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Índice
1 Versiones de la parábola
2 Fuente y tipo de parábola
3 El talento como medida
4 Análisis del texto
5 «A todo el que tiene se le dará...»
6 Referencias
7 Bibliografía
Versiones de la parábola
Existen tres versiones de la parábola:10
14(El Reino de los Cielos) Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a
sus siervos y les encomendó su hacienda: 15a uno dio cinco talentos, a otro dos y a
otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. 16Enseguida, el que había
recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco.
17Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. 18En cambio, el que había
recibido uno fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. 19Al
cabo de mucho tiempo, volvió el señor de aquellos siervos y se puso a ajustar
cuentas con ellos. 20Se llegó el que había recibido cinco talentos y presentó otros
cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que
he ganado.” 21Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; ya que has sido fiel
en lo poco, voy a ponerte al frente de mucho. Entra en el gozo de tu señor.” 22Se
llegó también el de los dos talentos, y dijo: “Señor, dos talentos me entregaste;
aquí tienes otros dos que he ganado.” 23Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y
fiel!; ya que has sido fiel en lo poco, voy a ponerte al frente de mucho. Entra en
el gozo de tu señor.” 24Se llegó también el que había recibido un talento, y dijo:
“Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde
no esparciste. 25Por eso, me dio miedo y fui a esconder bajo tierra tu talento.
Mira, aquí tienes lo que es tuyo.” 26Mas su señor le respondió: “¡Siervo malo y
perezoso! Si sabías que cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí, 27debías
haber entregado mi dinero a los banqueros. De ese modo, al volver yo, habría
cobrado lo mío con los intereses. 28Quitadle, por lo tanto, el talento y dádselo al
que tiene los diez talentos. 29Porque a todo el que tiene se le dará y le sobrará,
pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. 30Y a ese siervo inútil,
echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Parábola de las minas
11Mientras la gente escuchaba estas cosas, añadió una parábola. (Estaba él cerca de
Jerusalén, y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro.)
12Dijo, pues: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura
real y regresar. 13Llamó a diez siervos suyos, les dio sendas minas y les dijo:
“Negociad hasta que vuelva.” 14Pero sus ciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de
él una embajada que dijese: “No queremos que ése reine sobre nosotros.” 15«Cuando
regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos
suyos, a los que había confiado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno.
16Se presentó el primero y dijo: “Señor, tu mina ha producido diez minas.” 17Le
respondió: “¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo insignificante,
toma el gobierno de diez ciudades.” 18Vino el segundo y dijo: “Tu mina, Señor, ha
producido cinco minas.” 19Dijo a éste: “Ponte tú también al mando de cinco
ciudades.” 20«Vino el otro y dijo: “Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido
guardada en un lienzo. 21Es que tenía miedo de ti, pues eres un hombre severo; que
tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste.” 22Le respondió: “Por tus
propias palabras te juzgo, siervo malo. Si sabías que yo soy un hombre severo, que
tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré, 23¿por qué no colocaste entonces mi
dinero en el banco? De ese modo, al volver yo, lo habría cobrado con los
intereses.” 24Dijo entonces a los presentes: “Quitadle la mina y dádsela al que
tiene las diez minas.” 25Le respondieron: “Señor, tiene ya diez minas.” – 26“Os
digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, se le quitará hasta
lo que tiene.” 27«”Y a esos enemigos míos, que no querían que yo reinara sobre
ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí.”»
La tercera versión pertenece al Evangelio de los nazarenos, y se considera que es
la que se diferencia más de la forma que tenía la parábola en su origen.14 En ella
se presentan tres siervos:
Los comentaristas antiguos (especialmente, los católicos) solían considerar las dos
recensiones (la de Mateo y la de Lucas) como dos parábolas distintas, pronunciadas
por Jesús en diferentes contextos y dirigidas a distintos auditorios (por ejemplo,
A. Feuillet, L. Fonck, N. Geldenhuys, P. Joüon, J. Knabenbauer, A. Plummer, P.
Schanz, J. M. Vosté, T. Zahn, y otros). Actualmente, esa interpretación está
prácticamente abandonada, sobre todo por los evidentes paralelismos entre los
núcleos de las dos versiones (Lucas 19,13.15b-23.24b.26 equivalente a Mateo
25,15.19-27.28.29) y por fórmulas comunes (o casi idénticas) como «siervo bueno»
(empleado cumplidor, Lucas 19,17), «tenía miedo de ti» (19,21), «porque eres hombre
exigente» (19,21), «cosechas lo que no sembraste» (reclamas lo que no prestas,
19,21), «siervo malo» (inútil, 19,22), «con que sabías» (19,22), «siego lo que no
siembro» (19,22), «mi dinero en el banco» (19,23), «al volver yo, lo habría cobrado
con los intereses» (19,23), «quitadle a éste la onza» (19,24), «dádsela al que
tiene diez» (19,24), «al que no tiene (produce), se le quitará hasta lo que tiene»
(19,26). Estos paralelismos sugieren que, en realidad, las dos versiones responden
a una única parábola primitiva. […] Para la gran mayoría de los intérpretes, tanto
Mateo como Lucas tomaron de «Q» el núcleo de la parábola (véase 1,142; cf. S.
Schulz, Q:Die Spruchquelle, 288-298).1
Joseph A. Fitzmyer
Se trata de una parábola con significación alegórica. En efecto, se presenta
deliberadamente con una estructura artificiosa (Antonio de Tuya remarca entre otros
puntos que, por emprender un viaje con regreso, no es común que se confíe una
hacienda cuyo valor resulta exorbitante).9 Esto subraya que la parábola tiene un
sentido eminentemente pedagógico.9 Según Joachim Jeremias, la concordancia que
existe entre las versiones de Mateo y Lucas permite suponer que las alegorías
usadas no son producto de la redacción de los evangelistas, sino que pertenecen a
una tradición que antecede la redacción de esos evangelios.19
v. 16-17. No se dice la manera en que los dos primeros servidores consiguen doblar
el capital que se les ha entregado, lo que significa que no tiene interés a los
efectos de la enseñanza de la parábola.23 En los dos casos, el rendimiento obtenido
es el mismo.
v. 18. Enterrar el dinero era usual durante los conflictos bélicos cuando corría el
riesgo de caer en manos enemigas y, según el derecho rabínico, quien enterraba un
depósito no estaba obligado a compensación en caso de robo.24 El tercer servidor se
ocupa solamente de evitar el riesgo. El dinero enterrado no se pierde, pero tampoco
se incrementa ni le da trabajo alguno.23
v. 19: «se puso a ajustar cuentas con ellos». La intención es destacar que se
pedirán cuentas. Es posible reconocer aquí que la parábola en su forma original iba
dirigida a las autoridades de la Iglesia.25
v. 29. Esta sentencia paradójica quiere indicar que los poderes otorgados a los
discípulos crecen con el uso y disminuyen con el desuso.17 El castigo por este tipo
de infidelidad (omisión) es tan severo como el que corresponde a pecados más
positivos (acciones).17
Die anvertrauten Pfunde (El talento confiado), obra de Paulamaria Walter del año
1963. Wege zur Kunst, en Schwäbisch Gmünd.
Al final de la parábola de Mateo y de Lucas se ubica un logion, un dicho o
sentencia breve puesta en labios de Jesús y que oficia como una conclusión
secundaria generalizante.28
Evangelio de Mateo 25
29Porque a todo el que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le
quitará hasta lo que tiene.
Parábola de las minas
Evangelio de Lucas 19
26Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, se le quitará
hasta lo que tiene.
Muchas parábolas cuentan con logia añadidos al final que resultan secundarios en el
contexto. El reconocimiento de que estas conclusiones son secundarias en el
contexto es de gran importancia para la comprensión de las parábolas, ya que la
nueva conclusión desplaza el énfasis hacia otro tema.29 Las parábolas
correspondientes, al añadirles una sentencia general final, suelen recibir un
sentido moralizante que, como en este caso, no se corresponde con el sentido de la
parábola original.