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3.

Contagio de un ser querido


Del mismo modo que preocupa el contagio propio, durante una
pandemia, nuestras preocupaciones también se trasladan, incluso en mayor
magnitud, a la salud de familiares y amigos, sobre todo la de los más íntimos y
los que tienen una mayor vulnerabilidad a las enfermedades respiratorias, en este
caso.

En el momento en que un familiar, especialmente si pertenece a la población de


riesgo de contagio, contrae el virus, la preocupación y la ansiedad por su estado
se vuelven intensas y constantes; nuestra mente va explorando diferentes
situaciones hipotéticas para intentar adelantarse a los acontecimientos.

Un nivel de preocupación y estrés elevados sostenido en el tiempo puede ser del


mismo modo una gran fuente de ansiedad que, en tiempos de pandemia, pueden
afectar a la salud de la persona y también a su correcto funcionamiento en su día
a día.

4. Exceso de malas noticias


Una exposición repetida, durante un corto período, a un bombardeo
sistemático de malas noticias en los medios de comunicación, también puede
generar ansiedad en cualquier persona e incluso afectar de un modo más intenso a
su salud emocional.

La excesiva cobertura que realizan los medios sobre la pandemia del COVID-19
unida a las distintas olas de contagios que se han ido sucediendo, posibilitan que
esta enfermedad sea el tema principal de cada día en todos los ámbitos de la vida,
la cual cosa puede llegar a saturar física y mentalmente a muchas personas.
5. Ansiedad por la falta de contacto social
El confinamiento y las pautas de distanciamiento físico y social han sido la tónica
habitual en los primeros meses de la pandemia.

Estas normas de comportamiento se han instalado en nuestra sociedad


durante un período indefinido, y además de tener un impacto evidente en las
costumbres y convenciones sociales también pueden afectar negativamente a la
salud mental de gran parte de la población.

Y es que, la falta de contacto físico con los demás, no poder ver a nuestros seres
queridos durante el confinamiento y los largos períodos de teletrabajo a solas en
casa, pueden provocar estados de ansiedad e incluso cuadros de depresión en
casos concretos.

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