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Los rabinos más generosos del tiempo de Jesús, hablaban de perdonar las
ofensas hasta cuatro veces. Pedro se siente mucho más generoso y añade otras
tres. Siete era ya un número que indicaba plenitud, pero Jesús quiere dejar muy
claro que no es suficiente, porque todavía supone que se lleva cuenta de las
ofensas.
La enseñanza que Jesús utiliza es sobre deudas monetarias, pero esta ilustración
la usa Jesús para enseñar que la persona debe perdonar a quien le ofende, para
que también recibas perdón de Dios. Principalmente la enseñanza es para los
seguidores de Jesús, para los cristianos que quieren seguir a Jesucristo
obedeciendo sus enseñanzas y siendo como él.
Pero más aún si ese cristiano quien ha recibido misericordia de Dios, permanece
en ese pecado sin hacer misericordia al prójimo y sin perdonarlo y llega a morir
así, se encontrara con la triste realidad de que aún y habiendo nacido de nuevo, si
el cristiano muere sin perdonar a otro, es decir si el cristiano muere en pecado
habiendo podido decidir perdonar al prójimo, entonces el cristiano está por su
propia decisión en pecado y si le llega la muerte sin tiempo para arrepentirse y
perdonar entonces va al infierno.
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Es decir que si el cristiano muere en el pecado de no haber perdonado las ofensas
recibidas de su prójimo, entonces el cristiano prefiere no perdonar a otro, y
prefiere conservar ese pecado y conservarse en ese pecado y le llega la muerte
sorpresivamente entonces ese cristiano tiene que pagar por si mismo las ofensas
que Dios no le puede perdonar, las ofensas cometidas contra Dios se llaman
pecado y se pagan recibiendo el justo y merecido castigo de ser torturado por
siempre en el lago de fuego y azufre.
Así que si como cristiano que has creído en Jesús y que has nacido de nuevo por
el poder del Espíritu Santo, decides no perdonar sus ofensas a tu prójimo y así
jugar y arriesgar tu eternidad, por hacerle caso a un predicador que te “asegure” y
te “certifique” que no puedes perder la salvación de ninguna manera, entonces
harás mal, porque tal predicador no estará para defenderte ni salvarte en el día de
tu jucio, mejor hazle caso a Jesús que si sabe del tema de salvación, de vida
eterna y de entrar al cielo, y obedece a Jesús y perdona sus ofensas a tu prójimo
que te ofendió.
Así como en la parábola el que no perdonó al otro fue entregado a los verdugos
para que pagase todo lo que debía, dice Jesús que así hará Dios con los que no
perdonen al prójimo sus ofensas.
Dios es amor y por lo tanto es también perdón. No tiene que hacer ningún acto
para perdonar; está siempre perdonando. Su amor es siempre perdón porque
llega a nosotros sin merecerlo.
Gálatas 6:7-10
8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que
siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
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9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no
desmayamos.
Por eso se puede decir, aunque de manera impropia, que Dios nos perdona en
la medida que nosotros perdonamos.
y si se arrepintiere, perdónale.
Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti,
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3-3