Sigo mencionando, que lo prometido es deuda. El ESCRITO, ha sido
elaborado pensando, precisamente en usted, en el gerente, en el administrador, en la o ejecutivo que no come cuento, que investiga.
En esta ocasión el tema estará centrado en el proceso de autenticación de
contratos y de títulos valor.
Quiero contarles que en mi calidad de grafólogo forense; primero al servicio
del Cuerpo Técnico de la Fiscalía general de la nación y ahora como perito de parte, me ha correspondido la investigación alusiva a la comprobación de autenticidad de firmas, suscritas en contratos y títulos valor. Apreciando que al interior de los diferentes cuestionamientos presentados en estas investigaciones, se ventila la problemática de la autenticación notarial del documento. Óigase bien: se ventila la problemática de la autenticación notarial del documento; a tal grado se enfatiza esta situación: que en boca de variedad de personas está el interrogante: “¿el título valor, como también el contrato deben ser autenticados para que tengan valor o legitimidad?
Sobre el particular, quizá un letrado –un abogado- tenga mejores argumentos
en su respuesta; sin embargo, como mencioné: “en mi calidad de grafólogo forense he tenido variedad de experiencias obtenidas de los diferentes procesos” y hasta el momento no he visto que estos documentos, como los contratos de arrendamiento requieran de formalidades especiales para que tenga validez, o sirvan de prueba en materia fiscal.
Indagando un poco, los letrados mencionan que la ley no se pronuncia sobre el
particular; pero esta tampoco menciona que no se debe de autenticar estos documentos.
En cambio la recomendación si es a que las partes involucradas en estos
documentos, lo hagan, autentiquen sus documentos; de manera muy especial por seguridad, con el ánimo de evitar suplantaciones de identidad.
Entonces: ya es claro que la autenticación de un contrato o título valor no es
un requisito indispensable para que las obligaciones y compromisos en él consignados tengan validez jurídica, sin embargo, si es recomendable llegar hasta el despacho del notario para hacerlo.
Se ve de manera muy especial, que el objetivo de hacer el reconocimiento de
la firma, es que se acredite la plena autenticidad del documento y de la firma de quienes los suscriben. Muy importante este punto. El proceso, como lo mencionan los letrados, dota al documento de fecha cierta, pues de otra forma no puede haber certeza respecto a la fecha en que se suscribió el contrato. Esto sí que es importante para que se tenga en cuenta.
De otra parte, es del caso reconocer, que estamos en Colombia; estamos en el
país de la virgen y el sagrado corazón de Jesús. Entonces la autenticación y reconocimiento de firmas es muy, pero muy importante por una simple razón: Algunos seres humanos no solo niegan la palabra sino que también suelen negar su firma. Si, así es. Por situaciones como las que expongo, es que llega trabajito a los expertos en documentos; gracias a Dios.
Cuando surge alguna demanda, algún litigio frente a un negocio o contrato,
una de las partes puede querer salirse con la suya, por ejemplo: alegar que falsificaron su firma, que la suscrita no es suya, que no la reconoce, lo que se soluciona, o mejor, se evita con la autenticación o reconocimiento de la firma ante un notario. Siempre existirá el riesgo de que alguien se quiera salir con la suya, pero la probabilidad que suceda, ya es muy reducida.
Esto es importante porque si el contrato no está autenticado ante notario y uno
de los suscriptores del contrato niega su firma, se requiere un proceso adicional para probar o refutar tal afirmación, de suerte que el proceso inicial se hace más extenso y complicado.
Entonces para reafirmar el concepto, tenemos que la autenticación de un
contrato se hace para efectos probatorios, para evitar que luego se tache una firma de falsa; pero también para evitarnos un tortuoso proceso para desvirtuar tal afirmación.
Pero miren amigos: desde estos puntos de vista, prácticamente es
recomendable autenticar toda clase de documentos. Es por estrategia de seguridad; en el proceso de autenticación, no solo concursa la firma, sino que también la impresión dactilar. Todo ello es garantía de seguridad preventiva y de buenas prácticas. Ojala, no se les vaya a dar a los notarios por quitar también la huella; ¿porque lo digo? pues porque algún sabio influyente puede llegar a considerar que la impresión dactilar no es importante y la quintan, volviendo vulnerable el proceso. En materia de seguridad preventiva y de buenas prácticas, algunos requisitos acertados, se convierten en disuasivos eficientes; ante los cuales el criminal pierde interés, dada la complejidad y dificultades que tiene que sortear para el logro de sus propósitos, de sus pretensiones; pero si no existe nada; al criminal le resulta pan comido sus maniobras ruines y egoístas.
Una persona honesta, responsable, sin intensiones de timar, no tendrá
inconveniente alguno ante tal invitación; el timador en el acto mostrara sus reservas e inconvenientes; lo que deberá ser tomado como evidentes banderas rojas. Tenga sus reservas ante procesos de autenticación que a usted no le conste o de los cuales se deduzca dudas.
Resumiendo: nos queda claro que la autenticación de un contrato o título valor
no es un requisito indispensable para que las obligaciones y compromisos en él consignados tengan validez jurídica; pero si es necesario para acreditar la plena autenticidad del documento y de la firma de quienes los suscriben; de la misma forma, con el ánimo de evitar suplantaciones de identidad y el notario, es la autoridad reconocida para tal fin.
Espero que la información ofrecida sea de su agrado y le sirva de algo en una
siguiente celebración de contrato de arrendamiento de vivienda urbana o local comercial, por ejemplo.
NO HABLEMOS MAS SOBRE EL ASUNTO. Pero no se pierdan los
siguientes vídeos, elaborados pensando, precisamente en usted, en el gerente, administrador, en la o ejecutivo que no come cuento, que investiga. Gracias por escucharme.