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CONTRATO DE SUMINISTRO 1

Síntesis elaborada por Dra. Mirta Urlacher

Concepto
El art. 1176 del Código Civil y Comercial reza "Definición. Suministro es el contrato por el
cual el suministrante se obliga a entregar bienes, incluso servicios sin relación de dependencia, en
forma periódica o continuada, y el suministrado a pagar un precio por cada entrega o grupo de ellas".
Se trata de un concepto que se posiciona en la teoría amplia respecto del objeto del contrato
y delimita las obligaciones principales de las partes: el suministrante y el suministrado.
Así la entrega de bienes en forma periódica y continuada lo incorpora en el género de los
contratos de duración, siendo una de las características principales del vínculo, como dice Gabriel
Stiglitz la "periodicidad o continuidad del vínculo es un elemento esencial del contrato". (20)
Los roles de cada parte se encuentran precisados, siendo el suministrante el que abastece
las necesidades en forma continuada, de la otra parte que las recibe, el suministrado o abastecido.
Este último recurre al primero para cubrir los requerimientos del desarrollo y funcionamiento
de su actividad, asegurándose tiempo y forma en el cumplimiento de las prestaciones. Es lógico que
el suministrado tenga en cuenta primordialmente este mecanismo de satisfacción, ya que se libera de
todo el hacer que implica proveerse de tales cosas por su cuenta, pagando para ello un precio. (22)
En los tiempos en que carecía de regulación legal, la doctrina se preocupaba por
diferenciarlo de otras figuras, al contener derechos y obligaciones propios de varios tipos
contractuales. A ello se sumaba que en algunos proyectos, se lo incorporó como modalidad de otro
tipo contractual (tal como ocurrió con la compraventa).
Hoy tiene notas esenciales que lo desvinculan de los demás contratos reglados por el Código
Civil y Comercial, aún cuando pueda ser parte de alguna cadena de comercialización junto con los
contratos de agencia o distribución. No obstante ello, la redacción no deja de reconocer —aún
solapadamente— la aplicación supletoria de "las reglas de los contratos a las que ellas (se refiere a
las prestaciones singulares) correspondan, en cuanto sean compatibles", tal como lo predica el
mismo art. 1186 que cierra el régimen del contrato de suministro.
Con razón se ha dicho entonces que "en el suministro, la perfección del contrato no crea a
cargo del suministrante la obligación de entregar bienes, sino la obligación de atender los pedidos de
suministrado; es decir asume típicamente una obligación de suministrar o proveer, por lo cual se lo
llama también contrato de aprovisionamiento". (23) Teniendo por acertada tal observación,
consideramos que no puede por ello desligarse de la entrega en cuanto a prestación compleja
involucrada en el contrato, ya que es el suministrante quien debe no solo entregar el bien o bienes
acordados, sino aquella cantidad o cantidades pactadas y durante los períodos que se hubieran
establecido en el negocio jurídico. De modo que debe enfatizarse en el mecanismo de cumplimiento,
de índole mixta como antes se explicó, el que involucra una serie de obligaciones para el
suministrante, y solo si todas ellas se garantizan, atendiendo a lo acordado, se podrá tener por
cumplido el contrato.
Por lo demás, en relación a las similitudes predicadas con la compraventa a plazo (o "por
cuotas" como dice la doctrina) debe partirse de que esta última importa la existencia de una única
prestación fraccionada en su ejecución, para distintos momentos; mientras que el suministro es un

 
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contrato de duración donde las prestaciones debidas fluyen entre las partes, de forma que en cada
oportunidad (período) nace la obligación de pagar el precio (24), pues la duración y el cumplimiento
repartido son parte del objeto. (25) A lo dicho se agrega que la indeterminación de la duración del
vínculo en el suministro es válida y ello influirá en la cantidad de bienes a proveer, y lógicamente en
el precio a pagar por ellos, no ocurriendo lo mismo con la compraventa a plazo donde el plazo total
de cuotas a pagar se encuentra, desde la celebración, determinado (tanto en número como en
importe). Finalmente, el hacer o no hacer del sistema que organiza el suministrante para cumplir el
contrato de suministro, resulta ajeno en la compraventa, por tal motivo en aquel negocio hay entrega
y colaboración, incluyendo además la puesta a disposición de una empresa para atender los pedidos
efectuados por el suministrado, diferente de la compraventa que solo exige una obligación pura de
entrega.
Los caracteres del contrato de suministro, a la luz de la teoría general del contrato que el
Código Civil y Comercial regla nos permiten ubicarlo como un contrato:
 bilateral (art. 966),
 título oneroso (art. 967),
 conmutativo (art. 968),
 no formal (arts. 969 y 1176),
 nominado (art. 970) y
 de duración (art. 1011).
Finalmente se debe recordar que a partir de las disquisiciones que el mismo Código ha
recepcionado, es frecuente la celebración de este negocio como contrato celebrado por adhesión a
cláusulas generales predispuestas (art. 984 y ss.) lo que permitirá su seguimiento atendiendo a las
previsiones legales vigentes, sobre todo en materia de interpretación y control judicial de cláusulas
abusivas.
Elementos esenciales particulares: Objeto, Plazo y Precio
Si bien no se encuentran sistematizados en la redacción del contrato, ni siquiera siguiendo
un orden porque el Código Civil y Comercial los prevé indistintamente, se ha preferido seguir una
metodología de carácter doctrinaria para analizar las disposiciones proyectadas.
La decisión de que el objeto del contrato esté constituido con bienes, y no solo con cosas,
constituye una solución armónica con la utilización del contrato en el Derecho Argentino, ya que el
interés del suministrado se direcciona al conjunto de actividades que llevará a cabo el suministrante y
en la organización de todos sus esfuerzos empresariales para atender las prestaciones pactadas, es
decir que existe una especie de garantía de aprovisionamiento continuo de medios técnicos, recursos
humanos, trabajos, servicios, cosas, pudiendo ser estas últimas cosas muebles consumibles (art.
231), fungibles (art. 232), fabricadas por el hombre o proporcionadas por las naturaleza, o incluso
bienes que excedan el criterio patrimonialista, donde el suministrante involucra prestaciones de hacer
y de no hacer que constituyen también el objeto.
Empero es verdad que por lo general se trata de un contrato que focalizará su objeto sobre
cosas muebles (agua, combustible, materiales de construcción, minerales, vestimenta de trabajo,

 
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mercaderías de consumo general, energía térmica, motriz o eléctrica, etc., que no necesariamente
deben ser de propiedad del suministrante de modo que sea necesario que él tenga que adquirirlas de
un tercero, o contrario a ello ser directamente su fabricante). Incluso la propia definición habla de
"entrega" en tanto acto material que involucra cosas, pero sin olvidar que para proveer esa entrega
se requiere articular una serie de elementos que debe tener en cuenta el suministrante al organizar la
prestación que no se limitan a las cosas.
Ahora lo cierto es que su naturaleza compleja está prevista y el objeto del contrato de
suministro, en tanto se respete las disposiciones que rigen para el objeto de los actos jurídicos y del
contrato, serán bienes, compresivos de cosas y servicios. Adviértase que en orden al objeto del
contrato, el art. 1003 del Código Civil y Comercial destaca que si bien se requiere que el objeto del
contrato sea susceptible de valoración económica y correspondiente a un interés de las partes, no
necesariamente debe ser de carácter patrimonial (no olvidemos que el Código Civil y Comercial
reconoce, a la par de los bienes que tienen un valor económico, aquellos que carecen de tal pero sí
tienen una utilidad y tal incorporación cobra sentido en contratos como el suministro que aparecen
con un objeto complejo en su constitución).
Por su parte, el art. 1178 distingue aquellos supuestos en los que se conviene la cantidad de
prestaciones a ser cumplidas por el suministrante por períodos determinados, donde habrá que
atender a lo pactado; de aquellas en las que la determinación de la cantidad está ausente (o casos
donde de modo indirecto ello ocurre porque se necesita algún medio técnico de medición y no puede
de antemano conocerse la "cantidad de las prestaciones", tales los casos de los medidores de
energía eléctrica que puede llegar a consumir el suministrado) pero al tratarse de un vínculo de
duración el Código Civil y Comercial utiliza como pauta que el contrato se entenderá celebrado
"según las necesidades normales del suministrado al tiempo de celebración".
La misma disposición en su segundo párrafo, propone una tercera opción para el caso de
convenir "solamente cantidades máximas y mínimas", de modo que será el suministrado (en cuyo
interés se entregan las prestaciones) quien decidirá la cantidad en cada oportunidad o período de
entrega, dentro de aquellos límites constituidos por "necesidades normales del suministrado al
tiempo de la celebración". Esta potestad deja en claro que la expectativa de cumplimiento del
suministrado —ajena al concepto de obligación del Código Civil Argentino— se realza, conforme las
normas de Derecho Comparado lo venían exhortando. (27) Dice Lorenzetti que "es el interés del
acreedor el que determina la extensión del deber del deudor". (28)
Finalmente se sigue el parámetro mencionado si las partes "solo convinieron un mínimo", y
en cada período habrá que fijar la cantidad tomando como base ese mínimo acordado y las
necesidades normales al tiempo del perfeccionamiento del vínculo. Aquí el suministrado por ejemplo
no podrá negarse a recibir mayores cantidad al límite mínimo si se acredita que tal cantidad responde
a sus necesidades.
Es un criterio esencial que contempla la garantía de disponibilidad constante de recursos que
debe tener el suministrante, a disposición de su contraparte, excluyendo de su obligación proveer sin
límites al suministrado. Así no podrán —salvo pacto expreso— ser contempladas eventualidades o

 
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necesidades extraordinarias del suministrado, que no pudieron ser tenidas en cuenta al tiempo de
celebrar el contrato, puesto que la noción de normalidad atiende al momento inicial del contrato; en
todo caso, si ocurre luego que las necesidades contempladas como normales varían durante la
ejecución, en ese caso existe una previsión que, como proyección del Principio de Buena Fe (29),
posibilita a cualquiera de las partes a cursar un aviso a la otra para arbitrar los recaudos exigidos y
dar continuidad al negocio (art. 1179).
De esta forma, quien deba variar las cantidades a entregar o a recibir, sea por razones de
índole voluntaria o ajena a los contratantes pero de las que resultará afectado el contrato por la
conexidad entre la actividad del suministrado o del suministrante y los terceros, se deberá atender al
pacto expreso incorporado para ejercer ese aviso modificatorio. Sin acuerdo sobre el mismo, la
norma no impone plazo refiriéndose a una "anticipación para que la otra prevea las acciones
necesarias para una eficiente operación". La norma podría haber utilizado algún plazo cierto expreso
para evitar que las partes puedan debatir cuál es el tiempo exigible para cursar aquel preaviso, ya
que no son ajenos al contrato, los casos en que ante la ausencia de previsión, se opta por reglar
aquel plazo. También es cierto que esto dependerá de cada suministro en particular, pues no es lo
mismo asegurar la obtención de insumos o bienes que abastezcan a una gran cantidad de usuarios,
como los casos en que las materias primas provienen de la importación, o incluso si se trata
suministros dependientes de extracciones o cultivos, que se ven afectados por las mismas
condiciones climáticas y/o geográficas. Dejando de lado a su vez, las medidas de índole económica
que, podrán afectar o no, a la misma cadena de organización del suministrante, alterando el
cumplimiento de lo otrora pactado.
Luego el diagrama sería:
a) las partes determinaron la entidad de las prestaciones a cumplirse en cada período;
b) las partes pactaron cantidades máximas y mínimas, o solo mínimas, será el suministrado
quien en cada oportunidad determinará qué debe entregar el proveedor, bajo el límite de "las
necesidades del suministrado al tiempo de la celebración", y
c) las partes nada dijeron al celebrar el contrato, entonces la determinación de las
prestaciones a cumplir por el suministrante en cada período será conforme "las necesidades del
suministrado al tiempo de la celebración".
El segundo elemento que se destacó por el legislador es el plazo del contrato de suministro,
ya que se ubica entre los contratos de duración que el art. 1011 del Código Civil y Comercial
caracteriza.
No hay dudas que la continuidad o periodicidad de las prestaciones a cargo de las partes
prolonga temporalmente un vínculo para lograr satisfacer un interés que, sin necesidad de acudir a
una pluralidad de contratos, concreta la seguridad del requerimiento cada vez que este se presenta,
asegurando por otra parte cierta estabilidad al suministrado en cuanto al precio que paga por los
bienes recibidos. Ambas características (periodicidad y continuidad) importan la repetición de
prestaciones en el tiempo que no se agotan en una sola sino que se van efectivizando en períodos —
generalmente regulares y determinados— sin perjuicio de la actividad de colaboración ínsita en el

 
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contrato que le impone al suministrante estar a disposición del suministrado para que los bienes
lleguen a destino en la forma debida (lo que incluirá ciertamente el deber de conservar y proteger los
bienes antes de su entrega)
Las normas sobre la duración del contrato se encuentran en los arts. 1177, 1180 y 1183. La
primera disposición se ocupa del plazo máximo de celebración del contrato, fijándose un límite de
veinte años para suministro de frutos o productos del suelo o del subsuelo (sea con proceso de
elaboración o sin él) mientras que se acota a diez años en los demás casos. El inicio del plazo
máximo se produce con la primera entrega ordinaria. Se sigue en esta decisión en general al
Derecho Comparado y coincide con la norma del Proyecto de 1998.
De allí que el Código Civil y Comercial estatuye la opción de un plazo máximo convenido por
las partes, a partir de la primer entrega ordinaria y cesando —en principio— luego de cumplirse la
fecha pactada. Pero también incluye una previsión supletoria para el caso en que las partes no
hubieran acordado dicho plazo, convirtiéndolo en un contrato de suministro por tiempo
indeterminado, lo que no por ello invalida el vínculo. Así el art. 1183 dispone que ante tal
circunstancia —sin duración expresa— cualquiera de las partes puede resolverlo siempre que curse
un preaviso "en las condiciones pactadas", si hubiera pacto; de no haber pacto, se aplicarán "los
usos", y en su defecto nunca un aviso que se ajuste razonablemente a las circunstancias y
naturaleza del suministro, que no puede ser menor a sesenta días.
Ahora bien, cuando el contrato es por tiempo indeterminado tendremos que contar su inicio al
igual que si tuviera plazo, es decir a partir de la primer entrega ordinaria y su duración, conforme el
interés en juego del contrato que encabeza el suministrado, será según sus necesidades, en la
medida que estas subsistan y el suministrante cumpla con las obligaciones a su cargo. Wayar (30)
expone que ante el supuesto de contrato por tiempo indeterminado aparecen los sistemas diferentes:
el de "presunción de contratación por tiempo indeterminado" donde las partes nada han estipulado y
tienen derecho a rescindir dando preaviso dentro del término pactado o establecido por el uso o
conforme un término congruente con la naturaleza del suministro —criterio que han seguido algunos
códigos del Derecho Comparado y que fuera recibido por la jurisprudencia nacional (31)—, y el de
"fijación de plazos máximos", como materia de orden público fundado en razones de política
económica y promoción industrial.
Sin dudas en el Código Civil y Comercial, como ocurriera en algunos proyectos de unificación
del Derecho Argentino, se han combinado ambos sistemas. Aquí el plazo expreso que funciona como
último parámetro para el preaviso si es un contrato por tiempo indeterminado constituye un acierto,
proporcionando un dato certero para los contratantes que evitará en su caso, tener que recurrir a la
interpretación sea por las partes o por el juez, al tiempo de resolver el vínculo o de revisar si el mismo
se ha ejercido en forma razonable.
El art. 1180 menciona el plazo para el cumplimiento de las prestaciones singulares, es decir
aquel que indudablemente se requiere ya que los actos de prestaciones individuales en su autonomía
deben satisfacer los intereses de los contratantes aunque siempre delineadas por el cumplimiento
integral del suministro. El legislador evaluó que respecto de estas prestaciones, el plazo se presumirá

 
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establecido en interés de ambos contratantes, salvo pacto en contrario. Lo llamativo es que se


menciona que allí el plazo de ese cumplimiento periódico de entrega de bienes sea "convencional o
legal", ya que no hay norma que supletoriamente disponga un plazo legal, ni podrá derivarse de las
otras regulaciones del plazo ni tampoco de las disposiciones sobre cantidades de cosas, ya que allí
se apunta a la entidad —alcance— de las entregas y no a los plazos en que tales entregas deben
efectivizarse. Quizás en este punto debió establecerse alguna pauta para dar solución a un supuesto
que en la práctica pueda registrarse, sea reglando un plazo expreso o remitiéndose en todo caso a
los usos, como lo hizo en el art. 1183, teniendo como pauta el principio de las necesidades del
suministrado al tiempo de la celebración. Por lo demás ello será necesario para determinar el
régimen de la mora para el suministrante (atendiendo a la redacción de los arts. 886, 887 y 888 del
Código Civil y Comercial).
Nos quedamos finalmente con el precio del contrato, que constituye la principal obligación de
suministrado.
Del mismo deben precisarse dos aspectos, el primero relativo a su determinación, de lo que
se encarga el art. 1181 del Código Civil y Comercial, sentando una serie de pautas supletorias, en
caso de no haber una previsión expresa en relación al precio al recibir las prestaciones singulares.
Señala que primero habrá que ver el precio de las prestaciones similares que el suministrante efectúe
en el tiempo y lugar de cada entrega, si la prestación es de aquellas que hacen a su giro ordinario de
negocios o modo de vida; en su defecto recurrirá al valor corriente de plaza en la fecha y lugar de
cada entrega, y finalmente, se debe pagar dentro de los primeros diez días del mes calendario
siguiente a aquel en que ocurrió la entrega.
Advertimos que estos parámetros resultarán útiles al tiempo de hablar de entrega de cosas
pero resultará más dificultoso apelar a las mismas cuando nos encontremos frente a prestaciones
que involucren servicios donde no podrá acudirse al precio de plaza —en todo caso habrá que ver si
existen regulaciones objetivas para esos servicios, debiendo siempre en último caso acudir a la
decisión judicial para dirimir toda contienda. Igualmente, la opción de pagarse dentro de los diez
primeros días del mes calendario siguiente al que ocurrió la entrega constituye una óptima solución a
la que acudir por las partes.
Cláusulas especiales: Preferencia y Exclusividad
Se ha incorporado en el Código Civil y Comercial el Pacto de Preferencia en su art. 1182
definido como el pacto mediante el cual una de las partes se obliga a dar preferencia a la otra en la
celebración de un contrato sucesivo relativo al mismo o similar objeto, siempre que la obligación no
exceda tres años de duración. Luego se regula la forma de su ejercicio: quien desee contratar con
terceros (en reemplazo total o parcial del suministro) al expirar al plazo o al hacerlo próximamente,
debe cursar un aviso a la otra de la forma y las condiciones pactadas en que proyecta contratar con
terceros. De este modo, la otra parte puede hacer uso de esta cláusula de preferencia haciéndolo
saber según lo acordado. A falta de estipulación en el contrato se aplican "la forma y condiciones de
uso", y en defecto de ellos deben notificar por medio fehaciente las condiciones del nuevo contrato
con una antelación no menor a treinta días a su terminación, mientras que la otra debe hacerle saber,

 
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por igual medio, que se servirá del pacto dentro de los quince días de recibida la notificación. Si nada
comunica esta última, su derecho de preferencia expira.
El Código Civil y Comercial no se ha pronunciado expresamente sobre la llamada Cláusula
de Exclusividad, que puede pactarse sea a favor del suministrante, del suministrado o de ambos. (33)
Sin embargo, ello no constituye un impedimento para su inclusión en el contrato de suministro, pero
al revistar como elemento accidental, exigirá el acuerdo expreso de los contratantes para su
funcionamiento, en tanto proyección de la Libertad de Contratación, concretada en una obligación de
no hacer. Pactado a favor del suministrante importará la obligación del suministrado de proveerse
exclusivamente acudiendo al suministrante y no podrá, salvo pacto en contrario, proveer por medios
propios, los bienes objeto del contrato. Contrario a ello, si está acordado a favor del suministrado,
significa que en el ámbito territorial (zona) donde éste opera, el suministrante no podrá proporcionar a
otro sujeto, ni directa ni indirectamente, los bienes objeto del suministro. (34)
Dice Lorenzetti que cuenta con dos límites: el primero es que no puede ser absoluto, ya que
afectaría la libertad de una de las partes, caso donde resultaría anulable, debiendo circunscribirse a
una zona (y a un mismo objeto agrega Alicia Batán), y el segundo, consiste en que no puede resultar
un acuerdo lesivo de la competencia, debiendo respetarse las normas aplicables en la materia. (35)
Por eso con razón dice Farina que es un pacto que tiende a suprimir la competencia, privando a los
concurrentes de la posibilidad de acceder a determinada mercadería, o bien sustrayendo a los
concurrentes un posible adquirente, diferenciándose de otras técnicas de defensa de la competencia.
(36) En el mismo sentido Turrin señala que se trata de una técnica que responderá "las más veces a
una función de integración económica, tornándose en un negocio de integración de mayor
vinculación que un simple contrato de colaboración". (37) Ello será entonces objeto de regulación a
partir de las previsiones de las Leyes de Lealtad Comercial (Ley 22.802) y Defensa de la
Competencia (Ley 15.156).
La jurisprudencia anterior a su regulación cuando tuvo que analizar su eficacia lo ha
entendido bajo el establecimiento de un plazo, ya que de otro modo la obligación de no hacer que
genera, carecería de sentido. (38)
Extinción
Ghersi clasifica las causales de extinción del contrato de suministro en normales y
anormales. Dentro de las primeras incluye el vencimiento del plazo contractual (si se estableció) o la
resolución unilateral (con el oportuno preaviso, tal como hoy lo regula el art. 1183 del Código Civil y
Comercial) cuando el plazo es indeterminado. Añadiéndose que también se podría extinguir por
cumplimiento de objeto, si se han satisfecho todas las necesidades del suministrado (39) o cuando se
hubiera entregado la totalidad de bienes objeto del contrato.
Bajo el título de causales anormales menciona el autor citado el incumplimiento de una
obligación esencial, que daría lugar a la resolución por incumplimiento, tal como lo regula el art. 1184
del Código Civil y Comercial, la imposibilidad de cumplimiento (40) y la disolución de la sociedad
suministrante por alteración de circunstancias que se tuvieron en miras al contratar (todo lo cual
dependerá del Estatuto constitutivo de la empresa).

 
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Las IV Jornadas Bonaerenses de Derecho Civil, Comercial y Procesal (realizadas en la


ciudad de Junín en octubre de 1990) trataron el tema de la extinción, llegando a las siguientes
conclusiones "para la aplicación de la cláusula rescisoria debería ponderarse, previo al tratamiento
de los estándares, la existencia de causa suficiente o motivo determinante para su operatividad. En la
extinción unilateral, las circunstancias del caso a ser consideradas involucran especialmente el
carácter de contrato predispuesto. En los contratos celebrados por adhesión la cláusula de rescisión
establecida por el predisponente, debe ser trata con disfavor". (41)
De los medios señalados el Código Civil y Comercial se ocupa del vencimiento del plazo
pactado, lo que surge de las propias normas de plazo que se estatuyen; de la resolución por
incumplimiento en el art. 1184. Allí se habilita la extinción del vínculo si hay incumplimiento de las
obligaciones de las partes en cada prestación singular, remitiendo al art. 1077 y ss. del Código —que
rigen la extinción por declaración de una de las partes y las disposiciones generales que se aplican
para ejercer dicha extinción, sea por vía de rescisión unilateral, resolución o revocación en los casos
en que por ley o por contrato se atribuye tal facultad (42)— siempre que se trate de un
incumplimiento grave (de notable importancia dice el código) y que —culmina el art. 1184— "ponga
razonablemente en duda la posibilidad del incumplidor de atender con exactitud los posteriores
vencimiento". En este aspecto cobra relevancia la duración del contrato, al expresarse en un vínculo
de ejecución continuada donde las proyecciones del incumplimiento ocurrido serán merituadas por
quien se valdrá de este medio de extinción.
Finalmente, el otro supuesto reglado está en el art. 1185 del Código Civil y Comercial que
menciona la suspensión del suministro, en los casos en que los incumplimientos de una parte no
tengan las características del art. 1184 (notable importancia y que pongan razonablemente en duda
que no podrá, en lo sucesivo, atender con exactitud los posteriores vencimientos). Así en la
suspensión, la parte que ha cumplido solo podrá suspender sus prestaciones hasta tanto se subsane
el incumplimiento, siempre que hubiera advertido al incumplidor con un preaviso en los términos
pactados, o en su defecto con una anticipación razonable según las circunstancias. La relevancia del
preaviso en la variable de la suspensión es correcta porque se evitan mayores daños a cualquiera de
las partes, permitiendo articular los medios para recomponer el vínculo y prever futuras operaciones
comprometidas.
Es justamente la aplicación de este instituto donde se vislumbra en forma coherente la
continuidad del vínculo contractual, ya que su propia naturaleza posibilita la utilidad de la suspensión
del cumplimiento de las prestaciones, ante el incumplimiento de una de las partes, para luego
"recomenzar —o reconducir— la relación contractual". (43)
Este breve análisis de la figura contractual incorporada al Derecho Privado Argentino,
permitirá validar vínculos contractuales a las partes que se encuentren interesadas en su celebración,
esclareciendo aquellas controversias que siempre se relacionaban con su naturaleza jurídica, la
esencia de las prestaciones comprometidas por las partes, y los consiguientes efectos del contrato
de suministro sobre en todo en materia de incumplimientos contractuales.
La inclusión de esta figura como especie de los llamados contratos de duración venía ya

 
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desde hace tiempo siendo alentada por la doctrina, plasmada también en los proyectos de reforma y
analizada por los tribunales argentinos, ratificando el Código de esta forma, una incorporación acorde
a las necesidades reales de los futuros co-contratantes, quienes podrán acceder a esta modalidad, a
fines de atenderlas de modo satisfactorio.

 
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BIBLIOGTAFÍA:

 (1) Especialmente el Proyecto de Reforma al Código Civil de la Nación redactado por la Comisión designada por dec. PEN 468/1992 y el Proyecto de
Código Civil de la República Argentina de 1998 unificado con el Código de Comercio elaborado por la Comisión Honoraria designada por dec. PEN 685/1995, también
encuentra algunas repercusiones del Proyecto de Unificación de la Legislación Civil y Comercial de 1987.
 (2) Fue producto de la redacción llevada a cabo por la Comisión integrada por los Dres. Ricardo L. Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Aída
Kemelmajer de Carlucci, en cumplimiento de los objetivos y plazos señalados por el dec. PEN 191/2011.
 (3) Ciertamente la doctrina coincide aquí que el reconocimiento de su importancia se debe justamente a la regulación que le propició el Código Civil
Italiano de 1942.
 (4) Aún cuando en nuestro régimen jurídico aquellos sean prestados bajo un régimen de servicio público, puesto que ello no quita la aplicación del régimen
jurídico propio del contrato en tanto se trate del cumplimiento de las obligaciones esenciales del vínculo, máxime como se verá cuando en ciertos casos pueda tratarse
de un contrato de consumo, en los términos del art. 1093 del Código Civil y Comercial, al cual se podrán aplicar las disposiciones especiales que reglan este tipo de
vínculo.
 (5) BATÁN, Adriana, "El contrato de suministro en el Derecho privado", LA LEY 1994-C-747 y ss., con cita de GARRIDO FALLA, Fernando menciona que
Albi expone como condición esencial del suministro que haya empresa, que exista intermediario, que se produzcan los fenómenos de la subrogación y del riesgo", p.
745. Parecería ser también la visión que tiene del suministro comercial —entendiéndose que no tenía regulación la figura— SIMÓN, Julio A., "Anotaciones sobre el
contrato de suministro comercial", LA LEY T. 149, p. 869 cuando señala "únicamente las empresas están capacitadas para atender esta disponibilidad mediante
organización especial que les permita cumplir las prestaciones en el momento preciso, dando así satisfacción a los deseos de seguridad, en cuanto al momento, la
cuantía y al precio de las prestaciones".
 (6) Señala POZO GOWLAND que "si partimos de que el contrato de suministro consiste en la provisión de cosas muebles y consideramos la diversidad de
actividades que tienen lugar con motivo del ejercicio de la función administrativa (en sentido material aquella que en forma inmediata, permanente, concreta, práctica y
normalmente espontánea desarrollan los órganos estatales para alcanzar el bien común, conforme los regímenes jurídicos de derecho público, conf. J. C. CASSAGNE) ,
resulta manifiesta la multiplicidad de cosas muebles que requieren tanto el Estado Nacional como las provincias y municipios y las entidades autárquicas constituidas en
cada una de dichas jurisdicciones", POZO GOWLAND, Héctor, "Contrato Administrativo de Suministro", LA LEY 2004-A, 867.
 (7) COMADIRA, Julio R., ESCOLA Héctor J. y COMADIRA, Julio Pablo "Curso de Derecho Administrativo", Tomo II, 1º Ed. 1º Reimpresión, Abeledo
Perrot, Buenos Aires, 2º quincena de enero de 2013, pp. 1042/1043.
 (8) Conf. Art. 228 "cosas que pueden desplazarse por sí mismas o por una fuerza externa".
 (9) Mientras que para el Derecho Administrativo se exige: que el objeto sean cosas muebles, que se satisfaga una necesidad colectiva y que la ejecución
del contrato se verifique en la entrega de cosas en períodos sucesivos —como generalmente ocurre— o bien en una sola vez, lo que no altera su naturaleza jurídica (es
decir que puede presentarse como un contrato de ejecución instantánea o continuada), la traza del contrato en el plano privatista cambia su enfoque y amplía su
estructura para dar lugar a una regulación compleja que combina prestaciones de dar, de hacer e incluso de no hacer, convirtiendo al negocio de naturaleza mixta, que
involucra la realización de una parte de prestaciones diversas y a la otra, la reduce principalmente, al cumplimiento de una única obligación, como es el pago del precio
en dinero.
 (10) Véanse los trabajos citados de LORENZETTI, Ricardo L., BATÁN, Adriana G. y GHERSI, Carlos A. "Contratos Civiles y Comerciales. Parte General y
Especial"- Figuras contractuales modernas, Tomo 2, 2º Edición actualizada y ampliada, Ed. Astrea, Buenos Aires, Marzo 1992, págs. 95/108.
 (11) SIMÓN, Julio A., op. cit.
 (12) Éstas son los fines a los que la figura respondía en el Proyecto de la Comisión Nº 468/92 y en el Proyecto de 1987.
 (13) LORENZETTI, Ricardo, op. cit. p. 473. BATÁN, Adriana G. Indica que dentro de llamado suministro de uso y goce estarían los casos donde se
suministra por ejemplo el vestuario para ciertas representaciones teatrales (BATÁN, Adriana, "El contrato de suministro en el Derecho privado", LA LEY 1994-C-747 y
ss.)
 (14) STIGLITZ, Gabriel A., "Concepto y función del contrato de suministro", LA LEY 1989-A-1074.
 (15) El Código Civil y Comercial en el art. 281 dice que "Integran también la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido
incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes", haciéndose eco de la postura neo causalista que además de reparar en la
llamada causa objetiva (primera parte del artículo transcripto) habilita a los contratantes, bajo el Principio de la Libertad de Contratación (Art. 958) a incorporar sus
motivos bilateralizados, es decir sus móviles al negocio jurídico, permitiéndole un alcance particular que atiende a sus necesidades.
 (16) Proyecto de Unificación de la Legislación Civil y Comercial de la Nación [1987], Elaborado por la Comisión Especial de Unificación Legislativa Civil y
Comercial, integrada por los Diputados y Juristas Asesores. Fue sancionado como Ley bajo el Nº 23.042, el 27/11/1991 y vetado totalmente por dec. PEN 2719/11991
(B.O.: 02/03 de Enero de 1992). En cuanto a las notas explicativas puede verse en "Proyecto de Código Civil. Nueva Edición. Orden del Día 1064 con las modificaciones
incorporadas hasta su media sanción", Ed. Astrea, Págs. 35, 50 y 51.
 (17) Proyecto de Ley de Reformas al Código Civil de la Nación redactado por la Comisión de Juristas designados según dec. 468/1992 (Radicado ante el
Honorable Senado de la Nación), Comisión de Juristas integrada por los Doctores Augusto Cesar Belluscio; Salvador Darío Bergel; Aída Rosa Kemelmajer de Carlucci;
Sergio Le Pera; Julio César Rivera; Federico N. Videla Escalada; y Eduardo Antonio Zannoni.
 (18) Proyecto de Unificación de la Legislación Civil y Comercial de la Nación redactado por la Comisión de Juristas designada por la Cámara de Diputados,
aprobado en Sesión del 03/11/1993.
 (19) Proyecto de Código Civil de la República Argentina unificado con el Código de Comercio, del año 1998. Redactado por la Comisión designada por el
dec. 685/1995 e integrada por quienes resultaron finalmente firmantes los Dres. Héctor Alegría, Atilio Aníbal Alterini, Jorge Horacio Alterini, María Josefa Méndez Costa,
Julio César Rivera y Horacio Roitman.
 (20) STIGLITZ, Gabriel, op. cit.
 (21) Art. 1559 del Código Italiano de 1942.
 (22) GHERSI, Carlos A., op. cit. p. 96.
 (23) FARINA, Juan Manuel, "Contratos Comerciales Modernos", Modalidades de contratación empresaria, Tomo I, 3º Edición actualizada y ampliada, Ed.
Astrea, Buenos, Aires, Abril 2005, p. 585.
 (24) GHERSI, Carlos A., op, cit. p. 104.
 (25) LORENZETTI, Ricardo, op. cit.
 (26) BATÁN, Adriana G., op. cit. p. 747.

 
CONTRATO DE SUMINISTRO 11

Síntesis elaborada por Dra. Mirta Urlacher

 (27) No obstante si cupiera un paralelismo con las obligaciones de género —ya que el Código Civil y Comercial no formula más la distinción entre cosas
inciertas no fungibles— el art. 762 dice que su elección corresponde "al deudor excepto pacto en contrario", manteniendo el criterio de la calidad media al tiempo de
concretar la selección. De algún modo en el suministro se cambia el enfoque y será el suministrado bajo la pauta de sus necesidades normales al tiempo de la
celebración, quien individualice la cantidad de bienes a entregar en cada período.
 (28) LORENZETTI, Ricardo L., op. cit. p. 478.
 (29) El Código Civil y Comercial mantiene —reformulando y mejorando— el Principio General del Derecho, que aplicado a los contratos prescribe en su
art. 961 Buena fe. Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe. Obligan no solo a lo que está formalmente expresado, sino a todas las
consecuencias que pueden considerarse comprendidas en ellos, con los alcances en que razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso y previsor". Se
visualiza aquel desdoblamiento doctrinario de la Buena Fe Subjetiva o Creencia y Buena Fe Objetiva o Lealtad, pero se impone un plus exigible al contratante en el caso
concreto, que necesariamente quedará a decisión del juez, en torno a haberse obligado en forma "cuidadosa y previsora". No se trata de cualquier parámetro de
medición para ponderar el alcance de la obligación, sino de uno juzgado con mayor estrictez.
 (30) WAYAR, Ernesto C. "Contratos", Zavalía Editor, Bs. As., 1993, p. 416 y ss.
 (31) Cámara de Apelaciones en lo Comercial, Sala E, "Marriot Arg. C.I.S.A. c. Ciccone Hnos. y otra", 30/3/1989, con nota de Daniel Mariano TURRIN, J.A.
1990-II, págs. 729/741. Allí se señaló "un contrato celebrado por tiempo indeterminado puede ser rescindido unilateralmente, pero la rescisión intempestiva o de mala fe
genera la obligación de indemnizar".
 (32) LORENZETTI, Ricardo L. op. cit. págs. 482 y 483.
 (33) MESSINEO, Francesco, "Manual de Derecho Civil y Comercial, T.V. p. 153, citado por FARINA, Juan Manuel, op. cit. y LORENZETTI, Ricardo Luis,
op. cit.
 (34) FARINA, Juan Manuel, op. cit. p. 588.
 (35) LORENZETTI, Ricardo L., op, cit. p. 482.
 (36) FARINA, Juan Manuel, op. cit. p. 588.
 (37) TURRIN, Daniel M., "Nota a fallo: Contrato de suministro comercial", R.D.C.O. Nº 131 (año 22, octubre 1989), p. 741.
 (38) CNCom., Sala C, noviembre 5-1982, E.D. 97-691.
 (39) GHERSI, Carlos A., op. cit. p. 108.
 (40) El art. 1003 que regula el objeto del contrato remite a su vez a las normas sobre el objeto del acto jurídico (arts. 279 y 280), debiendo a su vez tenerse
en cuenta las disposiciones en materia de obligaciones sobre imposibilidad de cumplimiento (art. 955).
 (41) Despacho de la Comisión Nº 3, Presidente, Atilio A. Alterini; Relator, Ramón D. Pizzarro, conf. BATÁN, Alicia, op. cit. p. 752.
 (42) Ya no podrá remitirse al sistema de la otrora facultad comisaria implícita del art. 1204 del Código Civil Argentino, sino que el Código Civil y Comercial
brinda una amplia gama de posibilidades al tiempo de analizar la extinción, modificación o adecuación del contrato, dando la potestad a la parte que se encuentra frente
al incumplimiento de notable importancia de su contraparte, de resolver del vínculo, con las consecuencias que de ello se derivará, como especifican los arts. 1079 y ss.
 (43) ORQUERA, Juan Pablo, "Breve reseña del contrato de suministro", R.D.C.O., Nº 1750-180 (año 30), Ed. Depalma, Bs. As., 1997 p. 431.

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