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Tomar De Geoonatia De La Novela Canvos FuenTed México » Fondo De Cucruma, COndalen 41.445 (aHA MUERTO LA NOVELA? 1 Cuanoo yo empecé a publicar libros, en 1954, continua- mente escuchaba unas ominosas palabras: "La novela ha smuerto” aiento, profecta o lipid, esta sentencia no era la mas propicia para animar a un novelista en ciernes. Tas razones que se nos daban a los eseritores de mi ‘generacion eran, en primer lugar, que la novela, cuya nom bre proclama su funcin, ya no era, como en sus origenes, la pportadora de novedades. Lo que la novela decia —se nos dijo— era dicho ahora, de manera més veloz y mis eficiente, Ya un nlmero inmensimente mayor de personas, por el Cine, la television y el periodismo, © por la informacion his ‘rica, psicol6gica, politica y econémica, ‘Los antiguos rertorios dela novela habfan sido anexados por el universo de la comunicacién inmediata, La imagina- ‘ién del mundo ya no acompafaba al novelista. Hl entusias- mo, la curiosidad, tampoco. Hace un siglo y medio, una muchedumbre se'reunia en los muelles de Nueva York esperando que llegara la tltima entrega de la novela de Dickens 1 almacén de las antigiedades. Todos querian saber si uno de sus personajes centrales, la empalagosa Lite Nell, habia muerto 6 no. En nuestro tiempo, las roullitudes se hhan ‘desesperado por saber quién dispar6 contra J. Ry ef villano de la sere de television norteamericana Dailas, Mis cerca de casa: Simplemente Maria, Los ricos también loran, © como escribe Luis Rafael Sénchez, “el pais en vilo por las viclsitudes de Marisela y Jorge Boscén George Orwell previo el uso de la informacion como tirania, Aldous Huxley, mucho mds ingenioso, anuncid que |a tirania se impondlfa mediante el placer exacerbado de la diversion informativa sin limites. Pero en todo caso, la tirania el placer, o la del dolor, legarian sin letra: la era de Guten- berg habia terminado, Solo nos tocaba escoger na letra que, literalmente, con sangre entra, como en la pesadila tote” Itania de Franz Kafka, Za colonia penal, o que, en vez de sangre, usa la burbuja del gas neén para proponemos, no la letra, sino lo que la letra anuncia: la diversion interminable como recompensa de lo que Bauerillard llama la explosién de la informacion junto con a implosion del significado. 1a proliferacion misma de la informacién nos invita a ppeosar que estamos supremamente bien informados, sin ‘ecesidad de un esfuerzo aftadido de nuestra pare. La infor- ‘macién nos llegs. No necesitamos buscarla. Mucho menos crear, Estos hechos no lograron, sin embargo, empuiar la volun- tad de.escribie de mi generaci6n, Mas bien, nos obligaron reflexionar que, si era cierto que nunca habiamos estado ‘mejor informados, mejor comunicados o més instantinea. ‘mente relacionados, nunca, tampoco, nos habjamos sentido ‘an incompletos, tan apremiados, tan solos y, paradéjica- ‘mente, mas ayunos de informacion, ‘Yo guardo, entre mis recuerdos familiares, el de mi padre y mi abucto, en la primera década de este siglo, esperando, Puntual impacientemente, Ia Vegada, cada mes, del paque- bote francés al puerto de Veracruz, Con él legaban las nove-

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