En el desarrollo del niño es de vital importancia la motricidad porque este va
pasando por distintas etapas desde los movimientos espontáneos y descontrolados hasta la representación mental, es decir de una desorganización llega gradualmente a una verdadera organización originada de la emoción y el pensamiento. Es por ello que la aplicación de técnicas pueda desarrollar habilidades y destrezas de motricidad fina, como es el caso de la técnica del calado que consiste en la capacidad de controlar los movimientos finos de las muñeca, manos y dedos, por ende, alcanzar progresivos niveles de distención o relajación, precisión, exactitud y rapidez, esto a su vez está asociada con la coordinación visomotora y la orientación espacial