En él se narra la historia de Caleb, un programador de uno de los motores de
búsqueda por internet más importantes que existen y quien gana un concurso para conocer al presidente de la compañía. Nathan. En el transcurso de su visita Caleb conoce a Ava, un robot de género femenino construido por el dueño de la empresa a quien debe analizar para definir si posee conciencia. Durante la trama Alex Garland, el autor y experimentado guionista, busca la conexión y empatía del público con ella, al menos al principio. Ex machina plantea algo muy importante, de que la tecnología está cambiando al mundo a pasos agigantados y sugiere, que la inteligencia artificial es algo inevitable. Qué posibilidades hay realmente de crear una generación de robos tan humanos que no solo convivan y coexistan con nosotros, sino que se mezclen de manera homogénea. Es decir, si la realidad fuera al mismo nivel de la conciencia que nosotros entonces; ¿Qué nos diferenciarían? ¿Tendríamos un entorno pacifico en el que nos trataríamos como iguales o no habría cabida para un tipo de vida que intente competir con la nuestra? Esta película nos hace pensar en esto y mucho más, si como Ava, otro robot puede, manipular, seducir y motivar como cualquiera de nosotros, ¿no cabe entonces la posibilidad de que en algún punto nos supere? Otorgarle independencia emocional a una maquina puede alcanzar resultados extraordinarios, sin embargo que un hombre equipare sus habilidades con las de un Dios creador, pone en riesgo el control que tiene sobre sus obras. Ex machina está llena de intriga y suspenso y en ocasiones un poco de nervios, aun cuando pareciera que toma un ritmo lento, surge un twist inesperado. Aun intuyendo lo que sucederá, siempre mantiene la tensión. Y aunque en esta historia el empleo de la tecnología para igualar la vida humana es bastante terrorífico en nuestra mente caben posibilidades de un resultado tanto positivo como negativo. Quizá en el futuro se resuelva está incertidumbre. Como siempre he pensado, la tecnología trabaja en función del uso que le demos. Si el ser humano no es superado por la ambición y el egocentrismo, seguramente los avances traerán consigo grandes creaciones.