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Habilidades de la comunicación ll

Tutora: Ana García

Laura Liliana Mancilla Ceballos ID:100070481


Olga Lorena Gómez Amortegui ID:100070443
Solanyi Solis Aguiño ID: 100070511

Facultad de Ciencias Humanas y Sociales


Psicología

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA IBEROAMERICANA


Año 2020
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TABLA DE CONTENIDO

Introducción------------------------------------------------------------------------------------- 3
La pena de muerte ¿venganza o justicia social------------------------------------------- 4-
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Conclusión --------------------------------------------------------------------------------------- 10
Referencias Bibliográficas---------------------------------------------------------------------11
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Introducción

El tema de la pena de muerte históricamente ha tenido una gran importancia en la


sociedad y aunque en todas las Naciones las penas y la justicia contra diferentes delitos
funcionan de forma distinta, muchas veces no existe la información adecuada acerca de
las implicaciones, casusas y consecuencias frente a acciones que se han considerado que
van en contra de la constitución o de las normas establecidas por un Estado.

En este trabajo encontraremos la recopilación de datos relevantes y conceptos


importantes del tema, para lo cual es importante tener un acercamiento o saber en qué
casos es justo o injusto su aplicación, su historia y los tipos de pena de muerte.

Sin duda alguna, la pena de muerte es la sanción más grave y antigua de la historia.
Seguramente por ello, es la que ha producido y produce en la actualidad un
mayor debate o discusión, lo que conlleva formas de ver o puntos de vista de
la sociedad llenos de subjetividades hacia el individuo, en especial el sujeto delincuente.

Se ha dejado asentado que la pena de muerte es la supresión radical o la eliminación


definitiva de los delincuentes que han demostrado ser incorregibles y peligrosos para la
sociedad, ya que tales individuos no tienen el menor respeto ni atribuyen valor alguno al
derecho a la vida, derecho inherente a los individuos que forman una sociedad y de la
que ellos mismo forman parte, por lo que consecuentemente no tienen respeto ni
atribuyen valor alguno a su propia vida, por lo cual la pena de muerte es la única
solución para tales individuos.
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La pena de muerte

La pena de muerte conocida también como la pena capital, se refiere al máximo castigo
que se le puede imponer a un individuo en consecuencia de un acto considerado
delictivo. El objetivo de esta sanción es mostrar consecuencias ejemplarizantes para que
el resto de una comunidad no repita una acción similar. Para entender la pena de muerte
es necesario conocer las siguientes definiciones basadas en los conceptos que nos da la
Real Academia Española, - RAE -:

PENA: Castigo impuesto que se impone en respuesta a una falta o mal cometido.

MUERTE: Se traduce en el fin de la vida, terminación de la existencia de un organismo


vivo.

LA VENGANZA: Se reconoce como un acto hecho por cuenta propia de un individuo


en contra de otro y que se hace cobrando justicia por fuera de la ley.

” desde el punto de vista moral o ético, la venganza causa placer a quien la concreta, ya
que el vengador suele estar inmerso en sentimientos de odio y rencor. La venganza, por
lo tanto, aparece como un desahogo.”

LA JUSTICIA SOCIAL: Conocida como una justicia distributiva en términos de


lo justo o lo correcto, promoviendo igualdad en derechos y deberes de cada ser humano
dentro de una sociedad.

La justicia es un conjunto de valores esenciales sobre los cuales debe basarse una
sociedad y el Estado. Estos valores son el respeto, la equidad, la igualdad y la libertad.
Los países con mejor calidad de vida suelen ser aquellos que promueven la justicia
social ya que la inequidad y las desigualdades generan violencia y promueven los
enfrentamientos sociales.
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La justicia social busca de forma integral ordenar la sociedad, intentar dar a todos
igualdad de condiciones frente a necesidades y derechos básicos inherentes al ser
humano, tales como salud, educación, trabajo, vivienda, alimentación entre otros.
Formando así una sociedad con principios y valores que le permita a sus individuos a
comportarse adecuadamente frente a su comunidad

LA PENA DE MUERTE ¿VENGANZA O JUSTICIA SOCIAL?

” La pena de muerte no hace justicia, fomenta la venganza. (Núria Blasco Planells)”

La pena de muerte o pena capital ha existido siempre a la par con la humanidad. Los


romanos se destacaron por su vasta jurisprudencia y los griegos por ser
grandes filósofos, binomio que hizo surgir la filosofía del Derecho. De ahí la regulación
de las relaciones entre los hombres y el Estado, así como consecuente castigo a quienes
cometen violaciones a las leyes impuestas por este último. Ya los hebreos dejaron
testimonio de la existencia de esta sanción.
En Roma el primer delito castigado con la pena de muerte fue el de Perduellio, traición
a la patria, más adelante, en las XII Tablas, se reglamentó también para otros delitos y
era esta, la pena imperante; un tiempo después y aunque sin ser abolida cayó en desuso,
restableciéndose posteriormente con los emperadores. Así pues, esta sanción es
conocida desde los primeros tiempos de la humanidad, y puede decirse que, en todas las
culturas, teniendo algunas variantes como por ejemplo el tipo de delitos por los que se
imponía, siendo el más común el delito de homicidio. Se imponía, igualmente por los
delitos que actualmente conocemos como patrimoniales, delitos sexuales, delitos contra
la salud (como lo era la embriaguez consuetudinaria) delitos del orden político, así
como militar, lo mismo para lo que hoy conocemos como delitos del fuero común y
federal.
Las formas de ejecución de la pena fueron muy variadas de acuerdo a los usos y
costumbres de los diferentes pueblos. Había entre otras: la lapidación, la rueda, el
garrote y la hoguera. Todas eran formas muy crueles ya que su finalidad consistía en
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imponer el mayor sufrimiento al delincuente condenado a dicha pena.


Durante la legislatura de las XII Tablas, la autoridad podía dejar la aplicación del Talión
al ofendido o a sus parientes, sin embargo existían también funcionarios a cargo de la
ejecución.
Posteriormente, al llegar el cristianismo que predicaba el amor por el prójimo
el carácter divino de la vida, sentó las bases de las tendencias abolicionistas de esta
sanción.
Por lo que respecta a las sociedades precolombinas, se sabe que aplicaban las penas
consistentes en palo tormentos o la muerte, siendo el gran sacerdote quien las imponía,
ordenaba las ejecuciones y se cumplían.
Entre los Aztecas las leyes se caracterizaban por su estricta severidad. Entre las penas
existentes, se encontraba la lapidación, el descuartizamiento, la horca y la muerte a
palos o a garrotazos. Y aun cuando las cárceles no tuvieron ninguna significación
también existía la pena de la pérdida de la libertad.

En cuanto al pueblo Maya, al traidor a la patria se le castigaba con la pena de muerte.


Si bien existieron algunas diferencias en cuanto a los delitos por lo que se aplicaba, así
como la forma de ejecutarla, se puede afirmar que fue común a todas las culturas en la
antigüedad.
Ya en el México independiente, al consumarse la independencia en 1821, las leyes
principales seguían siendo las mismas vigentes en la época colonial, es decir, la pena de
muerte seguía presente y era aplicada principalmente a los enemigos políticos.
Bien lo dice este historiador, una de las primeras corrientes en contra de la pena de
muerte fue el cristianismo. Este se opuso desde una postura humanista declarando cruel
y salvaje a esta pena.

Por otra parte, tomando la pena de muerte desde el punto de vista religioso encontramos
un punto de vista que se opone tajantemente a la ejecución o finalización de la vida de
hombre a hombre bajo la teoría de que Dios es el único que puede tomar decisiones
frente a la vida de los seres humanos.
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En consecuencia de lo anterior, se toma como referencia la Biblia donde se encuentran


los siguientes pasajes.

En Éxodo 20:13 dice: no mataràs, es el sexto mandamiento de la Ley de Dios, dado al


pueblo de Israel a través de Moisés.

San Juan 19:1, Jesús le responde a Pilatos: Ninguna autoridad tendrías contra mí si no te
fuere dada de arriba, de Dios su padre.

Génesis 1:20-27, nos deja claro que Dios es el autor de la vida en general.

1ra de Pedro 2:9 y Salmos 79:13, dice el propósito por el cual Dios nos creó.

Entonces a partir de esto el hombre como ministrador de la justicia por voluntad de


Dios, no está autorizado para aplicar la muerte como forma de justicia en contra de sus
semejantes, ni Dios ni la constitución le han delegado esa función.

Dios siendo soberano y autor de la vida no mata al hombre por cuanto lo creo para su
gloria y su alabanza.

Al hombre lo mata su propia maldad por la ley del pecado que mora en él, la cual lo
gobierna. (Romanos 7:18-24).

Una vez analizados los pasajes anteriores, se entiende que la religión va en contra de la
pena de muerte, cuyo desenlace tendría que ir siempre producido bajo circunstancias
naturales o accidentales que no tengan que ver con la intención o voluntad propia del
hombre de acabar con su vida o con la del prójimo.

Muy a pesar de lo anterior en el dìa a dìa encontramos que quitarle la vida a otra
persona se ha vuelto un acto producido por la voluntad de uno o de unos cuantos, bajo
su libertad de pensamiento y forma de vida, convirtiéndose dicha acción casi que en
algo pasajero y con poca relevancia para un Paìs o Estado

Según un estudio de Amnistía Internacional en 1995 sobre la pena de muerte, 97 países


mantienen y aplican esta medida. De los 97 abolicionistas, 15 la conservan para delitos
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excepcionales como los cometidos en tiempo de guerra, y 27 la incluyen en


su Código Penal, aunque no la practiquen desde hace diez años.

En Estados Unidos una investigación (indicar claramente que investigación fue)


demostró que los estados que aplican la pena de muerte, en su conjunto, no tienen una
menor incidencia de homicidio criminal que los estados que no. En la década de los 80
los estados que la tenían promediaron una tasa de homicidios criminales de 7,5 por
100.000 habitantes, y los estados abolicionistas una tasa de 7,4 por 100.000 habitantes.
El uso de la pena de muerte en un Estado puede incrementar la tasa de homicidio
criminal subsecuente. En Nueva York, por ejemplo, entre 1907 y 1964 se llevaron a
cabo 692 ejecuciones. En promedio, en este periodo de 57 años, una o más ejecuciones
en un mes añadieron un incremento neto de 2 homicidios con respecto al mes anterior.
En estados vecinos, unos con pena de muerte y otros sin ella, los que la consagran no
muestran una disminución de la tasa de homicidio criminal. Por ejemplo, entre 1972 y
1990, la tasa de homicidio en el Estado de Michigan (que no tiene pena de muerte) fue
generalmente tan baja como la de su vecino, el Estado de Indiana, que la instauró en
1973 y que desde entonces ha sentenciado 70 y ejecutado a dos.
Los agentes de policía en servicio no sufren una tasa de asalto criminal y de homicidio
más elevada que en los estados en los cuales se ha abolido la pena de muerte, que en los
que sí la tienen. Entre 1973 y 1984 por ejemplo, los asaltos letales contra la policía no
fueron significativamente más frecuentes en los estados abolicionistas que en los
estados patibularios.
Se debe conceder a los partidarios de la pena capital que la ejecución garantiza que la
persona condenada no cometerá más crímenes, pero la tasa de homicidio criminal no
deberá bajar por el uso de esta medida. Entonces, una vez más, se puede decir que, si
esta pena es concebida, no es más que por el sólo hecho de vengarse del supuesto
homicida. Y es una venganza que priva de cualquier tipo de arrepentimiento o cura
síquica que pudiera llegar a tener el condenado.
Según la OEA, Colombia es uno de los diez países que más violaciones hacia
los Derechos Humanos se presenta. Una de las razones es por el alto número de
secuestros que se registran. En 1994 se llegó al pico más alto de la historia de Colombia,
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se registraron 1717 secuestros. Es por eso que un sector de la población colombiana


clama por la instauración de la pena de muerte.
Una reciente encuesta realizada por el diario colombiano El Tiempo mostró que el 64%
de las personas encuestadas son partidarias de consagrar la pena capital para los
secuestradores, lo cual supone que en esas personas existe la convicción de que por esa
vía se puede extirpar el alto grado de secuestro. Pero no se puede afirmar. Lleras de la
Fuente, senador colombiano en los años 88-92, afirmó que la pena de muerte como
espectáculo público serviría de escarnio a otros posibles delincuentes. Una afirmación,
que no está pensado para seres humanos racionales como lo somos.
La oposición que se presenta contra la pena de muerte no es una simpatía dirigida a los
condenados o supuestos criminales. Por el contrario, el asesinato demuestra una falta
total de respeto por la vida humana, derecho primordial de la declaración de
los Derechos Humanos. Pero cualquier política de Estado que autorice a matar es
inmoral, aparte de estar cometiendo el mismo error por el que está castigando.
Las Naciones Unidas desde su fundación han manifestado preocupación por el tema de
la pena capital. Así el 20 de noviembre de 1959 en su resolución 1396 (XIV), la
Asamblea General invitó al Consejo Económico y Social a iniciar un estudio sobre la
pena capital.

Uno de los últimos estudios realizados data de 1995 y las respuestas recibidas se
clasificaron en: (citar de donde tomaron este estudio porque podría entendersecomo un
plagio)

 Abolicionistas para los delitos comunes: son aquellos que no prevén la pena de
muerte en sus legislaciones para los delitos comunes, sólo para casos militares.
Argentina, por ejemplo.

 Abolicionistas de facto: son los países que mantienen la pena de muerte para los
delitos comunes, pero no han ejecutado a nadie durante los últimos años

 Retencionistas: son los países en los que la pena de muerte está vigente y en los
que ha habido ejecuciones.
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 Totalmente abolicionistas: son aquellos que en los que la pena de muerte no es


usada para ninguna clase de delito

Veamos el cuadro:

Clasificación Cantidad

Retencionistas 92

Totalmente abolicionistas 56

Abolicionistas de facto 28

Abolicionistas para los delitos comunes 14

Richard Karlwes, senador de los Estados Unidos, dijo irónicamente al ver estos
resultados: "no pueden estar equivocados la gran mayoría de los países. La minoría tal
vez no la instauró porque tienen un grado suficiente de cultura por lo que no es
necesaria la pena de muerte". Tal vez sin querer dijo lo que sería la solución correcta,
elevar el grado de cultura para que esta pena no sea necesaria. Si releemos las tasas de
homicidio criminal de los estados de Estados Unidos que tienen y no tienen la pena de
muerte, recordaremos que no hay diferencia entre ellos. Dejemos entonces de seguir
manteniendo en pie hipótesis falsas (si es que lo que se quiere realmente es bajar la
criminalidad) e intentemos desde otros puntos aún no tocados. Karlwes habló sobre la
cultura de los pueblos, tal vez eso es lo que se deba cambiar. Tal vez lo mejor sería
eliminar la enfermedad antes que encontrar la cura.
En su re-evaluación sobre la pena capital, Alejandro Tomasini Bassols dice: "...hay
cierta clases de crímenes que no sólo hacen que disminuya lo humano en el miembro de
nuestra especie, esto es, lo valioso que hay en él, sino que hacen que lo pierda
totalmente [...] Ese individuo, sea quien sea, sigue siendo un individuo de nuestra
especie, pero ya no es, en el sentido relevante, humano y, por lo tanto condenarlo a
muerte no es atentar en contra de algo valioso, puesto que eso que era valioso ya está
perdido". La pregunta que surge es ¿si se está queriendo considerar a ciertos crímenes
como anti-humanos, como no considerar también anti-humano a una pena que consiste
en quitarle la vida al supuesto criminal de igual manera que anteriormente lo hizo él?
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Con esto la justicia terrenal está llegando a límites muy lejanos. El hombre se está


situando en el total derecho de decidir quién tiene o no un "sentido valioso" en la vida.
Para terminar, subrayo lo que es uno de los errores de aplicar la pena de muerte.
Sabemos que el ser humano no es perfecto, que convive diariamente con errores que
algunas veces son irreversibles. El hecho de cometer un crimen, sea cual fuere, es uno
de los tantos errores. Sabemos que un hombre es inocente hasta que se demuestre lo
contrario. La pena capital es una condena irreversible e incorregible. El ser humano
tiene errores, y puede que el dictamen de la pena de muerte sea, después de habérsela
ejecutado, errónea. En este caso no queda otra opción que afrontar el error y lamentarse
otra vez por la muerte de un inocente.

Conclusión
Se piensa que para discutir sobre la pena de muerte los factores más importantes a
debatir son los humanos. Como ya se ha dicho en la Introducción (Pág.1) se ha
trabajado más que nada con conceptos humanos que en los legales. Se cree que la pena
de muerte va más allá de un proceso legal, llega hasta el punto de implicarse con la
vida, ese derecho divino que todos poseemos. Surge la idea que nadie tiene la capacidad
suficiente en este mundo humano como para decidir quién tiene o no una segunda
oportunidad. O tal vez algo más duro, porque el no tener una segunda oportunidad no
implica la muerte, que es decidir quién tiene o no derecho a la vida. Y eso ya es
demasiado.
Existen varias opiniones a favor de la pena de muerte, asì como también en contra. Una
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de las que ha interesado es que ciertas personas consideran a los actos cometidos por los
sospechosos y declarados como inhumanos o de lesa humanidad.

Dichos actos inhumanos hacen que el individuo o perpetrador del crimen pierda a su
capacidad racional dentro de lo humano, muchas veces sin estar relacionado con
enfermedades mentales o desconexión de la realidad producida por fármacos. Esto hace
que atentar contra él ya no sea hacerlo contra algo valioso; ya lo valioso lo perdió, se
perdió lo humano. ¿Por qué no considerar inhumano eso, castigo que consiste en lo
inhumano de quitarle la vida a un individuo? ¿Qué es lo valioso en un ser humano, la
vida o el carácter de humano? (Este parrafito no lo entiendo Lore)

Culminamos este trabajo recordando una parte del mismo. Algo que surgió de una
irónica frase del senador norteamericano Richard Karlwes, que sin querer pueda ser tal
vez la solución para este problema que es la pena de muerte: "...la minoría tal vez no la
instauró porque tienen un grado suficiente de cultura por lo que no es necesaria la
pena de muerte". El pueblo se mueve gracias a su cultura, actúa respecto al grado de
cultura y avanza junto con su cultura. Sería mejor eliminar la enfermedad del crimen
antes que encontrar la cura. ¿Y qué mejor ayuda para esa eliminación que la misma
cultura de los pueblos?
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
-Programa Presidencial Colombiano para la Defensa de la libertad Persona, Internet.
-Opiniones del Monseñor cubano F. Joseph Gossman, Internet.
-La pena de Muerte en sociedades antiguas, Internet.
-Pena de Muerte: una re-evaluación, Alejandro Tomasini Bassols, Editorial
-Sudamericana, 1995.
-Página central de la Organización de las Naciones Unidas en Internet.
-Amnistía Internacional. (s.f.). Pena de muerte. Recuperado de
https://www.amnesty.org/es/what-we-do/death-penalty/

-Blasco, N. (2018). ¿Justicia o venganza?. Recuperado de https://www.levante-


emv.com/cartasdirector/2018/05/04/justicia-o-venganza/1713405.html

-https://www.milenio.com/opinion/jesus-de-la-torre-pbro/areopago/la-pena-de-muerte-
fomenta-la-venganza

-https://www.significados.com/pena-de-muerte/#:~:text=Qu%C3%A9%20es%20la
%20Pena%20de,como%20pena%20capital%20o%20ejecuci%C3%B3n.
-Definiciones: Definición de venganza (https://definicion.de/venganza/)
-Definiciones: Definición de justicia social (https://definicion.de/justicia-social/)

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