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Los jóvenes: un mismo bando, desde distintos frentes.

Identidades juveniles en el conflicto armado colombiano

Serrano Poveda Katerine Del Carmen


Octubre 2016

Diplomado “Construcción de paz: El sujeto y la trasformación social”


Ensayo
Sociología
Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario
Escuela de Ciencias Humanas
Departamento de sociología
Los jóvenes: un mismo bando, desde distintos frentes.
Identidades juveniles en el conflicto armado colombiano

Yo pregunto sobre su tumba cavada en la montaña: ¿no habrá manera de que Colombia, en vez
de matar a sus hijos, los haga dignos de vivir?
Elegia a desquite
Gonzalo Arango

Este ensayo se pregunta sobre cómo se han forjado como consecuencia del conflicto
armado los diferentes roles de la juventud colombiana en el marco de los hechos y
acontecimientos de la última década. Haciendo una revisión del concepto de juventud en
Colombia a la luz de como el contexto ha caracterizado esta parte de la población.
Inicialmente se desarrollara el concepto de juventud a partir de distintas
perspectivas incluyendo la reglamentación y normatividad que propende por los derechos
de la juventud, en segundo lugar se presenta una clasificación del joven en los roles del
conflicto armado colombiano desde la orilla de las víctimas y los victimarios y finalmente
desde la orilla de los líderes y jóvenes que han surgido de la guerra pero con propuestas
para la trasformación social.
Según Montoya 2008, “Colombia se encuentra como uno de los treinta países donde
los niños/as sufren más a causa del conflicto armado, y el cuarto país entre los
países del mundo con mayor número de niños/as y jóvenes en los grupos armado ilegales,
después de la República Democrática del Congo, Ruanda y Myanmar (ONU, 2006)”
Es en este contexto en el que se justifica pensar los diferentes roles sociales que
nuestra juventud ha desarrollado. Hay que decir en este apartado inicial que se entienden en
Colombia como niños a los menores de edad (menores de 18 años) y jóvenes a los que se
encuentran en el rango de los 14 a los 28 años. Sin embargo estos menores en muchos casos
se vuelven adolescentes pasando al rango de edad estimado como el rango de la juventud.
Esto para aclarar que en el análisis de los jóvenes en el conflicto colombiano, abarca
necesariamente a los niños, porque a la guerra llegan como niños y salen como jovenes,
dejando de lado la clasificación que la ley ha hecho, pues la permanencia de estos
individuos en el conflicto y el análisis no permite hacer una separación por edad del flagelo
social que han vivido. Sin embargo la pregunta de este documento se interesa por la agencia
de los jóvenes presentada en diferentes conceptos como los siguientes.
A nivel Latinoamericano las últimas décadas cientistas sociales se han dedicado a
generar diversas nociones de la juventud, mucho más amplias que la tan reducida
concepción etaria y que permite entender al joven no solo biológicamente. Al respecto,
autores como Bourdieu (2002), Vommaro (2014), y Taguenca (2008), coinciden en
afirmarla como una construcción social que además es histórica y que adquiere los matices
de acuerdo al contexto en el que decida estudiarsela.

En primer lugar, a propósito del concepto de juventud se revisó las posturas de


Bourdieu (2002), Vonmaro (2014), y Taguenca (2008) quienes coinciden en algunos
aspectos para entender a las juventudes tomando en cuenta el concepto de generación. En el
clásico estudio de Bourdieu “La juventud es solo una palabra” (2002) se explica la
construcción social de la juventud, entendiéndola como una creación de la sociedad en la
lucha entre jóvenes y viejos. Para definir una generación hay que conocer las leyes
específicas de envejecimiento del campo, sus luchas y las divisiones generadas por esas
luchas. Por ejemplo: Estudiar a los jóvenes de una misma edad, pero unos que trabajan y
otros estudian esto demuestra que la edad es un dato biológico socialmente manipulado y
manipulable y que para analizarlo no habría que observar solo a los jóvenes, también a las
juventudes: que serían los grupos de jóvenes clasificados por ciertas características.

Por su lado Vommaro retoma este postulado de Bourdieu en “Juventudes, políticas


y generaciones en América Latina: acercamientos teórico-conceptuales para su abordaje”
(2014). En el cual se considera a “la juventud como experiencia vital y categoría socio-
histórica definida en clave relacional, más que etaria o biológica” (Vonmaro,2014). De
acuerdo a Perez Islas citado en este trabajo por Vonmaro, para entender lo juvenil hay que
tener en cuenta tres aspectos: el relacional en el que entender el contexto implica saber las
resistencias y las autodefiniciones alrededor de la concepción del joven; las relaciones de
poder y dominación; y la comprensión sin reificar el concepto que cambia de acuerdo al
contexto y a las coyunturas.

Esto considerando la diversidad de prácticas y variables como clase, género, etnia,


cultura, región, contexto socio histórico, entre otras, lo que nos indica que no hay una
juventud, sino diversidad de juventudes. La juventud es una categoría que cobra valor
cuando podemos enmarcarla en el tiempo y en el espacio, es por esto que es apresurado
juzgar a los jóvenes que no están interesados en participar de procesos políticos
comparándolos con otros tiempos, dadas las circunstancias en las que se esté presentando
dicha agencia o pasividad.

El autor hace un recorrido por el concepto de generación para la comprensión del


concepto de juventud. Entendiendo que la generación no es compartir un mismo tiempo de
nacimiento, sino que más bien tiene que ver con compartir determinados modos de
conductas, pensamientos o sentimientos que pueden o no estar relacionados con un tiempo
socio histórico.

Sobre este concepto el autor repara en entender las nuevas formas de participación
política de los jóvenes en la Argentina actual, sobre lo cual se ha referido a la existencia de
una generación despolitizada. Sin embargo desde esta perspectiva se entiende un
alejamiento por parte de los jóvenes hacia las instituciones “clásicas”. Lo que no implica
una despolitización, más bien es otra forma de entender esta participación, en este sentido
se busca “visibilizar formas alternativas que hablan del renovado compromiso de las
juventudes contemporáneas con lo público y lo colectivo” (Vonmaro,2014)

Por su parte la reglamentación en Colombia se ha quedado corta en la definición de


la juventud, sí ponemos la ley en contexto de conflicto armado y de las múltiples
especificidades que tiene la juventud Colombiana, así es que la ley 375 del 97 manejaba
estas definiciones:

“Artículo 3º. Juventud. Para los fines de participación y derechos sociales de los que trata la
presente ley, se entiende por joven la persona entre 14 y 26 años de edad. Esta definición no sustituye
los límites de edad establecidos en otras leyes para adolescentes y jóvenes en las que se establecen
garantías penales, sistemas de protección, responsabilidades civiles y derechos ciudadanos.
Artículo 4º. Para los efectos de la presente ley se entenderán como:
a) Juventud: Entiéndese por juventud el cuerpo social dotado de una considerable influencia en el
presente y en el futuro de la sociedad, que puedan asumir responsabilidades y funciones en el progreso
de la comunidad colombiana” (ley 375 del 97)

Esta definición para efectos de implementación se reducía tácitamente a un grupo


etario. En el 2013 esta reglamentación es derogada por el Estatuto de ciudadanía juvenil
(ley 1622 del 2013), que amplia este concepto y recoge otros elementos que en algún
sentido se acercan al contexto del conflicto al que nos referimos, pero que en la práctica de
los jóvenes actores de la guerra aún está muy distanciada:

“Joven: Toda persona entre 14 y 28 años cumplidos en proceso de consolidación de su autonomía


intelectual, física, moral, económica, social y cultural que hace parte de una comunidad política y en ese
sentido ejerce su ciudadanía. 2. Juventudes: Segmento poblacional construido socioculturalmente y que alude
a unas prácticas, relaciones, estéticas y características que se construyen y son atribuidas socialmente. Esta
construcción se desarrolla de manera individual y colectiva por esta población, en relación con la sociedad. Es
además un momento vital donde se están consolidando las capacidades físicas, intelectuales y morales. 3.
Juvenil: Proceso subjetivo atravesado por la condición y el estilo de vida articulados a las construcciones
sociales. Las realidades y experiencias juveniles son plurales, diversas y heterogéneas, de allí que las y los
jóvenes no puedan ser comprendidos como entidades aisladas, individuales y descontextualizadas, sino como
una construcción cuya subjetividad está siendo transformada por las dinámicas sociales, económicas y
políticas de las sociedades y a cuyas sociedades también aportan. (Estatuto de ciudadanía juvenil: ley 1622 del
2013)

Por otro lado, aunque este estatuto en varios de sus artículos menciona por un lado
el principio de territorialidad y a la ruralidad como una condición joven, y también
contempla la condición de victimas lo cual es un avance. Aún es muy superficial para hacer
efectivos los mecanismos de implementación y sigue teniendo muchos sesgos a la hora de
definir al joven como sujeto de derechos. Existe una brecha conceptual en la que pareciera
que por ser “ciudadanía juvenil”, los jóvenes de la ruralidad que nunca han conocido la
ciudad, ni la ciudadanía están muy lejos de hacerse parte de las demandas que pueda
producir esta ley.

En segundo lugar desarrollare el concepto de joven como víctima y como victimario


considerando algunos aspectos que pueden ser ejemplificantes para lo que apenas es una
aproximación a este concepto, haciendo la salvedad de que los jóvenes o niños que entran a
las filas siendo menores de edad se han considerado como víctimas. Siendo un crimen de
lesa humanidad el reclutamiento infantil, lo que implica que el joven que haya integrado la
guerra siendo menor siempre será víctima, independientemente de sus decisiones
posteriores, nunca podrá dejar de serlo.
La práctica del reclutamiento ilícito se puede considerar como la peor de las
masacres a largo plazo que la guerra le ha dejado a Colombia, el trauma que produce en una
familia, en una comunidad y en el mismo individuo que se arrebate la infancia, es una
cicatriz que no se puede olvidar porque está inserta en la etapa de la socialización y en
muchos casos de la que le es imposible apartarse.

“Una de las situaciones que afecta la vida cotidiana y las posibilidades de desarrollo de niños, niñas,
adolescentes y jóvenes es el riesgo y la práctica del reclutamiento ilícito por los grupos armados, relacionada
directamente con la dinámica del conflicto armado y las estrategias de guerra de los armados. En las
comunidades donde el gmh adelantó su trabajo investigativo, el reclutamiento ilícito convirtió los espacios
donde vivían los adolescentes, jóvenes y sus familias en lugares amenazadores e inseguros. Al intentar
proteger a sus hijos e hijas del reclutamiento, las familias huyeron y con ello lesionaron sus vínculos de
amistad, vecindad y convivencia, y perdieron sus grupos y lugares de referencia. Mientras que en algunos
casos los armados lograron seducir a algunos y algunas adolescentes y jóvenes, quienes terminaron por
vincularse a los grupos armados, en otros casos el reclutamiento constituye una amenaza que produce miedo y
los obliga a transformar sus actividades cotidianas o huir hacia las ciudades, en muchas ocasiones sin sus
familias” (Basta Ya; pag,321)

En este sentido hay un joven como víctima y como victimario, una identidad que
está en doble vía. Cuando se da un proceso de desmovilización que incluye la reintegración
dependiendo del éxito o no de estos procesos el decidirá si ser víctima o sus pasos lo
llevaran a seguir ejerciendo la violencia como victimario. En escenarios diferentes, pero
con la formación con la que la guerra lo moldeo, caso de las personas desmovilizadas de las
AUC, que deciden integrar las bandas criminales.1

“Los jóvenes constituyen la población mayoritaria en las filas de todos los actores armados, por lo
cual han sido una población particularmente estigmatizada. Por ser señalados como guerrilleros o
informantes, se han enfrentado de manera constante a la persecución, la amenaza y el miedo. Por cuenta de
esta circunstancia, ellos y ellas han sido víctimas de ejecuciones extrajudiciales y de la llamada limpieza
social.” (Basta ya;pag,321)

1
No se establecen aquí las repercusiones causadas por la violencia experimentada durante el conflicto armado
que en la vida adulta puedan tener los daños ocasionados en la infancia, adolescencia y juventud. Sin
embargo, es menester señalar que la muerte de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, así como la destrucción
de sus referentes y expectativas de vida y de sus espacios de formación y socialización, tienen relación con un
asunto de mayor alcance: la estructuración tanto de la identidad y de la vida cotidiana de una sociedad, como
de los procesos de aprendizaje social o de repetición de contextos de muerte y guerra. (basta ya; pag,321)
La limpieza social es una de las manifestaciones de la guerra que alcanzo a los jóvenes de
las ciudades y sobre todo a los que nunca empuñaron un arma de fuego, como líderes
estudiantiles y comunales. Esta como manifestación de la estigmatización, ejercida también
por fuerzas del Estado ha sido de las más oscuras etapas de los jóvenes como víctimas.

Por otro lado está el reclutamiento legal o ilegal 2 por parte de las fuerzas militares, que ha
sido impuesto como una obligación para el mantenimiento de las filas del ejército y la
defensa nacional. Con la voluntad y contra la voluntad dependiendo del caso, los jóvenes de
más bajos recursos en Colombia han sido el caballito de batalla, la carne de cañon de una
guerra que ellos no iniciaron, pero que si tienen que ejecutar. En este sentido, también se
puede ver este dilema entre ser víctima o victimario en el estado en el que se hace parte de
un conflicto en el que no se quiere participar, y también en el que las fuerzas militares en
muchas ocasiones han actuado como victimarios, en nombre de la legitima defensa o de la
defensa nacional.

El joven guerrillero, el joven paramilitar, el joven soldado, el joven desmovilizado, el joven


caído estos entre muchos otros roles los de los jóvenes víctimas y victimarios con doble
identidad o con una identidad impuesta que les ha arrebatado la verdadera identidad de ser
simplemente jóvenes con más experiencias en común con otros, como parte de una
generación.

Finalmente desde la orilla del joven como actor y promotor de la transformación social se
presenta, la clasificación tan marcada del joven campesino y de los “demás jóvenes”; y el
ejemplo de algunas manifestaciones de resistencia, desde el concepto de Hanna Arendt
sobre la acción política.

Indiscutiblemente en Colombia, por causa de la guerra, pero también de otros factores


culturales se asocia el campo con la pobreza y el subdesarrollo. Esto se evidencia en la
reglamentación y las políticas públicas lo que ha marcado una clara diferencia en el rol del
joven campesino y del joven citadino. La guerra y la falta de apoyo al agro en Colombia ha
conducido a nuestra juventud a migrar a las ciudades, transformando sus dinámicas

2
Ver: http://www.elespectador.com/tags/batidas-ilegales
culturales y sociales y en muchos casos irrumpiendo en la dignidad de campesino heredada
por las generaciones anteriores.

“Para los jóvenes que han sido desplazados por la violencia, son notorios los cambios que se presentan en su
desarrollo social y en su cotidianidad. Mientras en el campo la educación primaria se puede estar terminando
a los 13 o 15 años, y se presenta un “normal” acceso a la producción agropecuaria, en la ciudad el joven
enfrenta serios traumatismos tanto en el aspecto educativo como en lo laboral. Los jóvenes desplazados por
la violencia, en el mejor de los casos, logran conseguir un trabajo que no es bien remunerado, sin seguridad
social, con largas jornadas de trabajo y sin ninguna expectativa de progreso social y económico; tienen que
comenzar a desempeñar roles para los cuales nunca estuvieron preparados, dando paso a una nueva cultura
urbana. Los niños y niñas en situación de desplazamiento son sometidos a espacios físicos completamente
diferentes a los que tenían antes. Las posibilidades de correr y jugar libremente se reducen, la habitación se
comparte con toda la familia en condiciones de hacinamiento y se modifica drásticamente el entorno social y
urbano. Para ayudar económicamente a sus padres, o a la mujer que es cabeza de familia, terminan vinculados
al comercio informal o a trabajos como ayudantes de construcción. En el caso de las niñas, el servicio
doméstico y en algunas ocasiones la prostitución, se convierten en las únicas alternativas” (codhes; pag,177)

En el contexto de la guerra el joven dejo sus botas y sombrero, por huir a la ciudad como
desplazado por la guerra o por la pobreza, por ir al monte obligado o en búsqueda de
oportunidades diferentes a las del campo, motivado por una cultura de consumo más
atractiva y rápida que la cultura del campo. Sin embargo hay un joven que se resiste a dejar
de ser campesino, que se organiza en torno a los problemas sociales y resiste por medio de
sus acciones transformadoras. Este rol no es solo del joven campesino, surge también desde
las ciudades desde donde también se reivindica el respeto por la vida, por los recursos
naturales y por las raíces culturales arraigadas en el campo.

“Desde la filosofía política de Hannah Arendt (1998) entendemos que el fin de la política no es
el acceso al poder del Estado, tal y como ha sido concebida por algunas corrientes hegemónicas
en el mundo moderno; tampoco puede ser asociada a la búsqueda del consenso de ideas e
intereses y mucho menos a la intención de voto para acceder a prácticas representativas de la
democracia liberal. La política tiene como fin la transformación de la historia, y este desafío no
se consigue a través de un sujeto trascendente, sino de sujetos de carne y hueso, con rostro y
con cuerpo, con biografía y subjetividad […] La acción es, así entendida, la capacidad humana
para introducir algo nuevo en el mundo, para introducir nuevos sentidos, significados y
prácticas que inciden en el flujo de la existencia humana y que cobra vida en el “entre-nos”
(Avarado, Gomez, Sanchez, 2014)

En esta perspectiva, las experiencias de jóvenes organizados alternativamente, no es


que estén despolitizadas, al contrario están proponiendo otras formas de política y practican
este concepto de acción política desde sus cotidianidades, también son concebidas como
expresión política de lugar:

“Según Escobar (en Lander, 2005), el lugar es central para pensar acerca de la construcción de
la política, el conocimiento y la identidad, pues los individuos arraigados a un lugar, con
capacidad para entenderlo y vincularse a él como nicho o morada de vida, son cada día más
capaces para negociar todo el proceso de la construcción del mundo” (Avarado, Gomez,
Sanchez, 2014)

En esta concepción se identificaron unos acontecimientos que agrupan a los jóvenes


y que los llevan a la movilización, clasificados en microestructurales y macroestructurales.
En estos últimos se identifican fundamentalmente el rechazo al neoliberalismo y la política
oficial y en los primeros, aquellos asociados a la vida cotidiana en el barrio, la escuela, la
casa, la trayectoria. Con una perspectiva de lugar, es decir circunstancias que corresponden
directamente a un lugar en el que transcurre la vida de los jóvenes como por ejemplo: la
contaminación del agua, el cierre de escuelas, la discriminación, la violencia en el hogar, la
falta de oportunidades entre otros.

Los autores señalan como en la construcción de la identidad colectiva se evidencian


unos principios que determinan las decisiones de los grupos: la resistencia; no al
patriarcado como forma de dominación; la desobediencia a lo instituido y naturalizado; la
reivindicación de lo popular como valoración y visibilización de la potencia del trabajo
cooperado y no como pauperización y estigmatización de las comunidades empobrecidas.

En este sentido se presentan y describen esas formas de resistencia y de transformación que


los jóvenes producen, es el caso de “La legión del afecto”3:
“Es una Legión o ejército de jóvenes, compuesto por miembros de familias desplazadas, sin oportunidades
escolares o laborales, que recorre el territorio y se comunica a través de lenguajes alternativos como el afecto,
el juego, el intercambio de saberes, la creación, los ágapes, en comunidades asoladas por la violencia y
forzadas al desplazamiento. Llegan con su alegría y creatividad, a acompañar y compartir, donde hace años no
llega nadie, por temor y desconfianza, desafiando dificultades, obstáculos y prevenciones. No tienen un
carácter masivo ni ostentoso, y no pretende competir con otras iniciativas. Es una expedición liderada por
3
En abril de 2000 el PNUD, la UNESCO, y la Caja de Compensación Familiar de Antioquia COMFAMA
unieron esfuerzos para apoyar el diseño de un proyecto de participaciones juveniles denominado ¨Viaje a Pie¨,
el cual se proponía estimular la creación y la creatividad de los jóvenes de las comunas recientemente
afectadas por guerras interiores y que en ese momento se encontraban en un proceso de superación de esas
guerras efecto de las disputas por territorio entre paramilitares, milicias y agentes del narcotráfico. (Ponencia
ensayo ACCPOL;Orlas:2016)
jóvenes donde la presencia adulta es discreta y de camaradería. Busca estimular los lazos que se encuentran
en un territorio, para que sus habitantes desarrollen mayores capacidades al enfrentar un entorno agresivo;
busca generar arraigo y transferencia de energía que dinamice la convivencia en las comunidades” (Legión
del Afecto, 2016).
O del nodo San Rafael un municipio de Antioquia de “La red nacional de jóvenes
rurales”, que promueven el turismo social y los proyectos productivos con los jóvenes
campesinos de la región. Y que están reivindicando el lugar de los jóvenes campesinos en
Colombia en un contexto profundamente maltratado por el conflicto armado.

Esta reflexión inicia como un acercamiento a la definición del joven en Colombia


en contexto de conflicto armado, pero que concluye de manera diferente pues aunque
parece contradictorio porque es una clasificación, no se cumple el estricto sentido de la
tipificación de unos tipos de juventud, en un contexto tan diverso como el del conflicto.
Porque que la categoría de la juventud en Colombia, ha sido transversalizada no solo por
parte de las instituciones, también por el rol múltiple del joven en la guerra.

Al final es pertinente decir que la juventud en las diferentes manifestaciones del


conflicto armado, no es más que la búsqueda de un lugar para ser, de la supervivencia, de la
vida misma en su transformación. Lugar que el país no ha dejado que se desarrolle, las
consignas de “no nacimos pa´ semilla” y de “Los no futuro” en sí mismas son una
negación, que los jóvenes en Colombia han proclamado por medio de sus proceso de
resistencia, que en muchos casos los ha llevado al fin.
Bibliografía

Alvarado Sara Victoria, Humberto Gómez Ariel, Sánchez León María Cristina. Jóvenes y
participación política en el mundo contemporáneo: de la apatía a la antipatía por modos
hegemónicos de vida (cap 6) . En “En busca de las condiciones juveniles latinoamericanas” (2014)
compiladores Sara Victoria Alvarado; Pablo Vommaro. Primera edición CLACSO.

Taguenca Belmonte, Juan Antonio. El concepto de juventud (2009). Universidad


Nacional Autónoma de México- Instituto de investigaciones sociales. Revista Mexicana de
sociología 71, num. (enero- marzo, 2009): 159-190. México, D.F. ISSN:0188-
2503/09/07101-05.
Bourdieu, Pierre. (2002). La "juventud" no es más que una palabra. En Sociología y cultura
(pp. 163-173). México: Grijalbo, Conaculta.

Orlas Carlos Andres.Ponencia: Legión del Afecto y construcción de paz: una mirada desde
la Ciencia Política. Congreso de ciencia política ACCPOL 216.

Pachón Ximena C. La infancia perdida en Colombia: los menores en la guerra. Universidad


Nacional de Colombia 2009. Ver en la web:
http://pdba.georgetown.edu/CLAS%20RESEARCH/Working%20Papers/WP15.pdf

Montoya Ruiz Ana Milena. Niños y jóvenes en la guerra en Colombia. Aproximación a su


reclutamiento y vinculación. Ver en la web:
http://www.scielo.org.co/pdf/ojum/v7n13/v7n13a2.pdf.

Vommaro Pablo A. Juventudes, políticas y generaciones en América Latina: acercamientos


teórico- conceptuales para su abordaje (cap 1). En “En busca de las condiciones juveniles
latinoamericanas” (2014) compiladores Sara Victoria Alvarado; Pablo Vommaro. Primera edición
CLACSO.

Esta guerra no es nuestra... y la estamos perdiendo. Desplazamiento forzado y


derechos de la infancia. Boletín de la Consultoría para los Derechos Humanos y el
Desplazamiento Bogotá, Colombia, 26 de enero de 2000.
http://www.unicef.org/colombia/pdf/codhes02.pdf.

Informe general. Colombia memorias de guerra y dignidad.2010. Grupo de memoria


histórica- Centro de memoria historica. Basta ya!!
http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2013/bastaYa/basta-ya-
memorias-guerra-dignidad-new-9-agosto.pdf

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