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Soy perito informático y he visto cosas que no creerías: directivos de empresas

tecnológicas que se levantan a las 5 de la mañana para borrar archivos de su ordenador


que les delatarían; jueces que dan por bueno que Linux es una aplicación y no un
sistema operativo; personas que se creen espiadas y son ellas las que espían…

La profesión de forense informático tiene, más allá de sus dificultades técnicas o


vicisitudes propias de la profesión (muchas veces su trabajo debe hacerse ante notario),
algunos momentos que pueden clasificarse como memorables.

En Xataka hemos hablado con tres de estos profesionales para que nos cuenten esas
anécdotas de su trabajo que difícilmente podrán olvidar. Estas son algunas de ellas.

De Juzgado de Guardia
Carlos Aldama tiene su propia empresa de dictámenes periciales y ha vivido muchas
cosas en los juzgados. Una de esas situaciones se produjo recientemente.

En el tribunal se enfrentaban dos periodistas árabes a su jefe, al que acusaban de


haberlas despedido por no querer realizar una serie de favores, aportando una serie de
Whatsapp y correos electrónicos como prueba. “Tuve que certificar que esos mensajes
eran fidedignos”, nos cuenta. El tribunal que debía juzgar los hechos estaba presidido
por una mujer. “El intérprete de árabe español lo estaba pasando fatal, porque el jefe
decía que a él no le juzgaba una mujer, porque ellas solo querían joyas y dinero”.

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