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Credito hipotecario
Salario
Capital inicial
*Carta de liberación
La edad mínima requerida es de 18 años y la máxima de 64 años 11 meses.
Todo crédito hipotecario requiere de un capital inicial para cubrir el enganche del
inmueble, gastos administrativos, apertura del crédito, valuación y gastos de escrituración.
La banca solicita del 10 por ciento al 20 por ciento como mínimo.
Para tener éxito es importante tener un ingreso constante y un ahorro significativo para
que el pago de tu crédito no afecte tu economía (la Condusef recomienda no designar más
del 30 por ciento de tu ingreso).
Credito automotriz
Cuando ya te hayan aprobado el crédito, no tomes la primera opción que tengas frente a tus ojos.
Credito personal
Ser mayor de edad.
Tener un documento de identidad en vigor (DNI, pasaporte, carnet de conducir…)
Explicar la cantidad exacta que necesitas y el fin para el que vas a usar el dinero.
Demostrar solvencia.
No superar tu capacidad de endeudamiento máximo.
Garantía de devolución de la deuda. En la mayoría de los casos, con los préstamos
personales, no se suele pedir que alguien te avale por lo que, en caso de que no pagues,
serás tú y no otra persona la que responda con todos los ingresos, derechos y bienes
presentes y futuros.
Solicitud justificante de ingresos. Si eres autónomo necesitarás aportar tu certificado de
alta de autónomo, la cuota a la seguridad social o tu última declaración del IVA, mientras
que si trabajas por cuenta ajena bastará con que muestres tus dos o tres últimas nóminas.
Si, por el contrario, no estás trabajando pero cuentas con ingresos recurrentes también
deberás demostrarlo.
Fotocopia de la declaración del IRPF, es decir, la declaración de Hacienda.
Contrato de trabajo. En ocasiones es posible que te pidan una copia del contrato de
trabajo. Que sea indefinido o no será una de las claves que se tendrán en cuenta a la hora
de aprobarte o denegarte el préstamo.
No estar incluido en ninguna lista de morosos como ASNEF o RAI.
No tener deudas actuales con impagos.
Escrituras de tu casa, contrato de alquiler, declaración de bienes o declaración jurada de
tu patrimonio, en ocasiones.