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INTRODUCCIÓN
La Biblia nos permite analizar la labor que realizaron Pablo y Apolos, siervos de Dios, aunque el crecimiento lo hace Dios
atrayendo a las ovejas por medio de su presencia y su unción en los lugares donde Él se manifiesta; esto nos enseña que el
trabajo del ministro debe de estar concentrado en plantar y regar con la esperanza que Dios en su soberana voluntad y
conforme al tiempo nos permita crecer (Is. 30:23)
DESARROLLO
El cuerpo humano se desarrolla según su naturaleza plenamente; el cuerpo de Cristo también crece y debe de alcanzar la
condición de hombre maduro (Ef. 4:13). El crecimiento de la iglesia también es numérico, las ovejas engendran ovejas; no
podemos ser la misma cantidad de cristianos todo el tiempo, porque estaría evidenciando un problema dentro de ese
organismo, debemos ser como la iglesia primitiva que tuvo una gran multiplicación (Hch. 6:7) de esta necesidad de crecer
han sacado provecho algunos personas influenciados por métodos humanistas y de mercadeo ofrecen soluciones conocidas
como “estrategias de crecimiento en la iglesia” el verdadero crecimiento debe estar basado en la Biblia debemos acudir a
ella para conocer lo que El Señor nos enseña a este respecto.
Algunos predican a Cristo por envidia, rivalidad, ambición personal, por añadir males a otros; nosotros debemos de predicar
de buena voluntad, por amor (Fil. 1:15-17) la iglesia primitiva escogió a siete varones que tenían buen testimonio para la
distribución diaria de alimentos, para evitar que la obra fuera desacreditada (Hch. 6:3) como hijos de Dios hemos sido
puestos en alto, toda la gente puede ver si estamos actuando con sinceridad o bien si nuestra fe es fingida; la obra del Señor
debe ser conocida porque hacemos y luego enseñamos como Jesús (Hch. 1:1) Sirviendo no para ser vistos, como los que
quieren agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, temiendo al Señor (Col. 3:22).
CONCLUSIONES
El alma generosa será prosperada y el que riega será también regado (Pr. 11:25) Debemos regar a otros, nosotros también
seremos regados para que venga el crecimiento a nuestra vida; la iglesia no depende de ningún hombre, sino que solo debe
debemos hacer lo que El Señor nos manda a hacer y será El mismo quien le dé el crecimiento que se necesita (Ef. 4:15