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GUERRAS MUNDIALES

PRIMERA GUERRA

La Primera Guerra Mundial, también conocida como la Gran Guerra, fue un conflicto
armado que involucró a casi todos los países de Europa, así como a varios
de Asia, Á frica e incluso América, en cuatro añ os de guerra sin cuartel (1914-1918).

Se trata del quinto conflicto bélico más costoso en vidas de la Historia, y fue


sumamente trascendental en el orden político mundial, en la medida en que gestó
revoluciones importantes en diversas naciones participantes, y permitió el ascenso de
nuevas potencias mundiales.

Las fuerzas combatientes se distinguieron en dos alianzas múltiples contrapuestas:


la Triple Alianza y la Triple Entente, de las que tomaban parte varios de los grandes
imperios de la época. Sin embargo, a lo largo del conflicto las adhesiones a uno u otro
bando cambiarían, a medida que los 70 millones de efectivos militares de los distintos
países involucrados se movilizaban para combatir en el conflicto armado má s grande
y destructivo que se conocía en la época.
ASPECTOS
Mientras Españ a seguía la evolució n descrita, má s allá de los Pirineos se acumulaban peligros
que los regeneracionistas no podían imaginar siquiera en su beata admiració n por "Europa",
es decir, por Francia, Inglaterra y Alemania. Al lado de esos peligros, los problemas españ oles
eran casi insignificantes.

A pesar de su turbulenta historia, Escandinavia se mantenía como la parte má s tranquila del


continente. Finlandia estaba bajo dominio ruso, y en conjunto seguían siendo países pobres,
pero experimentaban movimientos reformistas que, ayudados por una larga paz, los
colocarían en el siglo XX entre los má s pró speros de Europa. Un problema surgió cuando
Noruega, que tras las guerras napoleó nicas y por presió n britá nica había pasado a unirse a
Suecia, quiso independizarse en 1905. Suecia movilizó sus tropas, pero una oportuna
advertencia de Londres impuso una separació n "pacífica". Inglaterra, a su vez, tenía que
afrontar la creciente resistencia irlandesa.

Las rivalidades entre Gran Bretañ a, Francia y el II Reich alemá n amontonaban los nubarrones.
Alemania trataba de aislar a Francia por medio de la Triple Alianza con el Imperio
Austrohú ngaro y con Italia; Francia maniobraba para envolver a su vez a Alemania, dando
lugar a la Triple Entente con Rusia y Gran Bretañ a. Todos, menos Rusia, eran regímenes
parlamentarios má s o menos firmes y má s o menos liberales, y en todos, excepto Gran
Bretañ a, existían potentes grupos revolucionarios e internacionalistas. Al mismo tiempo se
habían formado enormes compañ ías y cá rteles que interrelacionaban las economías de todos
los países, con mutuas y crecientes penetraciones de capital. Los marxistas teorizaron que el
capitalismo entraba en una etapa nueva, llamada de monopolismo o imperialismo,
concentrá ndose segú n lo que había predicho Marx, proletarizando a la masa de pequeñ os
propietarios y agravando las crisis econó micas y para terminar en una conflagració n por el
reparto del mundo.

Con todo ello, hacia 1912, cuando Españ a afrontaba huelgas salvajes y atentados como el
asesinato de Canalejas, crecía la impresió n de que no tardaría en estallar un conflicto general,
para el que unos y otros se preparaban en una carrera armamentista. Gran Bretañ a, principal
beneficiaria de la anterior expansió n imperial, temía la política NEOM¡ germana, Francia
ansiaba la revancha por su derrota de 1870 y Alemania calculaba el momento oportuno para
resolver por la fuerza sus contenciosos.

En el centro-este del continente, los imperios otomano y austrohú ngaro sufrían la corrosió n


de los nacionalismos. El primero, llamado "el hombre enfermo de Europa", no superaba su
declive a pesar de algunos intentos reformistas. Rusia, con problemas internos algo similares
a los españ oles, crecía con rapidez: una de sus facetas fue un esplendor literario comparable o
superior al del resto del Europa, y un nivel científico que a Españ a le faltó , acaso porque en el
siglo XVIII se había creado en Rusia, y no en Españ a, una Academia de Ciencias. Pero Rusia
padeció en 1904-5 una gran derrota a manos de Japó n, y en 1905 una conmoció n
revolucionaria que forzó a medidas libertes. Pero era en el "avispero balcá nico" donde se
concentraban las tensiones má s difíciles de controlar, zona de fricció n de intereses austro-
hú ngaros, otomanos y rusos, complicados por los nacionalismos y con proyecciones al resto
de Europa. 

Y así, el 28 de junio de 1914, el asesinato del príncipe heredero de Austria-Hungría y su


esposa en Sarajevo, por un nacionalista serbio, fue como una chispa en una pradera seca. Tras
un mes de dilaciones Viena declaró la guerra a Belgrado, y en el mes siguiente siguieron las
declaraciones de guerra entre los países de la Entente y los de la Alianza. Los turcos se
alinearon también con Alemania, e Italia se tuvo al margen. Los rusos pensaban en la
aniquilació n final de Alemania, encontrá ndose en Berlín con el ejército francés, y entre los
dirigentes alemanes había planes para ocupar Polonia y Rusia, establecer allí colonos
alemanes y desalojar a gran parte de los eslavos.
Afectos en la economía

La guerra supuso una destrucció n material


extrema. Francia y Bélgica fueron los países má s
afectados pues los combates má s violentos se
desarrollaron en su territorio. Igualmente fueron
duramente castigadas Rusia y la regió n fronteriza
entre Italia y Austria. Puente de Lieja arruinado
Los campos de cultivo, la red de ferrocarriles, puentes, carreteras,
puertos y otras infraestructuras fueron devastados. Se perdieron
barcos, fá bricas, maquinaria. Numerosas ciudades y pueblos fueron total
o parcialmente arrasados.
La riqueza de los estados sufrió un
dramá tico descenso: Francia perdió má s
del 30%, Alemania cerca del 25 %,
el Reino Unido el 32%, Italia el
26%. Estados Unidos se vio menos
afectado y su economía se colocaría a la
Ciudad de Lille. Ruinas cabeza del mundo.

Al término de la guerra fue necesario reconvertir las industrias que habían estado destinadas


durante añ os a la producció n de guerra. El proceso fue lento y se vio entorpecido por
una crisis que se alargó hasta 1924. La "economía de guerra" dislocó el sistema productivo y
eliminó de la política econó mica los principios del liberalismo. La tendencia se consolidó
durante la posguerra fruto de las políticas de los gobiernos de izquierda, especialmente los
socialdemó cratas. El intervencionismo econó mico del Estado fue la pauta seguida durante el
período de entreguerras salvo en el caso de Estados Unidos, hasta la llegada a la presidencia
de F. D. Roosevelt.

El gasto bélico se financió  en parte acudiendo a las reservas de oro y al endeudamiento


mediante la emisió n de deuda pública, complementado con el recurso a créditos exteriores,
especialmente de origen estadounidense. Se recurrió a la fabricació n del papel moneda, lo
que provocó una fuerte inflació n, agravada en la posguerra por el desequilibrio entre
demanda y producció n. El gasto bélico se financió  en parte acudiendo a
las reservas de oro y al endeudamiento mediante la emisió n de deuda
pública, complementado con el recurso a créditos exteriores, especialmente de
origen estadounidense. Se recurrió a la fabricació n del papel moneda, lo que provocó
una fuerte inflació n, agravada en la posguerra por el desequilibrio entre demanda y
producció n.

primer lugar aquellos que habían permanecido neutrales durante el conflicto y se


habían Sin embargo hubo países a los que la guerra benefició econó micamente. En
convertido en proveedores de materias primas y alimentos para los contendientes,
casos de Brasil, Argentina y España.
Pero fundamentalmente la guerra consolidó el crecimiento de dos grandes
potencias: Estados Unidos y Japón cuyo comercio experimentó un aumento sin
precedentes en detrimento de las potencias tradicionales de Europa, que perdieron
sus mercados exteriores y vieron có mo su espacio econó mico se fragmentaba.
Estados Unidos prestó importantes cantidades de dinero a los aliados y les suministró
abundante material bélico, bienes de equipo y víveres. Se convirtió en el
mayor acreedor (má s de 250 mil millones de dó lares) de los países europeos, que en
adelante entraron en una estrecha dependencia de los créditos norteamericanos para
hacer frente a la reconstrucció n econó mica. El dólar se convirtió junto a la libra
esterlina en el principal instrumento de cambio en las transacciones internacionales y
la bolsa de Nueva York consiguió el liderazgo mundial.

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


AFECTOS

Mundo bipolar. Las nuevas potencias mundiales será n Estados Unidos y la Unió n


Soviética, dando inicio así a la Guerra Fría.

 Nuevas tecnologías. Muchas de las tecnologías que se popularizarían durante


el fin del siglo XX tuvieron su origen en los científicos alemanes que se repartieron
tanto los aliados como los soviéticos.
Deportaciones masivas a campos de concentració n y de trabajo forzado,
organizados en Europa por Alemania (contra judíos, homosexuales, eslavos,
discapacitados, gitanos, Testigos de Jehová , comunistas, españ oles
republicanos, sacerdotes cató licos y ministros de otras religiones, etc.), que se
convertirían en campos de exterminio donde tendría lugar el Holocausto; también
en Estados Unidos y otros países de América, internando a sus ciudadanos de
ascendencia japonesa.
 Masacres masivas de població n y de prisioneros enemigos perpetrada por las
fuerzas japonesas, principalmente en China, y las alemanas, en Rusia. Tras la
guerra, malos tratos a prisioneros de guerra, sobre todo por parte de la Unió n
Soviética.
 Violaciones masivas de mujeres por parte de tropas soviéticas y japonesas.
 Experimentos científicos usando prisioneros realizados por médicos nazis y
japoneses, que solían acabar con la muerte del individuo.
 Bombardeo aéreo masivo de civiles y lanzamiento de cohetes V-1 y V-
2 iniciado por el Eje en Varsovia, Londres, coventra otras ciudades, que fue
continuado por los aliados a una escala mucho mayor
(Tokio, Berlín, Dresde y Hamburgo entre otras). Ademá s, por primera y ú nica vez,
la bomba ató mica fue utilizada en una guerra: dos bombas arrojadas por Estados
Unidos explotaron con tres días de intervalo, en Hiroshima y Nagasaki.
 Durísimos añ os de postguerra para la població n civil.
 Como consecuencia de los cambios territoriales, millones de personas se
vieron desplazadas y desarraigadas de sus lugares de origen.

Afectos de la economía

La guerra no só lo dejó millones de muertos, sino que produjo una debacle econó mica. Debido
a las batallas y los bombardeos, Europa quedó destruida. Perdió el 50% de su capacidad
industrial, así como gran parte de sus líneas férreas, carreteras y centros de comunicaciones.
Lo mismo ocurrió en Japó n, en la Unió n Soviética y en China.

Estados Unidos, sin embargo, salió reforzado, pues no se produjeron combates en su suelo
(excepció n del ataque a Pearl Harbor). Su economía tuvo un auge espectacular. El PIB
(Producto Interior Bruto) de los Estados Unidos creció a un ritmo del 10% anual en los añ os
de la guerra. En 1945, el país se había convertido en la fá brica del mundo, controlaba 2/3 de
las reservas mundiales de oro y era acreedor de todos los países, incluido la Unió n Soviética.

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