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La
transición
silenciosa
(La
Menopausia,
mi
esposa
y
yo.)
Compartiendo
nuestras
intimidades
No
es
frecuente
hablar
del
tema,
nos
da
pena…
sin
embargo,
callar
no
ayuda
a
nadie,
por
lo
que
decidimos
hablar
abiertamente
de
nosotros
y
lo
que
nos
pasa,
esperando
que
podamos
abrir
el
tema
y
la
mente
a
esta
realidad
con
la
que
muchos
adultos
jóvenes
vivimos
ó
estamos
por
vivir.
Gricelda
&Alejandro
Gomez
01/08/2008
2
La
transición
silenciosa
(La
menopausia,
mi
esposa
y
yo.)
Gricelda
y
Alejandro
Gómez,
Consultoría
No
es
un
tema
de
mujeres,
realmente
nos
afecta
a
ambos.
En
nosotros
es
más
difícil
de
aceptar
que
suceda
y
de
hecho
sabemos
menos
que
las
mujeres
al
respecto.
Es
así
cuando
de
sexualidad
trata,
somos
muy
“machos”
para
aceptar
que
no
sabemos
y
pagamos
cara
la
ignorancia.
El
tema
es
un
tanto
difícil,
su
abordaje
es
espinoso,
las
mujeres
necesitan
saber
de
ello
pero
hay
un
gran
temor
a
preguntar,
aún
su
Ginecólogo/a.
Según
parece,
hablar
del
tema
implica
aceptar
que
ya
se
está
en
esa
etapa,
y
eso
es
para
muchas
mujeres…
inaceptable!
Pero
la
menopausia
es
parte
de
nuestra
realidad
y
esta
no
se
puede
ni
debe
pretender
ocultar.
Mi
esposa
es
Médico
y
ahora
tiene
51,
han
pasado
ya
unos
cuatro
años
desde
que
dejó
de
menstruar
con
regularidad
y
empezó
su
paso
por
su
nueva
etapa.
Para
ella
empezó
con
algunas
molestias
leves
entonces,
y
al
igual
que
muchas
personas,
hombres
y
mujeres
por
igual,
pensé
que
solo
sería
algo
pasajero
y
que
cesaría
con
el
cese
de
sus
períodos
(cuanta
ignorancia
la
mía).
Pero
no
fue
así,
las
incomodidades
no
cesaron
con
la
desaparición
de
la
menstruación.
Durante
un
viaje
tuve
el
acierto
de
aprender
un
poco
más
sobre
el
tema
y
eso
sumado
a
la
vivencia,
es
lo
que
deseo
compartir.
La
menopausia
también
me
alcanzó,
no
solo
a
mi,
de
hecho
afecta
a
todo
el
grupo
familiar,
es
decir
no
es
una
situación
que
afecta
solo
a
la
mujer!
Si
eso
es
así,
es
importante
aprender
que
es,
cuales
son
sus
manifestaciones
y
de
que
manera
hemos
de
interactuar
como
grupo
familiar.
Es
necesario
destacar
que
además
de
que
las
mujeres
se
cuidan
de
no
hablar
abiertamente
sobre
el
tema,
también
existe
mucha
ignorancia
aún
entre
médicos,
los
que
serían
los
llamados
a
informar
a
sus
pacientes
sobre
esta
transición.
Pero
no
es
así.
Es
una
etapa
de
cambios
sobre
los
cuales,
al
igual
que
en
la
adolescencia,
se
nos
debería
alertar
de
lo
que
está
por
empezar
más
allá
de
los
cambios
fisiológicos,
como
sucederá
y
de
que
manera
afectará.
Pero
ese
rol
no
lo
toma
ninguna
especialidad
médica,
corresponde
al
campo
de
la
psicología,
salvo
por
el
hecho
que
en
nuestro
medio
no
es
práctica
frecuente
visitar
al
Psicólogo,
a
menos
que
sea
por
referencia.
Esta
es
una
responsabilidad
que
debería
sumir
el
Ginecólogo,
abriendo
su
mente
a
oír
y
orientar
a
sus
pacientes
más
allá
de
la
consulta
tradicional.
En
los
hombres
se
llama
andropausia,
y
es
mala
palabra.
Es
una
palabra
que
no
se
dice,
es
sinónimo
de
envejecimiento,
impotencia
para
muchos,
de
calificativos
de
“viejo
verde”,
para
muchas,
crisis
de
los
40´s
y
tantos
otros
calificativos
que
denotan
que
entramos
en
esa
etapa.
Ya
somos
“viejos”.
A
diferencia
de
las
mujeres,
en
los
hombres
no
hay
signos
claros,
como
el
cese
de
las
menstruaciones,
para
marcar
dicha
transición.
Ambos,
sin
embargo,
están
caracterizados
por
una
caída
en
los
niveles
hormonales.
El
estrógeno
en
la
mujer
y
la
testosterona
en
el
hombre.
Los
cambios
en
el
cuerpo
Gricelda
y
Alejandro
Gómez,
alexgo@navegante.com.sv,
Agosto
2008
3
ocurren
muy
gradualmente
en
el
hombre
y
se
acompañan
de
cambios
de
actitud
y
estado
de
ánimo,
perdemos
el
cabello,
acumulamos
grasa
abdominal,
hay
cansancio,
pérdida
de
energía,
impulso
sexual
y
agilidad
física,
acompañados
de
otros
como
perdida
del
cabello
y
grasa
abdominal.
Estos
cambios
suceden
desde
los
40
hasta
los
55
años
y
TODOS
pasamos
por
ellos.
La
"transición"
del
hombre
puede
ser
mucho
más
gradual
y
extenderse
durante
década.
En
la
mujer
los
cambios
fisiológicos
inician
con
las
irregularidades
en
el
ciclo
que
pueden
incluir
sangrado
fuerte,
con
mayor
duración
que
lo
normal,
con
mayor
frecuencia
que
tres
semanas,
sangrado
entre
períodos.
Las
manifestaciones
en
algunas
mujeres
pueden
empezar
tan
temprano
como
desde
los
30
como
perimenopausia,
ó
cuando
una
mujer
se
somete
a
quimioterapia,
aunque
la
mayoría
de
las
mujeres
alcanzan
esta
etapa
de
sus
vidas
entre
los
45
‐59
años.
Es
necesario
primero
establecer
que
hay
tres
etapas
muy
diferenciadas
en
la
vida
de
una
mujer,
y
aunque
parezca
simplista
y
por
facilidad
de
comprensión,
la
vamos
a
dividir
en:
• la
etapa
de
preparación
para
la
procreación,
• la
etapa
de
la
procreación
propiamente
dicha,
y
• la
etapa
de
la
cesación
de
la
procreación.
Estas
son
etapas
que
duran
varios
años,
la
primera
se
inicia
en
la
pre
adolescencia
y
adolescencia
(desde
los
12‐
13
años)
y
termina
al
alcanzar
la
madurez
sexual
(hasta
los
22‐
24
años),
la
segunda
dura
desde
los
22‐
24
hasta
los
40‐
42
una
etapa
de
vida
reproductiva,
y
la
tercera
desde
los
42‐45
cuando
cesa
la
vida
fértil,
hasta
la
tercera
edad.
Estos
lapsos
de
tiempo
varían
de
mujer
a
mujer
(no
hay
dos
iguales,
gracias
a
Dios!).
Algunos
especialistas
(Ginecólogos
principalmente)
refieren
que
una
mujer
en
esta
etapa
necesitará
cuidados
diferentes
y
mayor
atención
psicológica,
exámenes
de
mama,
densitometría
ósea,
papanicolau,
triglicéridos
y
colesterol,
control
de
su
tensión
arterial,
detección
temprana
de
trastornos
del
azúcar
y
una
dieta
diferente
entre
otros,
mucho
afecto
de
los
que
le
rodean
y
mucha
comprensión
de
su
pareja.
A
nosotros
corresponde
visitar
al
Urólogo,
una
visita
que
si
no
es
por
referencia,
no
la
hacemos,
le
tenemos
PAVOR
al
tacto
rectal
(orgullo
malentendido?),
que
después
de
los
40,
es
mandatario.
La
caída
de
testosterona
representa
un
riesgo
de
otros
problemas
de
salud,
como
cardiopatías
o
huesos
frágiles,
el
cáncer
de
próstata
y
otras
afecciones
se
vuelven
frecuentes.
A
esto
se
suma
estilos
de
vida
de
riesgo
que
aumentan
nuestra
posibilidad
de
cercarnos
prematuramente
a
las
enfermedades
crónicas.
El
tabaquismo
es
un
riesgo,
como
lo
es
el
alcoholismo
y
nuestra
afición
por
la
comida
con
Gricelda
y
Alejandro
Gómez,
alexgo@navegante.com.sv,
Agosto
2008
4
grasa.
Esta
última
es
también
factor
de
riesgo
de
afecciones
cardíacas
y
diabetes,
para
mencionar
solo
un
ejemplo.
El
hombre
al
igual
que
la
mujer,
requerirá
en
esta
etapa
visitas
mas
frecuentes
al
médico,
exámenes
de
laboratorio
para
controlar
su
tensión
arterial,
glucosa
y
triglicéridos,
y
otros
a
los
que
siempre
rehuyó.
Es
necesario
asegurar
que
todos
los
sistemas
funcionan
bien.
Recordemos
que
nuestro
organismo
después
de
los
“enta”
está
más
propenso
a
sufrir
deterioro
y
fallas,
sean
cardíacas,
renales,
gástricas,
respiratorias,
biliares,
y
por
supuesto
y
no
menos
importantes,
las
sexuales.
Síntomas de la menopausia
En
las
mujeres
los
“calores”
y
el
consecuente
enrojecimiento
de
la
cara
son
quizá
los
síntomas
más
“visibles”
de
la
menopausia.
Los
calores
pueden
comenzar
4
años
antes
de
que
finalice
la
menstruación,
pero
continúan
por
varios
años
más
después
del
cese
de
la
menstruación.
Los
calores
son
ondas
repentinas
de
calor
del
cuerpo,
generalmente
en
la
cara
o
el
pecho.
Pueden
ser
acompañados
de
palpitaciones,
transpiración,
frialdades
o
sudoración
nocturna.
Los
calores
causan
cambios
en
el
control
de
la
temperatura
del
cuerpo.
La
sudoración
puede
ser
profusa,
aún
en
un
ambiente
de
aire
acondicionado
(por
cierto
los
antitranspirantes
están
contraindicados).
Hay
casos
de
mujeres
que
conocemos,
quienes
atraviesan
por
períodos
depresivos
en
esta
etapa,
asociados
en
algunos
casos
a
la
sensación
de
pérdida
de
sus
atributos
y
belleza
que
caracterizó
los
años
de
la
juventud,
es
la
etapa
del
consumismo
desesperado
por
cremas
rejuvenecedoras,
vitamina
E,
aplicaciones
milagrosas
de
“botox”,
“liftings”
y
otros
productos
que
buscan
“retener”
lo
que
fuese
la
belleza
de
la
juventud.
Hay
un
interés
particular
por
el
gimnasio
y
las
dietas,
que
buscan
recuperar
la
figura,
es
la
necesidad
de
preservar
el
atractivo
físico,
natural
tanto
en
hombres
como
en
mujeres.
Síntomas de la andropausia.
Al
igual
que
las
mujeres
cada
hombre
es
diferente,
por
lo
que
hay
variantes
entre
unos
y
otros,
los
principales
y
más
frecuentes
síntomas
que
se
presentan
incluyen:
La
debilidad
general,
el
cansancio,
falta
de
apetito,
insomnio,
irritabilidad,
desasosiego
e
incluso
una
tendencia
a
la
depresión,
dificultades
de
concentración,
disminución
del
deseo
sexual,
requiere
de
Gricelda
y
Alejandro
Gómez,
alexgo@navegante.com.sv,
Agosto
2008
5
más
tiempo
para
lograr
la
erección
y
necesita
más
estimulación
directa
para
lograrlo,
disminución
del
tamaño
testicular,
disminución
de
la
movilidad
espermática
entre
las
edades
de
50
y
80
años
,
las
erecciones
se
vuelven
menos
firmes
,
los
testículos
se
elevan
sólo
parcialmente
y
lo
hacen
con
mayor
lentitud
que
en
los
hombres
jóvenes,
se
reduce
la
cantidad
de
semen
y
disminuye
la
intensidad
de
la
eyaculación,
se
presenta
una
menor
necesidad
de
eyacular,
se
prolonga
el
periodo
refractario,
es
decir,
se
alarga
el
tiempo
posterior
al
coito
en
el
que
el
hombre
es
incapaz
de
lograr
una
nueva
erección,
se
pierde
el
rubor
sexual
de
la
piel
y
se
reduce
la
tensión
muscular
durante
la
excitación
sexual.
Es
importante
también
aclarar
que
al
igual
que
en
la
mujer,
hay
otras
causas
coincidentes
a
esta
edad,
que
tienen
que
ver
con
la
situación
económica,
estabilidad
laboral
y
la
propia
autoestima,
que
pueden
influir
y
acompañar
esta
transición.
Después
de
los
60
años,
estos
síntomas
incluyen:
disminución
progresiva
de
la
función
testicular
(Hipogonadismo),
disminución
de
la
calidad
del
semen;
disminuye
la
capacidad
reproductiva,
descenso
progresivo
de
la
testosterona,
cambios
al
orinar(más
o
menos
frecuente)
así
como
el
volumen
de
orina,
cambios
en
el
metabolismo,
ginecomastia
(crecimiento
de
la
mamas),
perdida
de
la
masa
muscular
y
aumento
mayor
de
la
grasa
abdominal,
la
masa
ósea
se
reduce
y
puede
aparecer
la
osteoporosis,
erecciones
menos
frecuentes
y
mayor
tiempo
entre
una
erección
y
otra,
mayor
necesidad
de
estímulos
físicos
(requiere
de
más
caricias)
y
la
excitación
requiere
de
más
tiempo
para
producir
efecto,
menor
volumen
y
proyección
de
la
eyaculación,
orgasmo
menos
intenso
y
de
menor
duración;
aunque
se
reportan
como
muy
satisfactorios
y
hasta
en
edades
superiores
a
los
90
años.
Como
podemos
observar,
somos
seriamente
afectados
por
esta
etapa
de
cambios,
no
pienso
que
manos
que
las
mujeres,
aunque
las
manifestaciones
puedan
ser
menos
incómodas,
con
la
diferencia
que
por
un
lado
no
hablamos
de
ello
y
por
el
otro
pretendemos
que
no
nos
sucede,
y
que
solo
le
sucede
a
las
mujeres,
(orgullo
ó
cobardía?).
La relación de pareja
Gricelda
y
Alejandro
Gómez,
alexgo@navegante.com.sv,
Agosto
2008
6
La
mujer
no
está
exenta
de
esta
realidad,
como
cualquier
ser
humano
necesita
de
reconocimiento
y
afecto,
cuando
el
hombre
no
le
brinda
estas
atenciones,
en
ese
momento
abre
la
puerta
a
que
alguien
más
llene
estos
espacios...
y
los
mismo
sucede
con
el
hombre.
Aunque
esto
puede
suceder
tanto
en
hombres
como
en
mujeres,
me
refiero
a
nosotros
por
el
permisivo
machismo
de
nuestra
realidad,
y
al
respecto,
Federico
Hernández,
un
brillante
escritor
nuestro,
escribió
en
uno
de
sus
artículos
refiriéndose
a
la
falsa
percepción
que
tenemos
de
la
hombría:
"Tenemos
ojos
para
ver
lo
correcto,
mi
amigo.
Y
lo
correcto,
en
este
caso,
es
considerar
la
dignidad
de
la
persona
que
tenemos
enfrente,
con
independencia
de
su
sexo
o
sus
intenciones.
No
somos
los
varones
más
completos
porque
irrespetemos
más
mujeres
con
nuestras
miradas.
Somos
hombres
en
la
medida
en
que
sabemos
respetar,
en
primer
lugar,
a
la
esposa
que
tenemos
aguardándonos
en
casa".
En
el
hombre
se
presenta
en
esta
misma
etapa
(algunas
veces
antes)
la
impotencia.
Este
es
un
fenómeno
multicausal,
un
momento
en
la
vida
en
que
el
hombres
comienza
a
cuestionar
sus
valores,
logros
y
el
rumbo
de
su
vida.
Muchos
hombres
necesitan
reafirmar
su
valía,
su
autoestima
baja
y
necesitan
reforzarla,
hay
cambio
de
ropa
y
estilo
de
vestir,
búsqueda
de
experiencias
con
mujeres
más
jóvenes
que
le
reafirmen
que
NO
está
“tan”
viejo,
retoma
el
gimnasio
para
mejorar
su
apariencia
física
que
ya
no
es
ni
joven
ni
atlética.
El
hombre
busca
oportunidades
para
llegar
tarde
del
trabajo
y
salir
sin
razón
aparente,
es
decir
busca
escapar
de
su
realidad.
La
conducta
infantil,
irresponsable
se
vuelve
recurrente.
Estabilidad
Es
una
etapa
peligrosa
para
la
estabilidad
de
la
relación
de
pareja
y
es
necesario
reparar
en
ello,
hay
que
reforzar
valores
y
afecto.
Es
necesario
comprender
que
la
vida
de
pareja
entra
en
otra
etapa,
y
que
si
bien
es
cierto
que
no
se
puede
volver
el
reloj
atrás,
si
se
le
puede
dar
cuerda
nuevamente.
La
tercera
edad
que
es
la
que
nos
espera,
siempre
será
mejor
si
lo
hacemos
en
pareja,
para
entonces
los
hijos
ya
se
habrán
ido
y
hay
que
invertir
en
esta
relación.
En
esta
etapa
de
nuestras
vidas,
(y
no
me
refiero
a
la
menopausia
propiamente
dicha,
sino
más
bien
a
la
edad
en
las
que
ésta
se
presenta)
impacta
ver
como
parejas
amigas,
quienes
han
convivido
por
muchos
años,
han
crecido
hijos
y
ya
tienen
nietos,
a
estas
alturas
de
sus
vidas
se
separan…
es
triste,
pero
muy
real,
parecería
que
su
relación
se
mantuvo
por
los
compromisos
y
apariencias,
y
al
quedar
el
“nido”
solo,
también
la
relación
que
no
tenía
buenas
bases
y
sustento,
se
rompe.
Esta
documentado
que
en
muchos
casos
la
depresión
se
relaciona
más
con
las
circunstancias
que
con
la
menopausia
ó
andropausia
mismas.
Pero
no
es
solo
la
parte
fisiológica,
que
es
individual
tanto
en
el
hombre
como
en
la
mujer,
sino
que
hay
un
componente
del
cual
todos
en
el
grupo
familiar
somos
parte,
el
componente
anímico
familiar.
Hay
una
serie
de
formas
de
conducta
que
se
vuelven
manifiestos
con
depresión
é
irritabilidad,
principalmente,
que
son
los
más
visibles
y
de
los
que
algunas
veces
en
tono
de
burla,
hacemos
referencia
cuando
nos
quejamos
de
que
es
una
conducta
“menopáusica”.
Lo
decimos
fácil,
pero
no
lo
es
para
quien
pasa
por
ese
momento.
De
hecho
es
un
proceso
de
cambios
muy
difícil
al
cual
se
enfrenta
principalmente
una
mujer,
y
en
la
mayor
parte
de
veces,
solitaria,
desconociendo
sobre
sus
cambios
y
peor
aún,
siendo
incomprendida.
Es
el
equivalente
de
la
etapa
de
la
adolescencia,
también
una
etapa
de
cambios
bruscos
y
poco
acceso
a
la
correcta
información.
Gricelda
y
Alejandro
Gómez,
alexgo@navegante.com.sv,
Agosto
2008
7
Mi
esposa
se
queja
aún
del
calor,
cuando
la
temperatura
ambiente
es
agradable
ó
aún
un
poco
fría,
y,
por
supuesto,
“descuadra”,
como
le
dicen
mis
hijas.
Lo
manejamos
diferente
ahora,
ella
ha
aceptado
su
realidad
y
cuando
enrojece
le
hacemos
chiste
y
todos
reímos
de
buena
gana.
La terapia de reemplazo
Para
la
mujer
existen
otras
luchas
secretas
sobre
las
que
tampoco
se
comenta,
en
el
caso
de
mi
esposa,
una
de
ellas
es
evitar
caer
en
la
tentación
de
las
terapias
de
reemplazo,
esto
es
tratamientos
remendados
para
compensar
la
deficiencia
hormonal
de
esta
etapa,
pero
asociada
al
desarrollo
de
diferentes
tipos
de
cáncer.
No
hay
que
olvidar
que
la
menopausia
es
una
etapa
natural,
no
es
una
enfermedad.
Las
terapias
de
reemplazo
surgen
como
una
alternativa
para
palear
ó
disminuir
el
impacto
de
algunos
síntomas
por
su
incomodidad,
pero
esto
no
significa
que
sea
lo
más
adecuado.
Los
laboratorios
farmacéuticos
ven
un
creciente
mercado
donde
vender
sus
productos
para
“ayudar”
a
la
mujer
a
sobrellevar
de
mejor
manera
sus
días
durante
la
menopausia;
pero
no
hay
que
perder
de
vista
que
debe
privar
la
objetividad
en
la
necesidad
de
prescripción
de
estas
terapias
de
reemplazo.
La
mayor
parte
de
las
mujeres
debería
recibir
información
de
su
Ginecólogo,
que
es
quien
sabe
sobre
esta
etapa
de
cambios,
saber
que
esperar
y
a
que
atenerse,
más
que
recibir
recetas
para
tal
ó
cual
medicamento,
que
a
la
larga
solo
le
pondría
en
riesgo
de
alguna
forma
de
cáncer
que
no
necesita.
Decisiones
informadas.
Mi
esposa
encontró
que
el
ejercicio,
las
frutas
y
vegetales
el
balance
de
carnes
y
lácteos,
leche
descremada
y
otros
suplementos
con
calcio,
son
sus
mejores
amigos,
ha
podido
sobrellevar
así
sus
“achaques”
como
algunas
les
llaman,
de
mejor
manera
sin
llegar
a
las
terapias
medicamentosas
a
base
de
sustitución
hormonal
ó
terapia
de
reemplazo.
Hizo
algo
mejor,
me
llevó
al
gimnasio
y
compartimos
así
un
momento
para
ir
a
“sufrir”
mis
deslices
con
las
pupusas
y
hablar
mientras
tanto
sobre
nuestro
día.
Es
un
hábito
sano
y
agradable,
arreglamos
muchas
cosas
mientras
caminamos
en
la
banda.
Esto
ayuda
a
mantener
su
equilibrio
hormonal
y
a
preservar
fuerza
ósea,
al
tiempo
que
nos
mantiene
interesados
el
uno
en
el
otro.
Compartir
tiempo,
ejercicio
y
experiencias.
La
otra
versión
En
el
caso
del
hombre,
los
productos
farmacéuticos
que
más
venden
a
una
creciente
clientela
son
los
del
tipo
de
la
milagrosa
pastilla
azul
(“sildenalfil”)
y
esto
no
porque
la
disfunción
eréctil
sea
la
única
manifestación
ó
la
más
importante,
sino
porque
es
la
que
más
impacta
al
mercado
masculino,
la
virilidad
es
importante
y
aunque
el
hombre
pueda
descuidar
otras
áreas
de
su
salud,
como
sus
exámenes
periódicos,
el
gimnasio
y
la
dieta,
esta
no
la
descuidaría.
Gricelda
y
Alejandro
Gómez,
alexgo@navegante.com.sv,
Agosto
2008
8
Otras preocupaciones
Hay
otros
factores
que
influyen
en
ambos
sexos
y
que
tienen
que
ver
con
percepciones,
uno
de
ellos
tiene
que
ver
con
la
estabilidad
laboral,
la
estabilidad
económica
y
la
jubilación.
En
esta
etapa
de
nuestras
vidas,
la
pérdida
del
trabajo
tiene
un
impacto
serio
en
nuestra
percepción
de
nuestra
capacidad
productiva
en
un
sistema
que
está
en
busca
de
talentos
jóvenes
y
que
no
tiene
reparos
para
apartar
a
quienes
superamos
los
“enta”.
En
el
hombre
afecta
y
su
auto
estima
se
ve
gravemente
dañada;
pero
en
la
mujer,
quien
es
cabeza
de
hogar
por
lo
general,
el
impacto
es
mucho
mayor.
En
otros
casos,
pueden
afectar
los
eventos
coincidentes,
como
los
cuidados
de
parientes
mayores,
jubilación,
divorcio
o
viudez,
los
niños
creciendo
y
dejando
el
“nido”
ocurren
alrededor
del
periodo
de
menopausia,
los
que
son
factores
coincidentes
más
que
consecuencias
pueden
tener
en
la
estabilidad
emocional
y
salud
mental
de
la
pareja.
El
hablar
con
otras
parejas
que
están
atravesando
la
misma
etapa
de
menopausia/
andropausia,
puede
ayudar
con
síntomas
emocionales.
Hablar
abiertamente
del
tema
ayuda
a
quien
lo
hace,
hable
con
otros
hombres
y
mujeres,
ayude
así
a
otras
personas
que
lo
necesitan
y
que
seguramente
no
tomaran
la
iniciativa.
“Hacerse viejo es natural, sentirse viejo es opcional”
Gricelda y Alejandro Gómez, alexgo@navegante.com.sv, Agosto 2008