Está en la página 1de 9

Apuntes sobre el sentido de la imagen

Danicla F1orini
Let icia Schilman

¿De qué manera significan las imágenes?¿Dónde reside su sentido?¿Qué


hay de natural y qué de convencional en una imagen? ¿Tiene la imagen visual
un sentido propio independientemente del que le da la cultura?¿Cómo in­
terviene el lenguaje verbal en el momento de comprender ese sentido?
Estos interrogantes nos han llevado a una indagación respecto de la ima­
gen que creernos útil para el diseño gráfico, ya que tanto en su teoría como en
su práctica se ponen en juego problemas acerca del estatuto de la imagen yde
las formas de asignarle sentido: el diseñador que considera a la imagen como
una simple copia de lo "real" se encuentra en las antípodas del que la piensa
como un producto cultural que debe ser interpretado. Una disyuntiva que
atraviesa todo el proceso de diseño: el diseñador puede considerarse un
mero reproductor de "la realidad" o un productor conciente de significacio­
nes que se echarán a andar en la trama social.
Hemos escuchado hasta el cansancio que vivimos en una civilización de
la imagen, que la nuestra es una época visual, que una imagen vale más que
mil palabras, lo cierto es que más allá de estas definiciones del sentido
común, la omnipresencia de la imagen dificulta la posibilidad de compren­
der su sentido.
Estamos inclinados a creer que las imágenes que nos rodean nos dicen lo
que son de una manera franca y declarada, que entenderlas no requiere de un
aprendizaje previo. De este modo, nos parece que su sentido es transparente
y natural. Esta idea de la imagen "natural" impide entender los distintos pro­
cedimientos culturales puestos en juego -en el diseño, por ejemplo- con­
ciente o inconcientemente, tanto en el momento de su producción como de
su lectura.

159
/ ),1111dll ho11111 y 1..eticia Schilman Apuntes sobre el sentido de la imagen

Sobre esos procedimientos nos centraremos, a partir de distintas pers­ titución de múltiples puntos de vista, la depuración de las formas llevada
pectivas teóricas, que, creemos, permitirán una comprensión más acabada a cabo por la Bauhaus, las formas alucinadas del mundo onírico del surre­
de la problemática. Es necesario aclarar que el objeto de nuestro análisis será alismo, la búsqueda de la abstracción, logran que la imagen se libere del
la imagen visual fija, ya que el estudio de la imagen en secuencia o en movi­ mandato de ser el espejo de lo real, para aparecer corno el resultado de la
miento tiene su propia complejidad. percepción del artista.
El recorrido que proponemos por distintos paradigmas teóricos apunta El cuadro del pintor suprernatista Y ladimir Malevich "Blanco sobre
entonces a situar en un lugar central el problema del sentido como producto blanco", no pretende representar a ninguna entidad del mundo real. Por
de una cultura y una época determinadas. eso la critica de la época, escandalizada, lo considera "un desierto". Al
preguntársele a Picasso acerca del parecido de un cuadro suyo con un ca­
ballo, la respuesta del pintor es elocuente: "Esto no es un caballo, esto es
l. La imagen: ¿representación o convención? un cuadro".
Con la aparición de la técmca fotográfica, el peso de la representación mi­
A la hora de analizar el sentido de la imagen aparece insistentemente la mética de la realidad recae sobre este nuevo campo. la figura del pintor retra­
idea de copia, de semejanza, de parecido con las cosas. Esta relación de imi­ tista se ve eclipsada por el fotógrafo, lo cual termina de liberar a la pintura de
tación y fidelidad que guardaría la imagen con el mundo "real" todav!a im­ la tarea de la figuración. Asf, la fotografía asume la misión de representar y rele­
pregna nuestras percepciones en torno a la misma. vare! mundo de modo fidedigno: una fotografía puede usarse como prueba en
El presupuesto de que la imagen visual -el caso de la pintura es paradig­ un proceso judicial o como testimonio contundente. El retrato fotográfico se
mático- debe copiar a la naturaleza que le ha servido de modelo, ha sido toma como prueba de identidad de una persona, así como la práctica perio­
muy difundido durante el Renacimiento, periodo en que se le asigna a la dística o las disciplinas científicas se valen de la foto para validar la existencia
imagen la función de re-presentación, es decir, de volver a presentar un o inexistencia de un hecho. En este campo, imagen y realidad aparecen fuer­
mundo exterior cuyas reglas pueden ser develadas mediante el saber cien­ temente ligadas
llfico y matemático. En lo que hace al diseño, en la segunda década del siglo XX, comienza a
Para el imaginario de la época, pintar es una cuestión mental. la pers­ conformarse como una nueva disciplina, a partir de la constitución de escue­
pectiva se constituye en una herramienta para reproducir los objetos natu­ las destinadas a la enseñanza y a la difusión de dicha práctica, como la Bau­
rales, las "cosas tal como son", vistas por el ojo de un observador neutral. haus y el Constructivismo ruso.
"El espejo es e! maestro de los pintores", escribe Leonardo da Vinci. El pin­ En ambas escuelas el diseño se piensa como la generación de objetos en­
tor debe hablar e! "lenguaje de la naturaleza", para poder reproducirla de teramente nuevos, que transformarán a la sociedad existente. El rechazo ex­
manera fidedigna. plícito del arte académico, figurativo, y de su función representativa se hace
Este paradigma de la representación mimética predominará en la hi!>­ en pos de una imagen pura y despopda de tradiciones. El objeto o la pieza di­
toria del arte hasta avanzado el siglo XIX, cuando comienza a ser cuest io­ señada tienen su fundamento en la idea de construcción, y no en la de repro­
nado por movimientos artisticos como el impresionismo. Ya en el siglo ducción típica de las práct icas artísticas tradicionales. As[, en las escuelas de
XX, las vanguardias estéticas terminan de derrumbar el modo de repre­ diseño también se debate en torno a la compleja relación entre la imagen y lo
sentación perspectivista para asignarle a la imagen una mayor autonomía. real.
La revolución conceptual y perceptual generada por las vanguardias esté­ Algunos teóricos de la Bauhaus como el pintor ruso Yassily Kandinski,
ticas de principios del siglo XX, llega a infringir la idea misma de "real". la sostienen la idea de que la imagen tiene un sentido en sí misma, indepen­
deconstrucción del espacio realizada por el cubismo en la pintura, la ins- dientemente de los significados asignados por la cultura. En su libro De lo es-

160 161
/)anida f'ioriniy LcticiaSchilman
Apuntes sobre el sentido de la imagen

pirilual en el arle (1912), el artista plantea la existencia de una correlación fija


entre determinadas formas, colores, sonidos y e stados anímico s. 100 sistema de signos que deben ser interpretado s . "El arte y las aptitude s para
E sta teoría e s tildada de conservadora ya que postula la exis tencia de ca­ comprenderlo se confeccionan en un mismo taller" (Clifford Gcertz, J 994:
tegorías transhistóricas y univer sales, invariables a través del tiempo. Sin em­ 144). El autor señala que la linea recta en la pintura yoruba, o el óvalo en la
bargo, e s tas ideas ya están presente s en los primeros debates acerca de la cultura abetam, por ejemplo, no s on elementos meramente formales sino
naturaleza de la imagen. Platón, en el Cratilo, cue stiona la relación entre las que dependen del contexto s ocial en el que s e producen y están intrínseca­
palabra s y la s cosa s y se pregunta si esta relación es de índole natural o con­ mente relacionados con un "conocimiento local".
vencional. Sin embargo, en el caso de las imágenes Platón tiene la certeza de Por lo tanto, desde la perspectiva semiótica, podemos considerar que las
.
que és tas son copias de las cosas puesto que comparten con ella s una e sencia imágenes que forman parte de nuestro mundo vis ual no son formas ab strac­
común. tas dotadas de una significación universal, transcultural o unívoca sino más
Contra la idea de que las imágenes imitan "naturalmente" a las co sas, dis - bien productos culturales que sólo pueden ser leidos como signos , en el
tintas disciplinas como la semiología, la antropología o la sociología, enfati­ marco de una historicidad.
zan el carácter convencional y culturalmente codificado de las imágenes. En
otras palabras, el s entido está instituido por la cultura y para aprehenderlo es
necesario el conocimiento de ciertos códigos. La semiótica plantea que la no­ 2. La imagen como signo: la mirada semiológica
ción misma de imagen es convencional ya que no hay nada en ella de "natu­
ral" respecto de los objetos que representa. En lo s año s :60, la s emiología e s tructurali s ta adopta el paradigma
Esta perspectiva ha influido considerablemente en algunas corrientes dedi­ s�ussureano aplicando los conceptos de la lingüística a otros campos signi­
cadas a examinar críticamente la hi storia del arte. Los estudios de Michael Ba­ ficantes. Recordemos que según Ferdinand de Saussure, el sis tema de la len­
xandall ( 1978) apuntan a la idea de que la percepción es culturalmente relativa, g�a e s tá compuesto por signos , es un conjunto de unidades mínimas y
dado que en el momento de comprender una obra de arte se ponen en juego discretas . El signo -unidad mínima- es una entidad compuesta por dos
competencias hi stóricamente variables. Un hombre del Renacimiento ve dife­ caras, significado y significante, cuya relación es arbitraria, es decir, inmoti­
rente s gradaciones de azul ultramarino -de uno, dos o tres florines la onza­ vada, no sujeta a ningún orden "natural". Los signos adquieren significación
donde un hombre contemporáneo percibe solamente "azul". Desde la per spec­ dentro de un sistema, un conjunto de elementos cuyo sentido e s mayor a la
s ma de la s partes. Al interior del s istema, las identidade s respectiva s se de­
tiva de Baxandall, una obra de arte depende de categorías, convenciones y un �
contexto que son culturalmente relativos. Una pintura del Renacimiento como finen por oposición y poseen por lo tanto un valor diferencial.
"El nacimiento de Venus" de Botticcelli, sólo puede ser interpretada cabalmente Las �orrientes más ortodoxas del estructuralismo extienden las categorias
.
si el es pectador está imbuido del "ojo de la época" 1 º 1, es decir, si tiene acceso a
lmgúísucas al análisis del campo visual con siderando que toda imagen puede
ciertos conocimientos y competencias propias del momento histórico. pensarse como signo o sistema de signos. Los intentos de homologación de lo
Por otra parte, desde la antropología cultural, de base semiótica, una teo­ verbal a lo vi sual, se sustentan en el supuesto de que toda imagen está atrave­
ría del arte es necesariamente una teoría de la cultura, y una obra de arte es un sada por el lenguaje y no se puede hablar de sentido por fuera de éste. Esta idea
puede rastrearse en los postulados de Saussure, cuando afirma que no se pue­
100 Kandinski postulaba axiomáticamente la existencia de relaciones entre el color amarillo yel den formular ideas o conceptos por fuera del sistema de la lengua. 102
canto de un canario, el marrón yel mugido de una vaca, o el violeta yla melancolía, entre otros.
101 Esto supone el conocimiento de los movimientos de la "bassa danza", que están plasmados en la
obra, competencias vinculadas con la m1tologla clásica humanista, yla puesta en juego de nociones 1º2 Con esto Saussure se opone a la tradición lingüística del siglo XIX que asociaba al lenguaje con
_
de antmética y geometría adquiridas en la vida cotidiana. la idea de nomenclatura Para Saussure este enfoque era errado porque presumía la existencia de
ideas que antecedían a las palabras.
162
163
1 >muda /-101111i y 1.cticiaSchilman Apuntes sobre el sentido de la imagen

En esa dirección, Roland Barthes, en un intento de equiparación de lo 2 .1. El problema del iconismo
verbal a lo visual,plantea que todo objeto o imagen visual está atravesado por
el lenguaje verbal: Uno de los obstáculos que surgen a la hora de pensar a la imagen como
entidad semiótica es la compleja relación que entabla con su objeto o refe­
'Jamás nos encontramos con objetos significantes en estado puro; el lenguaje rente. Al respecto, resulta clave la polémica desarrollada a principios de los
interviene siempre como intermediario, especialmente en los sistemas de años 70 entre Umberto Eco y Tomás Maldonado, en torno al problema del
imágenes, bajo la forma de t!tulos, leyendas, artlculos; por eso no es justo
iconismo.
afirmar que nos encontramos exclusivamente en una cultura de la imagen".
Para abordar este debate es necesario retomar algunas nociones teóricas
(Barthes, 1993: 246).
del paradigma semiótico de Charles S. Peirce (1987). Para Peirce un signo
representa a algo (su objeto), en algún aspecto o carácter, generando una
idea (su interpretante). El signo o representamen está en lugar de otra cosa. 1 °"
la primera semiología estructuralista se ocupará entonces de analizar el
sentido de la imagen a través de la búsqueda de signos en tanto unidades mí­
Por lo tanto aquí reaparece el problema del referente, dejado de lado por
nimasy significantes. w3 Siguiendo este análisis,cualquier objeto-una foto,un
Saussure por considerarlo no pertinente para la semiología.
afiche publicitario, un cuadro, una pieza de diseño- puede ser descom­
Para Saussure-como analizajulián Vazeilles en su capítulo-,el signo no
puesto analíticamente en unidades fijas y discretas: signos,que a partir de su
está en lugar de ningún objeto: significado y significante,los dos componen­
articulación,dan cuenta del sentido presente en el mensaje analizado.
tes del signo,tienen un carácter puramente psíquico. A diferencia de ese bi­
En el caso del diseño también sería posible encontrar unidades fijas y seg­
narismo, el signo peirciano, plantea una relación triádica: representamen,
mentadas: las variaciones formales y cromáticas, las distintas tipografías,las
objeto e interpretante. Es fundamental estudiar las relaciones que se estable­
figuras o trazos, no serían otra cosa que signos.
cen entre el signo y su objeto-icónica, indicia!, simbólica-para abordar el
El modelo estructuralista aplicado al campo de la imagen plantea otras
problema de la imagen. Un ícono (una imagen) es, para Peirce, aquel signo
derivaciones analíticas como la adopción de categorías lingüísticas-la retó­
que se vincula con el objeto fundamentalmente a partir de la semejanza.
rica,la gramática,la sintáctica- para el análisis visual. Según Barthes "Los cri­
la polémica entre Eco y Maldonado mencionada anteriormente se
terios del lenguaje publicitario son los mismos que los de la poesía: figuras
desarrolla justamente en torno a la noción de ícono. Desde la postura semio­
retóricas, metáforas,juegos de palabras" (Barthes,1993: 242). Esto permite
lógica estructuralista que sostiene Eco,la noción de ícono representa un pro­
la extrapolación de figuras del lenguaje-la metáfora y la metonimia-, para
blema ya que plantea una relación entre la imagen y su referente u objeto,
dar cuenta del universo de lo visual con mayor especificidad. Esta postura
descartada por Saussure.
plantea varios problemas,entre ellos,el de la relación de semejanza.
Eco,en consecuencia,no toma en cuenta al objeto,al que considera una
"realidad extralingüística" que carece de pertinencia para la semiología. El
signo no se pone en relación con un referente,sino con otros signos.
la propuesta de Eco consiste en reformular la noción de icono El ícono
para él,deja de ser una relación entre una imagen o signo y el obje.to que re�
presenta,para convertirse en una relación entre dos términos constitutivos
1º Otras disciplinas como la antropología también adoptaron este enfoque. Al respecto Claude
'.
LeVJ-Strauss, en la Obertura de Lo crudo y lo cocido, apunta: "Si la pintura merece ser llamada len­
guaJe, es porque,_com� todo lenguaje, consiste en un código especial cuyos términos son engen­
drados por combmac1on de unidades menos numerosas que participan ellas mismas de un código 104
De todos modos para Peirce el objeto representado no es el objeto real (objeto dinámico), al cual
más general." (Lt'vi-Strauss, 1996:29) nunca podemos acceder, sino una entidad interior a la semiosis (objeto inmediato).

164 165
Dc1niela Fiorini y Leticia Schilman Apuntes sobre el sentido de la ima gen

del signo. El iconismo pasaría a ser una relación codificada culturalmente, En esta misma línea, el historiador del arte Ernst Gombrich, plantea que
entre un plano de la expresión y un plano del contenido, donde la relación de ara
� leer correctamente una imagen debemos tener en cuenta el papel que
semejanza con el objeto o referente está completamente ausente. 1º5 estaJuega en nuestra adaptación a un medio ambiente. Ciertas imágenes ten­
En sus investigaciones, Eco plantea que cualquier relación de semejanza drían un "valor biológico" irreductible a lo cultural. Gombrich argumenta
siempre está codificada, es "efecto de una decisión cultural y como tal re­ que "el pez que se traga a la mosca artificial no pregunta al lógico en qué as­
quiere de una percepción adiestrada" (Eco, 1988: 303). Para el autor, la se­ pectos se parece a una mosca y en qué otros no" (Gombrich, 1991: 268). Sos­
mejanza es una operación del conocimiento y requiere de un aprendizaje. tiene que comprendemos las imágenes porque ponemos en juego facultades
Por ese motivo, las cosas que son semejantes para una cultura no necesaria­ tanto innatas como aprendidas, pero que sin un punto de partida "natural"
mente lo serán para otra. 106 nunca podríamos lograrlo.
Mientras que para Eco la relación icónica está siempre previamente codi­ Sin embargo, es difícil sostener la idea de una total ausencia de códigos a
ficada y se basa en una convención cultural, para otros autores, como Maldo­ la hora de encontrar el sentido de una imagen. ¿Es posible analizar una ima­
nado, el ícono no depende de una convención y la imagen no requiere de un gen sustrayéndola del contexto en el cual es producida? ¿Existe el mismo
código para ser leída o interpretada. grado de codificación en el campo de lo visual que en el campo de lo verbal?
Maldonado elabora una crítica al enfoque de Eco acusándolo de simplista Según Gombrich, las competencias puestas en juego a la hora,de encontrarle
y de ignorar el principio de realidad al no tener en cuenta que el ícono tiene sentido a una fotografía y reconocer en ella un significado, son menores que
un sentido empíricamente comprobable. las requeridas para abordar un texto en latín. Desde nuestra perspectiva no
Para Maldonado las imágenes tienen un valor referencial. Una imagen es posible cuantificar la diferencia entre lo verbal y lo visual, pero es necesa­
de la luna vista a través de un telescopio registra un segmento de la reali­ rio conceptualizar la relación compleja entre ambos lenguajes a partir de no­
dad, representa al "referente luna" y es semejante al objeto ffsico que se ciones como código y convención.
quiere conocer. Plantea la existencia de una semejanza entre la luna obser­ Siguiendo a Eco en este punto, la noción de código cultural es clave para
vada por la lente del telescopio y la "luna real", que no depende de códigos el análisis semiótico de la imagen.
ni de convenciones.
Siguiendo este análisis, toda imagen es una proposición "algo capaz de
significar un estado de cosas", un modelo de la realidad. "Un modelo en yeso 2.2. Los límites del primer modelo semiológico
de un cocodrilo se apropia de la palabra cocodrilo a falta del animal verda­
dero" (Maldonado, 197 4: 235). la aplicación de los conceptos de la primera semiología estructuralista
al campo de las imágenes presenta limitaciones vinculadas con la trasla­
ción punto por punto del plano de lo verbal al plano de lo visual. Al tratarse
105
Eco utiliza las categorías planteadas por Hjemslev(l 968) para reformular el signo saussureano de dos �enguajes diferentes, con especificidades y características propias,
utilizando los términos de "expresión"y "contenido" para referirse al significante y significado res­
pectivamente. ¿es posible extrapolar categorías de la lengua para dar cuenta del sentido de
lO<i Para ejemplificar que la semejanza es una relación de carácter cultural, Eco plantea: "La expe­ las imágenes?
riencia común nos dice que la sacarina es 'semejante' al azúcar. En cambio, el análisis químico
muema que _ las dos sustancias no tienen propiedades comunes(. ..) Ni siquiera podemos hablar de Autores como Émile Benveniste ya habían cuestionado la homologación
semepnza Visual, porq ue _ en ese caso el azúcar seria más semejante a la sal. Digamos, entonces, que de ambos lenguajes, dado que cada uno tiene su especificidad. El autor plan­
las que llamamos propiedades comunes no conciernen a la composición quimica sino al EFECTO
de los dos compuestos en las papilas gustativas. Producen el mismo tipo de experiencia, ambos son tea que no hay "sinonimia" entre sistemas semióticos, que no puede "decirse
'dulces'. La dulzura no es una propiedad de los dos compuestos, sino un resultado de su interacción la misma cosa" mediante la palabra y la pintura, por ejemplo, porque se trata
con nuestras papilas, pero este resultado se vuelve pertinente en una civilización culinaria que ha
opuesto todo lo que es dulce a todo lo que es salado, áspero o amargo". (Eco, 1988: 297). de dos sistemas diferentes. Benveniste se pregunta si pueden reducirse todos

166 167
Danicla Fioriniy LcticiaSchilman
Apuntes sobre el sentido de la imagen

los sistemas semióticos a unidades llamadas signos. La respuesta es negativa. cuando se tratara de decenas y decenas de miles todos estarían codificados
Sistemas como la "lengua musical" contienen unidades mínimas, pero no debidamente, mientras que las miles y miles de maneras de dibujar a un
son signos (unidades significantes). En las artes figurativas -pintura, dibujo, hombre no son previsibles." (Eco, 1988: 315)
escultura-es cuestionable la existencia de unidades mínimas. Eco distingue entre códigos débiles o ratio difficilis-más laxos y abiertos y de
limites imprecisos- que se corresponden con los sistemas de imágenes, y códi­
"El artista no recibe un repertorio de signos, reconocidos tales, y tampoco es­ gos fuertes o ratioJaccilis, propios del lenguaje verbal. (Eco, 1988: 282). 108
tablece ninguno. El color, un material, trae consigo una variedad ilimitada de
Los límites teóricos que surgen en torno a la búsqueda de unidades míni­
matices que pasan uno a otro y ninguno de los cuales hallará equivalencia con
mas significantes en las imágenes, llevan a Eco a plantear en este terreno la
el signo lingüfstico ... La significancia del arte no remite nunca a un conven­
ción idénticamente heredada entre coparticipes. Cada vez hay que descubrir crisis del signo, para adoptar una noción más amplia: la de texto. "En el caso
sus términos, que son ilimitados en número, imprevisibles en naturaleza, y de las imágenes tenemos que ocuparnos de bloques macroscópicos, textos
as! por reiventaren cada obra-en una palabra, ineptos para fijarse en una ins­ cuyos elementos articulatorios son indiscemibles" (Eco, 1988: 321).
titución." (Benveniste, 1977: 62-63). De esta manera, el análisis en el campo de lo visual no supone el recono­
cimiento de unidades mínimas y discretas, sino un análisis global de la pieza
La lengua, por el contrario, basa la posibilidad de todo intercambio en la visual. Además no es posible analizar las imágenes de forma aislada sin tener
existencia de términos-signos-imitados, previsibles y convencionalmente en cuenta el contexto en el cual éstas son producidas. El sentido es contextual
instituidos. Por lo tanto, dos sistemas semióticos de fundamentos diferentes y no supone unamera sumatoria de elementos o signos.109
no pueden ser mutuamente convertibles. El reconocimiento de estas dife­ La noción de texto trae aparejada la necesidad de actualización o lectura
rencias permite superar la noción saussureana de signo en el plano de la vi­ es decir de una interpretación. Como todo acto de comunicación, el text�
sualidad. implica un destinatario, un lector que debe poner en juego sus competencias
Umberto Eco también plantea la dificultad de distinguir en forma precisa interpretativas. La lectura de una imagen, entonces, no es un proceso de
unidades mfnimasydiscrctas dentro de la imagen.Según el autor esta imposi­ aprehensión inmediata, sino que consiste en una serie de operaciones com­
bilidad radica en que la imagen, a diferencia del lenguaje verbal, no tiene plejas que debe realizar e! lector.
doble articulación. 107 No podemos sube!1vidir a la imagen en unidades míni­
mas fijas e invariables ya que persiste en ella una cualidad analógica o moti­
vada. La arbitrariedad, -característica necesaria para el sistema saussureano 3. La imagen en la trama discursiva
de la lengua-, no puede verificarse de igual modo en los códigos visuales.
El problema reside en la imposibilidad de plantear una relación fija y uní­ Un aporte indispensable para enriquecer el análisis de lo visual es la teoría
voca entre los componentes del signo. La relación inmutable queSaussure de la enunciación, que trabaja sobre el espacio discursivo y cuyos exponentes
postula entre el significante y el significado no puede aplicarse a la imagen, teóricos mayores son Mijail Bajtín y Émile Benveniste.
dado su carácter ambiguo y variable-según Eco está regida por un código
106Christian �etz (1974), en sus estudios semiológicos
débil-que deviene del contexto en el cual se produce. "Es cierto que puedo sobre el cine, plantea que en el análisis de
la 1�gen fil�JCa, surgen problemas sinúlares: la ausencia de unidades discretas que tengan al na
decir 'hombre' verbalmente en centenares de dialectos y lenguas, pero aun mimma semepnza con los morfemas del sistema de la lengua y la ausencia de un criterio de grama- gu

ucahdad.
109 En la misma linea, Christian Metz propone
107 Eco sugiere que, a diferencia del lenguaje verbal que puede descomponerse en unidades míni­ abandonar el modelo de la lingüística en el anáhsis
de_l mensaje cmematográft_ co, para centrarse en la noción de texto con el objeto de abarcar el men­
mas, significativas y distintivas-fonemas, morfemas, monemas-, en el caso de las imágenes no es saje en su I otahdad y dehm1tar un corpus analítico amplio. Es as! que puede hablarse de un "film­
posible esta operación ya que están regidas por códigos débiles e imprecisos. texto". una "fotografía-texto" e incluso la obra total de un autor puede verse como un texto.

168
169
Da niela Fiorini y LeticiaSchilman
Apuntes sobre el sentido de la imagen

Mientras que la semiología opera con un sistema cerrado y abstracto de Desde la perspectiva de Bajtín todo acto de comunicación reviste la forma
signos, las teorías de la enunciación se centran en las situaciones comunica­ del diálogo, es decir que todo enunciado está prefigurando una respuesta
tivas concretas, el aquí y el ahora del discurso. Esto supone el pasaje de la ins­ desde el momento mismo en que se produce. Es necesario recalcar la impor­
tancia de la lengua como código al lenguaje como discurso. tancia de este paradigma a la hora de pensar las teorías del discurso, en tanto
Recordemos que la lingüística de base saussureana, al oponer lengua y protagonismo simultáneo del enunciador y el destinatario.
habla, se centra en el estudio del código-la lengua-y descarta el análisis del
habla, en tanto la considera ejecución individual. Este aspecto, vinculado " ... Bajtfn concibe la comunicación, no como una 'ida y vuelta' entre un
con el uso concreto de la lengua, es retomado por Bajtín y Benveniste. enunciador y un destinatario sino como un diálogo constante; no ya como un
Tal como ha sido analizado en el capítulo anterior, Benveniste desarrolla proceso donde uno habla y el otro escucha para, con suerte, asumir después
la idea de enunciación como la puesta en funcionamiento de la lengua por un la palabra, sino como un intercambio simultáneo, un protagonismo doble,
acto individual de utilización, pero que inmediatamente instaura a un otro donde la postura de respuesta del oyente está en formación desde el princi­
como destinatario. Antes de la enunciación, la lengua es una mera posibili­ pio" (Arfuch, 1997: 163-164).
dad. En el acto de la enunciación el enunciador se apropia del aparato formal
de la lengua, teniendo como co-referente a ese otro, y así la lengua deviene Mientras que el modelo saussureano describe a un receptor pasivo que a
discurso. partir del conocimiento de un código puede comprender el sentido del men­
Este aparato formal consiste en ciertas marcas específicas que ponen al lo­ saje tal como es emitido, Bajtín desarrolla una idea de la comunicación no li­
cutor en relación constante y necesaria con su enunciado: los pronombres neal, donde el destinatario ya está presente en el enunciado-aun antes de ser
personales (yo, tú), los índices de ostensión (éste, ése, aquí) y los tiempos formulado-como una figura hipotética de receptor, con saberes, expectati­
verbales, que delimitan el aquí y el ahora de la enunciación, y de esa manera vas, deseos, objeciones ...
un "pasado"y un "futuro". Para Bajtín, la "lengua" saussureana es siempre neutra, no tiene estilo, no
Para una analítica de lo visual, sería necesario plantear marcas específicas está enmarcada en un contexto, no le pertenece a nadie. En cambio, el enun­
y propias d; la imagen, que vinculen al enunciador, el destinatario y el enun­ ciado-la unidad mínima de la comunicación discursiva -tiene un autor, ge­
ciado y que a la vez no sean una transcripción lineal de las marcas enunciati­ nera siempre una respuesta, supone la presencia de un otro que lejos de ser
vas propias de la lengua. un oyente pasivo es un constructor activo de nuevos significados.
¿Puede la imagen entenderse como un discurso, en el sentido en el que lo Siguiendo la concepción bajtiniana podemos pensar la imagen como una
plantea Benveniste, como la puesta en juego de la lengua y la apropiación de Jorma discursiva. Está dirigida a alguien, y las marcas o huellas de ese destina­
la palabra? tario están siempre presentes en el discurso visual. Asimismo, lejos de poder
En la imagen hay un enunciador, que es la condición necesaria de todo analizarse de manera aislada, la imagen está inmersa en un contexto socio­
discurso, pero éste intenta borrar sus huellas en el enunciado para generar la cultural y circula en una red discursiva emparentándose con otros discursos.
ilusión, como en el caso de la imagen fotográfica, de que nadie está detrás de
la cámara, de que nadie mira al modelo fotografiado. En ninguna parte de la
imagen -salvo en el caso límite de la firma-se explicita la presencia del enun­ 4. La imagen como acto de habla
ciador, excepto cuando se trata de marcas estilísticas reconocibles que tradu­
cen la subjetividad del autor. Sin embargo, se pueden encontrar huellas de la La teoría de la enunciación, al ocuparse de analizar los usos de la lengua
enunciación en la fotografía: mirada a cámara, encuadre, virajes cromáticos, como discurso y las actualizaciones y apropiaciones constantes por parte de
fotomontaje, etc. los sujetos, nos lleva a establecer relaciones con el campo de la pragmática.
170 171
/)amela fiolini y Leticia Schilman Apuntes sobre el sentido de la imagen

La pragmática aborda, más que el estudio de un lenguaje determinado, la uti­ <lucen cambios en la situación: incitan, estimulan, perturban, movilizan la
lización que hacen de él los sujetos hablantes. Por pragmática se entiende: capacidad de cognición y comprensión.
Por el contrario disciplinas como el diseño y la publicidad no ocultan esta
"El estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunica­ dimensión performativa, sino que explicitan el objetivo de convencer, disua­
ción, es decir, las condiciones que determinan el empleo de enunciados con­
dir, prescribir actitudes y comportamientos, es decir, de hacer ser y hacer.
cretos emitidos por hablantes concretos en situaciones comunicativas
Sin embargo, dado que el proceso comunicativo no se reduce a las inten­
concretas, y su interpretación por parte de los destinatarios." (Escande\l
ciones racionales, prefiguradas por el publicista o el diseñador, no hay nin­
Vida\, 1993: 16).
guna garantía de que se produzcan los efectos buscados:
El enfoque pragmático implica considerar los factores extralingüísticos
"En esta linea de pensamiento [se refiere a la concepción de la comunicación
que determinan el uso del lenguaje y que no pueden ser estudiados desde un
en Derrida] el desvío, la deriva, el malentendido no aparecen como infortu­
enfoque gramatical: las figuras del emisor y el destinatario, la intención co­
nios u obstáculos en el camino de una comunicación 'feliz', sino más bien
municativa, el contexto verbal y extra verbal. 110 No basta con entender las pa­ como la posibilidad misma del lenguaje-de los lenguajes-y, por ende, de la
labras, hay que saber a qué objetos, hechos o situaciones se refieren, y qué comunicación" (Arfuch, 1997: 145).
utilización hacen de ellas los sujetos hablantes.
Desde una perspectiva pragmática, el filosofo del lenguaje John Austin 111 En relación con las posibilidades performativas de la imagen 112, Gom­
sostiene que decir algo supone siempre hacer algo: al enunciar una frase cual­ brich sostiene que "la imagen visual tiene supremacía en cuanto a la capaci­
quiera, se cumplen tres actos simultáneos: el acto locucionario � que ser�a dad de activación, que su uso con fines expresivos es problemático, y que, sin
equivalente al significado-, el ilocucionario-la acción que se reahza al denr otras ayudas, carece en general de la posibilidad de ponerse a la altura de la
algo-y el perlocucionario-que produce un efecto, intencional o no, verbal o función de exposición del lenguaje" (Gombrich 1991: 130). Pero si bien el
no, en el oyente, por ejemplo, convencer, disuadir o simplemente cerrar una medio visual no posee el grado de abstracción presente en el mensaje verbal
puerta. y carece de la capacidad de formular inferencias lógicas, sin embargo la ima­
La performatividadalude a la posibilidad implícita en todo lenguaje de gen puede funcionar como señal para producir reacciones, es decir, desper­
un tipo de acción, es decir, la capacidad de producir cambios, incluso no tar o activar un estado mental en el destinatario, aunque hay atributos
buscados, en distintas situaciones comunicativas y esferas de la realidad. característicos de la lengua como, por ejemplo, la facultad de la negación. 113
En este sentido, toda imagen tiene una dimensión performativa, ya que Retomando los postulados deJohn Austin, Guy Gauthier plantea la existen­
más que describír estados de cosas-capacidad de abstracción, descriptiva, cia de imágenes performativas, con la capacidad de provocar cambios en los
simbólica del lenguaje-hace cosas. Un cuadro, una ilustración didáctica, un estados de cosas. Si bien la imagen tiene poca capacidad descriptiva o cons­
diagrama, un álbum de fotos familiares, parecerían carecer de performativi­ tatativa, es un "enunciado performativo de acción ampliamente diferida y
dad, haciéndonos creer que simplemente están ahí para transmitir una serie con rendimiento incierto" (Gauthier, 1992: 234). En cuanto a sus posibili­
de informaciones dadas. Sin embargo, detrás de su aparente inocencia, pro- dades, la imagen muestra limitaciones en su capacidad descriptiva si la com­
paramos con el lenguaje verbal.

110 ui pragmática reintroduce en el estudio del lenguaje la noción de objeto o referente,descartada


112 G ombrichse vale de la clasificación propuesta por el lingüista Karl Buhler. quien distingue entre las
por la semiología estructuralista. . . . . ..
111 Filósofo inglés, incluido dentro de la "hlosoffa del lenguaJe ordmano , que desarrolló su ense­ funciones de expresión, activación y descripción para analizar el lenguaje.
113 Para G authier, sin embargo las imágenes en movimiento o aquellas que poseen la capacidad de
ñanza en la universidad de Oxford (1911-1960).
juego secuencial como el comic. pueden transformar una constatación en un estado negativo.

172 173
Apuntes sobre el sentido de la imagen
Daniela fioriniy LeticiaSchilman

En efeclo, la negación, la disyunción y la causalidad, atributos propios de


la lengua verbal,le están vedados a la imagen. La imagen no dispone del "no",
ni del "o", ni del "por qué", ni del "sí". En lodo caso ésta podría dar cuenta del Referencias bibliográficas
"y", de la yuxtaposición o co-presencia de elementos en ella. Al no disponer
la imagen de eslas características y al no estar condicionada por los tiempos
ARFUCH,l. (1997) "El diseño en la trama de la cultura: desaffos contemporáneos",
verbales -aquellos que sitúan el aquí y el ahora del discurso-, la imagen nos
en Diseño y comunicación. Teorlas y enfoques criticas, Buenos Aires,Paidós.
presenta la ficción de que está transcurriendo ahora, en un tiempo siempre
AUSTIN,J. (1990) Cómo hacer cosas conpalabras, Barcelona, Paidós.
presente, excluyendo, según Gauthier, el pasado y el futuro. BAJTlN,M. (1982)"El problema de los géneros discursivos",en Estética de la creación
La lógica de la imagen difiere de la lógica del lenguaje verbal. Lo visual no verbal, México,Siglo XXI.
cuenta con los medios necesarios para representar las determinaciones lógi­ BARTHES, R. (1993) La aventura semiológica, Barcelona, Paidós.
cas de las que se vale el lenguaje-principios de identidad, de diferencia, re­ BAXANDALL,M. (1978) Pinturay vida cotidiana en el Renacimiento,Barcelona, Gus­
laciones causales. A partir de esta ausencia de determinaciones lógicas, tavo Gili.
buscar el sentido de una imagen supone el reconocimiento de una especificidad BENVENISTE,E. (1971)"El aparato formal de la enunciación", en Problemas de lin­
que no se reduce a las categorias de lo verbal. guistica general, México,Siglo XXI.
Estas ideas nos permiten repensar desde otras perspectivas la propia ECO,U. (1988) Tratado de semiótica general, Barcelona, Lumen.
práctica del diseño, ya no como una serie de operaciones y combinatorias ECO,U. (1988)Signo,Barcelona,Labor.
formales,sino como una construcción incesante de significaciones dentro de ECO,U. (1970)"Semiología de los mensajes visuales", en Análisis de las imágenes,
un contexto histórico y cultural,que permite tanto una interpretación o lec­ VVAA, Barcelona,Buenos Aires.
ESCANDELL VIDAL,M. (1993)/ntroducción a la pragmática, Barcelona,Antrophos.
tura crítica de los sentidos ya existentes, como la posibilidad de una mirada
GAUTHIER, G. (1992) 20 lecciones sobre la imagen y el sentido, Madrid, Cátedra.
más amplia para la generación de nuevos sentidos.
GEERTZ,C. (1994) Conocimiento local. Ensayos sobre la interpretación de las culturas,
Barcelona,Paidós.
GOMBRICH, E. (1991)"Imagen y código: alcance y limites del convencionalismo
en la representación pictórica",en La imagen y el ojo, Madrid, Alianza.
KANDINSKY,V. (1912)De lo espiritual enel arte, Buenos Aires.Andrómeda.
LEVI STRAUSS,C. (1996)"Lo crudo y lo cocido",en Mitológicas, México,Fondo de
Cultura Económica.
MALDONADO,T. (1974)"Apuntes sobre la iconicidad",en Vanguardia y racionali­
dad. Artículos, ensayos y otros escritos, Barcelona,Gustavo Gili.
METZ, C. (1974)"El estudio semiológico del lenguaje cinematográfico",en Revista
Lenguajes,Año 1,Nº 2,Buenos Aires,Nueva Visión.
PEIRCE,C. (1987) Obra lógico-semiótica, Madrid,Taurus.
SAUSSURE, F. (1991) Curso de LingüCstica General, Madrid.Alianza Universidad.

175
174

También podría gustarte