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ASPECTOS ÉTICOS DE LA ENFERMERÍA EN LA CRISIS DE PANDEMIA POR COVID-19

CASO CLINICO

La pandemia provocada por el virus SARS-Cov-2 es una de las mayores tragedias humanas y
sanitarias que ha vivido la humanidad en los tiempos modernos. Elaboramos este caso clínico
mientras cada día siguen muriendo cientos de personas en todo el mundo. A ellas de manera
especial, y en particular a todas las enfermeras que cada día arriesgan su vida y su salud para
cuidar la de todas las personas que vivimos en ella.

Aún recuerdo con mucho dolor el día 25 de Abril del 2020 cuando se veía la demanda de
pacientes con covid, el cual llenaba los hospitales a nivel nacional y las estadísticas indicaba el
aumento de los fallecidos y empezaba a escucharse a través de la noticia que las personas
infectadas morían en sus casas y otras en camino al primer centro de salud que encontraba
debido a la dificultad respiratoria; cuando recibo la llamada de mi hermano quien es policía
para decirme que se sentía mal desde hace 5 días, con fiebre de 40 grados, cefalea, tos, dolor
de espalda y de sus piernas, así mismo manifestó que había acudido a su centro de trabajo
donde un médico lo escucho y sin examinarle procede a darle indicaciones de aislamiento,
Azitromicina 500 mg cada 24 hs. y paracetamol de 500 mg cada 8 horas. Lo primero que se me
vino a la mente al escucharlo fueron las siguientes preguntas ¿porque el dolor de espalda?
¿Por qué la fiebre tan alta? En ese momento estaba segura que mi hermano no estaba bien y
que sus pulmones posiblemente habían sido afectados.

Al día siguiente se logró conseguir una cita en un centro radiológico particular donde se le
realizo una tomografía. El informa lo daban al día siguiente; pero eso no fue un obstáculo para
saber que podría estar pasando en los pulmones de mi hermano. Gracias a Dios mi trabajo
como enfermera me ha permitido conocer a médicos especialistas en neumología que podría
ayudarme viendo las placas. En efecto mi hermano, estaba cursando con un cuadro de
neumonía por Covid y requería ser hospitalizado lo más antes posible, motivo por el cual se
acude al hospital de policía, donde nuevamente sin examinarle le dicen que no hay camas y
que mientras no siente que le falte oxigeno puede seguir en aislamiento, sin darle otra
medicación.

Ese mismo día se intentó buscar camas en otros hospitales mientras tanto mi hermano se
sentía peor, estaba deshidratado sudaba mucho por las noches y lo terminaba agotando
además que tenía náuseas y no quería comer. Ese día estaba saliente de guardia fui a sus casa
con mucho temor lo confieso; pero el amor por él era más fuerte que sentí el coraje de ir.
Lleve toda mi indumentaria para protegerme y la medicación por vía endovenosa antibióticos,
metilprednisolona, hidroxicloroquina, ivemectina en gotas y otros indicado por el neumólogo a
quien había consultado.

Ese día que entre a su habitación sentí mucho dolor verlo mal, le canalice una vía y lo hidrate
primero con 500 ml de Cl Na, posteriormente procedí a administrarle toda la medicación por
vía endovenosa y a enseñarle cuales serían los cuidados que el realizaría en adelante los
alimentos que debía consumir y la cantidad de líquidos que debía tomar, era importante
tomar abundante líquidos.

Ese día al llegar a mi casa tuve problemas con mi esposo, estaba muy molesto pues me
recriminaba el haber ido a casa de mi hermano, no entendía su actitud pues es mi sangre y aun
así, no lo fuera, atiendo a mis pacientes todos ellos con Covid; pero trataba de entenderlo es
un ser humano como todos que tiene miedo a ser contagiado. Sabía que no iba a ser fácil los
siguientes días

Al día siguiente un laboratorio particular fue a tomarle a su casa exámenes de Hemograma


completo, ferritina, Dimero D, Fibrinogeno y otros, los valores de todos ellos estaban
alterados, consultando con el neumólogo y el hematólogo de mi hospital que lo ideal sería que
este hospitalizado pues debía recibir cuanto antes anticuagulantes via subcutánea.

Llame al médico de la policía responsable de la zona Sur a quien le explique que mi hermano
debía ser hospitalizado en todo caso que lo vayan a ver y evaluar a su domicilio pero fue en
vano. Estaba muy preocupada y angustiada el hospital donde trabajo es de las Fuerzas
armadas y tampoco había cama.

Los siguientes días no fueron fáciles decidimos continuar en casa con el tratamiento y con la
gracia de Dios la fiebre empezó a ceder, al 7mo día del tratamiento se sentía un poquito mejor
y los valores de fibrinógno, leucocitos empezaron a bajar un poco.

Han pasado 28 días, por fin dejo de sudar por las noches, tiene buen apetito, pero aún hay una
febrícula y dolor de oído, el doctor me dice que eso ira pasando poco a poco. Ahora que veo a
mi hermano ya casi recuperado, entiendo muchas cosas y porque las personas mueren, sé que
muchos se podrían salvar si se les brinda el cuidado oportuno y eficaz. No puede ser que las
personas vayan a un hospital y no los evalúen como debe ser, en estos momentos son más de
100 policías que han muerto, cuántos de ellos habrá sido como el caso de mi hermano,
cuántos de ellos se quedaron en aislamiento y se murieron en sus habitaciones, cuántos de
ellos no tuvieron una hermana enfermera que los pudiera cuidar.

Hoy como enfermera he decidido ayudar no solo a mis pacientes sino también a todo a quien
me llame asesorándoles. Hoy más que nunca siento que no le tengo miedo al Covid. Hoy siento
a Dios en mi corazón y eso me permite decir que he vuelto a nacer con él en mi corazón y que
gracias a el me ayuda a ayudar.

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