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SEP /19

3 Índice 27 Las otras puertas del infierno


Gerson Gómez Salas
4 De cómo Monterrey es narrado
Ramón López Castro 28 Todo lo que necesitas es amor…
y una Master Card
5 Identidad norteña Roberto Guillén
Ileana Cepeda
29 Monterrey, entre el gusto y la aversión
6 Cinco estúpidas razones para amar u odiar Héctor Jaime Treviño Villarreal
locamente a Monterrey
Joaquín Hurtado 30 Percepciones a botepronto
sobre Monterrey
8 Monterrey: mitos y realidades César Morado
Saúl Escobedo
31 Lucian Blaga no soy (poema)
10 De mi amor y otros demonios José Javier Villarreal
Manuel Yarto
32 Ciudad de sentimientos encontrados
Director:
Luis Lauro Garza
11 La Sultana que se finge tierra Ricardo Marcos González
(demasiado) firme
Editora
Adriana Garza
Publicidad:
Roberto Maldonado Espejo 34 La vida diaria
Guillermo Berrones
Gerardo Martínez
12 Orgullosamente regio
Asesor de la dirección:
Gilberto Trejo
Relaciones públicas:
Luciano Campos Garza 35 Ríos de nadie
Zaira Eliette Espinosa
Yolanda (Flaka) Aguirre
14 De donde la querencia y su opuesto
36
Asesor legal:
Luis Frías Teneyuque Abraham Nuncio ¿Por qué sí y por qué no?
Arte y diseño:
Alfonso Teja
Martín Ábrego Parra
15 Aquel Monterrey adorable que ahora
37
Fotografía:
Rogelio (Foko) Ojeda detesto La amo, a pesar de los pesares
Mayra González
Distribución:
Eloy Garza González Jaime Arreola

16 38
Luis Carlos Ramírez
Monterrey, galán esquivo Monterrey (poema)
Cris Villarreal Navarro Minerva Margarita Villarreal

18 MTY 40 Otra Codópolis


Héctor Alvarado Díaz Luis Frías Leal

19 El sol que escurre siempre (poema) 41 My kind of town


D. M. Raúl Caballero García

20 En el desierto liminal 42 Regios de mi corazón


La Quincena / revista mensual / septiembre 2019 Javier Serna Samuel Schmidt
Editor responsable: Luis Lauro Garza
Número de Certificado de Reserva otorgado
por el Instituto Nacional de Derecho de Autor:
04-2003-0828156343200-102
21 No tengo el orgullo de ser del norte 44 Pensando en La Sultana
Número de certificado de Licitud de Título: 12926 Hugo Esteve Díaz Rosa Esther Beltrán Enríquez
Número de Certificado de Licitud de contenido: 10499
Incorporada al Padrón Nacional de Medios Impresos de
la Secretaría de Gobernación.
La Quincena es una publicación editada por Editorial
22 No me quedé a cuidar chivas 45 Sucedió en Monterrey
Ismael Vidales Delgado Mario Valencia Hernández
La Quincena S.A. de C.V., Serafín Peña 748 sur, Monterrey,

24 Ilustración de Chava
Nuevo León, C.P. 64000,
Tel. (81) 19352363.
Correo electrónico: laquincena@gmail.com 46 Lo que me gusta y no de Monterrey
Página web: www.laquincena.mx Víctor Reynoso
Impresión: Procesos Impresos, S.A. de C.V. Av. Alfonso
26 Por qué amo Monterrey
47
Reyes 3013, Fracc. Bernardo Reyes, C.P. 64280. Monterrey,
Nuevo León. Sergio Elías Gutiérrez Doble celebración
Distribuidor: Editorial La Quincena, S.A. de C.V.
Irgla Guzmán

Diseño de portada: Martín Ábrego Parra Fotografía: Rogelio (Foko) Ojeda Q 3


De cómo Monterrey Identidad norteña
es narrado Ileana Cepeda

Ramón López Castro

Me gustas completita
tengo que confesarlo
nomás al saludarte
me da el mal del amor.
Jorge Massías

M
onterrey.- Tengo cuarenta y cuatro años siendo rodeado de una cintilla negra, falda redonda y botas. Los hom-
ciudadana norteña. Puede ser que sea poco, para bres con pantalón de casimir oscuro, camisa a cuadros, texana,
mí ha sido todo lo que alcanzo a ver. Esto es un to- la tradicional “cuera”, y por supuesto, botas y sombrero.
tal de la vida promedio en cualquier otra parte, en Me gusta el hablar norteño, se alarga la última sílaba de las
cualquier otra época. Para mí son los años exactos. Así que no palabras, se sostiene interminablemente como si quisieran que

C
trato de alardear de nada, pero sé que mi “ciudadanía” de por la conversación permaneciera estática, inmóvil y sin tiempo. Se
iudad de México.- No puedo sa, la asesina de su memoria, la desqui- acá está resuelta y, en general, también yo lo estoy. repiten las palabras y entonces vamos “corre y corre”, porque
hacer un recuento exacto del ciada que mata y muere todos los días. Me gusta el cabrito, el machacado con huevo, el asado de está “llueve y llueve”, y nos estamos “moje y moje”.
Monterrey descrito en, diga- La Monterrey que nos enamora es la que puerco, el cortadillo norteño. Me gustan los huevos rancheros, Me gustan las letras regiomontanas. Me gusta leer a mi ciu-
mos, la novela de David Tos- nace de las palabras; la que nos abofetea servidos sobre una tortilla de maíz cubiertos en salsa de to- dad en Alfonso Reyes, imaginar su evocación nostálgica de la
cana, “Olegaroy”, porque ese Monterrey en plena canícula es la ciudad pedestre y mate. Me gusta el ritual de la carnita asada, las innumerables memoria, leer la libertad en su inteligencia. Me regocija el gus-
no existe. O existe sólo para Toscana, de mirada vidriosa, que rinde culto a lo técnicas de prender el carbón, el olor de la cebolla limpiando la to de nuestra gente por el arte en todos sus colores y sabores,
para sus lectores, para algunos ilumi- epidérmico. parrilla, el meticuloso acomodo de la comida en la lumbre; me con un público que lo mismo llena teatros y auditorios para
nados. Es, si usamos la terminología de Hay dos, acaso más, ciudades que se gustan los compadres, la familia, y los amigos alrededor de la grandes eventos, que los rincones de la Macroplaza para aplau-
la mecánica cuántica, una probabilidad llaman Monterrey. Una hecha de inquina mesa esperando la arrachera. dir mimos o bailarines. Me dolió que se muriera Celso Piña,
que se colapsa en un pasado estricta- y negocios; otra de palabras. En la lejanía Me gustan los naranjos con sus naranjas, las higueras con igual que me dolió cuando se murió Piporro, porque ambos se
mente narrativo; un sueño narrado por de mi destierro reluce como un campo sus higos, las biznagas, las cactáceas, me gusta la magia de las llevaron un poco de nosotros. Me gusta leer las letras dibujadas
un loco que se imagina genio; o un ge- de estrellas la segunda. La Monterrey de suculentas floreando desérticas bajo el sol de Monterrey. Me en un libro, y también verlas bailar sobre los fondos blancos de
nial personaje enloquecido por una ciu- la prosa corrige o amplifica, según sea gusta el cenizo, la anacahuita, el encino, el sabino, el huizache, las paredes que recorre la Acción Poética.
dad que se niega a decantarse por lo úni- el caso, los desvaríos y aciertos de un el nogal; me gusta sentarme bajo las ramas de mezquite crujien- ¿Qué será exactamente esta calidad de “regios”? ¿Dónde se
co que es auténtico, es decir, su pasado. pueblo grande, sin malicia, cuya vida es do, escucharlas y tararear “mi cruz será la rama del mezquite”. adquiere? ¿De qué se trata? No creo que sean preguntas que se
Así es Monterrey: una urbe que todos los la vida de los santos y los locos: es decir, Me gusta el acordeón norteño, me gusta Piporro taconeán- puedan responder a cabalidad, porque ser regio es algo que se
días se viste con los atavíos del poder y una existencia cercana a la sinrazón, dole, levantando polvo entre los cerros de Monterrey, y cuando lleva en la sangre y en la mente y en el orgullo, sin que se ubi-
el dinero, cual villano de novela gráfica, pero tocada por la gracia de la mirada escribo su nombre escucho: que en ninguna parte en especial, pero que se nota por todos
y se dedica a acuchillar su propia histo- honesta sobre la realidad que lo rodea, lados. Creo que la belleza de esta tierra es consecuencia de sus
ria. Enmascarada y de capa al vuelo, lo una honestidad incómoda, irreverente Yo soy del norte, contrastes, y que esa riqueza externa se nos mete en el cuerpo
mismo acepta a un filósofo del sinsen- y mordaz. En ese sentido el personaje y es mi orgullo que se note, cuando nacemos aquí; igual que les pasa a quienes dejaron su
tido como Olegaroy que los puentes fan- más idóneo para representarla, cual soy de Monterrey según me toque ombligo en otro lado, pero vinieron a renacer al pie del Cerro
tasmales que la unen con otra ciudad de mandala, a Monterrey, es el Olegaroy de soy alegre o seriesote, de la Silla. ¡Sí, señor!
espectros, una tal Regiomonte, o Konigs- Toscana: un sibarita del desencanto que pero sin doblez Me gusta el carácter norteño, alegre, recio, fuerte; pero me
berg. Ninguna de ellas existe, como los muere rabioso ante el embate de la bur- Y en cuanto se oye encabrona la facilidad con que este carácter se convierte en vio-
poemas numéricos de ese comparsa de da cotidianeidad. Que esto sea verosímil que se arrancan al parejo lencia, se contagia, y va llenando los rincones de la ciudad. Esa
Olegaroy; o como el profesor maratoni- obedece a un tema de mecánica cuántica, bajo sexto y acordeón violencia que ha tomado la noche, las esquinas, las plazas pú-
sta que compite con las sombras de otros ya lo dije: en todos los mundos posibles, Hasta que abolle todo el suelo, blicas, la música, se va llevando la alegría y nos ha dejado mie-
atletas olímpicos. Monterrey nace y muere ante todo como no lo dejo, dando vuelo do, y nos va acostumbrando a gritar sin escuchar, nos vamos
David Toscana es mucho novelista artilugio de nuestros recuerdos. a mi tacón. volviendo indiferentes, nos vamos apaciguando, y poco a poco
para Monterrey; o Monterrey, el invo- De la otra Monterrey, la real, prefiero dejamos de ver ese gran vacío que se extiende ante la ciudad.
cado por Toscana, es una ciudad incon- no hablar. Me parece inasible, transito- Me gustan el acordeón y el bajo sexto de los Montañeses del Nos va quitando lo regio…
mensurable que se desborda y brilla en ria y entre más la observo, veo cómo sus Álamo, de los Cadetes de Linares, de Tanguma, de Julián Gar- Aunque a veces busquemos esa identidad efímera debajo
la ficción con un fulgor que se marchita tendones de acero y asfalto se van deshi- za, de Ramón Ayala. Me gusta el huapango, el chotís, la polka de una imagen clónica de botas y sombrero, sabemos que no
en la realidad. La Monterrey literaria – lachando, ante el embate de su propia y la redova, la cumbia de Bronco, con sus respectivos bailes será suficiente decir que tenemos orgullo de ser del norte; ten-
no sólo de Toscana, sino por ejemplo de amnesia, que la regresan a las brumas tradicionales, haciendo polvadera y bailando bien agarrados. dremos que reconstruir lo que se está perdiendo. Tengo cua-
Hugo Valdés, María de Alva o Alejandro primordiales. Es un espejismo del cual Me gusta el baile. Ver y bailar las danzas La cápsula, El cir- renta y cuatro años siendo norteña. Puede ser que sea poco,
Vázquez Ortiz– es más pura que la otra, sólo la literatura nos permite despertar. co, La bola y Pícame tarántula. Las mujeres con blusa de manga pero para mí ha sido todo lo que alcanzo a ver. Me pasa, nos
aquella que se pretende real: la inconclu- larga y abombada hasta el codo; pechera con encajes, camafeo pasa, como todo el mundo: sólo quiero regresar y vivir en paz.
Cinco estúpidas razones
riana Hipermart, desde Apodaca hasta
Santa Catarina. Al morir nos pelamos
con el último grito de la moda. Mama-

para amar u odiar


dotes y flaquitas, veteranos y milenials,
dios bellísimo que tiene su boutique en
los cielos nos manda desde allá su bien

locamente a Monterrey
nutrido guardarropa.
Tres bis. La fodonguez del adefesio.
Qué vatos y rucas tan zarrapastrozos
somos. Neta. Qué oso. Monterrey se
distingue por la naquez provinciana de
Joaquín Hurtado sus aborígenes. Las seños y los ñores se
dejan crecer las panzotas hipopótamas.
Qué horror. Así salen al súper o a bailar
cumbias con sombreros ultramacuarros.
Chíngale. Qué peinados tan equis, qué
maquillaje tan chafa, qué vestidos tan
de segunda, qué espantajos apestosos
se bajan del camión. Dios permita que el
diablo nos cargue y nos venda en el circo
de los fenómenos abominables.
Cuatro. El tráfico cuando no hay trá-

H
fico. Oh, miren: el sereno regio no lleva
amburgo.- Uno. La gente. Los parramados en toda el área metropolita- prisa, no oprime desaforado el claxon,
regios son generosos, cultos, na. La proximidad con EU es una gran no saca la pistola, no quema llanta, es
buenos anfitriones, humildes, ventaja para exportar famas e importar amable, cede el paso, avisa con tiempo
alegres, trabajadores, lucho- ingredientes internacionales. El dios que el cambio de carril, se estaciona donde
nes, ahorrativos, ciudadanos ejemplares. reina y juzga en el cielo nos obsequia debe, respeta los reservados; qué educa-
Es un mito de muy mala leche la supues- complacido varias estrellas Michelin. do, qué atento, qué considerado con el
ta tacañería y mamonería de nosotros los Dos bis. La asquerosa tragadera. La peatón, con el ciclista, con el viejito de
bárbaros. El regiomontano promedio se cercanía con Yanquilandia, el consumo bordón, el ciego y el payasito de cruce-
quita los chones sin dudar un instante, compulsivo de refrescos, el sedentaris- ro. No mienta madres, no saca la lengua,
da a manos llenas sin pedir nada a cam- mo, el gusto por darle gusto al gusto, su- ni manotea siquiera. Es un ángel de la
bio. La calidez, la filantropía, el socorro mados a nuestra contumaz e irresponsa- guarda. Maneja tan civilizado. Ejemplo
al necesitado son legendarios en época ble manera de trompear como cerdos en de chofer, un caballero inglés. Dios ex-
de desastre. Los políticos y los escritores cuanta fritanga y franquicia de comida pide sagradas licencias a los choferes re-
–esa plaga bíblica de mentirosos profe- chatarra se nos atraviese, tiene atestados gios que lucen alas de querubín.
sionales– se han encargado de dinami- hospitales y panteones con gente obesa, Cuatro bis. A rajamadre. Monterrey
tar esta imagen idílica con propósitos hiperglucémica, hipertensa, hiperuptothe- tiene primer lugar en percances viales y
inconfesables. El pueblo espléndido  les mother con triglicéridos, colesterol y lon- muertos por accidentes automovilísticos
cobra muy caro la patraña y prosigue su jas que no se quitan ni con malteadas de a nivel nacional. Su sed de sangre inocen-
camino franciscano. Diosito nos resguar- Herbalife, o sesiones fatigosas de zumba te es insaciable cuando se pone al volan-
da un terrenito campestre en el cielo de con las comadres. Somos gusgos orgu- te. El puto, perrísimo tráfico tiene la cul-
los santos. llosos. Dios benévolo nos adelanta otro pa. No las familias que tienen dos coches
Uno bis. La pinche gente. Los regios pedacito de tierra en el cielo por nuestro por cabeza, más uno por mascota. Hasta
en su inmensa mayoría somos gachos. modo de tirarnos al vicio de la tragazón. el cotorro tiene carro pa cotorriar con las
No gachos, gachísimos. Culeros. Vanido- asegura otro terrenito en el cielo. Tres. Sexy people. Hombres y mujeres, cotorritas. Ese güey quiso agandallar y
sos, cochinos, rebeldes, derrochones, ho- Dos. La comida. Más allá de los pla- chicos y abuelas, maricas y lesbianas, pos no tuve más remedio que echarle la de entrañables zonceras. Qué chavas pierde entre el lodo y la cagada del habla
mofóbicos, misóginos, racistas, clasistas, tillos típicos que cualquier guía de tu- potentados y pordioseros, los regios po- Hummer encima, pa que aprenda a res- más alzadas y culas, qué ruquillos tan regiomontana.
malmodeados, crueles, cínicos y codos. rismo pedorra anuncia como cabrito al seemos cuerpos de tentación y caritas de petar el puñetas. Chócala con todo a la pizpiretos y güevudos, qué mamis tan
Que nadie nos venga con cuentos, con la pastor, asado de puerco, tortillas de ha- terciopelo. Gobernamos el universo con pinche vieja, estúpida quién te enseñó a ricas como su reputísima madre. Dios P.S. Como podemos apreciar, mi ciudad
intención de picarnos los ojos. El señorón rina con machacado, cortadillo norteño, gestos, acentos, bailes, canciones, calza- manejar. Rebásalo, pártele en su madre nació en Cadereyta y empezó a echar natal, Monterrey, es obra de dios glo-
de San Pedro o la ñora de la Indepe cie- glorias de Linares, tostadas de la Siberia, do, modos, caminados, miradas y mo- al idiota que va como baboso. No andas tersos putazos en la carnita asada viendo rioso. Da y quita pero con el diablo se
rra su cartera, chasquea la lengua, frunce menudo picoso, barbacha de cabeza, chi- delazos que nos hacen ver y nos hacen en la Alameda, joto. Tienes alas o qué el futbol clásico entre Tigres y Rayados. desquita. Tiene de todo para convertirse
labios, enarca las cejas, da media vuelta, charrones de la Ramos con Tecate light, sentir la mera vena, la última Cocacola pedo. Tatatata ta, cagado mamón. Dios Cinco bis. Pero qué boquita, hija, en la ciudad más ordenada y limpia del
se burla del menesteroso guatemalteco y y mil exquisiteces que nuestra cocina en el desierto. Al chile: nos caemos de nos abandona a nuestra suerte en Gon- pareces carretonera. Hace un vergo de mundo mundial. Su resplandor civili-
lo deja con la mano tendida. Luego pone ofrece al paladar más exigente; existen buenos. Nos creemos bellos. Lo somos. zalitos o Constitución. tiempo que ocupo voltiar para darte la zatorio llegaría hasta Tampico, Saltillo,
un post en Feisbuk ufanándose de su des- mezclas, síntesis, revoltijos, fusiones, Desde muy pequeños aprendemos a Cinco. Él habla acá bien golpeao. Qué contra, pelao. Sólo hay que rogar que McAllen, Houston, la Huasteca y Mon-
precio hacia el débil, de cómo negó un transformaciones y devociones de alto vivir con esta regia responsabilidad. acento tan sublime. Qué rico vocabula- nadien se nos ponga enfrente, porque le clova la bella. Su grandeza sería la envi-
vaso de agua a la virgen María. De los linaje que la creatividad y la glotonería Arrogantes arroyamos con nuestra má- rio. Qué florido diccionario. Qué versátil vacío la tracatraca y le doy una cabronsí- dia de París, Londres, México, Buenos
muertos del Casino Royale. Escupe sin local ofrecen en fondas, puestos calleje- gica beldad. Yo no conozco machos tan nuestro glosario. Al típico regio le salen sima arrastrada de padrastro putañero. Aires, Matehuala. Pero no. Simplemente
piedad a los familiares de los desapa- ros, restaurantes de caché, mercaditos, apuestos ni morras tan hermosas como cultismos naturalitos antes de nacer. Niño, cierra ya ese hocico de cañería. no le da su pinche gana.
recidos, tunde al jodido, y al hacer esto fogones de medio pelo y taquerías des- los y las niñas de cualquier Mall o So- Qué verba más densa, académica, llena Dios resbala con tanto gargajo, azota y se

6 Q Q 7
Monterrey: mitos
Si no es por los grandes corporativos, narme la vida como diseñador gráfico o ilus-
Monterrey existe de vez en vez, cuando hay trador. Es el trampolín que me ha permitido ir
masacres, desastres naturales, un reportaje y venir a distintos lugares y conocer un poco

y realidades
sobre el hombre más obeso del mundo y, en de lo que hay afuera. Sonrío al recordar a mis
contados casos, por algún personaje destaca- socios de la cooperativa Semilla Creativa, así
do gracias a su talento, como sucedió con la como a todos los artistas que nos honraron en
noticia de la muerte de Celso Piña. el escenario de K’iin Café. Al recrear las juntas
Los barrios, las costumbres, las inquietu- semanales del grupo Vecinos del Centro y las
Saúl Escobedo des, temores y aspiraciones del regiomontano jornadas de fiesta en el barrio, y de limpieza
común, no son reflejadas en los paquetes de de parques y calles.
comunicación emanados de la zona metropo- Desde aquí siento mi corazón conectado
litana de Monterrey, sino el estereotipo bruto siempre a mi ciudad, pero por razones muy
y futbolero. Y es precisamente el poder corpo- distintas a lo que institucionalmente se pro-
rativo el que define los parámetros de lo que mueve sobre ella. Tengo esperanza que pron-
es o no ser “regio”. Qué consume un regio, to cambiará la cara que ofrezca Monterrey
cuál es su afición, qué lo entusiasma y lo hace al mundo; que su discurso será de armonía,
gritar. Por eso cuando algún hispanoparlante ideas, creatividad y razón. Tengo la certeza
de por acá se entera que soy de Monterrey, la que ese cambio será consecuencia de las deci-
pregunta que me es formulada por acto refle- elefante en medio de los cerros que bordean siones que tomen los chavos que nacieron con
jo es: ¿y a qué equipo le vas? la ciudad. Antes, más en la intimidad de la las redes sociales; que han tenido más opcio-
En las esferas ejecutivas de los grandes sobremesa; ahora, más abiertamente, como nes que ver los programas de Chavana y Don
negocios no tiene cabida el regiomontano se puede apreciar con frecuencia en las redes Rober; que no están acostumbrados a que les
común. Ni voz ni voto. Las luchas y mani- sociales. impongan un formato de vida y que no creen
festaciones ciudadanas son ignoradas de Los regiomontanos culpamos a los mi- en las ilusiones que les quieren vender.
forma automática. A lo mucho, plagian las grantes de los problemas que nosotros mis- Creo que la ciudad más contaminada
consignas para añadirlas blanqueadas y des- mos hemos creado o dejado crecer. Es una puede convertirse en la más verde. La más
cafeinadas al discurso de fundaciones, AC’s y postura simplona y comodina, pero sobre estresada en la más feliz. Cambiar la carne
ONG’s, a modo que no llegan muy lejos, pero todo muy conveniente para los gobernantes asada más grande del mundo, por el mejor
son lucidoras. Los gobiernos también están que también cargan contra los extranjeros que índice de nutrición y bienestar. La porra más
sujetos a los deseos de los altos ejecutivos, y pasan o deciden residir en la ciudad. gritona, por la urbe más culta. La telebasura,
los políticos también juegan el juego y hacen La contaminación, la inseguridad, el des- por teatros llenos. Los megaconciertos que
como que escuchan a grupos y colectivos, y control inmobiliario, el tráfico desquician- tumban árboles y destruyen jardines, por re-
hasta los integran a consejos y mesas de traba- te, el transporte colectivo caro, ineficiente y citales y exposiciones de todas las expresiones
jo patito, para al final tomar las decisiones que peligroso, etcétera. Nos resistimos a seguir artísticas, en todos los rincones del estado.
convengan al capital grandote. al dinero y descubrir a quienes realmente se Se cayó el teatro guiñol y huyeron los ma-
Confío en que poco a poco las historias benefician de este caos. ¿Para quiénes es un rioneteros. Nos quedamos huérfanos. Ya has-
de las calles y casas de Monterrey serán más negociazo la construcción de “obras viales” ta dan poquita risa los esfuerzos por querer
conocidas que sus equipos de fut. Que las lu- mal planeadas, mal construidas, incompletas sostener en su pedestal a los ídolos de vidrio,

L
chas de sus ciudadanos tendrán más eco que y excluyentes? ¿A quiénes les conviene que papel, agua teñida y metal, que en nuestra
os Ángeles.- Uno crece adoptando y rías completas en cuanto a la disposición de nocido y respetado en todo el país. En todo las campañas publicitarias. Que sus ríos, ce- las autoridades ambientales sean un cero a mitología encarnaban el espíritu pujante de la
alimentando los mitos y leyendas de las líneas de producción, y de la importancia el planeta. rros, bosques y edificaciones antiguas, sean la izquierda? ¿Quiénes levantan torres de industriosa sultana.
su terruño. Queriendo creer que per- de obtener certificaciones. Su mente ingenieril Escribo desde la ciudad Los Angeles, Ca- más importantes que sus estadios, desarrollos departamentos sobre inmuebles catalogados Cambia la “mística”, nos guste o no. Mu-
tenecemos a un lugar especial y que le permitió ir con las tendencias y computar lifornia, EEUU. Una ciudad que ha trabajado inmobiliarios y los chorizos verticales de con- como patrimonio artístico y cultural, ante la chos de los que tomarán las decisiones maña-
como él no hay dos. Luego uno sale y se da los cambios. También fue eficiente en transmi- su propio guión para la película llamada Ho- creto de estilo “contemporáneo”. complacencia o impotencia del INAH y el na, ni siquiera han llegado a habitar la ciudad.
cuenta que después del primer semáforo ya tirnos a mí y a mis hermanas la mística alrede- llywood, que ha compartido con el mundo y Quiero que la próxima vez que alguien INBA? ¿De qué tamaño son las fortunas de Monterrey se transformará para buscar su
hay otros “otros” que claman lo mismo para dor de las bondades de una buena empresa, en la que los mexicanos son personajes mar- identifique mi origen me pregunten mejor los concesionarios de rutas camioneras, quie- propia supervivencia, y para ello se cambia-
su pedacito de tierra. El caso que me ocupa como a la que él se consagraba, la grandeza ginales o inexistentes, al igual que los “sin cosas como: ¿De Monterrey?, ¿donde deci- nes se quejan siempre que con lo que captan rán hábitos y se optará por estilos de vida has-
hoy es el de Monterrey y sus mitos y realida- de una capital moderna como Monterrey y el casa”, quienes acampan en largas banquetas dieron convertirse en un pueblo bicicletero?, de tarifas no les alcanza? ¿Son los mismos ta ahora inimaginables. Algunos mercados
des que amamos y detestamos. empuje de sus líderes, titanes de la industria de toda la ciudad. ¿donde detuvieron las máquinas que pelaban favorecidos de que el Metro de Monterrey se desaparecerán, otros se contraerán o atomiza-
Hijo de inmigrantes, crecí en las nuevas que supieron salvar los obstáculos y aprove- Aquí, la ciudad de Monterrey sólo existe los cerros?, ¿donde conservan su patrimo- quede chiquito? ¿Son parientes o socios de rán. Cada vez más escucharemos las palabras
colonias del norte de la ciudad durante los char las oportunidades. Una narrativa encan- de una fantasmal manera a través de marcas nio arquitectónico?, ¿donde supieron frenar funcionarios? ¿Son gobernantes, diputados, economía local, sustentabilidad, autogestivo,
70’s y 80’s. Mi padre, originario de Zacatecas, tadora que asimilé a la par que el catecismo como Topo Chico o Tecate, o en la presencia la devastación y pudieron sanar la ciudad?, alcaldes o regidores? comunitario, cooperativista, orgánico, reutili-
cubría un tiempo completo para una plan- católico. de revolvedoras de Cemex en los sitios de ¿donde sus gobernantes son gente inteligente ¿Será que tememos que si le rascamos un zable, biodegradable, autoproducción, decre-
ta industrial en San Pedro, por la carretera a Todo encajaba. En la tele, prodigioso apa- construcción. Muchos no saben de la existen- y sensible, preocupada por el medio ambiente poquito más caerán los mitos que sostienen cimiento, incluyente y amable con el ambien-
Saltillo, a donde llegaba desde San Nicolás de rato que normaba la realidad, se remachaba cia de Monterrey, Nuevo León y la confun- y la calidad de vida de sus habitantes? ¡Qué apenas la imagen que queremos sostener de te y con los animales. Esa es la tendencia. Aún
los Garza, tras un trayecto de una hora en un la historia que mi papá nos contaba. También den con Monterey California. También aquí, envidia! nosotros mismos como “regios”? incipiente, pero tendencia al fin.
día sin tráfico. Mi madre, de Linares, Nuevo en el periódico El Norte, que no faltaba todos durante la producción de un comercial para Cada vez que alguien, refiriéndose a la Monterrey es mi cuna. Donde vive mi Monterrey será la antítesis de lo que fue
León, me heredó el gusto por los dulces, y un los días en casa. Muchos crecimos con la idea TV, conocí a Jerry, un director de fotografía migración, dice: “es que ya somos muchos”, familia y mis círculos de amistades más en- y ello significará un triunfo de los mismos re-
diccionario completo de regionalismos que de que las grandes empresas regiomontanas afroamericano que impartió clases en el Tec, pienso en el porqué esa misma gente no pro- trañables; donde están los grupos de activis- giomontanos (viejos y nuevos) por encima de
mi hermana se ha ocupado de compendiar. eran como unos padres grado corporativo, hasta que lo ahuyentó la ola de violencia que testa ante la falta de campañas de control na- mo con los que me he identificado y en cuyas los mitos e irrealidades que se perderán para
A mi papá le eran impartidos cursos y que estaban ahí para guiarnos y procurar explotó en México en tiempos de Calderón, tal. O sea, ya somos muchos, pero todavía hay manifestaciones y actividades he tenido opor- siempre en la nata de esmog que ellos mismos
seminarios de los temas de vanguardia en la nuestro bienestar. Nuestra ciudad era un cuya devastación es documentada por Netflix lugarcito para los futuros hijos de las familias tunidad de participar; en donde he podido provocaron.
industria, como lo eran la “calidad total”, teo- bastión industrial y del emprendimiento co- en “Hasta los dientes”. de aquí. La xenofobia y el racismo han sido el hacer teatro, producir video y animación, ga-
La Sultana que se finge
tierra (demasiado) firme
Roberto Maldonado Espejo

De mi amor y otros
demonios
M
Manuel Yarto anzanilla del Mar.- Estamos dad. Trabajar para una empresa y tener Las ciudades como centro de ejer-
cumpliendo cinco años de tiempo de mostrar lealtad tenía sus re- cicio y reparto del poder generaban
haber salido de Monterrey. compensas, acaso porque los sindicatos ciudadanos, luego los convirtieron en
Vivimos al filo del agua, a la “blancos” debían equilibrar a los “ro- consumidores, para terminar, sin exage-
orilla de La Mar; hemos aducido miles jos”, y porque la Ley Federal del Trabajo ración, en hacerlos esclavos. Esclavos del
de razones ante la extrañeza de quienes mantenía algunas apuestas a este tipo mundo que cada uno de ellos hace en su
nos preguntan con el gesto de quien de desarrollos. La universidad no tenía imaginario, a través de los medios. Es-
espera una confesión, de quien da por rejas y podíamos ir a cualquier hora, in- clavos de su pequeño mundo, cada vez
hecho que sólo un desastre puede hacer cluso pasar ahí largas noches y practicar más alejado del mundo real.

M
que una familia deje la gran ciudad, de algo más que lo académico. Monterrey está en nuestra historia
onterrey.- Nací en Monterrey en 1960 y he vivido multiculturalidad que se nutre, y ya forma parte de su ADN, quien vive en la prisión del prejuicio de Era una ciudad caminable y dejó de familiar como una parte muy importan-
aquí desde entonces. Sin embargo, mis raíces no de la riqueza que aportan los migrantes que a diario llegan por que la ciudad es el gran hogar. En nues- parecerse a McAllen cuando quitaron las te en la construcción de eso que llaman
son regiomontanas. Mi padre, coahuilense, y mi miles. Obvio que a los migrantes de piel blanca les va mucho tro fuero interno sabemos que no tene- palmeras de la Calzada Madero, junto al identidad, y que nosotros ponemos en
madre, potosina, llegaron a la ciudad hace más de mejor que a los de piel oscura. mos más razones que fundamentos in- camellón de catorce metros que servía duda a cada momento; sabemos que vi-
60 años, para hacer familia y patrimonio. Aunque orgulloso re- La acelerada transformación en las últimas décadas, de un ventados, que nuestra decisión fue como de paseo familiar; pero no dejó de ser la vimos en nuestro propio desconocimien-
giomontano –amo mi terruño–, mi infancia se nutrió con los centro fabril e industrial a un centro educativo, ha cambiado el tirar una moneda al aire, dados lanzados ciudad norteamericana más al sur de la to y no nos engaña ese otro mito de las
usos y costumbres de las áridas tierras de La Laguna coahui- rostro de la ciudad. En vez de las fábricas, el polo de atracción desde donde se toman las fatalidades frontera. No me contradigo, no es nos- “raíces”.
lense, donde pasé mis veranos. Y eso define mis gustos y dis- son hoy las instituciones educativas, que cada año reciben a como elecciones: nuestro inconsciente. talgia por ese tiempo, ni siquiera por la Volver a las raíces, lugar común que
gustos de la ciudad y su cultura. miles de jóvenes que buscan una educación de calidad. Jóvenes La Sultana del Norte ya había des- frutería La Victoria, que vendía licuados consuela de la pérdida, ilusión que en-
En la psiquiatría se le llama trastorno disociativo de la iden- que, al graduarse, se quedan aquí por la variada y poderosa pertado molestias serias, pero no más las 24 horas; es acaso porque el poema gendra el volver a empezar. Volver a las
tidad, a la existencia de dos o más identidades en una perso- oferta de oportunidades para el escalamiento social.  que en todos los que ahí viven aún. Sa- de Samuel Noyola sí me despierta esa raíces está en la memoria, como si fue-
na, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el Porque, también hay que dejarlo claro, ese espíritu de tra- bemos que ahí estudiamos, trabajamos y envidia de detener la instantaneidad en ra el botón de rebobinado desde donde
ambiente. Creo que Monterrey, y no es excepción, padece ese bajo y ambición material –herencia de las comunidades mi- empezamos la familia, así como sabemos unos versos adecuados a cualquier tiem- cambiar una historia personal que se ex-
trastorno. grantes de judíos y sefarditas–, ha hecho de Monterrey una que no tenemos nada que agradecer a po y ciudad. He escrito todo esto porque tiende a una comunidad. Dos mitos sos-
Por ejemplo, la regiomontana es una sociedad pragḿática, ciudad de riqueza económica. Y ahí aparece otra ambivalen- ese espacio y sí bastante a muchas per- el pedido de este texto así lo exige: per- tienen esta metáfora vegetal: el espacio y
focalizada en el trabajo como principio y fin del ser, generadora cia de la sociedad regiomontana, la cual tiene que ver con su sonas que forman parte de nuestra histo- sonal. el origen; dos categorías cuya fuerza es
de riqueza material, y por tanto notablemente anti-intelectual. relación con el dinero. Durante generaciones la población se ria, más que la ciudad. Pero también con la conciencia de su concreción, que luego se pierde en el
Pero al mismo tiempo, Monterrey es sede de excelentes institu- destacó por su cultura del ahorro y austeridad, que para al- No amo a esa Ciudad de las Mon- que ese mito: la vuelta al origen, menti- lienzo de lo simbólico.
ciones educativas, que atraen desde hace décadas a las jóvenes gunos rayaba en la tacañería. Pero al tiempo que se mantiene tañas, tampoco la odio y mucho menos do como verdad, no tiene nada de clari- Arrastramos momentos, personas,
generaciones de todo el país. Y la universidad es por excelencia esa cultura, donde le cobras a tu mamá el litro de aceite que me es indiferente; y no es un chiste, es doso, sino que es más bien un clavado acaecimientos que están presentes en
un espacio de libertad para desarrollar el intelecto. te pidió le compraras en la tienda, conviven el dispendio y el dejar de lado epítetos que confunden en las aguas cenagosas, turbias, donde este lapso corto que nos toca y que lla-
Otra prueba de esa doble identidad tiene que ver con su vi- consumismo extremo, donde gastas lo que sea para celebrar el en el hábito y que nos hacen creer que se gestan los secretos de futuras conse- mamos vida, porque sabemos que nues-
sión del otro. Una población claramente racista, donde los “ca- 15 años de tu hija, la graduación de kínder, o pagas a escanda- elegimos cuando en realidad eso nos ha cuencias. tro hogar lo inventamos: el tiempo; que
deneros” seleccionan como si fueran reses al matadero quién loso sobreprecio la entrada al partido de futbol, o tu grupo de tocado vivir; básicamente hubiéramos Vivimos aquel tiempo de la Liga 23 con cierto abuso de la palabra es el es-
puede o no ingresar a los bares en la ciudad, según el color de música de moda. sobrevivido en cualquier ciudad. Para de Septiembre como testigos y no creí- pacio real que vivimos. Nos tocó Mon-
la piel, o el cabello y la delgadez del cuerpo. Práctica que la Pero más allá de ese trastorno de identidad, que se refleja mi fortuna, no tengo el pálido consuelo mos, algunos, que los empresarios son terrey y pudimos cambiar de lugar, pero
sociedad joven aprueba casi sin chistar. en estos y otros aspectos, son más los lados amables y valiosos de la engañosa nostalgia. los prohombres de esa urbe, sino los no podemos cambiar nuestro tiempo; es
Aunada a ese condenable racismo está una visión etno- de Monterrey y su gente. Quizá por eso el pronóstico es que Llegué a Monterrey a estudiar. Era obreros, los migrantes que llegaron de ese lapso ante lo que sigo vibrando con
centrista: todo lo regio es bueno –lo que eso signifique–, y por seguirá creciendo; pese a su falta de agua, a su exacerbada con- una ciudad donde el trabajo y el talen- San Luis y Zacatecas –sobre todo– bus- cierto amor, con mucho amor, por cierto.
supuesto mucho mejor que lo que venga de fuera. Todo ello taminación, y a su ofensiva cultura vial, tanto nacionales como to eran apreciados si se salpicaban de cando ese “milagro” que ofrecen las ciu-
un verdadero contrasentido, pues la ciudad es un espacio de extranjeros ven a la ciudad como el sueño mexicano. cierta dosis de agradecimiento y docili- dades: el desarrollo, el progreso.
Orgullosamente regio
Luciano Campos Garza

M
onterrey.- Soy de Guadalupe, Monterrey. ¿Dónde creen que está ubicado?
el municipio que es vecino de Exacto: en el mero Guadalupe. A Monterrey
Monterrey, al oriente. Crecí en sólo le toca la enorme sombra. Ojo: una parte
el mero centro del territorio gua- sustancial de la fuerza laboral de la capital re-
dalupense, pero cuando salgo del estado me side en mi municipio. Somos el dormitorio de
dicen que soy regio. Damn. Soy de Guadalu- los trabajadores que mueven los engranes de
pe, guadalupense, aclaro con prontitud. ¿No la ciudad que se cree modelo.
entienden? Fuera de aquí se cree que todo En 1997, México obtuvo el campeona-
Nuevo León es Monterrey. Pero lo compren- to mundial de Ligas Pequeñas de beisbol en
do, porque la ciudad es emblemática, ni cómo Williamsport. La liga que se coronó fue la de
negarlo. Linda Vista, una colonia ubicada en Guada-
Quienes viven en entidades periféricas lupe. Y qué creen, en la transmisión de TV,
de la República Mexicana la ven con asom- los comentaristas animaban: ¡Vamos, Monte-
bro. Con algo de ese desprecio salado, gene- rrey! Uf. Luego, ahí está el mito lapidario de públicos. por ejemplo. Aquí se puede ver prácticamen- se junte, mayormente, en la casa familiar. Se
rado por las tontas rivalidades surgidas de la Alfonso Reyes, que enaltece al obrero regio Y luego está la sacrosanta pasión futbole- te de todo y todos los fines de semana. Hay le reverencia a mamá como a la Virgen de
proximidad geográfica, nos llaman chilangos como “un héroe en mangas de camisa”. Cha- ra, con su indeclinable contumacia cervecera, futbol, beisbol, básquetbol a nivel profesio- Guadalupe, en un altar simbólico ubicado a
light. Viéndolo bien, con todo y su pomposa le. Como si la gente que trabaja en Mérida o que embriaga de goles y chelas a la fanatica- nal. Todos los artistas que salen de gira pasan un lado del asador. En Tamaulipas la gente se
autocelebración, podría pensar que Monte- Nacajuca no aportara nada. Y pensar que el da. No hay plaza en México, como la de aquí, por aquí. Cantantes, teatreros, saltimbanquis, reúne en las palapas. En las colonias de esta
rrey es, al mismo tiempo, el resumidero de mismo Reyes, enaltecido de Monterrey para que transmita más programas de futbol en conferencistas, intelectuales, mercachifles, zona metropolitana, en el traspatio donde cre-
Nuevo León. Todos los males del estado van el mundo como el “regiomontano universal”, radio y TV. La polémica es barata. Los caco- dioseros. Hay montones de espacios para que ció la raza, donde se apilan bicicletas descom-
a parar ahí. Y por lo mismo, la ciudad, igual era un patán en su vida privada. fonistas regiomontanos golpean cada semana se presenten: la Arena Monterrey, el Pabellón puestas y que se orla con macetas colocadas
que el hoyo que conduce al albañal, apesta. De acuerdo, la capital de Nuevo León es el avispero para armar alborotos entre la fana- M, el Auditorio Citibanamex, Showcenter en tinas de lavadora, nos reunimos en torno al
El estado padece una macrocefalia incu- la ciudad más importante del norte del país. ticada, con temas que se esfuman cada lunes, Complex, Auditorio San Pedro. Cuenta, tam- fuego para adorar la flechita y el tibón, como
rable. El 95% de su población está concentra- Punto a su favor. Aunque, por otra parte, eso cuando hay otras discusiones y es necesario bién el Café Iguana, cómo no, para toquines si fuéramos cromañones ensombrerados y
do en la decena de municipios que conforman no significa nada más que la confirmación darle de palos al panal. Y la banda ebria de más cerrados. con botas, que brindan jubilosos, chocando
su área citadina. En igual, o mayor propor- émbolo empujando el mastique de mis intes- del aldeanismo regiomontano. ¿Neta, regio, pundonor arremete en defensa de la casaca. Las vialidades son enormes y anchurosas. frascos de espumosos potajes espirituosos y
ción, los recursos que obtiene el estado se van tinos. Pobre, morirá engañado. No desmentí a te sientes chingón porque tu ciudad es más Lo dice David Mamet: hablar de los deportes Constitución y Morones Prieto recorren toda fríos.
directo a la alcancía desfondada de la capital. mi amigo. Lo dejé ensoñando en que acá todo importante que Huejotitán o Llera, o porque en espacios especializados, cuando no hay la ciudad de oriente a poniente, ida y vuelta. Después de todo, no es tan malo vivir
Que se jodan los otros 50 municipios, parecen es de realeza cuando, la neta, Monterrey no es tienes más ingreso per cápita que Bacadéhua- juego, es como prolongar la emoción. Y aquí Se ponen insufribles en las horas pico, lo sé, aquí. Se me pasaba: me parieron en el Hospi-
decir las autoridades, con dedicatoria a los más que un jacalote urbanizado. Bien lo decía chi? Camán. En La Alianza hay marginación la emoción prolongada se eterniza, con ráfa- pero habrá que ver cómo se vive en el tráfi- tal de Zona, en el mero Centro de Monterrey,
municipios rurales. Desde esta parte del es- Chabelo cuando En Familia, se refería a ciu- somalí. A un lado del Palacio Municipal, en la gas diarias de transmisiones de programas de co de ciudades como, por ejemplo, Reynosa, pero mi ombligo está enterrado en el Centro
tado, los alcaldes de Galeana, Doctor Arroyo, dades como esta como provincia. Somos pro- colonia Independencia, hay una zona de gue- futbol que a todos nos bañan, aunque no que- en la mañana o en la tarde, para saber que lo de Guadalupe, en la casa que mis papás han
Aramberri, China… son vistos como pedi- vincianos. Pero como que no lo entendemos rra, permanentemente conflictuada y depri- ramos, aunque quisiéramos escapar, como la que acá tenemos es una bendición. Lo mismo habitado desde que nací. De cualquier mane-
güeños que desfilan en el palacio de Gobierno muy bien. O nos cegamos ante los hechos, mida. Pero siempre hay momento para darle radiación atómica que nos va a carbonizar en pasa con el transporte urbano. Está deficiente ra, por necedad simple, no me quiero conver-
con el sombrero extendido porque, para la ad- por ceguera convenenciera, o por ignorancia nivel, por supuesto, porque en sus calles cre- el día del holocausto nuclear. Monterrey está y es muy malo, pero funciona. Pero habrá que tir en regio, soy guadalupense. De corazón,
ministración estatal, la gente de las rancherías bendita. ció el ya difunto rebelde del acordeón, Celso inundada por balones. El mundo del regio es echarse una vuelta a Tijuana, para saber lo hubiera querido nacer en la Clínica 4, ahí
no vale nada. En esa enorme cabeza conurba- Existe entre la gente que vive aquí, un Piña. Como si el origen del músico santificara marca Voit y tiene gajos. que es sufrir un mal servicio. cerquita de la plaza principal de Guadalupe,
da, Monterrey es como una frente chipotuda, trágico complejo de superioridad, que la ese girón de capital que es, al mismo tiempo, Los que hemos tenido la oportunidad de Y hay buenas escuelas. Está la UANL, el pero tampoco estoy para andarle reclamando
la parte más amplia y visible. hace sentirse más que el mexicano promedio. pintoresco y peligroso. vivir como migrantes en ciudades de algún Tec de Monterrey, la UDEM, la U-ERRE, la a mi jefita dónde tuvo a sus críos.
Como la capital es referencial, a todos nos Como el que vive en la capital de Nuevo León A escasos kilómetros de ahí se encuentra, país desarrollado, nos damos cuenta, con un Metro. Son buenas opciones y accesibles para No me detengo mucho a pensar en esto
ponen un remoquete que me parece bastan- asume que los municipios anexos también en el contraste brutal, Cumbres Platinum, una poco de pena, que, en comparación, el regio estudiar una carrera. Pero no me extenderé de que si Monterrey es grande o no. Nunca
te mamón. “Soy regio”, dice el nacido aquí, son de su pertenencia, siente que en la aveni- de las colonias más ricas del norte de México. vive en una chabola. Y, en algunos puntos de mucho en este punto, porque entonces sí me he tenido que pagar un precio por esta duda,
cuando se identifica por gentilicio. Lo peor da Las Torres, de San Pedro, tiene su propio Establezco los extremos para remarcar las di- la ciudad, si seguimos con el contraste, en las pondría como el regio mamila que he estado así que dejo que el mundo gire mientras tiro
es que los de afuera se lo creen. Un amigo, Dubai, lleno de edificios majestuosos y con ferencias de lo que se ve, hacia afuera, como cavernas. apedreando en estas líneas. a la basura mis indefiniciones. A fin de cuen-
hace poco me lo aclaró con tono grave: “Es grúas espigadas, haciéndolos cada vez más el paraíso del progreso mexicano, pero que es, Aunque, por otro lado, tengo que recono- Además, esa liturgia dominical deno- tas, ¿a quién le importa que el regio se sienta
que, neta, compadre, Monterrey es una ciu- altos, como aquella ciudad de los Emiratos, hacia el interior, una metrópoli con marcadas cer que el rancho que habito tiene sus peda- minada carne asada no la cambio por nada. chingón?
dad fregona. Ustedes los regios todo lo hacen que se eleva de manera inexorable. Hey, sé- desigualdades que hablan, como siempre, de citos buenos. Todo lo que ocurre en el norte La familia es muégano, está muy unida y la
grande”. Mientras lo mencionaba, sentía un panselo: ni siquiera el Cerro de la Silla es de la deficiente administración de los dineros de México pasa por aquí. En entretenimiento, reverencia a la madre hace que la parentela
De donde la querencia Aquel Monterrey adorable
Los valores comerciales se sustentaban
en Monterrey en valores éticos, lo mis-
mo en el caso de un tendero en el barrio

y su opuesto que ahora detesto


de La Luz, que de un fabricante de hilos
y tejidos en Santa Catarina.
Los regiomontanos nunca fuimos
una sociedad opulenta, pero sí una co-
munidad previsora. Nunca fuimos nota-
Abraham Nuncio Eloy Garza González bles inventores, pero sí grandes produc-
tores. ¿Por nuestras raíces árabes? No lo
sé (tampoco importa tanto). Veíamos con

M
afecto (y un poco con signo de pesos) al
foráneo, libanés, judío o irlandés. Nos
onterrey.- A ver. Luis Carvajal (o Carabajal)) de la de tantas ironías a la lucha armada que se libraba en el país.
gustaba comerciar: comprar y vender.
Cueva pacta con el monarca Felipe II (en las famo- Con ese retazo de historia, el nieto de aquel hombre que
Así creció nuestra calidad de vida, por
sas capitulaciones de 1579) la colonización, asiento aparece en un relato escrito por José Juan Charles, un profe-
encima de otras regiones de México.
y pacificación del Nuevo Reino de León. En una sor normalista, para el volumen Mi pueblo durante la Revolución
Lo que vino después es un desastre.
de las cláusulas se estableció que Carvajal podía traer al reino (edición original del Museo Nacional de Culturas Populares)
Es la parte más aborrecible de los patro-
por fundar 100 jefes de familia sin el pero usual de que debían y los materiales de que pudo hacerse durante su estancia en
nes de conducta de los regiomontanos.
ser cristianos viejos, vale decir, que no fueran judíos o pudieran Monterrey, escribió Visión de Monterrey donde da cuenta del
Se vendieron las empresas insignias de
pertenecer a la vieja ley (la ley mosaica). Ese rancio antisemi- porqué la querencia y su opuesto por esta ciudad tupida de
Nuevo León, se perdió el autocontrol (la

M
tismo dio lugar, entre otros crímenes y dislates, a la ridícula contrastes sociales y humanos.
capacidad de domesticar nuestros ins-
idea de la pureza de sangre. Por ello el funcionario al servicio de Me permito ver a ese autor a la distancia y siempre que lo
onterrey.- Podría enumerar tintos), se entregaron las calles al crimen
la corona española no tuvo mayor tropiezo al embarcar, como pienso me alegra verlo trabajar y ser recipiendario del premio
los lugares turísticos que organizado, se creyó que el trabajo era
parte de los sedicentes colonos, a varias decenas de judaizantes al que convocó el Republicano Ayuntamiento de Monterrey y
más adoro y que más detes- un castigo, se vivió ya no para producir
o judíos conversos –si no es que de algunos judíos a secas. la empresa irlandesa IMPAC para elaborar un ensayo sobre la
to de Monterrey. Lo mismo y ahorrar, sino para simular y apantallar.
Carvajal  fundó la ciudad capital en las inmediaciones de historia de la capital del ahora estado de Nuevo León con moti-
podría hacer de su gastronomía (adoro ¿Por qué nos pasó esto? Paul Lafargue,
los Ojos de Agua de Santa Lucía y le dio el nombre de San Luis vo de sus 400 años de fundada. Más bien, refundada por Diego
el cabrito y odio el dulce de frijol, por yerno cubano de Carlos Marx, publicó
Rey de Francia. de Montemayor, un hombre del círculo interno de Carvajal y
ejemplo), o de su música (venero a Celso en 1880 un libro revelador: El derecho a la
A esa capital del tamaño de una ranchería le esperaban dos también como éste, de acuerdo con algunas versiones, de as-
Piña, por poner un caso), o de su literatu- pereza. Lafargue condenaba “el furibun-
tragedias: la persecución y cárcel de Carbajal (hijo de judíos cendencia judía. Montemayor, según se sabe, se avecindó en
ra (francamente pobre en su conjunto), o do frenesí del trabajo”, que es maldición
conversos) por encubrir prácticas judaizantes de su familia, a Saltillo, del que llegó a ser su alcalde, y de donde partió en la
de su arquitectura (austera en sus oríge- de Dios.
manos de la Inquisición, y una crecida del río Santa Catarina, legendaria caravana para regresar a la antigua San Luis Rey de
nes y de pésimo gusto en la actualidad). Entre las “razas malditas de la tie-
que se abatió sobre el reciente asentamiento. La riada dejó al Francia y cambiarle el nombre por el de Monterrey (septiembre
Pero cada una de estas simpatías y di- rra”, que les gustaba trabajar, como chi-
reino aquél sin su capital. Y la pregunta es: ¿a dónde fue a parar de 1596) para granjearse la disposición del entonces virrey de
ferencias, estarían filtradas por mi sub- nos, escoceses y gallegos, Lafargue bien
su población? Primera conjetura: a Zacatecas, Mazapil, Saltillo. la Nueva España, Gaspar de Zúñiga Acevedo y Velasco, con-
jetividad. El repertorio de gustos o des- pudo incluir a los regiomontanos. Sin
Por opiniones dentro del círculo familiar y la nomenclatura de de Monterrey (el de Galicia, España). Era también curarse
precios personales los rige la experiencia embargo, hemos convertido este valor
de alguna de las calles, los Nuncio de México tienen su origen en salud: en Saltillo había dado muerte a Juana Porcallo, su
de cada quien; no se prestan al rigor del social en letra muerta, papel mojado.
más antiguo en la capital de Coahuila. Es natural, por igual mujer, por tener connubio extramarital con el capitán Alberto
análisis, sino a la íntima psicología de Cunden los apologistas (incluso del Tec)
razón, que de allí le viniera el topónimo al ejido San José de los del Canto; al cual, por lo demás, Montemayor entregó a su hija
quien opina. del discurso motivacional y la autoayu-
Nuncio (o Nuncios) ubicado en el municipio de Ramos Arizpe, Estefanía con la cual Del Canto contrajo santo matrimonio. El
Así que dilucidaré más bien patro- da, otra manera de referirse a la flojera o
cercano a Saltillo. En varios asuntos legales (contratos comer- episodio hay que leerlo en El reino en celo de Mario Anteo mejor
nes de conducta, hábitos propios de una la pereza. Puras vaciladas.
ciales, matrimonios, juicios), vecinos de apellido Nuncio apa- que en otros textos.
comunidad (en este caso la regiomonta- Ahora, el comercio regiomontano se
recen en esta ciudad hacia los primeros años del siglo XVII. Así que Saltillo donde el autor vivió diez años; así que
na), que pueden propiciar el encomio o basa en la ludopatía, las vacaciones de
Segunda conjetura: sus antecedentes pudieron ser españoles o Monterrey donde he residido por más de cuatro décadas. Por
la condena, la apología o el denuesto, al varios meses a crédito, la pérdida del
portugueses (Carvajal era de Mogadouro, Portugal, y en la mis- lo mismo el tal, originario de Texcoco, Estado de México, se
margen de impresiones subjetivas. ganaban. Pulcros y atildados. De la pala tiempo como misión de vida, la apolo-
ma tierra de Pessoa y Saramago está, entre alguna onomástica considera naturalizado norteño. Pero uno es de donde se siente
Es lugar común advertir que Monte- pasaron al arado y luego al tractor. Pero gía de los caprichos y los grandes lujos
visible, la ganadería Nuncio Branco), por su lugar de origen, y y de donde lo sienten. Así lo describió (más o menos) alguna
rrey creció a partir del ahorro. Al regio- también del capital reinvertido pasaron para impresionar al vecino, el ventajis-
católicos, pero también judíos –conversos o no–, por su credo. vez el escritor Héctor Alvarado: no es de aquí pero resulta más
montano de antaño se le detestaba en a instituciones bancarias y después a un mo comercial, la ruta fácil de hacer di-
En esas conjeturas se desliza otra pregunta ¿de dónde salió regiomontano que el cabrito. En Monterrey se casó, después
otras latitudes de México por ser “codo”. sistema de seguros. Invertían: quitaban nero, el hedonismo como única filosofía.
el nombre de Abraham que le dieran los bisabuelos del de la de vivir en Saltillo y en la ciudad de México (su siempre otra
Pero la acusación general no distaba de el dinero de aquí para ponerlo allá, y El consumismo contra el ahorro, la lige-
voz a su primogénito? Su abuelo paterno, cuyo nombre tam- ciudad), y regiomontanos son sus hijos y varios de sus nietos.
la realidad. “Las vacas comen todos los buscaban el mayor beneficio o la menor reza contra el rigor, lo frívolo contra la
bién le fue impuesto a una calle en San Antonio de las Ala- Buena parte de sus amigos viven en Saltillo, unos, y otros en
días”, decía un refrán socorrido por los pérdida. No era una operación fácil pero disciplina. Las consecuencias de una ge-
zanas, Coahuila, vino a dar a Monterrey recomendado por el Monterrey; también los que no lo quieren (es natural si se hace
regiomontanos, como argumento para se aprendía con disciplina y partidas de neración las paga la siguiente. Nosotros
general Francisco Coss, jefe de las fuerzas de Carranza en una público aquello que se piensa, y peor si es con espíritu crítico).
trabajar incluso los domingos. En Monte- madre. todavía no pagamos el alto precio. Viene
amplia región del noreste mexicano. El mayor Nuncio, grado Si, como los militares, uno habla de la batalla según le va en
rrey se consideraba vagancia estar ocio- El regiomontano ahorraba un por- lo peor.
que alcanzó apenas se incorporó al ejército constitucionalista, ella, la que el autor ha librado en Monterrey contra adefesios y
so. Se llevaban las cuentas personales al centaje de los beneficios en espera de Salvo honrosas excepciones, Monte-
prestó servicios –con sus hijos varones– a la revolución de prin- Hanníbales sociales, económicos, ecológicos y culturales le ha
día y se tenían hábitos de vida frugal. No que los tipos de interés fueran bajos. Así rrey se está convirtiendo en un pueblo
cipios del siglo XX: confiscada su hacienda (se extendía entre parecido más lúdica (las teóricas e ideológicas no llegan a ser
es casualidad que mis ancestros fueran financiaba mejores posibilidades de pro- detestable. Aunque yo adore a mucha
los municipios de Arteaga, Coahuila, y Galeana, Nuevo León) batallas sino como metáforas) que odiosa; para no hablar de
tenderos o administraran un hostal. ducción. Los bienes generados no se con- gente, amigos y conocidos que viven
por los traidores, como llamaba el general Coss a la tropa de los aquello que ha sido su experiencia poética y política, escritural,
Nuestros abuelos eran dependientes sumían al momento: se guardaba para el aquí. Y mis cenizas se esparzan (por de-
golpistas con Huerta en el poder, el gobernador del contiguo laboral, amistosa (en La Quincena hay testimonios que él valora
de sí mismos, tacaños, madrugadores y futuro. Se hacían cálculos y previsiones. cisión personal) en lo más alto del Cerro
estado de Nuevo León, Antonio I. Villarreal, le confirió la co- auríferamente) y amorosa (queda a deber su propio testimonio,
ahorradores: vivían por debajo de lo que A eso se le llama “preferencia temporal”. de la Silla.
misión de fraccionar latifundios. Seguramente para sumar una pero lo valora en el plano de las piedras preciosas ya pulidas).
Monterrey,
barrio de mamá en la colonia Hidalgo; vincular nuestras rutinas personales,
de Fernando Garza Treviño, en la colo- teñidas de desmovilización, al compro-
nia Moderna; y de tantos regiomontanos miso de luchar por un destino superior

galán esquivo*
indefensos que sobreviven en las colo- para él y por consecuencia para noso-
nias proletarias, junto a los doscientos tros. El pastel gigante hecho de polvo
mil obreros que generan la riqueza de la rojo que suelta Fundidora, es una mues-
región. tra reivindicativa de los vecinos de ese
Por oscuras componendas de las au- sector, pero esas expresiones aisladas
Cris Villarreal Navarro toridades competentes, desvalidos veci- tienen que trascender a formas organi-
nos han de sufrir la compañía indeseable zativas avanzadas; urge que los barrios
de Fundidora, Hylsa, Celulosa, Asarco, se constituyan en entidades sociales con
Cementos Mexicanos, Protexa (que no autonomía propia y asamblea general.
tiene dinero para poner filtros a sus chi- Si vamos a dar respuesta a tanta

M
meneas genocidas, pero sí para financiar agresión orquestada contra la vida, hay
c Allen.- Escribir sobre Mon- describe con gran fidelidad la sensación aledañas por enfermedades originadas golpes de estado a gobiernos democrá- que promover una planificación sistemá-
terrey, esta ciudad que ama- de atrapados sin salida que experimen- por los gases venenosos, que no solo le- ticos como el de Salvador Allende) y tica con vistas a mejorar nuestro entor-
mos y nos castiga como ga- tamos los habitantes de la capital de sionan el cuerpo humano, sino que sus cinco mil fábricas más, muchas de ellas no. Sutilmente, empleando las mejores
lán esquivo, es rendirnos a Nuevo León. Nos dice que el moderno efectos corrosivos crean picaduras en trasnacionales, que en su mayor parte no tácticas, hay que incidir en el presunto
su incuestionable atractivo: delirar con animal humano no vive ya en las condi- autos y erosionan aparatos como boilers observan las normas preventivas que se amorete, que hasta ahora se ha mostrado
su espigado paisaje de musculosas mon- ciones naturales de su especie; el habi- y lavadoras, que normalmente se en- cumplen en sus países de origen. indiferente a nuestras necesidades ur-
tañas y su don de gentes, y al mismo tante de la ciudad es un animal cautivo cuentran a la intemperie. En un programa de Rocha en que banísticas, y así lograr transformarlo en
tiempo tener que confesarnos que nos que atrapado, se ha instalado en una vas- Por más que en los informes se nos abordaron el tema, decían que la conta- una pareja detallista. Un Monterrey bra-
causa pena ajena por el ofensivo deterio- ta y agitada casa de fieras, donde a causa quiera vender la idea de que el PRIgo- minación nos impone un lento suicidio. gado, que reorganice nuestra forma de
ro de su estado y su raquítica carencia de de la tensión, se halla en constante peli- bierno gobierna para todos, nuestro Es- Los efectos inmediatos, como el ardor a dino son de naturaleza estructural, por lo vivir, no desde arriba sino desde abajo,
modales urbanos, inherentes a un esta- gro de enloquecer. tado no es una entidad neutra. Como los ojos o las enfermedades de las vías que solo la transformación de las estruc- que preste atención a nuestros puntos de
tus desarrollado. Esa neurastenia ciudadana se refleja expresión de una sociedad de clases, es respiratorias, no son evidentes en su turas que sostienen el establecimiento vista, para juntos abatir la toxicidad del
Sus agrestes deficiencias atentan en la impersonalidad, el “me vale ma- detentador de la clase económicamen- etapa inicial, pero las impurezas que aportaría una solución satisfactoria. Por aire que respiramos, revisar la calidad
contra nuestra autoestima, que pretende dres”, y una actitud del todos contra to- te poderosa y obedece a sus intereses. asimilamos en los catorce litros de aire más que el PRIfiriato pretenda cambiar de los materiales empleados en el recar-
presumir su compañía de emporio mo- dos que campea en Monterrey. La falta Cuando llega a responder a una pre- plagados de óxidos de nitrógeno, azufre, con cirugías plásticas nuestro paisaje ur- peteo de las calles, atender la vigilancia
derno y nos despierta en una crisis de de procesos asociativos espontáneos no sión popular, como la erradicación de monóxido de carbono e hidrocarburos bano, no hay vía de salida en el marco de del mantenimiento de la limpieza de las
identidad minusválida que, para cual- son producto del crecimiento de la ciu- algunas de las pedreras, elabora todo que respiramos diariamente, conforme este sistema cada día más insalubre. banquetas, en general, unidos enfrentar
quiera de los dos millones de orgullosos dad, sino del tipo de relaciones que el un jarabe de pico, como si se tratase de nos van creciendo los años se pueden Con esta juventud conservadora, la crítica deshumanización de la ciudad.
regiomontanos que recorremos diaria- sistema impone, basadas en la rivalidad, una concesión graciosa, cuando es su in- traducir no solo en enfermedades pul- emboletada en la dinámica de los Valo- Solo con la creación de consejos ve-
mente esta urbe, resulta tan agobiante la mercantilización de las aspiraciones cuestionable obligación salvaguardar la monares como asma, bronquitis cróni- res Bacardí, muriendo lentamente con cinales ecologistas, de grupos verdes
como abrumador. humanas y la insuficiencia del espíritu. salud pública. ca, enfisema y cáncer del pulmón, sino su canción, mucho no se puede contar. que desafíen el sentido común del ca-
La impunidad con que la violencia Nos manejamos en la barbarie so- El farisaico estado capitalista que se también en afecciones a todos nuestros Nos recuerda aquella anécdota patética pitalismo, la lógica del friega-quedito
urbana se manifiesta es palpable cuando cial de un sistema basado en la tasa de presenta como garante neutro del interés órganos. En una ciudad como la nuestra, que sir Julian Huxley cuenta en su libro que segundo a segundo ahoga nuestra
se recibe en plena cara el humo de los ganancia y del capital como principio general es una fantasía tan manida, cuya la conjuntivitis, faringitis, alteraciones La crisis humana: “Un niñito neoyorquino existencia, se construirá la gestión de la
escapes de camiones urbanos chatarra de organización, y en el que el hombre legitimidad política ni el manipulador del sistema nervioso central, lesiones del East Side, a quien su padre había lle- ciudad libre que posibilite una vida co-
y cuando trocas materialistas circulan es un mero pretexto para que funciona- matutino dominical de la televisión re- cerebrales son comunes. Lo peor es que vado por primera vez al campo, de pron- lectiva solidaria. Solo con una conciencia
rociando el polvo de la arena a cuanto rios públicos y privados hagan dinero giomontana que tanto lo pondera se cree. nuestras células atrofiadas van a trans- to vio un arcoíris y exclamó: Eh papá, comunitaria que nos impulse espontá-
cristiano automovilista o peatón tengan sin el menor pudor. Ahí está la firma de El plano regulador de la ciudad y su área mitir la información a los nuevos seres ¿qué están anunciando ahí?” neamente a colaborar, a formar parte de
a su alcance. nuestro presidente municipal y ayunta- metropolitana prohíbe las instalaciones que nos relevarán y no sabemos con qué Para cambiar de cuajo la imagen y el un esfuerzo colectivo, se podrán resolver
Otros aspectos de su bajísima calidad miento –que es lo mismo– avalando la industriales en barrios residenciales; sin alteraciones genéticas o con qué muta- carácter del dueño de nuestras tenencias, nuestros problemas sociales.
de vida son el ruido con que vecinos o construcción de un paso a desnivel junto embargo, éste solo se aplica en donde vi- ciones vendrán a nacer. que en las actuales patéticas circunstan- En nuestro querendón Monterrey,
vendedores ambulantes mercenarios a otro, para facilitar la entrada al centro ven precisamente el gobernador, funcio- La crisis ambiental se agudizará irre- cias ni es buen rollo ni es carita, habre- que es todos nosotros, está el ser capaces
suelen contaminar espacios residencia- comercial Liverpool. narios públicos y empresarios industria- misiblemente, porque el problema es de mos de empezar por cambiar nosotros de construir una ciudad segura y armo-
les, sin el menor respeto a nuestras ho- Nuestros impuestos erigen bardas les. En Bosques del Valle, San Agustín, precio. Los burgueses regiomontanos y mismos. La salvaguarda de nuestro mar- niosa, que aúne el placer de vivir, al tra-
ras de descanso y las toxinas del humo, ignominiosas al centro de las calles en El Rosario, Olinalá y demás colonias con transnacionales, propietarios de las mi- co físico es una batalla que no podemos bajo dignificante. Entre todos construir
el polvo, los gases y los deshechos por zonas intensamente pobladas, como la vecinos de altos ingresos, no solo están a les de empresas industriales en nuestra soslayar, tendremos que apagar la tele- una ciudad educada, funcional, amable
procesos de combustión industrial y de Ruiz Cortines –eternamente conges- salvo de la contaminación fabril, sino de área metropolitana, no están dispuestos visión y alterar la rutina aniquiladora en y bella cuya planificación racional de
del transporte que constantemente nos tionada–, para impedir el paso de los la construcción de algún desagradable y a gastar una parte de los cientos de miles que está sumida la familia. Romper con servicios urbanos, en equilibrio con la
agreden el olfato. También nos regresan peatones; muros que son un verdadero apiñador edificio de departamentos que de millones que ganan anualmente en los hábitos del enajenante aislamiento es naturaleza, nos brinde el regalo del tiem-
a la abrupta realidad los residuos quí- atentado contra las huellas de la vida al recordar la vivienda social afearía su descontaminar, en limpiar ese alarmante un imperativo para romper con la inco- po para disfrutarla.
micos que invaden el aire, la escasez de comunitaria, que arrodillan la ciudad a entorno. paisaje grisáceo que vemos desde la ven- municación; habrá que empezar a ir más
parque arbolados; los taxistas y peseras los vehículos de motor, protegiendo los ¿Será que el aire puro que emana de tanilla del avión al llegar a Monterrey. allá del saludo a los vecinos, para pasar * Este texto apareció en el número 100 con-
que manejan sus autos como si fueran intereses de la industria automovilística. la Sierra Madre es de clase, solo para ser No conciben la idea de trasladar sus a la convocatoria de reuniones de barrio memorativo del suplemento cultural “Aquí
los dueños de las vías de tránsito, la fal- Si viviéramos en un país donde la respirado por los residentes de sus co- plantas fabriles fuera de la ciudad, o en y poder así discutir los problemas comu- Vamos”, del periódico El Porvenir, el 1 de
ta de seguridad producto de la crónica protección del hombre fuera prioritaria, lonias aledañas? Por el contrario, para aplicar filtros como los que se instalaron nes, para empezar a resolverlos. abril de 1984. Es reproducido en esta edición
corrupción y la ausencia de programas Celulosa y Derivados seguramente que- los vecinos de las áreas populares su en la fábrica Orión, según nos enteramos Para que nuestro amado Monterrey de La Quincena, para evidenciar que tras
culturales integrales que contribuyen en braría ante la imposibilidad de pagar entorno natural es el ruido infernal y los en la prensa, aditivos que eliminaron de deje de hacer nuestras vidas miserables más de tres décadas de gobiernos prianistas,
gran medida a su deterioro físico. tantas demandas de los vecinos de la humos corrosivos de los talleres indus- la atmósfera algunos kilos de polvo. y se vuelva un compañero de vida cum- la descripción del Monterrey de entonces si-
Desmond Morris, en su Zoo humano Bernardo Reyes, Mitras Norte y colonias triales de la cuadra, como es el caso del Las causas sociales del deterioro cita- plidor y responsable, tendremos que gue vigente.
MTY El sol que escurre siempre
Héctor Alvarado Díaz
MONTERREY es el sol que escurre siempre.
Es fuego si es canícula y te asomas:
hay arrullos que duermen a las llamas

M
orelia.- I. Maldita sea la soledad, tomar la pluma, vendedor, la secretaria, el obrero; ninguno le habla de amor al
que arden en la cama a medianoche:
buscar refugios, escondites para guardarla. Inicia oído, mas en el gesto de todos vive una suerte de gratitud amo- abanico, climas, troles y azoteas.
el día con la pluma clavada a las yemas, llenarla rosa sin palabras, porque ellos sí. Es poderoso y fascinante el
de tinta antes de salir a la ciudad que espera cruza- hervor de la calle, el humo es como el humo de otras tantas ciu- Monterrey es cucaracha voladora,
da de brazos. Las mujeres son bellas, caminan con el extravío dades y los que caminan no suelen mirar el cielo. Pero yo, que
propio de la belleza, ajenas y solas porque son bellas. En la pe- deambulo para seguir viviendo, veo el milagro de las nubes la ciudad es la flor del limonero.
luquería un viejo se afeita; otros dos juegan a las damas; el bar- dolientes entre la velocidad citadina de las cuatro de la tarde: Es la brasa que pinta la mañana
bero charla, prepara la navaja y en su mano veo el secreto de la es el rostro de una niña, sus labios venciendo el movimiento y el crepúsculo que escurre a cuentagotas.
muerte. A ese negocio que anuncia lámparas entran una madre pertinaz, su mirada que se pierde en el entramado de otras nu-
y su hijo. Mientras esperan al dependiente, el pequeño está he- bes. Llego al parque, aguardo a que el solitario de la banca de Monterrey es un río que es una herida:
chizado por las mil luces, se maravilla, tiende sus dedos hacia los solitarios se retire y tomo su lugar. Ahora sé que no acudiré él cruza la ciudad y cada tanto,
un estante. Acaricia el aire del universo de luces, mientras su a la cita con la mujer borrosa y el café y el coro de sinsentido despierta emborrachado de huracanes.
madre, lejos de la magia, habla con el empleado. La inocencia que rodea las mesas, no iré porque esta banca es reducto, filial
de esa criatura me hace daño. Me voy sin rumbo; son las diez, del universo de los solitarios que se condenan y se redimen
Duerme siempre tras comer algún “progreso”.
las diez que no significa nada en la ciudad. repetidamente y por un instante encarnan la semilla de la fe.
Monterrey es sólo un cabeceo, rebote,
II V
Escalar ascender riesgo de santos de iluminados de im- Cada vez más solo porque los demás parecen tener soluciones,
chicotazo de un grupo sudoroso
béciles quizá por eso vivo y me detengo a estudiar a quienes no necesitan llegar a parte alguna, se conforman con navegar, que sostiene la cabeza en el cristal
miran esta ciudad como si no existiesen los veo subir en su no van haciendo la crónica ni recuerdan, visten una piel re- del Ruta Playa.
minuto de fama viajan en él lo conservan tibio en el cuenco fractaria, un ángel de la guarda, la luna nueva protección de
de la mano para eternizar su duración y son como dioses allá los caminantes. No saben de los días contados, los diálogos
arriba en la brillantez fatua en el clamor de las monedas en muertos, la posibilidad del rencor. Ignoran la nostalgia de mi La ciudad es el porche de la casa
el automóvil de la mezquindad y de pronto me vuelvo un ciego ciudad perdida porque llevan la otra en los pasos, no pueden donde crecen mecedoras de colores.
mendigo que suplica criatura nocturna porque todo es oscuro ver las cloacas por las que me precipito, las ventanas, la boca En ellas brotan primos que florecen
y en este lugar hay que venerar el sol la ruina calcinante los de aquel callejón que invita a la muerte. Son ciegos al tesoro
rostros de vidrio el paladar que me hace hermano de los de una calle lustral y nauseabunda, al aroma funesto de las fá- Carta Blancas bien heladas por las manos.
hombres porque sí porque estoy porque la nítida piel de la bricas, a la tierra virgen que vive bajo la tierra podrida. Van en
envidia porque las montañas porque la industria cancerosa sentido contrario, nos cruzamos y siempre callan para escon- Monterrey es un silencio doloroso:
y el sol. der la incertidumbre de que alguien tenga la verdad y entonces
el mundo se desmorone, pierda sentido y ya no puedan andar, Es casino que es ceniza y es olvido
III los pies helados, el alma helada, los párpados helados en el Es la calle Villagrán desvencijada.
Los ojos cerrados no es suficiente, todo carcome a pesar de. centro de una ciudad esqueleto de seda, a punto de bordar su Monterrey es una historia lloricosa
Como aquella farmacia, aparador de figuras muertas y nega- telaraña sobre ellos.
ciones, relojes de barro, duraznos de parafina, colores humi-
que se calla porque no hay nadie que escuche.
llantes para una princesa que ha perdido su reino, lechuzas en VI
cuyos párpados habita el sueño sin. O el billar oscuro largo so- … y sin embargo la soledumbre no es buena porque nos po- Monterrey es la cuna de mi hijo,
litario a las doce, refugio de policías y bandidos que se miran y nemos a hablar con las cosas, frecuentamos sus vacíos. No
que es montaña y que es viento
no logran recordar algo que los deshermana, beben juntos una creas, también hay criaturas en los pozos solos; no brillantes,
cerveza, el humo de sus cigarrillos se entrecruza, asciende en claro, ni prolijas en su decir, pero te reconocen: “ya llegó usted, que es susurro:
un abrazo y no dicen nada porque son las doce y tendrá que muy bienvenido; no tenemos mucho tiempo, así que diga lo me ha nacido y es rumor de las montañas
llegar la noche con su cauda de memoria para. O esa mueblería que quiera y después podrá beber su cerveza”; entonces Keith ha nacido y ha crecido como eco.
llena de parejas que se casan para ser felices y compran con la Jarret y un piano que se parece a la ciudad que sigue allá afue-
temeridad de quien tuviera en su poder las cartas del futuro y ra, como un animal que se desplaza 360 grados cada noche, se
quieren para sí la prueba de que existen porque poseen y jamás vuelca sobre sí misma, ebria, furiosa, y cobra sus deudas: ha Monterrey es la ráfaga nocturna
llegarán a la meta monstruosa de tenerlo todo como sueñan muerto el amante, la mujer de nadie, el anciano que pedía en es la cámara de eco de los cerros.
cada vez que el aroma de los nuevo les acaricia la. O aquel ban- una iglesia; mañana tocará el turno del hombre rico, su cortejo
co que iluminan los rostros perfectos de las cajeras, mientras surgirá fastuoso, negros autos, negra cara, negra voz, mientras Una plática perpetua: clima y jersey
un hombre elegante, en su escritorio, cuenta dinero ajeno y las de un andamio vacilante caen al vacío tres hombres que solo tigres o rayados / prenda el aire.
filas penumbrosas de jubilados planean sus últimos. tienen el breve momento que les roba la luz. El piano se reduce
a un filo, se estrecha, corta en dos mil el aire del cuarto y yo
IV
La ciudad es una dama hastiada por la tarde. La cortejan el
ya no puedo ni siquiera. Ah, si pudiera ir de vacaciones sin
llevarme conmigo…
D. M.
En el desierto liminal No tengo el orgullo
Javier Serna
No es Monterrey rosal de invernadero
de ser del norte
que exige tierra fértil y el cuidado Hugo Esteve Díaz
de un experto devoto jardinero;
no es la orquídea parásita que inmola,
de tronco ajeno, el sumo delicado,
y con gloria del matiz robado
fabrica el esplendor de su corola.
García Naranjo

M M
onterrey.- Del sistema de
habitaron; lenguas y creencias; ritos, onterrey.- Hace ya 27 años que llegué a Monterrey.
ausencias en la geografía
costumbres y habilidad guerrera. Igual- El inicio de una vida agobiante en el entonces Dis-
del noreste mexicano, varios
mente el drama social que don Luis de trito Federal y nuevas oportunidades se conjuga-
modos y estados cultura-
Carvajal perpetró durante el fenómeno ron para tomar la decisión de cambiar de residen-
les se hacen visibles en tradiciones que
de pacificación y colonización, lo tuvie- cia. Llegué a la Sultana del Norte en un momento en el que
alumbran de lejos; y aunque el fuego
ron obligatoriamente que consumar las aún se respiraban aires provincianos que contrastaban notable-
operó siempre “universalmente”, hay
tres fundaciones en el lugar de rocas mente con la formación acelerada de una nueva megalópolis,
nada o casi nada de luz respecto de
secas, los otros “fundadores”. El teatro aunque los huertos de naranjales, las espigas de sus maizales
aquellos fuegos prehispánicos segados
de “performatividad”, en el caso de Los y sus valles de mezquitales ya no se divisaban en el panorama.
y cegados por espadas y cruces. El terri-
Carvajal, del proceso inquisitorial, encu- Si bien la ciudad no me era del todo desconocida, de inme-
torio de la ausencia como testigo intan-
brió más que revelar la dimensión real diato percibí la diferencia entre ser un visitante y el convertirse
gible, pictogramas en piedras secas, son
del trauma, aún pendiente de incorporar en residente. Una diferencia que, para ser honesto, no pienso
el lugar donde las formas han extraviado
a la legislación mexicana, por los críme- que sea distinta a la que se podría experimentar en cualquier
su contenido, el lugar donde el conteni-
nes del genocidio indígena. La ciudad otra ciudad.
do –inalterable– ha cambiado su forma,
espectral se súper impuso culturalmen- Muy pronto aprendí que, más allá de la negra leyenda de
además de las figuras que permanecen
te como una barrera étnica, que ocultó un supuesto antichilanguismo, al regiomontano le repateaba contrae, no sólo desde la saturación del tránsito, el desorden
y encierran su significado en un desier-
la otra ciudad cultural, la indígena. Es cualquier similitud o comparación con la capital del país, aun- del transporte público y el incremento en los niveles de conta-
to liminal, que nos coloca a ‘los regios’
por esto que la ciudad metropolitana de que el paso acelerado del tiempo inevitablemente iría marcan- minación, al grado que desde el Cerro de la Silla ya no se divisa
entre dos: La Gran Chichimeca (El lugar
Monterrey se siente aculturada, más que do más similitudes que diferencias con la ahora ciudad de Mé- el panorama.
de las rocas secas, diría Beatriz Braniff)
transculturada. xico. Además de que el regio, regio, regio (con las tres erres), Lo que no logró el Gilberto en 1988, lo consiguió años des-
y El Reyno, mito fundacional de Rangel
La performance de celebrar 423 años poco a poco se ha ido diluyendo, de modo que las nuevas ge- pués el Álex: modificar el ritmo y el sentido no sólo de la via-
Frías.
de “ fundación”, en lugar de heteroge- neraciones de regiomontanos provienen de familias allegadas lidad, sino incluso de nuestras vidas. Porque después del 2010
La fórmula ideológica: cultura domi-
neidad cultural, pretende homogeneizar de diversas partes del país, o raza que se vino a estudiar o jalar nada volvió a ser igual; ya fuera por la terquedad de forzar la
nante y cultura dominada, no expresa realidad– ante el dominador. Un juego una cultura. Parecería que el conflicto por un tiempo y a final de cuentas se quedó. vialidad de las principales arterias –como Constitución y Mo-
toda la compleja problemática del fenó- de espejos que refleja este dominio in- real para el imaginario colectivo fuera el Monterrey es de aquellas ciudades que concentra más del rones Prieto– en un solo sentido; pero también porque vendría
meno cultural humano de nuestra tra- troyectado: ya entre indígenas (ahora debate entre la obediencia social de los ochenta por ciento de la población del estado y en las que con- a sacar a flote el desorden provocado por la voracidad inmobi-
dición en estado liminal. Sin embargo, ausentes) salvajes-caníbales-bárbaros, ya antiguos pobladores del desierto, confi- trasta la modernidad de sus estructuras económico-sociales liaria, cuya vorágine se fue extendiendo a través de esta tierra
en un contexto latinoamericano, dicha por la oligarquía industrial y financiera nados a una doble forma de ausencia a con zonas que aún perviven en la marginación. Bien se puede linda y sultana.
fórmula ideológica de dominante y do- del otrora Grupo Monterrey, igualmente manos de los dominadores y el verdade- comparar el municipio de San Pedro Garza García, con el índi- Aún así, la peor calamidad que ha sufrido Monterrey (no
minado, es de enorme importancia, por- ahora ausentes “salvajes-caníbales-bár- ro crimen cultural: las muertes biológica ce más alto de desarrollo humano –comparable, por ejemplo, muy distinta a la del resto del país) ha sido el surgimiento de
que inhibe o más bien anula las demás baros”. Tribu de los paraísos del Estado y social. La población indígena existe con Noruega– además de registrar el ingreso per cápita más alto la inseguridad y la violencia, alcanzando niveles tan inusitados
expresiones culturales, antes, durante y protector de Salinas: licitaciones, conce- en plano minimal, nace al margen ya en del país; mientras que Aramberri –al sur del estado– registra como preocupantes, cuyas consecuencias aún se siguen sin-
después de la Colonia. Antes, por la uto- siones, subrogaciones. El conservaduris- nulidad e inexistencia. Este fenómeno uno de los índices más bajos a nivel nacional, comparable ape- tiendo hasta el día de hoy y que pareciera no dar tregua. Atrás
pía en la imaginación de descubridores mo neoliberal. permite entender hasta qué punto esta nas con el de Jamaica. quedaron los años cuando nos podíamos dar el lujo de dejar
y conquistadores; durante, porque do- ¿Cómo se interiorizó esta condición división nos recorre a las personas, las En ese, y en muchos sentidos, Monterrey es un lugar de la puerta abierta de las casas, sentarse con fresco de la noche y
minante y dominado no son simples ca- de dominador y de obediente social? instituciones, la religión. contrastes. Para mayor prueba de lo anterior tenemos su clima: convivir sin sobresaltos con los vecinos. Sería la violencia, pero
tegorías de la exterioridad, sino también ¿En qué condiciones se produjeron el La liminalidad es otra forma de do- extremo y caprichoso. Capaz de registrar frío, calor, lluvia y también la corrupción y la impunidad, la que hacia finales de
de la interioridad; y después, por llevar- rompimiento y la crisis para esta limi- minación, e impide que los grupos do- viento en una sola semana. Es por ello que se dice con un dejo la primera década del presente siglo sumergirían a nuestra ciu-
nos hasta los confines de este Capitalis- nalidad cultural perenne? ¿Qué tipo de minados posibiliten la producción de de sorna, que Monterrey tiene el mejor de los climas porque dad reinera en uno de los escenarios más catastróficos, cuyas
mo Monopolista de Estado. performance político pudieran ejercer una cultura autónoma, capaz de expre- complace a todos los gustos. víctimas y desaparecidos aún siguen clamando justicia.
La dominación del noreste sólo es los dominados? El trauma del obediente sar su propia identidad y completarse en En mucho ha cambiado Monterrey desde que llegué a vi- A pesar de todo, lo cierto es que a 27 años de distancia uno
posible porque el dominador hegeliano social y su narrativa por construir aún el proceso de reintegración del pasado vir con mi familia a esta ciudad por allá del año de 1992. Una no puede más que contagiarse con el orgullo del ser del norte.
consigue penetrar su ideología dentro están suspendidos en dicho estado limi- cultural prehispánico, para dejar de ha- ciudad en la que entonces se podía llegar a cualquier punto Al paso del tiempo uno se queda arraigado a sus formas, a sus
del dominado, y lo obliga a aceptar su nal. El suceso trágico-social opera sobre bitar… en el desierto liminal. máximo en quince minutos, salvo que uno circulara por Gon- costumbres y a su gente. Y en el menor de los descuidos, uno
situación de obediente social que éste el desierto norestense como ausencia:
alberga dentro de sí –como parte de su zalitos o por la carretera Miguel Alemán. Para hoy en día la ya tiene nueras, yernos, nietos, nietas, compadres y comadres
manera de vivir; naciones y tierras que vialidad de este suelo tan bendecido y de todos tan querido se –raza, a fin de cuentas– en esta tierra de ensueño que se llama
ha tornado intransitable, con las consecuencias que esto mismo Nuevo León.
No me quedé a cuidar
tengo motivo alguno para detestarlo!
Mi madre alistó una red de ixtle y en
ella metió una pierna de puerco y dos

chivas
mudas de ropa; me dio su bendición y
me mandó a Monterrey a estudiar en la
Normal. Era mi primer viaje fuera de la
cabecera municipal, en donde a decir de
mi benefactor Timoteo L. Hernández,
Ismael Vidales Delgado había una letrero que decía: “Se vende
Sabinas, informes en Santa Fe” (la ha-
cienda que lo vio nacer); no supe dónde
era la estación y me bajé de “La Marra-
na” en el Campo Militar; y a pie, con el
sol cayendo a plomo al medio día, seguí
por los rieles hasta llegar a la estación.
Preguntando encontré la calle de Carlos
Salazar y llegué al 1721 Poniente. Allí
vivía doña Elena, mi hermano Flavio y
demás inquilinos; a ella debía entregarle
la pierna de puerco y solicitar albergue.
En la Normal, mi gran amigo Ma-
nuel Araujo (+) y yo comprábamos una
camisa y echábamos un volado para
ver quién la estrenaba. Los domingos,
en “El Nacional”, vendíamos tunas que
le llegaban de San Luis. Mis maestros:
Rebequita, Mario N. Flores, Manuel
González, Reynaldo Cortés, Pedro R.
Nava, Juan Guzmán, Atenedoro Colun-
ga, Juan F. Escamilla… Mis primeros
ochenta pesos, mucho cine: Terraza Ba-

M
hía, América, Lírico, Reforma, Encanto,
onterrey.- Luis Lauro Garza, tras recogía la correspondiente indem- Rodríguez, Florida… La titulación, un Ledezma. tario de Desarrollo Académico; Miguel
como “La Esfinge” a Edipo, nización. Nos instalamos en Villaldama, montón de nervios, porque mi examen Siempre he sido bendecido, Dios me Limón Rojas me hizo director de la
nos plantea un enigma, que hasta concluir la educación primaria y la se había pospuesto debido a la muerte envió sus dones valiéndose de la sombra Unidad 191 de la UPN en Monterrey;
los viajeros de la palabra de- secundaria; guardo de esta etapa toda en la propia escuela del insigne Manuel benefactora de grandes personas: Ciro Ernesto Zedillo Ponce de León me con-
bemos resolver; aunque él no amenaza mi gratitud para mis amigos y para las González. R. Cantú me hizo maestro de Didáctica virtió en su asesor y su representante en
con devorar a quien no lo resuelva, a mí personas que nos dieron comida, ropa y Jaime Romeroll, gran amigo y exce- del Taller en la Normal Superior, cuando la UNESCO; Gilberto Guevara Niebla
sí me puso contra la pared: me pide que respeto. lente maestro, me prestó su grupo de la aún era alumno; Timoteo L. Hernández me hizo director General de Educación
escriba “Por qué adoro y por qué detesto De nuevo la pobreza y los sueños, escuela Beatriz Velasco de Alemán, el me hizo subdirector de los Cursos Inten- Normal y Actualización del Magisterio;
a Monterrey”; las reglas son claras: “en- impulsaron los anhelos de mis padres baile en los salones Del Prado, calzada sivos de la Normal Superior, y me reco- Benjamín González Roaro y José Ángel
tre una y dos cuartillas entregables antes para que no me quedara cuidando chi- Madero al Oriente. mendó con don Francisco Trillas, para Pescador, me confirmaron en el cargo.
del 9 de septiembre”. La extensión y el vas y fuera conociendo lo que hay más Titulado, sin trabajo y sin trazas publicar mi primer libro: “Prácticas de Don Pablo Latapí Sarre me dio la opor-
tiempo no me causan problema, escribo allá de vivir amontonado y con la panza de conseguirlo. Jesús Iruegas y Arturo Orientación Vocacional” (hoy acumulo tunidad de beber de su sabiduría y ser
compulsivamente, pero no puedo adorar pegada al espinazo, la boca abierta, los Ábrego, los llevo en mi corazón: uno me algo más de 200 obras publicadas a ni- su amigo.
y detestar, no adolezco de trastorno bi- pies resecos y el cuerpo entero cercano regaló mis primeros “pantalones de ves- vel local y nacional); Serafín García me Mis tres hijos me han dado seis
polar. No puedo amar y odiar a la mis- al tufo cadavérico, viendo anochecer y tir”; el otro me consiguió trabajo –enca- confirmó en el cargo y me obsequió con nietos, quienes han llenado de vida mi
ma persona, ciudad o ente, yo sólo amo amanecer sin más proyecto que sobrevi- rando al director de Educación, Buena- su amistad y consejos sabios; Jesús Án- casa, de trabajo a su abuela y de nuevos
y mucho. vir a la viruela, el tifus o la tisis. ventura Tijerina– en la escuela Club de gel Martínez me formó en el periodismo colores la vida de los dos.
Cuando el hambre y la miseria fue- Monterrey, con su sol alfonsino me Leones No. 7, de la colonia Estrella, un y me abrió las páginas de El Porvenir; Los ingratos piensan que todo lo que
ron una constante en mis padres, habi- acompañó el 18 de abril de 1960 a se- enorme prostíbulo y vecindario, donde Óscar González Valle apadrinó mi boda tienen es porque se lo merecen; yo es-
tantes de Pinos, Zacatecas, no les que- pultar a mi madre, cuando apenas frisa- hice grandes amigos. Ahí me hice novio y me llevó como maestro de la Normal toy convencido que todo lo que tengo y
dó alternativa más que la de emigrar al ba los treinta y cinco abriles y el cáncer de Irma, hoy mi esposa; con ella forjé mi “Ingeniero Miguel F. Martínez”; y Jesús lo que soy se lo debo a quienes me han
Norte “en busca de la vida”. El punto se la llevó. También hizo lo propio en proyecto de vida: tres hijos y seis nietos: García me dio la responsabilidad de los obsequiado su amistad; sin ellos yo no
de encuentro con otros familiares fue 1971, cuando se fue mi abuela paterna; ¡No está mal! Ahí, fui seleccionado por festejos del Centenario (1970) de esta Be- sería nada. Mis padres me inculcaron
en el mineral de “Golondrinas, o Piedra en 1991, cuando terminó mi padre; y en el ITESM para convertirme en el primer nemérita institución; yo le obsequié su que la diferencia entre cuidar chivas y
Imán”, ubicado en la sierra de Lampazos 1995, cuando la voluntad de mi hermano maestro por televisión en México. Cono- escudo actual. tener un proyecto de vida, es la escuela,
y explotado por la Compañía Fundido- Raúl se cumplió depositando sus cenizas cí a Etelvina Torres Arceo, casi mi ma- Jorge Pedraza me convirtió en jefe y tenían razón. Por todo esto y mucho
ra de Fierro y Acero de Monterrey, em- en la tumba familiar. Porque si bien mis dre. Me inscribí en la Normal Superior, de Radio Universidad, y conseguimos más, adoro Monterrey y no tengo moti-
presa que nos dio cobijo, casa, alimento raíces no están en Monterrey, sí está mi al tiempo que trabajaba en el Colegio la licencia para operar XEQI, hoy Ra- vo para detestarlo.
y sueños, hasta que un día las “vetas se sangre y un lote en el Panteón de Dolo- Club de Leones No. 1, del padre José dio Nuevo León; Luis E. Todd me hizo Si no fuera por Monterrey, tal vez
secaron por culpa de unas muchachas res, esperando paciente que me muera, de Jesús Cortés, creador del Coro de los director de Educación Media; Alfonso andaría cuidando chivas en la sierra de
que osaron profanar los socavones y así que tengo motivos más que suficien- “Niños Cantores de Monterrey”, que Rangel Guerra me confirmó en el cargo Lampazos.
salaron las minas”, decía la gente mien- tes para decir ¡Amo a Monterrey y no dirigiera Silvino Jaramillo y el maestro y más tarde me ocupó como subsecre-

22 Q Q 23
24 Q Q 25
Por qué amo Las otras puertas
Monterrey del infierno
Sergio Elías Gutiérrez Gerson Gómez

M
onterrey.- Otra vez caigo en la provocación de La
Quincena y me pongo a pensar en una cosa de la
que nunca antes lo había hecho. De entrada, me
llegó una cierta nostalgia por lo que ya no es, y
quizá nunca haya sido, más que en mi cabeza; el lugar ideal
para vivir. No me acordaba lo que era ir a la escuela, la gloriosa
Fernández de Lizardi, solo y caminando desde mi casa, casi 800
metros, eso desde la tierna edad de 6 años.
La escuela es de las que se construyeron en la época de Vas-
concelos, que se llamaron escuelas monumentales. Ahí apren-
dí, pagando 2 pesos por año, para la sociedad de padres de
familia, que mantenían la escuela a como les diera a entender.
Monterrey era la algo así como el sueño mexicano de en-
tonces, la ciudad albergaba a los que se desplazaban de los
pueblos. Mi padre salió de El Carmen y después de muchos
empleos precarios y con apenas una primaria incompleta, se
instaló como comerciante en pequeño, que, apoyado por mi actividad lucrativa. Así muchos mejoraron su nivel de vida,
mamá –que cursó la carrera comercial–, entre ambos educaron pero al mismo tiempo, otros más apenas cupieron como inva-
hasta la universidad a cinco hijos. Dos con estudios en París. sores en zonas de propiedad pública, ahora inexistentes, por
Eso por desgracia es cosa del pasado. Ahora la movilidad so- cierto, con servicios precarios y mala calidad de vida.

M
cial se ha estancado; se dice que hay mucho más desarrollo, Con la dispersión urbana, vino la baja en la calidad educa-
pero las contradicciones sociales son mucho más notorias y la- tiva. Las escuelas públicas se fueron abandonando paulatina-
onterrey.- Dinero. Mucho dinero. Como para cons- Coman, duerman, cojan, multiplíquense, huyan, trabajen,
mentablemente triste. mente, su infraestructura está muy lejos de ser lo mejor.
truir la nueva torre de babel sin necesidad de per- surtan de sangre las páginas de nuestros periódicos. Trabajo
Vivíamos, salvo pocas familias, de espaldas al país. Pocos Muchos de los egresados de universidades públicas y pri-
conocían la ciudad de México y el mayor lujo era ir a Tampico misos municipales. para el crimen organizado les dará el sustento.
vadas que tuvieron éxito profesional, buscaron la salida a los
de vacaciones, y algunos a Texas, sin necesidad de visa, a com- Vamos a llegar hasta el cielo. Desgarrar las Aplacen la hora del martirio mientras echan la cimbra. Cur-
nuevos ghettos urbanos. Eso acentuó la separación de la socie-
prar ropa más barata y duradera. dad en clases sociales. Ahora estas se dividen, como se dice con entrañas de Dios padre con una retroexcavadora. Partirle la tan la piel con la rabia del sol. Paleen los castillos de arena.
Éramos pocos y dormíamos con la puerta abierta, las mece- sorna, dependiendo del código postal. madre. Hacerle sentir pequeño. Enfermo de toda inmundicia Sostengan la soga sobre sus cuellos. Enloquezcan los sábados
doras en la banqueta y nos conocíamos todos los vecinos, hasta Lo más lamentable, es que con todo y la gran actividad eco- humana. Para eso nos hemos vuelto expertos. por la tarde, mientras los basculen o roben la fuerza civil o la
de cuadras alrededor. nómica de la ciudad, la pobreza y la desigualdad siguen cre- En Monterrey hay dinero. Mucho dinero. También avaricia policía regia.
En escuelas públicas y gratuitas nos formamos todos los ciendo. Los trabajadores sufren de bajos salarios y precariedad y gula. En el Factores Mutuos transpiren las danzas originarias de
hermanos; había lo que ahora se llama espacios públicos y el laboral. Eso limita la llegada de los hijos de obreros y pequeños ¿Sacas cómo? ¿Sabes cómo? ¿Hace falta explicaciones? la región huasteca. Hoteles de paso hinchan sus estómagos y
deporte y la diversión era gratuita y al alcance de muchos. comerciantes a las universidades públicas, que siguen en reza- Somos la generación inextinguible. Arde en llamas la tar- vientres. A eso han venido a la ciudad. A poner en alto los ape-
Por eso quiero a Monterrey, porque me permitió llegar a go en su cobertura, no obstante las reformas legales que hacen de, la noche. Nos vaporizamos en la soberbia de los centros llidos familiares. Avecínense en los guetos citadinos.
ser lo que soy ahora. Viví muchos años fuera de la ciudad y obligatoria la educación media superior y la superior. comerciales. Mientras la mierda de los perros se acumula en las plazas,
al regreso la encontré cambiada. No por eso dejé de quererla, Quizá en eso está el germen de la violencia y la inseguridad En hilera crecen los edificios. Las montañas se vienen abajo. cuando sus dueños los sacan a pasear en las jardineras de la
pero la juzgo con otros ojos. que azotan a la ciudad. Ella está sitiada en muchos sentidos. Las cañadas son monótonas y llenas de tedio. La sombra negra Purísima, la plaza de la Luz, del Chorro, de los enamorados, de
Por qué no me gusta tanto (pero no la detesto) Asediada por el temor y la tristeza. Añoro el regreso de la ciu- de los pensamientos de los entreperneurs. Venustiano Carranza y del barrio mediterráneo.
Los cambios que vi a mi regreso no fueron todos de mi dad que brindaba mayores oportunidades, como las que mu- La curiosidad intelectual de los influencers. Todo nace y Vapeamos el wax de nuestros cigarros electrónicos. Soñan-
agrado. La ciudad se movió del centro a la periferia. Los pri- chos de mi generación tuvimos, sin necesidad de ser de las cla- muere en la nube virtual. Viva la república del norte. Mueran do en uno de esos inalcanzables departamentos en construc-
meros que se salieron del primer cuadro, que era casi toda la ses favorecidas por la cuna. En síntesis, se podía salir adelante, los centralistas acaparadores de recursos financieros. Pena ca- ción. El rayo láser pasea por la Sierra Madre.
ciudad hace 60 años, se movieron a casas de mejor diseño y sin haber nacido en tercera base y con un toquecito anotar una pital para los sureños huevones. En México no podemos man- En la urbe hay mucho dinero. Para ir al cielo y desafiar a
construcción, pero los vecinos dejaron de serlo, ahora eran más carrera. tener a los holgazanes. San Pedro con todos los arcángeles.
reservados y distantes en su trato. La pobreza lacerante de muchos, me impide en cierta medi- El pastel metropolitano ya hizo su selección natural. Los Flujo de efectivo del narcoinversionista por blanquear.
Los suburbios se convirtieron en un gran negocio. Los ricos da disfrutar lo que he conseguido gracias a haber nacido en la chirigüiyos eviten circular por nuestros barrios residenciales. Agua de uso corriente para el Santa Lucía. De nuestra seño-
se apoderaron de manera legal o ilegal de amplias extensiones ciudad más hermosa del mundo, al menos para mí. Para ellos solo la Alameda y los lugares prostibularios del cen- ra soberbia, decrépita, altanera, mamona y metropolitana de
de terrenos y la especulación inmobiliaria se convirtió en una tro, en la zona de la Central de Autobuses. Monterrey.

26 Q Q 27
Todo lo que necesitas Monterrey, entre el gusto
es amor... y una y la aversión
Master Card Héctor Jaime Treviño Villarreal

Roberto Guillén

M
onterrey.- En mi relación aumento considerable de automóviles y diligencia en los trámites burocráticos,
con la ciudad de Monterrey el caos vial; el crecimiento urbano des- recreación de los valores, costumbres y
valoro con creces las hermo- medido, sin planeación ni rumbo, donde tradiciones, impulso a la cultura, com-
sas montañas que rodean al predomina el apetito económico voraz bate al caos vehicular; en fin, la frase de
Valle de Extremadura; el siempre fiel y de los desarrolladores y constructores, moda: la mejora continua.
gallardo guardián Cerro de la Silla, Las aunados a los atilas de la destrucción Cada aniversario de la fundación es
Mitras, la Sierra Madre, el Cerro del Caí- de toda reminicencia arquitectónica del un buen punto de partida para hacer una
do, hoy llamado del Mirador, la Loma pasado. reflexión sobre el Monterrey pasado y
Larga y el Cerro del Topo. Me gusta el carácter franco, abierto, actual, pensar y repensar la ciudad, me-
Las montañas de Monterrey impre- dicharachero y apasionado de su gente, ditar sus tradiciones y costumbres, éxi-
sionan a los visitantes y son un verdade- su anfitronía llevada al exceso cuando tos y fracasos, sobre su gente que es gen-
ro orgullo para los regiomontanos; cómo nos visitan personajes, amigos o com- te buena y abierta; meditar cómo se han
no recordar las palabras de Manuel Pay- pañeros; el orgullo de ser comedores de vencido mil obstáculos en esta ciudad de
no, novelista y político mexicano del carne asada, chicharrones, cabrito, bar- los extremos: frío-calor, sequía-inunda-

M
siglo XIX, cuando escribió en 1844: “He bacoa y demás delicias culinarias nor- ciones.
onterrey.- Hurgando en mi Confieso que he sido más feliz ahora visto multitud de cerros y montañas, teñas; la pasión por el clásico regiomon- Los avatares políticos y económicos
involuntaria colección de que me he armado de un plástico-para- pero nunca había contemplado otro tan tano, pero tengo aversión a los fanáticos del país en general y del estado en par-
libretitas reporteriles, suelo chute. Porque una carnet es como una lleno de belleza como el Cerro de la Silla extremos del deporte y a los terroristas ticular, dan al traste con la ilusión y la
encontrarme con algunas jo- varita mágica para llegar al restaurant de Monterrey, parece el protector de la verbales devenidos en locutores o comu- esperanza. La crisis económica, la inse-
yas de mi errabunda fraseología. Cuán- y musitar: ahora sí me la pelan. Pero la ciudad y el confidente de los astros”. nicadores. guridad y el agravio sentido por el pue-
tas veces he tratado de organizar una sensación aflora naturalita cuando no Recordar al titán dormido, el río de Me siento orgulloso de la gran ofer- blo son factores que influyen para bajar
antología y darles por título “100 tweets respondes a horarios ni etiquetas. Cuan- Santa Catarina, cuyas sequedad y abun- ta cultural existente, de sus museos, de la guardia. No me agrada la falta de cul-
para matar el Tedio”; pero me persigue do flotas sobre tu propio talento. Cuando dancia de caudal ha dejado huella inde- sus poetas, escritores y gente del arte, tura política de mucha gente, dejamos
una misteriosa y amarga maldición: he el rehilete de la vida vibra sin ataduras. leble en el devenir histórico de nuestra del Canal de Santa Lucía y la bien logra- hacer, dejamos pasar.
perdido como unas 10 laptops a lo largo Cuando te persigue el arcoíris cromático ciudad; el arroyo de Santa Lucía, eje flu- da reconversión de la escoria de la vieja En el Monterrey actual parece que
de mi vida. Tan es así, que no descarto de un Renoir: je suis pret… to celebrate. vial donde giró el asiento primigenio de Maestranza a Parque Fundidora, con to- estorban los políticos. Ruda lección
en escribir una obra que lleve por título Qué delicia levantarte a la hora que la población: sus ojos de agua; y por qué dos sus asegunes matraqueros musica- aprendida sobre la marcha. Podemos se-
“Lacrimosa Historia de mis Laptops”. te da la gana y aparecerte un viernes en no, añorar las viejas acequias y norias. les. guir hablando y escribiendo sobre lo que
Las he llorado por las calles y madruga- el precioso Palax de Guadalupe, para or- Monterrey se forjó, poco a poco un Detesto la acumulación de basu- pudo haber sido y no fue; sin embargo,
das de la City. Me acostumbré a llorar la denar tus chilaquiles con pollo en salsa nombre en el concierto nacional. La cul- ra y el abandono del viejo Monterrey el tiempo es de la ciudad, de nuestra
pérdida de mis textos (aaahhh, la Mag- roja, con crema, con sus rebanaditas de tura del trabajo, la constancia en el es- comprendido en el primer cuadro de la ciudad, con todo su movimiento, con
dalena… me persigue esa sensiblería de pan, y sus respectivos chiles toreados… fuerzo y la previsión ante la amenaza de ciudad, la doble moral de algunos de su canción épica del trabajo diario y la
la Magdalena). Aaahhh, cuánta razón tiene mi compa- tiempos difíciles, fueron las principales sus moradores, la discriminación a los poesía de sus montañas, con la métrica y
Afortunadamente, “Cuando la muer- dre Oscar Wilde, cuando en su obra, El características imbuidas por la élite em- nuevos regiomontanos; pero admiro su rima de su gente, nuestra gente.
te salió de shopping en Monterrey” es una Alma Humana bajo el Socialismo, nos gira presarial y son de admirarse. Hoy somos adaptación a las normas no escritas y a Es tiempo de pasar a la ciudad adul-
obra que logró sobrevivir a la misteriosa la cruda verdad de que la civilización más gastones y vivimos más el momen- la sentencia oral para el recién llegado: ta, superar la urbe de la que José Alva-
y amarga maldición; y que la Editorial precisa de sus esclavos… to, sin preocuparnos mucho por el futuro “Aquí se viene a trabajar…”, veredicto rado, en 1956 escribió: “Bella y amada
Oficio me publica en fecha próxima. Bien Aaaahhhhh, flirtea, la mona que me Es necesario cantarle a sus fábricas, fulminante y lapidario. ciudad adolescente, cuya imagen futura,
podría sintetizar mi desprecio en una atiende, flirtea espasmódicamente, y la elevar loas a la disciplina, constancia, vi- Hoy, Monterrey es otro, tiene otra elegante y quizá hermosa está en las me-
sola frase: en Monterrey, si no tienes cara otra que está allá también, y la mamita sión y trabajo de todos aquellos hombres cara, tiene otro destino, en pleno siglo jores mentes regiomontanas y hasta en
de lunes, estás perdido. Pero le doy vuel- comensal de al lado también. Está loli- y mujeres que, de una u otra manera, XXI es preciso revalorar su estructura y algunas de las peores”. Nuestro senti-
ta a la página de la libretita reporteril y tezca la mona, y su casquivana sensua- desde el encumbrado industrial, al es- funcionamiento. Los servidores guber- miento, pasión, emoción y pensamiento
me asalta la contradicción que soy: cual- lidad me lo dice perentoriamente: apún- forzado trabajador, contribuyeron a en- namentales deben llevar la batuta con están con la Ciudad Metropolitana de
quier ciudad es Bella, siempre y cuando tale pendejo: todo lo que necesitas es grandecer al regiomonte y a magnificar visión, alteza de miras y compromiso Nuestra Señora de Monterrey, a pesar
traigas Dinero en la bolsa. Muy similar Amor… y una Master Card. Lo que me el esfuerzo, tesón e inteligencia de aque- responsable; basta ya de corrupción e de lo que pudo haber sido y no fue, a cu-
a la expresión que William Shakespeare conduce una vez más a incrementar las llos que desde la cotidianeidad lo siguen incuria oficial. yos responsables los juzgará el pueblo y
pone en boca de uno de sus personajes joyas de mi libretita reporteril: “El Dine- haciendo. Transparencia en los recursos, obras la historia.
que ya no recuerdo: “Basta que metas ro se ha convertido en la biblia de nues- El despliegue demográfico de los úl- y acciones; honestidad a toda prueba,
Dinero en tus bolsillos”. tros deseos…” timos cincuenta años nos asfixia con el combate continuo a las corruptelas,

28 Q Q 29
Percepciones a botepronto
sobre Monterrey
César Morado

Lucian Blaga no soy;


tampoco Darie Novaceanu que lo ha traducido.
En Concepción
compré pan y una botella de vino con Omar Lara

M
onterrey.- Me gusta: 1.- El No me gusta:
perfil multicultural que em- 1.- La corrupción rampante en el gobier- que también lo ha traducido.
pieza a manifestarse en la no municipal de Monterrey, y desde lue-
capital. Cada vez menos go en el estatal. Parece ser un concurso No soy Lucian Blaga a quien leo,
rancho y más ciudad, no exenta de ras- de trapacerías sin que existan opciones
gos provincianos, pero ahí vamos. para dónde hacerse. un poeta rumano que nada tiene que ver conmigo;
2.- El trabajo de ayuda social que reali- 2.- Los usos de la historia para llevar des-
zan las iglesias, sin reflectores, ni prota- caradamente agua a su molino. Como el
no conozco su idioma,
gonismos, a contrapelo de las jerarquías último mito de que los municipios de
dirigentes. Nuevo León al fundarse formaban la nunca he estado en Bucarest.
estrella de David, para argumentar en
3.- La proliferación de grandes univer- favor de la herencia judía en el noreste Pero cómo incomoda saber que no soy Lucian Blaga
sidades que se ha convertido en el gran de México.
capital cultural de Monterrey; hasta las –a quien leo, siendo quien soy–
que son patito, que algo dejarán a los jó- 3.- El mito de que Monterrey se hizo a
venes. sí misma, producto de un destino mani- esta tarde en Monterrey.
fiesto, y no producto de circunstancias
3.- Los espacios de expresión que han sociales e históricas específicas que cada
abierto las minorías religiosas, sexuales, vez se han venido explicando mejor.
étnicas, etcétera. A contrapelo de una 4.- La telebasura. Que retroalimenta la
modernidad homogeneizadora y envol- ignorancia y pobreza espiritual de la José Javier Villarreal
vente. gente. Y en especial los programas de
4.- La cercanía con Estados Unidos, que brujos y hechiceros, que salvan vidas
nos permite gozar desde la frontera, lo con la complacencia de los dueños de
poquito bueno que este país nos ofrece: televisoras.
jazz, bibliotecas, archivos, gasolina bara-
ta y últimamente seguridad para viajar 5.- El monopolio de taxis del aeropuerto,
por carretera. que asalta con sus precios a propios y ex-
traños, sin que nadie proteste.
5.-La Biblioteca Magna y su Base Digital,
no la tiene ni la UNAM. Lamentable- 6.- El desprecio por el patrimonio his-
mente más consultada desde el extranje- tórico en todas sus manifestaciones, en
(De Hidalgo, 81. Inédito.)
ro que desde Monterrey. aras de la ganancia inmediata y sin con-
ciencia de su potencial.
6.-La riqueza documental de los archivos
locales, y en especial la Fototeca Nuevo 7.- El estado deplorable de sus calles y
León, que es un tesoro no dimensionado carreteras, que dista mucho de una mo-
por los regiomontanos. derna capital de medio pelo; y los agen-
tes de tránsito que recaudan multas para
7.- El futbol llanero, auténtica escuela de sus jefes.
la vida para muchos jóvenes, que sin ser
estrellas, lo son de su barrio, de su cole-
gio; y eso basta.

30 Q Q 31
Ciudad de sentimientos
gar, de acuerdo a estudios del SAT (hoy toro, ha definido la ciudad ideal como tura del ruido” está hoy más que nunca
curiosamente hay quienes se dan golpes “compacta, continua, bien balanceada, presente en los medios, quienes tienen el
de pecho al respecto, pero en el pasado diversa, que crece orgánicamente en un poder de dirigir nuestra vida hacia sus

encontrados
se sirvieron de esta posibilidad). Tam- proceso de sedimentación lenta que per- intereses.
bién podríamos ser la ciudad del juego, o dura a través de muchos siglos, de tal Me incomoda el alienamiento de
la ciudad que valora el dinero por sobre forma que los viejos centros históricos moda que impera en Monterrey; más
la sustentabilidad. La ciudad del relum- jueguen el doble papel de la antigua ágo- bien me desagrada. Parecemos no preo-
brón; donde tener billete vale más que ra; como lugares de comercio y cultura , cuparnos por el prójimo. Estamos aisla-
Ricardo Marcos González conservar nuestra naturaleza, o vivir en donde las cosas y las ideas son intercam- dos a través de la tecnología; parece no
armonía y orden. biadas”. Quizás reconozcamos algunos importarnos que somos de las ciudades
Algunos regiomontanos se han preo- elementos del centro de Monterrey que en el país que más consumo de redes
cupado por contribuir recursos, altruis- empatan con esta visión; sin embargo, es tiene. Usar las nuevas tecnologías, por
mo, a otras ciudades, como si Monterrey innegable que el desdén por el pasado, cierto, no es innovación. Una vez más,
fuera un lugar de interés residencial, no otra de las actitudes presentes que no me nos abocamos al consumo, pero no a la
una ciudad de potencial presente o fu- gustan de nuestra ciudad, han desdibu- creación, no a marcar el pulso del país.
turo. Me explico al respecto, y esto me jado el elemento continuo y balanceado Como dice Francesco Careri, arquitecto
lleva a mi área de experiencia; queda cla- antes referido. y profesor de la Universidad de Roma:
ro que el posicionamiento de una ciudad Hay otro elemento más que me desa- “la ciudad es un espacio donde nos po-
no solo se da en fortaleza económica o grada de Monterrey, quizás es una cons- demos mover alrededor o encontrarnos,
industrial, salud, educación o bienestar tante de muchas ciudades mexicanas de construir relaciones y tener aventuras
social, sino también en cultura y arte. En hoy: el ruido y la tentación al espectácu- inesperadas. Pero entonces me pregun-
este último tema vemos pocos casos de lo. Hoy en día se ha perdido el derecho al to: ¿En la ciudad del smartphone, donde
proyectos artísticos relevantes soporta- silencio; ese silencio que únicamente po- todo el mundo camina con audífonos,
dos por la iniciativa privada; se privile- demos experimentar realizando un viaje respondiendo correos de trabajo o con-
gian los esfuerzos educativos o de bene- a Iturbide. Hoy todo es ruido y show; los versando en las redes sociales, hay toda-
ficencia por sobre los artísticos, cuando parajes naturales se tienen que soportar vía espacio en nuestros corazones para
una ciudad tendría que crecer unifor- con los razors (extraña forma de disfru- la interacción con el otro? ¿Necesitamos
memente en diversos rubros. Salvo el tar la naturaleza con vehículos terrestres todavía lugares de encuentro? Por su-
Ballet de Monterrey, Marco o la Escuela que van destrozando el paisaje) y los pai- puesto que sí, porque queremos que las
Superior de Música y Danza (quienes sajes urbanos con la música del vecino a nuevas generaciones pedaleen en bici-
también reciben recursos importantes, todo volumen. En los medios, el ruido cleta, se crucen en los caminos, se que-
estatales o incluso federales) no tenemos reviste toda clase de programas, desde den hasta tarde en la noche disfrutando
compañías estables de teatro u ópera; y noticieros, hasta programas hablados, a los amigos”.

M
la Sinfónica de la UANL, históricamente deportivos, financieros. Prácticamente Sí, hay cosas que no gustan, que no
onterrey.- Cuando La Quin- Para el 2050, el 70 por ciento de la po- ha tenido sus altas y sus bajas. No hemos todo centra su atención en el ruido. No funcionan en el Monterrey de hoy. So-
cena me invitó a participar blación mundial se concentrará en ciu- encontrado los mecanismos para que el me gusta el disparate actual de la tele- mos una ciudad exigente con los demás,
en este número especial bajo dades, algo que para muchos urbanistas sector privado fortalezca estos esfuer- visión en donde la gente baila sin ton ni pero no con uno mismo. Encumbramos
la consigna de “Por qué ado- y ecologistas es deseable; dejar que las zos, lo cual es paradójico, pues hay quie- son, donde es víctima del bullying de los con la misma facilidad que satanizamos
ro y por qué detesto a Monterrey”, pensé ciudades crezcan (hacia arriba) y que la nes patrocinan organismos artísticos de presentadores, donde son el blanco de al político, al artista, al empresario, al
que tenía una oportunidad de remover y naturaleza quede en paz. Estados Unidos. Por supuesto que se burlas, de discriminación racial y eco- trabajador. Hay algo maniaco depresivo
sacar cosas guardadas, de esas que nos Para ponernos en el lugar que nos puede apelar a la libertad de decisión al nómica enfrente de sus narices. “La cul- en el regiomontano de hoy. Y sin embar-
frustran, de esas que nos desencantan, corresponde tendríamos que desmitifi- respecto de esto, pero ¿qué pasaría si se go, después de revisar lo anterior, sigo
de esas que las montañas nos hacen olvi- car ciertas ideas culturales que tenemos dedicaran recursos al fortalecimiento de pensando que aquí tenemos potencial,
dar. Esto último me es difícil de explicar, sobre nosotros mismos; los regiomon- las iniciativas artísticas de Monterrey? que esta ciudad puede –debe tendría que
pues me considero generalmente un in- tanos, de nacimiento o adopción. Hace Podríamos aspirar a tener la mejor or- ser– marcar el pulso de México.
conformista. El tener la oportunidad de poco me compartieron un documento questa de México, el mejor festival cultu- Hace poco un célebre curador mexi-
conocer y vivir en otras ciudades en el muy interesante que colocaba en el lugar ral de México, las mejores compañías de cano me comentó que en Monterrey es-
pasado, me lleva a pensar que podemos 230 a Monterrey como ciudad innovado- ópera y ballet de México. taban pasando cosas en la cultura, en las
exigir más, aunque esto igualmente po- ra. ¿Pero cómo es posible, si somos tan Esto se lograría si entendiéramos que artes. De pronto tenemos universidades
dría aplicarse al país. fregones?, exclamarán algunos. ¿En qué la derrama económica en la propia ciu- que están en el curso de una transforma-
No podemos negar que vivimos en sentido?, responderemos otros. No solo dad, recortando un poco los márgenes ción radical. A pesar de todo hay una vi-
una ciudad fascinante; de espejos virtua- eso, estamos en el lugar 113 de calidad de contribución que se van a los propios talidad en la sociedad, hay un orgullo y
les y montañas tangibles. Difícil definir de vida, de acuerdo al Mercer Quality of bolsillos, redituaría en atractividad hacia por primera vez, como se puede inferir
al regiomontano de hoy; muchos de los Living 2019. Y esto no se queda aquí; nos afuera, calidad de vida, opciones de tra- de una publicación como esta, hay una
distintivos clásicos han desaparecido, se consideramos una ciudad universitaria bajo, opciones turísticas, bienestar social. voluntad de pensar y repensar, de dia-
han quedado en mito. Monterrey es una también. No estamos ni en las primeras A pesar de la cercanía y trabajo colabora- logar sobre la ciudad. El regiomontano
ciudad grande, que crece sin ton ni son. 4 50 ciudades del QS Ranking. Lo primero tivo entre los organismos culturales, no de hoy me parece más crítico, más insa-
millones 600 mil habitantes. Esto podría que odio de nuestra ciudad es que repe- hemos logrado en algunos casos siner- tisfecho. Si tan solo lográramos unirnos
ser de entrada algo indeseable; más par- timos sempiternamente nuestros mitos; gias que se antojarían indispensables; el por el bien común. Si tan solo bajáramos
que vehicular, más ruido, más caos, más ciudad moderna e innovadora, ciudad ballet de Monterrey, por ejemplo, se pre- algunos peldaños la tentación por el di-
inseguridad. Sin embargo, hay estudios de la educación. Desconozco si existe un senta usualmente con pistas musicales, nero. Entonces, estoy seguro, alcanza-
que indican que poco a poco los países ranking de ciudades factureras, pero me no con orquesta sinfónica. ríamos ese lugar que solo existe hoy en
pierden relevancia frente a las ciudades. temo que ahí sí estaríamos en buen lu- El periodista catalán Vicenc Villa- nuestra imaginación.

32 Q Q 33
La vida diaria Ríos de nadie
Guillermo Berrones Zaira Eliette Espinosa

La más señora de todas las putas


la más puta de todas las señoras.
Joaquín Sabina

M
onterrey.- En cualquier parte del mundo suena

M
igual la corriente de un río, es el mismo rumor de
onterrey.- Mañana. El día lo consecuencia de su sensibilidad social y noche vería y escucharía en vivo. entraña, el cauce se divierte cosquilleando la tierra,
empecé con esa abulia que se de una ideología ahora apergatada por A la entrada de la sección “L” esta- acariciando las orillas o golpeándolas con fuerza
adueña de mis huesos cada los videojuegos. No tienen por qué serlo. ban mis mujeres. María tenía sed. Tam- de castigo. No importa qué tan angosto o ancho sea el tamaño
fin de semana. Y el patio es- Los jóvenes ahora son unos trotamundos bién mi garganta demandaba refrescar- del río, el agua tiene los mismos códigos de sonidos, es el mis-
taba lleno de mierda, había que limpiar- del ciberespacio y tienen más informa- se. Mi hija y yo fuimos por unas Victoria mo festival de movimiento, es igual la vida en líquidos susu-
lo. Nunca eduqué a Gala para que cague ción que no tienen que memorizar. Las y algo de botana. Nos acomodamos. El rros y basta que miremos de cerca las piedras de río, mojadas
en un solo lugar, entonces pago las con- habilidades son el capital educativo de escenario carmesí anticipaba un apasio- en la transparencia o secas al sol, para que un colmillo de su
secuencias. Y en la escuela me esperaba las instituciones. El ejercicio del pensa- nado espectáculo musical. Al quinto tra- longitud se nos penetre en la memoria.
el grupo de poesía coral, esos adolescen- miento es ya un anacronismo esclerótico go llegaron los acordes de “Ahora que…” Hay ríos de ciudad, como los de Monterrey, que imponen
tes traviesos que pidieron celebrar el día que difama la condición humana. para abrir el espectáculo y el corazón de no moldearse y sí formar a la ciudad. Ríos que en sus márgenes
de las madres recitando a coro un poema Allá pasé la tarde entre portafolios, los amantes de Sabina, de los adorado- tienen grandes avenidas, fraccionamientos, fábricas o espacios
de Manuel Gutiérrez Nájera. En fin, allá indicaciones para la elaboración del Pro- res de su música, de los patrióticos pa- deportivos. Pero su génesis es el mismo: la vertiente es guía
fui. Los chavos se veían contentos con su ducto Integrador de Actividades (el ya ladines de su poesía. Y un entusiasmo que persiste para la flora, la fauna, la mirada de quienes necesi-
rosa roja en las manos, el poema escrito famoso PIA), elaboración y validación de endémico nos invadió. Mike vibraba tamos sabernos en ese regazo natural de humedad.
en un legajo y pulcramente vestidos. No reactivos y todas esas cosas de los vier- enfebrecido. Mi hermana y su hija Edna Al arribo de huracanes o tormentas, con los ríos se confa-
tardaron en aparecer las festejadas. Todo nes. Y en la última sesión del día, para descubrían al Sabina de más allá de “Y bulan los cerros, entonces la ciudad se desarma ante el enfure-
el glamour de Valle Soleado desfiló por bajar un poco la euforia que provoca la nos dieron las diez…” Marcos cantaba cido binomio y no nos queda otra alternativa que ser frágiles
los pasillos. Polvos, afeites y perfumes hora de salida y que es aterrador para discreto bajo su bigote encanecido. José espectadores, dejar que el flujo se lleve aquello que es suyo.
invadieron el ambiente. El escenario de- los docentes, pedí a mis alumnos leer un Jaime Ruiz aguzaba su mirada escru- Porque eso sí, el río sí sabe lo que es suyo. Engulle iracundo
corado con flores de fomy y una manta texto de Ricardo Chávez Castañeda: La tadora de periodista a la sombra de su en su carrera la terquedad de algunos por quererlo avasallar.
plástica que nadie leyó, pero que in- zona de las mil puertas. Discutir la historia bombín negro. Sue, excepción de la edad Pero Monterrey no es cualquier parte del mundo, los ríos
tentaba expresar un mensaje cursi a las del loco y su madre muerta desató una promedio, tomaba fotos para el face. El hablan otra lengua que suena igual, mas no es la misma que la
madres. El programa artístico terminó dialéctica que aligeró el fin de la jornada. Foko llevó a su hija, pero salió al pasillo de otros afluentes. Dicen algo como si fuera un mantra. Es un
con la presentación de un mariachi y la Sonó el timbre de salida y todavía en el porque a su edad ya no es muy tolerante mantra de defensa que dice que los ríos son de nadie, que per-
vena artística de algunas señoras que se pasillo me daban conjeturas y sugeren- con el estridente ritmo musical. Daniel tenecen a ellos mismos, como nos pertenece nuestro nombre o
sienten la reencarnación de Jenny Rivera cias de películas parecidas a la historia de la Fuente, descamisado y reflexivo, nuestro cuerpo.
o María Lourdes arrancaron estridentes que acababan de leer. Yo ya quería irme. halaba metáforas a la esencia de esa no- El lenguaje de los ríos de la ciudad se logra percibir cuando
notas a su pecho envilecido por el que- Y salí prácticamente corriendo. che nuestra con Sabina. Todos estába- se les ama. No se puede amar a Monterrey sin amar sus ríos.
hacer de todos los días, las mordidas de mos allí, reinventándonos en cada nota, No se puede.
la necesidad insatisfecha y el maltrato de Noche en cada pliegue musical, en el acierto de
las adversidades. Cantaron, porque can- Lejano el día de aquella Feria del Hogar las palabras de un hombre que no canta,
tar libera; el canto es un anatema contra en el parque Niños Héroes donde no pero que tiene estilo y poetiza su expe-
todo enemigo insoportable y ellas pu- pude entrar al concierto de Sabina. Dis- riencia de vida, que es el espejo nuestro
sieron “las maletas en la puerta”, en un tantes las veladas en casa de Meynardo y en el que nos reconocemos los jóvenes y
imaginario despecho que nunca cumpli- Chelita, donde Sabina se dejaba escuchar viejos que nos resistimos a sentar cabeza,
rán en la realidad contra el marido. en el estéreo de los anfitriones. Esta vez, a pesar de haber alcanzado la edad de re-
boleto en mano, compré una camiseta y cogernos a los cuarenta y diez. ¿Y el con-
Tarde entre los coches estacionados y una pa- cierto? El concierto fue un pretexto. Un
Las tardes siempre me son amenas en esa trulla de Fuerza Civil, me quité la camisa pretexto para seguir viviendo quinientas
escuela de educación bilingüe, donde los universitaria y me enfundé ridículamen- noches, que pueden ser quinientos años,
preparatorianos ya no son como aquellos te en una camiseta con el rostro del pro- enamorados de la vida, enamorados de
que secuestraron camiones como una vinciano español de Úbeda, al que esa la música y la poesía de Sabina.
¿Por qué sí y por qué no? La amo, a pesar
Alfonso Teja de los pesares
Jaime Arreola

M
onterrey.- Aunque ya conocía Monterrey desde mi
infancia, porque aquí vivían mis abuelos y muchos
familiares maternos, a los cuales visitábamos de
vacaciones, lo cierto es que llegué a radicar aquí a
partir de los 16 años.
Recuerdo que cuando veníamos a esta gran ciudad, la pa-
sábamos de maravilla, por todos los atractivos turísticos que
había en ese entonces, y disfrutábamos de los 4 canales de te-
levisión, ya que mis hermanas, mi hermano y yo éramos de
Torreón, y allá no había mucho qué ver ni a dónde salir.

M
En aquel entonces Monterrey era la capital industrial de
onterrey.- Llega la invita- una excepción obligatoria. ¡Claro que do entre anuncios panorámicos, ya no México, y la tercera ciudad más grande, y eso la llenaba de or-
ción para participar en un sí! Aquí hay algo capaz de impulsar esa permite ver el Obispado y ni siquiera la gullo. Cuando tenía 7 años de edad, me fui con mi familia a
número especial de La Quin- entrega, ese amor, y es el lugar; no la Loma Larga. Esta simulación que con- vivir a Tapachula, Chiapas, por motivos laborales de mi padre,
cena sobre “Por qué adoro ciudad construida, sino el sitio milena- funde los negocios con la conservación el cual murió en un accidente; y por ello tuvimos que regresar
y por qué detesto a Monterrey”, con un rio que en su vastedad montañosa erige del patrimonio, que destroza toda pla- a Monterrey, a casa de los abuelos, los padres de mi madre.
escrito máximo de dos cuartillas. ¡Órale! un horizonte singular que al haber cre- nificación en modo predispuesto para la Fue muy difícil integrarme al modo de vida de esta ciudad,
parece buena idea, pero al primer inten- cido a su vera, sombra y perfil, tal pre- especulación y el consecuente desorden porque tanto Torreón como Tapachula, tenían culturas muy di-
to me doy con pared. Algo no funciona y sencia entrañable se nos hace necesaria, urbano. Edificios y rascacielos con ima- ferentes. Al principio se complicaba hacer amigos, pero a medi-
me doy cuenta que yo no adoro a Mon- imprescindible en ocasiones. Pongamos gen de siglo veintiuno, pero infraestruc- da que fui estudiando y trabajando, me fui adaptando al modo
terrey y… ¡sopas!, igualmente descubro entonces que adoro a las montañas. tura que apenas supera el diecinueve. de ser regio, pero nunca perdí mi esencia.
que tampoco la detesto. Ahora enfoquemos el asunto en en- Y así, entiendo mejor las razones por Monterrey es una ciudad de claroscuros, de más oscuros
Y no la adoro porque, en rigor, “ado- contrar ese algo que detesto. Lo primero las que los investigadores en Ciencias que claros. La gente en general es clasista, racista, xenófoba,
rar” es rendirle culto a alguien o algo y, que salta a la punta de la mente es que Sociales, en esta era de globalización y chovinista, arrogante, muy metalizada y con aires de superiori-
aunque algunos por aquí materializan también es la gente: los políticos; bueno, migraciones, destacan tanto la impor- dad, ya que le dan mucho valor al dinero y al estatus socio-eco-
el ideal en un becerro de oro muy tangi- algunos (la mayoría) y un montón de si- tancia del espacio urbano como estímu- nómico.
ble, realmente no es mi caso. Podríamos muladores que han echado a perder el lo determinante en las relaciones y la Monterrey es una ciudad muy individualista, en donde los
mencionar que por derivación, la pala- espíritu de aquel viejo Monterrey, franco identidad de la comunidad. Ese vínculo señores del dinero son vistos como dioses o semi-dioses. Aquí
bra también se usa para decir que se ama y sencillote. esencial para los seres humanos, que es priva el capitalismo a ultranza, y son denostadas las posturas
mucho, a algo o alguien. En tal situación, Recuerdo tiempos infantiles arcaicos condición de su propia existencia. de izquierda (socialismo-comunismo). Aquí prevalece el en-
aclararé que todo el corazón que he en- cuando en la escuela nos enseñaban que Aquí es mi casa. Acostumbrado a tretenimiento de la música grupera, el pop, el rock ligero, la
tregado en estos regios solares ha sido a el trabajo, el esfuerzo y el ahorro, eran sentir que tanto el cielo arriba como el colombia, el teatro de comedia, el futbol, la cerveza y la carne
las personas, a muchas personas, pero valores que en esta ciudad han sido (o suelo bajo mis pies no me limitan en el asada, “la regio american way of life”. es muy interesada, se pueden hacer grandes amistades. No
no a la ciudad como tal. Amo más a la fueron) parte de su perfil histórico. Así amor por mi hogar, la tierra donde me El arte y el conocimiento pasan a segundo plano, salvo en la obstante, no me arrepiento de haber llegado a esta ciudad de
gente que a las cosas. Y es cierto que esas es, o así era: en Monterrey los valores yergo es parte de mi orgullo; pero nunca ciencia y tecnología, disciplinas necesarias para crear negocios. contrastes y de retos que me dio educación universitaria –soy
cosas y lugares arraigan e identifican mi eran altos. Pero luego todo cambió y olvido que somos parte de un gran país Ciudad violenta, contaminada, difícil. abogado egresado de la UANL–, y además donde me desarro-
nostalgia –eso sí–, pero nunca como el como alguien dijo en la tele alternativa: y de un gran planeta. ¿Lograremos sal- Por otro lado, la ciudad es hermosa, como sus alrededores. llé como músico, autor, compositor, escritor y activista social.
amor que implica siempre alguna mane- “Ahora, los altos son los edificios”. varlos a todos? Sus montañas y sus parajes turísticos son reconocidos mundial- Aquí nacieron mis hijos, aquí me enamoré muchas veces.
ra de entrega o sacrificio. Y lo que detesto es todo esto. Este mente, y ni se diga su gastronomía, sus escuelas, sus universi- Amo a Monterrey, y le agradezco su larga hospitalidad y
Ahora que, viéndolo bien, descubro universo de simulación que, enterra- dades y sus hospitales. A pesar de que la mayoría de la gente mi formación profesional y artística, a pesar de los pesares.
Monterrey

Al cine Elizondo lo derrumbaron Me sostiene ver salir a Luis Lauro del Oxxo de Serafín Peña a las diez de la noche
ni diosas orientales ni prodigiosos dragones volaron más con su bolsa de cervezas
en el azul intenso de su cielo y un caminar lento
Aunque siga perdido mi corazón en esa pagoda aniquilada preparando el cierre de la revista
no volverán Marcello Mastroianni ni Sophia Loren a deslumbrarnos mientras enfrente se levanta un semillero amenazante de viviendas
ni José Alonso regresará al estreno de Los Cachorros Me alienta caminar por las noches en el Parque Fundidora
El Museo de Monterrey cerró escuchar el graznido de los patos
y con él se eclipsaron Remedios Varo, Cindy Sherman, Mapplethorpe, Beuys verlos acercarse sin miedo a los que pasan
La colección de arte de Lorenzo Zambrano, Contemplar los rostros de mis alumnos descubriendo el arte de la palabra
por voluntad propia, se remató en Sotheby’s en los disparatados diálogos del Quijote
La avenida Colón oscureció bajo un cielo de cemento Así derriben los muros que nos vieron crecer
La fachada de la Rangel Frías, de Legorreta, fue bloqueada por una estación del metro la luna me mira de reojo por un hueco de nube en la noche cerrada
El histórico edificio de la Álvaro Obregón también tapiado por los pilares de otra línea
de inacabable construcción
Basura y basura tapizando las calles cuyos nombres ya no se distinguen Minerva Margarita Villarreal
Las esculturas del Río Santa Catarina abandonadas a su suerte
Bibliotecas que cierran sus espacios
Opus 102.1 acribillada por decisión gubernamental
Pero me sostiene ver inmutable y siempre distinto el Cerro de la Silla
los rayos del sol trasminando sus lomos
difuminado por la niebla una tarde lluviosa
seco y sediento en el verano
defendiendo con sus árboles el poco aire que nos queda

Q 39
Otra Codópolis MUROS Y PUENTES

Luis Frías Leal My kind of town


Raúl Caballero García

M
onterrey.- Un día machaca- por el Teatro de la Ciudad, derivar por mientos con casas que miden dos metros,
do, la familia almorzaba y el centro, las autoconstrucciones, esos pero el metro nunca habrá de llegar allá.
vi la redada que avanzaba Frankensteins guadalupenses, la Huas- Recuerdo jugar en el zacate de la Macro-
en el bar clandestino al que teca, incontables amigo@s de diferentes plaza; había unos pequeños montículos
venía y ahora promovía el Telediario. generaciones. de tierra, que eran excelentes para darse
Claro, alguno de la familia se preguntó No güey, yo te quiero un chingo, no maromas a la altura donde ahora está el
si yo estaba ahí, pero claro que no: yo ya me lo tomes a mal, güey. Te conozco paso a desnivel del Museo de Historia y
estaba untando frijoles en una tortilla de desde antes que te salieran esas monta- la Explanada de los Héroes.
harina. ñas en tu cuerpo sexy de niña de revista ¿Has ido a la Biblioteca Central? Ahí,
Varias veces he visto desde el noticie- de sociales; quién no querría subirse a como en Colegio Civil, hay unas pinturas
ro el desenvolvimiento de la fiesta en el tu Cerro de la Silla. Neta, recuerdas que excelentes de Gerardo Cantú. Al Piporro

D
lugar que nos encontrábamos, ese Mon- te presenté a Ricky Martin, Shakira y el le cortaron un dedo de la mano por ro-
terrey hipnótico, en extinción, peligroso Papa; recuerdas que todos nos montaban barle el sombrero (algún recuerdo de allas.- “¿Por qué adoro y por qué detesto a Monte- violencia como opción a la falta de alternativas entre tantos jó-
en proceso. Aprendes mucho en la calle como souvenirs y lo que nos molestaba es narco aficionado). El Faro de Comercio, rrey?”, tal cual, es una pregunta que no aplica a mis venes que deciden ser sicarios, formar bandas para obedecer
y la noche, como cuando un tipo recién que nadie quería ir de brunch mimosas hace mucho que no veo su láser. Antes nociones en torno a mi ciudad natal, pues no le rindo extorsionadores, para secuestrar, para ser parte de pandillas
salido de la cárcel me comentó en un bar a la mañana. Pero sabes qué, está bien era como la batiseñal del centro, ya que culto ni le tengo aversión. Sin embargo, por supuesto, que del narcomenudeo pasan a formar parte del cártel. La vio-
que llevaba tres días de borrachera, y no bonito cuando manejas del aeropuerto nos guiaba a todos a las fiestas del barrio puedo decir que la amo sin extremos, la critico sin pasiones, y lencia que siembra el miedo, el desaliento, la que trastoca la
quería ir a casa por pena, ya que solo sa- hacia San Pedro, y antes de Gonzalitos antiguo o al Reforma. La paloma de So- sí, sí detesto los problemas de su población. vida y la que empuja al éxodo.
bía vivir en la cárcel. Al siguiente día, en se refleja una luz verde que parece mar riano, en Marco, que apunta hacia todos Pero para explicar(me) las ideas que mantengo sobre la ciu- Asimismo, se detesta el caótico crecimiento urbano, la fal-
dad, sobre mi ciudad, requiero apelar a emociones íntimas y ta de arterias viales, las mal construidas que se convierten en
el noticiero salió que había matado a una sobre el asfalto de Constitución. Neta, es los poderes tradicionales. He aprendido
anécdotas biográficas y acaso entonces me acerque a puntua- calamidades; la lentitud de las obras públicas, los latrocinios
chica trans, y ahí casi lo justificaban. como una nueva frontera que deja a los tanto en ese museo. Es como un libro que
lizar los porqués. que se cometen en su nombre, los fraudes, las estafas contra
Cuando salgo de mi casa y voy al migrantes sin patria. Antes de Hidalgo se reescribe cada vez que abres sus pági-
Mi pertenencia a Monterrey no alberga en mí lugar a dudas: bienes públicos; la construcción de edificios destruyendo el en-
centro, tengo que tomar la avenida Eloy brilla el piso, gracias a un nuevo edifi- nas, o entras.
cuando muera, si vuelvo a nacer y puedo elegir, quisiera hacer- torno comunitario, el perfil tradicional; la destrucción de fincas
Cavazos; de frente se ve el Cerro de las cio de vidrio que construye alguno de Extraño el Museo Monterrey, pero
lo de nuevo en ella. Para mí resulta entrañable desde los barrios e inmuebles muchas veces de valor histórico, modelos de una
Mitras. Siempre me dan ganas de dibu- tus tíos. Este rancho es amplio. Cuando visito sus libros en la biblioteca de la
de mi origen, las calles en las que me forjé, hasta la ciudad de estética del pasado, patrimonio cultural y social.
jar manilargos sobre el cerro, en su cuer- vienen amigos de visita planeamos una Escuela Adolfo Prieto. Eso sí, de vez en
la que salí a los 21 años, pero a la que sin embargo nunca le he Otro inconveniente detestable es el sucio panorama que se
po, su centro. Similar me sucede con el excursión a las ruinas de la Ampliación cuando hay que ir a tomarse una cerve-
dado la espalda: quiero decir que pese a las distancias siempre crea con el exceso de estímulos visuales a lo largo y ancho de
Cerro de la Silla: me encanta que puedes del Metro, el edificio del Bicentenario y za en el jardín de la cervecería. ¿A quién
la he tenido cerca: quiero decir que pese a mi reconocimiento y la ciudad: nombres de negocios, mensajes publicitarios, cam-
ir manejando y darle la vuelta entera, de los festivales en el parque púbico priva- no lo ha flechado la Diana Cazadora, o el cariño hacia las ciudades en las que he vivido, de la mía, de mi pañas políticas, anuncios, anuncios, anuncios que enturbian
Guadalupe a Santiago, a Cadereyta y de do. Una vez me dijeron que los baches chicharrón de la Ramos? Qué mejor que ciudad nunca me he alejado aunque no he vuelto a vivir en ella el medio ambiente. En fin, uno podría seguir apuntando otros
vuelta. ¿Qué harían los Lounge Lizards, eran como tener sexo, o a alguien estar una paleta Dumbo para acompañar una por seguir mi vida de nómada. aspectos criticables, como la televisión basura, o la demasía de
Leonard Cohen, o Basquiat, de haber na- chingando. Por eso creo que ahora soy plática pesada. Hace unos años hice una Es una ciudad incomparable con relación a las once urbes vehículos… aspectos que sumados unos a otros producen per-
cido aquí? Hace muchos años un primo hippie, izquierdista. deriva por la zona de Ciudad Universi- en las que, hasta la fecha, afuera de ella, he radicado (5 en Mé- plejidad por la ciudad.
que vive en Houston me dijo que Mon- Pero no te asustes, no dejaré mi tra- taria, y entendí que yo también me había xico y 6 en Estados Unidos). Los barrios de mi origen son los Mas guardo un recuerdo que me confirma la calidad de
terrey era tan rudo como Nueva York, bajo en Cemex. El que esos nacos digan olvidado de la ciudad. Nos olvidamos del centro de la ciudad. Cuando nací vivíamos en Julián Vi- vida que en aquella cuadra de mi infancia se forjó. Cuando nos
que mejor me fuera de aquí. Supongo que la ciudad de noche se ve bella des- todos y por eso ahora nos quejamos. llarreal 119, entre Ruperto Martínez y Aramberri. Los de mi cambiamos, al despedirme de mis amigos del barrio repartí
que muchos se han de haber sentido ala- de el carro, no manches, imagínate, qué Pero hay destellos, los murales de la hechura son los de la colonia Las Mitras; en todos palpé la ma- mis juguetes entre ellos. Tengo para mí que, si bien fue una
gados con la comparación. La verdad, goce. Por cierto, ¿ya se murieron todos memoria del Barrio de la Luz, el bar Mi dera que nos distingue a los amigos, a los amigos que se hacen muestra personal, esta se dio porque todos ellos son valiosos;
solo pensé en esa costra gris que lo cubre los sapos? Yo ahora te quito calcio, y Último Refugio, el Salón Progreso, don- en Monterrey. En la calidad de la amistad estriba buena parte no hallé mejor forma de sellar nuestra relación. Nos fuimos a
todo, especialmente alrededor de Félix contamino tu energía. ¿O qué, nunca has de hasta ellos dicen que el progreso dejó de mi amor por Monterrey. En la calidad de la amistad radica vivir a Las Mitras, donde puedo decir que encontré mi punto
U. Gómez y Ruiz Cortines. manejado al otro lado de los cerros? ¿No de ir, pero aún se juntan a tocar la guita- la nobleza de la gente, ese capital familiar en nuestras vidas. de fuga: la perspectiva de mi sino, de manera fundamental, de
A mí me gustan los cerros. En esta te confesaron lo que ganaron derrum- rra y tomar Carta Blanca. Pero en cada urbe por diversas razones se anidan proble- nuevo, entre mis amigos.
ciudad puedes casi pasar desapercibido bando media Sierra Madre? ¿Que te qui- ¿Algún día repararán el Teatro de mas que crecen o se quedan sin solución –por deficiencias de Así pues, uno siente cierto desconcierto y al mismo tiempo,
si es lo que deseas. Manejar por Cons- taron una chichi para que otro tuviera la Ciudad, terminarán el metro, se aca- funcionarios y autoridades o peor: por corrupción– y entonces con mayor intensidad, una cierta fascinación por esta ciudad
titución los lunes por la noche, cuando tres? Y si hay un residuo de tu cuerpo, bará la violencia, nos volveremos a sen- aparecen los motivos de crítica y, sin duda, aspectos detesta- que, además ofrece la belleza –esa hazaña de su naturaleza– de
no hay nadie y puedes ver la Indepen- nadie te lo va a creer. El cerro está hueco. tar afuera en las mecedoras? La ciudad bles. las magníficas montañas que la arropan.
dencia, el Museo de Arte Contemporá- En su tiempo, mis abuelos del rancho cambia, como nosotros, ya no es la mis- Por ejemplo, en Monterrey se ha padecido la maldita vio- Por todo eso, parafraseando a Frank Sinatra: Monterrey is
neo, El Gargantúa, La Constancia, Olar- hacían tres días de Cadereyta a la ciudad ma Codópolis de mi abuelo, ni la de mi lencia que al paso de los últimos años ha dejado un mar de san- my kind of town / y alberga my kind of people too.
te Galería y taller, la Plaza de la Luz, el en carreta. Solo son 30 kilómetros. Antes papá. gre en las calles; la violencia que agazapada de pronto le salta
Centro de las Artes, el CEIIDA, la Adol- para llegar allá tenías que salir de la ciu- ¿Seremos regios? encima al ciudadano; la violencia que deja un gran porcentaje * Escritor y periodista regiomontano; para comentarios: caballe-
fo Prieto, el Parque Fundidora, caminar dad, ahora todo está lleno de fracciona- de la sociedad en duelo, de luto, viudas, viudos, huérfanos. La ror52@gmail.com

40 Q Q 41
Regios de mi corazón
Samuel Schmidt

A
ustin.- Comenté entre mis tas socio-económicas a los judíos, ya que con mucho cariño. tos guerrilleros importantes; de ahí salió ver con Santiago Viadurri, quien fue go-
alumnos que necesitaba re- no tenían derecho a adquirir tierra, o a Tengo una conexión más larga con el primer aeropirata mexicano y de ahí bernador de Nuevo León y Coahuila, en-
gresar a México y no había trabajar en oficios y profesiones. Había Monterrey. Cuando estudiaba al Cami- una de las víctimas de la brutalidad del tre 1855 y 1864, y abogó por los derechos
lugar en el tren; uno de ellos, que revertir la pirámide que ponía en la no Real, encontré que el Nuevo Reino Estado, un joven desaparecido que fue de los Estados.
un cura posteriormente enviado a Roma cúspide a la clase obrera, convirtiéndola de León fue formado por Luis Carvajal y visto con vida por última vez en un cam- Monterrey es una ciudad compleja,
para frenar su activismo político, me en la base de la misma, para de allí reali- de la Cueva, quien le ofreció al rey crear po militar; de Monterrey salió la práctica como muchas ciudades mexicanas mal
dijo: “yo conozco al cajero, es mi feligrés, zar una revolución proletaria, y eso solo el reino y enviar los diezmos, a cambio del sindicato blanco, que sometía a los diseñada y con islas de riqueza frente
vamos a verlo”. Llegamos a la estación se lograría teniendo un Estado. Una de de no preguntar y permitir que viajara trabajadores al patrón; era la gran estra- a zonas precarias. Una de sus ciudades
del tren y después de los saludos, el cura las concreciones de los socialistas rusos con 400 familias, la mayoría judíos con- tegia contra la CTM que controlaba el go- conurbadas tiene el PIB per cápita más
le dijo: del 1905 fue la creación del Kibutz (gran- versos. Al rey no le pareció sospechoso bierno; de ahí salió una gran institución alto de México; hubo personas que llega-
– El compañero necesita viajar a Mé- ja colectiva); y en uno de ellos pasé un que se estuviera poniendo a salvo de la educativa privada, que mostraba que no ron a asentarse en el lecho del Río San-
xico, a ver si le consigue un lugar. año con nueve amigos de Monterrey. inquisición a los judíos obligados a la todo lo hace el gobierno; de ahí han sali- ta Catarina, quienes sufrieron el embate
– ¿En qué clase, padre? Allí consolidamos relaciones que duran conversión, a cambio de no aniquilarlos; do grandes empresas de nivel mundial. del huracán Álex, que corrigió lo que la
El cajero cumplió con su párroco y ya más de cinco décadas. al parecer, con el diezmo se satisfacía al Todo esto hace que haya quien considera necedad humana provoca: arrasó con el
me consiguió espacio, no cayó en cuenta Posteriormente viaje a Monterrey en soberano. La inquisición, sin embargo, a Monterrey como un factor de peso po- asentamiento. En la ciudad hay la inte-
que éramos compañeros de la univer- mi calidad de politólogo, para dar clases siguió incansable su obra destructiva, y lítico fundamental y lo es. ligencia y el dinero, para convertir una
sidad, con afinidad ideológico-política en la Universidad Autónoma de Nuevo se movió hacia para eliminar a los judíos, Monterrey es ciudad de contrastes. El fundidora en museo y zona de recreo, y
y no de fe religiosa, porque soy judío, León. Entré en contacto con estudiantes a los que empujó hacia el norte, siguien- avance industrial subordina a su entorno crear una zona de museos en el centro de
aunque para él era natural que un cura comprometidos con el aprendizaje libre do el Camino Real; llegaron a El Paso, y en ese concepto de progreso muestra la ciudad. Aun con el calor es agradable
llevara a otro cura para ayudarle en la y autogestionario; organizamos un en- Santa Fe y hasta Galveston (el camino se grandes capacidades de innovación, pero caminar por la Macroplaza. Y hay una
gestión. Yo pensé: ¿te imaginas, el padre cuentro nacional de talleres auto-ges- bifurcó en El Paso del Norte, un ramal al también de injusticia. Hace poco, en una fuerza social que sostiene centros acadé-
Schmidt? tionarios, del que resultó un libro, cosa norte y otro al este). visita a Monterrey, Luis Lauro y la Flaka micos, centros de diversión y actividad
Tengo una larga relación con Mon- poco común entre estudiantes. Entre En esta última visita fui al Museo Me- tuvieron la generosidad de mostrarme la intelectual que puede pensar libremente
terrey, muchas memorias y anécdotas mis alumnos había gente involucrada tropolitano en la ciudad y me sorprendió, colonia Tierra y Libertad, un movimiento la realidad. Por cierto, también es zona
y por supuesto, muy presente que el ca- en el movimiento que tiró al gobernador o tal vez no mucho, que se le quitara im- político de gran envergadura, que siem- de poetas y escritoras.
brito es la marca gastronómica de la ciu- Elizondo, al principio de los setentas; portancia a Carvajal y su asesinato por la pre me ha intrigado, aunque hoy ya no Los regios (qué bonito apelativo) tie-
dad, aunque en alguna cantina hemos algunos relacionados con corrientes pro- inquisición, acusándolo de judaizante. Y sea lo que fue (tampoco nosotros somos nen fama de codos, cosa que a algunos
comido manjares. gresistas de la iglesia católica, que fue- es que posiblemente haya a quien le mo- lo que fuimos). les viene en gracia y a otros no. Hace
Mis primeros viajes a Monterrey en ron perseguidos por la curia, y muchos lesta saber que en los orígenes de la gran Es una ciudad de sorpresas. Tuve que poco publiqué un chiste sobre la historia
los sesentas fueron en el marco del mo- de ellos activos y comprometidos en los ciudad industrial del país existen antece- ver a un oftalmólogo por haber sufrido del Cerro de la Silla y no se enojó ningu-
vimiento sionista-socialista (Ijud Habo- esfuerzos por mejorar al país hasta la dentes judíos. Por supuesto que muchos un derrame de cornea y mi hermano me no de mis amigos: Luis Carvajal enterró
nim, Unión de Constructores) que tenía fecha. Con algunos de ellos mantengo sostienen que los grandes apellidos de la envió a ver al doctor Jesús Vidaurri, que unas monedas de oro hasta arriba de un
capítulos en DF, Monterrey y Guadalaja- una relación afectuosa y de colaboración ciudad son judíos, y tienen razón. según él es un genio (ambos coincidie- cerro y los regios llevan escarbando des-
ra. En ese marco tuve mi primera educa- intelectual. Desde entonces arrancó mi Monterrey es una ciudad para ser es- ron en la Universidad Hebrea de Jeru- de entonces para encontrarlo.
ción ideológica; ahí nos educamos bajo relación con Luis Lauro, y su invitación tudiada. Molina Enríquez, en los albores salén). Llegué al consultorio y escuché La verdad es que los regios que co-
la doctrina del socialismo como un mo- para expresar estos sentimientos. del siglo XX, la ponía como el ejemplo hebreo en todos lados, porque Jesús si- nozco son generosos, desprendidos,
vimiento justiciero, igualitario y liberta- Hasta relaciones emocionales tuve. de la gran ciudad industrial (la deno- gue enviando a sus alumnos a estudiar amistosos y esa es la cara y la sensación
rio, mezclado con el componente de la Un hijo adoptivo (un alumno que me minó la zona del fuego); es una ciudad en Israel. Desde Monterrey montó una que uno se lleva de la ciudad.
redención del mundo judío. Berl Borojov adoptó) se casó con una regia, a la que que sometió a su entorno agrícola para operación médica con avances de última
era una de las referencias. Él estableció conoció en el encuentro de talleres auto- alimentar sus necesidades de crecimien- generación tecnológica, que llega hasta la
que había que cancelar la anomalía ju- gestionarios. Y yo tuve alguna relación to industrial, y lo mismo ha hecho con el frontera, aunque no quede muy lejos. Me
deofóbica, que le había cerrado las puer- afectiva con una regia, a la que recuerdo agua. En la ciudad surgieron movimien- sospecho que el doctor debe tener que

42 Q Q 43
Pensando en Sucedió en Monterrey
La Sultana Mario Valencia Hernández

S
Rosa Esther Beltrán Enríquez
altillo.- Tengo motivos mu- desastre. Roberto me había convencido comerciantes de todo tipo, y por la tarde
chos para amar a Monterrey que frotando dos varas de huizache y sonaba la música y hasta se organizaban
y pocos para odiarlo. Ahora bailando alrededor del único árbol que bailes vecinales. Confieso que siempre
que vivo a menos de cien ki- algo de sombra nos procuraba, llovería. fui lento para aquello de vender o con-
lómetros más hacia el sur, con la con- “Así convocaban nuestros antepasados vencer a alguien que me comprara una
vocatoria de La Quincena se agolpan la lluvia”, le informaba a mi cultura ur- camisa, vestido para dama, o un simple
los recuerdos. Les contaré una historia bana, incrédulo a más no poder, pues pantalón. De pronto, Roberto empezó a
autobiográfica en donde se superponen ¡no había una sola nube en el cielo! El gritar a la concurrencia que se paraban
las dos razones, el amor y el odio, pero entusiasmo de Roberto me invadió y ante él para escucharlo: “¡Llegó la ropa
quiero advertir que el primer sentimien- también brinqué con gusto y recibía las directamente de Hollywood, vengan a
to supera con creces al segundo. Va. gotas gruesas en la cara. ver lo que se ponen los artistas más fa-
Regresé de la ciudad de México en No pude aguantar más y las lágri- mosos!” “¡Señora, ¿quiere sorprender a
donde estudiaba en aquella época juve- mas surgieron, ahí estaba él, carboniza- su marido hoy en el baile de la tarde?!;
nil y me topé con la mirada triste y el do, no había una sola parte de su cuerpo ¡llévese este vestido que salió en una
rostro angustiado de mi madre, quien con el color de la piel, colgado, sujeto de las películas más famosas!” Algunas
me recibía en la casa con un periódico en con bandas de pies y manos. Pensaba mujeres se detuvieron a escuchar, y des-
la mano, el vespertino, el de la nota roja en el dolor intenso que mi primo sufría pués más, incluso hombres que más por
y en primera plana la trágica noticia, un en esos instantes. Abandoné la imagen curiosidad que interés a quien gritaba:
hombre se había convertido en Bozo, en y caminé a la sala de espera en donde “¡Mario, dale ese vestido a esa guapa
pocas líneas decía que se había rociado mis otros primos lloraban en silencio. señora, le quedará muy bien!”, me orde-
de gasolina y después encendió un ceri- No podía soportar aquella escena. Re- naba. “¡Mario, que te dé veinte pesos y
llo y se convirtió en antorcha humana. currí a la memoria para escapar de ese trae esa blusa azul para esta bella dama,
Al principio me pareció que aquel su- presente. su marido se va a quedar con la boca
ceso no tenía nada que ver conmigo y Llegó con el rostro rasurado, no so- abierta!” Quiero contarles que la venta
mi madre se angustiaba por algún veci- lamente la barba y bigote, toda la cara fue todo un éxito.
no o alguien conocido. Continué con la se había rasurado. “Soy otro”, fue la ex- Ya no éramos adolescentes, más bien

S
lectura, había sucedido en una bodega plicación a una interrogante aún no for- hombres maduros, mi primo ya tenía
del barrio del Topo Chico y ahí recono- mulada. “¡Pero qué hiciste, muchacho!”, dos hijos. Fui a su casa para saber algo
altillo.- Cuando me invitaron a escribir algo sobre En las elecciones federales de 2018, al escuchar al candidato
cí el lugar; en la fotografía a un lado de le increpaba mi madre azorada, ya que de su vida. Tenía varias semanas que no
Monterrey para el próximo número de la revista La a la presidencia de la república, Jaime Rodríguez Calderón (el
la carpintería estaba la foto del hombre no encontraba las respuestas a aquella aparecía por ahí, algo inusual en él. Lo
Quincena, de inmediato les respondí que no, porque Bronco, entonces gobernador con licencia) en el último debate
que se negaba a que lo auxiliaran y los locura. “Soy otro”, repetía Roberto con encontré en el patio, gritándole a su her-
yo vivo en Saltillo; ese fue el mensaje, y enseguida entre los 4 contendientes, se lanzó sin recato contra los delin-
vecinos apagaran el fuego. Se trataba una sonrisa que para nosotros era una mano que siguiera cavando. “¿Que ha-
me puse a pensar: Monterrey… y evoqué la tremenda conta- cuentes, diciendo que les mocharía las manos y aplicaría azo-
de Roberto, mi primo, casi mi hermano, mueca inexplicable. “Tengo dentro mí cen?” “¡Aquí está el tesoro primo!, ano-
minación que se divisa desde kilómetros, antes de entrar a la tes; los ciudadanos nos quedamos atónitos, al escuchar a un por nuestras vivencias en la niñez y en un espíritu que obligó a convertirme en che mientras dormía alguien me dijo al
ciudad y los congestionamientos de tránsito, y los peligros de candidato que ignora el mandato constitucional, y aún sigue la adolescencia. otro hombre, ahora soy mejor ser huma- oído que cavara en el patio y encontraría
morir ahogados ante una fuerte tormenta por las inundaciones al frente del ejecutivo, con un gran desprestigio y la demanda En cuestión de horas ya estaba en no”. Cuando se fue de la casa, esa ma- un tesoro”. El agujero tenía ya más de
de las partes bajas de algunas calles, los calores sofocantes del por parte del poder legislativo de esa entidad, de ser destitui- el Hospital Universitario, lo miraba a ñana de domingo, mi madre empezó a un metro y mi primo menor, obedecien-
verano, la inseguridad ante la delincuencia organizada. No, no do por triangulación de recursos; alguien podrá argüir que través de una ventana de cristal, estaba llorar sin gritar, y escuchamos la razón do más por amor que por ambición. Por
puedo escribir eso, me dije, sería ofender a los regiomontanos, no viene al caso citar estos hechos, lo hago porque son hechos prohibido entrar al cuarto en donde ya- de su amargura: “Tu primo se está vol- supuesto, después de dos horas Roberto
aunque sea verdad. actuales sobresalientes: la zona metropolitana de Monterrey cía suspendido en el aire. Su cuerpo no viendo loco. se dio por vencido, y Alfredo, mi primo
Después de un rato le di retrospectiva a la memoria, y me abarca casi a la totalidad de la población del estado de Nuevo debería ser tocado por nada, solo el cli- “Morirá de asfixia”, dijo alguien que menor, agotado se desplomó sobre el
acordé que sí, que hace varias décadas, siendo aún muy joven, León, y un gobernador destituido sería un hecho insólito, y el ma especial. La enfermera encargada de no recuerdo, tal vez el médico. Ante montón de tierra. “Menos mal que no si-
llegué como muchos a esta ciudad a buscar trabajo, para po- primero en este país, en caso de ser depuesto. vigilar su recuperación nos explicó a mí nuestras miradas se adelantó a las pre- guió con que destruyera la pared”, dijo
der estudiar. Ahí comencé la preparatoria; yo quería estudiar Emigré a la capital de Coahuila: “No quiero irme al cielo, y a mi adolorida tía, que el fuego había guntas: “respiramos más por la piel que Alfredo cuando Roberto entró a la casa
sociología y debía de ser por la tarde/noche, porque tenía que yo vivo en Saltillo”. Esta frase localmente célebre, es del inter- llegado a todo su cuerpo, no solamente por nuestro olfato, sus poros están que- desmoralizado, a buscar el espíritu que
costearme mis estudios, y la UANL sólo contaba con esa carre- nacionalmente conocido cronista de esta ciudad, “Catón”. En la piel, sino todos los órganos internos, mados, no llega oxígeno a su corazón ni le había prometido que encontraría un
ra con sistema diurno; así que no era opción. Emigré en busca Saltillo encontré la carrera de sociología; pude cursarla, gra- sería un milagro que sobreviviera. “¡Mi- a su cerebro”. Con rapidez me remon- tesoro enterrado.
de lo que necesitaba, pero en Monterrey encontré un tesoro: duarme y laborar por casi 30 años como maestra universitaria, lagro!, ¡milagro!”, gritaba Roberto mien- té a una de las ocurrencias y chispazos “¿Lo enterramos con música?; a él
grandes amigos y amigas que aún conservo. incursionando también en el periodismo regional. tras la lluvia caía sobre nosotros. mentales de Roberto. le hubiera gustado”, le pregunté a mi
Entonces Monterrey era otra, el aire limpio, menos conta- Agradezco a los editores de La Quincena, por invitarme a Estábamos en un ejido de la Comar- Ya jóvenes queríamos ganar dinero tía. Recordé sus pasiones musicales, los
minado, una ciudad hospitalaria y amable. Sus hermosas mon- participar en este número dedicado a La Sultana del Norte. Es- ca Lagunera, en donde los dos habíamos con la venta de ropa usada; ante la in- Gorriones del Topo Chico, Juan Monto-
tañas me fascinan, el centro de la ciudad era grato, tranquilo y toy segura que los colegas que integran también el equipo de nacido. Jovenzuelos aún, pero sabíamos sistencia de mi madre y duro carácter ya, Juan Salazar y otros que sabía eran
seguro, nada qué ver con la metrópoli de ahora. No cabe duda 15diario.com, nos ilustrarán abundantemente sobre el pasado, que esa inesperada lluvia rompía una ,nos echó de la casa con cuatro bolsas de vecinos, o por lo menos vivían ahí en la
de que La Sultana del Norte, como tercera ciudad más grande el presente y el futuro de esta progresista ciudad de Monte- sequía de años que tenía en la tristeza ropa. Llegamos a la Plaza del Topo Chi- colonia en donde Roberto vivió por mu-
de este país, es hermosa y una delicia visitarla como turista rrey. a los campesinos de mi pueblo. Ellos te- co, área dominguera de reunión de fa- chos años.
(aún me gusta). mían que la cosecha de algodón sería un milias, en donde por las mañanas había Sucedió en Monterrey.

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Lo que me gusta
y no de Monterrey
Víctor Reynoso

P
uebla.- De Monterrey me gus- centes.
tan los textos de Guillermo Me gustó el ejercicio, pero no me

M
Sheridan, Gabriel Zaid y Al- interesó en leer a Góngora. Las lecturas
onterrey.- El 20 de septiembre es en Nuevo León Este Monterrey de contrastes, también conocido como
fonso Reyes. Borges escribió de Quevedo y de Fray Luis de León, en
una fecha para celebrar: conmemoramos el ani- Ciudad de las Montañas, ha adoptado como símbolo más
sobre “los antepasados de mi sangre, y ese mismo curso, sí me interesaron y me
versario de la capital de nuestro estado. Mon- emblemático al hermoso Cerro de la Silla, que dicho sea de
los antepasados de mis sueños”. Supon- acompañan hasta ahora.
terrey cumple 423 años de haber sido fundada paso, se encuentra ubicado en Guadalupe. El que sí se en-
go que los segundos son los que uno lee, Pero la parte fuerte del curso tuvo
formalmente por 12 familias encabezadas por don Diego cuentra en el mero Monterrey es el Cerro del Obispado,
y de cuya lectura queda algo que nos va que ver con “el kínder de la literatura”:
Montemayor, que llegaron a vivir al Nuevo Reino de León. antes conocido como la Loma de Chepe Vera.
haciendo. Considero que estos tres re- Poe, desde luego; también Bradbury,
Mucho ha crecido desde entonces, hasta ser reconocido El 20 de septiembre se celebra también el 63 aniversario
giomontanos son mis antepasados. Esa Huxley, Lovecraft. Leímos también Los
como Capital Industrial de México. Su desarrollo económi- de haberse constituido como primer museo de Historia de
es mi deuda con Monterrey. Miserables y Nuestra Señora de París, de
co le permite contar con la tasa de desempleo más baja del Nuevo León, en lo que fueron inicialmente la casa de des-
A Sheridan lo escuché antes de leer- Víctor Hugo; y La Cartuja, de Parma de
país. canso del Obispo José Rafael Verguer; quien en 1788 man-
lo. Fue mi profesor en el primer año de Stendhal. También a Juan José Arreola.
El amor al trabajo y el emprendedurismo de su gente, dará construirla, dándole por nombre Palacio de Nuestra
preparatoria. Mi padre se asombra de Me parece imposible que en un solo año
siempre franca y directa, son rasgos distintos que mucho me Señora de Guadalupe, un hermoso recinto estilo barroco,
que ahora se estudien maestrías y doc- hayamos leído tanto. Pero fue cierto.
agradan, así como saber que cuenta con una oferta educati- único en su género; sin imaginar que sería escenario de im-
torados: “se pasan la mitad de la vida ¿Qué había en ese profesor que nos mo-
va de alto nivel, en cuanto a formación universitaria respec- portantes luchas de armas en defensa de la región y el país.
en la escuela”, dice. Es mi caso. De en- tivó a tales lecturas?
ta. Sin embargo, con estos datos a favor, es difícil entender El Museo Regional de Nuevo León, El Obispado, es
tre todos mis profesores en esos muchos Después he leído mucho de lo que
el contraste que representa la huella imborrable del paso de una maravilla histórica, ícono emblemático de Monterrey.
años, al que recuerdo con más gusto es a Sheridan ha publicado. Me gusta su es-
la violencia que ha acompañado desde su nacimiento a una Doble razón para celebrar este evento de septiembre, mes
Sheridan. Es con él mi deuda mayor. En tilo fresco, claro, que nos hace ver cosas
generación de jóvenes, que han llegado ya a su mayoría de de la patria. ¡Viva Monterrey! ¡Viva el Museo Regional del
su curso aprendí a amar a la literatura. que no habíamos visto.
edad y a quienes no les tocó vivir la paz de otro tiempo. Obispado!
Amor peligroso, como pocos. La claridad y capacidad de síntesis
El programa del curso era sobre los de sus textos tienen algún punto en co-
primeros textos literarios en castellano mún con los de Zaid. En ambos escri-
(el Cid, La Celestina, El Quijote, etcéte- tores hay algo de la frescura del niño
ra). El profesor no lo siguió. “Esos son aquel del cuento de Andersen, “El traje
textos para el doctorado de la literatura. nuevo del emperador”: nos hacen ver
Ustedes están en el kínder.” No siempre claras las cosas que a veces no podemos
cumplió. Alguna clase se dedicó a inter- o no queremos ver.
pretar algunos versos de Góngora, los De Reyes poco he logrado rescatar
que empiezan: “Era del año la estación de la loza que son sus obras completas.
florida”. No sé cómo pudo mantener la Pero me basta su texto sobre Manuel
atención de una cincuentena de adoles- Ávila Camacho: “El hombre bueno de la
República”, y algunos versos que citó de
Góngora, como “infame turba de noc-
turnas aves…”.
¿Tiene Monterrey algo que ver con
estos escritores, además de que nacieron
en esa ciudad?
De mis estancias en Monterrey me
gustan sus montañas, la Huasteca (a
donde fui, con botella de tequila com-
prada por el anfitrión, con el entonces
sacerdote Felipe Rodríguez), el Mande-
la, y los recorridos nocturnos con Luis
Lauro Garza.
De Monterrey no me gustan su sol,
ni su calor.

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