor

Los valores son una construcción ética cuya expresión son las virtudes. Sin embargo, decir
que la virtud es la actuación del sujeto en valores huelga decir que es una de las conductas
más difíciles de sostener porque implica un ejercicio responsable de la propia libertad, el
dominio de la voluntad y la claridad de la autodeterminación así como la práctica de la
autonomía. Todo ello mediante la razón.

Por caso podemos poner al líder hindú Gandhi, quien pensaba que la no violencia era lo que
iba a definir la independencia de la India respecto de Inglaterra. En aras de ese esfuerzo,
Gandhi no cejó nunca y, pese a los reclamos que le hacían sus seguidores, no consintió jamás
en el uso de la fuerza y, cuando las cosas se ponían más difíciles él, mediante huelgas de
hambre (donde sólo involucraba a su persona) presionó al gobierno inglés hasta que logró la
independencia de su país.

La claridad en la determinación de liberar a su patria, el dominio para no usar un arma (a


pesar de que hubo momentos difíciles donde los ingleses asesinaron a mujeres y niños en
oración), la responsabilidad para asumir que, si era necesario, de hambre moriría; son todas
muestras claras de esa búsqueda de la virtud, que era lo que orientaba a Gandhi quien, con
sus acto, trataba de hacer salir la propia dignidad del pueblo hindú. Lo cual logro, por cierto.
No obstante el hecho de que sea difícil mantener una conducta virtuosa, lo importante es no
desfallecer sino concretarla dado que ella está reservada sólo a los humanos, ergo,
seguramente podemos.

3.3.2. Horizonte axiológico de nuestro tiempo

La palabra axiología (del griego axia-valor, y logos-estudio) es de origen reciente, pues su


introducción se produce a principios del siglo XX. No obstante, ya los antiguos griegos
dedicaban una parte de la reflexión filosófica a los llamados problemas de valor, tratándolos
dentro de la llamada “filosofía práctica” o “conciencia práctica”. Ellos, como casi siempre
ocurre comenzaron por constatar intuitivamente la existencia de los valores, y sólo después
se ocuparon de su análisis filosófico. En la vida real el hombre aprende primero a estimar y
desestimar, a evaluar y a devaluar, en fin, a valorar, antes de tomar conciencia plena de qué
es en sí el valor o determinado tipo de valor, e indagar acerca del camino de su conocimiento
o aprehensión espiritual y exposición teórica. De la misma manera procedieron los griegos,
con la especificidad de que la moral fue objeto por excelencia de sus meditaciones
axiológicas.

La axiología es el sistema formal que alude a la rama de la filosofía, debido a que se encarga
de investigar y aprender todo sobre la naturaleza de los valores y los juicios valorativos.
Puede ser definida como la teoría de los valores. Es la estructura de los valores de una
persona y de los juicios de valor que puede realizar un individuo lo que brinda su
personalidad, sus percepciones y decisiones. Es la ciencia que estudia como pensamos. En
específico, estudia como las personas determinan el valor de las cosas. ◦ El valuar es asignar
prioridades. Es escoger algo en lugar de otra cosa. Es pensar en las cosas en relación a las
demás y decidir cuál es mejor. Es decidir lo que es “bueno”. Las personas asignamos valor
de acuerdo a patrones consistentes individuales y únicos que componen su estructura de
valores.

Entre los cultores de la axiología surgieron dos corrientes: la de los subjetivistas, quienes
consideran el valor como un fenómeno psíquico que ocurre dentro del sujeto que lo
experimenta, de tal manera que el valor no existe sin sujeto que lo perciba, y la de los
objetivistas, que concibe el valor como una realidad objetiva distinta del sujeto que lo
experimenta.

Hábito, disciplina, prudencia, fortaleza y preguntas claras acerca de lo que se quiere y el


cómo se espera construir, son algunos de los elementos implicados en esta práctica de la
virtud que, como dice el personaje de Sócrates en la película El Mundo de Sofía, es difícil de
alcanzar por que ‘la maldad va más rápido’.

En su libro El Formalismo en la ética y la ética material de los valores, Scheler clasifica los
valores en los siguientes grupos o clases: primero, los valores útiles entre los que se encuentra
adecuado e inadecuado; valores vitales como por ejemplo fuerte y débil; valores lógicos:
verdad-falsedad; valores estéticos: bello, feo, sublime, ridículo; valores éticos, entre los que
están justo, injusto, misericordioso, despiadado; y, por último, los valores religiosos que
dividen el universo entre lo santo y lo profano.
3.3.3. Características del valor moral.

El valor moral tiene una especial relación con el sujeto que actúa, en cuanto que lo hace con
intencionalidad, con libertad y como consecuencia de un compromiso interno.
En el valor moral hay que distinguir un aspecto objetivo: la acción moral concreta,
exteriorizada; y otro subjetivo: la buena o mala voluntad.

Los valores morales tienen una importancia primordial en la vida humana. Se justifican por
si mismos. Los valores morales son desarrollados y perfeccionados por cada persona a través
de su experiencia.

Características:

1. Exige actitudes de apertura hacia nosotros mismos y las manifestaciones que nuestra
interioridad tiene.

2. No son manipulables, es decir, no pueden ser modificados a nuestra voluntad. Esta es una
característica muy importante que explica por qué la relativización de los valores afecta tanto
al ser humano y la sociedad.

3. Tampoco son medibles, sólo podemos intuir la magnitud en la cual vivimos. Medio el
amor, la solidaridad, la justicia es aplicar una categoría extraña a los valores.
4. Son fundamentales en el crecimiento del ser humano y la sociedad.

3.4. Captación de los valores. Estimativa moral.

Es la capacidad que tenemos los seres humanos de valorar, de aplicar nuestra propia escala
de valores a las situaciones, a los hechos, a lo que hacemos o vivimos. La estimativa moral es
la conjunción de la inteligencia, conciencia y voluntad de bien: inteligencia en cuanto que
capacidad de darnos cuenta de lo que pasa, enterarnos de lo que ocurre; conciencia en
cuanto que es la energía, la fuerza que nos impulsa a actuar con autenticidad; y voluntad de
bien en cuanto que es el deseo de hacer el bien, el compromiso personal.

3.4.1. La vida y los valores

La vida es el principal valor del ser humano. Los valores son una guía para nuestro
comportamiento diario. Son parte de nuestra identidad como personas, y nos orientan para
actuar en la casa, en el trabajo, o en cualquier otro ámbito de nuestras vidas.
Los valores nos indican el camino para conducirnos de una manera y no fue otra, frente a
deseos o impulsos, bien sea que estemos solos o con otros. Nos sirven de brújula en todo
momento para tener una actuación consistente en cualquier situación.
Ejemplos de valores utilizados en la vida diaria:

1. En la comunidad estudiantil o en la comunidad laboral: Utilizamos diariamente en el


convivir estudiantil o laboral valores que nos permiten relacionarnos con el mundo. Al ser la
oficina o la escuela donde se desarrollan la mayoría de los valores es en donde más los
practicamos. Utilizamos comúnmente la solidaridad, compañerismo, amistas,
responsabilidad, comprensión, entre otros.

2. En la familia: Desde que nacemos, nuestra familia nos acompaña, y junto con ella, una
serie de valores pasadas a través de generaciones, quizás lleguen a ser los valores
que más nos quedan, puesto que vienen de personas que nos aman y querrán educarnos de
tal manera que comúnmente utilizamos valores como el amor, la comprensión, la humildad,
la sinceridad, la empatía, el respeto, la consideración.

3. En la comunidad general: Es el entorno, ambiente que nos rodea y, aunque no


interactuemos con todos los que vemos a diario, inevitablemente y según las bases de la
persona, se crean usos y costumbres. Algunos valores que más usamos son: respeto,
comunicación, solidaridad, integridad.

4. En la comunidad deportiva: Se usan mayormente valores como la solidaridad, respeto,


apoyo, trabajo en equipo, fortaleza, perseverancia, y, algo que es considerado como valor:
proponerse una meta.

5. En la religión: Se usan mayormente valores como: la fe, amor, paz, humildad y respeto.
Así, los valores nos sirven de base y razón fundamental para lo que hacemos o dejamos de
hacer, y son una causa para sentirnos bien con nuestras propias decisiones.
3.4.2. El sentido de la vida

Una de las más interesantes aventuras que se nos presentan en la vida es encontrarle sentido.
Si, es correcto, la Vida tiene sentido, pero nos corresponde a cada uno encontrarle el sentido
individual que nos permitirá aprovechar al máximo nuestra travesía por este mundo.

El sentido de la vida es una definición muy simple podría decirse que es la estrella que nos
guía en el camino de la vida, que nos permite una dirección, “un norte”, para orientar
nuestra acción aun cuando los accidentes nos desvíen de ese camino. A partir de esto, y lo
podemos incluso medir en nuestra propia vida, nos aparecen sentidos que podríamos
llamarlos provisionales porque muchas veces tomamos un objetivo y lo elevamos a “sentido
de vida”, y tanto por lograrlo, como por no lograrlo, nos exponemos a caer luego en un vacío
de sentido o vacío existencial. El famoso “listo, ya lo tengo, ¿y ahora qué?”.
A cada ser humano, le toca encontrar sus propias respuestas, a cada cual le toca descubrir su
propia verdad. Lo que es útil para uno puede no tener sentido para otro, y lo que es
significativo para este último puede carecer de valor para el primero.
Aunque el hecho de encontrarle sentido a la vida no nos es enseñado en la escuela, es de
gran importancia para lograr una vida satisfactoria en todos los sentidos. Pues al vivir una
vida sin verdadero sentido, cualquier cosa carece de significado y no se obtiene ninguna
satisfacción real.

3.4.3. La construcción de la vida personal

La construcción de la vida personal es un plan que se idea para poderlo realizar.


Es aquello que una persona se traza con el fin de conseguir uno o varios propósitos para su
existencia, en otras palabras, se asocia al concepto de realización personal, donde lleva a las
personas a definir conscientemente las opciones que puede tener para conducir su vida y
alcanzar el destino que se propone.

Cuando se finalizan fases importantes en la vida; por ejemplo, acabar la secundaria o la


universidad, llega el momento de decidir que hacer con nuestras vidas. Decidir por uno
mismo, es un paso muy trascendental ya que implica tomar las riendas de la vida personal y
asumir las consecuencias de dichas decisiones (ser responsable).

La construcción de la vida personal debe contemplar tres aspectos fundamentales: visión,


misión y metas. La visión en un proyecto es la imagen del futuro que queremos lograr, nos
indica a donde queremos llegar y como seremos cuando lleguemos. Esto incluye objetivos,
aspiraciones, esperanzas, sueños y metas. La misión es la forma de llegar a la visión a lo largo
del tiempo, son las actividades que vamos a realizar para concretar la visión. Las metas son
las realizaciones concluidas en el tiempo de lo que nos hemos propuesto como proyecto de
vida.

Es importante considerar que la formación que recibimos en el ambiente familiar, social y


cultural influye en la construcción de la vida personal.

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