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Cada una de las personas en esta imagen ha logrado grandes avances para la humanidad.

De izquierda a derecha: Galileo Galilei, Marie Curie, J. Robert


Oppenheimer, Isaac Newton, Louis Pasteur, Stephen Hawking, Albert Einstein, Carl Sagan, Thomas Edison, Aristóteles, Neil deGrasse Tyson,
Richard Dawkins y Charles Darwin.

Recuperado de: http://2.bp.blogspot.com/-t4j81k7DpAM/TbLxYi6v2II/AAAAAAAAAD4/EPZgIQApUz0/w1200-h630-p-k-no-nu/Santa%2BCeia.jpg

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LA CIENCIA Y SU PROBLEMÁTICA
Mario Bunge1*

La epistemología, o filosofía de la ciencia, es la rama de la filosofía que estudia la investigación científica


y su producto, el conocimiento científico. Mera hoja del árbol de la filosofía hace un siglo, la epistemología
es hoy una rama importante del mismo.

La palabra CIENCIA tiene su origen etimológico en el latín scientia lo que significa “conocimiento”; no
obstante, es importante distinguir y reconocer la relación entre epistemología y ciencia. Desde el punto
de vista etimológico, el término griego epistemología consta de los vocablos epistéeme (conocimiento,
saber) y lógos (teoría). Es el estudio del conocimiento humano y de la ciencia: sus métodos, estructura
y sus criterios de demarcación (Sandín, 2003). La ciencia refiere a la producción de conocimiento desde
una fundamentación histórica, ideológica, metódica, estética, ética y teleológica. (Fourez, 2008). Es decir,
propone procesos para la descripción, interpretación, comprensión, contrastación, validación, análisis,
explicación, relación, modelización, transformación y descubrimiento. En este sentido, resulta pertinente
referir a las diversas concepciones que se han suscitado a través de la historia, y por tanto a los aportes
específicos de algunas corrientes y de algunos grandes pensadores de la filosofía y de la ciencia 2.

Para Mario Bunge, la ciencia es un conjunto de ideas racionales, verificables y falibles para elaborar
construcciones conceptuales de mundo. Mediante estas construcciones, la ciencia ha sido aplicada para
mejorar el medio natural, a partir de las necesidades humanas, y a la creación de bienes materiales y
culturales; esta ciencia aplicada, se convierte en tecnología. Este autor explica que no toda la
investigación científica procura el conocimiento objetivo, y distingue dos tipos de ciencia: las ciencias
formales y las ciencias fácticas. Las ciencias formales son ciencias que se integran de saberes
racionales, sistemáticos y verificables, que a su vez forman parte de sistemas como la lógica y la
matemática, que no son objetivos puesto que no se ocupan de los hechos y por tanto, no dan informa-
ciones sobre la realidad.

Los sistemas de las ciencias formales tratan con entes ideales que implican condiciones abstractas e
interpretadas, y sólo existen en la mente. Estos sistemas se sustentan en entes formales y establecen
relaciones entre ellos para construir las relaciones complejas entre los hechos y sus diversos aspectos.
Por esta razón es que estas ciencias se denominan “formales” ya que sus objetos no son procesos ni
cosas, sino formas en las que se pueden incluir contenidos, tanto fácticos como empíricos, ilimitados. Ya
que el significado fáctico que se le asigna a los objetos formales no es una propiedad intrínseca de los
mismos, las ciencias formales no entran en conflicto con la realidad. En este sentido, las ciencias
formales no se aplican a la realidad, sino que se emplean en la vida cotidiana.

Para introducir las ciencias fácticas, Bunge hace una comparación entre éstas y las ciencias formales.
Mientras que las ciencias formales consisten en relaciones entre signos y usan la lógica para demostrar
sus teoremas, las ciencias fácticas se refieren a entes extra científicos, a sucesos y procesos concretos,
por lo que en su metodología utilizan la observación y la experimentación. Por otro lado, las verdades en
las ciencias formales no son absolutas, sino relativas a sus sistemas de lógica y principios teóricos.

En las ciencias fácticas no se emplean símbolos vacíos, sino símbolos interpretados; la racionalidad es
necesaria pero no es garantía de que se obtenga la verdad, por lo que se exige que los enunciados de
estas ciencias sean verificables mediante la experiencia. De esta manera las ciencias formales se
orientan a demostrar o probar y por tanto, son completas y finales, mientras que las ciencias fácticas
son temporales, pues verifican hipótesis que en su mayoría son provisionales.

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A partir de esta comparación, Bunge aborda a profundidad las ciencias fácticas; sus rasgos esenciales
son la racionalidad y la objetividad. Bunge define la racionalidad como el conocimiento constituido por
juicios y raciocinios y que además efectúa operaciones que tienen como punto de partida y punto final
las ideas. Dichas ideas son combinables de acuerdo a un conjunto de reglas lógicas para producir nuevas
ideas. Estas ideas a su vez se organizan en sistemas para conformar teorías. Por su parte, la objetividad,
o el conocimiento objetivo, busca analizar la verdad fáctica y verifica la adaptación de ideas a hechos
recurriendo a la observación y la experimentación.

CARACTERÍSTICAS DE LAS CIENCIA

El conocimiento científico es fáctico, parte de los hechos y siempre vuelve a ellos. La ciencia intenta
describir los hechos tal y como son a través de datos empíricos que se obtienen mediante teorías; estos
datos son a la vez materia prima de la elaboración teórica. Por otro lado, Bunge destaca que no siempre
es posible ni deseable respetar completamente los hechos cuando se los analiza, puesto que estos
sufren modificaciones durante la intervención del investigador. No obstante estas modificaciones son
estimadas por el investigador y consideradas en la descripción del experimento.

El conocimiento científico trasciende los hechos, pues los descarta, produce nuevos hechos y los
explica. La investigación científica no se limita a los hechos observados, los científicos seleccionan
aquellos hechos que consideran relevantes, intentan controlarlos, reproducirlos e incluso producen
hechos nuevos.

El conocimiento científico se funda en la experiencia colectiva y la teoría, racionaliza la experiencia en


lugar de sólo describirla, esto quiere decir que en lugar de inventariarlos, los explica por medio de
hipótesis y teorías. Para conjeturar lo que hay detrás de los hechos observados los científicos inventan
conceptos, que sólo son significativos en contextos teóricos. Esta transición de lo observacional a lo
teórico permite al científico mirar con desconfianza los enunciados surgidos por coincidencias, ya que la
principal fuente de descubrimiento de nuevos hechos es la elaboración teórica de los hechos y la
comparación de las consecuencias de teorías con datos observacionales.

La ciencia es analítica, pues la investigación científica aborda problemas determinados uno por uno e
intenta descomponerlos en elementos. Los problemas de la ciencia son parciales y también sus
soluciones, sus resultados son generales pues el análisis es una herramienta para construir síntesis
teóricas. La investigación descompone los objetos para descubrir el mecanismo interno que es
responsable de los fenómenos observados, después se examina la interdependencia de las partes y
finalmente se intenta reconstruir el todo en términos de sus partes interconectadas. A través del análisis
es posible descubrir cómo emergen, subsisten y se desintegran los todos.

La investigación científica es especializada como consecuencia del enfoque analítico de los


problemas. La aplicación del método científico depende del asunto en cuestión, por lo que existen una
multiplicidad de técnicas y sectores en la ciencia, pero se mantiene una unidad metodológica. Las
variantes científicas pueden diferir en cuanto a su asunto, a las técnicas y a su grado de desarrollo, pero
no en tanto al objetivo, método y alcance. Para Bunge la especialización no ha impedido la formación de
campos interdisciplinarios y la filosofía es el remedio para superar la unilateralidad profesional.

El conocimiento científico es claro y preciso, pues la ciencia constituye una rebelión contra la
superficialidad y vaguedad del sentido común. Aunque el conocimiento científico, no está exento de
vaguedades, procura mejorar la exactitud y trata de sacar provecho de sus errores. Para Bunge, la
claridad y precisión se obtienen a) distinguiendo cuáles son los problemas b) incluyendo las nociones
iniciales en esquemas teóricos c) definiendo sus conceptos y las funciones que desempeñan en un
sistema teórico d) procurando el uso y la combinación compleja de símbolos básicos y simples e)
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midiendo y registrando fenómenos con exactitud.

El conocimiento científico es comunicable, puesto que el lenguaje científico comunica información a


quienes estén capacitados para entenderlo. Su comunicabilidad se posibilita mediante la precisión, que
es una condición necesaria para la verificación de datos empíricos e hipótesis científicas. En este sentido,
la comunicación de los resultados y técnicas de la ciencia perfeccionan la educación general y multiplica
las posibilidades de su confirmación o refutación.

El conocimiento científico es verificable mediante la experiencia. Las hipótesis se comprueban mediante


experimentación, no obstante, los resultados experimentales generalmente se pueden interpretar de
diversas maneras. Por otro lado, no todas la ciencias pueden experimentar, por lo que la ciencia fáctica
es empírica por que la comprobación de sus hipótesis involucre la experiencia, pero no es necesaria
mente experimental, ni se agota en las ciencias de laboratorio. La regla de la experiencia para comprobar
hipótesis en el método científico depende del tipo de objeto, hipótesis y medios disponibles.

La investigación científica es metódica, pues los científicos formulan planes para encontrar lo que
buscan. No obstante, el planteamiento de la investigación no excluye el azar, sino que en ocasiones le
da un lugar al azar, para aprovecharlo, incluso el investigador lo produce intencionalmente. La
investigación procede según reglas y técnicas que resultaron eficaces en el pasado pero que son
perfeccionadas frecuentemente. La comprobación empírica de conclusiones particulares extraídas de
hipótesis generales, requiere del control y variación de las variables o factores relevantes, lo cual en
todos los casos exige un análisis de los datos obtenidos en el cuero de los procedimientos empíricos. La
ciencia funciona sobre la premisa de que el método científico se constituye mediante prescripciones
falibles y perfectibles para el planteamiento de observaciones, experimentos, la interpretación de
resultados y el planteamiento de problemas.

El conocimiento científico es sistemático, pues una ciencia es un sistema de ideas conectadas


lógicamente entre sí. La conexión entre estas ideas puede considerarse orgánica en tanto la sustitución
de cualquiera de sus hipótesis básicas puede producir un cambio importante en la teoría o grupos de
teorías que conforman.

Por otra parte, la racionalidad, que Bunge relaciona con el carácter matemático del conocimiento
científico, permite que el progreso científico e efectúe no sólo mediante la acumulación de resultados,
sino por revoluciones. Estas revoluciones científicas, provocadas por del descubrimiento de nuevos
hechos, consisten en la sustitución de hipótesis de gran alcance por axiomas nuevos y en el reemplazo
de teorías por otros sistemas teóricos.

El conocimiento científico es general, pues ubica hechos y enunciados particulares en esquemas


generales. La ciencia trata de descubrir lo que tienen en común todos los singulares para exponer los
universales, ya que el científico trata de exponer la naturaleza esencia de las cosas humanas y naturales.
El lenguaje científico no contiene únicamente términos para designar hechos singulares sino términos
generales para referirse a clases de hechos. De esta forma, la generalización es el único medio conocido
para adentrarse en lo concreto y obtener las cualidades y leyes esenciales de las cosas.

El conocimiento científico es legal, pues busca leyes y las aplica, insertando en ellas hechos
singulares. En este sentido, la ciencia es esencialista, pues intenta llegar a la raíz de las cosas. Algunas
leyes surgen de la base de otras leyes y pueden cambiar paralelamente al tipo de organización social.
Según Bunge, las leyes no se encuentran únicamente mediante la observación, sino poniendo a prueba
la hipótesis.

La ciencia es explicativa puesto que intenta explicar los hechos mediante leyes y las leyes en términos
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de principios. Los científicos procuran obtener descripciones de las cosas pero también responder al por
qué de las mismas. Las explicaciones científicas se efectúan en términos de leyes, existen diversos tipos
de leyes, consiguientemente existen diversos tipos de explicaciones científicas.

El conocimiento científico es predictivo, pues la predicción representa una forma eficaz de poner a
prueba las hipótesis y es clave para el control y modificación del curso de los acontecimientos. La
predicción científica se sustenta en leyes e informaciones específicas y fidedignas que son relativas al
estado presente o pasado de las cosas. La predicción es perfectible, si falla, obliga al científico a corregir
sus suposiciones, lo cual puede contribuir al perfeccionamiento del conocimiento teórico.

La ciencia es abierta como sistema, ya que es falible y por tanto, capaz de progreso. No obstante, es
metodológicamente cerrada ya que es autocorrectiva, pues la verificabilidad de las hipótesis es un
requisito y basta para asegurar el progreso científico. Para Bunge el científico moderno es un generador
de problemas, ama la verdad, pero no está interesado en teorías irrefutables, sino que intenta probar
cosas nuevas e inciertas, cometer errores y aprender de ellos.

La ciencia es útil, pues busca la verdad y proporciona herramientas que pueden usarse para bien o
para mal. La ciencia es útil, respondiendo a su objetividad, de esta manera la investigación también
representa avances sociales. Los técnicos aplican los conocimientos aplicables generados por los
científicos, en este sentido, la técnica moderna es en cierta medida, ciencia aplicada. Pero la tecnología
también tiene sus propios procedimientos de investigación, un cúmulo de reglas empíricas, descubiertas
antes que los principios científicos que, si éstas se confirman, terminan absorbiéndolas. La tecnología
consiste entonces, en el tratamiento de problemas prácticos mediante un enfoque científico, que también
puede ofrecer un crecimiento en tanto la invención de nuevas teorías o técnicas de investigación.

FUNCIONES DE LA CIENCIA

Las funciones de la ciencia se refieren a las actividades de un individuo, organismo, institución o


máquina. Las funciones se refieren a lo que hace un científico no en su calidad de individuo humano
similar a todos los seres humanos, sino en su condición de individuo perteneciente a la ciencia, que es
una institución social. Dentro de las actividades propias de la ciencia se encuentran la investigación
científica, la publicación de los proyectos, avances y resultados de la investigación y la discusión y crítica
de hipótesis y teorías de la disciplina científica respectiva. Se trata en realidad de actividades complejas,
analizables en términos de otras actividades más simples, que también son propiamente científicas.
Dichas funciones, que podrían ser consideradas como las funciones básicas de la ciencia, son la
descripción, la explicación, la predicción y la aplicación científica.

A. Descripción científica:
Una descripción científica fundamentalmente es la presentación verbal o escrita de entidades,
propiedades de tales entidades, y relaciones que se pueden establecer entre las entidades y/o sus
propiedades. En vez de entidades hemos podido usar los términos “hechos” o “fenómenos”. Y en vez de
propiedades, los términos “cualidades” o quizás “determinaciones”. Galileo descubrió, por ejemplo, los
cráteres y montañas de la Luna por primera vez en la historia humana al emplear el telescopio a principios
del siglo XVII, lo mismo que las manchas solares, algunas de cuyas propiedades también descubrió. Lo
mismo hizo algunos años después Anton Van Leuweenhoek, un holandés, al construir un microscopio y
observar y describir maravillado los primeros microrganismos que el hombre descubría.

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Las descripciones que hemos presentado pueden considerarse simples. Hay también descripciones
complejas. Tal es el caso, por ejemplo, del descubrimiento reciente de estrellas que arrojan chorros de
gases en direcciones opuestas. El astrónomo observador descubrió primero un par de manchas
aparentemente equidistantes de la estrella que observaba. Luego volvió a apuntar su telescopio,
debidamente afinado para captar masas de gases más débiles, a los puntos intermedios del espacio
entre la estrella y las manchas descubiertas. Descubrió nuevas y sendas manchas. Al determinar las
velocidades de los gases que componían las manchas, halló que eran velocidades intermedias en
relación a las velocidades de las manchas más alejadas. El astrónomo procedió entonces a anunciar su
descubrimiento de estrellas que emiten gases en direcciones polares opuestas. Se trata, pues, de una
descripción compleja porque se compone de descripciones más simples. Una observación similarmente
compleja hizo el médico Leverán que descubrió el parásito de la filariasis o elefantiasis, llamada así
porque las piernas y brazos de los enfermos se hinchan de tal manera que semejan patas de elefante.
Pues el científico observó microrganismos en la sangre de un enfermo. En el estómago del mosquito
había encontrado una forma distinta del parásito, mientras que sólo había encontrado algunos gusanillos
muy delgados en los miembros tumefactos de los enfermos de filariasis, que en nada se parecían a los
microrganismos. La constancia de Leverán hizo que descubriera que en los vasos capilares de los
miembros de los enfermos aparecían unos microrganismos sólo de noche, muy semejantes a los de la
sangre. Con este paso el médico pudo completar su descripción de la infección parasitaria que producía
la elefantiasis.

Más importante, sin embargo, es la distinción entre descripción directa e indirecta. Es directa cuando las
entidades, propiedades y relaciones se captan o aprehenden por medio de los órganos de los sentidos
en forma directa o por intermedio de instrumentos como el telescopio y el microscopio que amplían los
umbrales de la sensibilidad sensorial. La descripción que hizo Darwin de los pajaritos denominados
pinzones de Darwin o el descubrimiento del coelacanto, pez primitivo que se creían extinguido hace tres
millones de años, son descripciones directas. Es indirecta cuando las entidades, relaciones y
propiedades se describen por medio de otras con las que están conectadas de alguna manera. Estas
últimas son huellas o señales de las primeras. La observación de partículas subatómicas, que dejan
trazos de su trayectoria en la cámara de niebla de Wilson o que hacen sonar un detector Geiger suponen
descripciones indirectas. Los átomos se describían indirectamente hasta que Muller logró fotografiarlos
en 1957 con su telescopio de campo. Los factores que portaban los caracteres hereditarios de Mendel,
y que después se denominaron genes, se describen sólo indirectamente, aunque se ha avanzado mucho
hacia su descripción directa.
Los interrogativos con ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? Demandan y se responden con
descripciones.

B. Explicación científica.
La explicación es el conocimiento de las causas de las entidades (fenómenos, hechos), propiedades y
relaciones constantes o variables que se dan en su producción o determinación. La explicación ideal de
un fenómeno es el conocimiento de las relaciones causales que lo producen. En este sentido, se suele
recurrir a leyes para explicar fenómenos o a otras leyes para explicar leyes, que describen estructuras
simples de la naturaleza o leyes naturales. ¿Cuál es la causa de la caída de un cuerpo? La respuesta
es la ley de la caída libre de los cuerpos que Galileo estableció. La respuesta también pudo ser: por la
ley de la gravedad. Pero ésta es una causa mediata. De la ley de gravedad se deriva la ley de la caída
de los cuerpos, que es la causa inmediata. ¿Y cómo se explica una ley natural? Por otra ley, como en
el caso que se acaba de mencionar, pues la ley de la caída de los cuerpos se explica por la ley de la
gravedad. A veces una ley resulta explicada por una teoría o conjunto de leyes. La ley de Balmer sirvió
a fines del siglo pasado para dar cuenta de las principales propiedades del espectro del hidrógeno, pero
se ignoraba qué podían significar los detalles del espectro respecto a la materia del hidrógeno. En 1913,
con la aplicación de la teoría cuántica a los átomos por obra de Niels Bohr, se explicó la ley de Balmer
entendiéndose recién que las líneas coloreadas brillantes del espectro significan la emisión de fotones
de energía precisa por el mismo átomo. También se pueden explicar las estructuras o subestructuras

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de la naturaleza, descritas por las teorías científicas. Así, las propiedades del átomo, señaladas por la
teoría atómica, han venido finalmente a ser explicadas por la teoría de los cuantos.

La explicación científica tiene una estructura lógica básica. El hecho o estructura de la naturaleza a
explicarse, denominado explicandum, debe derivarse de las teorías, leyes, hipótesis y hechos que los
explican y que se denominan el explicans. Lo ideal es que la conexión sea deductiva, es decir que el
explicandum se deduzca lógicamente del explicans, pero ello no siempre es posible. A la función de la
explicación científica se alude con preguntas como ¿cuál es la causa de X?, donde X es una entidad,
propiedad, relación, regularidad, estructura simple de la naturaleza, que se expresa por medio de una
teoría científica. Una pregunta equivalente es: ¿qué produce X? ó ¿por qué sucede X?
Se puede construir cadenas explicativas con las causas de las causas, pero no es posible hacerlo
indefinidamente. Más bien pronto se llega a las leyes y teorías que, aunque verdaderas, no sabemos
cómo explicar.

C. Predicción científica.
Esta función de la ciencia se relaciona de manera fundamental con la prueba de la hipótesis científica y
con el aumento del conocimiento.
La predicción científica consiste en deducir de una hipótesis o teoría fenómenos nuevos, que no sean
conocidos. Semmelweis dedujo de su hipótesis que la fiebre puerperal era causada por la infección de
materia cadavérica, la consecuencia de que si los médicos y estudiantes se lavaban con un
desinfectante poderoso después de trabajar en disecciones de cadáveres, entonces ya no se infectaría
a las parturientas de la Primera División del Hospital de Viena. Menos de dos siglos antes, Newton, a
partir de la teoría de la gravitación, había deducido que la Tierra debería ser abultada en el ecuador y
achatada en los polos. Y también había predicho la producción de mareas altas cuando el Sol y la Luna
estaban en conjunción (en el mismo lado con respecto a la Tierra) y las bajas cuando estaban en
oposición (con el sol a un lado de la tierra y la luna al otro lado).
Las predicciones que se acaban de ejemplificar no son triviales y por eso juegan un papel especial en
la prueba de hipótesis o teorías. En cambio las predicciones triviales juegan un pequeño papel en dicha
prueba.

Una predicción es trivial cuando prácticamente no agrega nada nuevo a la hipótesis de la que deriva.
Por ejemplo: de “Todos los cuervos son negros” puedo deducir que el próximo cuervo que veamos será
negro. Pero esto significa una prueba sólo en un sentido débil.

Las grandes teorías científicas como la de la gravitación universal de Isaac Newton y de la relatividad
de Albert Einstein han hecho predicciones espectaculares. La última predijo la equivalencia de materia
y energía o la curvatura de un rayo de luz en las proximidades del sol, eventos inimaginables antes.
Recientemente, la teoría de la gran explosión del universo o teoría del big bang predijo la existencia de
una radiación de fondo en el universo, lo que fue descubierto sin conocer la teoría por Arno Penzias y
Robert Wilson en el año de 1962, mientras trataban de determinar el “ruido” o radiación mínima con una
superantena en los laboratorios Bell.
No todas las teorías científicas tienen el mismo poder predictivo. Tal reproche se le ha planteado a la
teoría de la evolución de las especies y a la gran mayoría de las teorías sociales.

D. Aplicación científica.
La aplicación científica es el uso de los conocimientos científicos para propósitos prácticos. Se trata del
control y dominio de la naturaleza inanimada y animada, incluyendo la vida social. Para el efecto se usan
los conocimientos científicos para resolver problemas de bienestar, seguridad y de otra índole. Se
producen instrumentos materiales e intelectuales (por ejemplo, la elaboración de normas y
procedimientos de contabilidad), máquinas y bienes de una inmensa variedad.

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La aplicación científica de los conocimientos ha dado lugar a la tecnología que, contra lo que
generalmente se cree, es sólo un producto tardío del desarrollo de la ciencia de fines del siglo XIX. La
aplicación de los conocimientos en forma sistemática (algorítmica dirían algunos) se inicia en tiempos
inmemoriales. La técnica, que es la aplicación del conocimiento empírico, puede muy bien remontarse
a los austrolopitecinos, homínidos antecesores del hombre. Como ha remarcado el prehistoriador
británico Gordon Childe, la edad de piedra puede diferenciarse por una serie de técnicas en la
preparación de instrumentos de piedra.

Probablemente la técnica ha sido anterior a la ciencia, entendida básicamente como teoría controlada
sistemáticamente por la experiencia. En todo caso la técnica se ha desarrollado independientemente de
la ciencia. Técnicas sofisticadas en la preparación de la tierra para la agricultura o las decenas de usos
productivos de la rueda hidráulica (desde el molino de grano hasta el afilado de láminas metálicas) se
emplearon exitosamente durante la edad media, época notoria en la historia por su falta de ciencia.
Cuando Galileo Galilei teorizó sobre las “columnas de agua” que se quebraban por su propio peso, lo
que impedía que el agua pudiera sobrepasar los 10.32 m. de altura en el vacío, los artesanos de la
minería sabían de tal limitación como un hecho, lo que siempre fue tenido en cuenta en la fabricación
de bombas de agua que se usaban para desaguar las minas. La producción industrial en masa se inició
con la técnica desprovista de teorías científicas. La máquina de vapor resultó el caso más patente de
este divorcio, pues la teoría termodinámica que permitió explicar científicamente su funcionamiento sólo
puedo desarrollarse más de un siglo después de que se iniciara la revolución industrial del siglo XVIII.
La función de aplicación puede considerarse prescindible desde el punto de vista de los conocimientos
mismos. Pero ello nos daría una visión distorsionada no sólo de la ciencia en su conjunto, sino de las
otras funciones de la ciencia, pues las cuatro funciones señaladas: descripción, explicación, predicción
y aplicación, se encuentran interrelacionadas. No cabe ninguna duda que la importancia social de la
ciencia ha dependido de la aplicación de la ciencia y de sus extraordinarios alcances que abarcan la
transformación profunda de la cultura humana y de la misma faz de la tierra.

TECNOLOGÍA

Cuando se habla de tecnología, es necesario dar una mirada al camino recorrido por la humanidad hasta
la fecha. El ser humano, en su lucha por la supervivencia, tuvo que hacer uso de su ingenio para lograrla.
Por ejemplo, probablemente, intentó cazar con una infinidad de recursos hasta encontrar algunos que
le permitieron tener éxito en su cometido. Puede que al principio haya perseguido con rocas a sus presas
sin mucho resultado, hasta elaborar una lanza que le permitió cazarlas desde una mayor distancia y con
mayor efectividad. En este proceso, seguramente fue descubriendo que algunos materiales eran
mejores que otros, que hay una forma más eficiente de elaborar las lanzas, que hay un mejor modo de
arrojarlas, etc. Esta búsqueda de satisfacer sus necesidades y resolver sus problemas en diferentes
ámbitos, como la alimentación, el vestido, la protección ante el medio, es el motor del progreso según
los antropólogos. Cuando se realiza una acción para satisfacer una necesidad (por ejemplo, producir
una lanza para cazar), se puede decir que se aplicó una técnica. Esta situación demanda que
previamente se conozcan las propiedades de los materiales para obtener el resultado deseado.

A estas formas de actuar y a sus productos, García y otros (2001) los llama “actos técnicos” y “productos
técnicos”, respecto de lo cual manifiestan:

La técnica ha permitido la transformación del medio en el que los humanos han desarrollado su vida, a
la vez que ha ocasionado la propia transformación de la forma de vida humana. Porque la vida humana,
a diferencia de la de los demás animales, no está determinada y limitada por los condicionantes
ambientales a los que cada especie se halla adaptada. Lo propio de la especie humana es la continua
readaptación a cualquier condición ambiental mediante la construcción técnica de artefactos y productos
que permiten que su vida sea posible en todos los lugares de planeta, e incluso fuera de él (p.36).

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TÉCNICA

El ser humano se rebela ante la naturaleza y crea nuevos elementos que le permiten adaptarse o
modificarla. La técnica, es inherente al desarrollo de la humanidad. Al respecto, Buch (1995) dice:

[…] la técnica es sobre todo una actividad práctica: es una norma de acción, una serie de reglas para
lograr un objetivo; y la técnica es la preparación del marco intelectual que permite ejercer tal actividad
[…] ejecutar una tarea técnica involucra un conocimiento instrumental, que a veces ni siquiera es
enteramente verbalizable. Sin embargo, la concreción de una tecnología implica numerosas técnicas
(pp. 19-20).

Con esta consideración, se puede conceptualizar la tecnología como “[…] el conjunto de saberes
inherentes al diseño y concepción de los instrumentos (artefactos, sistemas, procesos y ambientes)
creados por el hombre a través de su historia para satisfacer sus necesidades y requerimientos
personales y colectivos” (Rodríguez, 1998, p. 114)

Vista así, la tecnología no se limita al conjunto de objetos y sus saberes relacionados, sino que abarca
también fenómenos sociales; por ejemplo, la educación como una “tecnología de organización social”,
la medicina, la arquitectura, los medios de comunicación, etc. “Lo tecnológico no es solo lo que
transforma y construye la realidad física, sino también aquello que transforma y construye la realidad
social” (García y otros, 2001, p. 42).

En la actualidad, la ciencia está estrechamente ligada a la tecnología, lo que no quiere decir que esta
sea la simple aplicación de aquella. Entre ambas han establecido una relación bidireccional, tan es así
que el desarrollo científico impulsa el desarrollo tecnológico y viceversa. Por ejemplo, el estudio de la
óptica permitió desarrollar el telescopio (la ciencia engendra tecnología) y este permitió comprender el
sistema solar (la tecnología engendra ciencia), generando una espiral de desarrollo sin fin.

La ciencia y la tecnología son el resultado de ejercitar el razonamiento y la imaginación en el intento de


construir la comprensión del mundo y de satisfacer las necesidades humanas. Estas son tareas
eminentemente creativas y desafiantes para el intelecto aunque en algunas ocasiones son un resultado
inesperado, incluso por accidente. Cabe indicar también que la investigación científica y tecnológica
depende de las fuentes de financiamiento a las que pueda acceder, por lo que las líneas en las que se
investiga pueden verse influidas por las entidades que las financian.

IMPACTOS SOCIALES

El impacto social de la ciencia y la tecnología ha sido definido como los efectos positivos o negativos en la
población, de la incorporación de conocimiento científico y tecnológico en prácticas sociales, hábitos e
instituciones. Para ello, necesariamente, el análisis se dirige a la sociedad y los cambios que en ella
operan, y los diversos aspectos relacionados a la ciencia y la tecnología pasan a constituirse en factores
explicativos de estos cambios. Como ha sido señalado al comienzo de este artículo, la dificultad básica
que se plantea en un análisis de esta naturaleza es la factibilidad de identificar y ponderar la intervención
dela ciencia y la tecnología en la sociedad, la cultura y la economía y, en particular, en la calidad
de vida de la población, ante la existencia de muchos otros factores que operan en la producción de los
cambios sociales.

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Analizar diversos procesos referidos a la interacción entre producción de conocimiento,
difusión y uso que, si bien no constituyen en sí mismos “impactos efectivos”, están centralmente
implicados en la generación de impactos sociales.

Una de las vías más firmes para realizar un estudio del impacto efectivo son los estudios
retrospectivos que limitan el análisis a la reconstrucción histórica de la secuencia o cadena de procesos
de conocimiento y sus efectos sociales en un tema particular. Aun así seguirá presente la dificultad de
decidir qué variables serán seleccionadas como más relevantes para explicar el desarrollo de dicha
secuencia, y cómo serán ponderados factores tan difusos como los patrones culturales que gobiernan
las conductas cotidianas.

Otra modalidad existente que también incorpora la dimensión temporal son los estudios
de tipo prospectivo basados en la posibilidad de establecer a futuro los efectos del conocimiento
producidos en determinado campo o las consecuencias de la difusión y uso de ciertas tecnologías. La
prospectiva tecnológica es el enfoque que provee una diversidad de herramientas de análisis, ya sea
basadas en modelos matemáticos o en apreciaciones y evaluaciones subjetivas, por parte de expertos o
de otros actores sociales “no expertos”, interesado o afectado por determinadas tecnologías o resultados
de la ciencia.

En cualquiera delas dos vías una cuestión preliminar que deberá ser considerada y
especificada es la desagregación del “campo social” en dimensiones más específicas que permitan
identificar áreas de efectos o cambios sociales. Por ejemplo, la distinción de dimensiones sociales,
económicas, culturales, políticas, ambientales. Estas dimensiones admiten una mayor especificidad en
términos de creación de valor agregado, descenso de la tasa de mortalidad, mejoramiento de la
calidad de vida, creación de empleo, entre otras. A su vez, para cada uno de estos aspectos se
planteará la pregunta acerca de los factores que contribuyen a su generación, entre ellos
específicamente los factores asociados a la ciencia y la tecnología. La identificación y selección
de tales factores es el último eslabón que corresponderá vincular con la unidad bajo análisis de
impacto social: desde donde se generan (sector institucional de producción de ciencia y
tecnología); bajo qué formatos de conocimiento (se trata de proyectos, programas, resultados de
investigación, productos, servicios de asesoramiento científico, etc.).

En definitiva se trata de construir un árbol de impactos construido sobre una base reducida de ámbitos
(sociales, culturales, económicos, ambientales) y niveles de especificación creciente:
dimensiones y factores. De este modo, para analizar el impacto social de un conocimiento, producto
o servicio científico y tecnológico, desde una perspectiva prospectiva o retrospectiva, sobre l
condiciones sociales, se procurará vincularlo con los factores específicos de incidencia que han sido
seleccionados (según se indica en la teoría disponible y elegida como marco de referencia)3.

Las dificultades conceptuales y metodológicas que subyacen a cualquier esfuerzo de análisis


del impacto social de la ciencia y la tecnología es importante, y no deberán ser ignoradas por quienes
decidan afrontar una labor de esta naturaleza. Sin embargo, se trata de una de las áreas más
promisorias y socialmente más relevantes de los próximos tiempos.

3
Sobre una metodología para analizar impacto social de proyectos de I+D ver: Mendizábal. Gomeza Chércoles (2003).

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PSEUDOCIENCIAS

Las pseudociencias pueden tener un tratamiento científico de sus procedimientos, por ejemplo,
la numerología y la astrología hacen uso de correlaciones y cálculos matemáticos, y razonamientos
lógicos, que son herramientas científicas. Lo que falla es que los postulados de donde parten estas
deducciones son irracionales, dogmáticos, y no se produce un estudio crítico para contrastarlos a través
de sus consecuencias con la realidad. Es decir, falta el control interno que da su poder inmenso a la
ciencia: la facultad de desechar una teoría cuando no se ajusta a la única verdad, que es la realidad. No
necesariamente el cuerpo de conocimientos que forman las pseudociencias deben ser totalmente falsos:
elementos que en una época formaron parte de pseudociencias, como el hipnotismo o ciertos
medicamentos o procedimientos curativos, han sido incorporados en la ciencia. Pero cuando lo fueron,
fue porque se contrastó experimentalmente el fenómeno con la realidad, y resultó “aprobado” en el
examen. Pero no significa que al ser incorporado en la ciencia ortodoxa, se haya validado a la
pseudociencia de donde salió, ni que las explicaciones que acompañaban al fenómeno en la
pseudociencia (muchas veces místicas, generalmente banales) sean validadas también. La aceptación
de que la acupuntura en ciertos casos ayuda a los pacientes, no significa aceptar la teoría del yin y el
yang, ni la comprobación de la realidad del hipnotismo, aceptar la teoría del magnetismo animal (o
“mesmerismo”).

Algunas ciencias actuales comenzaron como pseudociencias, y a veces cambiaron de nombre en


el proceso: por ejemplo, la astrología es el remoto origen de la astronomía, y la alquimia de la química.
Cuando se produjo la separación, algunos practicantes quedaron sin evolucionar, por eso existe la
astrología, y hay algunos que siguen practicando la alquimia. En otros casos, la pseudociencia se
transformó lentamente en una ciencia sin marcar una transición brusca, como la medicina. De hecho, la
medicina no ha completado totalmente la transformación, porque aún hay una gran parte de ella que se
usa “porque funciona”, sin que se sepa parcial o totalmente por qué. Esto facilita la existencia de
“medicinas paralelas” o “alternativas”, cultivadas aún por médicos formados en la medicina “oficial” o
alopática. Esta es la causa de que en algunas disciplinas científicas hay personas que están cometiendo
inintencionadamente hechos que, si fueran intencionados, serían pura y simplemente considerados
fraudes científicos.

Bibliografía

Referencias bibliográficas según APA

.
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cuestionamientos y reflexiones para pensar la cultura científica. Recuperado
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Estébanez, M. (2004). Impacto social de la ciencia y la tecnología: Estrategias para su análisis. Sexto
Taller de Indicadores de Ciencia y Tecnología –Iberoamericano e Interamericano- “Medir
Conocimiento para la Transformación Social”. Organizado por la Red de Indicadores de Ciencia y
Tecnología (RICYT), la SECYT y la Universidad de Belgrano; Buenos Aires.

Sanz, J. (1987). Introducción a la ciencia. Lima, Amaru editores.

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ACTIVIDAD

 Lee el material de consulta y elabora un ESQUEMA ANALÍTICO, teniendo en cuenta los


términos:

Ciencia – investigación científica - técnica – tecnología – Pseudociencia

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