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EL ser integral

Dado que es altamente complejo el estudio del ser integral la competencia a la que
queremos llegar es entrarnos a la palabra revelada por Dios.
Teniendo en cuenta el termino naturaleza desde el punto de vista Bíblico, es la fuerza
innata que hace que los seres humanos realicen sus actividades y lleguen a ser lo que son.
También se puede decir que es el motor que hace que el ser integral funcione y accione.
Trayéndolo al plano humano esta actividad, ser y vivencia se hacen de cuerdo a la
naturaleza que porta. Bajo el lente Bíblico se puede decir que es la simiente en el hijo de
Dios.
Cristo es la simiente que portamos y esta es santa e incorruptible es necesario renacer
para manifestarlo en el proceso de vida, para que la simiente sea un generador o
gobernador de capacidades del hombre.
Si vemos al hombre desde esta perspectiva hay dos naturalezas:
 UNA ESPIRITUAL
 OTRA MORAL
La espiritual puede ser de maldad o estar sencillamente muerta. puede transformarse en
Cristo en una naturaleza espiritual viva.
La moral a diferencia de los animales, permite al hombre razonar, ser sensible y auto
determinarse. Es decir, usa la vía lógica, la ética y la estética para desenvolverse.
Desde el punto de vista Bíblico podemos clasificar la vida espiritual en cuatro tipos de
naturaleza:
1- Naturaleza Divina
2- Naturaleza angelical
3- Naturaleza humana
4- Naturaleza pecaminosa o adámica
La naturaleza DIVINA es solo Cristo portador de ella, pues es la imagen y semejanza
perfectas de Dios.
Naturaleza angelical es el estado intermedio entre la naturaleza Divina y el hombre.
Naturaleza humana el hombre desarrolla las capacidades inherentes a sus necesidades y
su cultura donde se desenvuelve.
La naturaleza pecaminosa la Biblia nos enseña que tenemos una naturaleza pecaminosa,
no somos pecadores por cometamos pecado, sino que es nuestra naturaleza.
El hombre viejo se refiere a la vida propia de Adan, el hombre nuevo es la vida en Cristo.
El hombre puede participar de la naturaleza Divina al nacer de nuevo y recibir la vida en
Cristo.
CONCLUSION
Ningún ser humano será divino, celestial o eterno por causa de su creación, pero podrá
“participar” de aspectos de divinidad para alcanzar el motivo de su desarrollo en la tierra
(Romanos 8,29).
El engendramiento (1 Juan 1;13) es la acción por lo cual aplica en los hijos de Dios una
naturaleza diferente.

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