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Planificacio N #2, 4º Ba Sico Lo Que Hace El Padre
Planificacio N #2, 4º Ba Sico Lo Que Hace El Padre
JUEGO VERBAL 2 Nº 2
Lectura oral expresiva y
Manejo de la Lengua
NIVEL: NB 2
CURSO: 4º BÁSICO
SEMESTRE: 1
EJE LECTURA
A.E: Leen en voz alta, con fluidez, seguridad y expresión, textos que respondan a distintos
propósitos comunicativos.
I.L.: Dan a las oraciones la entonación y el énfasis adecuados y hacen las pausas que
correspondan al tipo de texto.
• VOCABULARIO:
A.E.: Utilizan en su expresión oral y escrita un vocabulario progresivamente más amplio,
incluyendo términos nuevos y más precisos y empleando sinónimos para evitar repeticiones.
I.L.: Consultan el diccionario y aclaran el significado de las palabras que no entienden.
I.L.: Reconocen palabras no familiares en textos literarios a partir del contexto.
• ORTOGRAFÍA:
AE: Muestran un dominio progresivo de la ortografía puntual literal y acentual en los textos que
producen.
I.L.: Uso correcto de la letra b en palabras de aparición frecuente.
• GRAMÁTICA:
A. E.: Manejan la concordancia, en los textos orales y escritos que producen, de sustantivos con
adjetivos y artículos, de los pronombres y los nombres que reemplazan, del verbo con su sujeto y
de los tiempos verbales con su contexto.
I.L.: Utilizan correctamente las formas masculina, femenina y neutra, singular y plural de los
pronombres personales.
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ANTES DE LA LECTURA
2. El profesor le dice a los alumnos que les va a contar un cuento donde aparecerán estos
elementos. Les dice el título del cuento y el nombre del autor.
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DURANTE Y DESPUÉS DE LA LECTURA
Indicador:
- Dan a las oraciones la entonación y el énfasis adecuados y hacen las pausas que
correspondan al tipo de texto.
1. Los estudiantes escuchan la lectura modelo hecha por el profesor, que hace especial énfasis
en respetar las pausas establecidas en el texto por la presencia de puntos y comas. Él comenta
que leerá en forma fluida, con seguridad y preocupándose de pronunciar adecuadamente las
palabras del texto. Al leer el texto dirá un sinónimo o dará una pequeña explicación para aclarar
el significado de palabras desconocidas por los estudiantes2.
3. Con ayuda del profesor, los alumnos escribirán una pauta con indicadores de cómo se leerá el
texto.
4. En forma individual, los estudiantes practican la lectura de las palabras del cuento, leyendo
los párrafos donde están presentes las palabras clave.
5. Los estudiantes se juntan en parejas y se turnan los párrafos al leer. El compañero que
escucha está atento a las pausas que hace el otro cuando el texto presenta puntos y comas.
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Ver vocabulario en página 5 3
• Lectura de palabras clave
El profesor selecciona palabras del texto que son de lectura difícil. Se presentan a los
estudiantes para ser leídas de un golpe de vista, lo que favorecerá la fluidez lectora.
- ¿Qué decidieron hacer el matrimonio de viejos con el caballo que tenían? ¿Por qué?
- ¿Qué cambios hizo el campesino desde que salió con su caballo?
- ¿Qué pasó cuando entró en la posada?
- ¿Qué apuesta hizo con los ingleses?
- ¿Qué sucedió finalmente?
- ¿El campesino quedaba conforme con los cambios que hacía? Justifícalo.
- ¿La mujer confiaba en su marido? ¿Por qué?
- ¿Los ingleses creyeron que la mujer del campesino no se enojaría por el cambio que hizo
de los animales por un saco de manzanas podridas? Justifica tu respuesta.
- ¿Qué opinas de este viejo matrimonio? ¿Crees que se querían? ¿Por qué?
- ¿Qué hubieras hecho tú?, ¿habrías cambiado la vaca, la oveja, la oca y la gallina para
quedarte con las manzanas podridas? ¿Por qué?
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ACTIVIDADES PARA EL DESARROLLO DEL MANEJO DE LA LENGUA
1. VOCABULARIO
A. Estrategias para presentar palabras de vocabulario
B. Ampliación temática
C. Palabras generadoras de nuevo léxico
Indicadores:
- Reconocen palabras no familiares en textos literarios a partir del contexto.
- Consultan el diccionario y aclaran significados de las palabras que no entienden.
Cigüeña: Ave zancuda, como de un metro de altura, de cabeza redonda, cuello largo, cuerpo
generalmente blanco, alas negras, patas largas y rojas, lo mismo que el pico, con el cual crotora
sacudiendo rápidamente la parte superior sobre la inferior.
Saúco: Arbusto o arbolillo, con tronco de dos a cinco metros de altura, lleno de ramas, de color
verde oscuro, de olor desagradable y sabor acre, flores blancas y fruto en bayas negruzcas.
Rebosar: Dicho de una materia líquida. Derramarse por encima de los bordes del recipiente que
la contiene.
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• Ilustración del significado a través de imágenes:
Los alumnos deducen el significado de las palabras cigüeña, saúco, bizca, observando imágenes
de ellas.
El profesor al leer las siguientes palabras dice inmediatamente un sinónimo o da una pequeña
explicación de ellas:
Después de la lectura:
• Formación de concepto:
Prosperidad:
· El profesor le pregunta a los niños ¿qué dirían de una persona que le va muy bien en su trabajo?
(que tiene éxito, buena suerte, fortuna, que le resultan bien las tareas que emprende, etc.)
· El profesor vuelve a preguntarles ¿qué dirían de un compañero que tiene muy buen
rendimiento? (que tiene éxito, que tiene buena suerte, que es afortunado, que le resultan bien
las tareas que emprende, etc.).
· El profesor les dice que todo esto es prosperidad, tener buena suerte o éxito en lo que se
emprende. 6
• Palabras cuyo significado se deduce por contexto:
· Pregunta: ¿Qué creen que significa la palabra mastín? ¿Con qué tiene relación? ¿Será un tipo de
animal?
· Se comprueba quién estuvo más cerca del significado, buscando la definición de esa palabra en
el diccionario: Mastín: perro grande de presa.
· En forma oral, dicen algunas oraciones usando esta nueva palabra aprendida.
· Se realizan con la palabra fanega, las mismas actividades que se realizaron con la palabra
mastín.
1. El profesor le pide a los niños que se junten en parejas y que busquen algunas palabras en el
diccionario.
2. Ponen en común los significados de las palabras y, luego de entender el significado de ellas,
deben construir una oración con cada una.
“El horno sobresale como una pequeña barriga abultada, y el saúco se inclina sobre el
seto, cerca del cual hay una charca con un pato o unos cuantos patitos bajo el
achaparrado sauce.”
“El sol quemaba, y ni una nubecilla empañaba el azul del cielo. El camino estaba
polvoriento, animado por numerosos individuos que se dirigían al mercado, en carro,
a caballo o a pie. El calor era intenso, y en toda la extensión del camino no se
descubría ni un puntito de sombra.”
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· Le pregunta a los niños:
· El profesor escribe las respuestas de los niños en el pizarrón, destacando las palabras patitos,
nubecilla y puntito.
· Les pide que comparen las palabras patitos y puntito y observen qué tienen en común (la
terminación ito).
1. Nombran otras palabras que tengan la terminación ito o ita que ellos conozcan y el profesor
las va escribiendo en el pizarrón.
· Observan las palabras escritas y descubren qué les hace la terminación ito a las palabras (las
achica, empequeñece, etc.).
2. Observan la palabra nubecilla y el profesor les pregunta ¿de dónde viene la palabra nubecilla?
(de nube) ¿qué le hace la terminación illa a la palabra nube? (la achica, la empequeñece, etc.).
· Nombran otras palabras que conozcan que tengan la terminación illo o illa y el profesor las va
escribiendo en el pizarrón.
· Descubren la palabra raíz de cada una de las escritas en el pizarrón.
3. Se sientan en círculo en el suelo para jugar a nombrar palabras. El profesor les va lanzando de
a uno una pelota blanda, diciéndoles una palabra y ellos deben nombrar la misma palabra,
usando las terminaciones estudiadas.
Cada niño elige una de las palabras escritas en el pizarrón y, en su cuaderno de lenguaje debe
escribir dos oraciones con ella, una usando la palabra raíz y otra, usando las terminaciones en
estudio.
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Evaluación trabajo de vocabulario
Para evaluar este contenido, los niños realizan una guía de trabajo donde deben escribir la
palabra destacada con la terminación que corresponda de las trabajadas en clases.
GUÍA DE TRABAJO
Reemplaza la palabra de la oración que aparece entre paréntesis, por aquella que utilice las
terminaciones ito, ita, illo, illa, según corresponda.
mi ______________________ (vecino).
mágica.
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2. ORTOGRAFÍA: literal, puntual, acentual.
Indicador:
- Uso correcto de la letra b en palabras de aparición frecuente.
(Terminación -aba en el pretérito imperfecto de los verbos de la primera conjugación.)
- “«El viejo entiende de esas cosas -pensaba la mujer-. Nadie lo hará mejor que él»”
- “El sol quemaba, y ni una nubecilla empañaba el azul del cielo. El camino estaba
polvoriento,…”
4. Descubren lo que tienen en común las respuestas a todas estas preguntas: son verbos o
acciones que sucedieron en un tiempo pasado, de la primera conjugación (infinitivo
terminado en –ar). El profesor debe guiar a los alumnos para que descubran la diferencia
entre los dos pasados: pretérito perfecto simple (acción terminada, por ejemplo: gobernó,
suspiró) y el pretérito imperfecto (acción inacabada que sucede en un tiempo no
determinado, es un pasado más lejano; por ejemplo: gobernaba, suspiraba.)
8. Luego leen en voz alta las oraciones de la actividad 7, mostrando al resto del curso la tarjeta
con el verbo correspondiente.
Verbo
crear
llevar
ayudar
trabajar
dibujar
cuidar
soplar
mirar
Se sugiere dejar por un tiempo los verbos colgadas en la sala letrada. Luego se
recomienda guardarlas en un fichero. Los alumnos podrán utilizarlas en caso de dudas
u otras actividades.
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Evaluación ortografía: literal
Los niños reciben un texto escrito en presente. Deben identificar los verbos, subrayarlos y luego
escribir el texto en pretérito imperfecto, como si la historia hubiese ocurrido años atrás, sin que
se sepa exactamente cuándo.
Esta es la historia de tres cerditos que habitan en una cabaña que queda en el
bosque. El primer cerdito, estudia mucho y le gusta ir a la escuela. El segundo
cerdito, le gusta cantar. El tercer cerdito, trabaja mucho, busca y prepara los
alimentos para sus hermanos y para él.
Cuando regresan todos a casa, juegan, saltan y les gusta pasear por el bosque.
Estos tres hermanos se aman y están felices juntos.
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3. GRAMÁTICA
Indicador:
- Utilizan correctamente las formas masculina, femenina y neutra, singular y plural de
los pronombres personales y demostrativos.
Pues en una casa como la que te he descrito vivía un viejo matrimonio, un pobre
campesino con su mujer. No poseían casi nada, y, sin embargo, tenían una cosa
superflua: un caballo, que solía pacer en los ribazos de los caminos. El padre lo montaba
para trasladarse a la ciudad, y los vecinos se lo pedían prestado y le pagaban con otros
servicios; desde luego, habría sido más ventajoso para ellos vender el animal o trocarlo
por algo que les reportase mayor beneficio. Pero, ¿por qué lo podían cambiar?
«El viejo entiende de esas cosas -pensaba la mujer-. Nadie lo hará mejor que él».
a) -¡Ven que te dé un beso! -exclamó la mujer, fuera de sí de contento-. Y ______ le dio un beso
a su marido. (ella)
d) Mi nombre es Andrés y también escuché la historia del campesino. ______ opino que se salvó
de un buen castigo gracias al amor que le tenía su mujer. (Yo)
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3. El profesor escribe un listado con las palabras que han completado las oraciones:
Nosotros, yo, él, ella.
· El profesor explica que esas palabras se llaman pronombres personales. Son palabras que
reemplazan a los nombres de personas. Su símbolo es:
• Ejercitación:
1. Los estudiantes están en grupos y reciben un texto que deben completar con palabras que
reemplacen a las personas nombradas (pronombres personales). Luego lo leen frente al curso.
La mujer del campesino fue a la casa del maestro a pedir puerros para la tortilla que
quería cocinar. Su mujer era avara y _______ le contestó que no tenían nada en el
huerto para darle. La anciana estaba segura que de haberle pedido a ______ la respuesta
hubiese sido diferente.
Los niños reciben una parte de una oración. La leen en voz alta y el niño que cree tener la parte
que la completa, se pone de pie y la lee. Luego, entre los dos, dicen cuál es la palabra que
reemplaza a la palabra subrayada en la oración.
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3. El profesor escribe la siguiente oración en el pizarrón:
Él cambió el caballo.
Los niños escriben, en tamaño grande, oraciones en su cuaderno y ponen la simbología que
corresponde. El profesor se acerca a cada puesto y revisa el trabajo hecho por los alumnos.
Oraciones:
Juan, Pedro y Felipe venden frutas en el mercado. Ellos trabajan hace mucho tiempo juntos.
Ana y María cosechan verduras del huerto .Ellas preparan unos ricos guisos.
Los niños reemplazan las palabras subrayadas por sus correspondientes pronombres personales.
Dibujan las paredes de los reinos del sujeto y del predicado y el símbolo del verbo, el rey del
predicado, y del pronombre que reemplaza al sustantivo núcleo del sujeto.
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“Lo que hace el padre bien hecho está”
Hans Christian Andersen
Voy a contarles ahora una historia que oí cuando era muy niño, y cada vez que me acuerdo de ella me
parece más bonita. Con las historias ocurre lo que con ciertas personas: embellecen a medida que
pasan los años y esto es muy alentador.
Algunas veces habrás salido a la campiña y habrás visto una casa de campo, con un tejado de paja en
el que crecen hierbas y musgo; en el remate del tejado no puede faltar un nido de cigüeñas. Las
paredes son torcidas; las ventanas, bajas y de ellas sólo puede abrirse una. El horno sobresale como
una pequeña barriga abultada y el saúco se inclina sobre el seto, cerca del cual hay un charco con un
pato o unos cuantos patitos bajo el achaparrado sauce. Tampoco, falta el mastín, que ladra a toda
alma viviente.
Pues en una casa como la que te he descrito vivía un viejo matrimonio, un pobre campesino con su
mujer. No poseían casi nada, y sin embargo, tenían una cosa superflua: un caballo, que solía pacer en
los ribazos de los caminos. El padre lo montaba para trasladarse a la ciudad y los vecinos se lo pedían
prestado y le pagaban con otros servicios. Desde luego, habría sido más ventajoso para ellos vender el
animal o trocarlo por algo que les reportase mayor beneficio. Pero, ¿por qué lo podían cambiar?
-Tú verás mejor lo que nos conviene -dijo la mujer-. Precisamente hoy es día de mercado en el
pueblo. Vete allí con el caballo y que te den dinero por él, o haz un buen intercambio. Lo que haces,
siempre está bien hecho. Vete al mercado.
Le arregló la bufanda alrededor del cuello, pues esto ella lo hacía mejor, y le puso también una
corbata de doble lazo, que le sentaba muy bien; le cepilló el sombrero con la palma de la mano, le
dio un beso, y el hombre se puso alegremente en camino montado en el caballo que debía vender o
trocar. «El viejo entiende de esas cosas -pensaba la mujer-. Nadie lo hará mejor que él».
El sol quemaba, y ni una nubecilla empañaba el azul del cielo. El camino estaba polvoriento, animado
por numerosos individuos que se dirigían al mercado, en carro, a caballo o a pie. El calor era intenso,
y en toda la extensión del camino no se descubría ni un puntito de sombra.
Nuestro amigo se encontró con un hombre que conducía una vaca, todo lo bien parecida que una vaca
puede ser. «De seguro que da buena leche -pensó-. Tal vez sería un buen cambio».
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-¡Oye tú, el de la vaca! -dijo-. ¿Y si hiciéramos un trato? Ya sé que un caballo es más caro que una
vaca; pero me da igual. De una vaca sacaría yo más beneficio. ¿Quieres que cambiemos?
Cerrado el trato; nada impedía a nuestro campesino volverse a casa, puesto que el objeto del viaje
quedaba cumplido. Pero su intención primera había sido ir a la feria, y decidió llegarse a ella, aunque
sólo fuera para echar un vistazo. Así continuó el hombre conduciendo la vaca. Caminaba ligero, y el
animal también, por lo que no tardaron en alcanzar a un individuo con una oveja. Era un buen
ejemplar, gordo y con un buen vellón.
«¡Esa oveja sí que me gustaría! -pensó el campesino-. En nuestros ribazos nunca le faltaría hierba, y
en invierno podríamos tenerla en casa. Yo creo que nos conviene más mantener una oveja que una
vaca».
-¡Caramba! ¡Vaya oca cebada que traes! -le dijo-. ¡Qué cantidad de grasa y de pluma! No estaría mal
en nuestro charco, atada de una cuerda. La vieja podría echarle los restos de comida. Cuántas veces
le he oído decir: ¡Ay, si tuviésemos una oca! Pues ésta es la ocasión. ¿Quieres cambiar? Te daré la
oveja por la oca, y muchas gracias encima.
El otro aceptó, no faltaba más; hicieron el cambio, y el campesino se quedó con la oca. Estaba ya
cerca de la ciudad, y el bullicio de la carretera iba en aumento; era un hormiguero de personas y
animales, que llenaban el camino y hasta la cuneta. Llegaron al final a un campo de patatas. El
dueño del campo, tenía una gallina atada para que no se escapara, asustada por el
ruido. Era una gallina derrabada, bizca y de bonito aspecto. «Cluc, cluc», gritaba. No sé lo que ella
quería significar con su cacareo, el hecho es que el campesino pensó al verla: «Es la gallina más
hermosa que he visto en mi vida; es mejor que la clueca del señor rector; me gustaría tenerla. Una
gallina es el animal más fácil de criar; siempre encuentra un granito de trigo; puede decirse que se
mantiene ella sola. Creo sería un buen negocio cambiarla por la oca».-¿Y si cambiáramos? -preguntó.
-¿Cambiar? -dijo el otro-. Por mí no hay inconveniente y aceptó la proposición. El dueño del campo se
quedó con la oca, y el campesino, con la gallina. 18
La verdad es que había aprovechado bien el tiempo en el viaje a la ciudad. Por otra parte, arreciaba
el calor, y el hombre estaba cansado; un trago de aguardiente y un bocadillo le vendrían de perlas.
Como se encontrara delante de la posada, entró en ella en el preciso momento en que salía el mozo,
cargado con un saco lleno a rebosar.
-¡Qué hermosura de manzanas! ¡Cómo gozaría la vieja si las viera! El año pasado el manzano del
corral sólo dio una manzana; hubo que guardarla, y estuvo sobre la cómoda hasta que se pudrió. Esto
es signo de prosperidad, decía la abuela. ¡Menuda prosperidad tendría con todo esto! Quisiera darle
este gusto.
-¿Cuánto le doy? Las cambio por la gallina -y dicho y hecho, entregó la gallina y recibió las manzanas.
Entró en la posada y se fue directo al mostrador. El saco lo dejó arrimado a la estufa, sin reparar en
que estaba encendida. En la sala había mucha gente forastera, tratante de caballos y de bueyes, y
entre ellos dos ingleses, los cuales, como todo el mundo sabe, son tan ricos, que los bolsillos les
revientan de monedas de oro. Y lo que más les gusta es hacer apuestas. Escucha si no.
«¡Chuf, chuf!» ¿Qué ruido era aquél que llegaba de la estufa? Las manzanas empezaban a asarse.
No tardó en propagarse la historia del caballo que había sido trocado por una vaca y, descendiendo
progresivamente, se había convertido en un saco de manzanas podridas.
-Espera a llegar a casa, verás cómo la vieja te recibe a puñadas -dijeron los ingleses.
-Besos me dará, que no puñadas -replicó el campesino-. La abuela va a decir: «Lo que hace el padre,
bien hecho está».
-¿Hacemos una apuesta? -propusieron los ingleses-. Te apostamos todo el oro que quieras: onzas de
oro a toneladas, cien libras, un quintal.
-Con una fanega me contento -contestó el campesino-. Pero sólo puedo jugar una fanega de
manzanas, y yo y la abuela por añadidura. Creo que es medida colmada. ¿Qué piensan de ello?
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-Conforme -exclamaron los ingleses-. Trato hecho.
Engancharon el carro del ventero, subieron a él los ingleses y el campesino, sin olvidar el saco de
manzanas, y se pusieron en camino. No tardaron en llegar a la casita.
-¡Ya lo decía yo; tú entiendes de eso! -dijo la mujer, abrazándolo, sin reparar en el saco ni en los
forasteros.
-¡Dios sea loado! ¡La de leche que vamos a tener! Por fin volveremos a ver en la mesa mantequilla y
queso. ¡Buen negocio!
-¡Ah! ¡Esto está aún mejor! -exclamó la mujer-. Tú siempre piensas en todo. Hierba para una oveja
tenemos de sobra. No nos faltará ahora leche y queso de oveja, ni medias de lana, y aun batas de
dormir. Todo eso la vaca no lo da; pierde el pelo. Eres una perla de marido.
-Así tendremos una oca por San Martín, padrecito. ¡Sólo piensas en darme gustos! ¡Qué idea has
tenido! Ataremos la oca fuera, en la hierba, y ¡lo que engordará hasta San Martín!
-¿Una gallina? ¡Éste sí que es un buen negocio! -exclamó la mujer-. La gallina pondrá huevos, los
incubará, tendremos polluelos y todo un gallinero. ¡Es lo que yo más deseaba!
-Sí, pero es que luego cambié la gallina por un saco de manzanas podridas.
-¡Ven que te dé un beso! -exclamó la mujer, fuera de sí de contento-. ¡Gracias, marido mío! ¿Quieres
que te cuente lo que me ha ocurrido? En cuanto te hubiste marchado, me puse a pensar qué comida
podría prepararte para la vuelta; se me ocurrió que lo mejor sería tortilla de puerros. Los huevos los
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tenía, pero me faltaban los puerros. Me fui, pues, a casa del maestro. Sé de cierto que tienen
puerros, pero ya sabes lo avara que es la mujer. Le pedí que me prestase unos pocos. «¿Prestar? -me
respondió-. No tenemos nada en el huerto, ni una mala manzana podrida. Ni una manzana podemos
prestar». “Pues ahora yo puedo prestarle diez, ¡qué digo! todo un saco. ¡qué gusto, padrecito!”. Y le
dio otro beso.
-Magnífico -dijeron los ingleses-. ¡Siempre para abajo y siempre contenta! Esto no se paga con dinero.
Y pagaron el quintal de monedas de oro al campesino, que recibía besos en vez de puñadas.
Sí, señor, siempre se sale ganando cuando la mujer no se cansa de declarar que el padre entiende en
todo, y que lo que hace, bien hecho está.
Ésta es la historia que oí de niño. Ahora tú la sabes también, y no lo olvides: lo que el padre hace,
bien hecho está.
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