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Quisiera comenzar haciéndoles una pregunta: ¿cómo eran sus exámenes de filosofía en el

colegio, o aún cómo han sido en la Universidad? Por mi parte, las evaluaciones de filosofía que
evaluaron mi aprendizaje en el colegio constaban de preguntas concretas de memoria, la
mayoría de las veces de selección múltiple, acerca del pensamiento de los filósofos más
representativos de la historia, su biografía y sus grandes hallazgos o aportes a la humanidad.
Menos mal que tengo muy buena memoria y nunca perdí un examen de filosofía, sin embargo,
si me preguntan si aprendí la respuesta sería NO, yo diría que cerca del 80% de lo que una vez
memorice se me ha olvidado totalmente. Esto nos lleva a cuestionarnos ¿Cómo un simple
examen puede evaluar mi aprendizaje o conocimiento? ¿Será que la metodología que
usualmente se usa es la incorrecta, o será que de por si la evaluación es incorrecta?

AUGUSTO SALAZAR BONDY en su libro la “Didáctica de la Filosofía” habla sobre cómo debería
ser la evaluación del aprendizaje de la filosofía. Él menciona que esta evaluación debe estar
determinada con los objetivos evaluaciones. Esto me lleva a pensar que como profesor es
necesario preguntarse cuál es el propósito de la clase, por qué estoy enseñando. Si la
respuesta es para ejercitar la memoria pues yo diría que lo mejor seria un examen de
conceptos de selección múltiple. Ahora sí, la respuesta es desarrollar el pensamiento, el
criterio propio, ahí si se tendría que buscar una metodología diferente, que sea más acertada.

Para Salazar la evaluación del aprendizaje filosófico más completo y acertada se logra por el
juicio que el profesor forme del trabajo del alumno a lo largo del semestre o del año. Es decir,
una evaluación de su ritmo de progreso educativo. Sin embargo, ¿será que es posible para un
profesor tener un trato directo con 30, 50 estudiantes? No creo, por un lado, esto es muy
difícil y por el otro el sistema educativo nunca lo permitiría. Por esto es por lo que Salazar
propone 3 tipos de pruebas de control: el examen oral, el examen escrito tipo ensayo y las
pruebas objetivas y mixtas.

En cuanto, al examen oral se considera como una interrogación múltiple para refrescar
conocimientos o motivar al planteo de nuevas tesis. Él menciona que en esta prueba se deben
realizar preguntas estrictas y bien determinadas, no se debe centrarse en un solo tema, sino
que se deben abordar varios temas que se relacionen entre sí. Además, el profesor debe dejar
un lapso de tiempo para que el alumno piense e indague antes de responder.

Si bien, esto es útil para explorar la habilidad reflexiva y la capacidad argumentativa del
alumno, una desventaja que ve Salazar en este tipo de prueba, y de la cual estoy totalmente
de acuerdo, es el impacto emocional que esto genera en el alumno. ¿Cuántos no nos hemos
bloqueado totalmente en un examen oral y terminamos diciendo barbaridades, aun cuando la
respuesta está en nuestra mente?

La segunda prueba: el examen escrito tipo ensayo. Esto se trata de una composición escrita en
la que se desarrolla uno o más temas filosóficos. El alumno dispone de ciertos temas reflexivos
y con su conocimiento previo del tema puede desarrollar su pensamiento critico y argumentar.

Este tipo de prueba, a comparación del examen oral le permite al alumno un análisis mas
pausado y sereno del tema, facilitando así sus respuestas y argumentos mas detallados. Sin
embargo, para aquellos que no se les da lo de escribir o tienen problemas con el manejo del
lenguaje y escritura puede ser un obstáculo. Personalmente, este es mi favorito, pienso que es
una oportunidad para centrar todo lo aprendido en clase y desarrollar una posición final acerca
del tema.
Y por último, las pruebas objetivas y mixtas. Estos tipos de exámenes tienen varias clases de
preguntas: están las de selección múltiple, respuesta alternativa, apareamiento, etc.

Salazar menciona que, al contrario de lo que muchos creen, y entre esos me incluyo, las
pruebas de este estilo pueden ser una herramienta muy útil a la hora de evaluar el aprendizaje
filosófico. Sin embargo, la clave está en tres reglas importantes:

1. Que se le asigne el mayor puntaje a aquellas preguntas que no puedan ser respondidas
solo con la memorización de conceptos.
2. Se debe adicionar ítems con preguntas abiertas que permitan el pensamiento crítico.
3. La prueba debe ser una mezcla de todo, es decir, no se puede centrar en un solo tipo
de pregunta.

Lo bueno de estas pruebas es su fácil aplicabilidad a grupos numerosos y la posibilidad de


eliminar fluctuaciones de criterio.

Salazar termina mencionando que la exactitud y eficacia de cualquiera de estos tipos de


pruebas dependen mucho del juicio y practica de cada profesor.

De esta forma, es posible responder las preguntas que nos hicimos al principio: Primero ¿Un
imple examen puede evaluar mi aprendizaje o conocimiento? Bueno, hay muchas
metodologías para realizar pruebas de control en el camino, sin embargo, considero que mi
aprendizaje no se evalúa netamente por una nota de un examen.

Y ¿Será que la metodología que usualmente se usa es la incorrecta, o será que de por si la
evaluación es incorrecta? Que la evaluación es necesaria, el sistema educativo lo pide y hasta
cierto punto como estudiantes esperamos una evaluación por parte del profesor, sin embargo,
es necesario que los profesores repiensen la forma en la que están evaluando y utilicen nuevas
metodologías más eficaces, de acuerdo con los objetivos de la asignatura.

Ahora los invito a que ustedes también respondan estas preguntas.

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