DERECHO BANCARIO
Ricardo Olivera García
CUESTIONES DE
DERECHO BANCARIO
DERECHOS RESERVADOS
Presentación
Contratos bancarios
Apéndice normativo
PRESENTACIÓN
Agosto de 2015.
Ricardo Olivera García
–I–
REGULACIÓN Y CONTROL
DEL SISTEMA DE INTERMEDIACIÓN FINANCIERA*
PRÓLOGO
1.1. Introducción
2. ENTIDADES COMPRENDIDAS
Los bancos son las empresas de intermediación financiera que cuentan con un
espectro operativo más amplio, pudiendo desarrollar cualquier operación com-
prendida en el concepto de intermediación financiera. Tienen además el monopo-
lio para el desarrollo de las actividades mencionadas en el punto 2.1.
La ley confiere también a los bancos la exclusividad para el uso de las deno-
minaciones “banco”, “bancario”, o similares, situación de la cual sólo se hallan
exceptuadas las casas bancarias, en virtud del régimen transitorio que se anali-
zará más adelante.
3. BANCA “OFF-SHORE”
rativa “off-shore”, a las cuales se les concede una amplia exoneración tributaria,
encomendando al Poder Ejecutivo la reglamentación de dicha norma.
La norma es aplicable a “las empresas financieras que tengan por exclusivo
objeto son la realización de operaciones de intermediación entre la oferta y la
demanda de títulos valores, dinero o metales preciosos radicados fuera del país”.
El criterio empleado por el legislador resulta impreciso y contradictorio.
En la medida que los instrumentos financieros son bienes fungibles, la deter-
minación de su ubicación física (radicación) ha sido siempre objeto de grandes
discrepancias. En el plano fiscal, mientras algunos entienden que dichos ins-
trumentos deben considerarse ubicados en el lugar de su utilización económica,
otros -entre los que se cuenta nuestra Administración fiscal- entienden que debe
atenderse al lugar del domicilio del deudor. Con esta última tesis se llegaría al
absurdo de negar la propia existencia de la actividad financiera “off-shore”, ya
que los recursos captados deberían considerarse ubicados en el domicilio de la
entidad financiera local y no en el exterior.
Consideramos que una forma de superar esta contradicción que plantea la
norma sería interpretar reglamentariamente que existe intermediación entre la
oferta y la demanda de instrumentos financieros radicados fuera del país toda
vez que la operativa sea desarrollada con aportantes o tomadores de recursos
financieros que sean no residentes.
La ley prevé además la existencia de entidades “off-shore” que desarrollen
en forma exclusiva su operativa, de donde podría inferirse que, para nuestro
legislador, estas entidades deben actuar con autonomía formal de cualquier otra
empresa financiera a la cual pudieran hallarse vinculadas económicamente, or-
ganizándose jurídicamente como entidades independientes.
De admitirse esta interpretación nuestra ley se estaría apartando de valiosas
experiencias en el Derecho comparado, como las “Asia Currency Units” de Sin-
gapur, las “Off-shore Banking Units” de Bahrain y la más reciente experiencia
norteamericana, consistente en permitir a los bancos de ese país la constitución
de “International Banking Facilities” (I.B.F.). en todos estos casos, los respecti-
vos regímenes jurídicos permiten la formación de departamentos especializados,
que tienen por objeto exclusivo la realización de operaciones “off-shore” dentro de
las entidades bancarias ya existentes. Estos departamentos no se hallan, por lo
general, separados físicamente del resto de la entidad bancaria, presentando en
cambio autonomía operativa y normativa. En otros términos, se trata de unida-
des económicas a las cuales se otorgan determinados beneficios especiales desde
el punto de vista cambiario, tributario o de regulación bancaria.
Consideramos que la citada experiencia de instalación de departamentos
especializados con operativa “off-shore” dentro de las entidades ya existentes
debería ser tomada en cuenta, interpretándose reglamentariamente que las em-
presas de intermediación financiera con operativa exclusivamente “off-shore”
pueden organizarse bajo la forma de entidades jurídicamente independientes o
de departamentos especializados dentro de las entidades ya existentes.
Regulación y control del sistema de intermediación financiera 21
Aparte de los beneficios fiscales que la ley otorga específicamente a las em-
presas que tengan por objeto exclusivo realizar operaciones “off-shore”, existe
en nuestro país absoluta libertad cambiaria, una estricta regulación del secreto
bancario y un tratamiento benevolente por las normas bancocentralistas a las
operaciones “off-shore”, a las cuales se les exonera de la obligación de guardar
encaje y gravámenes de análoga naturaleza.
Esto determina que los beneficios que ofrece nuestra plaza a la actividad fi-
nanciera “off-shore” no difieren sustancialmente de los brindados por otros clási-
cos centros financieros internacionales.
4.1. Instalación
4.1.2. Procedimiento
que las dos desaparezcan dando nacimiento a una nueva persona, o que una de
ellas subsista y absorba a la otra u otras.
Existen dos modalidades de fusión:
a) por consolidación; o
b) por absorción o incorporación.
En la consolidación, ambas sociedades se disuelven para constituir una nue-
va, cuyo patrimonio es la suma de los patrimonios individuales de las sociedades
fusionadas. En cambio, en la absorción o incorporación; una de las sociedades
fusionadas subsiste y absorbe a la otra, siendo su patrimonio la unión de los pa-
trimonios de ambas sociedades.
4.2.2. Transformación
El art. 11 de la ley Nº 15.322 faculta al Banco Central del Uruguay para fijar
la responsabilidad patrimonial neta mínima que deberán mantener las empre-
sas de intermediación financiera, la forma de determinarla y demás condiciones
de aplicación. Agrega que dicha responsabilidad patrimonial deberá radicarse
necesariamente en el país y aplicarse al giro de estas empresas.
El Banco Central tiene además la potestad de fijar diferentes montos para
estas responsabilidades patrimoniales netas mínimas, en atención a la especia-
lidad de las operaciones que realicen las diversas empresas.
De acuerdo con la regulación del Banco Central, la responsabilidad patri-
monial neta se determina ajustando la responsabilidad patrimonial contable en
función de aumentos y disminuciones establecidos por la referida reglamenta-
ción.
a. Capital integrado
Este rubro comprende los recursos efectivamente aportados o aplicados con
destino a capital de la institución.
Debe distinguirse según se trate de entidades bancarias nacionales, organi-
zadas en forma de sociedades anónimas, o de filiales de bancos extranjeros, que
son las alternativas de organización institucional que se presentan en la plaza.
En el primer caso, el rubro comprenderá el monto de los recursos efectiva-
mente aportados o aplicados a la integración total o parcial de acciones. En el se-
gundo caso, comprenderá el capital asignado por la casa matriz y efectivamente
radicado en el país.
En el caso de las sociedades anónimas, el monto del capital integrado no po-
drá superar el límite de capital autorizado contenido en los estatutos. Una vez
que la integración alcance dicho límite, cualquier aumento de capital integrado
requerirá necesariamente de una reforma de estatutos.
En el caso de las filiales de bancos extranjeros, el capital asignado por su casa
matriz es el capital autorizado de la entidad. En consecuencia, toda vez que la
matriz quiera aumentar el capital asignado de la filial deberá reformar el con-
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b. Reserva legal
En este rubro debía registrarse la reserva constituida con afectación del 10%
de las utilidades líquidas obtenidas al cierre del ejercicio, hasta completar, el
50% del capital realizado, de acuerdo con lo dispuesto por la ley Nº 9.756 de
10/1/38 (art. 7). Dicha norma fue derogada expresamente por el art. 34 de la ley
Nº 15.322 por lo que, al no existir obligación legal de constituir reserva de esa
clase, la cuenta ha perdido contenido.
c. Reservas estatutarias
Son creadas con cargo a utilidades líquidas obtenidas al cierre del ejercicio
económico de conformidad con las disposiciones estatutarias. Sólo es aplicable
a las entidades bancarias nacionales organizadas en forma de sociedades anó-
nimas.
e. Primas de emisión
En este rubro se incluyen las primas de emisión de acciones o el precio recibi-
do por encima del valor nominal de las mismas, previa deducción de la comisión
abonada por su colocación. El mismo es solamente aplicable a las entidades na-
cionales con forma de sociedad anónima.
28 Ricardo Olivera García
f. Reservas voluntarias
Comprende las reservas voluntarias creadas con cargo a las utilidades líqui-
das obtenidas al cierre del ejercicio económico.
h. Utilidades acumuladas
Comprende las utilidades líquidas contables del ejercicio a partir de la fecha
de cierre y hasta que se decida su distribución, y las utilidades líquidas de ejer-
cicios anteriores pendientes de distribución o aplicación.
AUMENTOS
Ajustes acreedores por normas del Banco Central.
El Plan de Cuentas integrales establecido por el Banco Central es solamente
obligatorio para la preparación de la información que las entidades bancarias
presentan al Banco Central, siendo libre la decisión de los criterios de registra-
ción contable que puedan adoptar las instituciones. Esto determina que pueda
resultar necesario efectuar ajustes al balance general a efectos de preparar la
referida información. Los ajustes que determinan altas patrimoniales deben re-
gistrarse en este rubro.
La ley Nº 15.322 en su art. 14 lit. a faculta al Banco Central a dictar normas
para la registración de las operaciones por parte de las instituciones que realicen
intermediación financiera. En caso de ejercerse dicha facultad, este rubro perde-
ría su contenido.
DISMINUCIONES
a. Pérdidas acumuladas
Incluye las pérdidas líquidas contables, a partir de la fecha de cierre del ejer-
cicio económico, y las pérdidas de ejercicios anteriores.
c. Dividendos provisorios
Se incluyen en este rubro los dividendos pagados por adelantado, sea en efec-
tivo o en acciones, hasta la fecha en que se resuelva distribuir las utilidades del
ejercicio económico respectivo. Su utilización sólo procede en el caso de entidades
bancarias nacionales organizadas como sociedades anónimas.
Si bien el pago de un dividendo en efectivo implica una reducción patrimonial,
no se aprecia la razón de la deducción del llamado “pago de dividendo en accio-
nes” pues el mismo, lejos de implicar una reducción patrimonial, responde a una
capitalización de utilidades.
d. Inversiones especiales
De acuerdo con el Plan de Cuentas Bancario, este rubro se descompone en los
siguientes sub-rubros:
30 Ricardo Olivera García
OTRAS DEDUCCIONES
La regulación bancocentralista impone igualmente otras deducciones para
determinar la responsabilidad patrimonial neta.
Regulación y control del sistema de intermediación financiera 31
c. Exceso registrado en el saldo (deudor) del capítulo del activo “Casa Ma-
triz” y “dependencias en el Exterior” con respecto al saldo (acreedor) del capítulo
del pasivo de igual denominación.
Este rubro resulta exclusivamente de aplicación en el caso de aquellas enti-
dades bancarias organizadas bajo la forma jurídica de sucursales. En el activo el
rubro “Dependencias en el Exterior” registra los saldos deudores originados por
operaciones que realicen las sucursales de bancos extranjeros con otras sucursa-
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les de la misma Casa Matriz en el exterior, o los originados por operaciones que
realicen las instituciones bancarias nacionales con sus sucursales en el exterior
(se exceptúan aquellas partidas en tránsito que, por su naturaleza, corresponde
computar en otros rubros específicamente determinados a esos efectos).
Aun cuando el Plan de Cuentas Bancario se refiere a las “filiales” en el ex-
terior, del análisis de la norma se desprende que solamente se hallan incluidos
los saldos con otras dependencias que forman un mismo sujeto de derecho con la
entidad local.
Por su parte, el rubro “Casa Matriz” registra exclusivamente los saldos deu-
dores originados por operaciones realizadas por los bancos extranjeros con sus
casas matrices.
80% = VE = RPN x 16
VT
El volumen operativo está formado por la suma de los saldos a fin de cada mes
de penúltimo trimestre calendario, de los rubros del “Activo eventual” del “Activo
exigible” del “Pasivo exigible” y del “Pasivo eventual” y los rubros “Productos
devengados no percibido”, “Deudores por productos financieros documentados”
y “Cargos financieros devengados no pagados” deducido el saldo del rubro “Pro-
ductos financieros documentados no devengados” del Plan de Cuentas Bancario.
5.3.5. Sanciones
5.4. Encajes
A) EN MONEDA NACIONAL
a) Bancos Privados
Los bancos privados deben mantener un encaje no inferior al 15% de los de-
pósitos y otras obligaciones en moneda nacional a la vista con preaviso a menos
de 30 días de plazo más el 5% de los depósitos y otras obligaciones en moneda
nacional a plazos comprendidos 30 y 180 días.
b) Casas financieras
Las casas financieras deben mantener en todo momento.
Un encaje no inferior al 15% del monto de las aceptaciones bancarias en mo-
neda nacional con plazo menor de 30 días, no incluyendo las que contando con la
garantía, el aval o la aceptación de la propia casa financiera hayan sido descon-
tados por ésta.
Regulación y control del sistema de intermediación financiera 37
B) EN MONEDA EXTRANJERA
a) Bancos privados
Deben mantener un encaje no inferior al siguiente:
3% de los depósitos y otras obligaciones en moneda extranjera, a la vista, con
preaviso y a plazos de hasta 180 días, excluyéndose los depósitos de no residen-
tes aplicados en colocaciones a no residentes, que corresponda informar en activo
exigible.
10% del incremento registrado en los depósitos y otras obligaciones en mone-
da extranjera, a la vista, con preaviso y a menos de 30 días de plazo, con respecto
al promedio diario registrado durante el mes de febrero de 1984.
3% del monto de los créditos efectuados en moneda extranjera en cuentas de
corresponsales del exterior y de casa matriz y dependencias en el exterior, no
vinculadas con operaciones comerciales, que se encuentren pendientes de con-
firmación.
15% del incremento registrado en el monto de los créditos mencionados en
el literal anterior, con respecto al promedio diario registrado durante el mes de
febrero de 1984.
El concepto de obligaciones a los efectos de este encaje en moneda extranjera,
difiere del utilizado para el encaje en moneda nacional para bancos, ya que en
este caso no se consideran las obligaciones originadas en contratos de cambio a
término cuya contrapartida sea una operación al contado.
El equivalente en dólares USA de la insuficiencia registrada en la tenencia
obligatoria de documentos de adeudo en moneda nacional originados en la finan-
ciación de exportaciones.
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b) Casas financieras
Deben mantener un encaje no inferior al siguiente:
3% de los depósitos en moneda extranjera de no residentes, a la vista, con pre-
aviso y a plazos de hasta 180 días, excluyéndose los depósitos de no residentes
aplicados en colocaciones a no residentes que corresponda informar en el activo
exigible.
3% de las aceptaciones bancarias a plazos de hasta 180 días deduciendo las
que contando con la garantía, el aval o la aceptación de la propia casa financiera,
hayan sido descontadas por ésta.
10% del incremento de los depósitos y obligaciones en moneda extranjera a
que refieren los apartados anteriores, a la vista, con preaviso y a menos de 30
días de plazos, con respecto al promedio diario registrado durante el mes de fe-
brero de 1984.
100% de la sumas recibidas en forma transitorio o accidental, vinculadas ne-
cesariamente a la realización de alguna de las operaciones el giro bancario que
les están legalmente permitidas y de las que derivan derechos en moneda ex-
tranjera a favor de residentes que no sean a su vez empresas de intermediación
financiera.
3% del monto de los créditos efectuados en moneda extranjera en cuentas de
corresponsales del exterior y de casa matriz y dependencias en el exterior, no
vinculados con operaciones comerciales, que se encuentren pendientes de confir-
mación. Esta definición pretende incluir fundamentalmente a los denominados
“depósitos chequeados”.
15% del incremento de los créditos mencionados en el aparatado anterior con
respecto al promedio diario registrado en febrero de 1984.
El equivalente en dólares de la insuficiencia registrada en la tenencia obliga-
toria de documento de adeudo en moneda nacional originaos en la financiación
de exportaciones.
Una cifra equivalente al monto de la Letras de Tesorería en dólares USA Se-
rie Especial adquiridas por la casa financiera entre el 2 y el 13/4/84.
En estos dos últimos casos corresponde realizar igual comentario que el for-
mulado respecto al encaje de los bancos.
Regulación y control del sistema de intermediación financiera 39
Ese promedio diario de encaje real se compra con el promedio diario de encaje
mínimo obligatorio, surgiendo así un excedente o deficiencia.
Según el procedimiento descripto, se está admitiendo una compensación de
saldos, siempre que el promedio diario por mes de encaje real sea mayor que
el promedio diario por mes de encaje obligatorio. Pero esa compensación está
limitada porque sólo se permite una situación de déficit de encaje en no más de
dos días hábiles en le mes. Es decir, en caso de que se registre déficit de encaje
en más de 2 días hábiles en el mes, se determinará la situación de encaje día por
día.
Con respecto al depósito obligatorio en moneda extranjera en e Banco Central
y al encaje adicional en moneda adicional, la situación mensual resulta de la
comparación del promedio diario del depósito mínimo obligatorio y el promedia
diario del saldo del depósito constituido en el Banco Central.
Como en el caso anterior, no se admite la compensación si en el mes en que
se anota un excedente en el promedio diario del depósito obligatorio en moneda
extranjera, los días hábiles durante los cuales la empresa registró insuficiencia
en dicha obligación sean más de dos.
Las insuficiencias de encaje son penadas con una multa diaria del 2% sobre la
deficiencia incurrida en casa día.
Resulta dudosa la legalidad de las referidas sanciones ya que el art.79 de la
ley No 13.782 de 3/11/69 el cual no fue derogado por la Ley de Intermediación
Financiera dispone claramente en su numeral 8 que “en caso infracciones conti-
nuadas en el tiempo, el “monto del 0.2 % (2%) diario, que “se calculará sobre las
cantidades que en “cada caso corresponda”.
A) Valores Privados
Documentos de adeudo por financiación de exportaciones.
B) Valores Públicos
a) Letras de Tesorería en moneda nacional reajustable
b) Letras de Tesorería en moneda nacional no reajustable (Letras de Regula-
ción Monetaria)
Regulación y control del sistema de intermediación financiera 41
Resulta dudosa la potestad del Banco Central para imponer a las entidades
de intermediación financiera una tenencia preceptiva de documentos de adeudo
por financiación de exportaciones, así como de Letras de Tesorería y Obligacio-
nes Hipotecarias Reajustables.
En el caso de la tenencia preceptiva de documentos de adeudo por financia-
ción de exportaciones, la misma constituye una clara medida de orientación del
crédito que la Ley de Intermediación Financiera habría excluido de la potestad
banco centralista. A diferencia de la ley No. 13.330 que disponía preceptivamen-
te el destino que debían tener los fondos provenientes del ahorro público, la ley
No. 15.322 derogó estas normas, no confiriendo al Banco Central poder alguno
para orientar el crédito.
La situación parece aún más clara en el caso de las disposiciones que im-
ponen a las entidades financieras la tenencia preceptiva de Letras de Tesore-
ría y Obligaciones Hipotecarias Reajustables. Dicha imposición constituye con-
ceptualmente un empréstito forzoso el cual se caracteriza, precisamente, por la
imposición por la Administración al administrado de la obligación de suscribir
títulos de Deuda Pública.
La figura del empréstito forzoso ha sido analizada detenidamente en le ámbi-
to de la doctrina, la cual considera que no se trata propiamente de un préstamo
o empréstito, sino que reviste la naturaleza de un tributo y, como tal, se halla
alcanzado por el principio de legalidad que informa todo nuestro Derecho Tribu-
tario.
Más aún, en el caso de las Obligaciones Hipotecarias Reajustables, el art. 82
de la ley No. 13.728 disponía que las entidades bancarias debían integrar sus en-
cajes en Obligaciones Hipotecarias Reajustables, en las proporciones que fije el
Banco Central. Esta norma fue expresamente derogada por la ley No. 15.322 de
donde cabe extraer la conclusión que fue intención del legislador privar al Banco
Central de la potestad de imponer este tipo de obligaciones.
a) Bancos privados
Los bancos privados deben mantener en cartera documentos de adeudo en
moneda nacional originados en operaciones de financiación de exportaciones por
un monto no inferior al 8% del total de depósitos en moneda nacional y extranje-
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b) Casas financieras
Deben mantener en cartera documentos de adeudo en moneda nacional origi-
nados en operaciones de financiación de exportaciones por un monto no inferior
al 5o/o del total de depósitos en moneda nacional y extranjera, deduciéndose de
estos últimos los de no residentes colocados a no residentes. Para cumplir con
esta tenencia pueden computar, al igual que los bancos privados, documentos de
adeudo en moneda extranjera en las condiciones fijadas para éstos.
Las condiciones requeridas son las mismas previstas para bancos privados, al
igual que la posibilidad de reliquidación de intereses.
Regulación y control del sistema de intermediación financiera 43
c) Régimen de sanciones
En caso de insuficiencia de documentos de adeudo en moneda nacional los
bancos privados y casas financieras deberán tener un encaje en moneda extran-
jera no inferior al equivalente en dólares USA de la insuficiencia registrada.
Por su parte, en caso de que las exportaciones financiadas no se cumplan den-
tro del plazo de 180 días, se establece una multa equivalente al 0.8o/oo diario del
capital prestado por el plazo en que fue indebidamente computado para cumplir
con la tenencia obligatoria de dichos documentos.
Los bancos privados y casas financieras deben mantener en todo momento Le-
tras de Tesorería en dólares USA por un monto no inferior al 80 o/o de la tenencia
de dichas letras que registrarán al 30/9/84 más el equivalente a:
a) El 4o/o de los depósitos y otras obligaciones en moneda extranjera a la
vista, con preaviso y a plazos de hasta 180 días, excluyéndose los depósitos
de no residentes aplicados en colocaciones a no residentes que corresponda
informar en el activo exigible.
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5.5.8. Sanciones
Forma de determinación
– Responsabilidad patrimonial neta
– Tenencia de valores públicos
– Depósitos a plazo en el Banco Central en moneda extranjera u oro (Prome-
dio diario durante el penúltimo mes)
– Deudores en Plan de Abatimiento en moneda nacional (Saldo al último día
del penúltimo mes)
– Precio por los créditos en moneda extranjera vendidos al Banco Central
(Saldo Permanente)
5.6.6. Sanciones
La reglamentación dispone que las infracciones a las normas sobre tope de po-
sición general de cambios se sancionarán con multas en dólares USA equivalen-
tes al 1o/o de cada exceso diario incurrido, incluso el registrado en día no hábil.
Se plantea la duda si esta multa resulta aplicable en caso de exceso en el tope
de posición de cambios a término, la cual carece de una sanción específica. Se
trata de un olvido de la autoridad bancocentralista que pensamos pretenderá
sancionar dicho exceso con igual multa.
La ley No. 14.887 de 27/4/79 dispuso en su art. 1 que el Banco Central po-
drá fijar tasas máximas de intereses, compensaciones, gastos de administración,
comisiones y otros cargos, en las prestaciones de dinero o en otras operaciones
financieras, sean realizadas por instituciones o empresas financieras o por par-
ticulares.
Asimismo, el ente está facultado por la misma norma para establecer tasas
máximas diferentes en razón de la distinta índole de las prestaciones de dinero
u otras operaciones financieras, así como para establecer que dichas tasas serán
las que resulten del libre juego de la oferta y la demanda.
En ejercicio de esta facultad reglamentaria el Banco Central dictó la Circular
No. 990 de 12/9/79, la cual dispuso que “las personas físicas o jurídicas, públi-
cas o privadas, podrán pactar por prestaciones en dinero o en otras operaciones
financieras, en moneda nacional o extranjera, la tasa de interés que resulte del
libre juego de la oferta y la demanda”, con lo cual tanto las entidades financieras
como los particulares quedaron en libertad de pactar las tasas de interés que
surgieran del libre acuerdo de sus voluntades.
El art. 2 de la ley No. 14.887 dispone que “los jueces no darán trámite a eje-
cuciones en que se persiga el cobro de obligaciones con intereses u otros cargos
superiores a los máximos que haya fijado el Banco Central del Uruguay”.
Sin perjuicio de la sanción específica dispuesta por esta norma, que priva al
acreedor de acción para reclamar el crédito y los intereses cuando éstos sean
superiores a la tasa máxima, la infracción una vez constatada puede poner en
movimiento la potestad sancionatoria del Banco Central, conferida a éste por el
art. 20 de la ley No. 15.332.
7. PROHIBICIONES OPERATIVAS
sólo aquellas situaciones en las que existe una relación laboral de dependencia,
sino también aquellas otras en que, sin reunirse todos los rasgos tipificantes de
una relación laboral, existe igualmente un vínculo entre el asesor y la empresa.
No obstante, a continuación el decreto agrega la exigencia de que debe aseso-
rar internamente al órgano de dirección.
El concepto de asesor interno no tiene un sentido preciso en el marco del
Derecho Laboral, definiendo generalmente a aquel profesional que cumple sus
funciones dentro del propio local de la empresa, en un horario preestablecido,
sin desempeñar en ese horario otras tareas, etc. Estas notas serían todas ellas
definitorias de una relación de trabajo, de donde resulta difícil concebir, tal como
lo hace el decreto, la existencia de dos categorías de asesores internos: aquellos
que ocupan cargos en una relación de trabajo subordinada y los que, fuera de una
relación de subordinación, mantienen con la empresa una relación de carácter
permanente, dentro del ámbito interno de la misma.
Consideramos que, a efectos de evitar dudas, hubiera sido preferible entender
que se hallan incluidos en el régimen de la prohibición legal aquellos profesiona-
les sometidos a una relación laboral de dependencia respecto de la empresa de
intermediación financiera, concepto éste que se halla ampliamente elaborado por
la doctrina laboralista.
8. RESPONSABILIDAD Y SANCIONES
Para que la potestad de contralor del Banco Central pueda ejercerse en forma
eficaz, requiere como complemento necesario la potestad sancionatoria, que ha-
bilita al ente para castigar las infracciones detectadas. Esta potestad sancionato-
ria conlleva a su vez la posibilidad de adoptar medidas cautelares que aseguren
la realización eficaz de las medidas posteriores.
La ley No. 15.322 (art. 20) hace pasible de las sanciones en ella establecidas
a “las personas privadas que infrinjan las leyes y decretos que rijan la interme-
diación financiera o las normas generales e instrucciones particulares dictadas
por el Banco Central”.
El régimen sancionatorio está establecido en el art. 20 y siguientes de la ley
No. 15.322, sin perjuicio de modalidades específicas previstas en leyes anterio-
res, que deben reputarse vigentes, ya que no fueron objeto de derogación expresa
por la nueva ley (por ej. el art. 79 num. 8o de la ley No. 13.782, que establece
topes a las sanciones por infracciones continuadas en el tiempo).
La ley No. 15.322 otorga al Banco Central la potestad de aplicar las siguientes
sanciones por infracción de normas de derecho que rijan la actividad financiera,
sin perjuicio de denunciar penalmente las mismas cuando así corresponda:
1) Observación (advertencia a la entidad de que debe cumplir determinado
precepto del cual se ha apartado).
2) Apercibimiento (advertencia, unida a la prevención de las medidas que se
adoptarán en caso de reiterarse la falta).
3) Multas de hasta el 50o/o de la responsabilidad patrimonial neta mínima
establecida para el funcionamiento de los bancos.
4) Intervención, que podrá ir acompañada de la sustitución total o parcial de
autoridades.
5) Suspensión total o parcial de actividades con fijación expresa de plazo. El
num. 6o del art. 20 prevé otra sanción que (dada la gravedad de la misma)
será resuelta por el Poder Ejecutivo con informe del Banco Central: la re-
vocación de la autorización para funcionar.
La graduación de estas sanciones permite afirmar que los sujetos activos del
control que se ejerce sobre el sistema de intermediación financiera están limita-
dos por el principio de razonable adecuación de la sanción a la gravedad de la
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falta. Una sanción desmedida sería impugnable por violar este principio general
de derecho consagrado a nivel constitucional.
c) Presentación de descargos
Dentro del plazo de la vista podrán presentarse los descargos del interesado,
debiendo necesariamente constituirse en Montevideo.
d) Plazo probatorio
Si el Banco Central lo entiende pertinente puede disponer para mejor resolver
la apertura de un término de prueba no superior a diez días hábiles bancarios.
La prueba ofrecida por el interesado debe diligenciarse en los primeros cinco días
hábiles.
e) Manifiesto
Una vez efectuada la notificación el expediente se mantendrá de manifiesto
en el Departamento actuante por el término de diez días corridos. Entendemos
que en esta última para la norma está desactualizada, pues el término en que el
expediente debía ponerse de manifiesto luego de notificada la resolución coinci-
día con el término para interponer los recursos administrativos que correspon-
dieran. Actualmente según el art. 2 de la ley No 15.524 el plazo para interponer
los recursos correspondientes es de veinte días.
La ley prevé en su art. 21 que toda vez que el Banco Central presuma que una
persona física o jurídica está ejerciendo actividad de intermediación financiera
sin autorización para ello, podrá exigirle la presentación dentro de diez días, de
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La medida puede ser dejada sin efecto por el Juez en los casos siguientes: (a)
Si se consideran insuficientes lo fundamentos aportador por el Banco Central; (b)
Cuando en el plazo de 60 días no se aporte la prueba de los hechos que le dieron
mérito; (c) Cuando el embargado acredite, en cualquier momento, la inexistencia
de los hechos que motivaron la medida.
La diferencia más notable con el régimen general de medidas cautelares es-
tablecido en el art. 62 de la ley No. 13.355 es que, en este caso, no se exige con-
tracautela.
9. SECRETO BANCARIO
9.1. Introducción
9.2. Antecedentes
9.2.2. La doctrina
En este contexto legal y doctrinario fue aprobada la ley No. 15.322 que regula
expresamente la obligación de las entidades financieras de guardar secreto pro-
fesional. Dispone que las empresas que realicen intermediación financiera “no
podrán facilitar noticia alguna sobre los fondos o valores que tengan en cuenta
corriente, depósito o cualquier otro concepto, pertenecientes a persona física o
jurídica determinada”. Agrega que “tampoco podrán dar a conocer informaciones
confidenciales que reciban de sus clientes o sobre sus clientes. Las informaciones
referidas se encuentran amparadas por el secreto profesional, y solo pueden ser
reveladas por autorización expresa y por escrito del interesado o por resolución
fundada de la Justicia Penal o de la Justicia competente si estuviera en juego
una obligación alimentaria y, en todos los casos, sujeto a las responsabilidades
más estrictas por los perjuicios emergentes de la falta de fundamento de la soli-
citud”, no admitiéndose más excepciones que las establecidas en la ley.
La violación de la obligación de guardar secreto es sancionada con pena de 3
meses de prisión a 3 años de penitenciaría.
La primera duda que plantea la citada norma es la de si la misma regula
íntegramente la obligación de guardar secreto bancario o si, por el contrario,
66 Ricardo Olivera García
existe otro régimen de secreto bancario, basado en las fuentes vigentes antes de
la aprobación de la ley No. 15.322. Tal como surge del texto transcripto, las enti-
dades que realizan intermediación financiera están obligadas a guardar secreto
sobre los fondos o valores que tengan en cuenta corriente, depósito o cualquier
otro concepto, así como sobre las informaciones confidenciales que reciban de
sus clientes o sobre sus clientes. Este alcance de la obligación de guardar secreto
resulta más restringido que el vigente antes de la sanción de la ley No. 15.322,
lo que plantea la duda de si el viejo régimen no continúa aún vigente en todos
aquellos casos no previstos por la nueva ley.
Entendemos que la interpretación correcta del sistema resultante luego de la
aprobación de la ley No. 15.322 es la coexistencia de dos regímenes diferentes de
secreto bancario, con alcances y consecuencias diferentes. Un primer régimen, de
origen legal, que impone la obligación de guardar secreto sobre los fondos y valo-
res en cuenta corriente, depósito y conceptos similares y sobre las informaciones
confidenciales recibidas de los clientes o sobre los clientes, que se encuentra suje-
to a las excepciones que marca la ley y sancionado penalmente en los términos de
la misma. Y un segundo régimen de origen convencional, que dispone la obliga-
ción de guardar secreto sobre todas las restantes operaciones realizadas entre la
entidad bancaria y el cliente, sujeto a limitaciones que los propios usos bancarios
habían venido imponiendo hasta el presente.
El art. 25 de la ley hace recaer la obligación de guardar secreto sobre las em-
presas comprendidas en los artículos 1o. y 2o. de la ley, vale decir, las personas
públicas no estatales o privadas que realicen intermediación financiera y las ins-
tituciones estatales que, por la índole de sus operaciones, queden comprendidas
en el régimen de la ley.
La ley utiliza el concepto de empresa, a efectos de determinar el sujeto pasivo
de la obligación de guardar secreto. Dicho concepto no se encuentra definido por
nuestro derecho positivo, por lo que puede plantearse la duda respecto al alcance
de su regulación.
En el caso particular de las empresas de intermediación financiera que enun-
cia la ley consideramos que el concepto de empresa alcanzaría, tanto a la persona
jurídica del empresario como a las personas físicas que integran la organización
y que se hallan vinculados al empresario ya sea como trabajadores, asesores
legales o económicos, técnicos que prestan servicios externos de computación,
auditores, etc. Todas estas personas jurídicas y físicas formarían la organización
empresarial y estarían, consecuentemente, alcanzadas por la obligación de guar-
dar secreto profesional que marca la ley.
Con fecha 9 de febrero de 1983 fue aprobado el decreto No. 44/983 el cual dis-
pone en su art. 1o. que el deber de secreto profesional, consagrado en el art. 25 de
la ley No. 15.322, alcanza, además de las empresas, a todas las personas físicas
que, en virtud de las tareas que desempeñan, relacionadas con la organización,
Regulación y control del sistema de intermediación financiera 67
9.5. Objeto
A los demás organismos que tienen facultades de control sobre las entidades
financieras, tales como la Inspección General de Hacienda y –fundamentalmen-
te- los organismos recaudadores de tributos, les resulta oponible el secreto pro-
fesional.
Respecto a los organismos recaudadores de tributos, la propia ley No. 15.322
deroga el art. 68 literal E del Código Tributario, el cual obligaba a las entidades
bancarias a franquear toda la información disponible a los funcionarios de los
organismos recaudadores de tributos, sin poder oponerles el secreto bancario.
70 Ricardo Olivera García
a) Responsabilidad penal. La ley impone una sanción muy severa para los vio-
ladores de las obligaciones de guardar secreto profesional. Dispone que “quie-
nes incumplieren el deber establecido en este artículo, serán sancionados con
tres meses de prisión a tres años de penitenciaría”.
Respecto de esta norma, consideramos de interés realizar tres reflexiones.
En primer lugar, se trata de la tipificación de un delito penal sancionado
con pena privativa de libertad, por lo que su comisión solo será posible por las
personas físicas vinculadas a la organización de la empresa de intermediación
financiera.
En segundo término, la ley guarda silencio sobre el grado de culpabilidad
exigido, por lo que debe concluirse que se trata de un delito perseguible a título
de dolo.
Por último, es importante tener presente que, a diferencia del delito de re-
velación de secreto profesional, tipificado por el Código Penal como un delito de
daño, el delito tipificado por la Ley de Intermediación Financiera es un delito de
peligro, el cual se comete con la sola revelación dolosa de la información sobre
la que se debe guardar secreto, con prescindencia de que este hecho cause algún
perjuicio al cliente.
b) Responsabilidad civil
Tal como vimos recientemente, la ley prevé la responsabilidad civil del parti-
cular que solicita sin fundamento información confidencial a través de la magis-
tratura competente, realizando un uso abusivo de las vías procesales.
Pero, aun cuando la ley no lo prevé expresamente, la responsabilidad civil
por los perjuicios que pudiera causar al cliente la violación de la obligación de
guardar secreto profesional resulta igualmente exigible, por aplicación de los
principios generales que regulan la responsabilidad contractual.
72 Ricardo Olivera García
c) Responsabilidad administrativa
Para terminar, queremos analizar la posibilidad de que se genere responsabi-
lidad administrativa, por la violación de las normas que establecen la obligación
de guardar secreto bancario.
El art. 20 de la ley prevé la potestad sancionatoria del Banco Central respecto
de las personas privadas –físicas o jurídicas- que infrinjan las leyes y decretos
que rijan la intermediación financiera o las normas generales e instrucciones
particulares dictadas por el propio Banco Central.
Consideramos que la violación de las disposiciones que imponen la observan-
cia de secreto profesional estarían incluidas en dicho concepto y por lo tanto,
alcanzadas por la potestad sancionatoria del Banco Central.
ANEXO
BODAS DE PLATA
DE LA LEY DE INTERMEDIACIÓN FINANCIERA*
22 Sobre la facultad del Poder Ejecutivo de adoptar medidas prontas de seguridad de carácter eco-
nómico, véase: BRUNO, Las medidas prontas de seguridad por razones de orden económico,
RFDCS, año XVII, N° 2-3-4, p. 519 y ss.
23 Vé. OLIVERA GARCÍA, Sistema de Intermediación Financiera en el Uruguay, Montevideo,
1982, p. 5.
80 Ricardo Olivera García
tipo de cambio24 y el mercado uruguayo debió enfrentar una grave crisis, pro-
ducto del descontrol del precio del dólar norteamericano, el grave desequilibrio
económico de las personas y las empresas endeudadas en moneda extranjera,
la morosidad generalizada de las carteras bancarias, y la insolvencia técnica de
todo el sistema25.
legal había sido ya removida unos meses antes de la LIF por el decreto-ley N°
15.207 de 6 de noviembre de 198127.
Esta restauración de la competencia del Poder Ejecutivo para autorizar el
funcionamiento de entidades de intermediación financiera presenta en la LIF
dos características importantes:
a) En el caso de los bancos, el número de autorizaciones no podrá superar anual-
mente el 10% de los bancos existentes en el año inmediato anterior (art. 10);
y
b) En todos los casos, la autorización del Poder Ejecutivo tendrá en cuenta razo-
nes de legalidad, de oportunidad y de conveniencia (art. 6).
La incorporación del control de mérito en la autorización del Poder Ejecutivo
representó un cambio importante respecto al régimen anterior, en el cual tanto
la doctrina como la jurisprudencia administrativa sostenían que el Poder Ejecu-
tivo sólo podía realizar un control de legalidad28.
Las casas bancarias eran una modalidad de entidad bancaria prevista por la
ley N° 9.756, las cuales se caracterizaban por poder realizar cualquier operación
comprendida en el giro bancario, con excepción de aquellas reservadas al mono-
polio de los bancos: recibir del público depósitos en dinero y usar el cheque (art.
2)29.
Estas restricciones operativas determinaron que estas entidades carecieran
de interés como entidades bancarias y, por casi cuarenta años, solamente dos
autorizaciones de casas bancarias fueron concedidas por el Poder Ejecutivo, una
de las cuales se transformó al poco tiempo en banco.
En la crisis de 1965 existía solamente una casa bancaria en nuestra plaza, la
cual no desarrollaba actividad bancaria. Esto determinó que la prohibición del
art. 16 de la ley N° 13.330 no recayera en la autorización de nuevas casas banca-
rias, sino solamente de bancos y cajas populares.
Con la expansión del sistema bancario uruguayo, ocurrida a partir de 1974,
se replanteó el interés de muchas entidades bancarias del exterior en instalarse
en la plaza uruguaya. Este interés confrontó con la restricción legal para la ins-
talación de nuevos bancos.
La solución hallada por el BCU fue aprobar una norma reglamentaria, in-
terpretativa de la prohibición contenida en la ley N° 9.756, según la cual la pro-
hibición de recibir del público depósitos en dinero no alcanzaba a los depósitos
La crisis del año 1982 había sido precedida por una situación de similares
características en la República Argentina, en la cual dicho Gobierno disconti-
nuó también una política tabular de prefijación del tipo de cambio, análoga a la
implantada en el Uruguay. En esa oportunidad, la reacción de las autoridades
públicas argentinas se tradujo en una fuerte intromisión estatal en el negocio
bancario, la cual llegó a una auténtica nacionalización de los depósitos.
Ante esta situación, era intención del Gobierno trasmitir con la LIF el men-
saje de que la filosofía que inspiraba el funcionamiento del sistema uruguayo se
encontraba en las antípodas de su similar argentino.
Para esto, limitó la potestad regulatoria del BCU a la fijación de la responsa-
bilidad patrimonial neta mínima (art. 11); el establecimiento de encajes mínimos
obligatorios sobre los depósitos; la reglamentación de las modalidades de capta-
ción de recursos; y el dictado de normas generales e instrucciones particulares
tendientes a mantener la liquidez y solvencia de las empresas, así como a limitar
el riesgo que éstas pudieran asumir (art. 17). Y nada más31.
profesional sólo pueden ser reveladas por autorización expresa y por escrito del
interesado o por resolución fundada de la Justicia Penal o de la Justicia compe-
tente si estuviera en juego una obligación alimentaria.
c) Previó que el incumplimiento de la obligación de guardar secreto profe-
sional será sancionada con pena privativa de libertad: tres meses de prisión a
tres años de penitenciaría.
La nueva normativa sobre secreto bancario cumplió el efecto de traer tran-
quilidad a muchos depositantes no residentes, que percibieron en el rigor del ré-
gimen –muy superior al de otros sistemas de derecho comparado- una atractiva
protección para la confidencialidad de los recursos financieros depositados en
nuestra plaza.
No obstante, el mismo rigor de la norma, sumado a la gravedad de la san-
ción propuesta en caso de trasgresión, determinó una fuerte preocupación en
las entidades financieras y en sus asesores, que llevaron su celo mucho más allá
de los requerimientos impuestos por la ley. De este modo, un secreto bancario
claramente delimitado por el legislador a las operaciones pasivas y a las infor-
maciones confidenciales recibidas de los clientes, se extendió a toda la operativa
bancaria, incluyendo las operaciones activas38. Fue necesario que transcurrieran
más de 23 años y que se interpretara auténticamente la norma39, en el sentido
de que las operaciones activas no están comprendidas en el secreto profesional
regulado por la LIF, para que comenzara a lograrse una progresiva distensión
del pavor causado por el rigor del régimen instaurado. En el ínterin, la dificultad
de los bancos para intercambiar información sobre los créditos otorgados a sus
clientes fue causa de importantes quebrantos en el sistema.
La normativa en materia de secreto bancario planteó innumerables proble-
mas en su implementación práctica. Por ejemplo, debió acudirse a una inter-
pretación reglamentaria del Poder Ejecutivo para que las entidades financieras
se atrevieran a abrir la información protegida por el secreto profesional a sus
asesores externos, a sus auditores o a las empresas en las cuales tercerizaban
servicios40.
38 A poco de aprobarse la LIF, un Plenario de Abogados de la Asociación de Bancos del Uruguay
entendió –consideramos equivocadamente- que el concepto de “informaciones confidenciales”
previsto por la norma incluía a las operaciones activas.
39 La ley Nº 17.948 de 8 de enero de 2006 dispone que el secreto profesional instituido por el artícu-
lo 25 de la LIF ampara exclusivamente las operaciones bancarias pasivas que realizan las insti-
tuciones de intermediación financiera y toda otra operación en la que éstas asumen la condición
de deudores, depositarios, mandatarios o custodios de dinero o de especie respecto de sus clientes,
sin perjuicio del amparo de toda la información confidencial recibida del cliente -tanto en relación
a operaciones pasivas como activas- comprendida también en la citada norma (art. 1).
40 El decreto 44/983 de 9 de febrero de 1983 interpretó que el deber de secreto profesional, consagra-
do en el art. 25 de la LIF, alcanza además de las empresas, a todas las personas físicas que, en
virtud de las tareas que desempeñen, relacionadas con la organización, funcionamiento y contra-
lor de las empresas de intermediación financiera, tengan acceso a las operaciones e informacio-
nes a que se refiere la disposición legal citada, cualquiera sea la naturaleza jurídica del vínculo
que una a tales personas físicas con los titulares de las empresas de intermediación financiera,
incluyendo los asesores externos abocados a las mismas. No resulta violatorio del deber de se-
creto profesional el conocimiento de las operaciones cubiertas por el secreto, que estas personas
adquieran necesariamente para el cumplimiento de las tareas relacionadas con las empresas de
86 Ricardo Olivera García
La LIF, en forma consistente con el mensaje optimista que pretendía dar so-
bre la plaza financiera uruguaya, no incluyó previsión alguna respecto a las cri-
sis bancarias. Es más, al derogar la ley Nº 9.756 de 1938, eliminó la única norma
específica en materia de liquidaciones de bancos, la cual preveía la participación
del BROU en dichos procesos, actuando en funciones de liquidador41.
Si bien, en la práctica, esto no alteró la dinámica de actuación del BCU en los
procedimientos de liquidación, estrictamente estaba sometiendo a las entidades
bancarias al régimen general establecido por la ley para la liquidación judicial de
todas las sociedades anónimas42.
La verdadera razón de esta omisión residía en que, ante la crisis de entidades
bancarias, la política asumida por el gobierno no pasaba por la liquidación de las
mismas sino por la venta de la entidad a un tercero por USD 1 y la concomitante
compra de cartera a la entidad por el BCU43.
intermediación financiera. Esta norma se encuentra hoy reproducida en el art. 17 del decreto
614/992 de 11 de diciembre de 1992.
41 Vé. OLIVERA GARCIA, Liquidación de instituciones bancarias, RDCyE, enero-julio 1980, Nº
13-14, p. 41 y ss.
42 Vé. OLIVERA GARCÍA, Manual, cit., ps. 229-230.
43 Esta fue la política seguida en el caso de las crisis de los bancos Panamericano, del Litoral Aso-
ciados, Financiero Sudamericano y BANFED.
Bodas de plata de la Ley de Intermediación Financiera 87
La ley Nº 16.327 proclama que “el Estado no es responsable por cualquier in-
cumplimiento en que puedan incurrir las instituciones financieras no estatales”.
Agrega a continuación que “éstas deberán advertir a sus clientes de tal circuns-
tancia en los términos que reglamentará el Banco Central del Uruguay” (art. 42).
Se trata de una norma curiosa, que no hace más que consagrar algo obvio: la
irresponsabilidad del Estado por las obligaciones contraídas por los operadores
Bodas de plata de la Ley de Intermediación Financiera 91
privados. En la medida que no existe ninguna norma que, por la positiva, hu-
biera establecido dicha responsabilidad, consagrar la irresponsabilidad por la
negativa resulta innecesario.
Sin embargo, esta declaración principista tiene su explicación. A partir de la
crisis bancaria de 1965 –y fundamentalmente a partir de la década del 80– el
Estado asumió sistemáticamente la política de evitar que los bancos cayeran y
que los depositantes dejaran de percibir el importe de sus depósitos. Para esto re-
currió a la venta asistida de las entidades en dificultades, con compra de cartera
por el BCU; a la capitalización y gestión de la entidad; y a otros mecanismos de
apoyo económico. Esto determinó que se generalizara la opinión de que el Estado
uruguayo garantizaba los depósitos del sistema, lo cual la ley buscó aclarar que
no era así.
Sin perjuicio de esta norma, la política del Estado de asistir a las entidades
bancarias en dificultades continuó a partir de la ley y, en la crisis del 2002, sólo
se interrumpió cuando el Estado se quedó sin recursos suficientes para seguir
haciéndolo.
atribuciones del Departamento de Emisión del BROU55, y que se les dio en lla-
mar, según vimos, la “Carta orgánica invisible” del BCU56.
Este régimen precario perduró durante casi 30 años, durante los cuales exis-
tieron numerosas propuestas e intentos –todos frustrados- de aprobar una Carta
orgánica.
La discusión de lo que terminaría siendo la ley Nº 16.696 estuvo signada por
dos objetivos fundamentales: la sistematización y modernización de la normati-
va dispersa relativa al BCU, y la profundización de la independencia política del
BCU.
Con respecto al primer punto, además de la profusa normativa referente a las
atribuciones y cometidos del Departamento de Emisión del BROU y a las que se
fueron aprobando sobre aspectos específicos de los cometidos del BCU, se habían
sancionado una serie de normas importantes que involucraban al BCU, entre
las que se contaban la propia LIF y la reforma a la misma introducida por la ley
Nº 16.327, y la ley Nº 16.426 de 14 de octubre de 1993 de Desmonopolización del
Mercado de Seguros.
Con estas leyes se comenzó un proceso de consolidación del BCU como mega-
controlador de la actividad financiera en nuestro país, el cual sería luego comple-
tado con la aprobación de la Ley de Reforma de la Seguridad Social (Nº 16.713 de
3 de setiembre de 1995), que le otorgó el cometido de contralor de las sociedades
administradoras de los fondos de ahorro provisional (AFAPs); de la Ley de Mer-
cado de Valores (Nº 16.749 de 30 de mayo de 1996), que le confirió las atribucio-
nes de una comisión de valores; de la Ley de Fondos de Inversión (Nº 16.774 de
27 de setiembre de 1996), que le asignó el cometido de controlar a las sociedades
administradoras de fondos de inversión); y de la Ley de Fideicomisos (Nº 17.703
de 27 de octubre de 2003) que le dio el control sobre los fiduciarios profesionales
y financieros.
Con respecto a la separación del BCU del poder político, la propuesta formu-
lada al discutirse el proyecto de Carta orgánica fue la de llevar a ocho años la
vigencia del mandato de los directores del BCU. Con esta propuesta se pretendía
que, la no coincidencia temporal del mandato de dichos directores con el período
de un gobierno en particular, determinara que debieran elegirse para dichos
cargos personas que postularan para los mismos, no en función de sus simpatías
políticas, sino de su idoneidad técnica para el cargo.
Esta propuesta se inscribía en la tendencia internacional de separar la banca
central del poder político, como forma de evitar que la dirección monetaria fuera
utilizada como una herramienta de demagogia política, cargando el costo de la
misma en la actividad de los operadores económicos. Para esto, se busca una
mayor profesionalización y tecnificación de las funciones vinculadas al régimen
55 En este sentido, resultó singularmente importante el estudio realizado por DELPIAZZO en la
primera edición de su obra “El Banco Central del Uruguay” (Montevideo, 1983), en la cual realiza
un estudio sistemático de esa normativa dispersa, el cual culmina con un Texto ordenado de la
carta orgánica del BCU, aporte valioso para la posterior tarea de redacción de la actual carta
orgánica.
56 PACCHIOTTI, Proceso y realidad del Banco Central del Uruguay, cit., p. 29.
94 Ricardo Olivera García
57 Vé. OLIVERA GARCÍA, Prólogo a la obra de DELPIAZZO, El Banco Central del Uruguay, cit., p.
XIV.
58 Interpretando además el alcance del art. 15 de la LIF, la ley Nº 16.696 reconoce al BCU la potes-
tad de reglamentar y controlar la actividad de aquellas empresas que, sin ser instituciones de
intermediación financiera, realicen colocaciones e inversiones financieras con recursos propios o
en cuyo financiamiento no participe el ahorro público, y aquellas que se limiten a aproximar a las
partes en negocios de carácter financiero sin asumir obligación o riesgo alguno.
Bodas de plata de la Ley de Intermediación Financiera 95
valor patrimonial de la empresa que realice el BCU, el cual podrá hacer constar
que la empresa tiene un valor patrimonial negativo (arts. 10 y 11)71.
f) El otorgamiento a la Superintendencia de Protección del Ahorro Banca-
rio –a la cual nos referiremos más adelante– la facultad de disposición sobre las
acciones de las sociedades de intermediación financiera que hubieran incum-
plido los planes de saneamiento o de recomposición patrimonial exigidos por o
presentados al BCU (art. 44 num. 5)72.
solución de la LIF (con la redacción dada por la ley Nº 16.327). Se otorga al BCU
además la potestad de determinar las empresas que se consideren colaterales74.
d) Consagra un régimen de ejecución concursal del patrimonio de las enti-
dades liquidadas fundado en los principios y reglas de los procedimientos concur-
sales. La LRSB dispone que “la liquidación se regirá por las disposiciones de la
presente ley, y subsidiariamente y en lo pertinente, por las normas de liquidación
de sociedades anónimas” (art. 14 inc. 1)75.
e) Sin perjuicio de otorgar al BCU como liquidador los más amplios poderes
de administración y disposición (art. 15 inc. 1), prevé expresamente la posibili-
dad de que se constituyan uno o más fondos de recuperación de patrimonios ban-
carios, que se regirán por las disposiciones en materias de fondos de inversión
(ley Nº 16.774 de 27 de setiembre de 1996 y su modificativa Nº 17.202, de 24 de
setiembre de 1999) (art. 16 inc. 1).
Esta figura concursal permite separar de la entidad de intermediación finan-
ciera en liquidación todo o parte de sus activos, con la finalidad de constituir con
ellos un patrimonio de afectación, el cual será objeto de un proceso de liquidación
independiente. Los créditos contra la sociedad (pasivos) se transformarán en
aportes al fondo y los titulares de los créditos serán considerados cuotapartistas
del patrimonio de afectación a prorrata de ese monto.
La administración de esos fondos a cargo del BCU, o de la entidad bancaria
o sociedades de administración de fondos de inversión que éste designe (art. 17).
f) Prevé que el BCU, como liquidador bancario tendrá la facultad de enaje-
nar, como universalidad, un conjunto de bienes que integren el patrimonio de la
entidad en liquidación (art. 18). Se sustituye el procedimiento concursal tradicio-
nal de venta individual de los bienes, por la venta de un conjunto de ellos como
una universalidad, con la clara finalidad de que se obtengan mejores resultados
económicos en beneficio de la masa.
g) El BCU, como liquidador, con la opinión favorable de la SIIF, podrá cele-
brar acuerdos colectivos con los acreedores de los bancos en liquidación o con ca-
tegorías determinadas de éstos (art. 19). Prevé la posibilidad de que estos acuer-
dos contengan condiciones diferentes para determinadas categorías de créditos,
con lo cual se quiebra el principio de la par conditio creditorum, que informó
tradicionalmente el sistema concursal uruguayo76.
Se requerirá la adhesión de acreedores que representen el 66% de los pasi-
vos afectados por el acuerdo y, en el caso de acuerdos relativos a la emisión de
obligaciones negociables, el consentimiento de tenedores de obligaciones que re-
presenten la mayoría del capital circulante. El acuerdo propuesto, con el consen-
timiento de las mayorías establecidas, será obligatorio para todos los acreedores
alcanzados por el mismo, sean éstos adherentes o no adherentes.
apreciar sus virtudes y sus defectos. Algunos de éstos fueron corregidos –o no- a
través de las modificaciones legislativas de las cuales la LIF fue objeto.
El cumplimiento de las “bodas de plata” de la LIF es una oportunidad propicia
para que se reflexione sobre la normativa que ésta contiene, se revean algunas
de sus soluciones y se realicen propuestas para su mejoramiento.
Es importante que estos procesos de revisión se realicen en tiempo de calma,
cuando el sistema financiero no se ve enfrentado a superar crisis específicas, las
cuales motivan soluciones particulares, teñidas por el imperativo de superar un
trance adverso. Por otra parte, ya han transcurrido algunos años desde la crisis
del 2002, lo cual permite mirar con mayor objetividad los problemas regulatorios
del sector.
Esto resulta particularmente importante, ya que –desgraciadamente- la his-
toria normativa de la regulación bancaria fue, desde siempre, una legislación
de crisis, la cual contiene normas de emergencia, muchas veces aprobadas con
carácter transitorio, pero que resultan definitivamente incorporadas al régimen.
En este contexto, el 28 de diciembre de 2005, el Poder Ejecutivo envió un
proyecto de ley al Parlamento, por el cual se propone una serie de modificaciones
a la carta orgánica del BCU. Muchas de estas soluciones tienen incidencia en la
regulación y el funcionamiento de las entidades de intermediación financiera.
El proyecto consagra importantes soluciones largamente postergadas en
nuestra legislación bancaria. Según su propia exposición de motivos, las princi-
pales innovaciones introducidas por el proyecto son las siguientes:
a) Consolida y mejora la autonomía del BCU, definiendo adecuadamente
sus finalidades, formalizando sus decisiones políticas -cabe destacar, en este sen-
tido, la creación de un Comité de Coordinación Macroeconómica- y desvinculan-
do la designación del Directorio del ciclo electoral. En esta línea, se consagra la
duración de ocho años en el mandato de los directores, que no había prosperado
en oportunidad de la discusión parlamentaria de la ley Nº 16.696.
b) Fortalece la supervisión financiera, concentrando en una única superin-
tendencia la supervisión financiera actual y perfeccionando sus relaciones con
el Directorio. Al mismo tiempo, se consolida la supervisión del BCU tanto sobre
las entidades de intermediación financiera privada como de las públicas, en un
proceso que había venido avanzando con las leyes Nº 16.327 y Nº 17.613.
c) Crea la Corporación de Protección del Ahorro Bancario (COPAB) como
persona de derecho público no estatal, independiente del BCU, con el cometido
de administrar el Fondo de Garantía de Depósitos Bancarios, liquidar adminis-
trativamente las entidades integrantes del sistema de intermediación financiera
y sus colaterales, e implementar en las instituciones insolventes soluciones al-
ternativas a la liquidación.
Sin embargo, con independencia de sus aciertos, el proyecto de ley incursiona
desafortunadamente en otros temas vinculados a la intermediación financiera
y deja pendientes una serie de problemas que plantea la legislación vigente, los
cuales no logra superar.
Bodas de plata de la Ley de Intermediación Financiera 105
medio de la catástrofe que por entonces vivía nuestra plaza. En este sentido, es
necesario profundizar el análisis de las alternativas que permitan mantener las
unidades económicas en marcha y reducir el daño para los depositantes.
No obstante, está siendo en estos momentos discutido a nivel parlamentario
el proyecto de reforma de la carta orgánica del BCU que aporta novedosas solu-
ciones en ese sentido. Esto nos motiva a diferir dicha discusión para el momento
en que esta norma resulte definitivamente aprobada. Esperemos que la misma
no se dilate hasta el momento en que la LIF cumpla sus bodas de oro.
– III –
CONTRATOS BANCARIOS
Los contratos bancarios son los negocios jurídicos a través de los cuales los
bancos realizan las operaciones propias de su giro, tanto aquéllas comprendidas
en el concepto de intermediación en el crédito, como las de servicios financieros.
Los mismos presentan algunas características generales que es importante
destacar:
de órganos, etc.). A tales efectos, la ley impone a los bancos la obligación de infor-
mar las transacciones que, en los usos y costumbres de la respectiva actividad,
resulten inusuales, se presenten sin justificación económica o legal evidente, o
se planteen con una complejidad inusitada o injustificada, así como también las
transacciones financieras que involucren activos sobre cuya procedencia exis-
tan sospechas de ilicitud (Ley N° 17.835). Estas exigencias imponen al banco
la obligación de conocer a su cliente y de seleccionar las personas con las cuales
celebran los contratos propios de su operativa.
Los bancos son entidades profesionales del mercado financiero. Como tales,
deben ceñir su actuación general y los contratos que celebran con sus clientes a
124 Ricardo Olivera García
las buenas prácticas bancarias que son razonablemente exigibles para la conduc-
ción responsable y diligente de los negocios, debiendo ajustarse a estándares y
valores éticos.
En tal sentido, en las relaciones contractuales con sus clientes deberán: velar
por los intereses de sus clientes y tratarlos justamente; brindar a sus clientes
toda la información necesaria de los productos y servicios que les ofrezcan, en
una manera clara, suficiente, veraz y oportuna; brindar un asesoramiento dili-
gente de acuerdo con los usos y costumbres bancarias; informar sobre los princi-
pales riesgos en que incurren en el uso de los productos o servicios contratados;
proveer de mecanismos ágiles para la resolución de posibles diferencias con sus
clientes.
3.6. Confidencialidad
Limitaciones
a) Requisitos de liquidez mínima (limita la disponibilidad de los recursos capta-
dos).
b) Exigencia de radicación mínima de activos en el país.
c) Tope de posición neta en moneda extranjera (diferencia entre activos y pasi-
vos en moneda extranjera)
d) Tope de riesgo crediticio por cliente o conjunto económico.
e) Tasa máxima de interés en las operaciones de crédito activas, por aplicación
de las normas en materia de usura (Ley N° 18.212).
Los depósitos bancarios son la fuente más importante de recursos con que
cuentan los bancos para el desarrollo de su operativa de intermediación en el
Contratos bancarios 129
emisora. Aun cuando no es una práctica frecuente en nuestro país, los bancos pue-
den emitir obligaciones negociables, las cuales son colocadas a inversores.
Pueden tener oferta pública o privada, de acuerdo con el régimen establecido
por la Ley de Mercado de Valores Nº 18.627.
Son títulos con vocación circulatoria, los cuales permiten transferir los derechos
contra el banco a percibir los intereses y la amortización de su importe, los cuales
habrán de corresponder a quien sea tenedor legítimo de los títulos, de acuerdo con
su ley de circulación. Pueden ser al portador, nominativos o escriturales; en el caso
de obligaciones negociables de oferta pública, deben ser necesariamente escritura-
les (art. 19, Ley Nº 18.627).
La circunstancia de que las obligaciones negociables sean fácilmente transfe-
ribles permite que las mismas puedan ser emitidas a mayor plazo que el pactado
normalmente para los depósitos, permitiendo financiar, a su vez, el otorgamiento
de préstamos a largo plazo.
Son títulos emitidos por los bancos con la finalidad de financiar el otorga-
miento de préstamos hipotecarios para vivienda, en el marco del régimen esta-
blecido por la Ley Nº 18.574. Pueden ser emitidas por un monto equivalente al
95% del activo de cobertura, el cual está formado por el menor de los importes
entre los préstamos hipotecarios otorgados y el 70% del valor de tasación de los
inmuebles dados en hipoteca (art. 8).
En caso de un Proceso de Resolución Bancaria o de liquidación de la entidad,
la ley otorga a los tenedores de las notas de crédito hipotecarias un derecho
preferente para cobrarse con el producido de los préstamos hipotecarios para
vivienda que forman el activo de cobertura (art. 12).
5.5. Reporto
rio. El banco recibe del cliente los fondos derivados de la venta de los valores y
devuelve los fondos al cliente en el momento de la recompra.
La venta y la recompra tienen, entre sí, una diferencia de precio, la cual cum-
ple la función de una tasa de interés.
5.6. Redescuento
6.1. Préstamo
pago diferido) provenientes del crédito que el empresario otorga, a su vez, a los
clientes a los cuales realiza ventas a crédito, documentadas de esta forma.
Los préstamos a largo plazo son generalmente tomados por particulares para
la adquisición de bienes (inmuebles, automotores) o por las empresas, para en-
carar proyectos de inversión que producen un retorno diferido en el tiempo. Se
trata generalmente de préstamos amortizables, pagaderos en cuotas uniformes
(método francés) o decrecientes (método alemán), las cuales contienen el pago de
los intereses por el crédito recibido y la cancelación del capital prestado.
Normalmente los préstamos a largo plazo requieren además el otorgamiento
de garantías, sobre bienes del propio deudor o de terceros (prenda sin desplaza-
miento, hipoteca). Más recientemente, se ha desarrollado también la práctica de
garantizar los préstamos a través de la cesión por parte del deudor de créditos
futuros. En el caso de los deudores que tienen un flujo de ingresos uniformes
y relativamente previsibles, la posibilidad de que se transfieran a una escrow
account (cuenta de garantía) los ingresos que vaya obteniendo con su operativa,
como forma de deducir de los mismos los servicios del crédito (capital e intere-
ses), constituye un mecanismo de garantía muy eficiente, muchas veces preferi-
do a la prenda y la hipoteca. Esta cesión de créditos se realiza muchas veces a
favor de la propia entidad bancaria acreedora y, en otros, a favor de un fideico-
miso de garantía, patrimonio de afectación independiente, administrado por un
fiduciario que puede ser un tercero o la propia entidad bancaria beneficiaria (Ley
Nº 17.703, art. 9).
6.3. Descuento
en un momento futuro en el tiempo, con más una tasa de interés que retribuye la
utilización de los recursos financieros en el tiempo.
La transferencia (endoso) por el cliente a favor del banco de la cartera de
documentos comerciales constituye una forma de garantía del crédito otorga-
do. El deudor principal por el crédito recibido sigue siendo el descontante, y la
transferencia de la cartera de documentos no tiene por finalidad, en situacio-
nes normales, su cobro por el banco, sino que cumple solamente una función de
garantía. En cada momento, será preocupación del banco tener endosada a su
favor una cartera de documentos no vencidos que cubra, con el margen que su
política de riesgo crediticio se lo imponga, el crédito dinerario otorgado al cliente
descontante.
Los sobregiros en la cuenta corriente bancaria del cliente son igualmente una
forma de otorgamiento de crédito bancario. Cuando el cliente gira contra el banco
una orden de pago, a través del libramiento de un cheque, el supuesto de que el
banco pague el cheque librado es que el cliente tenga fondos suficientes para ello
en su cuenta corriente, o que tenga autorización del banco para girar en descu-
bierto (Decreto-Ley Nº 14.412, arts. 2 y 3).
El sobregiro supone necesariamente una apertura de crédito previa, por la
cual el banco autoriza al cliente a girar cheques en descubierto contra su cuenta
corriente.
El sobregiro supone, en consecuencia, una disposición de fondos del banco por
parte del cliente, el cual contrae la obligación de rembolsar los mismos al banco,
cubriendo el sobregiro de su cuenta. El cliente deberá además pagar al banco los
intereses correspondientes a los fondos utilizados, por el plazo que medie entre
el pago del cheque por el banco y la cobertura de la cuenta por parte del cliente.
En nuestro derecho, el leasing fue regulado por la Ley Nº 16.072 bajo el nom-
bre de “crédito de uso”, poniendo de relieve la naturaleza de contrato de crédito
que el mismo tiene.
La regulación de la Ley Nº 16.072 otorga al crédito de uso una serie de carac-
terísticas que es importante destacar:
a) Limita la calidad de dador a las entidades de intermediación financiera o a
sociedades con objeto especial, autorizadas por el BCU (art. 3).
b) Prevé que pueda recaer en bienes adquiridos por el dador bajo instrucciones
del usuario; sobre bienes propiedad del propio usuario (lease back); o sobre
bienes propiedad del banco (art. 2).
c) Impone la inscripción del contrato en un Registro público (según la natura-
leza del bien), lo cual otorga al usuario un derecho real de garantía sobre el
bien, y le otorga el derecho a lograr la ejecución forzada específica, en caso de
ejercicio de la opción de compra y negativa del dador a otorgarla (art. 8). Esta
inscripción transfiere además al usuario las acciones contra el proveedor del
bien (art. 14).
d) Separa la obligación del usuario al pago de las prestaciones periódicas de las
vicisitudes que pueda tener el bien entregado. El dador no responde por evic-
ción (art. 16), ni por los vicios o defectos de la cosa (art. 19). El usuario debe
hacerse cargo del mantenimiento y las reparaciones del bien (art. 24) y debe
continuar pagando el precio aun cuando la cosa resultara destruida o deterio-
rada (art. 25).
La Ley Nº 17.296 creó la figura del crédito de uso operativo, en virtud de la
cual se habilita a ser dador de bienes en leasing a cualquier persona, eliminando
en estos casos la exclusividad establecida por la ley para las entidades financie-
ras (art. 636).
138 Ricardo Olivera García
caso de que la carta de crédito sea utilizada por el beneficiario, éste entregue la
documentación requerida en forma correcta y cobre la carta de crédito, el cliente
se obliga frente al banco a reembolsar el importe pagado por éste. El crédito do-
cumentario resulta remunerado por el pago de una comisión. A partir del pago
de la carta de crédito por el banco emisor (directamente o a través de su banco
corresponsal), el cliente deberá al banco intereses por el período que medie hasta
el reembolso de los importes pagados.
Si bien el crédito documentario es corrientemente utilizado en operaciones de
compraventa de mercaderías a distancia, especialmente de carácter internacio-
nal, no existe impedimento alguno para que el mismo sea utilizado como garan-
tía para el pago del precio de cualquier otro contrato sinalagmático.
El sistema de seguridad que mantienen los bancos para custodiar sus propios
recursos financieros, producto de su actividad de intermediación en el crédito,
brinda a los mismos la posibilidad de poner a disposición de sus clientes las
seguridades de este sistema, facultándolos a utilizar cajas fuertes individuales,
ubicadas en el recinto cerrado del banco, en las cuales el cliente puede conservar
a resguardo bienes o valores de su propiedad. Solamente el cliente o las personas
autorizadas por éste tienen acceso a esas cajas o cofres de seguridad, descono-
ciendo el banco el contenido de los mismos. La obligación del banco se reduce a
mantener el sistema de seguridad del recinto, y restringir el acceso a los cofres
de seguridad a las personas autorizadas.
La disponibilidad de los cofres de seguridad es retribuida por el cliente con un
pago fijo, periódico, realizado al banco.
Se ha discutido sobre la naturaleza jurídica de este contrato, existiendo quie-
nes sostienen que se trata de una modalidad de depósito en custodia y quienes
entienden que se trata de un contrato de arrendamiento. Del depósito regular
o de custodia se aparta, porque el banco no recibe del cliente ningún bien ni se
obliga a restituir el mismo. Tampoco se ajusta estrictamente al arrendamiento
ya que, si bien existe la disponibilidad de un espacio físico contra el pago de un
precio periódico, existe una multiplicidad de obligaciones de brindar seguridad y
control de acceso, que desbordan esta figura jurídica. Por otra parte, no resulta
razonable ni adecuado aplicar a este contrato la normativa vigente en materia
de arrendamiento de bienes inmuebles, la cual responde a una realidad comple-
tamente diferente.
Debe entenderse que estamos en presencia de un contrato atípico, en el cual
coadyuvan obligaciones propias del depósito y del arrendamiento, pero que no
puede asimilarse a ninguna de ambas figuras jurídicas.
1. Introducción
*
Trabajo publicado en Revista de Derecho Comercial, Tercera época, N° 6, 2014, p. 161 y ss.
1 Anteriormente lo hicieron: México (1924), Panamá (1925), Puerto Rico (1928), Venezuela (1956),
Costa Rica (1964), El Salvador (1970), Guatemala (1970), Colombia (1972), Bolivia (1977), Argen-
tina (1994), Honduras (1995), Perú (1996), Paraguay (1996), Ecuador (1998), Vé. RODRIGUEZ
AZUERO, Negocios fiduciarios. Su significación en América Latina, Legis, Bogotá-México-Bue-
nos Aires-Caracas-Lima-Santiago, 2005, p. 65 y ss.
2 El mérito de haber sido el precursor de la figura del fideicomiso se atribuye al jurista panameño
Ricardo Alfaro que, en 1920, propuso una fórmula de adaptación de la figura del trust anglosajón.
El Proyecto Alfaro sirvió de fuente a gran parte de la legislación latinoamericana en la materia
(ALFARO, El fideicomiso. Estudio sobre la necesidad y conveniencia de introducir en la legisla-
ción de los pueblos latinos una institución nueva semejante al trust del Derecho Inglés, Panamá,
1920).
3 La primera consagración de esta figura en Latinoamérica debe atribuirse a la Ley General de
Instituciones de Crédito y Establecimientos Bancarios de México del año 1924 (Vé. BATIZA, El
fideicomiso, teoría y práctica, Ed. Porrúa, México, 1980, p. 50; VILLAGORDOA LOZANO, Doctri-
na general del fideicomiso, Ed. Porrúa, México, 1982, p. 39). El propio Ricardo Alfaro fue el autor
de la primera Ley panameña de Fideicomisos en 1925.
4 La adopción del fideicomiso por el Derecho continental europeo es un fenómeno mucho más re-
ciente. Si bien Liechtenstein lo había regulado en 1926, Luxemburgo lo hizo en 2003 y el Código
Civil francés recién lo recogió en la reforma introducida por la Ley Nº 2007-211 (arts. 2011-2031).
En Italia, que no regula estrictamente el fideicomiso, la reforma del Código Civil introducida en
el año 2006 previó el atto di destinazione, que crea un régimen de afectación patrimonial, oponi-
ble a terceros (art. 2465ter).
152 Ricardo Olivera García
5 El Banco Mundial nos contrató en el año 2000, a instancias del Banco Central del Uruguay, para
preparar un proyecto de Ley de Fideicomisos para Uruguay, que sirvió de base a la actual Ley Nº
17.703. En el proceso de preparación de este proyecto se contó además con el asesoramiento del
profesor colombiano Sergio Rodríguez Azuero y de la consultora norteamericana Ellen Marshall
del estudio Morrison & Foerster.
6 AUBRY-RAU vinculaban la idea de patrimonio a la personalidad, como una manifestación de la
aptitud o capacidad de la persona para adquirir bienes y contraer obligaciones (Cours de Droit
Civil Français d’après la méthode de Zaccharie, Paris, 1873). Según la doctrina clásica francesa:
sólo las personas pueden tener patrimonio; ninguna persona puede carecer de patrimonio; toda
persona tiene sólo un patrimonio; y la persona no puede desprenderse de su patrimonio en vida
(PLANIOL-RIPERT, Tratado práctico de Derecho Civil, trad. esp., La Habana, 1930, t. III, p. 24).
El fideicomiso a los 10 años de vigencia de la Ley Nº 17.703 153
2. ¿Qué es el fideicomiso?
7 Para ser precisos, deberíamos referirnos al derecho inglés y norteamericano, ya que Escocia
(Trusts Act) y la Provincia canadiense de Québec (Code civil) son países de derecho continental
(Civil Law) y consagran el concepto de patrimonio de afectación y propiedad fiduciaria, con
soluciones similares a la figura del fideicomiso.
8 La doctrina distingue, con acierto, entre el acto de creación de la propiedad fiduciaria, como
acto de separación patrimonial, y la transferencia de los bienes o derechos al patrimonio de
afectación creado. Vé. DE CORES, Segmentación patrimonial y autonomía privada, Doctrina y
Jurisprudencia de Derecho Civil, año I, tomo I, Montevideo, 2013, p. 65 y ss. Si bien ambos actos
pueden coincidir cronológicamente, los mismos resultan conceptualmente separables.
154 Ricardo Olivera García
3. Modalidades de fideicomiso
Primer caso:
Supongamos que A, propietario de un inmueble, decide realizar un acto de
liberalidad con C, entidad de enseñanza. La liberalidad consiste en donarle los
arrendamientos del inmueble durante 20 años, vencidos los cuales, el inmueble
pasará a su sobrino D. El régimen de fideicomiso brinda la posibilidad de que A
10 La Ley Nº 18.387 de Concursos y Reorganización Empresarial del año 2008 prevé el fideicomiso
como uno de los contenidos posibles del convenio a ser celebrado entre el deudor y las mayorías
de acreedores que exige la ley, como forma de reestructurar la empresa en estado de insolvencia
(art. 139).
11 Vé. OLIVERA GARCÍA, Contratos de financiamiento empresarial, Revista de Derecho Comer-
cial, tercera época, Nº 5, 2012, p. 179.
156 Ricardo Olivera García
Segundo caso:
En este caso A, propietario de un capital importante, desea invertir el mismo
en valores ofrecidos en el mercado. Sin embargo, carece de la experiencia y de
la información suficiente para realizar este tipo de inversiones. El régimen del
fideicomiso le permite transferir los recursos que desea invertir, en propiedad fi-
duciaria, a B que es un especialista en inversiones. El fin del fideicomiso es que B
realice las inversiones, siguiendo los criterios generales previamente acordados
con A, y vencido un determinado plazo, reintegre a A –o a quien éste designe- el
producido de las inversiones realizadas.
Esta figura, supone que A sea al mismo tiempo fideicomitente y beneficiario
del fideicomiso. Otorga a A la certeza de que el capital transferido a B no podrá
ser perseguido por los acreedores personales de B. Le asegura además que B de-
berá sujetar su plan de inversiones a los criterios establecidos en el fideicomiso.
Le brinda finalmente el derecho a exigir, al vencimiento del plazo, la devolución
de los bienes fideicomitidos.
Esta es la estructura típica de un fideicomiso de inversión.
Tercer caso:
A es deudor de C por un préstamo recibido del mismo. En garantía del pago
del préstamo, A transfiere un bien de su propiedad a B, en propiedad fiduciaria,
con la instrucción de que, una vez que A le haya pagado a C el préstamo contraí-
do, el bien le será devuelto por B. En cambio, en caso de incumplimiento por A
de la obligación de pagar a C, B deberá vender el bien recibido en fideicomiso al
mejor postor y, con el producido de la venta, pagar la deuda que A mantiene con
C, reintegrando luego a A el saldo remanente.
En este caso, C cuenta con una garantía sobre determinados bienes aportados
por A, la cual surge de la tenencia de los mismos por B en propiedad fiduciaria.
Esta es la estructura típica de un fideicomiso de garantía.
El fideicomiso a los 10 años de vigencia de la Ley Nº 17.703 157
Las aplicaciones del fideicomiso pueden ser muchas otras y de muy diversa
índole. La circunstancia de poder crear patrimonios de afectación con un propó-
sito específico, brinda una multiplicidad de opciones en el mundo de los negocios.
12 El Código Civil uruguayo (art. 865) prohíbe la llamada “sustitución fideicomisaria”, entendida
como la disposición por la cual el testador encarga a un heredero o legatario, de conservar toda su
vida los bienes que le deja, para trasmitirlos a una persona designada también en el testamento.
Vé. VAZ FERREIRA, Tratado de las Sucesiones, Montevideo, 1967, t. I, p. 488.
13 Vé. DI PIETRO, Derecho privado romano, Depalma, Buenos Aires, 1996, p. 155.
158 Ricardo Olivera García
6. El trust anglosajón
16 FERRARA, La simulación de los negocios jurídicos, trad. esp., Ed. Revista de Derecho Privado,
Madrid, 1953, p. 66. En nuestro derecho, el negocio fiduciario, con similares características, fue
estudiado por GAMARRA, Tratado de Derecho Civil uruguayo, tomo XIII, AMF, Montevideo,
1971, p. 135 y ss.
160 Ricardo Olivera García
17 El funcionamiento del régimen legal de la Ley Nº 17.703 fue reglamentado por el Decreto 516/003
de 11 de diciembre de 2003.
18 DE CORES, Segmentación patrimonial, cit., ps. 68-69.
19 FLAH-SMAYEVSKY, La securitización y la promoción de la vivienda, Abeledo-Perrot, Buenos
Aires, 1996, p. 24 y ss.
20 Vé. CARREGAL, Fideicomisos de garantía, en AA.VV., Derecho Empresarial actual. Homenaje
al Dr. Raymundo L. Fernández, Depalma, Buenos Aires, 1996, p. 257.
El fideicomiso a los 10 años de vigencia de la Ley Nº 17.703 161
21 Vé. DE CORES, La legitimación del fiduciario, Doctrina y Jurisprudencia de Derecho Civil, año
II, tomo II, Montevideo, 2014 (en prensa).
162 Ricardo Olivera García
La Ley Nº 17.703 admite que los bienes futuros puedan ser objeto de fidei-
comiso, como antes lo había admitido la Ley Nº 17.202 de 1999, que reguló el
contrato de factoraje o factoring.
En el caso de las Intendencias Municipales, en el marco de fideicomisos con de
obra pública, la ley las habilita especialmente a ceder en fideicomiso los créditos
derivados de tributos departamentales, dando cuenta a la Junta Departamental
(art. 3).
23 FUNES, El fiduciario en la Ley 24.441, Fideicomiso, Depalma, Buenos Aires, 1996, p. 83.
24 KIPER-LISOPRAWSKI, Tratado de Fideicomiso, Lexis Nexis, Buenos Aires, 2003, p. 41; ORDO-
QUI CASTILLA, El Fideicomiso, Ed. del Foro, 2ª ed., Montevideo, 2004, p. 39.
25 DE CORES, “Trust”, “fideicomiso”, “fiducie”, “atto di destinazione”. Aspectos de la propiedad
fiduciaria en el derecho comparado, Annales de droit privé, (Gandolfi, dir.), 2010/2011, Giuffré,
Milano, 2011, p. 115.
164 Ricardo Olivera García
12.1. El Fideicomitente
No existen restricciones para que cualquier persona física o jurídica, con ca-
pacidad para disponer, pueda ser fideicomitente. En el caso de las sociedades
comerciales, la legitimación de los administradores para crear un fideicomiso
estará supeditada, en lo interno, a las restricciones que impongan sus propios
estatutos, y en lo externo, a que no se trate de actos notoriamente extraños al
objeto social (art. 79 inc. 3, Ley Nº 16.060). La Ley Nº 17.703 contiene además
una serie de restricciones específicas respecto a las Intendencia Municipales,
Caja Notarial de Jubilaciones y Pensiones, Caja de Jubilaciones y Pensiones de
El fideicomiso a los 10 años de vigencia de la Ley Nº 17.703 165
12.2. El Fiduciario
29 Los requisitos que los fiduciarios profesionales deben cumplir están contenidas en el Libro I,
Título VI, arts. 95 y siguientes de la Recopilación de Normas de Mercado de Valores del Banco
Central del Uruguay.
El fideicomiso a los 10 años de vigencia de la Ley Nº 17.703 167
obstante, dentro del marco limitado del fin establecido para el fideicomiso y de
las reglas que en la constitución del mismo se hubieran establecido, el fiduciario
tiene un derecho de propiedad fiduciaria, el cual le otorga los atributos del do-
minio30.
A diferencia de la Ley de Sociedades Comerciales, que realiza un uso promis-
cuo de conceptos de administración y representación31, la Ley Nº 17.703 distin-
gue claramente las obligaciones y responsabilidades derivadas de la actuación
del fiduciario respecto del patrimonio fideicomitido de los poderes de representa-
ción del mismo respecto de terceros.
Con respecto a sus funciones de administración, la ley impone al fiduciario la
obligación de desarrollar sus cometidos y cumplir las obligaciones impuestas por
la ley y por el negocio de fideicomiso, con la prudencia y diligencia de un buen
hombre de negocios que actúa sobre la base de la confianza depositada en él (art.
16 inc. 1). Se trata de una expresión similar a la establecida por la Ley Nº 16.060
cuando dice que los administradores de sociedades comerciales deberán actuar
con lealtad y con la diligencia de un buen hombre de negocios (art. 83).
La Ley de Fideicomisos no habla de la existencia de una obligación de lealtad
del fiduciario. Sin embargo, debería entenderse que la existencia de esta obliga-
ción se extrae de las normas que prohíben al fiduciario: realizar operaciones, ac-
tos o contratos con los bienes fideicomitidos, en beneficio propio, de sus directores
o personal superior, de sus parientes directos o de las personas jurídicas donde
éstos tengan una posición de dirección o control (art. 20.b); o realizar cualquier
otro acto o negocio jurídico con los bienes fideicomitidos respecto del cual tenga
un interés propio, salvo autorización conjunta y expresa del fideicomitente y del
beneficiario (art. 20.c).
En principio, consideramos que recaen en el fiduciario los mismos deberes
de lealtad y diligencia que la legislación societaria ha venido imponiendo a los
administradores societarios32. Si el fiduciario faltare a sus obligaciones será res-
ponsable frente al fideicomitente y frente al beneficiario por los daños y perjui-
cios que resultaren de su acción u omisión (art. 16 inc. 2).
Un tema a analizar es el relativo al grado de culpa que determina la respon-
sabilidad del fiduciario. En principio, la responsabilidad de los directores o admi-
nistradores de sociedades comerciales responden por dolo o culpa grave (art. 391,
Ley Nº 16.060)33. Sin embargo, la Ley de Fideicomisos dispone que, en ningún
caso, el fiduciario podrá exonerarse de responsabilidad por los daños provocados
por su dolo o culpa grave, así como el causado por el de sus dependientes (art.
16 inc. 3). De esta norma debería inferirse que el fideicomiso puede establecer
un régimen de exoneración de responsabilidad del fiduciario por culpa leve; pero
que, faltando este pacto, el fiduciario será responsable también por este grado
de culpa.
Además de las previstas en el negocio constitutivo y las mencionadas prece-
dentemente, son obligaciones del fiduciario (art. 19):
a) Mantener un inventario y una contabilidad separada de los bienes, dere-
chos y obligaciones que integran el patrimonio fideicomitido.
b) Transferir los bienes al fideicomitente o al beneficiario al concluir el fi-
deicomiso o al fiduciario subrogante en caso de sustitución o cese.
c) Rendir cuentas al beneficiario con una periodicidad no mayor a un año,
sin perjuicio de lo dispuesto en el negocio.
d) Guardar reserva respecto de las operaciones, actos, contratos, documen-
tos e información que se relacionen con el fideicomiso.
Estará prohibido al fiduciario: afianza, avalar o garantizar de algún modo al
fideicomitente o al beneficiario el resultado del fideicomiso; realizar operaciones,
actos o contratos con los bienes fideicomitidos, en beneficio propio o de personas
relacionadas; y realizar actos o contratos con los bienes fideicomitidos en los que
tenga un interés propio, salvo autorización conjunta del fidecomitente y del be-
neficiario (art. 20).
Si el fideicomiso hubiera sido inscripto en el Registro de Actos Personales,
las restricciones a las facultades del fiduciario establecidas en el fideicomiso se-
rán oponibles por el fideicomitente o por el beneficiario ante cualquier tercero.
En cambio, si no hubiera habido inscripción registral, el fiduciario vinculará al
patrimonio fiduciario por todos los actos y contratos que celebre y que no sean
notoriamente extraños al fin del fideicomiso, salvo que el tercero tuviera conoci-
miento de la infracción (art. 17).
12.3. El Beneficiario
Pueden designarse dos o más beneficiarios que gocen de sus derechos en for-
ma conjunta o sucesiva, con excepción del fideicomiso testamentario donde esta-
rá prohibida la designación de beneficiarios sustitutos (art. 24).
El beneficiario tiene derecho de control sobre el cumplimiento del fideicomi-
so por parte del fiduciario. A tales efectos está legitimado para promover judi-
cialmente la remoción del fiduciario por incumplimiento de sus obligaciones, la
designación de uno nuevo, la revocación de actos del fiduciario que fueran noto-
riamente extraños al fin del fideicomiso, la rendición de cuentas y la acción de
responsabilidad del fiduciario.
2009 sobre Mercado de Valores, que regula la oferta pública de valores (art. 2)
y a la reglamentación de esta ley por el Decreto 302/011 y por las normas sobre
mercado de valores dictadas por el Banco Central del Uruguay.
La ley dispone que tanto los certificados de participación como los títulos de
deuda (debe entenderse que también los títulos mixtos) son títulos valores, por
lo que resultan de aplicación a su respecto el régimen establecido por el Decre-
to-Ley Nº 14.701 de 1977. En este sentido, estarán sujetos a los principios de
incorporación, autonomía y literalidad que establece dicha normas, y a la forma
de circulación que la misma dispone, según sean nominativos, a la orden o al
portador. En el caso de los valores de oferta pública, la Ley Nº 18.627 dispone
que deberán ser preceptivamente emitidos en forma escritural y representarse
mediante anotaciones en cuenta (art. 19).
Sin perjuicio de la amplitud del concepto, el fideicomiso financiero persigue
fundamentalmente el objetivo de servir de vehículo a las operaciones de securiti-
zación o titulización de activos; especialmente, de carteras de créditos35.
El fideicomiso financiero presenta algunas características peculiares que se
apartan del régimen general establecido por la ley para los restantes fideicomi-
sos:
a) Puede constituirse por acto unilateral, en el cual coincidan las personas
de fideicomitente y fiduciario, cuando se solicite autorización para ofrecer pú-
blicamente los títulos que el mismo emita (art. 25). En estos casos, coincidirá la
persona del fideicomitente y del fiduciario, en la medida que el fideicomitente
transfiere los bienes o derechos a un patrimonio de afectación que él mismo ad-
ministra en propiedad fiduciaria.
b) Solamente podrán ser fiduciarios las entidades de intermediación finan-
ciera, las sociedades administradoras de fondos de inversión (constituidas de
acuerdo con la Ley Nº 16.774 de 1996) y las sociedades fiduciarias que cumplan
con los requisitos que establezca la reglamentación (que nunca fue dictada) (art.
26).
c) Tanto el fideicomiso como el fiduciario se encuentran sujetos a la regula-
ción y control del Banco Central del Uruguay (art. 29).
d) Resultan de aplicación las normas generales en materia de cesión y
transferencia de créditos a favor de las sociedades administradoras de fondos
de inversión, establecidas para los fondos de inversión cerrados de crédito por la
Ley Nº 16.774 (redacción dada por la ley N° 17.202 de 1999).
Esto es particularmente importante en el caso de los fideicomisos financieros,
ya que la mayoría de ellos, los bienes fideicomitidos son créditos presentes o fu-
turos transferidos al fideicomiso.
36 Vé. ALMOGUERA GÓMEZ, La titulización crediticia, Bolsa de Madrid-Civitas, 1995, p. 31. FA-
BOZZI-MODIGLIANI destacan cómo la financiación tradicional es suplantada por un sistema
en el que las operaciones individuales (activos crediticios en el balance de las entidades) son
agrupadas y empleadas como colateral para la emisión de valores negociables (Mortgage and
mortgage-backed securities markets, Harvard Business School Press, Boston, 1992, ps. 2-3).
37 Vé. OLIVERA GARCÍA, Fondos de inversión. Securitización, AA.VV., Actualidades del derecho
comercial uruguayo, Jornada académica, Montevideo, 1996, ps. 125-134.
172 Ricardo Olivera García
sor. Para el inversor es una forma de colocación financiera que limita su riesgo
a la cobrabilidad de la cartera de derechos de créditos transferida al vehículo
especial, con prescindencia del riesgo general del originante. Tiene además su
inversión documentada en un valor negociable, el cual le permite transferir su
participación a un tercero.
En los diferentes sistemas jurídicos, son utilizados como vehículos especiales
para la securitización de créditos a las sociedades anónimas, los fondos de inver-
sión o los fideicomisos.
La reforma a la Ley Nº 16.774, introducida por la Ley Nº 17.202, regula la
securitización, previendo que puedan constituirse fondos de inversión cerrados
de crédito cuyo objeto específico de inversión consista en conjuntos homogéneos o
análogos de derechos de crédito, con garantías hipotecarias, cuya titularidad se
trasmita a favor del fondo. Con cargo a estos fondos la sociedad administradora
podrá emitir diversas clases de valores, a ser colocados a inversores (art. 30).
En la práctica, los fondos de inversión no han sido utilizados para realizar ne-
gocios de securitización de carteras de crédito, sino que este negocio se estructu-
ra normalmente a través de fideicomisos financieros de oferta pública o privada.
En estos casos, el fideicomitente cede al fiduciario, en propiedad fiduciaria,
créditos presentes o futuros derivados de su giro. El fiduciario emite, con car-
go al patrimonio del fideicomiso, dos valores diferentes: títulos de deuda (títu-
los de renta fija), que son colocados en el mercado a los aportantes de recursos
para financiar con su producido la operativa del fideicomitente; y certificados de
participación (títulos de renta variable), que son corrientemente retenidos por
el propio fideicomitente, como forma de recibir del fideicomiso el excedente del
producido de la cesión de créditos, una vez pagados los servicios de los títulos de
deuda, a los cuales se encuentran subordinados.
El inversor en los títulos de deuda tiene como garantía de repago de la inver-
sión realizada el flujo de los recursos provenientes de la operativa del fideicomi-
tente, los cuales pasan por un patrimonio separado y están fuera de la garantía
de sus acreedores. Los fondos cedidos superan por lo general largamente los ser-
vicios de los títulos de deuda, de modo que los créditos futuros cedidos deberían
experimentar una caída muy importante para que el fideicomiso careciera de
fondos suficientes para el pago.
Por su parte, el fideicomitente logra acceder al crédito utilizando como garan-
tía el propio flujo de fondos derivado de su operativa, alcanzado directamente el
mercado a través del fideicomiso, y obteniendo generalmente condiciones de tasa
y plazo más convenientes que aquellas que le brindan otras fuentes de financia-
miento.
El fideicomiso a los 10 años de vigencia de la Ley Nº 17.703 173
38 En el régimen de los códigos Civil (art. 1757 y ss.) y de Comercio (art. 563 y ss.), la cesión de
créditos es un negocio tendiente a realizar la transferencia de créditos a título particular (Vé.
GAMARRA, Tratado de Derecho Civil Uruguayo, tomo 4, Montevideo, 1971, p. 185.
174 Ricardo Olivera García
39 Vé. DE CORES, El contrato de factoring, Anuario de Derecho Civil, t. XXIX, Montevideo, 1998,
ps. 429-430.
40 Vé. MANTERO-CHALAR, La transferencia de créditos: innovaciones normativas al régimen clá-
sico, Anuario de Derecho Comercial, tomo 10, Montevideo, 2004, ps. 256-258.
41 En el régimen del Código Civil (art. 1761), la cesión de un crédito comprende sus accesorios, como
las fianzas, prendas, hipotecas o privilegios. No obstante, esto no excluye la necesidad de cumplir
respecto de cada crédito con los requisitos formales exigidos para la cesión de la garantía. La
misma solución surge de la normativa del Código de Comercio (art. 566).
El fideicomiso a los 10 años de vigencia de la Ley Nº 17.703 175
42 La Ley Nº 18.937 de 20.07.2012 interpretó el alcance del art. 68 de la Ley concursal, entendiendo
que el mismo no permitía, en caso de concurso, rescindir los contratos de cesión de créditos fu-
turos otorgados a favor un fideicomiso. Esto ocurrió luego de que ambos Juzgados de Concursos
hicieran lugar a la rescisión de créditos futuros, dispuestas por síndicos concursales, en garantía
de acreedores del deudor, y que el Tribunal de Apelaciones actuante considerara que este fallo
era inapelable. Vé. OLIVERA GARCÍA, Cesiones de créditos en garantía en los procedimientos
concursales, AA.VV., Sociedades y concursos en un mundo en cambio, FCU, Montevideo, 2010, p.
523; CAFFERA-MANTERO MAURI, Negocios de garantía sobre créditos futuros: carácter inme-
diato de la transferencia al acreedor e inaplicabilidad de la facultad de receso del art. 68 de la Ley
de Concursos, AA.VV., Tres pilares del moderno Derecho Comercial, FCU, Montebideo, 2011, p.
277; OLIVERA GARCÍA, Ley interpretativa del art. 68 de la ley concursal y su alcance temporal,
AA.VV., Hacia un nuevo Derecho Comercial, FCU, Montevideo, 2012, p. 549.
43 El Decreto 222/011 de 23.06.2011 modificó el tratamiento por IRAE e IVA de las cesiones de
crédito, permitiendo que los mismos sean valuados por su costo de adquisición y que la renta deri-
vada entre su valor nominal y el precio de adquisición se devengue hasta la fecha de vencimiento
del crédito (reforma a los Decretos 150/007 de 26.04.2007 y 220/998 de 12.08.1998.
El fideicomiso a los 10 años de vigencia de la Ley Nº 17.703 179
cios técnicos a los cuáles éste deba acudir para cumplir el fin del fideicomiso- no
resulte indirectamente diluida la responsabilidad de quien es el propietario fidu-
ciario de los bienes fideicomitidos, y el responsable de dar a esos bienes el destino
específico propio del encargo fiduciario que implica el fideicomiso.
El balance –altamente positivo- de la aplicación del fideicomiso en los diez
años de vigencia del régimen constituye una instancia ideal para realizar aque-
llos ajustes que mejoren la utilización de la figura. Estos ajustes permitirán ade-
más proteger esta novel figura del fideicomiso en el marco de nuestro sistema ju-
rídico, permitiéndole continuar cumpliendo la provechosa función que la misma
ha desempeñado hasta el presente.
–V–
EL CONTRATO DE LEASING
EN EL PROYECTO DE CÓDIGO CIVIL ARGENTINO
Una visión desde la experiencia uruguaya*
1. Introducción
2. El negocio de leasing
3 Blengio, J., “Leasing. Problemas de trasplante de figuras del common law. Naturaleza y régimen
jurídico. Contrato y operación económica”, Anuario de Derecho Civil, t. XXV, Montevideo, 1994,
ps. 438-440.
4 Para las características del leasing en el derecho anglosajón, véase: Highton, E., “El leasing en
el common law y traslación de la noción al derecho argentino”, Contratos modernos, Revista de
Derecho Privado y Comunitario, Nº 3, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1993, p. 255 y ss.
5 Vé. Franceschelli, R., “Il trust nel diritto inglese”, Cedam, Padova, 1935, p. 23 y ss.; Rodríguez
Azuero, S., “Negocios fiduciarios. Su significación en América Latina”, Legis, Bogotá, 2005, p. 25;
Olivera García, R., “El fideicomiso y sus perspectivas en la actividad bancaria”, Anales del Foro,
año 1981, Nº 23-24, ps. 33-34.
6 En el derecho uruguayo, la Ley Nº 16.072 de 9.10.1989 reguló el crédito de uso, mientras que a
Ley Nº 17.703 de 27.10.2003 reguló el fideicomiso.
El contrato de leasing en el proyecto de Código Civil argentino 183
7 El Black’s Law Dictionay define el “lease” como un contrato por el cual el poseedor legítimo de la
propiedad real otorga el derecho de uso y ocupación del bien a cambio de una contraprestación,
generalmente una renta (9ª ed., 2009, p. 970).
8 El Uniform Commercial Code (UCC) regula el Lease en el art. 2A. El UCC es una ley modelo (soft
law), preparada por la National Conference of Commissioners on Uniform State Laws, en colabo-
ración con el American Law Institute. Ha sido adoptado, con variantes menores, por 50 Estados
de los Estados Unidos, el Distrito de Columbia, Puerto Rico y Virgin Islands.
9 Cuenta la historia que la paternidad del leasing como negocio financiero se debió a D.P. Boothe
Jr., quien en 1952 fundó la United States Leasing Corporation. Tres años más tarde, el mismo
precursor fundaba la Boothe Leasing Corporation. En los siguientes 10 años se fundaron en los
Estados Unidos 800 sociedades leasing. Las primeras experiencias europeas fueron, en Inglate-
rra, la Mercantile Leasing Company (1960); y, en Francia, Locafrance (1962).
10 Vé. Ruozi, R.,- Mottura, P. – Carretta, A., “Leasing ’80”, Giuffré, Milano, 1977, p. 1-27; Mirabe-
lli, G., “Il Leasing e il Diritto Italiano”, B.B.T.C., año XXXVII, 1974, parte I, p. 228 y ss.; Vailati,
G., “Aspetti giuridici del leasing finanziario”, Rivista del Notariato, año XXVII, parte I, p. 213; De
Nova, G., “Contratto di leasing e controllo delle condicioni generale di contrato”, Riv. Dir. Comm.,
año LXXI (1973), parte II, ps. 332-334.
184 Ricardo Olivera García
11 Francia (1966), Brasil (1974, 1983), Bélgica (1977), España (1977, 1980, 1988), Portugal (1979),
Perú (1979), México (1982, 1985), Turquía (1985), Argentina (1994, 2000), Uruguay (1989).
12 La Convención de UNIDROIT afirma que las normas que regulan el contrato tradicional de
arrendamiento deben ser adaptadas a la característica relación triangular creada por la transac-
ción de leasing financiero.
El contrato de leasing en el proyecto de Código Civil argentino 185
13 Vé. Crémieux-Israël, D., “Leasing et crédit-bail mobiliers”, Dalloz, Paris, 1975, p. 63; Hémard, J.,
“Ventes, transports et autres contrats commerciaux”, Chroniques de legislation et jurisprudence
françaises, R.T.D.C., t. XXX, año 1977, p. 578.
14 Al definir el Financial Lease, el UCC (art. 2A-103, 1, g) se preocupa de aclarar que el dador
(lessor) no selecciona, manufactura ni suministra los bienes; adquiere los bienes a los efectos
del contrato; somete el contrato de adquisición de los bienes a la previa aprobación del tomador
(lesee); informa al tomador de las obligaciones y garantías brindadas por el proveedor y le otorga
el derecho a reclamar por las mismas.
15 Se ha discutido en la doctrina la esencialidad de la opción de compra para que se configure la
figura contractual del leasing. Alguna doctrina se pronuncia en forma afirmativa: Calandra Buo-
naura, V., “Orientamenti della dottrina in tema di locazione finaziaria”, Riv. Diritto Civile, año
XXIV, 1978, parte II, p. 205; Vincent, L. – Dehan, P., “Le statut legal du leasing”, Journal des
Tribunaux, 1968, p. 233. Otros, en cambio, se pronuncian por la no esencialidad: Tabet, A., “La
186 Ricardo Olivera García
Desde el punto de vista del dador, el leasing financiero constituye una coloca-
ción financiera, de similares características que el otorgamiento de un préstamo
amortizable, pagadero en cuotas17.
Al adquirir el bien al proveedor designado por el tomador, en los términos que
éste previamente indica, el dador realiza una inversión de fondos. A diferencia
de un mutuo oneroso, estos recursos no son entregados al tomador, sino que son
aplicados a la adquisición del bien que éste indica y que recibirá en uso.
Como contrapartida de esa aplicación actual de fondos, el dador pacta con el
tomador la percepción, a lo largo de la vigencia del contrato de leasing, de una
serie de pagos periódicos, de monto fijo y predeterminado, que constituyen la
contraprestación por la inversión realizada. Cada uno de estos pagos tendrá un
componente de amortización de la inversión y un componente de tasa de interés,
que remunera la aplicación de los fondos en el tiempo.
Estos pagos periódicos, que remuneran el crédito otorgado, incluyen el pago
del valor residual, lo cual justifica que el dador deba asegurarse dicho importe, a
través del ejercicio por el tomador de la opción de compra, o a través de la cober-
tura por éste de la diferencia entre el valor residual establecido y el precio que
eventualmente se obtenga por la venta pública del bien.
locazione di beni strumentali (leasing)”, B.B.T.C., año XXXVI, 1973, p. 290; Vailati, G., ob. cit., p.
218.
16 Es además frecuente encontrar disposiciones que prevén que, si el precio obtenido en la venta
pública del bien es superior al valor residual, el beneficio derivado de la diferencia corresponde al
tomador.
17 Leo, E., “L’essenza del crédito e il leasing finanziario”, Riv. delle Società, año 23, enero-febrero
1978, fasc. 1, p. 82; Gargiullo, S., “Aspetti giuridici del contratto di Leasing”, Foro It., 1971, año
CXCVI, vol. CXCIV, t. II, parte 5, ps. 39-43; Vailati, ob. cit., ps. 250-253.
El contrato de leasing en el proyecto de Código Civil argentino 187
Este flujo de fondos predeterminado será pagado por el tomador con total y
absoluta prescindencia de las vicisitudes que puedan ocurrir en la utilización del
bien durante la vigencia del contrato.
Esto resulta muy claro cuando nos trasladamos al mundo de las normas con-
tables que disciplinan la forma de registración de las operaciones de leasing fi-
nanciero18. En estos casos, será el tomador quien –a pesar de no ser su propie-
tario- registrará el bien como un activo y computará su depreciación durante la
vida útil esperada. Correlativamente, registrará un pasivo por el valor actual
de los cánones periódicos adeudados, incluido el valor residual. Por su parte, el
dador del bien –su propietario- computará como activo solamente un derecho de
crédito por el valor actual de los pagos a ser recibidos (incluido el valor residual).
En oportunidad de cada pago, la porción de cada cuota correspondiente a amorti-
zación de capital representará una reducción del activo y la parte correspondien-
te a intereses será un cargo a resultados19.
Desde el punto de vista del dador, la registración contable es exactamente la
misma que hubiera correspondido dar al otorgamiento de un préstamo de dinero,
pagadero en cuotas. Desde el punto de vista del tomador, es la misma que hubie-
ra correspondido en caso de una compra a crédito o de una compra financiada con
un préstamo amortizable.
Para comprender cabalmente el leasing financiero resulta esencial tener pre-
sente el carácter de crédito financiero que presenta la operación, y analizar la
misma como un negocio alternativo al préstamo amortizable con garantía pren-
daria, utilizado corrientemente en la actividad financiera.
dador no será responsable por el deterioro o la destrucción del bien. Tampoco del
hecho de que no sea adecuado a las necesidades del tomador. En todos los casos,
el tomador deberá seguir pagando los cánones periódicos, teniendo a lo sumo
acción contra el proveedor, pero sin que éste afecte el leasing20.
Tampoco soporta el dador el riesgo de la pérdida de valor del bien, producto de
su eventual obsolescencia tecnológica. Al finalizar el plazo contractual, en dador
percibirá el valor residual del bien, ya sea por el ejercicio de la opción de compra
por el tomador, ya por la venta pública del mismo, soportando el tomador el ries-
go de que se obtenga un precio equivalente al valor residual pactado.
Este desplazamiento de los riesgos dominiales del dómino al non-dómino que,
en principio, puede parecer inequitativo, aberrante y abusivo, es una caracterís-
tica esencial del leasing financiero. Esto no llama tanto la atención cuando se
acude a la genética anglosajona del leasing y se percibe que el tomador tiene una
auténtica equitable ownership que le legitima a utilizar el bien como si fuera su
propietario (con la sola restricción de enajenarlo).
Por otra parte, no debe perderse de vista que, en cualquier actividad económi-
ca, el riesgo es un elemento de costo. El desplazamiento de los riesgos dominiales
del dador al usuario libera al primero de incorporar estos costos en el precio de
su financiamiento y permite al tomador acceder a condiciones crediticias que, en
otras circunstancias no podría tener.
Si el leasing financiero constituye, según vimos, una modalidad de crédito
financiero alternativo al préstamo con garantía, no debe existir en el mismo una
asignación de riesgos diferente del existente en dichas modalidades crediticias.
El leasing despoja al dador de todos los atributos propios del derecho de do-
minio. No habrá de usar y gozar del bien. El bien tampoco permanecerá en su
patrimonio a la terminación del contrato. También lo despoja de los riesgos inhe-
rentes al dominio (deterioro, destrucción, obsolescencia).
El dador tiene solamente el riesgo de que el tomador pague el precio pactado y
de percibir el valor residual al terminar el contrato. Es sustancialmente el riesgo
de recuperar el capital invertido más sus intereses, como ocurre con cualquier
crédito financiero.
En este contexto, la retención del derecho de dominio por parte del dador
cumple, pura y exclusivamente, la función de garantía del cumplimiento del to-
mador de las obligaciones asumidas. En lugar de apelar a las garantías reales
clásicas (prenda, hipoteca), el leasing apela a una garantía más intensa y efecti-
va, el propio dominio del bien locado21.
20 Tabet, A., ob. cit., ps. 291-293; Sagreda Ribas, M. – Martorell De Balanzo, J., “Hacia un mayor
conocimiento del contrato de leasing”, Rev. Jurídica de Cataluña, julio-setiembre 1972, Nº 3, p.
564.
21 Caladra Buonaura, V., ob. cit., p. 198; Mirabelli, G., ob. cit., p. 250.
El contrato de leasing en el proyecto de Código Civil argentino 189
22 El Uniform Commercial Code regula genéricamente los negocios de garantía como secured tran-
sactions (art. 9), incluyendo al lease entre aquellos contratos en los cuales existe un secured
interest (art. 9 – 110). Vé. Highton, E., “Panorama del régimen de las garantías en el derecho
estadounidense”, RDPyC, Nº 2, Santa Fe, 1994, p. 189.
23 Ferrarini, G., “Esperienze straniere in tema di locazione finanziaria”, en Bunocore-Fantozzi-Al-
derighi-Ferrarini, Il Leasing. Profili privatistici e tributari, Quaderni di Giurusprudenza Com-
merciale, Nº 3, Giuffré, Milano, 1975, p. 211 y ss.
190 Ricardo Olivera García
En cada pago de su canon periódico, el tomador está “pagando” una parte del
bien locado, el cual tendrá derecho a adquirir a la fecha de finalización del con-
trato por un precio vil, muy inferior normalmente al valor del mercado.
Si a esto sumamos la exclusión para el dador de todas las responsabilidades
de asegurar el uso del bien por el tomador, resulta imperioso dotar al leasing
financiero de un régimen de publicidad y de oponibilidad erga onmes.
Así como las vicisitudes del bien locado resultan irrelevantes para el mante-
nimiento de las obligaciones del tomador derivadas del contrato, las vicisitudes
económicas del dador deben serlo para el derecho del tomador de seguir teniendo
el derecho de utilización del bien, que le otorga el contrato celebrado.
El tomador debe mantenerse indemne de las enajenaciones, afectaciones,
embargos, interdicciones y aún de los procedimientos concursales que puedan
recaer sobre el dador del leasing. Su derecho debe ser oponible no solamente al
dador sino también a cualquier tercero, ya que es normal que –en cualquier mo-
mento del contrato- que el tomador haya pagado más que el valor que ha recibi-
do, de modo que el despojamiento del contrato le habrá de provocar un perjuicio
económico indebido.
Esto determina que el derecho del tomador a seguir usando del bien locado y
de apropiarse del mismo contra el pago de un valor residual debe de primar sobre
el de cualquier tercero. Esto supone un adecuado régimen de publicidad.
25 Vé. Ferro Astray, J., “Aspectos jurídicos del leasing financiero en el Uruguay”, Seminario sobre
Leasing Financiero, Banco Central del Uruguay, Montevideo, 1980, t. I, parte IV; Gorfinkiel, I.,
“Perspectivas jurídicas del leasing”, Estudios jurídicos en memoria del Dr. Oscar Arias Barbé,
L.J.U., t. LXXXI, p. 139 y ss.; Gaggero, E. – Borra Roccatagliata, J., “El leasing financiero y sus
proyecciones en la aeronáutica”, en Contratos de Empresa, Segundas Jornadas Rioplatenses de
Derecho, Acali Editorial, Montevideo, 1977, p. 47 y ss.; Olivera García, R., ob. cit., p. 24 y ss.
192 Ricardo Olivera García
Las características más relevantes del régimen uruguayo son las siguientes:
a) Define el crédito de uso como un contrato de crédito;
b) Lo caracteriza como aquél por el cual una institución financiera se obliga
frente al usuario a permitirle el uso de un bien durante un plazo determinado
y el usuario se obliga a pagar por esa utilización un precio en dinero periódi-
camente.
c) La opción de compra, la opción de prórroga o la venta por el dador del bien,
soportando el usuario la diferencia entre el precio de venta y el valor residual,
aparecen como cláusulas no esenciales en la figura.
c) Solamente pueden actuar como dadores (entidades acreditantes), las entida-
des de intermediación financieras o empresas con giro exclusivamente finan-
ciero, autorizadas por el Banco Central del Uruguay (no habiéndose creado
ninguna en 25 años).
e) Prevé que pueda recaer en bienes adquiridos por el dador bajo instrucciones
del usuario; sobre bienes propiedad del propio usuario (lease-back); o de bie-
nes propiedad de la entidad acreditante, recibidos en defensa o recuperación
de créditos.
f) Pueden ser objeto de crédito de uso todos los bienes muebles no fungibles y
los inmuebles. No obstante, en este caso –con la finalidad de separarlo del
arrendamiento de inmuebles- se dispone que, para hallarse comprendido en
el régimen de la ley, debe de existir opción de compra a favor del usuario, y el
precio de la misma no podrá exceder, a la fecha del contrato, el 25% del valor
real del bien, fijado por la Dirección General de Catastro.
g) El contrato debe otorgarse en instrumento público o privado, aun cuando re-
caiga sobre bienes inmuebles.
h) Impone la inscripción del crédito de uso en un Registro público, según la na-
turaleza del bien. Esta obligación es puesta a cargo de la institución acre-
ditante, cuyo incumplimiento es sancionado con una multa en beneficio del
usuario, sin perjuicio de los daños y perjuicios.
i) La inscripción confiere al usuario un derecho real respecto a cualquier enaje-
nación o gravamen posterior. Se adopta la figura del derecho real de garantía,
consagrada anteriormente por la ley uruguaya para las promesas de enaje-
nación de inmuebles a plazos (1931) y para las promesas de enajenación de
establecimientos comerciales (1975).
j) El derecho real derivado de la inscripción otorga además al usuario el derecho
a recuperar el bien, si hubiera sido desposeído del mismo, y a exigir su trans-
ferencia forzada si se hubiera pactado la opción de compra.
Estrictamente, la ley no consagra una opción de compra sino una opción de
promesa de compra, de modo que, ejercida la opción de compra, el dador está
obligado a vender el bien por el valor residual pactado. Si no pudiere o se ne-
gara a hacerlo, esta prestación puede ejecutarse forzadamente en vía judicial,
estando el Juez facultado para sustituir al enajenante.
El contrato de leasing en el proyecto de Código Civil argentino 193
26 Vé. Rovira, A., “Contrato de leasing o locación financiera. Necesidad de legislarlo”, Jurispruden-
cia argentina, t. IV (1976), p. 633; Marzoratti, O., “El leasing como forma de inversión extranje-
ra”, RDCO, Nº 35 (1973), p. 715.
27 Vé. Barreira Delfino, E., “Leasing. Aspectos jurídicos, contables, impositivos y operativos”, Ed.
Cangallo, Buenos Aires, 1978, p. 26 y ss.
28 Vé. Barreira Delfino, “Leasing financiero”, Roberto Guido Ed., Buenos Aires, 1996, p. 139 y ss.
29 Vé. Acquarone, M. – Embón, L., “El leasing. Su instrumentación y encuadre en la actual financia-
ción empresaria”, 2ª ed., Ed. Ábaco, Buenos Aires, 2004, p. 99 y ss.
El contrato de leasing en el proyecto de Código Civil argentino 195
En este caso, los cánones periódicos pagados por el tomador estarían retribu-
yendo exclusivamente el costo de disponer del bien durante el plazo contractual.
El canon se formaría por la depreciación del bien más el precio de utilización
temporal del capital. No se estaría reembolsando la inversión durante el plazo
del contrato.
Para poder distinguir el leasing del arrendamiento no debería ser suficiente
contar con una opción de compra final, sino que el precio de la misma debería ser
otorgado por un precio sensiblemente inferior al valor final de mercado.
Esta reflexión, que podría extenderse al leasing de los restantes bienes, cobra
especial relevancia en el caso del leasing inmobiliario, en atención a que su con-
trapartida –el arrendamiento inmobiliario- es muchas veces objeto de normas
legales tuitivas de la posición jurídica del arrendatario, las cuales no existirían
en el leasing.
La tercera –y última– reflexión se refiere al procedimiento de ejecución
previsto en el proyecto para los casos de incumplimiento. Más allá de los regíme-
nes progresivos de gracia que el proyecto va dando en el leasing inmobiliario, en
función del porcentaje pagado, la solución final –tanto en el caso de inmuebles
como de muebles- es el desapoderamiento del tomador (desalojo o secuestro) y la
pérdida de los importes pagados.
Además, se otorga al dador la facultad de reclamar en vía ejecutiva los impor-
tes pendientes de pago hasta el momento del lanzamiento.
Sin perjuicio de que las partes son libres de pactar, para los casos de incum-
plimiento, las cláusulas penales que consideren pertinentes, en el caso del pro-
yecto se establece, como solución de principio, una solución que puede, en mu-
chos casos, resultar injusta.
La asunción de la ley de la existencia de un correlato entre el uso del bien go-
zado y los pagos realizados o devengados, de acuerdo con el leasing, no es necesa-
riamente correcto. Esto es así en una locación común, pero no es así en el leasing.
No lo es en el leasing financiero y no lo es en muchos casos de leasing operativo.
En el leasing financiero –siempre- y en leasing operativo –en muchas oca-
siones- el valor total del bien resulta pagado por el tomador durante el plazo de
vigencia del contrato. Esto se demuestra en la circunstancia de que las opciones
finales son generalmente otorgadas a precio vil.
Si hacemos el paralelo de un leasing inmobiliario con un crédito con garantía
hipotecaria vemos que, ante el incumplimiento del deudor, el acreedor ejecuta el
bien hipotecado, cobra la deuda con el importe obtenido, y devuelve el remanente
al deudor. Lo mismo ocurre en el caso de una compraventa financiada.
En ambos casos, el deudor no pierde –como solución de principio- el valor de
los pagos realizados. También mantiene la deuda por los pagos comprometidos.
La mecánica establecida por el proyecto, más propia de una locación que de
un leasing, crea un régimen de inequidad económica que consideramos debería
repensarse.
*****
El contrato de leasing en el proyecto de Código Civil argentino 199
1. Introducción
* Trabajo publicado en Novas reflexões sobre o Projeto de Código Comercial, Fábio Ulhoa Coelho,
Tiago Asfor Rocha Lima, Marcelo Guedes Nunes (coord.), Saraiva, São Paulo, 2015, p. 385.
1 El mérito de haber sido el precursor de la figura del fideicomiso se atribuye al jurista panameño
Ricardo Alfaro que, en 1920, propuso una fórmula de adaptación de la figura del trust anglosajón.
El Proyecto Alfaro sirvió de fuente a gran parte de la legislación latinoamericana en la materia
(ALFARO, El fideicomiso. Estudio sobre la necesidad y conveniencia de introducir en la legisla-
202 Ricardo Olivera García
ción de los pueblos latinos una institución nueva semejante al trust del Derecho Inglés, Panamá,
1920).
2 La primera consagración de esta figura en Latinoamérica debe atribuirse a la Ley General de
Instituciones de Crédito y Establecimientos Bancarios de México del año 1924 (Vé. BATIZA, El
fideicomiso, teoría y práctica, Ed. Porrúa, México, 1980, p. 50; VILLAGORDOA LOZANO, Doctri-
na general del fideicomiso, Ed. Porrúa, México, 1982, p. 39). El propio Ricardo Alfaro fue el autor
de la primera Ley panameña de Fideicomisos en 1925.
3 La adopción del fideicomiso por el Derecho continental europeo es un fenómeno mucho más re-
ciente. Si bien Liechtenstein lo había ya regulado en 1926, Luxemburgo lo hizo en 2003 y el
Código Civil francés recién lo recogió en la reforma introducida por la Ley Nº 2007-211 (arts.
2011-2031). En Italia, que no regula estrictamente el fideicomiso, la reforma del Código Civil
introducida en el año 2006 previó el atto di destinazione, que crea un régimen de afectación
patrimonial, oponible a terceros (art. 2465ter). Es importante también destacar el Código Civil
de la provincia canadiense de Québec que regula la fiducie (arts. 1260-1298) como una forma de
patrimonio de afectación.
4 Anteriormente lo hicieron: México (1924), Panamá (1925), Puerto Rico (1928), Venezuela (1956),
Costa Rica (1964), El Salvador (1970), Guatemala (1970), Colombia (1972), Bolivia (1977), Argen-
tina (1994), Honduras (1995), Perú (1996), Paraguay (1996), Ecuador (1998), Vé. RODRIGUEZ
AZUERO, Negocios fiduciarios. Su significación en América Latina, Legis, Bogotá-México-Buenos
Aires-Caracas-Lima-Santiago, 2005, p. 65 y ss.
5 El Banco Mundial nos contrató en el año 2000, a instancias del Banco Central del Uruguay, para
preparar un proyecto de Ley de Fideicomisos para Uruguay, que sirvió de base a la actual Ley Nº
17.703. En el proceso de preparación de este proyecto se contó además con el asesoramiento del
profesor colombiano Sergio Rodríguez Azuero y de la consultora norteamericana Ellen Marshall
del estudio Morrison & Foerster.
6 Vé. HUDSON, Equity & Trusts, Routladge-Cavendish, Abingdon, 2010.
Contrato fiduciario en el proyecto de Código Comercial brasileño 203
7 El Código Civil uruguayo (art. 865) prohíbe la llamada “sustitución fideicomisaria”, entendida
como la disposición por la cual el testador encarga a un heredero o legatario, de conservar toda su
vida los bienes que le deja, para trasmitirlos a una persona designada también en el testamento.
Vé. VAZ FERREIRA, Tratado de las Sucesiones, Montevideo, 1967, t. I, p. 488.
8 Vé. DI PIETRO, Derecho privado romano, Depalma, Buenos Aires, 1996, p. 155.
9 FRANCESCHELLI, Il trust nel diritto inglese, Cedam, Padova, 1935, p. 23 y ss.
204 Ricardo Olivera García
3. El trust angloamericano
11 FERRARA, La simulación de los negocios jurídicos, trad. esp., Ed. Revista de Derecho Privado,
Madrid, 1953, p. 66. En Uruguay, el negocio fiduciario, con similares características, fue estudia-
do por GAMARRA, Tratado de Derecho Civil uruguayo, tomo XIII, AMF, Montevideo, 1971, p.
135 y ss.
12 ALFARO, El fideicomiso, cit.
13 En la misma línea se encuentran las legislaciones de Panamá, Puerto Rico, Venezuela, Costa
Rica, El Salvador, Guatemala, Colombia, Bolivia, Argentina, Honduras, Perú, Paraguay, Ecua-
dor y Uruguay.
206 Ricardo Olivera García
14 GRETTON, Trust and Patrimony, AA.VV., Scots Law into the 21st Century: Essays in Honour
of W.A. Wilson, W Greens, 1996, p. 501; REID, Patrimony Not Equity: the trust in Scotland, 8
European Review of Private Law, 2000, p. 427.
15 La Ley luxemburguesa recoge la figura al ratificar la Convención de La Haya sobre trust de
1985. Vé. HOSS-SANTER, Le contrat fiduciaire en droit luxembourgeois, http://www.ehp.lu/
uploads/media/Contratfiduciairedroitluxembourgeois.pdf.
16 Dossiers pratiques Francis Lefebvre, La fiducie. Mode d’emploi, 2ª ed., Paris 2009, p. 13.
17 CANTIN CUMYN, La propriété fiduciaire, une réalité ou un mythe?, 15 Revue de droit Iniversité
de Sherbrooke, 1984, ps. 7-23; también Reflections regarding the diversity of ways in which the
trust has been received or adapted in civil law countries, AA.VV., Reimagining the Trust, Trust in
Civil Law, Cambridge University Press, New York, 2012, p. 6 y ss.
18 Vé. PETRELLI, La trascrizione degli atti di destinazione, Riv. dir. Civ., 2006, II, p. 162; PERTI-
LE, La nuova disciplina degli atti di destinazione. L’art. 2645 ter CC, Tesis de doctorado, Univer-
sidad ca’ Foscari, Venezia. Dottorato di ricerca dei contratti civili, commerciali e del lavoro, 23º
Ciclo, aa 2008-2010, p. 55.
19 La Convención de La Haya de Derecho Internacional Privado de 1985 estableció disposiciones
relativas a la ley aplicable al trust y a su reconocimiento, aplicable a los países del common law,
así como a los restantes regímenes que han adaptado esta figura a sus respectivos regímenes
jurídicos.
Contrato fiduciario en el proyecto de Código Comercial brasileño 207
A diferencia del régimen vigente, que limita esta forma contractual a los ne-
gocios de garantía, la nueva redacción propuesta por el Proyecto plantea gene-
ralizar la figura.
El régimen que establece el Proyecto debe ser completado con las normas
contenidas en los arts. 80 a 85, las cuales prevén además la posibilidad de que
el empresario individual ejerza su actividad en régimen fiduciario, a través de
la constitución de un patrimonio separado con los activos y pasivos relacionados
directamente con su actividad empresarial.
Las regulaciones propuestas siguen las líneas generales de los regímenes que
prevén sistemas de segregación patrimonial, con la finalidad de recoger, en el
marco de los sistemas de derecho continental, los efectos del trust angloameri-
cano.
La definición legal del “contráto fiduciário” presenta algunas características
que deben destacarse:
a) Utiliza el concepto de “contrato” para definir la figura, tal como lo hizo el Có-
digo Civil el prever la constitución de una propiedad fiduciaria con finalidad
de garantía (art. 1361). La definición como un contrato es congruente además
con su inclusión en el Título II del Libro II (Dos contratos empresariais).
Esta definición conceptual determina que su creación proceda solamente por
acto entre vivos, descartándose el negocio mortis causa.
Esta solución se aparta del antecedente de la mayoría de los regímenes la-
tinoamericanos que prevén la constitución del fideicomiso tanto por acto entre
vivos como por testamento (Argentina, Colombia, Chile, México, Perú, Uruguay);
también prevé ambas formas de constitución para la fiducie el Código Civil de
Québec. En cambio, se alinea con la legislación de Francia y de Luxemburgo que
prevén solamente la forma contractual de creación de la propiedad fiduciaria.
b) No utiliza la expresión “fideicomiso”, difundida entre los regímenes latinoa-
mericanos, con alguna excepción como Colombia que habla de “fiducia mer-
cantil”.
La expresión “fideicomiso” es reservada por el régimen brasileño para la
sustitución fideicomisaria establecida por testamento, por la que se instruye a
herederos y legatarios la trasmisión a un fiduciario de determinados bienes o
derechos, para que los trasfiera posteriormente a un fideicomisario (art. 1951 y
ss. del Código Civil).
Esto incide además en la denominación legal de los sujetos participantes. En
lugar de “fideicomitente” o “fiduciante” y de “fiduciario”, el Proyecto habla de
“instituidor” (constituyente) y administrador.
c) La estructura básica del contrato fiduciario supone la existencia de tres suje-
tos: el instituidor, el administrador y el beneficiario (uno o más).
Algunos regímenes latinoamericanos (Argentina, Colombia, Panamá) distin-
guen entre beneficiario y fideicomisario, según se trate del destinatario de los
frutos y rendimientos del patrimonio fiduciario, durante la vida del fideicomiso,
208 Ricardo Olivera García
22 FUNES, El fiduciario en la Ley 24.441, Fideicomiso, Depalma, Buenos Aires, 1996, p. 83.
23 KIPER-LISOPRAWSKI, Tratado de Fideicomiso, Lexis Nexis, Buenos Aires, 2003, p. 41; ORDO-
QUI CASTILLA, El Fideicomiso, Ed. del Foro, 2ª ed., Montevideo, 2004, p. 39.
24 DE CORES, “Trust”, “fideicomiso”, “fiducie”, “atto di destinazione”. Aspectos de la propiedad fi-
duciaria en el derecho comparado, Annales de droit privé, (Gandolfi, dir.), 2010/2011, Giuffré,
Milano, 2011, p. 115.
210 Ricardo Olivera García
7. El patrimonio fiduciario
25 Vé. BERDAGUER, Fundamentos del Derecho Civil, t. III, Montevideo, 2012, p. 27.
26 Vé. OLIVERA GARCÍA-OLIVERA AMATO, El “disregard of legal entity” en la jurisprudencia,
Anuario de Derecho Comercial, t. 10, Montevideo, 2004, p. 359; y en Estudios de Sociedades Co-
merciales, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2005, p. 159; también OLIVERA GARCÍA, Prescindencia
de la personalidad jurídica en el derecho uruguayo, AA.VV., XI Congreso Argentino de Derecho
Societario – VII Congreso Iberoamericano de Derecho Societario y de la Empresa, Fundación
para la Investigación y Desarrollo de las Ciencias Jurídicas, Buenos Aires, 2010, p. 449.
27 AUBRY-RAU vinculaban la idea de patrimonio a la personalidad, como una manifestación de la
aptitud o capacidad de la persona para adquirir bienes y contraer obligaciones (Cours de Droit
Civil Français d’après la méthode de Zaccharie, Paris, 1873). Según la doctrina clásica francesa:
sólo las personas pueden tener patrimonio; ninguna persona puede carecer de patrimonio; toda
persona tiene sólo un patrimonio; y la persona no puede desprenderse de su patrimonio en vida
(PLANIOL-RIPERT, Tratado práctico de Derecho Civil, trad. esp., La Habana, 1930, t. III, p. 24).
212 Ricardo Olivera García
Al término del contrato, producido éste por el cumplimiento del plazo, el cum-
plimiento del propósito del negocio fiduciario o cumplidas las condiciones esta-
blecidos en el contrato, el patrimonio fiduciario tendrá el destino que el propio
contrato fiduciario hubiera dispuesto. Si nada se hubiera establecido, el patrimo-
nio fiduciario será transferido al instituidor o a sus sucesores (art. 548).
Las consecuencias jurídicas establecidas por el Proyecto se alinean con las es-
tablecidas por los regímenes de derecho comparado que han adoptado diferentes
soluciones de segregación patrimonial.
28 Vé. DE CORES, La legitimación del fiduciario, Doctrina y Jurisprudencia de Derecho Civil, año
II, tomo II, Montevideo, 2014 (en prensa).
Contrato fiduciario en el proyecto de Código Comercial brasileño 215
9. El fideicomiso financiero
1. Introducción
*
Trabajo publicado en Revista de derecho Comercial, Tercera época, N° 5, 2012, p. 179 y ss..
220 Ricardo Olivera García
mayoría de los casos, una imputación directa de los mismos, una buena técnica
financiera aconseja que los activos más líquidos (Disponibilidades, Inventarios,
Créditos) resulten financiados con pasivos de corto plazo (con vencimientos in-
feriores a un año), en tanto que los activos menos líquidos (Inmuebles, Maqui-
naria, Marcas) resulten financiados con pasivos de largo plazo o con recursos
patrimoniales.
Esta correlación entre la liquidez de los activos y la exigibilidad de los recur-
sos que los financian busca aumentar la rentabilidad empresarial, y acotar la
incertidumbre derivada del costo de los recursos.
Cada una de las operaciones a través de las cuales la empresa obtiene finan-
ciamiento, sea de terceros sea de sus propios socios, supone la celebración de
contratos, los cuales presentan diferentes modalidades y diferentes formas de
instrumentación.
Algunos de ellos resultan más adecuados para el financiamiento de los activos
más líquidos, los cuales representan el capital de trabajo de la empresa, y otros
más adecuados para el financiamiento de activos menos líquidos.
A los efectos de nuestra exposición, habremos de distinguir tres categorías de
contratos: contratos de financiamiento de capital de trabajo (pasivos corrientes);
contratos de financiamiento a largo plazo (pasivos no corrientes); y contratos de
financiamiento con recursos patrimoniales.
El capital de trabajo de las empresas, constituido por sus activos más líqui-
dos, resulta corrientemente financiado por créditos obtenidos de terceros.
Por más conservadora que resulte la política de financiamiento empresarial y
por mayor aversión al endeudamiento que la misma tenga, su capital de trabajo
resulta normalmente financiado por pasivos de corto plazo.
Las principales fuentes de financiamiento de corto plazo son:
a) Crédito de proveedores;
b) Pasivos bancarios (descuento de documentos);
c) Factoring o factoraje;
d) Warrants.
2.4. Warrants
PRECIO ENTREGA
DEL BIEN
ENTREGA
DEL BIEN CANON
BANCO PERIODICO
COMPRAVENTA LEASING
5. Reflexión final
APÉNDICE NORMATIVO
–1–
INTERMEDIACIÓN FINANCIERA
Capítulo I
ACTIVIDADES Y EMPRESAS COMPRENDIDAS
Artículo 1º.- Toda persona pública no estatal o privada que realice inter-
mediación financiera quedará sujeta a las disposiciones de esta ley, a los regla-
mentos y a las normas generales e instrucciones particulares, que dicte el Banco
Central del Uruguay para su ejecución.
A los efectos de esta ley, se considera intermediación financiera la realización
habitual y profesional de operaciones de intermediación o mediación entre la
oferta y la demanda de títulos valores, dinero o metales preciosos.
1. El decreto 614/992de 11 de diciembre de 1992 dispone en su artículo 1º: “Todas
las personas públicas, estatales o no estatales y las personas privadas, que realicen inter-
mediación financiera quedarán sujetas a las disposiciones del Decreto-Ley Nº 15.322 con
las modificaciones introducidas en el mismo por la Ley No. 16.072 [debió decir, la ley Nº
16.327], a este Decreto Reglamentario, a las normas generales e instrucciones particulares
que dicte el Banco Central del Uruguay para su ejecución”.
“Se considera intermediación financiera la realización habitual y profesional de ope-
raciones de intermediación o mediación entre la oferta y la demanda de títulos, valores,
dinero o metales preciosos”.
2. El decreto 614/992 dispone en su artículo 19: “Las empresas acreditantes en los
contratos de crédito de uso, que regula la Ley No. 16.072 de 9 de octubre de 1989, con
las modificaciones introducidas por la Ley No. 16.205 estarán sometidas al contralor del
Banco Central del Uruguay, siéndoles aplicables los artículos 11º a 15º, 16º literal, 18º, 20º
a 24º inclusive del Decreto-Ley No. 15.322 con las modificaciones establecidas en la Ley
No. 16.327”.
3. El decreto 614/992 dispone en su art. 20: “Las empresas físicas o jurídicas, que
organicen o administren agrupamientos, círculos cerrados o consorcios, cualesquiera sea
su forma jurídica o la operativa que realicen, cuyos adherentes aporten fondos para ser
232 Ricardo Olivera García
ciera entre la oferta y la demanda de títulos valores, dinero o metales preciosos, radicados
fuera del país, de acuerdo a la reglamentación que dicte el Banco Central del Uruguay.
Las empresas de intermediación financiera externa solo podrán operar con no resi-
dentes”.
2. El decreto 381/989 fue sucesivamente reformado por el decreto 521/990 de 14 de
noviembre de 1990, por el decreto 540/990 de 30 de noviembre de 1990, por el decreto
266/991 de 22 de mayo de 1991, por el decreto 189/994 de 3 de mayo de 1994 y por el de-
creto 227/002 de 18 de junio de 2002.
Capítulo II
AUTORIZACIÓN PARA FUNCIONAR
Artículo 6º.- Las empresas comprendidas en el artículo 1º requerirán para
funcionar autorización previa del Poder Ejecutivo, el que deberá resolver con la
opinión favorable del Banco Central del Uruguay. Deberán contar, asimismo,
para poder instalarse, con habilitación otorgada por el Banco Central del Uru-
guay. Para dicha autorización así como para la citada habilitación se tendrán en
cuenta razones de legalidad, de oportunidad y de conveniencia. Los actos debe-
rán ser fundados, apreciando especialmente la solvencia, rectitud y aptitud de la
empresa solicitante.
Para la apertura de sucursales de las entidades de intermediación financiera
ya autorizadas deberá recabarse exclusivamente la autorización previa del Ban-
co Central del Uruguay. Si este no se pronunciara sobre el particular en un plazo
de noventa días, se tendrá por concedida tal autorización.
1. Texto dado por el artículo 2 de la ley Nº 16.327 de 11 de noviembre de 1992. El tex-
to anterior establecía: “Las empresas comprendidas en el artículo 1º de esta ley, requerirán
para su instalación, autorización previa del Poder Ejecutivo, el que deberá expedirse con
el asesoramiento del Banco Central del Uruguay. Para dicha autorización se tendrán en
cuenta razones de legalidad de oportunidad y de conveniencia”.
2. El decreto 614/992 de 11 de diciembre de 1992 dispone en su artículo 3: “Toda
persona pública no estatal o privada que desee realizar intermediación financiera deberá
presentar su solicitud ante el Ministerio de Economía y finanzas.
En la solicitud, la empresa peticionante deberá indicar especialmente:
a) El capital a aportar;
234 Ricardo Olivera García
Capítulo III
RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL, DOCUMENTACIÓN,
CONTABILIDAD E INFORMACIÓN
Artículo 11.- El Banco Central del Uruguay fijará las responsabilidades pa-
trimoniales netas mínimas que deberán mantener las empresas comprendidas
en el artículo 1º de esta ley, la forma de determinarlas y demás condiciones de
aplicación.
El Banco Central del Uruguay sólo podrá fijar diferentes montos en atención
a la especialidad de las operaciones que realicen las diversas empresas.
Dicha responsabilidad patrimonial neta mínima deberá radicarse necesaria-
mente en el país y aplicarse a su giro.
Artículo 12.- Para poder comenzar a funcionar las empresas comprendidas
en el artículo 1º de esta ley, deberán previamente integrar la totalidad de la res-
ponsabilidad patrimonial neta mínima fijada por el Banco Central del Uruguay
dentro de los treinta días siguientes a la notificación de la autorización respec-
tiva. De no realizarse la integración dentro de este plazo, quedará sin efecto la
autorización otorgada.
Artículo 13.- Sin perjuicio de lo establecido en la ley 14.701, de 12 de se-
tiembre de 1977, el Banco Central del Uruguay podrá establecer los caracteres
materiales y las enunciaciones mínimas que deberán contener los documentos
que utilicen las empresas e instituciones comprendidas en los artículos 1º y 2º de
esta ley.
Artículo 14.- Con respecto a las empresas e instituciones comprendidas en
el artículo 1º de esta ley, el Banco Central del Uruguay podrá:
• Dictar normas para la registración de sus operaciones así como para la confec-
ción de los estados de situación patrimonial y demostrativos de resultados;
• Requerir que le brinden información con la periodicidad y bajo la forma que
juzgue necesaria;
• Establecer una fecha única para el cierre de sus ejercicios económicos.
236 Ricardo Olivera García
Capítulo IV
CONTROL, ORIENTACIONES EN EL FUNCIONAMIENTO,
LIMITACIONES Y PROHIBICIONES
Artículo 15.- Las empresas e instituciones comprendidas en el artículo 1º de
esta ley, estarán sometidas al control del Banco Central del Uruguay, anterior,
concomitante y posterior a su gestión.
El Banco Central del Uruguay ejercerá a su vez, por los medios que juzgue
más eficaces, la vigilancia y orientación de la actividad financiera privada, fisca-
lizando el cumplimiento de las leyes y decretos que rijan tal actividad así como
las normas generales e instrucciones particulares que dicte. Para el ejercicio de
tales cometidos no le será oponible lo dispuesto en el artículo 25 de la presente
ley.
Con respecto a las instituciones comprendidas en el artículo 2º de la presente
ley, el Banco Central del Uruguay podrá ejercer las mismas facultades señaladas
en el presente artículo y en el anterior, limitadas a la actividad de intermedia-
ción financiera, sin perjuicio de las que correspondan a los órganos constitucio-
nales de control de su gestión financiera.
Para el cumplimiento de todos los cometidos que las disposiciones legales y
reglamentarias confieren al Banco Central del Uruguay, este:
a) Dispondrá de amplias facultades inspectivas y de fiscalización e investiga-
ción.
b) Sus funcionarios tendrán, debidamente autorizados al efecto, iguales fa-
cultades, en lo pertinente, que los de la Dirección General Impositiva, pudiendo
especialmente ejercer las prerrogativas y facultades establecidas en el artículo
53 de la Ley Nº 12.804 de 30 de noviembre de 1960, en la redacción dada por el
artículo 1 de la Ley Nº 13.032 de 7 de diciembre de 1961.
1. Texto dado por el artículo 3º de la ley Nº 16.327 de 11 de noviembre de 1992, el cual
incorporó los incisos 3 y 4 a la redacción original.
2. El artículo 53 de la ley Nº 12.804 con la redacción dada por el artículo 1º de la ley
13.032 dispone lo siguiente: “La Administración dispondrá de amplias facultades de fis-
calización e investigación, pudiendo especialmente:
a) Exigir a los contribuyentes y responsables la exhibición de sus libros, documentos
y correspondencia comerciales e intimarles su comparecencia ante la autoridad adminis-
trativa;
b) Incautarse de dichos libros y documentos hasta por un lapso de seis días hábiles
de sólo podrá prorrogarse mediante resolución judicial cuando sea indispensable para
salvaguardar los intereses de la Administración; en todos los casos se deberá labrar el
acta pertinente;
c) Practicar inspecciones en bienes inmuebles y muebles ocupados a cualquier título
por contribuyentes y responsables. Sólo podrán inspeccionarse domicilios particulares con
previa orden judicial, que se otorgará cuando se acredite semiplena prueba de la infrac-
ción y de la necesidad del procedimiento;
Apéndice normativo 237
CAPITULO V
Responsabilidad y Sanciones
Artículo 20.- Las personas privadas que infrinjan las leyes y decretos que
rijan la intermediación financiera o las normas generales de instrucciones par-
ticulares dictadas por el Banco Central del Uruguay, podrán ser pasibles de las
siguientes medidas sin perjuicio de la denuncia penal si correspondiera:
• Observación;
• Apercibimiento;
• Multas de hasta el 50% (cincuenta por ciento) de la responsabilidad patrimo-
nial neta mínima establecida para el funcionamiento de los bancos;
• Intervención, la que podrá ir acompañada de la sustitución total o parcial de
las autoridades. Cuando la intervención vaya acompañada de la sustitución
total de autoridades, implicará la caducidad de todas las comisiones o man-
datos otorgados por ellas y la suspensión, durante veinte días hábiles, de todo
tipo de plazo que pueda correrle a la empresa intervenida;
• Suspensión total o parcial de actividades con fijación expresa de plazo;
• Revocación de la autorización para funcionar.
Las medidas previstas en los numerales 1º) a 6º) serán aplicadas por el Banco
Central del Uruguay.
Las medidas establecidas en los numerales 4º) y 5º) así como las demás res-
pecto de la señalada en el numeral 3º) serán acumulables.
La revocación de la autorización para funcionar será resuelta por el Poder
Ejecutivo y deberá contar además en forma concurrente con expreso consenti-
miento en tal sentido del Banco Central del Uruguay. Ello sin perjuicio de la
facultad de este último órgano público de proponer dicha revocación al Poder
Ejecutivo por razones de legalidad o de interés público.
El Banco Central del Uruguay pondrá en conocimiento del Poder Ejecutivo
las infracciones a las leyes y decretos que rijan la intermediación financiera o a
las normas generales e instrucciones particulares que hubiera dictado, cometi-
das por instituciones estatales, así como las resoluciones dictadas en aplicación
de lo dispuesto en el inciso siguiente, a fin de que considere la adopción de recti-
ficaciones sobre la gestión o los actos de la institución infractora, o de correctivos
sobre los miembros de su Directorio, de conformidad con el artículo 197 de la
Constitución de la República.
Las instituciones infractoras serán pasibles de las medidas previstas en los
numerales 1), 2) y 3) del inciso primero de este artículo”.
Las remisiones de la legislación vigente al artículo 20 del Decreto-Ley Nº
15.322, de 17 de setiembre de 1982, en la redacción dada por el artículo 2º de la
Ley Nº 16.327, de 11 de noviembre de 1992, se entenderán referidas a la redac-
ción que se le atribuye por este artículo.
[Los tres últimos incisos fueron incorporados por el artículo 6º de la ley Nº 17.613 de
27 de diciembre de 2002].
Artículo 21.- Toda vez que el Banco Central del Uruguay presuma que una
persona física o jurídica está ejerciendo la actividad a que se refiere el artícu-
242 Ricardo Olivera García
lo 1º de esta ley, podrá exigirle la presentación dentro de diez días, de documentos
y otras pruebas o informaciones a efectos de comprobar la índole de su actividad.
La omisión de poner dichos elementos de juicio a disposición del Banco Cen-
tral del Uruguay en el plazo señalado constituirá presunción simple de haber
realizado actividad de intermediación financiera sin autorización.
Basado en esa presunción el Banco Central del Uruguay podrá, sin perjuicio
de la aplicación de las medidas establecidas en el artículo 20, ordenar por reso-
lución fundada el cese de cualquiera de las actividades previstas en el artículo 1º
llevadas a cabo sin autorización. En caso de no acatarse la orden de cese, el Ban-
co Central del Uruguay lo comunicará al Poder Ejecutivo quien podrá ordenar la
clausura temporal o definitiva de las empresas en infracción.
Artículo 22.- El Banco Central del Uruguay podrá solicitar medidas de no in-
novar ante Juez competente, quien deberá pronunciarse dentro de las 24 horas.
Serán responsables de desacato los directores, gerentes o administradores en
virtud de cuyas decisiones se haya alterado la situación que se ordenó mantener
incambiada
Artículo 23.- Los representantes, directores, gerentes, administradores,
mandatarios, síndicos y fiscales de las empresas de intermediación financiera
comprendidas en la presente ley, que actúen con negligencia en el desempeño
de sus cargos, o aprueben o realicen actos o incurran en omisiones que puedan
implicar o impliquen la aplicación de las sanciones previstas en los numerales 3º)
a 7º) del artículo 20 de la presente ley, podrán ser pasibles de multas entre UR
100 (cien unidades reajustables) y UR 10.000 (diez mil unidades reajustables) o
inhabilitados para ejercer dichos cargos hasta por diez años, por el Banco Cen-
tral del Uruguay.
También podrán ser inhabilitados para el ejercicio de dichos cargos los con-
cursados comerciales y civiles, los inhabilitados para ejercer cargos públicos, los
deudores morosos de empresas de intermediación financiera y los inhabilitados
para ser titulares de cuentas corrientes.
La aplicación de la inhabilitación deberá resolverse previa instrucción de un
sumario, que no se considerará concluido hasta tanto el imputado haya tenido
oportunidad de presentar sus descargos y articular su defensa.
La aplicación de la multa deberá resolverse previa vista de las respectivas
actuaciones al interesado por diez días hábiles.
1. El texto del primer inciso está dado por el artículo 7º de la ley Nº 17.613 de 27 de
diciembre de 2002. El texto de los restantes incisos está dado por el artículo 2 de la ley Nº
16.327 de 11 de noviembre de 1992.
El texto original establecía: El texto original del inciso 1º establecía: “Los Represen-
tantes, Directores, Gerentes, Administradores, Mandatarios, Síndicos y Fiscales de las
empresas privadas comprendidas en esta ley, que en el desempeño de sus cargos aprueben
o realicen actos o incurran en omisiones que impliquen la aplicación de las sanciones pre-
vistas en los numerales 3º a 6º del artículo 20 de esta ley, podrán ser inhabilitados para
ejercer dichos cargos hasta por diez años por el Banco Central del Uruguay.
La aplicación de la inhabilitación deberá resolverse previa instrucción de un suma-
rio, que no se considerará concluido hasta tanto el imputado no haya tenido oportunidad
de presentar sus descargos y articular su defensa. El acto de la aplicación de la inhabilita-
Apéndice normativo 243
ción que deberá ser fundado, podrá ser objeto de la jurisdicción contencioso administrativa
y reparatoria”.
2. El artículo 9 de la ley Nº 17.613 de 27 de diciembre de 2002 establece: “Declárase
de necesidad pública la expropiación por el Estado de las acciones de las empresas de
intermediación financiera con actividad suspendida y cuyos propietarios hayan sido san-
cionados de conformidad con el artículo 23 del Decreto-Ley N° 15.322, de 17 de setiembre
de 1982 y sus modificativas”.
Capítulo VI
SECRETO PROFESIONAL
Artículo 25.- Las empresas comprendidas en los artículos 1º y 2º de esta
ley no podrán facilitar noticia alguna sobre los fondos o valores que tengan en
cuenta corriente, depósito o cualquier otro concepto, pertenecientes a persona
física o jurídica determinada. Tampoco podrán dar a conocer informaciones con-
fidenciales que reciban de sus clientes o sobre sus clientes. Las operaciones e in-
formaciones referidas se encuentran amparadas por el secreto profesional y sólo
pueden, ser reveladas por autorización expresa y por escrito del interesado o por
resolución fundada de la Justicia Penal o de la Justicia competente si estuviera
en juego una obligación alimentaria y en todos los casos, sujeto a las responsa-
bilidades más estrictas por los perjuicios emergentes de la falta de fundamento
de la solicitud.
No se admitirá otra excepción que las establecidas en esta ley.
Quienes incumplieren el deber establecido en este artículo, serán sancionados
con tres meses de prisión a tres años de penitenciaría.
1. El decreto reglamentario 614/992 de 11 de diciembre de 1992 dispone en su artí-
culo 17: “El deber de secreto profesional, consagrado en el artículo 25º de la ley 15.322 de
17 de setiembre de 1982, alcanza además de las empresas, a todas las personas físicas que
en virtud de las tareas que desempeñen, relacionadas con la organización, funcionamiento
y contralor de las empresas de intermediación financiera, tengan acceso a las operaciones
e informaciones a que se refiere la disposición legal citada, cualquiera sea la naturaleza
jurídica del vínculo que una a tales personas físicas con los titulares de las empresas de
intermediación financiera, incluyendo a los auditores externos abocados a las mismas.
244 Ricardo Olivera García
Declárase que no es violatorio del deber de secreto profesional, consagrado por el ar-
tículo 25º de la ley 15.322 de 17 de setiembre de 1982, el conocimiento de las operaciones
e informaciones cubiertas por el secreto que las personas físicas, referidas en el artículo
anterior, adquieran necesariamente en el cumplimiento de sus tareas relacionadas con las
empresas de intermediación financiera”.
2. La ley Nº 15.799 de 30 de diciembre de 1985dispuso que no regirán en vía judicia-
llas limitaciones probatorias establecidas en el artículo 25 del decreto-ley Nº 15.322 en los
procedimientos de rebaja de alquiler. (arts. 16 a 19 y 63 del decreto-ley Nº 14.219 de 4 de
julio de 1974 y art. 7 de la ley Nº 15.799).
3. La ley Nº 16.696 de 30 de marzo de 1995 dispone en su artículo 22: “El Banco es-
tará obligado a guardar secreto, en los términos establecidos en el artículo 25 del Decreto
Ley Nº 15.322, de 17 de setiembre de 1982, cuando ejerza actividad financiera. En todos
los demás casos los miembros del Directorio deberán ajustar la divulgación de sus infor-
maciones y opiniones a las reservas propias de la materia objeto de competencia del Banco,
sin perjuicio de su inherente transparencia pública propia de la responsabilidad que les
compete”.
La misma ley Nº 16.696 dispone en su artículo 23: “Los funcionarios del Banco tienen
el deber de guardar el más estricto secreto y la más absoluta reserva sobre cada uno de los
asuntos bancarios que lleguen a su conocimiento en el ejercicio o en ocasión del ejercicio de
sus funciones, bajo la más severa responsabilidad administrativa, civil, y penal, si fuere
del caso (artículo 25 “in fine” del Decreto Ley Nº 15.322, de 17 de setiembre de 1982, y ar-
tículo 163 del Código Penal)”.
4. La ley Nº 17.948 de 8 de enero de 2006 dispone en su artículo 1º: “El secreto profe-
sional instituido por el artículo 25 del Decreto-Ley Nº 15.322, de 17 de setiembre de 1982,
ampara exclusivamente las operaciones bancarias pasivas que realizan las instituciones
de intermediación financiera y toda otra operación en la que éstas asumen la condición
de deudores, depositarios, mandatarios o custodios de dinero o de especie respecto de sus
clientes, sin perjuicio del amparo de toda la información confidencial recibida del cliente
-tanto en relación a operaciones pasivas como activas- comprendida también en la citada
norma”.
5. La ley Nº 18.083 de 27 de diciembre de 2006 de Reforma Tributaria, consagra va-
rias disposiciones en materia de secreto profesional.
El artículo 53 (levantamiento voluntario del secreto bancario) dispone: “La Dirección
General Impositiva (DGI) podrá celebrar acuerdos con los contribuyentes en los que éstos
autoricen, para un período determinado, la revelación de operaciones e informaciones am-
paradas en el secreto profesional a que refiere el artículo 25 del Decreto-Ley Nº 15.322, de
17 de setiembre de 1982.
La autorización conferida por los contribuyentes en los términos del inciso anterior
tendrá carácter irrevocable y se entenderá dirigida a todas las empresas comprendidas en
los artículos 1º y 2º del Decreto-Ley Nº 15.322, de 17 de setiembre de 1982.
Para quienes otorguen la autorización referida en el inciso anterior, la DGI podrá
reducir el término de prescripción de sus obligaciones tributarias. En tal caso, los términos
de cinco y diez años establecidos por el artículo 38 del Código Tributario, podrán reducirse
a dos y cuatro años respectivamente”.
El artículo 54 (levantamiento del secreto bancario) dispone: “Cuando la adminis-
tración tributaria presente una denuncia fundada al amparo del artículo 110 del Código
Tributario, y solicite en forma expresa y fundada ante la sede penal el levantamiento del
secreto bancario a que refiere el artículo 25 del Decreto-Ley Nº 15.322, de 17 de setiembre
de 1982, las empresas comprendidas en los artículos 1º y 2º de dicha norma quedarán
relevadas de la obligación de reserva sobre las operaciones e informaciones que estén en
su poder, vinculadas a las personas físicas y jurídicas objeto de la solicitud, siempre que
Apéndice normativo 245
Capitulo VII
BOLSAS DE VALORES, MERCADOS A TÉRMINO,
COMPAÑÍAS DE SEGUROS
Artículo 26.- Derogado por la Ley Nº 16.749 de 30 de mayo de 1996.
El texto original establecía: “El Banco Central del Uruguay podrá reglamentar y con-
trolar la organización y el funcionamiento de los mercados a término. La organización y
el funcionamiento de las bolsas de valores serán reglamentados por el Poder Ejecutivo con
asesoramiento del Banco Central del Uruguay”.
Capítulo VIII
DE LAS COOPERATIVAS DE AHORRO Y CRÉDITO
Artículo 28.- Las empresas comprendidas en esta ley que se organicen como
sociedades cooperativas se regirán además y en lo pertinente, por lo dispuesto
en los artículos 1º a 9º, inciso 1º y 14 de la ley 10.761, de 15 de agosto de 1946 no
rigiendo para estas cooperativas la prohibición establecida en el artículo 11 del
decreto de 5 de marzo de 1948.
Dichas sociedades gozarán del plazo de 24 meses para adecuarse a las dispo-
siciones de esta ley.
La prohibición establecida en el literal c) del artículo 18 de esta ley no se aplicará a
los socios que integren cargos de dirección, fiscalización o asesoramiento de las empresas
a que se refiere este artículo.
Capítulo IX
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Artículo 31.- El Poder Ejecutivo podrá fijar el plazo de que dispondrán las
casas bancarias en funcionamiento para adecuarse a lo establecido en el artícu-
lo 3º de esta ley o disolverse y liquidarse. Dicho plazo no podrá ser inferior a diez
años a partir de la vigencia de la presente ley.
Las casas bancarias que cambien de denominación o que se disuelvan y li-
quiden dentro del plazo de dos años a partir de la vigencia de la presente ley,
estarán exoneradas de los tributos que se generen a esos fines.
Igual exoneración gozarán las adjudicaciones de bienes que se hagan a los
socios o accionistas en pago de sus haberes dentro del plazo referido en el inciso
anterior.
Artículo 32.- Los recursos que integran el Fondo Especial de Garantías crea-
do por el artículo 9º de la ley 13.330, de 30 de abril de 1965, serán vertidos en la
cuenta Tesoro Nacional.
Artículo 33.- Las empresas comprendidas en el artículo 1º autorizadas a fun-
cionar con anterioridad a la fecha de promulgación de esta ley, deberán regu-
larizar las situaciones existentes que colidan con la prohibición establecida en
el literal c) del artículo 18 antes del 31 de diciembre de 1982. Dichos créditos, o
avales deberán ser convertidos a dólares americanos a la cotización cambiaria
establecida por el Banco Central del Uruguay al 27 de agosto de 1982, generando
la tasa media de interés del mercado de operaciones corrientes del crédito ban-
cario vigente a dicha fecha.
Capítulo X
DEROGACIONES
Artículo 34.- Deróganse las siguientes leyes: 9.756, de 10 de enero de 1938; 10.421,
de 16 de abril de 1943; 11.885, de 2 de diciembre de 1952; 12.373, de 15 de enero de
1957; 13.330, de 30 de abril de 1965; artículo 37 de la ley 13.608, de 8 de setiembre de
1967; artículo 82 de la ley 13.728, de 17 de diciembre de 1968, 13.988, de 19 de julio
de 1971 (salvo el inciso tercero de su artículo 2º en la redacción dada por el artículo 1º de
la ley 14.919, de 15 de agosto de 1979 y elartículo 6º, siempre que las cooperativas se
organicen de acuerdo con lo dispuesto por las leyes 13.988 o 10.761, de 15 de agosto de
1946); inciso segundo del literal E) del artículo 68 de la ley 14.306, de 29 de noviembre
de 1974 (Código Tributario); y 15.207, de 6 de noviembre de 1981.
Apéndice normativo 247
Capítulo XI
SITUACIÓN DE CRISIS EN LAS INSTITUCIONES FINANCIERAS
MEDIDAS PREVENTIVAS Y LIQUIDACIÓN ADMINISTRATIVA
Capítulo incorporado por la ley Nº 16.327 de 11 de noviembre de 1992
Artículo 35.- Será, además, función del Banco Central del Uruguay la adop-
ción de medidas preventivas que pueden llegar a la intervención o a la inmediata
suspensión de actividades de las instituciones comprendidas en el artículo 1º de
la presente ley, informando a la brevedad al Poder Ejecutivo. Para las actua-
ciones de esta índole podrá solicitar el auxilio de la fuerza pública, si ello fuere
necesario.
Artículo 36.- El Banco actuará como prestamista de última instancia res-
pecto de las instituciones de intermediación financiera y, en tal carácter, en los
términos y condiciones que el Directorio determine, podrá comprar, vender, des-
contar y redescontar a las instituciones de intermediación financiera:
a) Letras de cambio, vales y pagarés girados o ejecutados con fines comer-
ciales, industriales o agrícolas, que lleven dos o más firmas autorizadas, de las
cuales por lo menos una sea la de una institución de intermediación financiera y
que venzan dentro de los ciento ochenta días siguientes a la fecha de su adquisi-
ción por el Banco.
b) Letras de Tesorería u otros valores emitidos o garantizados por el Go-
bierno, que formen parte de una emisión pública y que venzan dentro de los tres-
cientos sesenta y cinco días siguientes a la fecha de su adquisición por el Banco.
c) Valores emitidos por el Banco Central del Uruguay.
La ley Nº 16.696 de 30 de marzo de 1995 dispone en su artículo 36: “(Préstamos de
última instancia). El Banco actuará como prestamista en casos extremos respecto de las
instituciones de intermediación financiera y, en tal carácter, en los términos y condiciones
que el Directorio determine por unanimidad de sus miembros podrá comprar, vender, des-
contar y redescontar a las instituciones de intermediación financiera:
A) Letras de cambio, vales y pagarés girados o ejecutados con fines comerciales, in-
dustriales o agrícolas, que lleven dos o más firmas autorizadas, de las cuales, por lo menos
una sea la de una institución de intermediación financiera y que venzan dentro de los
ciento ochenta días siguientes a la fecha de su adquisición por el Banco;
B) Letras de Tesorería u otros valores emitidos o garantizados por el Poder Ejecuti-
vo, que formen parte de una emisión pública y que venzan dentro de los trescientos sesenta
y cinco días siguientes a la fecha de su adquisición por el Banco;
C) Valores emitidos por el Banco Central del Uruguay.
Las operaciones referidas en el literal A) deberán contar con la garantía personal o
real, de solvencia comprobada, por parte del Banco asistido, y no podrán superar el monto
de su patrimonio neto”.
Las resoluciones consentidas o definitivas del Banco Central del Uruguay dictadas en
su calidad de liquidador por las cuales se liquiden créditos de las empresas en liquidación
contra terceros, constituirán título ejecutivo.
Artículo 16. El Banco Central del Uruguay, en su carácter de liquidador, podrá dispo-
ner que con activos y pasivos del intermediario en liquidación que a tal efecto determine, se
constituyan uno o más fondos de recuperación de patrimonios bancarios, que se regirán en
lo pertinente por la Ley N° 16.774, de 27 de setiembre de 1996 y su modificativa N° 17.202,
de 24 de setiembre de 1999.
Los fondos de recuperación de patrimonios bancarios estarán constituidos por el
aporte de créditos contra la sociedad en liquidación, invertidos en los créditos de la misma
sociedad contra terceros; no regirán a estos efectos los requisitos de homogeneidad o ana-
logía ni de garantía contenidos en el inciso primero del artículo 30 de la Ley N° 16.774,
de 27 de setiembre de 1996, en la redacción dada por el artículo 1° de la Ley N° 17.202, de
24 de setiembre de 1999. Los créditos contra la sociedad se transformarán en aportes al
fondo por su importe calculado con valor a la fecha de constitución del fondo de acuerdo a
lo pactado originariamente con la sociedad de intermediación, o en su caso de conformidad
con lo previsto en el artículo 19 de la presente ley, y sus titulares serán cuotapartistas del
patrimonio de afectación a prorrata de ese monto. Podrán emitirse cuotapartes de condo-
minio, de crédito o mixtas, según se establezca en el reglamento respectivo. Los deudores
de la sociedad de intermediación financiera pasarán a serlo del patrimonio de afectación
en las condiciones pactadas con la entidad en liquidación.
Los reglamentos de los fondos de recuperación de patrimonios bancarios podrán es-
tablecer los tipos de medios de pago o valores que los cuotapartistas recibirán en virtud de
sus cuotas.
El Banco Central del Uruguay publicará la constitución del fondo de recuperación en
el Diario Oficial y en dos diarios de circulación nacional. Con esa publicación, se entende-
rán transferidos al fondo de pleno derecho, en la fecha de la última publicación, todos los
derechos y obligaciones, sus títulos y garantías, que ya sea como aportes al fondo de recu-
peración o como el objeto de su inversión, resultaren de su constitución, transferencia que
se hará constar expresamente en todas las publicaciones; y desde ese momento, todas las
referencias documentales y registrales relativas a los derechos y obligaciones transferidos
al fondo de recuperación se entenderán hechas a éste.
La denominación del fondo de recuperación permitirá identificar su origen en las
operaciones de la institución intermediaria de la cual procede.
Los patrimonios de los fondos de recuperación de patrimonios bancarios no respon-
derán por las deudas de los cuotapartistas, de las sociedades administradoras o deposita-
rias, ni por las demás deudas de la sociedad de intermediación financiera en liquidación.
Artículo 17. El Banco Central del Uruguay podrá administrar por sí los fondos a que
refiere el artículo anterior, o encomendar esa administración o la de activos incluidos en el
fondo mediante un procedimiento competitivo a una institución bancaria, o a una de las
sociedades reguladas por los artículos 5° y siguientes de la Ley N° 16.774, de 27 de setiem-
bre de 1996. La remuneración de la entidad administradora será con cargo a los fondos
administrados; su monto se acordará con el Banco Central del Uruguay.
Al encomendarle la administración, el Banco Central del Uruguay determinará las
facultades de que el administrador del fondo estará investido para la mejor gestión y
recuperación de los créditos contra terceros, pudiendo incluir la de efectuar quitas y espe-
ras, renovar créditos y celebrar acuerdos de pago referidos a los créditos, y vender como
universalidades o formando parte de ellas activos o pasivos comprendidos en el fondo que
a tal efecto determine; debiendo adoptar la solución que en cada caso posibilite la mejor
recuperación en beneficio del fondo en atención a las circunstancias del caso.
Apéndice normativo 251
los acuerdos colectivos, en cuanto contengan capitalización de sus créditos, a los acreedores
a los que esté legal o reglamentariamente prohibido invertir en acciones de instituciones
de intermediación financiera.
Artículo 20. Declárase que la suspensión de actividades de las entidades de inter-
mediación financiera comprendidas en el artículo 1° del Decreto-Ley N° 15.322, de 17 de
setiembre de 1982 dispuesta por el Banco Central del Uruguay, tendrá por efecto la sus-
pensión de la exigibilidad de todos los créditos contra la entidad suspendida por todo el
plazo de duración de esta medida.
Artículo 21. En el ejercicio de sus facultades como liquidador, el Banco Central del
Uruguay tendrá presentes los privilegios de ciertos créditos legalmente establecidos y la
igualdad entre los acreedores de la misma categoría
No se entenderá por sí misma lesiva de la igualdad la determinación de categorías de
acreedores para incluirlas o no en fondos de recuperación de patrimonio bancarios, en el
alcance de acuerdos colectivos conforme al artículo 19 de la presente ley, o en universalida-
des transferidas a terceros, en tanto exista razonable equivalencia entre activos y pasivos
transferidos o la diferencia se compense con el precio incorporado a la masa o mediante
otra compensación, todo ello apreciado conforme a las reglas de contabilización y valora-
ción de activos y pasivos de las entidades de intermediación financiera del Banco Central
del Uruguay y, en su defecto, las demás generalmente admitidas”.
Capítulo XII
DE LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS QUE DESARROLLEN
ACTIVIDADES DE INTERMEDIACIÓN FINANCIERA
Artículo 44.- Dentro del término que fije la reglamentación, dichas socieda-
des deberán tener aprobadas por el Poder Ejecutivo las modificaciones estatuta-
rias necesarias para dar cumplimiento con lo establecido en la presente norma.
A tal efecto, estarán exoneradas del pago de todo tributo que se devengue por
dichos actos.
Artículo 45.- El Banco Central del Uruguay llevará un registro público de los
accionistas de las sociedades anónimas a que se refiere el artículo 43.
Las sociedades anónimas de intermediación financiera deberán declarar ante
el Banco Central del Uruguay quiénes son sus accionistas, para su inscripción
en el registro respectivo. Si los accionistas son a su vez sociedades por acciones,
Apéndice normativo 253
Capítulo XIII
–2–
BANCO CENTRAL DEL URUGUAY
Capítulo I
NATURALEZA JURIDICA, FINALIDADES,
DOMICILIO, REPRESENTACION
Artículo 1º.- (Naturaleza jurídica). El Banco Central del Uruguay, creado
por el artículo 196 de la Constitución de la República, es un Ente Autónomo y
dotado de autonomía técnica, administrativa y financiera en los términos de la
Constitución y de la presente Ley Orgánica, sus complementarias y modificati-
vas.
Cada vez que en la presente ley se use la expresión «Banco” se entenderá que
se alude al Ente público mencionado en este artículo.
[Texto dado por el art. 1º de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008].
1 El Banco Central del Uruguay, siguiendo el mandato dado por la ley Nº 18.401 ha elaborado un
texto ordenado de las normas de su carta orgánica, el cual se encuentra situado en la página
web de dicha institución. Esta presentación difiere con dicho texto ordenado. Para la misma se
ha buscado ser fiel a las derogaciones y sustituciones previstas por la ley, sin realizar ninguna
sistematización o ajuste que no surja de la voluntad expresa del legislador.
Apéndice normativo 255
Artículo 4º.- (Poderes Jurídicos). El Banco está facultado para realizar todos
los actos jurídicos y contraer todas las obligaciones conducentes al cumplimiento
de los cometidos que le asignan la Constitución de la República y la ley.
Artículo 5º.- (Representación). La representación del Banco y del Directorio
estará confiada al Presidente, asistido del Secretario General.
[Texto dado por el art. 1º de la ley 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Artículo 6º.- (Garantía del Estado). Todas las obligaciones del Banco goza-
rán de la garantía del Estado. El Banco estará exento de toda clase de tributos
nacionales, aun de aquellos previstos en leyes especiales, exceptuadas las contri-
buciones de seguridad social.
[Texto dado por el art. 5º de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Capítulo II
ATRIBUCIONES ESPECIALES
Artículo 7º.- (Atribuciones). Las atribuciones del Banco serán conducentes al
logro de las finalidades indicadas en el artículo 3º.
En tal sentido, el Banco:
A) Tendrá a su exclusivo cargo la emisión de billetes, acuñación de monedas
y retiro de circulación de billetes y monedas en todo el territorio de la República.
En lo que respecta a la acuñación de monedas se estará a lo dispuesto por el nu-
meral 10) del artículo 85 de la Constitución de la República;
B) Aplicará los instrumentos monetarios, cambiarios y crediticios que fue-
ren necesarios para cumplir las finalidades que le asigna el artículo 3º;
C) Actuará como asesor económico, banquero y representante financiero del
Gobierno;
D) Administrará las reservas internacionales del Estado;
E) Actuará como banquero de las instituciones de intermediación financie-
ra;
F) Podrá representar al Gobierno de la República en los organismos finan-
cieros internacionales y ejecutará las transacciones financieras relacionadas con
la participación del Estado en dichos organismos;
G) Regulará normativamente y supervisará la ejecución de aquellas reglas
por parte de entidades públicas y privadas que integran el sistema financiero.
A tal efecto, podrá autorizar o prohibir, en todo o en parte, operaciones en gene-
ral o en particular, así como fijar normas de prudencia, buena administración
o método de trabajo e informará, en el caso de las entidades públicas, al Poder
Ejecutivo, a sus efectos.
H) Promoverá y desarrollará la educación y la cultura económica y financiera.
[Texto dado por Ley Nº 18.996 de 7 de noviembre de 2012, artículo 334]
256 Ricardo Olivera García
Capítulo III
CAPITAL, UTILIDADES Y RESERVAS
Artículo 8º.- (Capital). El capital del Banco se fija en 5.000:000.000 UI (cinco mil
millones de unidades indexadas).
La diferencia entre esta suma y el patrimonio neto de la Institución, según su estado
de situación patrimonial a la fecha de entrada en vigor de la presente ley, será aportada
por el Poder Ejecutivo.
Por decisión unánime del Directorio del Banco y previa autorización del Poder Ejecu-
tivo podrán incorporarse al capital las reservas a que refiere el artículo siguiente.
En caso que el patrimonio del Banco cayera por debajo del monto establecido prece-
dentemente, el Poder Ejecutivo capitalizará al ente de acuerdo con un plan de capitaliza-
ción que informará al Parlamento no más allá del ejercicio siguiente.
[Texto dado por el art. 1º de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008. El inciso cuarto
está dado por la ley Nº 18.670 de 20 de julio de 2010].
Capítulo IV
GOBIERNO, ADMINISTRACION Y CONTROL
Artículo 11.- (Control de gastos y pagos). El Banco estará sujeto al control
constitucional del Tribunal de Cuentas, de conformidad con los artículos 211 y
siguientes de la Constitución de la República.
[Reubicado por disposición del art. 60 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Corresponde al Directorio:
A) Ejercer las atribuciones y hacer cumplir las funciones que la ley enco-
mienda al Banco;
B) Proyectar el Presupuesto de sueldos, gastos e inversiones conforme con
lo dispuesto en el artículo 221 de la Constitución de la República;
C) Proyectar las normas estatutarias relativas a los funcionarios del Banco,
de acuerdo con el artículo 63 de la Constitución de la República.
D) Designar, promover, trasladar, sancionar, y destituir al personal, respe-
tando las normas y garantías estatutarias, pudiendo realizar las contrataciones
que fueran necesarias;
E) Aprobar reglamentos, resoluciones y órdenes, a fin de hacer efectivas
las disposiciones de la presente ley y hacer posible el funcionamiento normal y
regular del Banco;
F) Delegar atribuciones por unanimidad de sus miembros y pudiendo avo-
car por mayoría simple los asuntos que fueron objeto de delegación.
[Texto del literal C) dado por el art. 5 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Artículo 14.- (Integración del Directorio). El Directorio del Banco estará in-
tegrado por tres miembros que serán designados conforme al artículo 187 de la
Constitución de la República, entre ciudadanos que, por sus antecedentes per-
sonales, profesionales y conocimiento de la materia, aseguren independencia de
criterio, eficiencia, objetividad e imparcialidad en su desempeño.
[Texto dado por el art. 1º de la ley Nº 18.670 de 20 de julio de 2010].
Capítulo V
POLITICA MONETARIA Y ADMINISTRACION DE RESERVA
Artículo 25.- (Mercado de dinero y de cambios).- El Banco regulará el funcio-
namiento del mercado de dinero y de cambios.
[Texto dado por el art. 5 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Artículo 26.- (Curso legal y Poder Cancelatorio). Los billetes emitidos y las
monedas acuñadas por el Banco tendrán curso legal en todo el territorio nacio-
nal.
El Poder Cancelatorio de esos billetes para toda clase de obligaciones en mo-
neda nacional no tendrá límite alguno. El Banco determinará el monto hasta el
cual tendrán pleno poder cancelatorio las monedas que acuñe.
Artículo 27.- (Otros instrumentos de política monetaria).- Corresponde al
Banco ejecutar la política monetaria en forma acorde con las finalidades enun-
ciadas en el artículo 3º de la presente ley, para lo cual podrá:
A) Realizar operaciones de mercado abierto en valores negociables de oferta
pública, sean públicos o privados.
B) Fijar los encajes mínimos que deberán mantener los bancos y otras insti-
tuciones receptoras de depósitos en el Banco Central en relación a sus depósitos
y otras obligaciones análogas, tanto en moneda nacional como extranjera, así
como los activos que podrán componerlos y demás condiciones pertinentes.
C) Comprar y vender moneda extranjera, metales preciosos y otros activos
financieros externos.
D) Aplicar mecanismos de descuentos, redescuentos, adelantos, repos y re-
pos revertidos, así como todo instrumento financiero conducente al logro de las
señaladas finalidades.
[Texto dado por el art. 5 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Capítulo VI
PRESTAMISTA DE ÚLTIMA INSTANCIA
[Título dado por el art. 6 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Capítulo VII
SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS FINANCIEROS
[Título dado por el art. 8 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Capítulo VIII
NORMAS DE SUPERVISIÓN UNIFICADA
[Título dado por el art. 12 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Artículo 36.- (Organización y funcionamiento de la supervisión).- Habrá una
Superintendencia de Servicios Financieros que estará a cargo de un Superin-
Apéndice normativo 263
Capítulo IX
RELACIONES CON EL PODER EJECITUVO
Y CON EL PODER LEGISLATIVO
[Título dado por el art. 3 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Capítulo X
CUENTAS Y ESTADOS CONTABLES
Artículo 51.- (Ejercicio Financiero). El ejercicio financiero del Banco coinci-
dirá con el año civil.
Artículo 52.- (Presentación del Presupuesto). El Presidente del Banco pre-
sentará a consideración del Directorio el Proyecto de presupuesto para el ejerci-
cio financiero siguiente, a mas tardar el 30 de junio de cada año.
Tras su aprobación por el Directorio, el Banco presentará el proyecto de pre-
supuesto al Poder Ejecutivo y al Tribunal de Cuentas, de conformidad con el
artículo 221 de la Constitución de la República.
Artículo 53.- (Estados contables anuales).- El Banco presentará al Poder
Ejecutivo el estado de situación patrimonial al cierre de cada ejercicio financiero
anual y el estado de resultados correspondiente a dicho ejercicio dentro de los
tres primeros meses del ejercicio siguiente, elaborados de acuerdo con criterios
técnicos adecuados a la naturaleza de un Banco Central, y acompañados de un
dictamen de auditoría externa.
Los mencionados estados contables serán publicados, de conformidad con lo
previsto en el artículo 191 de la Constitución de la República, una vez comunica-
dos al Poder Ejecutivo y visados por el Tribunal de Cuentas.
[Texto dado por el art. 5 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Capítulo XI
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 55.- (Emisión de valores, comisiones e intereses). El Banco también
estará facultado para:
A) Emitir valores en nombre y por cuenta propios;
B) Fijar y percibir comisiones por prestación de servicios;
C) Cobrar intereses por los créditos que otorga.
Artículo 56.- [Derogado por el art. 58 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de
2008].
Apéndice normativo 271
Artículo 57.- (Información con fines estadísticos). A los efectos del cumpli-
miento de la presente ley y en ejercicio de las funciones y cometidos conferidos
por la misma, el Banco podrá requerir, con carácter obligatorio y con fines es-
tadísticos, de cualquier individuo o persona jurídica, ya sea pública o privada,
toda la información que necesite para cumplir en debida forma sus funciones y
cometidos. Dicha información estará amparada por el secreto administrativo y
será estrictamente confidencial.
El Banco podrá aplicar multas a toda persona o entidad que no presente la
información legalmente requerida por el mismo, o que presente información in-
completa o inexacta. El monto de la multa oscilará entre 10.000 UI (diez mil
unidades indexadas) y 20.000 UI (veinte mil unidades indexadas), tratándose de
personas jurídicas, y será de 4.000 UI (cuatro mil unidades indexadas) en caso
de personas físicas. El pago de la multa no exonera de la obligación de presentar
la información solicitada.
[Texto del inciso 2 dado por el art. 5 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Capítulo XII
DISPOSICION TRANSITORIA Y ESPECIAL
Artículo 58.- (Estado de situación patrimonial).- El Banco elaborará un es-
tado de situación patrimonial al último día del mes de entrada en vigencia de la
presente ley, visado por el Tribunal de Cuentas, a fin de determinar el patrimo-
nio de la Institución a esa fecha.
[Texto dado por el art. 5 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de 2008]
Capítulo XIII
DEROGACIONES Y MODIFICACIONES
Artículo 59.- [Derogado por el art. 58 de la ley Nº 18.401 de 24 de octubre de
2008]
Artículo 60.- (Derogaciones). Deróganse expresamente las siguientes dispo-
siciones: artículo 12 de la Ley Nº 13.243, de 20 de febrero de 1964; artículo 29 de
la Ley Nº 13.608, de 8 de setiembre de 1967; artículo 483 de la Ley Nº 13.892,
de 19 de octubre de 1970, y en cuanto se refiere al Poder Ejecutivo se deroga el
artículo 131 de la Ley Nº 13.241, de 31 de enero de 1964, en la redacción dada por
el artículo 225 de la Ley Nº 13.320, de 28 de diciembre de 1964.
272 Ricardo Olivera García
–3–
FIDEICOMISO
Capítulo I
CONCEPTO Y PRINCIPIOS GENERALES
Artículo 1º. (Definición).- El fideicomiso es el negocio jurídico por medio del
cual se constituye la propiedad fiduciaria de un conjunto de derechos de pro-
piedad u otros derechos reales o personales que son transmitidos por el fidei-
comitente al fiduciario para que los administre o ejerza de conformidad con las
instrucciones contenidas en el fideicomiso, en beneficio de una persona (benefi-
ciario), que es designada en el mismo, y la restituya al cumplimiento del plazo o
condición al fideicomitente o la transmita al beneficiario.
Podrá haber pluralidad de fideicomitentes y de beneficiarios.
Artículo 2º. (Constitución).- El fideicomiso puede ser constituido por acto
entre vivos o por testamento.
El fideicomiso por acto entre vivos es un contrato innominado que deberá
otorgarse por escrito so pena de nulidad, cualquiera sea el objeto sobre el que
recaiga, requiriéndose la escritura pública en los casos en que dicha solemnidad
es exigida por la ley. La publicidad frente a terceros se regirá por lo dispuesto en
la ley de Registros Públicos.
El fideicomiso por acto entre vivos es título hábil para producir la transfe-
rencia de la propiedad o de la titularidad de los derechos reales o personales que
constituyen su objeto.
El fideicomiso testamentario podrá constituirse por testamento abierto o ce-
rrado. En el certificado sucesorio se hará constar la constitución de la propiedad
fiduciaria, debiendo inscribirse en los casos que así lo disponga la ley de Regis-
tros Públicos.
El fideicomiso testamentario confiere al fiduciario derecho personal a recla-
mar de los herederos la entrega de los bienes y derechos que constituyan su ob-
jeto, excepto en caso de recaer sobre una especie cierta. En tal caso, el fiduciario
adquiere la propiedad de la misma desde la muerte del causante, conforme a
los artículos 937 y 938 del Código Civil. El fiduciario heredero sucede conforme
a los principios generales.
Apéndice normativo 273
quien deberá enajenar los bienes que lo integren y entregará el producido a los
acreedores conforme al orden de privilegios previstos para la quiebra.
Si se tratase de fideicomiso financiero regirán en lo pertinente las normas de
los artículos 31 y 32 de la presente ley. En los casos de conflicto entre las partes
y si se tratare de fideicomiso financiero se recurrirá al proceso arbitral previsto
en los artículos 472 y siguientes del Código General del Proceso y si se tratase de
fideicomiso no financiero, se podrá recurrir al proceso arbitral citado o a la vía
judicial, siguiéndose el trámite del proceso extraordinario previsto en los artícu-
los 346y 347 del Código General del Proceso.
Artículo 9º. (Prohibiciones).- Quedan prohibidos, siendo absolutamente nu-
los:
• Los fideicomisos testamentarios en los que se designen diversos beneficiarios
en forma sucesiva, procediendo la sustitución a la muerte del beneficiario
anterior.
• El fideicomiso en el cual se designe beneficiario al fiduciario salvo en los casos
de fideicomiso en garantía constituidos a favor de una entidad de intermedia-
ción financiera.
Artículo 10.- Los fideicomisos testamentarios no afectarán el carácter intan-
gible de la legítima (artículo 894 del Código Civil), ni perjudicarán el derecho de
los restantes asignatarios forzosos.
Si se vulnerara el derecho de los legitimarios, del porcionero, o del beneficia-
rio de los derechos reales de habitación y de uso, el asignatario forzoso cuyo de-
recho fuera lesionado podrá ejercer la acción de reforma de testamento conforme
a los artículos 1006 y siguientes del Código Civil.
El heredero forzoso que fuera beneficiario de un fideicomiso por acto entre
vivos deberá colacionar el valor de los bienes que le hayan sido trasmitidos por fi-
deicomiso, excepto en caso de haber sido dispensado de colación (artículos 1100 y
siguientes del Código Civil). Respecto de los frutos rige el artículo 1111 del Có-
digo Civil.
Capítulo II
DEL FIDUCIARIO
Artículo 11. (Requisitos del Fiduciario).- Podrá ser fiduciario cualquier per-
sona física o jurídica. La persona física deberá tener la capacidad legal exigida
para ejercer el comercio.
Sin perjuicio de los requisitos establecidos para los fiduciarios de los fidei-
comisos financieros en el Capítulo IV de la presente ley, las entidades de in-
termediación financiera y los fiduciarios profesionales sólo podrán actuar como
fiduciarios en forma habitual y profesional.
Artículo 12. (Registro Público de Fiduciarios).- Créase en el Banco Central
del Uruguay un registro público de fiduciarios profesionales, personas físicas o
jurídicas. La información registrada en él será de libre acceso para cualquier
interesado. El funcionamiento del Registro y los mecanismos a través de los que
los fiduciarios darán cumplimiento a las obligaciones dispuestas por este artículo
276 Ricardo Olivera García
Capítulo III
DEL BENEFICIARIO
Artículo 23. (Beneficiario).- El acto constitutivo del fideicomiso, deberá de-
signar al beneficiario quien podrá ser una persona física o jurídica.
En caso de fideicomiso testamentario rigen los principios del Código Civil
(artículos 1038, 835, 841).
El beneficiario puede ser una persona futura que no exista al tiempo del otor-
gamiento del fideicomiso contractual, en cuyo caso deberá establecerse con pre-
cisión las características que permitan su identificación futura. El fideicomiso
contractual quedará en tal caso, sujeto a la condición suspensiva de existencia
de la persona beneficiaria y quedará sin efecto de no verificarse la misma dentro
del plazo del año a partir del otorgamiento.
Artículo 24. (Designación conjunta o sucesiva).- Se podrá designar dos o más
beneficiarios que gocen de sus derechos en forma conjunta o sucesiva, sin per-
juicio de lo dispuesto en el literal a) del artículo 9º de la presente ley. En caso de
Apéndice normativo 279
Capítulo IV
FIDEICOMISO FINANCIERO
Artículo 25. (Concepto).- El fideicomiso financiero es aquel negocio de fi-
deicomiso cuyos beneficiarios sean titulares de certificados de participación en
el dominio fiduciario, de títulos representativos de deuda garantizados con los
bienes que integran el fideicomiso, o de títulos mixtos que otorguen derechos de
crédito y derechos de participación sobre el remanente. Los certificados de par-
ticipación y títulos de deuda se regirán por el Decreto-Ley Nº 14.701, de 12 de
setiembre de 1977, en lo pertinente.
El fideicomiso financiero podrá constituirse por acto unilateral, en el cual
coincidan las personas del fideicomitente y del fiduciario, cuando se solicite au-
torización para ofrecer públicamente (artículo 28 de la presente ley) los certifica-
dos de participación, los títulos representativos de deudas o los títulos mixtos a
los que refiere el inciso precedente.
Artículo 26. (Fiduciarios).- Solamente podrán ser fiduciarios en un fideico-
miso financiero las entidades de intermediación financiera o las sociedades ad-
ministradoras de fondos de inversión. De acuerdo con los fideicomisos de que se
trate y las modalidades de sociedades fiduciarias, la reglamentación podrá auto-
rizar a estas últimas a actuar como fiduciarios en fideicomisos financieros. A los
efectos de la presente disposición, no regirá la limitación del objeto de las socie-
dades administradoras de fondos de inversión dispuesta por la Ley Nº 16.774, de
27 de setiembre de 1996. Las instituciones de intermediación financiera regidas
por el Decreto-Ley Nº 15.322, de 17 de setiembre de 1982, y sus modificativas, el
Banco de la República Oriental del Uruguay y el Banco Hipotecario del Uruguay,
podrán constituir o integrar, como accionistas, sociedades fiduciarias de acuerdo
con el régimen de la presente ley.
Artículo 27. (Títulos valores).- Los certificados de participación y títulos de
deuda serán considerados títulos valores.
Artículo 28. (Oferta pública).- La oferta pública de los certificados de partici-
pación, de los títulos de deuda y de los títulos mixtos a los que refiere el artículo
precedente se regirá por las disposiciones de la Ley Nº 16.749, de 30 de mayo de
1996.
Artículo 29. (Regulación y sanciones).- La reglamentación podrá dictar nor-
mas a las que deberán sujetarse el fideicomiso y los fiduciarios financieros. Tam-
280 Ricardo Olivera García
Capítulo V
DE LA EXTINCIÓN DEL FIDEICOMISO
Artículo 33. (Causas de extinción).- Serán causas de extinción del fideicomi-
so:
• El cumplimiento total de sus fines o la imposibilidad absoluta de cumplirlos.
• El cumplimiento del plazo o condición resolutoria a que se hubiese sometido.
En caso de no haberse dispuesto plazo alguno, el máximo legal será de 30
años. Toda condición resolutoria de que penda la restitución de los bienes
fideicomitidos que tarde más de treinta años en cumplirse, se tendrá por ve-
rificada llegado dicho plazo.
• El acuerdo entre fideicomitente y beneficiario, sin perjuicio de los derechos
del fiduciario.
• La cesación en el pago de sus obligaciones, salvo el caso del fideicomiso finan-
ciero.
• La revocación del fideicomitente si se hubiere reservado expresamente esa
facultad en el negocio de fideicomiso.
• Por resolución de la asamblea de tenedores de títulos de deuda, adoptada en
los términos y condiciones establecidas en el artículo 32 de la presente ley.
• Por muerte o incapacidad judicialmente declarada del fiduciario, salvo que en
el instrumento de constitución del fideicomiso se haya designado fiduciario
sustituto.
• Por cualquier otra causa establecida expresamente en el instrumento de fidei-
comiso.
Producida la extinción del fideicomiso, el fiduciario estará obligado a entregar
los bienes fideicomitidos al fideicomitente o a sus sucesores, salvo que otra cosa
se hubiera establecido en el negocio constitutivo. En el caso de cese del fiduciario
y si no se hubiere designado sustituto, dicha entrega operará de pleno derecho.
Queda excluida de esta situación el caso de terminación del fideicomiso por ce-
sación de pagos.
En ningún caso el fiduciario podrá adjudicarse, en forma definitiva, los bienes
recibidos en fideicomiso.
Artículo 34. (Derogación).- Se deroga el artículo 865 del Código Civil.
Artículo 35.- Sustitúyese el artículo 866 del Código Civil, que quedará redactado en
los siguientes términos:
• Serán nulas en la sustitución fideicomisaria las cláusulas que dispongan:
• Declarar inalienable todo o parte de la herencia.
• Llamar a un tercero al todo o parte de los que reste de la herencia al morir
el heredero.
• La que, sin cumplir los requisitos previstos por la ley de fideicomiso, tenga
por objeto dejar a uno el todo o parte de los bienes hereditarios, para que
282 Ricardo Olivera García
Capítulo VI
DISPOSICIONES TRIBUTARIAS
Artículo 36. (Sujeto Pasivo).- El fideicomiso será contribuyente de todos los
tributos que gravan a las sociedades personales, en tanto se verifiquen a su res-
pecto los restantes aspectos del hecho generador de los respectivos tributos.
El fideicomiso tendrá asimismo la calidad de responsable en iguales condicio-
nes que las sociedades personales, siempre que se cumplan las hipótesis que dan
origen a dicha responsabilidad.
Artículo 37. (Igualdad de tratamiento).- Los fideicomisos del exterior, que
no actúen en el país mediante sucursal, agencia o establecimiento, tendrán el
mismo tratamiento tributario que el aplicable a los fideicomisos locales.
Artículo 38. (Remuneración de los fiduciarios).- Los ingresos que obtengan
los fiduciarios como remuneración de su actividad tendrán el mismo tratamiento
tributario que el asignado a las Sociedades Administradoras de Fondos de In-
versión.
Artículo 39. (Fideicomisos financieros).- A los efectos de fomentar el crédito
destinado a la inversión, otórgase a los fideicomisos financieros cuyos certifica-
dos de participación en el dominio fiduciario, de deuda o títulos mixtos, se emitan
mediante oferta pública, los siguientes beneficios:
• Exoneración del Impuesto a las Trasmisiones Patrimoniales a la parte enaje-
nante y a la parte adquirente, por las transmisiones de bienes realizadas en
cumplimiento del fideicomiso.
• Exoneración de los Impuestos al Valor Agregado, de Contribución al Finan-
ciamiento de la Seguridad Social y Específico Interno, a las enajenaciones de
bienes y derechos realizadas en virtud del referido cumplimiento.
El Poder Ejecutivo establecerá la forma en que habrá de hacerse efectiva la
oferta pública a efectos de gozar de la exoneración y de lo dispuesto en el artícu-
lo 41 de la presente ley.
Artículo 40. (Fideicomisos financieros).- Los fideicomisos financieros cuyo
objeto específico de inversión consista en conjuntos homogéneos o análogos de de-
rechos de crédito cuya titularidad sea transferida al fideicomiso, tendrán el tra-
tamiento tributario establecido para los fondos de inversión cerrados de crédito.
El Poder Ejecutivo podrá fijar tasas diferenciales del Impuesto a los Activos
de las Empresas Bancarias en relación a aquellos créditos que no hubieran esta-
do gravados por dicho impuesto antes de su cesión al fideicomiso.
Artículo 41. (Certificados de participación y títulos de deuda).- Los certifica-
dos de participación y títulos de deuda emitidos mediante oferta pública, tendrán
a efectos fiscales el mismo tratamiento respectivamente que las acciones que
cotizan en Bolsa y que las obligaciones emitidas mediante suscripción pública y
cotización bursátil.
Apéndice normativo 283
–4–
CRÉDITO DE USO (LEASING)
Capítulo I
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1º.- El crédito de uso es el contrato de crédito por el cual una insti-
tución financiera se obliga frente al usuario a permitirle la utilización de un bien
por un plazo determinado y el usuario se obliga a pagar por esa utilización un
precio en dinero abonable periódicamente.
Podrá pactarse, en favor del usuario, una opción irrevocable de compra del
bien al vencimiento del plazo y mediante el pago de un precio final.
Sin perjuicio de esa opción de compra, podrá también pactarse en favor del
usuario, la opción irrevocable de prorrogar el plazo de contrato por uno o más
períodos determinados y por un nuevo precio que también se estipulará en el
contrato.
Asimismo podrá convenirse que finalizado el plazo del contrato o el de la
opción de prórroga, en su caso, y si el usuario no tuviere la opción de compra, el
bien será vendido por la institución acreditante en remate público y al mejor pos-
tor, correspondiendo al usuario el excedente que se obtuviera por sobre el precio
final estipulado y obligándose al usuario a abonar a la institución acreditante la
diferencia si el precio obtenido en el remate fuera el menor.
[Texto dado por Ley Nº 16.205 de 6 de setiembre de 1991]
Capítulo II
DE LAS OBLIGACIONES DE LA INSTITUCIÓN FINANCIERA
Artículo 12.- La institución acreditante está obligada:
• A entregar la cosa, si es de su propiedad, o a adquirir la cosa al proveedor
acordado y en las condiciones estipuladas en el contrato:
• A notificar fehacientemente al proveedor, al celebrar el contrato de compra-
venta, la existencia del contrato de crédito de uso;
• A no turbar o embarazar al usuario en la utilización del bien objeto del con-
trato.
Artículo 13.- El contrato en el caso previsto en el literal a) del artículo 2º de
la presente ley, se extinguirá sin responsabilidad para ninguna de las partes si el
proveedor indicado por el usuario no consiente la venta del bien a la institución
acreditante, en las condiciones acordadas en el contrato.
Esta disposición no será aplicable:
• Si así se pactare expresamente;
• Si el usuario cede al acreditante, en el momento del contrato, una propuesta
firme de venta otorgada por el proveedor.
Artículo 14.- Por la notificación fehaciente de la existencia del contrato de
crédito de uso realizada por la institución acreditante al proveedor, quedarán
Apéndice normativo 287
Capítulo III
DE LAS OBLIGACIONES DEL USUARIO
Artículo 20.- El usuario está obligado:
• A usar de la cosa según los términos del contrato;
• A emplear en su conservación, el cuidado de un buen padre de familia;
• A pagar el precio periódico;
• A pagar el precio final o, en su caso, devolver el bien.
Artículo 21.- No podrá el usuario destinar la cosa a otros objetos que los
convenidos, o a falta de convención expresa, a aquellos a que la cosa es natural-
mente destinada o que deben presumirse de las circunstancias del contrato o de
la costumbre del país.
Si el usuario contraviniere esta regla, podrá la institución acreditante recla-
mar la rescisión del contrato con indemnización de daños y perjuicios, o limitarse
a esta indemnización dejando subsistir el contrato.
Artículo 22.- Si el usuario no usare de la cosa como un buen padre de familia,
responderá de los daños y perjuicios, y aún tendrá derecho la institución acre-
ditante para demandar la rescisión del contrato en caso de un grave y culpable
descuido.
Artículo 23.- Lo dispuesto en los artículos anteriores no tendrá lugar se el
usuario ejerce la opción de compra pactada para la terminación del contrato y
paga las cuotas pendientes y el precio final, con el descuento racional compuesto
previsto en el inciso tercero del artículo 30 de la presente ley.
Artículo 24.- El mantenimiento y todas las reparaciones de cualquier natu-
raleza que deban realizarse en la cosa durante su utilización por el usuario serán
de cargo de éste, sin perjuicio de las acciones que en virtud del artículo 14 pue-
dan corresponderle contra el proveedor, y sin perjuicio también de lo dispuesto
por el inciso segundo del artículo 19 de la presente ley.
Salvo pacto en contrario, todas las mejoras que se realicen en la cosa por el
usuario durante el contrato, beneficiarán a la institución acreditante, pero se
considerarán comprendidas en las opciones del artículo 1º de la presente ley, sin
derecho a compensación para ninguna de las partes.
Artículo 25.- El usuario deberá pagar el precio periódico estipulado, aunque
durante el contrato la cosa fuese destruida en su totalidad o sólo en parte o se
deteriora, por caso fortuito, fuerza mayor o hecho de un tercero que no se preten-
da derecho a la cosa.
Apéndice normativo 289
Lo mismo ocurrirá si por caso fortuito, fuerza mayor o hecho de un tercero que
no pretenda derecho a la cosa el usuario es obligado a no usar o gozar de la cosa,
o ésta no puede servir para el destino convenido.
Artículo 26.- Cuando por culpa del usuario se rescinde el contrato, la ins-
titución acreditante podrá optar entre el reclamarle el pago de todo el precio
periódico por el tiempo transcurrido y el que falte para cumplirse el término pac-
tado más el precio final, abonando el bien en beneficio del usuario; o recuperar
el bien reclamando al usuario el precio periódico devengado hasta la fecha de la
devolución efectiva con más los intereses moratorios y una multa que no podrá
exceder del cincuenta por ciento del monto de las cuotas periódicas por el tiempo
que falte para cumplirse el término pactado. En ambos casos, podrá reclamar
también la indemnización de los daños y perjuicios que el incumplimiento del
usuario le haya ocasionado.
Artículo 27.- La restitución forzada de la cosa por falta de pago de las cuotas
periódicas estipuladas, no podrá requerirse sino cuando el usuario cayere en
mora en el pago de dos cuotas consecutivas, si fueren por períodos no mayores de
un mes y de una cuota en los demás casos.
[Texto dado por el art. 22 de la Ley Nº 16.906 de 7 de enero de 1998]
Capítulo IV
NORMAS PROCESALES
Artículo 31.- La institución acreditante tendrá acción ejecutiva para perse-
guir el cobro de las cuotas periódicas vencidas, sus intereses y multas; así como
el de todo el precio periódico pactado y del precio final si optare por hacer aban-
dono del bien conforme con lo dispuesto en el artículo 26 de la presente ley.
La acción de daños y perjuicios reclamados por cualquiera de las partes se
sustanciarán en juicio ordinario.
Artículo 32.- El procedimiento para obtener la restitución forzada en los ca-
sos previstos en los artículos 27 y 29 de la presente ley, será el del proceso de
entrega de la cosa. Sólo serán admitidas como excepciones: la de falsedad del
instrumento en que se funda la acción; la falta de algunos de los requisitos esen-
ciales para la validez de los contratos; pago o compensación de crédito líquido y
exigible que se prueben por escritura pública o por documento privado emanado
del actor; prescripción; caducidad; espera o quita concedidas por el demandante
que se prueben por escritura pública o por documento privado emanado del actor
y la excepción de haberse ejercido válidamente alguna de las opciones previstas
por el artículo 29 de la presente ley. Las excepciones inadmisibles serán rechaza-
das sin sustanciación (artículo 355.2 del Código General del Proceso).
Si los escritos en que se deduzcan las excepciones no van acompañados de los
documentos probatorios respectivos, se procederá conforme a lo dispuesto en el
artículo 355.2 del Código General del Proceso.
[Texto dado por el art. 23 de la Ley Nº 16.906 de 7 de enero de 1998]
medida deberán decretarse por el Juez y no admitirán recurso alguno aún cuan-
do se hubieran opuesto excepciones admisibles.
[Texto dado por Ley Nº 16.205 de 6 de setiembre de 1991]
Capítulo V
NORMAS PENALES
Artículo 36.- El usuario que haga abandono de los bienes objeto del contrato
ocasionando un perjuicio económico a la institución acreditante será castigado
con pena de tres a veinticuatro meses de prisión.
El usuario que se apropie de los bienes objeto del contrato disponiendo de
ellos en su provecho o en el de un tercero, será castigado con doce meses de pri-
sión a cuatro años de penitenciaría.
Artículo 37.- Además de la responsabilidad penal por las conductas descritas
en el artículo anterior, el usuario será responsable civilmente, haciéndose exigi-
bles sus obligaciones contractuales.
Capítulo VI
NORMAS TRIBUTARIAS
Artículo 38.- Los contratos de crédito de uso estarán sujetos al régimen tri-
butario que se establece en los artículos siguientes y a las demás disposiciones
vigentes que no se opongan al mismo.
Artículo 39.- Los contratos de crédito de uso tendrán el tratamiento tribu-
tario que se establece en el artículo 41 de la presente ley, en cuanto cumplan
cualquiera de las siguientes condiciones:
• Cuando se pacte en favor del usuario una opción irrevocable de compra me-
diante el pago de un valor final cuyo monto sea inferior al 75% (setenta y cinco
por ciento) del valor del bien que haya sido amortizado en el plazo del contra-
to. A tales efectos la comparación se realizará en la forma que se establece en
el artículo siguiente;
292 Ricardo Olivera García
• Cuando se pacte en favor del usuario una opción irrevocable de compra sin
pago de valor final;
• Cuando se pacte, que, finalizado el plazo del contrato o de la prórroga en su
caso, si el usuario no tuviera o no ejerciera la opción de compra, el bien deba
ser vendido y el usuario soportara la pérdida o percibiera el beneficio que re-
sulte de comparar el precio de la venta con el valor residual.
Artículo 40.- La comparación a que refiere el literal a) del artículo 39 de la
presente ley se realizará teniendo en cuenta lo que se dispone a continuación:
• Por valor del bien se entenderá el costo de adquisición del bien elegido por el
usuario que la institución acreditante se obliga adquirir a un proveedor de-
terminado. En el caso de un bien que a la fecha del contrato sea propiedad del
usuario, y se pactare simultáneamente su venta a la institución acreditante,
por valor del bien se entenderá el precio pactado. En el caso de bienes que a
la fecha del contrato sean propiedad de la institución acreditante, adquiridos
para la defensa o la recuperación de sus créditos, por valor del bien se enten-
derá el que resulte de su tasación por persona idónea. La Dirección General
Impositiva podrá impugnar dicha tasación;
• El valor final se actualizará, a la fecha del contrato, a la tasa de interés que
se hubiere pactado. En caso de no haberse estipulado la tasa, se calculará
en base a la última publicada de acuerdo a lo dispuesto por el inciso cuarto
del artículo 15 de la ley 14.095, de 17 de noviembre de 1972, en la redacción
dada por el decreto ley 14.887, de 27 de abril de 1979;
• La amortización a considerar será la normal atendiendo a la vida útil proba-
ble del bien con exclusión de cualquier régimen de amortización acelerada.
Artículo 41.- En los casos mencionados en el artículo 39 las instituciones
acreditantes tendrán, a todos los efectos fiscales, el siguiente tratamiento:
• No computarán dentro de su activo fijo los bienes objeto del contrato;
• El monto actualizado de las prestaciones a recibir, incluso el de la opción de
compra, constituirá activo computable fiscalmente. El monto de las prestacio-
nes previstas en el contrato se actualizará a la tasa de interés que se hubiere
pactado. En caso de no haberse estipulado la tasa, se calculará en base a la
última publicada de acuerdo a lo dispuesto por el inciso cuarto del artículo 15
de la ley 14.095, de 17 de noviembre de 1972, en la redacción dada por el de-
creto ley 14.887, de 27 de abril de 1979;
• La ganancia bruta a los efectos de la liquidación del Impuesto a la Renta de la
Industria y el Comercio estará constituida por la diferencia entre las presta-
ciones totales y la amortización financiera de la colocación al término de cada
ejercicio, sin perjuicio de computar también las diferencias de cotización, si la
operación estuviese pactada en moneda extranjera y los reajustes de precio si
la operación estuviere pactada en moneda nacional reajustable.
Artículo 42.- En los casos en que no se verifique ninguna de las condiciones
del artículo 39 de la presente ley, las instituciones acreditantes de los contratos
de crédito de uso tendrán, a todos los efectos fiscales, el siguiente tratamiento:
• Computarán dentro de su activo fijo los bienes objeto del contrato;
Apéndice normativo 293
• Dichos bienes podrán amortizarse en el plazo del contrato siempre que éste no
sea inferior a tres años. En los casos en que exista opción de compra, el valor a
amortizar será la diferencia entre el valor del bien para la institución acredi-
tante y el valor final (precio de la opción), actualizado, ajustada la diferencia,
con el índice revaluación que corresponda;
• La ganancia bruta a los efectos de la liquidación del impuesto a la Renta de
la Industria y el Comercio, estará constituida por las contraprestaciones de-
vengadas en cada ejercicio, sin perjuicio de computar también las diferencias
de cotización si la operación estuviere pactada en moneda extranjera y los
reajustes de precios, si la operación estuviere pactada en moneda reajustable.
Artículo 43.- Los usuarios de bienes en que se verifique alguna de las condi-
ciones indicadas en el artículo 39 de la presente ley, tendrán a todos los efectos
fiscales, el siguiente tratamiento:
• Computarán en su activo fijo los bienes objeto del contrato. El costo será de-
terminado en base a los criterios establecidos en el literal a) del artículo 40 de
la presente ley;
• Los pagos a realizar, incluso el de la opción de compra, disminuidos en los
intereses a devengar en los ejercicios siguientes constituirán pasivo computa-
ble;
• Los intereses devengados se incluirán en los gastos financieros sin perjuicio
de computar también las diferencias de cotización, si la operación estuviere
pactada en moneda extranjera y los reajustes de precios en su caso.
Artículo 44.- En los casos en que no se verifique ninguna de las condiciones
del artículo 39 de la presente ley, los usuarios computarán como gasto del ejerci-
cio, las contraprestaciones devengadas en el mismo. Cuando haya opción de com-
pra y ésta se ejerza, el usuario computará el bien en su activo fijo, considerando
como costo el precio de la opción.
Artículo 45.- Las contraprestaciones resultantes de contratos de crédito de
uso, estarán exoneradas del Impuesto al Valor Agregado, siempre que se cum-
plan simultáneamente las siguientes condiciones:
A) Que el contrato tenga un plazo no menor a tres años.
B) Que los bienes objeto del contrato no sean vehículos no utilitarios, ni bienes
muebles destinados a la casa-habitación.
C) Que el usuario sea sujeto pasivo del Impuesto a las Rentas de la Industria
y Comercio, Impuesto a las Rentas Agropecuarias o Impuesto a la Enajenación
de Bienes Agropecuarios.
En caso de que no se cumpla alguna de las condiciones establecidas en los
apartados anteriores, el Impuesto al Valor Agregado se aplicará sobre la amor-
tización financiera de la colocación, salvo que el bien objeto de la operación se
encuentre exonerado por otras disposiciones.
La diferencia entre las prestaciones pactadas y la amortización financiera
de la colocación y los reajustes de precio estarán exentos del Impuesto al Valor
Agregado, salvo que la operación estuviera pactada con quien no sea sujeto pa-
294 Ricardo Olivera García
sivo del Impuesto a las Rentas de la Industria y Comercio, del Impuesto a las
Rentas Agropecuarias o del Impuesto a la Enajenación de Bienes Agropecuarios.
[Texto dado por el art. 20 de la Ley Nº 16.906 de 7 de enero de 1998]
Capítulo VII
DISPOSICIONES FINALES
Artículo 50.- A los efectos del contrato de crédito de uso, no regirá la prohi-
bición de adquirir propiedades raíces establecida en el numeral 3º del artículo 27
de la ley 9.808, de 2 de enero de 1939 (Carta Orgánica del Banco de la Repú-
blica Oriental del Uruguay), en la redacción dada por el artículo 2º del decreto
ley 14.623, de 4 de enero de 1977, ni la de tener bienes inmuebles establecida en
el artículo 18 literal e) del decreto ley 15.322, de 17 de setiembre de 1982.
Apéndice normativo 295
–5–
FACTORAJE (FACTORING)
Capítulo V
FACTORAJE («FACTORING»)
Artículo 45. (Factoraje; «factoring»).- El presente Título consiste en adquirir
créditos provenientes de ventas de bienes muebles, de prestación de servicios o
de realización de obras otorgando anticipos sobre tales créditos y asumiendo o
no sus riesgos. La expresada actividad podrá ser complementada con servicios
como los de la gestión de cobro de los créditos o la asistencia técnica, comercial
o administrativa a los cedentes de los créditos aquí referidos. Los créditos deben
provenir del giro habitual de los cedentes.
En los contratos de factoraje será válida la cláusula por la que se pacte la
cesión global, de parte o de todos los créditos del cedente, tanto existentes como
futuros. En este último caso se requerirá que tales créditos futuros sean deter-
minables. También podrá convenirse que el acuerdo de cesión de los créditos
futuros a favor de la empresa de factoraje sea título suficiente de trasmisión.
[Texto dado por el artículo 1º de la Ley Nº 17.202 de 24 de setiembre de 1999]
Plan de la obra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
–I–
REGULACIÓN Y CONTROL DEL SISTEMA
DE INTERMEDIACIÓN FINANCIERA
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1. Concepto de intermediación financiera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.2. Intermediación o mediación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.3. Habitualidad y profesionalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1.4. Oferta y demanda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1.5. Instrumentos financieros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
1.6. El crédito en el concepto de intermediación financiera . . . . . . . . . 14
2. Entidades comprendidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
2.1. Régimen de la Ley de Intermediación Financiera . . . . . . . . . . . . . 15
2.2. La regulación del Banco Central . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
2.2.1. Los bancos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
2.2.2. Las casas financieras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
2.2.3. Las empresas de intermediación financiera externa . . . . . . 17
2.2.4. Las cooperativas de intermediación financiera . . . . . . . . . . 17
2.2.5. Las empresas administradoras de consorcios . . . . . . . . . . . 17
2.2.6. Los mediadores financieros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
3. Banca “off-shore” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
3.1. Concepto y caracteres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
3.2. Origen y desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
3.3. Regulación de la banca “off-shore” en el Uruguay . . . . . . . . . . . . . 19
4. Instalación y fusión de entidades de intermediación financiera . . . . . 21
4.1. Instalación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
4.1.1. Autorización para funcionar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
4.1.2. Procedimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
4.1.3. Obligaciones posteriores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
298 Ricardo Olivera García
– II –
BODAS DE PLATA DE LA LEY DE INTERMEDIACIÓN FINANCIERA
1. El contexto de la aprobación de la LIF . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
2. El proceso de aprobación de la LIF . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
3. Principales caracteres de la LIF . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
a) La regulación en torno al concepto de intermediación financiera 80
b) Se reabre la posibilidad de constitución de bancos bajo el control
de legalidad y de mérito del Poder Ejecutivo . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
c) Consolidación de la situación de las casas bancarias . . . . . . . . . . 81
d) Flexibilización de la potestad regulatoria del BCU . . . . . . . . . . . . 82
e) La banca off-shore como símbolo de una plaza financiera interna-
cional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
f) La regulación del secreto bancario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
g) Ausencia de normas sobre crisis bancarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
4. La primera gran reforma: la ley Nº 16.327 de 1992 . . . . . . . . . . . . . . . 86
a) Asesoramiento vinculante y habilitación del BCU . . . . . . . . . . . . 87
b) Medidas preventivas de las situaciones de crisis . . . . . . . . . . . . . . 88
c) Liquidación administrativa de las entidades financieras . . . . . . . 89
d) Irresponsabilidad del Estado por el incumplimiento de las entida-
des financieras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
e) Forma de organización y transferencia de acciones . . . . . . . . . . . 92
f) Ampliación de la capacidad operativa de las cooperativas de inter-
mediación financiera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
5. La Carta orgánica del Banco Central del Uruguay . . . . . . . . . . . . . . . 92
6. La crisis financiera del 2002 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
7. La segunda gran reforma: la ley Nº 17.613 de 2002 (LRSB) . . . . . . . . 98
a) Fortalecimiento del sistema financiero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
b) Regulación integral de la liquidación de entidades bancarias . . . 100
c) Régimen especial de liquidación de las entidades suspendidas . 102
d) Garantía de los depósitos bancarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
8. Una asignatura pendiente: la revisión de la LIF . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
a) La definición del concepto de intermediación financiera . . . . . . . . 105
b) La participación de los bancos en otros agentes financieros . . . . . 106
c) La participación de los bancos en los mercados de capitales . . . . 108
d) El dilema del secreto bancario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
Índice 301
– III –
CONTRATOS BANCARIOS
1. Concepto de actividad bancaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
1.1. Concepto clásico de actividad bancaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
1.2. La crisis del modelo bancario tradicional: la desintermediación
financiera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
2. Regulación de la actividad bancaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
2.1. Concepto de intermediación financiera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
2.2. Regulación de la actividad de intermediación financiera . . . . . . . 117
2.3. Categorías de instituciones de intermediación financiera . . . . . . 119
2.4. Secreto bancario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
2.5. Regulación de las situaciones de crisis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
3. Concepto y caracteres de los contratos bancarios . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
3.1. Adecuación a la realidad de los negocios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
3.2. Relación intuitu personae . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
3.3. Contratos en masa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
3.4. Contratos de adhesión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
3.5. Contratos profesionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
3.6. Confidencialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
3.7. Contratación electrónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
3.8. Regulación de la contratación bancaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
4. Clasificación de los contratos bancarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
4.1. Operaciones de intermediación en crédito dinerario . . . . . . . . . . . 126
4.2. Operaciones de intermediación en el crédito de firma . . . . . . . . . 127
4.3. Operaciones de servicios financieros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
5. Contratos que instrumentan operaciones de intermediación en el cré-
dito dinerario pasivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
5.1. Depósito bancario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
5.2. Certificados de depósito bancario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
5.3. Emisión de obligaciones negociables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
5.4. Notas de crédito hipotecarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
5.5. Reporto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
5.6. Redescuento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
5.7. Obligaciones subordinadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
6. Contratos que instrumentan operaciones de intermediación en el cré-
dito dinerario activas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
6.1. Préstamo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
6.2. Apertura de crédito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
6.3. Descuento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
6.4. Sobregiros en cuenta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
6.5. Leasing o crédito de uso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
6.6. Factoring o factoraje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
6.7. Emisión de tarjetas de crédito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
302 Ricardo Olivera García
– IV –
EL FIDEICOMISO A LOS 10 AÑOS DE VIGENCIA
DE LA LEY Nº 17.703
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
2. ¿Qué es el fideicomiso? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
3. Modalidades de fideicomiso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
4. Algunos ejemplos de negocios de fideicomiso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
5. Origen del fideicomiso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
6. El trust anglosajón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158
7. Fideicomiso y negocio fiduciario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
8. Concepto legal de fideicomiso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
9. Constitución del fideicomiso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
10. Objeto del fideicomiso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162
11. Propiedad fiduciaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
12. Estatuto jurídico de los sujetos intervinientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
12.1. El Fideicomitente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
12.2. El Fiduciario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166
12.3. El Beneficiario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
13. Fideicomiso financiero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
14. Securitización de créditos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
15. Cesión y transferencia de créditos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
16. Insuficiencia patrimonial del fideicomiso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
17. Valoración de una década de fideicomisos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176
–V–
EL CONTRATO DE LEASING
EN EL PROYECTO DE CÓDIGO CIVIL ARGENTINO
Una visión desde la experiencia uruguaya
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
2. El negocio de leasing . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
Índice 303
– VI –
CONTRATO FIDUCIARIO EN EL PROYECTO
DE CÓDIGO COMERCIAL BRASILEÑO:
REFLEXIONES DESDE EL DERECHO COMPARADO
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
2. Origen del instituto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202
3. El trust angloamericano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204
4. Del negocio fiduciario a la segregación patrimonial . . . . . . . . . . . . . . . 204
5. El concepto de “contrato fiduciário” en el Proyecto brasileño . . . . . . . 206
6. Régimen jurídico del contrato fiduciario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
7. El patrimonio fiduciario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211
8. El administrador del patrimonio fiduciario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213
9. El fideicomiso financiero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
10. Reflexión final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
– VII –
CONTRATOS DE FINANCIAMIENTO EMPRESARIAL
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
2. Contratos de financiamiento de capital de trabajo (Pasivos corrientes) 220
2.1. Crédito de proveedores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 220
2.2. Financiamiento bancario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
2.3. Factoring o factoraje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222
2.4. Warrants . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
3. Contratos de financiamiento a largo plazo (Pasivos no corrientes) . . . 224
3.1. Préstamos bancarios de largo plazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224
3.2. Leasing o crédito de uso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225
3.3. Securitización de activos (fideicomiso financiero) . . . . . . . . . . . . . 226
3.4. Emisión de obligaciones negociables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228
4. Contratos de financiamiento con recursos patrimoniales . . . . . . . . . . 229
5. Reflexión final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230
304 Ricardo Olivera García
– VIII –
APÉNDICE NORMATIVO
1. INTERMEDIACIÓN FINANCIERA
Decreto-ley Nº 15.322, de 17 de setiembre de 1982, regula la interme-
diación financiera (anotada) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231
2. BANCO CENTRAL DEL URUGUAY
Ley Nº 16.696, de 30 de marzo de 1995, Carta Orgánica del Banco
Central del Uruguay (anotada) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254
3. FIDEICOMISO
Ley N° 17.703, de 27 de octubre de 2003, sobre Fideicomiso . . . . . . . . 272
4. CRÉDITO DE USO (LEASING)
Ley Nº 16.072, de 9 de octubre de 1989, regula el contrato de crédito de
uso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 284
5. FACTORAJE (FACTORING)
Ley Nº 16.774, de 27 de setiembre de 1996, regula el contrato de facto-
raje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 296