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Los principios rectores en los que se fundamenta la auditoría para el Mejoramiento de la Calidad
de la Atención en Salud son:
Promoción del Autocontrol: La auditoría debe contribuir para que cada individuo adquiera las
destrezas y la disciplina necesarias para dar solución oportuna y adecuada a los problemas que se
puedan presentar en su ámbito de acción.
Enfoque Preventivo: La auditoría busca prever, advertir e informar sobre los problemas actuales y
potenciales que se constituyen en obstáculos para que los procesos conduzcan a los resultados
esperados.
Sencillez: Las acciones y mecanismos utilizados en la auditoría deben ser claramente entendibles y
fácilmente aplicables para que cada miembro de la organización pueda realizar, en forma efectiva,
las actividades que le corresponden dentro de estos procesos.
Validez: Los resultados obtenidos mediante los métodos, instrumentos e indicadores utilizados en
los procesos de auditoría deben reflejar razonablemente el comportamiento de las variables
objeto de evaluación.
La auditoría debe ser entendida como un componente del Sistema Obligatorio Garantía de
Calidad, junto con el Sistema Único de Habilitación, el Sistema Único de Acreditación y el Sistema
de Información a Usuarios, en el que ninguno tiene más importancia que otro.
Es importante que la institución tenga claro que la Auditoría para el mejoramiento de la calidad es
toda una estrategia del Sistema Obligatorio de Garantía de Calidad de la Atención en Salud y no
debe confundirse con el Programa de Auditoría para el Mejoramiento de la Calidad (PAMEC) que
es la forma a través de la cual se operativiza el modelo en una institución determinada.
el Decreto 1011 de 2006: “Para todos los efectos debe entenderse que la Auditoría para el
Mejoramiento de la Calidad de la Atención de Salud incluye el concepto de Auditoría Médica a que
se refiere el artículo 227 de la Ley 100 de 1993 y las normas que lo modifiquen o sustituyan.
3. La adopción por parte de las instituciones de medidas tendientes a corregir las desviaciones
detectadas con respecto a los parámetros previamente establecidos y a mantener las condiciones
de mejora realizadas.
Operará en tres niveles: el de autocontrol, el de auditoría interna y el de auditoría externa; los dos
primeros operan en el nivel de microgestión, y el tercer nivel, en el de mesogestión.
AUTOCONTROL, que establece que “cada miembro de la entidad planea, ejecuta, verifica y ajusta
los procedimientos en los cuales participa, para que estos sean realizados de acuerdo con los
estándares de calidad definidos por la normativa vigente.
2. Realice esfuerzos permanentes para capacitar y entrenar a cada uno de sus miembros en las
tareas del día a día y en los resultados que de ellos se esperan,
Y 3. Apodere a sus miembros para que propongan y realicen los cambios pertinentes con miras a
mejorar los procesos en los cuales participan.
El segundo nivel, o AUDITORÍA INTERNA, “es una evaluación sistemática realizada en la misma
institución, por una instancia externa al proceso que se audita.
La auditoría interna actúa sobre el autocontrol y debe entenderse como el nivel que promueve y
facilita, entre otras, las siguientes acciones:
1. El análisis de aquellas causas que no permiten el logro de los resultados esperados en los
procesos seleccionados como prioritarios.
El tercer nivel, la AUDITORÍA EXTERNA, “es la evaluación sistemática llevada a cabo por un ente
externo a la institución evaluada.