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CICLO: IX
AYACUCHO - PERÚ
2020
TEORIA GENERAL DE LOS TITULOS VALORES
La indudable ventaja de los títulos valores es que su gestión deja de estar sometida a
las normas reguladoras de la cesión de créditos, con su burocracia documental, para
situarse en la circulación de las cosas muebles, ya que el derecho se halla incorporado
en el propio documento. Todo esto implica ahorro en los costes de transacción y en el
tiempo de gestión.
El propio documento incorpora el derecho, por lo que el deudor no puede poner trabas
y objeciones si no se halla contemplado en el documento. En este sentido, la
circulación del crédito se halla unida al documento. En el tráfico económico y jurídico
de los títulos valores, los bienes correrán la misma suerte que pueda correr el título-
valor asociado a ellos, y este puede cambiar de mano. El mismo título-valor se puede
usar para obtener crédito, a través de su prenda o cesión en garantía. Además, el
título-valor facilita la liquidez del acreedor por su facilidad de transmisión.
Podemos definir título-valor como el documento por el que se ejerce el derecho literal y
autónomo que en él figura, a través de su exhibición, bastando la mera posesión del
mismo.
El poseedor de un título-valor tiene legitimidad para usarlo, pero no tiene porque ser
forzosamente el propietario. El título puede ser nominativo, a la orden o al portador.
Dependiendo de la transmisión del título, se puede distinguir entre circulación regular,
la circulación irregular y la circulación impropia del mismo. En la circulación regular, la
transmisión se produce según la normativa; en la irregular no responde a un acto
jurídico válido, como ocurre con el robo, sustracción o apropiación indebida del título; y
en la circulación impropia, se produce una cesión de créditos en los derechos,
pasando a regularse por las normas generales de la cesión de crédito.
Clases de títulos valores
- Según la influencia del negocio jurídico sobre la obligación del título: tenemos títulos
causales, en los que el negocio causal influye en la obligación documental del título, y
títulos abstractos, en los que el negocio causal está desconectado de los títulos.
INTRODUCIÓN
Es probable que uno de los temas que resulten menos llamativos para quien se esté
iniciando en el estudio del Derecho Cambiarlo sea el de la clasificación de los títulos
valores. Suena a algo teórico, que solo sirve como prolegómeno al análisis en
concreto de cada uno de los diversos documentos cambiarios previstos en nuestra
legislación. Muchas veces, se prefiere analizar de a primeras la regulación de la letra
de cambio, del cheque, del pagaré o de las acciones, pero se olvida que el diseño
legal previsto específicamente para cada uno de estos títulos recién tiene sentido si se
comprende a cabalidad la regulación general de los títulos valores, en donde la
clasificación de estos ocupa un lugar de suma relevancia.
Una de las más conocidas clasificaciones que existen para los documentos cambiarlos
es la que los distingue entre: a) títulos causales, y b) títulos abstractos.
También llamados causados, son aquellos en los cuales el acto jurídico que les dio
origen se encuentra expresado en el propio documento cambiarlo.
Por su parte, los títulos abstractos son los que se desvinculan totalmente del acto
jurídico o causa que les dio nacimiento, o sea, prescinden de la fuente que los originó.
Corno puede apreciarse, esta clasificación distingue a los títulos valores según si
contienen o no la causa de su emisión. Los títulos valores son, por regla general,
documentos abstractos, en el sentido de que para su validez no se requiere expresar
el motivo de su emisión y, lo más importante, su ejecución y cobro no se encuentran
supeditados a la verificación del acto jurídico del cual derivan. En ese sentido, el
profesor Gómez Contreras señala que "en cuanto a los títulos considerados como
abstractos, tal expresión no debe entenderse en forma literal: no se trata que esos
títulos carezcan de causa, sino que este se desdibuja, pierde relevancia, por cuanto el
título consiste, pura y simplemente, en el pago de una sumó de dinero"([1]).
De esta manera se tiende a facilitar la circulación del título valor (que es uno de los
principios cambiarlos más característicos) y resguardar a los sucesivos tenedores de
buena fe del documento, pues contra ellos no procederían las excepciones o
personales previstas en el artículo 19.3 de la Ley de Títulos Valores ([2])
Tan así es que en el pagaré, título valor que tradicionalmente se consideraba como
causal hoy ya no lo es, pues conforme al artículo 159 de la vigente Ley de Títulos
Valores, en el pagaré podrá dejarse constancia de la causa que dio origen a su
emisión, pero esto no será obligatorio, pues el pagaré que no exprese la causa de su
emisión no perderá de ninguna manera mérito cambiario.
Son aquellos en los que el derecho incorporado en el título es una suma de dinero, ya
sea que esta se exprese en letras o en números. Peña Nossa los denomina de
contenido crediticio, añadiendo que "son aquellos en los que el derecho incorporado
es una suma de dinero, ya sea mediante una orden, como sucede en la letra y en el
cheque, o mediante una promesa, como el pagaré” ([3]).
Ejemplos tenemos varios: un pagaré, una letra de cambio, un cheque, y todo aquel
título que otorgue a su titular el derecho de exigir el pago de una suma de dinero (ya
sea en moneda nacional o extranjera) al deudor cambiario. Cuando estemos frente a
un título valor de esta clase, debemos tener presente que el valor patrimonial
expresado en una suma de dinero constituye un requisito esencial, por lo que debe
cuidarse que el título señale la respectiva unidad o signo monetario que corresponda.
En caso de no expresarse algún importe, el documento perdería toda eficacia
cambiarla.
Se suele definir a los títulos valores como aquellos instrumentos que permiten agilizar
el tráfico comercial, materializados en documentos que representan o incorporan
derechos patrimoniales, que están destinados a la circulación, y, sobre todo, que
reúnen los requisitos formales esenciales exigidos por ley.
Sin embargo, esta regla admite excepciones. Así, se permite que alguno de estos
requisitos esenciales no se encuentre presente en un título valor al momento de ser
aceptados, bajo la condición de ser incorporados antes de su presentación a cobro. Es
de esta permisión legislativa que se deriva esta clasificación de los título valores, la
misma que los distingue en a) títulos valores completos; b) títulos valores incompletos,
y c) títulos valores en blanco.
Los títulos valores pueden emitirse individualmente, se puede emitir una letra de
cambio, aceptarla y ponerla a circular. Generalmente estos títulos tienen una
circulación restringida a un número limitado de personas. Pero también se puede
emitir una serie de bonos para ser libremente colocados y negociados en los
mecanismos de rueda de bolsa. Estos últimos son los títulos valores emitidos en serie.
Los títulos valores pueden ser creados en serie o individualmente: los primeros se
refieren a una pluralidad de personas, subdivididos en partes iguales, mientras que los
segundos se vinculan a una operación determinada. El ejemplo más claro de
documentos cambiarlos en serie son los valores mobiliarios, que son emitidos en
forma masiva, con características homogéneas o no en cuanto a los derechos y
obligaciones que representan. Se encuentran previstos en el Artículo 255° de la Ley de
Títulos Valores, en donde se precisa que los valores mobiliarios son libremente
negociables, en forma privada o mediante oferta pública a través de los mecanismos
centralizados de negociación respectivos o fuera de ellos, observando la ley de la
materia.
Si bien lo más frecuente es que los títulos valores se representen a través de soportes
materiales, como el papel, también puede representarse mediante anotaciones en
cuenta, lo cual implica su previa desmaterialización. Así, tenemos:
Esta es la clasificación más relevante que atañe a los títulos valores y que nos
demandará mayores comentarios. Según esta los títulos valores se clasifican en: a) al
portador, b) a la orden y c) nominativos.
Los títulos valores al portador son aquellos que tienen la particularidad de no designar
a una persona determinada como su beneficiario (lo que sí sucede en los títulos
valores a la orden y nominativos), sino que confieren la titularidad legítima del
documento cambiario a su simple poseedor. En otras palabras, un título valor será al
portador cuando no sea necesario que figure el nombre de su tomador o beneficiario,
es decir, cuando carece de la indicación expresa de a quién debe hacer el pago del
importe señalado en el título, porque se considerará que dicho rol lo asumirá quien
posea o detente el título valor.
Por lo tanto, el deudor estará obligado a pagar el importe estipulado en el título valor a
quien se lo presente a cobro. Ahora bien, esta clase de títulos valores deben contener
la cláusula "al portador", pues será mediante esta estipulación que se podrá calificar al
poseedor del título como su legítimo beneficiario. Si no tuviera dicha cláusula, el título
no podrá ser considerado como título valor al portador. Conforme a nuestra legislación
nacional, pueden ser títulos valores al portador las obligaciones (como los bonos y los
papeles comerciales emitidos por una sociedad ([9]) los cheques[10]), etc.
Definitivamente, el título al portador es el que responde con mayor inmediatez al
llamado de rápida circulación propia de los títulos valores, pero, sin embargo, es el que
mayores problemas de seguridad jurídica puede traer.
Por tales razones, el profesor Beaumont Callirgos advierte que con "el término
'portador' se califica a todo aquel que posee el título, siendo indiferente a los ojos del
deudor, el modo como el título haya llegado al poseedor, salvo los casos de que su
entrada en circulación sea irregular o de conocimiento del deudor acerca de la
irregular tenencia del título por parte del poseedor"([11])
Esto conlleva a que, si en el título valor al portador se hubiese consignado que "A" es
el beneficiario de este, pero resulta siendo "B" quien reclame al deudor "C" que cumpla
con la obligación señalada en el título, "C" no puede negarse a pagarle a "B",
argumentando que en el título aparece un nombre distinto *a quien pretende cobrar el
importe señalado en este, porque se entiende que en los títulos valores al portador el
poseedor es el legítimo tenedor del documento cambiarlo, siendo irrelevante alguna
indicación contraria contenida en él. Asimismo, aun cuando el título valor al portador
hubiere entrado en circulación contra la voluntad de su emisor u obligado principal,
este queda obligado a cumplir la prestación a favor del tenedor de buena fe.
Finalmente, cabe señalar que solo se puede emitir un título valor al portador en los
casos permitidos expresamente por la ley. Así, no podría emitirse una letra de cambio
al portador, porque la misma Ley de Títulos Valores establece que las letras de cambio
deben emitirse a la orden. Si se pretendiera emitir una letra de cambio al portador,
dicho documento no contendrá la calidad de título valor.
Título valor a la orden es aquel que se caracteriza por llevar inserta la cláusula "a la
orden", en la cual se señala el nombre del tomador o beneficiario del título valor. Debe
tenerse presente que es característica de los títulos valores a la orden, en tal grado
que, de no poseer esta cláusula, el título no podría ser considerado como uno a la
orden.
Algunos títulos valores solo pueden emitirse a la orden, como es el caso de la letra de
cambio, la factura conformada, el certificado de depósito, el warrant y el título de
crédito hipotecario negociable. En estos casos particulares es posible omitir la cláusula
"a la orden", pues se entiende que estos títulos valores se emiten necesariamente a la
orden de alguna persona. También existen otros títulos valores que, a la par de poder
ser emitidos a la orden, también pueden ser emitidos nominativamente: es el caso del
conocimiento de embarque o la carta de porte. En estos casos, si se omite colocar la
cláusula a la orden, se entenderá que son nominativos por permitirlo expresamente así
la ley.
Por otro lado, si un título valor a la orden es transferido mediante una vía distinta al
endoso –vale decir, mediante cesión de derechos o de alguna otra forma–, esto
conllevará a que el adquirente, si bien es cierto asume todos los derechos que
represente el título valor, quedará expuesto a todas las excepciones personales y
medios de defensa que el deudor pueda haber ejercitado en contra del transferente.
En este caso, de igual modo a lo que sucede en el caso del endoso sin pacto de
truncamiento, el transferente no endosante de un título valor a la orden se encuentra
obligado a entregar el título valor al adquirente.
Título valor nominativo es aquel que se expide a favor de una persona determinada,
quien asume la calidad de titular (tomador o beneficiario) de dicho título valor. Se
diferencia de los títulos valores a la orden porque los nominativos no llevan la cláusula
"a la orden"; sin embargo, el hecho de que el título valor nominativo por error lleve esa
cláusula, no lo convierte en título a la orden ([12]).
En cuanto a la entrega del título, este es un derecho del adquirente del título valor
nominativo (llamado cesionario), quien en virtud de este derecho puede exigir al
transferente (llamado cedente), la entrega del documento cambiarlo. No obstante,
cabe advertir que la entrega no constituye un elemento indispensable para la
transferencia del título valor, como sí sucede tratándose de los títulos valores al
portador, ni tampoco es imperativo que se produzca, como ocurre tratándose de títulos
valores a la orden. A diferencia, pues, de los títulos valores al portador y a la orden, la
transmisión de los títulos valores nominativos requiere la intervención del deudor
cambiarlo, a quien se le debe notificar la cesión, a fin de que este sea quien proceda a
la anotación de la transferencia en el registro correspondiente. Es solo a partir de la
anotación en dicho registro que surtirá efectos el acto frente al emisor.
FUENTE BIBLIOGRAFICA
[1] GÓMEZ CONTRERAS, César Darío (1996). Títulos Valores. Parte General.
Editorial Temis. Santa Fe de Bogotá Pág. 264.
[2] Ley de Títulos Valores, Ley N° 27287 del 19 de junio del 2000:
19.2. El deudor también puede contradecir al tenedor del título valor, proponiendo las
defensas que se deriven de sus relaciones personales y las que resulten procedentes,
según la ley procesal.
[3] PEÑA NOSSA, Lisandro (1992) Curso de Títulos Valores. Editorial Temis S.A.
Santa Fe de Bogotá. Pág.40.
[4] El artículo 5.3 de la Ley de Títulos Valores ha establecido que en caso de que
exista diferencia en la referencia de la unidad monetaria, se entenderá que su importe
corresponde a la moneda nacional, si uno de los importes estuviere expresado en
dicha moneda. En caso contrario, el documento no surtirá efectos cambiarlos. Los
importes que no consignen la unidad monetaria, se entenderán que corresponden a la
moneda nacional. En todos estos casos, el interesado igualmente podrá hacer valer
sus mayores derechos frente al obligado, por la vía causal.
[5] Ley de Títulos Valores, Ley N2 27287 del 19 de junio del 2000:
b) Siendo solo del warrant, confiere al endosatario el derecho de prenda por el valor
total de las mercaderías depositadas, en garantía del crédito directo o indirecto que se
señale en el mismo título; y c) Siendo solo del certificado de depósito, transfiere al
endosatario el derecho de propiedad sobre las mercaderías depositadas, con el
gravamen prendario en favor del tenedor del warrant, en case de haberse emitido este
último título.
[6] Ley de Títulos Valores, Ley N° 27287 del 19 de junio del 2000:
233.1. Desde que se perfeccione el primer endoso del warrant, este título podrá
representar además de la primera presida en favor de su tenedor sobre los bienes
descritos en el título, el crédito garantizado, según el texto señalado en el título,
conforme al artículo 232. Podrá igualmente endosarse el warrant en garantía de
créditos futuros o sujetos a condición o que consten en documento distinto a él, según
se señale en el título.
[7] Ley de Títulos Valores, Ley N° 27287 del 19 de Junio del 2000
10.1. Para ejercitar cualquier derecho o acción derivada de un título valor emitido o
aceptado en forma incompleta, este deberá haberse completado conforme a los
acuerdos adoptados. En caso contrario, el obligado podrá contradecir conforme al
Artículo 19° inciso e).
10.2. Quien emite o acepta un título valor incompleto tiene el derecho de obtener una
copia del mismo y no puede ser impedido de agregar en el documento, cláusula que
limite su transferencia. En tal caso, salvo que se trate del cheque, su transferencia
surtirá los efectos de la cesión de derechos. 10.3. Si un título valor, incompleto al
emitirse, hubiere sido completado contraviniendo los acuerdos adoptados por los
intervinientes, la inobservancia de esos acuerdos no puede ser opuesta a terceros de
buena fe que no hayan participado o conocido de dichos acuerdos.
10.4. Las menciones y requisitos del título valor o de los derechos que en él deben
consignarse para su eficacia deben ser completados hasta antes de su presentación
para su pago o cumplimiento
[9] Ley de Títulos Valores, Ley Nº 27287 del 19 de junio del 2000:
[10] Ley de Títulos Valores, Ley NO 27287 del 19 de junio del 2000:
En las compraventas que se realizan dentro del tráfico mercantil está muy
extendida la utilización de algunos títulos valores como medio de pago y, en
ocasiones, como instrumento de crédito.
- El cheque.
- El pagaré.
Se pueden transmitir estos títulos valores por la mera entrega del documento a
otra persona. Debiendo abonar el crédito el emitente (deudor) en la fecha del
vencimiento a cualquier poseedor legítimo. A este tipo de título valor pertenece
el cheque al portador.
Juez del VII Juzgado Civil Sub Especialidad Comercial del Poder Judicial.
Tema: “Títulos Valores, cuales son, como se protestas, qué hacer cuando
se vence alguno de estos títulos valores”.
CLASIFICACION DE LOS TITULOS VALORES
Podríamos incluir una tercera clase de títulos, los semi-públicos, que pueden
ser emitidos por organismos semi-estatales. Así, los bonos del Banco Central
Hipotecario, del Banco Industrial del Perú, etc.
Es importante anotar, así mismo, que estos en serie pueden ser títulos
múltiples. Tal el caso de los certificados que se emiten por más de una acción:
en un sólo documento o título se reúnen varias cuotas de una misma
operación.
No todos los títulos pueden ser emitidos· al portador. Así, las letras de cambio
son necesariamente a la orden.
Singulares: Cheques
CLASIFICACION DE LOS
TITULOS VALORES
Completos
El documento es lo suficientemente
Según el contenido del explícito
derecho representado
Incompletos