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FAO
ALIMENTACIÓN ESCOLAR
HAMBRE EN EL MUNDO
Rafael Zavala, representanta de la FAO en Colombia, explica que hay grandes temas en
cuanto a la seguridad alimentaria, a la pérdida y desperdicio de alimentos, pues al tiempo
que se sigue botando, la cifra de personas que no come bien aumenta.
¿Qué mecanismos debe adoptar Colombia como política pública para fortalecer la
estrategia se seguridad alimentaria?
Lo primero que se debe subrayar es que el tema de seguridad alimentaria es mucho más
amplio que comer. Tenemos que acercar cada vez más al productor y al consumidor,
generando estrategias, que se tenga una cultura de la alimentación, se opte por el producto
de su región y concientizar que se debe apoyar el consumo local, pues eso hace fomentar la
identidad cultural.
Nos falta promover el concepto de seguridad alimentaria, está muy mal entendido. Mucha
gente, incluso del Gobierno, lo vincula al asistencialismo y repartir alimentos, pero eso es
totalmente diferente.
Colombia tiene la gran ventaja de ser un país biodiverso con altísimo potencial, podría ser
parte de la despensa mundial de alimentos.
Comer bien se trata de tener tres alimentos balanceados en el día. En Colombia hay 3,2
millones de personas subalimentadas y el hambre en este país tiene rostro y paisaje.
Hay población urbana en esas condiciones, pero a ellos es más fácil para cumplir la tares,
pues hay fuentes que permiten abastecerlos.
El hambre y la muerte por desnutrición van de la mano con la carencia de bienes y servicios
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El reto es en zonas rurales dispersas. Se debe solucionar por dos vías, primero con
infraestructura, pues el hambre y la muerte por desnutrición van de la mano con la carencia
de bienes y servicios.
La otra apuesta debe ser generar medios de vida dignos en las zonas rurales a partir de
alternativas legales y asociativas que les den estabilidad a la gente, para que decidan
quedarse en sus territorios en vez de llegar a las ciudades.
Estas dos vías deben tener unas plataformas de sostenibilidad, es un país biodiverso y no se
puede tener la misma receta de promoción productivista.
Colombia está en un momento en el que el avión está a punto de despegar. Si antes con el
conflicto armado avanzaba con un freno de mano puesto, ahora que este ya se liberó, pese a
que hay problemas por solucionar, el reto debe ser la inversión.
Estamos en una situación en la cual el atraso es infraestructura y bienes públicos. Me gusta
escuchar de parte de quienes están formulando el Plan Nacional de Desarrollo que ese sea
uno de los ejes.
Menos del 20 por ciento de las vías terciarias están pavimentadas y es por ahí donde se
transportan los alimentos perecederos; entonces, si están inundadas o no se puede circular y
eso es garantía que no se puede comerciales, repercutiendo en la generación de pobreza.
Las alterativas para la gente no son únicas, pero se debe tener algo de ciclo corto y
mediano, además de estrategias medioambientales. En la mayor parte de los casos las
alternativas para generar ingresos se tardan varios años y la coca se tarda seis meses, así
que convencer a la gente con estrategias que demuestren que hay viabilidad y una
regulación de la comunidad en la cual todos se comprometan.
En Colombia el pequeño productor compra muy caro y vende muy barato. Así que la
asociación entre las comunidades se debe trabajar, además de la infraestructura y que el
Gobierno tenga asistencia técnica del ciclo agrícola.
¿El país qué debe hacer para disminuir las pérdidas y desperdicios de alimentos?
PÉRDIDA Y
DESPERDICIO
Millones de toneladas
POR ESLABÓN DE LA CADENA ALIMENTARIA
Datos para tener en cuenta
-El 40,5 % (3,95 millones toneladas) de alimentos se pierden en etapa de
producción agropecuaria.
Wyoming
de alimentos se pierden o desperdician al año en Colombia. Esta cantidad de comida
equivale al 34 % del total.
9,76
Producción (40.5%)Poscosecha y almacenamiento (19.8%)Consumo
(15.6%)Distribución (20.6%)Procesamiento industrial (3.5%)
Se debe dirigir no a un productor sino a una asociación. Se trata de trabajar con estándares
de calidad o generar reglas de trabajo para aprovechar, por ejemplo, una planta de
procesamiento.
La gran mayoría de estrategias gira alrededor de los bancos de alimentos, así que hay varía
cómo se manejan los estímulos fiscales, pero no se debe caer en especulaciones para que
esto termine en evasión fiscal.
Lo que se debe pensar en cómo hacemos una vinculación más rápida a los bancos de
alimentos a la población que más se necesita. Sin embargo, la parte que menos me
preocupa en la subalimentación es la urbana, pues se soluciona más rápido.
Pero lo que llega a los bancos son alimentos que llegan en condiciones cercanas a la
caducidad y mientras se transporta a las zonas rurales que más lo necesitan, con vías de
acceso difíciles, pues no es por ahí la estrategia.
En Colombia los tamaños de las porciones son colosales. Se podría generar una cultura de
mejor balance en el plato, que la gente sepa que lo importante no es la cantidad sino la
calidad.
Esto es exigencia del consumidor, así que hay que ir moderando esa disposición para comer
cada vez más calidad nutricional.
Detrás hay otros vicios que hay que combatir, a mí me da gusto la receptividad de los
Ministerios de Agricultura y Educación para tratar de convertir ese programa en una
alternativa de desarrollo y una oportunidad alimentaria.