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) Di ESTUDIOS DEMOGRAFICOS, URBANOS ¥ AMBIENTALIS PROGRAMA SALUD REPRODUCTIVA Y SOCIEDAD jwsctlinidad no es sindnimo de hombres, sino de proceso cial, estructura, cultura y subjetividad, No se trata de la presion mas 0 menos espontinea de los euerpos mascu- 10s, sino de cémo tales cuerpos encarnan pricticas de ‘nero presentes en el tejido social; se trata de la hist wc constituye posibilidades de sujetus, margina deseos y ‘ine identidades nunea intrinsecas a los cuerpos mascu- I presente volumen es resultado del trabajo colectivo nerado desde el programa Salud Reproductiva y wviedad en su interaccién con otras instituciones acadé- icas, el eual aborda la construccién de masculinidades / México a partir la diversidad de experiencias, signifi- «los ¢ instituciones sobre el ser hombre, al utilizar refle- ones tedricas y articulos basados en investigaciones litativas en diversos contextos del pais. srvcion de portada: Sereen, Andy Goldsworthy. | f@ EL COLEGIO i] DE MEXICO 2 o H a 2 te € ~ T+ oO o = Hl <=£ < TH . oO G og é e239 Qos OxXe ofs Q2o3 oto ors Ove > Ess o”s s & o 2 ®o o RElaAtO 2 8 8 0) 9] a=) =i a ANN 0) Cie CENTRO DE ESTUDIOS DEMOGI URBANOS ¥ AMBIENT: PROGRAMA SALUD REPRODUCTIVA Y SOCIEDAD COS, SUCEDE QUE ME CANSO DE SER HOMBRE ... RELATOS Y REFLEXIONES SOBRE HOMBRES Y MASCULINIDADES EN MEXICO Ana Amuchéstegui Ivonne Szase (coordinadoras) EL COLEGIO DE MEXICO 306.70972, S0435, ucede que me canso de ser hombre: relatos y eeflexiones sobre hombres y masculinidades en México / Ana Amucluistegui, lone Szasz, coordinadloras.~ Ia ed México, D-E.: Fl Colegio de México, Centro de Estudios Demograficos, Urbans y Ambientales, Programa Salud Reproductiva y Sociedad, 2007, 681 p. 5 2L em, ISBN 96812-12800 Aspectos sociales -- México 2, Hombres - Aspectos sociales ~- México. T Amuchasegui, Ana, coord. 1 Primera edlicion, 2007 D.R.© EL Colegio de México, A. C. Camino al Ajuseo 20 Peadregal de Santa Teresa 10740 Mexico, DE ‘www.comex.ms. ISBN 96812-19800 Impreso en México 7, Ivonne, coord, ‘Sueade que me canso de ser home Suede que eniro en fas sastrevias' en los eines ‘marehite, empenetrable, como wun cise de fern ranegando en un agua de origen y ceniza Pablo Neruda In memoriam Ramfis Aids Reyes INDICE Insmmopyeci6s El pensamiento sobre masculinidades y la diversidad de experiencias de ser hombre en México ‘Ana Amuchdstegui e Foowne Seas Proeena baer “Aportes tedricos sobre hombres y masculinidades: posibilidades y imitaciones para México La produccién de conocimientos sobre los hombres como, sujetos genéricas: reflexiones epistemoldgicas. Guillermo Neitez Noriega “Yo te enseiio el mio si ui me enseiias el tuyo": hombres ‘gay, investigacién sobre masculinidades, estudios sobre hombres y sexualidad. Gary W. Dowselt Un espejo invertido, Los usos del poder en los estudios de masculinidad: entre ta dominacidn y la hegemonta, Rodrigo Parrini Roses ‘SEGUNDA Pak Subjetividades, sexualiciad y reproduccién: los hombres ¥ sus relaciones con las mujeres Fitica, deseo y masculinidad: la dificil relacién entre 1o sexual y lo reproductive. Ana Amuchdslegui ‘Vinculo de pareja y hombria: “atender y mantenet” ‘enadultos mayores del Rfo Sonora, México. Guillermo Nittex Noriega 39 8 ray ut ad, vida conyugal y relaciones de pareja. Experiencias de algunos varones de los sectores medio yalto de la ciudad de México, Maria Lucer Jiménez Guzman ‘Tencera mare nasculinidad y migracion Hombres cambiante. Benno de Keijar'y Gabriela Rodriguez rales: nueva generacidn en un mundo El derafio de ser hombre y no migrar. Estudio de caso ‘en una comunidad del centro de Veracruz. Carolina A, Rosas ‘Conga ener Hombres jovenes y sexualidades Piernas de gelatina. Reflexiones sobre relatos de experiencia sexual coital entre jovenes varones del sureste de México. Ramfis Aytis Reyes y Fsperanaa. Puitin Pablos La interpelacion del sujeto: género y erotismo en hombres jvenes de la ciudad de México, Yuriria A. Rodrigues Martine: Los hombres jovenes y las masculinidades. Vietr Seidler ‘Qunera mate: Hombres y cuerpos masculines acia el dominio del cuerpo varonil: Los impulsos sexuales y la salud reproductiva masculina, Matthew C. Gutmann sat ait 395, ai Ione Masculinidad ¢ identidad gay en la ciudad de México. Mauricio List El cuerpo maseulina como escenario de la vasectomia: ‘una experiencia con un grupo de hombres de las Gindades de México y Puebla, Fernando Huerta Rojas Stovta magne Ser hijo y ser padre: repeticién y cambio Gaiar a los hijos y participar en las labores domésticas| sin dejar de ser hombre: un estudio generacianal cen la ciudad de México. Olga Lorena Rojas Preguntarse e6mo ser padre es también preguntarse ‘cémo ser hombre: reflexiones sobre algunios varones, Ma, Alejandra Salguero Veldsque: Sirti 9) Hombres, jerarqu y violencia Algunas reflexiones sobre la sexualidad y la salud de los varones en las fuerzas armadas. Juan Guillermo Figueroa Perea La construccién social de la violencia masculina, Ideas ¥ pistas para apoyar a los hombres que desean dejar su violencka, Roberto Garda n 433, 479 519 563 603 685 INTRODUCCION EL PENSAMIENTO SOBRE MASCULINIDADES Y LA DIVERSIDAD DE EXPERIENCIAS DE SER HOMBRE EN MEXICO Ana Auwenssmcutt Ivonne. Saas’ Fn el mundo académico nglosaj6n crece en forma abundante vn tipo de literatura que muestra la variabilidad cultural histori cea de la masculinidad como resultado de lo que Connell (1998) ha llamado el perioda etnogréfica de los estudios sobre el ter Jas consecuencias de este proceso ha sido la pluralizacion del ti mino —masculinidades— con la intencién de dar cuenta de tal di vyersidad, Sin embargo, en constraste con la teorfa feminista sobre género cl concepto de masculinidad no ha sido del todo deses- tabilizado, de modo que con frecuencia se le utiliza para designar una caswensémisma! y cuyo contenido serfa mis o menos homoge- xnco y aplicable a diferentes comtextos. Clatterbaugh (1998) afinma gue el secreto mejor guardado en la literatura especializada es que cn realidad se tiene una idea muy vaga del asunto, ya que el uso del término masculnidad es erritico y diverso, lo cual tiene conse- ‘cuencias diversas en Ia investigacién y la produccién tedrica. ¢Es que existen tantas masculinidades como hombres hay? O es que * Profesra investigadora del Departament dle Blucacn y Conmnicacién de 1a Unhersidad Autinoma MeteopoltanaNechimileo, Agradezco a Carole Vanee al Rockefeller Progra forthe Stidy of Sexualty, Gender, Health and Human Right, Golumbia University el apow que me brindaron para elaborar eta intrucein y para realizar el trabajo de ein de yl Protesorainvestigadora del Centr de Estudos Deraogriccs, Utanoey Am: bientales de EI Golegio de México, * Purafraseando aqui a Pat Caplan (1987) cxancdo habla de la consruccns0- al de fa vexualidad en ls socledadesocccentales modesnis como una “comets 16 SUCEDE QUE ME GANSO DE SER HOMBRE, s6lo hay cierto mimero de masculinidades, discernibles entre si, que refleja la existencia de grupos compactos y tipos homogé- nos de hombres? Estas preguntas indican que es dificil pensar en las masculinidades como procesos sociales colectivos y subje~ tivos, mas que como atributos psicolégicos adosados a los cuerpos. rmasculinos. [En México la actividad académica y politica en torno al tema se ha incrementado durante los tiltimos cinco afias, lo cual indica que 65 necesario continuar trabajando en esta aproximaci6n tedriea en funcidn de nuestros contextos particulares. Sin duda no s6lo hace falta una exploracién ms profunda y extensa sobre lo que la —o Jag— masculinidades significan en nuestro pais, sino mayor par pacién en los debates teGricos al respecto. Por ejemplo, en diferentes foros y debates es frecuente que se able de masculinidady de hombres indistintamente, como si se trata ra de dos earas de la misma moneda. Sin embargo la discusién te6- rica y empirica ha evidenciado la necesidad de cuestionar esta eq valencia y preguntarnos si cuando hablamos de hombres realm ate estamos hablando de masculinidad, 0 viceversa (Connell, 2003; sein, 2000) Sa sow co mops ero nel genero es precisamente lt consrocidn hinrca de unaderenca-lainesable peo lundate domi sual (Bue, 2001) entonces la maxculinad forma parte itrnaea de esta dininion y denomina uno dese crminos, Masculnidad no es Y subjetiviac. No se tata dela ean is © menos espontanea {cs cacrpon masculinos tino de como fale Cuerpos enearaan préctcn de genevo presente ene tj sci, No son tampoco Mess que loan en el are y que fciimente se deseartan, sino ex quemas que onganivan el weceso a reco, segregan lon expacon socials yefnen ambos de poder (Connell, 2008). Se wata de la Ftoria que conte pstbiades de jets, margina deseo ¥ define Wentiades no inherents alos euepos masculine ta reduccién ha preducido una confusi6n similar le masculinidad en "Confira ta necendad de esta distineia el nombre de una revista especial ‘ada de cinculcién intemacionals Mon and mascunitin srertonuCION 7 Asimismo, aunque la masculinidad como construccis implique el ejercicio del poder, ello no significa que todo hombre individual, por solo sero, sea poderoso y tenga et poder: Ya Kaul ha alertado sobre la importancia de cuestionar ke tue hombres y poder y de reconocer las “experiencias cor vias del poder para los hombres” (Kaufman, 1997). Entender el poder como un atributo de los euerpos masculinos, en i concepuuarlo como un ejercicio intrnseco de toda relacién social (Foucault, 1988) es cuando menos un intento simplista, ademas de que no siempre facilita el eabajo con hombres en favor de ka equ dad de géneto, No solamente es necesario rellexionar sobre Io qule llamamos *masculinidad’, sino precisar también qué eomeepeida de poder subyace a estos esfuerzos, de modo que se euestione la suupuesta equivalencia entre los hombres y la violeneia, y entre las ondicién de victima, Aunque la aportacién de Connell c la existencia de masculinidades hngeminicas se ha eon. vertido en moneda comtin por su utilidad para entender una je- rarquin de masenlinidades que vaya. mis alli de las relaciones enixe hombres y mujeres, también se ha prestado a ka elasifieaiin de mas eulinédades como si se tratara de entidades discretas y fijas, en Iagar de procesos sociales complejosy fluids. n social de Quienes colaboramos en el presente vol participar en este debate aportande algunas perspectivas tesricas ¥y empiricas sobre la construccion de masculinidades en México y presentando la experiencia de diversos hombres lrente a ellas, Due 2002 y 2003 un grupo de investigadores nos reunimos perié- dicamente para discutir y dar forma a los articulos que lo confor: man, respondiendo a una convocatoria sobre la importancia de difundir investigaciones le campo relativas a los hombres y kas ras- culinidades en los diversos contextos culturales de México, Poste= riormente respondieron a esta convocatoria algunos investigadores de otros paises, quienes aportaron reflexiones sobre las Himitacio- nes de la teoria sobre masculinidades fuera de los contextos donde hia sido producida. ion pretendemos * Agradecemos al Programa Salud Reproducvay Sociedad de El Colegio de Mésieo yal Departamento de Educacion y Cominicacin de la Universidad Aut roma Metropolitu:Xochiailee su apoy para lesa a cabo esas discsones, lA SUCEDE QUT ME CANSO Dé SH HOM Esta coleecién ilustra Ia diversidad de significados, pri instituciones y simbolos sobre “el ser hombre” en contextos expe Ficos del pais, a partir de reflexiones tedricas sobre espacios cots dos y de articulos hasados en Investigaciones de campo que, mis que reportar Aescriptivamente los datos y textos obteniddas, se me ren de ellos pars participar terica y empiricamente en el debate actual sobr nnes.es ki experiencia de fox hombres fente a fas mascutinidactes, el volue itativos que intentan com ticas, ascullinidad y género, Ya que el foco de estas reflexio mien incluye solamente ciertos trabajos cu prendes dificil relaci6n, Blin 1 surgido yeneralmente de las experien ins de que el género produce en aquellos que jeres, de hombres que no se ajustan 0 se 1, ee joe “ésen el tema just lo stlren: se trata cle mn resisten a las deliniciones dominantes cle maseul ete, Por ello, en el simbito de los estudios gay y queer ss sobre los hombres y el deseo, teas y las identidacles homocroticas, aunque no siempre se discuta la relaei6n dad de publicacio centre las homosexualidades y ka maseulinidad. La teflexidn sobre hombres y heterosexualidacdes es de mis re sformaciones i pulsados por los movimientos feministas de diferentes latinades 1991; Brody Kanfinan, 1904). En esta freranurase ha reque gran esfuerZo para mostrar lo que Sampson (1998) Hama etn de ka pretensi6n de neutralidad y ‘objetividad cieatifieas— y convertir asf los Hombres y las imasc les en objetos y sujetos cle yénero y de conocimiento, Como afirma Gutmann (2003), en América Latina la compe sid de los hombres y kas masculinidades se ha desurrotlade en re lacidn con una vision feminista del género. No es casual entonces que entre las p garen kis colaboraciones de mujeres (Fuller, 2001; Viveros, 2002; Valdés y Olavarvia, 1997). Especialmente en el Cono Sur, un grupo de in- vestigadoras, junto con algunos varones, ha hecho considerables aaportaciones sobre el tema al relacionarlo con aspectos partienl- resdel contexto regional como la politica neoliberal de destrucci6n del salario familiar y sus efectos en Ia experiencia de los hombres as construcciones de la masculinidad (Olavarria y Mole- plicaciones mis conocidas de la region frente cies to, 2008). NTRODECKION 19 La produccién sobre el ema en México es también reciente (La Ventana, 19982 y 1998b; Nueva Antropologia, 2002; Lerner, 1998) Gutmann, 2000) y parece responder alos impetus de kt acaelemia y del activisino feministas (Cazés, 1998), aprovechar el impulso de las conferencias de El Cairo y Beijing para propiciar la partic cidn de los hombres en los procesos de salud reproductiva (Leva 1998; Figueroa y Rojas, 2000) y contrib ‘ala hicha contra fa estige jon del homoerotismo (Niiflez, 1994), En todo 0, el conjunto de trabajos que aqui presentamos pretende insertarse en este rico debate desde una perspectiva eriti- cade género, tomando en cuenta la teoria feminista y el proyecto politico de la equidad, mismo que no puede avanzar del todo sin que sea tomada en cuenta, comprendida e interpelada la experie cia de los hombres frente a kas masculinidades, Quienes colabor mos en este volunien, entonces, no nos detenemos.a pensar en ellos exclusivamente como sorias de las mujeres en ka salud repraduetiva (es Intrinsecamente violentes, sino que intentamos ofte cer ala lecun narraciones sobre una serie de experiencias, acim, ta pate relaci6n con eiertas construccion En la primera seein se p acerea de las dificultades de la universalizacion de los concepts rales como k nidadl, ef deseo y In viole ss de la maseulinidad, fan algunas yellexiones teéicsas nicladl y masculinidades partiendo de diferentes pun tos de vista. En el primer texto Guillermo Naiiez plantea una serie de interrogantes para el estudio de “los hombres” como sujetos genéricos. Su pregunta central sobre el marco epistemolégico que penmita estudiar los yarones desde una perspeetiva de género plan- (ea la carencia de una tradiciGn semejante a la feminist, que mues- nos personales que intervienen en la produeeién de conocimientos y que euestione Ia ciencia moderna, con sus valores de objetividad, objetivaci6n y ricionalidad, y sts reglas episteol6- gicas que, en complicidad con Ia dominacién masculina, impiden el conocimiento de las realidades genériea Naiiez hace tres aportaciones para el ejercicio de una priictica reflexiva sobre el conocimiento de “los hombves”. En primer (6 mino propone retomar la reflexién feminista sobre el conoci lo, euestionando las creencias de la ciencia moderna sobre la obje- tividad, tue los el 20 SUCEDE: QUE ME CANS DESH HOMMRE. ido lugar, frente a ta imposibilidad de generalizar los conocimientos producidos a todos los hombres como machos bio ligicos, reseata el enfoque constructivista que retoma los puntos de vista de Los varones como experiencias sociales variables, no homo- éneas ni coherentes, distinguiendo entre los discursos dominiu- tes de género que legitiman la dominacién masculina, y los varones coneretos, como sujetos sociales con trayectorias, quienes viven en sociedades desiguaies. i tereer Ie tomar el concept de “hon bre” como objeto de anlisis para entender la manera en que partice paen la construccidn de lo real, Segtin el autor tal coneepto relies luna ficcién cultural, puiesse trata de un conjunto de significados buidlos y definidos socialmente, que emerge en una relacion de di- ferencia con otros términos y en na cadena de significados ambi- 108, elusivos e incluso contradictorios, Su propuesta consiste estudiar la compleja relaci6n entre los significados sociales de ka “hombria” y los sujetos sociales, entendiendo que los procesos de signiticacis Niner propone 10 siempre coinciden con sus prictieas, cu cepeion sy relaciones. En esta distancia se gesta el drama de la ficidn «le “los hombres n La misma le cuestionamiento a ka teoria sobre las mas: culinidades, Gary W. Dowsett se refiere a lo que co 0 heteronormativa, Partiendo de st posicién como hombre, in- vestigadlor y activista gay, Dowsett interpela los estudios sobre hombres y masculini side con relacion a los silencios y aistane que establecen respecto al erotismo entre hombres, pues para & «1 sexo hia sido y sera l lugar de separacién entre los hombres gay ¥ los heterasexuates. Dowsett tumbién analiza el papel de ciertos estereotipos en las relaciones entre hombres gay y mujeres, al dift- cullar la comprensién mutua de cuestiones politicas importantes par cada grupo. Finalmente critica algunas posiciones det movie imiento gay que dificultan estas asociaciones: mientras los howe bes gay y los heterosexuales mantengan una politica seswal que hae gga de la otmedad su funda nto, las alianzas entre ellos seguiran neo dificiles, Este articulo, que Lue publicado en 1993 en la vevis- ‘a Theory ae Society, incluye ahora un posticio en et gue Dowsett actualiza su contenido, refrenda algunas de sus afirmacion tia oma, INTRODUCCION 21 El texto de Rodrigo Parri scribe en la discusi6n teérica sobre la relacién entre hombres, masculinidad y poder, ED autor plantea que las relaciones de porler han sido estudiadas desde dos perspectivas diferentes en los estudios sobre masculinidad. Una uti liza el concepto de dominarién y estima un dominio universal y transhist6rico de los hombres sobre las mujeres, lo que correspon= forma primaria para cualquier relacién de poder posi- ble. La otra, que se fundamenta en el concepto de hegemonia, es ‘ma que las relaciones de poder son resultado de una maltiplicidad de determinaci mente sustentadas y ubiew das, En este sentido las relaciones entre hombres y mujeres forman parte de relaciones de poder complejas donde se entrecruzan la clase, la etnia, y la orientacion sexual, entre otzos elementos, con las relaciones dle género, produciendo un campo complejo que di- fiere seytin los contextos socioculturales, Apunta que no hay tna respuesta las relaciones de porder entre hombres y mujeres, como Parrini phantea © para la i vestiqacidn del poder en los estudios sobre masculinidad porque permite establecer los raygos especificos de dichas relaciones, la in- cluye en contextos mis amplios y complejos y permite sevialas ir e de Jo social mediante epistemotogias de la totalidad que sitiien tun solo factor como omniexplicativo para un conjunto de fenémenos so- ciales diferenciados. La nocién de patriarcado resulta de dichas cpistemologias de la totalidad y sugiere un cierte estricto de las re laciones de poder entre hombres y mujeres, en una dominacién dctallada y completa de éstos sobre aquillas. El autor no trata de negar la subordinacién de las mujeres; por el contrarie, procura comprender su arraigo histérico y su variabilidad sociocultural, -omo su imbricacién con otras dominaciones que no necesaia. zmiemte remiten al patriareado. No obstante, si bien ma buena parte de los estudios de maseu- linidad en América Latina ha asumido el concepto de hegemonia para comprender el poder en este ambito, consideramos que su uso es mis bien descriptivo y no responde a uma comprensién pro- funda de la hegemonia y su especificidad para estos estudios y las realidades que les interesan. Parrini estima que cuando se dice he- seria la del patriareado en fos estudios que la nociin de hegemonfa es Ia que mis convie unto epistemoldgico relevante, que supone evitar el cie gemonia, en verdad se habla de dominacién, pues se sostiene que existe un dominio completo y consistente de los hombres bre las mujeres y no se analizan diehas relaciones en su concrecién historica y en la multipticidad de sus determinaciones. Kl pod se explicaria, en tiltimo término, como la subordinacién total de kas mujeres a fos hombres y la aceptacién de ellos de dicho Ingar de dom En este sentido, pa «el autor el aporte fundamental de Tos ester dios de masculinidad consist en invertir el espejo y mirar el campo donde se ades y donde se postulan las domi iones, para encontrar las falls, los resquebrajamientos y los de po, sus “pies de aro” y su configura: plazamientos de dicho ¢ id historia, En la sey riencia heterosexual de Jos hombres en sus relaciones con las imida parte se explor n algunos maices de a expe: jeres en contextos particulares determinados por ki ekase y por el ws rurales y urbanas del pais, En una vena politica, Ana Amuchistegui reflexiona sobre hi posibilidad de construir una “étiea democritica de ta sexualiclad” ‘como parte de ln diseusion (e6riea sobre la ciuadaa y kas innpli= caciones diferenciates de los concepios de derechos sexuales y echos reproductives para hombres y mujeres. Partiendo de una breve descripcion del contexte culiral, $0 y politico donde hia sungido en México el interés por la *participacién de los hombres” male involvement —en las decisiones reproductivas, Amuchastexui sia, y para ello analiza algunas nociones raciones autobiogrificas de dos jévenes mi ccestions ta est presentes en | Cchoacanos que se refieren a sus relaciontes amorosas, conyuggales y cerditicas com mujeres, ‘ras st participacién en un trabajo junto con ama ong no gubernamental enfocada a promoxer la salud y los derechos re- productivos de las mujeres en algunas com idades rurale, ka sustor sirea en el discusso de los entrevistados los momentos y situacion nes en que fas rigen como sujetos de sus propios deseos ydecisiones sextiaes yreproductivas,en un contexto de divisin sexta el trabajo y de definiciones dominantes del amor romantico. Enseguida Guillermo Néiiez analiza las entrevistas a varones dle centre 65 y 79 aiios de un contexto agricola y minero del norte del ajeres se terronvceiox 2B pai Hevadas a cabo durante una exploracién emogrifica prolongs day como parte de nna investigacién que abarcé a hombres de tres sgeneraciones, Examina las concepciones y as prieticas de los entre- Vistados y encuentra en elas complejas producciones de significa dos que revelan cicrtas condiciones subjetivas que a su vez expresan las diferentes idcologias en que se halla inmersos los sujetos. Entre los dimbitos de construccidn y expresion de la *hombria", Nidiies advierte que los espacios del Gubajo y la sexuualidad estan complejamente vinculados. Para los de mayor edad dentro del con: ilica ser un buen trabajadar reco texto estudiado, ser hombre nocido (remunerado). EL trabajo pagado distingue a los varones de las mujeres, los desliga de la nitiez y de la dependencia paterna, les confiere adultez y hace que los dems ¥ snjetos de derechos y deberes. A la ver, ka maseul yea pantirde la apropiacién de la sexualidad de la mujer, euya virgie nial garantiza su exelusividlad, aetivando ciertos valores como el respeto, ki responsabilidad y el trabajo del vardn, Cuando ka pareja se ‘epta una estrieta division del uabajo, en I cual ka espost atiende y el hombre mantiene, ‘ones los ace idadl se constr: dades de yénero y supone una apropiaeisn reciproca de los aba jos del 00 El abajo proveedor del ¥ yon representa ka posibilidad sexual. Tal atenci6n (domesticidad, exclusividad sexual) parece dla de como tna retribucién a ki hombria, consistente en In caps mantener y proc de un intercambio desigual, ya que tal ate Sin embargo el autor considera que se trata Jit requiere texdo cl in desu tiempo y el espacio de Autonoma, mientras que la manitlenciGn y la procreacion implican Ja apropiacién femenina de los productos del trabajo y del cuerpo de les varones, quienes couservan ps ay de su tempo. Concluye que esta desiguldad en la apropiacion reci- 4 nujer, exeluyendo la construce roca acatvea, # si vez, diferentes consecuencias subjetivas EL tercer articulo de ci6n que tev a cabo Lucero Jiméne7, quien entrevisté a un grupo: de sarones de los seetores sociales medio alto y alto de la ciudad de México. Laautora presenta los testimonios de ellos sobre Tos signifi- cados del ser hombre, la diferenciacién de derechos y papeles que experimentaron en su familia de origen, la influencia de sus pares y seecidn da cuenta de tuna investiga JOE QUE AM CANSO DE SER HOME, de diversas instancias de socializacién en el inicio de su vida sexual, las experiencias erdticas con sus parejas y los malestares de los vare. nes en esas relaciones, sus concepciones sobre la fidelidad y sus experiencias de procreacién y paternidad, La autora sostiene que tanto las rupturas de las relaciones de pareja como las experiencias de paternidad no deseadas ni planea- das constituyen momentos de crisis en las vidas de los varones €: trevistados. Advierte que existen cambios genctacionales en lox dis- fsos masculinos y que los entrevistados muestran cierta apertura hacia la comprensién de los deseos de sus parejas. Sin embargo ‘cuestiona las discorda tre discurso y practica, y acepta la posibilidad de que estos discursos no confronten las formas t Cionales de ejercicio de poder sino que constituyan nuevas formas, mis matizads, de ese ejercicio, pues hoy dia son necesarias para aci6n en un comtexto de mayores aspiraciones parte se presentan dos textos donde se analiza la idades las migracionesasf como sformacién de las masculi as cu tras rurales de México en relaci tres generacior INTRODUCCION 25 mo de alcohol, el acceso a los viajes, 1os horarios noctumos y las cexperiencias sexuales. Los autores reficren que las experiencias de migracién prot onizadas por algunos varones del pueblo han modifieado las ima- enes y los modelos de masculinidad. Entre las figuras de hombres ‘exitosos aparece una asociaci6n entre el logro y el riesgo: el migrante ‘que arriesga la vida para pasar a Estados Unidos, 0 el nar podero- so que maneja dinero y armas, expuesto a morir joven 0 aacabar en Ja creel, Migrar representa la posibilidad dle pasir por experien- cias reforzadoras del ideal masculino a las que no se tiene acceso ¢ elpueblo, tales como “andar con mujeres”, “earse euenta de lavida”, “disfrutar la juventud?” y tener diversiones, Sin embargo, elm conlleva la adopcidn de otras formas de relaciones familiares ¢ Estados Unides, donde es mayor la comunicacién con la pareja fe- ‘menina, hay mayor tendencia a la toma de decisiones eonjuntas, ‘mayor paurticipacion de las mujeres en el trabajo remunerado y las Jabores domésticas son mis compartidas, Los autores concluyen que Ja influencia de estas costumbres es relativa, pues mientras a st re- sgreso hay varones que incorporan algunos de estos elementos en sit Vida familiar en México, otros se reacomodan a las inequidades y demandan servicios fermeninos en el lugar de origen. A-continuacién Carolina Rosas analiza el deseo de migrar a Es tados Unidos de los varones de un pueblo rural de Veracruz y el desafio que representa para su hombria el no hacerlo actualmen- te, cuando morie en el intento se ha vuelto una posibilidad cerea- nna, Rosas se pregunta si la eonstrucci6n social de ka masculinidad frente a otros hombres se relaciona con asumir riesgos y enfrentar peligros. Ser hombre se relaciona, en este contexto, con el valor fisico y moral, el estoicismo frente a la amenaza. Hay acuerdo en ‘que trabajar y ganar dinero es un componente esencial de la confi- guricién del género masculino, es el mticleo de la respetabilidad social de los virones. Empero el trabajo también representa subti- miento, obligaciones, jerarqufas entre hombres y entre hombres y mujeres, y la carencia de trabajo remmunerado acarrea frustracién y falta de ingresos. La poxibilidad de migrar a Estados Unidos repre- senta el acceso a un trabajo remunerado que permite responder ‘ala familia, pero también de morir y faltarle ala familia como pro- veedor y protector. Migrar signifies hacer lo que hacen los dems 26 SUCHDE QU Mk GANKO DE se HON hombres del pueblo y cumplir con un compromiso asumido priblic camente, ‘Tras of anilisis de entrevistas en profuandidad realizadas a ale nos varones que habian anne do su propésito de migrar y deci- dieron no hacerlo, a sus esposis y s ot¥08 varones signilicativos, la autora interpreta que aunque el sistema de géitero les demanca Giertas acciones ellos cuestionan esis demandas y toman decisio nes diferentes, Pero cada resolucién implica costos, ya sea que vaya dle acuerdo o que cuestione las estructaras, Las que yan en contra de urrear la exelusion de re las demandas del sistema les pueden compensas materiales y simbélicas, la pérdid de prestigio y el cuestionamiento piiblico. No obstante se ponen en marcha mec: nismos de legitimacidn de tales decisiones. Por ejemplo, si bien un mibre que expres temlores puede ser visto como “casero”, poco decidido 0 dependiente, cuando se hace algo para enfrentar los miedos, étos se pueden considerar legitimos en el dant Aunque se espera que un hombre cumpla ste palabra, una deter minacién puede modiliearse porqu hismos que permiten eludirlos mandlatos dle género,atsu vez Tian esos mandates, al reconocer que algunos elemetiios ee la how se obtuvo mis infiarmacicn © porque otras person nen la decisidn, Estos meee bria son nis importantes que lo quie esta en juego. En el ease de kl Hes que no migriron predomint ka responsabilidad fi su familia, putes al exponerse a morir podrian dejarla sin su capaci acl de proveer y proteger, En el recon posibilidad de adoptar dit relaciones participan dive veimiento de que existe hi 1 as tora dewe= isms que se tejen en a complejickad de tentes tipos de hombri y de que 08 ctOFeS y miraelas, esta las interaeciones y que hacen posible la diversiad, La cuarta seccion incluye diversas reflexiones sobre la experien- Gia de los hombres jévenes frente su sexteaidad. Ram| y Esperanza ‘i de iniciacion en las relaciones coitales de jovenes de los estadlos de Avis imterpretan algunes relatos de experiencias Tabasco y Chiapas, cou la finalktad de contribuira comprender sus pricticas, representaciones ¢ imagin, ios cuando pretenden act yeoncebirse como hombres. En especial, valiéndose del anslisis de Jas narraciones los autores tratan de entender los exquemas de pen: samiento yaceidn que esos jOvenes atribuyen a su condiciGn de hom: \ciones histéricas de Jones y que les impiden visualizar las determi 11 posicién en el mindo, Los autores ieentifican también los dest tins a tos esquemas de legitimacién en as contradicciones entre el snodelo hegeménico de génevo y las identidades sextales persona- ‘de los entrevistadlas, Los jdvenes yarones gue siarraron sus experiencias desarrolla ‘0 rituals de iniciacidn sexual socialmente organizacdos, tanto por | presi6n social ejercida porsus paresy sus grupos familiares, como or los procesos implicados en el desarrollo de sus identidades, en los cuales ka heterosexnalidad aparece con ttn ¢ ipulsive, \parecen deserotizadas y las de los varones se plantean en general en Jas narraciones las prsicticas sextales de las riujeres ‘iesprovistas de emociones y sensaciones, reduciendo la expresion ‘mocional a un rutinario paquete de figuras retérieas de influencia medica Aptis y Tuiidn advierten que a construccién de las identidates ‘exutales masculinas oeurre en uns diversidad de procesos mulli- climensioniales de relaci6n dependientes del contexto historicocul ral, icliante praicticas cotidianas que se expresan en kis nary siones, Reconocen que es exiremadamente dificil reeonstruit estos procesos (anto en (érminos Leéricos como biogrficos. Enseguica Yurivia Rode icas de algunos hombres j6venes de clase media que asisten a escuclas ez abordda las experiencia eré de México, Cuestiona kis po: particulares y progresistas de ka cid Sibilidades que tienen pa das, asf como su sujecion o resistencia a los modelas hey de sexnalidad y de género, ¢ indag sobre las velaciones «i Dlecen entre sus exper especial trata de comprender las formas en que estos jovenes se 1 vivir experiencias plicemteras y dese ricias sexuales y las nociones de tie asuunen, 0 no, conto sujetos de plicer, capaces de autogestidn y aut Codeterminacién en su interaecién con los modelos de género, de sexuaidad y de adolescencia basados en la imposicis desigualdad yenérica, la hetero-mnormativieael repros sura al placer y los estereotipos de la adolescencia como uns etapa de riesgo. La autora considera que estos jévenes euentan con condiciones ~ que los posibilitan para ejercer su sextulidad, como espa- cios priados, recursos monetarios, informacidn sobre preveneidn 28 SUCEDE QUE ME, GANSO DE SER HOMMRE. acceso a servicios. C vis con padres liberales que yan las experiencia erdticas de sus hijos, con modelos familiares de idlogo y con eseuelas de corte activo que fomentan el pensat ico y la prictica constante de Ia reflexidn y la eleceisn. ul de dliseursos y configura sus condi Giones socioculturales de posibilidad. Rodriguez encuentra indicios de autogestion uniento que hacen los jovenes de sus acciones, cn el uso de medidas preventivas y en st in- terés por compartir el disfrute con la pareja. Sin embargo estos jOvenes no estin ajenos a cierta censura del autocrotismo, it Ia idea de que el cuerpo femenino ests dotado de partes sagradas o prohi- de que la heterosexualidad reproductiva es wn valor predominante, la alas mujeres yala compulsién de narrat'a Jas prt nia en estos jévenes sobre cer sexual, mismo qu Acontin ellolosa Ja reflexi6n y el cuestion Didas, a la nocis idad de expres siempre deseo frente us pares su iniciacion en 0 predomi J discurso hegeménico de censtara al par burlan y tranygreden constantemente, ilisis de la expe- niches que estin imbuidas de coneepciones ligadas a la religion, en especial al cator Ticismoy muy relevante en. htt Plantea diversas posibilidades de reflexi6n sobre la construcci6n de las mas cculinidades entre los hombres jévenes, « do diferente al de sus padres, afectado por -s permiten aceeder ai una vriedad de definiciones y asp entender las relaciones mas igualitarias entre generaciones y los cambios en las relaciones de género, que los incentivan a cuestio- par las formas tradieionales jerirquicas y de auto Alerecer en un mundo donde hay mayor equidad de género y las mujeres jOvenes reclaman iguldad de derechos, pero donde sus padres mantuvieron situaciones de superioridad masculina, los jévenes experimentan inseguridad respecto a lo que significa ser hombres, reflexionan sobre las contradicciones y tensiones que vi- ven, y cuestionan sus reliciones con diferentes tipos de masculi- idadles. Es un mundo donde los padres tienden a ocultar ciertas historias dolorosas a sus hijos las transforman en horrores innom- brables. Se sienten culpables por sus largas jornadas laborales pero aspiran a establecer relaciones mas intimas con sus hijos y a que rales, Concluye que el diseurso de gén n Victor Seidler hace un breve a riencia de los hombres frente @ ciertas mascul alidad cultural mexi 1s tecnologias que vrmopeccioy 29 ‘tos se sientan contentos con sus vidas; asi se generan grandes si- lencios entre generaciones y se ocultan los malestares entre los jé- venes, Finalmente Seidler reflexiona sobre las dificultades que ex- pperimentan los jGvenes que pertenecen a culturas eatdlicas para el ‘econocimiento placentero de su cuerpo y su sexualidad, expresa- slay en ambivalencias, silencios, vergiienzas, apresuramientos y sen limientos de incomodidad que dificultan Ia negoci vues intimas mas equitativas En la quinta seccién se explora la construccién social del cuerpo ‘masculine destle dos perspectivas: la experiencia particular de ka \scctomia y sus significados en contextos expecificns, y el deseo y |i prictica homosexuales en la ciudad de México. En el primero de estos articulos Matthew Guunann expone sus reflexiones basadas en unt estudio sobre la salud reproductiva y la sexualidad de hom bores de la ciudad de Oaxaca, con especial interés en la vasectonaéa y cen las decisiones sobre el uso de métodos anticonceptivos. Sus lnterrogantes se refieren 2 los ya las diseusiones y decisiones que conllevan las relaciones, Propone que las decisiones sobre la vasectomiase insertan en 4 contexto complejo, pues la dominacion, las manipulaciones, nego- ones y resistencias se expresan en los relates. En su opinion pre de relacio- ns culturales ¢ institucionales valece una eonstruccidn cultural medicalizada de la sexualidaid que lleva a Los hombres adultos a considerarse desenffrenados y doados de apetitos sexuales incotrolables, y a los varones adoleseentes i suponerse gobernados por impulsos somticos, Esta cultura 1 dicalizada se express m ismos dicotémicos que vigentes en los discursos mnédicos y populares, entre los que se incl ye la opoxicidin entre los hombres tradicionales y los madernos, y en- tre varones desenfienadas y mujeres con eseaso apetito sexta En los procesos que condueen a dlecisiones sobre la vasectomia resalta la influencia de las opiniones de las mujeres y la empatia de Jos varones hacia los sentimientos de sus parjas, Guimann desezibe Giertas construcciones simbélicas en Jas. que algunos varones aso- ‘fan la vasectomifa €on la castracién y con temores de disminucion de su hombria y de su capacidad para experimentar y brindar pla- cer sexual. Esta simbologfa se expres en un contexto de poca ine formacién, limitados recursos y muy escasas alternativas para qu los varones participen en la anticoncepal 30 SUCHDE QUE Bt: GANSO) DE SER HHOMMMRY Mauricio List reflexiona sobre a inestabilidad del concepto de masculinidad en el marco de la exp Con. base en sus investiguciones sobre los el y sociales del ser gay y sobre los sitios de encur gay en la ciudad de México, propone una serie de reflexiones sobre los problemas de fa construccion de identidades individuales y colectivas. Si bien cuestiona que la categoria “genera” petmita com prender el orden sexual y relac a de los hombres gay. mnentos indivieeales tro y sockabilidad, sus diversidades, observa que existe una truccidin. de las idemtidades yenéricas y la estructuracién de la subjetividad en relacién con las preferen- cias erdticas. Ale la construccién del estigma del homoerotisme, como la ausencia dle modelos positives para la construceién de idemtidades yay en presencia de modelos genérieos binarios que veclacat ka diversi 4, El autor propone que lus identiddade micas, inestables y no excluyentes, ad dicotémicos y definitivos, y se separen analliticamente el proceso ie construccidn de la masculinidad y la consteuecién de las identi des sextales, Planted que en ta interaceidn entre varones, las mas 108 elementos de est complejidad estin eerea de sextiales se consideren ferencia de los discursos culinidades no solamente se construyen diferenciindose de kas mujeres, sino tambicn distanciindose de les nitios y de los varones “afeminados”. Existe el temor constante a reeonocer en si mismo rnasgos 0 descos “femeninos" o de ser desea con tna percepeién de la sexualidad masculina como pierta y al asalto, Las preferencias homoersticas surgen como un cuestionamiento del orden genético al sitarse en el limite de lo posible frente a las construcciones dicotémi diante sos del cuerpo que producen suspenso, equivocos y posibi lidades en juego en lugar de certeras, Femando Huerta, rellexiona sobre las concepeiones y creen as de varios grupos de hombres urbanos de dos ciudades y de distin tas generaciones acerca de la vasectomia a partir de sus experiencias s. Entre algunos varones entrevistados preva- lece la idea de que la wazectonnia os un atentado a la integral cat= poral y al poder de la sexualidad masculina, Se concibe como una pérdida de las energias que configwan Ja virilidad, del prestigio social correspondiente a la hombria, y del control sobre ka sexuali- dad de las mujeres y la procreacién, uo por otros hombres, las desafiany me- con parejas femen =—. remmonuecion sl \ los hombres vasectomizudos s€ les ve como varones income pletos o.mutilados, candidates fimas de la infidelidad, Sin Imbargo estos planteamientos coexisten con las eriticas hacia el ichisino sustentadas a veces de miinema contradictoria por los inismes varones, quienes en ocasiones adoptan pesiciones propias ‘lc lumodernidad al considerar que la vasectomiéa es una via posible para el ejercicio de una sexuatidad protegida, Aceptan cambios en dal, siempre y cuando no aten- ‘en contra las cuestiones findantes del orden genético, En la siguiente seccién dos artic nia de: investiga- ‘iones sobre las experiencias de paternidad entre hombres de la indad de México. Kn e] primero de ellos Olga Lorena Rojas se refic- se ciertos cambios sociales que se con fas experlencias masculinasy que plantean a muchos varones mex ‘canos el dilema de convivir cor omésticas sin dejar de ser hombres. Con base en una investigacién, ‘ualitativt enfocada en los varones de los sectores sociales medios y hajos, y comparando dos generaciones dil Mexico, la autora encuentra indicios de que la experiencia de la paternidad se puede estar ampliando y Hlexibilizando entre las ye~ heraciones ms j6venes, donde los padces intervienen mais en la crianza y en los cuidados de sus hijos y vereanas y afectuosas con ellos. Estos jévenes valoran, igual que los padres de las generaciones mayores, sti papel como proveedores y tdlucadores, pero también le asige slafecto ya la atenciGn que les brindan ya los descos de sus hijos. Al menos tal es la imagen que tratan de manifestar como padres. La autora enenen fon estos cambios de las nuevas generaciones. A los pades de los sectores populares les resulta ms fel relacionarse dle mane- rr cereana y afectuosa con sus hijos varones que con sits hijas, mien- tras los padres de los sectores sociales medios no expresan tal ife- rencia, En cuanto al trabajo remunerado de sus esposas, los varones jorenes de lus sectores populares lo aceptan con mayor dificultad ‘que los de los sectores medios, pues sienten que con cllo se cuestiona sw autoridad de jefes de familia y sus identidades maseulinas. Final- mente la autora destaca dos cuestiones que permanecen inmutables centre los sectores sociales y las generaciones: la importancia que los los vigjos modelos de la masculi los dan eu n con transformaciones nies en la ciudad de nun valor importante al tiempo, a algunas diferencias por sectotes sociales 92 SLCHDE QUE Mt GANSO DE SHR HOME varones le asignan a su funcién de proveedores y su distancia frente al trabajo doméstico, Enel siguiente articulo, a partir de entrevisias en profimdidad realizadas a un grupo de varones de sectores sociales medio-altos de lu ciuclad de México, Alejandra Salguero reflexiona sobre los proce- sos de construccién del “ser hombres” y “ser padres”, La autora ad- vierte que para los varones entrevistados el ser hombre integt diversidad de significaos muchas veces contradictorios que se yan construyendo y reconstruyendo a lo largo de sus trayector Dos cuestiones representan confrontaciones y momentos de re- elaboracién de esos significados. Los requerimientos de sus parejas femeninas son una de ellas, puesto que las mujeres también jer 1 un abajo remunerado y esperan mayor participacion de los svarones en la erianza dle los hijos. La otra cuestion es el aprendizaje de la paternidad, De acuerdo con la autora, en las experiencias de paternidad influye ta relacién que tuvieron los entrevistados con sus propios padres, de abi que pasen por unt proceso de exper tacidn complejo y diverso que los leva constantes cuestionamientos y tedefiniciones, La tilima parte de esta coleceién contiene reflexiones y pro phestas analiticas sobre algunos elementos especificos de la cons ‘Guecidn social de kas masculinidades. Uno de ellos se refiere a la ws de vida. relacion entie las construeciones dle género y la participacion en instituciones was de manera jernquica y dedicadas al uso permitido de kx fuerza, Oto se relaciona con la complejidad del papel de la violencia en Ia consteuccion del ser hombres, anal do discursos de poder y de Juan Guillermo Figueroa reflexiona sobre las posibles relacio- nes entre los modelos hegemsnicos del ser hombre y Ta p jtuciones armadas, Se tata de instituciones compuestas ‘casi exclusivamente por varones, con eédigos de conducta basados cen [a jerarquia, la obe tad, el uso autorizade de lat violencia y el entrenamiento de la dureza. Se pregunta sobre las dificultades para tomar decisiones individuales reladivas la salud y ninacion y cl discernimiento y decidir sobre posibles discrepancias y resistencias con Snicos de género en este tipo de instivuciones, iencia, la la sexualidad, as? como para optar por la autode' specto a modelos hegem INTRODECCION 33 Sus reflexiones lo llevan a proponer diversas verti ‘1s, tales como la resignificacién del lugar de la violencia como re- ‘curso de disciplina, las posibilidades para dialogar, para decidir y para matizar las normas, las posibles variaciones respecto del senti- tlo de la obcdiencia y las posibles percepciones de impumidad que \« puedan experimentar en funcién de la lealtad del grupo y el ‘canicter heroico y socialmente valorado de las tareas militares. Otras vertientes de investigaciOn que propone se refieren a las pricticas cosuales y de saluel ¥ al cuestionamiento de las complejidades que ssumen los mandatos hegeménicos sobre la heteronormatividad y Luso de la sexta cespacios de confinamiento con otros varones por periodos prola igados, asf como Tas del concepto de heroicidad para lis experiencias de sexvalidad. En el iiltimo articulo Roberto Garda reflexiona sobre la com piejidad de significados que construye un grupo de varones en tor- hoa las experiencias de violencia. Explorando una mirada comple jw del poder, el autor analiza marrativas de un grupo de varones tentrevistados que pasan de discursos de poder a discursos de resis- ‘encia, Considera que en las relaciones de pareja las narrativas del poder corresponden a discursos de kt masculinidad que incluyen formas refinalas de control y dominacidn y constituyen discursos licotémicos donde el otro es un enemigo que hay que veneer. En tal discurso se niegan las emociones propias, se deposita en otros la responsabilidad del aeto violento y se combinan una demostracién dle hombria y una solicitud de ayuda, Sin embargo, en. los mismos sujetos estas narrativas violentas flexivas que si bien parecen fragmenta- rias, expresan luchas internas por negarse a ejercer les mandatos sociales, por expresar lo que se siente y mostrar debilidad, por escu- ntendera los otrosy sus necesidades. Este discurso reflesivo permite articular cambios y alternativas y construir vincuw- los, al evidenciar el abuso y criticarlo, y al intentar expresarse mis alli de las dicotomias que justifican jerarquias y privilegios. Como vemos, esta coleccién de textosilustra que, en efecto, como, lice Neruda, es posible que los hombres se cansen de ser hombres, y que es imprescindible comprender ese malestar si pretendemos iwanvar en el estudio de ka experiencia y la construccién social del ad masculina como instrumento de poder en, ‘coexisten con narrativas 1 char, eonocer y a4 SUGEDE QUE Mm EANSO DE ste HOM, igénero, yen la lucha por crear las condiciones sociales necesirias para alcanzar la equidad, Brmnsoceswin Brod, Hacry y Michiel Kaufinan (eds), Thomiing Masrulnities, California, Sage Butler, Julich (2001), #1 gimero en disp. El feminismo 9 a subversn de fa ident, México, Paidds/ me /0svs, Caplan, Pat (ed.) 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Signa, mits 9 sexu Fidades madernas, Meutvid,Talasa PRIMERA PARTE, \PORTES TEORICOS SOBRE HOMBRES. Y MASCULINIDADES: POSIBILIDADES Y LIMITACIONES PARA MEXICO LA PRODUCCION DE CONOCIMIENTOS SOBRE LOS HOMBRES COMO SUJETOS GENERICOS: REFLEXIONES EPISTEMOLOGICAS' Goameo Nesez Noes" Algunas autoras feministas han dicho que el feminisino como trad «ion de reflexion tiene su origen en la articulacién verbal de ca de los malestares de las mujeres, del estudio del or won de esos malestares y de sus propuestas part superarlos, Una wvticulacion verbal de pensamientos y sentimientos que ha implie ‘louna denuncia de las relaciones de poder que, al atravesar el eae po social, atraviesan también fos cuerpos de las mujeres, sus subjeti= sidades, sus eoncepeiones y sus palabras, El feminismo ha sido una intervencisn revolucionaria en un sistema que limita las posibilidades de entender y conocer Io real, ineluyendo la realidad de la situacién de opresion, segregacion 0 “Investigador AG, Hermosillo, Mex La primera versa de este ensayo se publi en Daca Revise de Andi a S15, verano de 2008, donde se delgaon algunas investigacomes sabre hs ‘uronesyaidentidad masculina, Descoagridecera Patricia once, Ana Annichéseg hone Srasr que hayan leido is versiones prevae de ene ensayo, que mostrar nnusiamo, me inciaran a publierloy me ofrecieran sus walls sugerencas, Por supacsco que as exime de cualquier eesponsabliad aeémicao de oto tipo wbre * Los trminos haniesy wasclniddr parece entre comills porque me ne tea indicar que su sigalicado noes transparente y que, por el contrari, existe una digit respect as sigan y por la vepresentacin egima (Bound, 1940) yeque es ppt debe ser parte de los abjetas de esti dele nm “estos de ero de ls hombres" Centro de vestige nen Alimentacisn y Dessrolo, 39 40 avorres THOmIC0s Somer HOMRRES ¥ MaASCULANIDADES. dominacidn que viven las mujeres. Asimismo el feminismo ha pro- ducido un conocimiento rellexivo de suma importancia pata la ci ia al hacer evidentes las teenologias de poder (discursos, relacio- nes y operaciones materiales) actuantes en los campos cientifico y académico que obstaculizan o impiden que las mujeres puedan se conocidas como sujetos genéricos y que favorecen que su condicién de opresién parezca natural Esto es, el feminismo ha mostrado Ja compli ais dominantes y el po- der patti ic impiden que las realidades de las mujeres pue- clan ser conocidas.* Las feminisias y los estdiosos de los varones desde una perspectiva de género dicen comprobar tal complicidad, al evidenciar la coincid iniciones de objetividad, objetivac ‘ionalidad de la cieneia y las definicio- nes dominantes de lo “masculine” y el ser “hornbre", Cabe recordar, en apoyo de este planteamiento, que la investigacién historiea permitide reconocer la emergencia simultinea en el horizonte cuk tural de la modernidad de esta asociacién entre un “modelo de ser hombre” y “un modelo de hacer ciencia”, Las filésoties feministas primero, y los estudiosos de las “masculinidladles” después, han ad- vertido la articulacién bist6rica entre un regimen epistérnico y el régimen social y politico del patriarcado.” En este contexto el presente ensayo explo cca: ceutiles son las consecuencias epistemolog centre los valores y las defi una pregunta bisie ws para el estudio de "Ualizo et témino *wujeton gendvicos” para teferirme a Jos myjetes en tanto ‘que “suetos con una identi! de gener. El térming empleade por la arate angltona es grudaed sues, que eontcne Li mexin de que Ls sujetes a sid pn clonal, mediante un complejo process dle socialzain, en determinadas eae Aenadas cules le ener “1 tennino pale desig un sistema de onganizaciin de las ditions dle género (en el doble sentido bourlam del termine “distinc”: diferencia y ‘torzaniento de estas eferenciades)y de li relaciones de pode, cimentade er cology prictcas androcenticas (predomtinio de los "hombres lo mae sobre "la mjeres yo femenino") y hetrisexsts(predominia dela evientacion Peterosexual yl pareja reproduc) sobre ts otra posites sexual y ate Me pareee que el propio abajo de Foucault, sin aflinseexplitamente la ‘wadicin Feminists nia etndos de nero de lo rons, explora ete vine a profundidad, parcolarmente evando pone en evidenca las teenologias de poder ‘que operon en Ia construccién del “homaseaual” tanto en el dieurso medicn como fe el psquistrice (séate Finca, 1976; Exton, 108). PRODUCCION DE CONOEMARNTOS SORE LOS HoMDRES 4H los yarones de este tipo de reflexiones que refieren al eariieter “mas- ‘uulino® de la cienefa ya su vinculacién con el mantenimiento de un, iden patriarcal? Esto es, 2podemos conocer a los varones como sujetos genéticos desde un marco epistemolégico que ha sido de- hhunciado por el ferninismo como ineapaz de dar enenta de Ia situa «i6n de las mujeres? El propésito de esta pregunta es invitar a pro- 1 este debate planteado por el feminismo, de tal suerte ‘6 logremos una mejor comprensién liandizar que como colectivo acadi le nuestro quehacer y hagamos mis rico nuestro campo de estu- dip, Me parece importante que reflexionemas abiertamente en el areo del eolectivo académico sobre los supuestos epistémicos, las ‘operaciones tedricas, los métodos de investigacion y las tenieas que ulilizamos para dar cuenta de los hombres como sujetos genéricos, en fanto que aectones y elecciones mseritas en coordenacias simbo~ licas de género, Me ada en estudiar a los hombres como sujetos genéricas, a rea una labor de “reflexividad” como expone Bourdiew en str tratado cresa invitar a Ia comunidad académica inte- sobre i rellexiv lad en la ciencia (Bourdieu, 2001}, Una labor que ) incluso abarca el estudio de los estudiasos de los objetos de aulisis { ca tratar de ent ler la relaci6n entre sus trayectorias de vida hecha habitus (incluyendo sus habitus *masculinos”) y las particulares maneras de intervenir en el campo cientifico particu Jax®* La (area asi planteada es grande y este ensayo no tiene mi pretension que abrir algunas lineas de discusi6n, Adeinsis de este interés que parece desprenderse solamente de légica de discusién académica, el presente escrito también ha sido motivado por las viveneias, emociones, experiencias y percep- ponineas To rekativo a la objetividad y la objetivaci6n, «la construccion de verdaeles y al papel dle kt raz0n y las emociones ent la produccion de conocimientos, adquiere crucial importancia, pues no pocas filésofas eministas consideran que algunas de los planteamientos epistemo: légicos y te6ricos utilizados contribuyen a la objetivaci6n de las imu Jjeres y a mantener la realidad que se pretende conocer, wna reali dad que involucra la misma opresién de las mujeres. Un ejemplo de este proceso lo da la misma autora: Supongamos que un hombre mira al mundo social objetivamente, esto es, que sigue las normas de la “Supuesta Objetividad’”, como la lama Haslanger (1998). Supongamos que es un mundo en el cual existe la jerarquia de género, Este hombre observard que las mujeres parecen ser, en ente relevante pory nia pa . PRODUGGION DE CONOCIMIENTOS SONRH 108 HOMBRES 7 eneral, sexualmente suisas. Siguiendo una de kis normas de la ‘objetividad (aperpectividad supuesta), asume que dichas circuns- ‘ancias son normales, siguiendo otra de las regias (li absoluta apers- pectividad) concluye que ¢s una yenuina regularidad, Siguiendo la honma de la neutralidad epistémica (también de la ‘Supuesta Ob- jetividad") atribuye esa regularidad a la naturaleza de las mujeres c, conforme uttalidad practica, el ina por estructurar los arreglos sociales para acomo- dar esas “naturalezas”, Uno de los resultados de ese procedimiento puede ser, dice la autora, dominar a las mujeres en los encuen| sexuales, es decir, mantener y legitimar la realidad tal y como se smnestea. Esta relacién entre las norinas que regulan la objetividad y el o de objetivacién, lleva a feministas como Mackin (1987) a phi existe un vinculo estrecho entre la objetivie ‘lad, la objetivacion y la dominacién social. Esto es, epistemologia y ontologia y ka opresién social de las mujeres. Lt objetividad funciona como un axtilugio ideologico mediante el cual lis eneencias y eategorfas del sujeto productor de conocimientos se convierten en una creencia autocumplidora. Las ereencias, hechas culegorfas, gui alidadl cuando ka realidad snismna es producto de un proceso en el cul participa las ereenciag ) eategorias del sujet que quie ocedor y as eategon ‘lc la realidad y se encuentran comprometidas en kis relaciones de poder. Es en estos easos, Ta norma de a ns proceso snis 1 el acercamiento a ka ycer, Las ereencias del sujeto 0 as de Alisis son én si mismas productoras ues, cuando la objetividad se convierte en bjetivacién y dominaeisn, Eptstiatotocia pet. “PUNTO Dk vista” ‘YBPISIEMOLOGIA CONSTROCTIVISDA: DOS EXFOQUES HININISTAS PARA EL ESTUDIO IE “LOS HOMBRES” Y HL. CONOCIMIENTO. estudio de los yarones desde una perspec lesentenderse de esta serie de cuestiona cpistemoldgicas, sin contribuir-a lo que tanto ha eriticado el feminis: tno el desconocimiento de Ta existencia de un cuerpo feminista de conocimientos y la reproduccién de una epistemologia que, a decir le género no puede nientos y reflexiones 48 ARORTES-THORICOS SoMRE HONERES Y MaAsCULN panes de las fil6sofas femi jstas, tiende a exeluir y a daiar a las mujeres, Por otra parte, las criticas planteadas por el feminismo se 0 cen una setie de preguntas y retos para el estudio de los varones.!* ‘Varias preguntas emergen de la reflexi6n feminista sobre la epistemologia moderna y su subtexto “masculino": ,Deben var de esta critica ferninista que los “hombres” munca son excTuidos yy daiados en lo que respecta al conocimicnto?, gla epistemologia de la eiencia mod bres’?, epodemos esperar que la epistemologia que excluye a las mujeres del conocimiento, objetivandolas y naturalizando su situ Gin socialmente construida, sirva para conocera los varonesi, qué relacién existe entre los varones concretos y un modelo epistémico que contribuye a la exelusidn y la dominacidn de las mujeres?, Zen qué consiste el vinculo entre epistemologia y género?, gdesde qué stupuestos epistémicos podemos conocer a Jos varones ducen ia ha permitido el conocimiento de “los hom sacién equivocada del planteamiento res y el conocimiento asumiria que, contrariamente a las mujeres, “los hombres” nu dos cuando se trata del conocimiento. Esto es, parafraseando a Langton: 1) que son exeluides como objetos de cono- 2) que “los hombres" nunca son excluidos como poseedores de conocimientos; 3) que “los hom conocimiento sobre st mismos; 4) que “los hombres" nunca son excluidos por falta de credibili- dad social como productores de conocimiento (por razones de su identidad genérica) 5) que las concepciones sobre el conocimiento y la produceién de conocimiento nunca exeluyen a “los hombres" 3" nunca son desprovistos o munca carecen de ° Uslizo indiatintamente oe tmines “wardn” y “hombre, La auseneia de co- milla no implies que wo 46a un término wansparente, sino que a diferencia de "hombre" “masculine” no es objeto de cisputs sociales, pues al mens en México usa muy poe PRODUCCION DE CONOCIIENTOS SOBRE 108 HOMIES 49 Esta ercencia de que los “hombres”, contrariamente a “las anu jeres*, nunca son “exeluidos” ni resultan “dafiados” en relacién con ‘cl conoeimients se puede derivar de un planteamiento que confiun- ‘le, al asimilalas, as operaciones epistemol6gicas que han servido nara exelui a las mujeres del conoeimiento, como asegura Langton, la noci6n de que esas operaciones epistemoldgicas son la expre- si6n “del punto de vista de los hombres" (en inglés male standpoint)" El concepto de male standpoint 0 “punto de vista de Tos hom Inres" ( mas literalmente “machos biol6gicos”) pretende plantear cexistencia de un “punto de vista", “posicién de conocimiento” o “posicidn epistémica” de los “hombres”, cuya producci6n de conoci mnientos exeluiria a las 1 nutiltiples maneras y cionadas. EL coneepto reconoce al “ser h 1 capacidad hombre” o porst “eondicién de isto €s, por su sexo biolégico o por si construccién gené- sidn mis conservaclora, sexista (110 fe insinista), esta eapacidad estarsa dada por su biologia: por las ‘earacteristicas aratomnieas y fisiokigicas de los machos humanos (el uncionamiento de su cerebro, sus genes, ete.). Desde esta perspec iva, las prieticas de los yarones, incuidas sus pricticas cognitiva «entienden como pricticas derivadas de su condicion biologica de ser hombres", En su versién Feminista, el eoncepto “punto de vista lel hombre", no refiere @ tuna naturaleza bioldgiea sino a una se- experiencia social. Asi, la socializacion de humanos machos en el modelo social de “ser hombre” constiuye ‘una experiencia social particular “de ser hombre” que condicion ‘un punto de vista”, una vision del mundo, una “posicidn epistémica” que de multiples maneras exeluye a las mujeres del «: dle conocimiento por el hecho de" hombria’ rica, Ciertamente, en su ¥ © Ames de prose exe anisscabe meneionar que el oviient feinisen sundial hu consiruco takiples rellexiones epitemblogieas (ease Frye, 1883 Tandings 1987, 1990; Hallvay, 1989: Hlarock, 1087; Collins, 1090), diferentes ‘vetionaatients de a epistemologa de bce meds, asf eomo arias mane tas devinesl clei yes interees politicos femininas (Butler, Seo, 1992) 1's aproximten ephtnica del "pun de vss” y by aprosimacion constructivsta nls as mis fmportante. Cos newtaenos agus aprostmacién del “punto i vista” ex nadccutda par dir cena def comple de Ta seu dels “hom ies con cia al enocimiemo", en parte pos cacata discsion del lengua ys cess de sigalicacin en la construccién de las experiencia, Las idenidades ¥ Teteliciones sviles, todo To eval ha veo enetionor la een constrict, 50 _anoteres-TRORICOS SOMRE HOMMKES ¥ MASCELENIDADES Aunque este segundo planteamiento reconoce el cardeter sociak mente construido de “ser hombre", es decir, ncluye una concepeién de género, para la ertica constructvista es discutible en varios en- vido: si bien considera que el “se social, la relacién entre Tos humanos machos y el “ser hombre” 3 Cilestionada, como si el concepto “hombre” fue Flare por xi misino, Establece la rela “el tener un punto de vista del hombre” a partir de concebir la “ex: periencia” (de Ia socializacion rasculina) como una realidad ho- mogenea y coherente, sin asumir el earicter heterogénco no s6l0 de la socializacion de los varones, sino de la significacion de las e petienckas por parte de los propios sujetos socializados. Por ultimo esta concepeidn de la “experiencia” sostiene um eoncepto (el de punto de vista de los hombres") que asume una concepcion homogeneiadlora de los “hombres” sobre su propia capacidad de entender, conoe ‘sta manera se leja al margen del conocimiento y dle cualquier dis denela coy ciones dominantes del patriarcado, n vrtud de lo anterior cabe plantear algunas preg nes parten de la perspectva epistemolégica que supone la existen cia de “un punto de vista de los hombres": 2Quié bres", zaquellos que tienen un “punto de vista del hombre” (a male standpomnd?, 0 glenemos qué stiponer que todos “los hombres” bioldgicamente «efinides.desarrollan “el punto de vista del home bre"?, zaciso.no hay Humanios machodque, no obstante su socal zacidn en la sociedad patriareal no desarrollen “el punto de vista del hombre", zy los que no tienen “el punto de vista del hombre pero son machos biolgicos, son o no son “hombres”? Estas pregun tas disputan ol caricter € ansparente tanto de la condicién ontoldgica a la que alude el tmino “los hombres”, como de la post cin epistémicx que supuestamente fundamen la existencin de “el punto de vista de Jos hombres"; por lo tanto, disputa la afirma- ign de que “los hombres", a diferencia de “las mujeres", no resul tan daftados ni son excludes de los procesos de produccidn de eo nocimitentos Me parece que la del “punto de vista de los hombres” es una ‘concepcién pobre de los procesos sociales y subjetivos implicados hombre" es una construccién 1 transparente entre “el ser hombre” y es de esperarse— aetnir en ef mundo, 4 “otros hombres” que no comparten las concep: saquie és son “los hom able y PRODUGCION BE: CONDERMENTOS SOBRE 108 HOMIMRHS 31 con Ta experiencia de “hacerse hombre” en una sociedad patriarcal (lo mismo se puede argumentar para la concepcién del “punto de vista de las mujeres”). Esta pobreza se deriva, segtin ka perspectiva constructivista, de la ausencia de euestionamientos de la relacién centre: 1/168 discursos dominantes de génevo que legitiman fa distin- i6n y la dominacién masculina y establecen coorilenadas simbsticas para la soctalizacién de los varones, la formuacién de su subjetividad y-de su iddentidad genérica (asi como los esquemas de percepeién \dominante que estructuran la “buena ciencia"),y 2)los varones con cretas (y sus trayectorias coneretas) como sujetos sociales en una sociedad pat Para ho por Haslanger podemos exponer que hjetivizante que parte ce wna cosifieacian ndicamente “obje- desde una ep de los “hombres” conlorme algiin criterio pret tivo” (como la posesidn de una anatomia y una fisiologia particule res o “la experiencia de ser hombre"), se entiende que la regulari= id de su comportamiento (que se supone existe en condiciones nonmales") es 0 una expresion de la “ns 12, "los hombres”, © una consecuencia inevitable de su “experienc de ser hombre” en una sociedad patriareal. Sipniendo con la pa- rafrasis dirfamos que uina vez estableci traleza” 0 “esen- cia” de “los hombres", se establece una relacién de poder sobre los seres coneretos de quienes se espera o snpone tn comportamiento determinado. Una consecueneia inmediata es que los buumanos ma- chos que no muestran esa regularidad de comportamiento de “los naturaleza”, se les conmi- la “naturaleza de los puraleza” de la cosa mis- hombres”, se yuelven “sospechosos ens nto social se adapte a que su comportam hombres" osc les excluye del concepto mismo de *hombr nel plant bioldgico es destino para los “hombres”, un destino que los liga isoublemente aun régimen de saber, epistémico, que acemas de homogeneizartos (mediante “un ponto de visi") los miele eémpl- ces de un régimen que, nos dicen las feminists, exehave ydavia Tae sjeres. En cualquiera de estas dos apronimaciones que esencializan 2 "los honibres", étos aparecen como vietimas de st biologiao pre ses de una experiencia social, peto igualmente incapaces de romper cL eerco epistimico de la sociedad patriarcl esto es, de romper con Inviorma de conocer la realidad eonstruida por relaciones de poder y niento epistemologico del "punto de vista”, el sexo ) 52 APORTES THORICOS SOME: HOMURUS Y MASCLIINIDADES que estin inmersos, Tal imposibilidad de desligarse de dicho cerco epistémico se traduciria, siguiendo esta Vigiea, en la imposbilidad por parte de “los hombres" de dejar de ser cOmplices de la dominacién social sobre las mujeres como género. ‘Sin embargo, el cerco epistémico con relaciGn a los varones y el convcimiento, no se sostiene cuando atendemos a Ins voces de mur chos varones, al ereciente ntimero de relatos escritos o articu cen colectivas de ret omunitarios con enfoque de dos. xgénero, en entrevistas de investi dluccion rupaciones y prom ss culturales de varones says, bisexuales y heteroflexibles," € incluso atendiendo a las voces eotidianas dle muchos yarones, Me refiero a esas voces que yyectoria compleja (dolo- rosa las nvis de las veces) y ambigiia dentro de la sociedad machista, tuna seasibilidad disonante, unas concepeiones alternativas de *ser hombre”, una disputa constante sobre los significados del “ser hom bre’, una conciencia subyugada al earicter perjormativo (Butler, 1990) de la identidad esperada (y deseada), incliso, por supuesto, tna di sidencia “femenina” 0 “afeminada” y una agudeza perceptiva de los dominios simbelicos de género que incl corporal, ¢ lacion entre las posbilidades de cono- Cimiento, el poder y ka resistencia (wéase Niiiez, 2000; Seidler, 1989, 2000; Kimmel y Messne parece que lis teenologias de pod yde experiencia cen ‘operates en los campos sexuial yar negar a estos “hombres” disidentes de la or mpo sextal y de género, la capacidad epistémica, la ‘capacidad de conocimiento sobre “los hombres” yla“hombria’, inclu so Ia suya propia y las de los “hombres” cercanos a ellos. Esta neg cidn se realiza fundamentabnente mediante la desacreditacién de su propia condicién de “hombres” (en virtud de su disidencia sextal ode género) y por consecuencia idealigiea, también de su “capac dad de conocer”, en uniaargumentaciGn androcentrista yhomofbiea La propuesta epistémica “del punto de vista de los hombres" no puede dar cuenta tampoco de la diversidad de los propios “hom- bres", de las voces, relatos y saberes realmente existente sobre si 1 :mino “heverovlexble"designa a aquellas personas preferentemente Dnetensentles, que son flextbles y pueden desear y/o mantener relaciones crt 28 afetvas con personas ces msn sexe biologic, eur, 1998, entre otros trabajos). Me. PRODNGCION DE: CONOCRHENTOS SomRE 10S HoNMRES 53 ninnosysu condcién de “hombrf ‘nid coidama sntre ellos inismes, sino en ln intimidad en que i eonstrayen los process de entrevista en I inventigaciGn ant yuigten osoctolopion Saberes, voess, aioe Guz se presentan Tas Las obsereadtones le Langton sobre a manera en que ba muje- vex pueden ser eneluidas del conocimictta medants low proce tinabjetimcién que se esconden en la rocione ortadonaa de obj: Iida at com las Feflesionesaquvertidaa sobre los varies ye ‘nodiniento Gnchiyendo la erlca al modelo del punto de vata ‘letnombre’), nos remiten avalos ees centales del bate eplst= twnlgico actal dentro de la clonelas sociales entre el logleimno imps y el paradigm eonsiroeiista Tavevn de eases cenuales de difeencay even vwdel poskiviamo y el neoposiivme por parte del constructivism je se resuele Flzmente ules la cbiicsn.omtoldgica de “loa <— okies? Me paftee quad rtpander 4st. pega deade.al sobre las pasbilidades de conocinento de “Ios hombres cat ponbilidades de conocimiento conllenn necesariamente Cocsdonamignte solve pueda forma de entender la producdén ‘lcsaber un euestionamiento sobre el genero en esa produce y ia inevtabilidad de i posicionamiento de gener personal en re nestor ete Se tunarco constructivist tesobre la relac ianer en jcas y acadéraicas, Cae recomacer que el feminiann ewe snoxiaento police ¢ itelectsal tu sito piomero en ln elabaracn del constrictive mediante la viualzacion de Lis ideoloyia le genera presents en fa ealtara oceidental, ss valores, us concep ces y pags hatitaiones neuen le relacton ‘ts con a producciin del conocimiento, iste una conesién entre la citi del Teminisno al mexlelo centiien dominance y los plantemientos constructivist tl ntados en Ia sociologin ka > como han sido planteados, especialmente Fudan tutrapologia postestrnceralta, Fan qe para muchas femiisas e obo, fecwen Teatente lo sslayan ba dsciptinas sociales, 5 AMORTES THORICOS SOURD HOMBRES Y MASCUIANIDADES EL YSTUDI0 BE 1A REALADAD SOCIAL: DESLINDES FPISTEMOL OGICDS CCONSTRLICTNSTAS PARA H ESEUDIO) DX LOS YARONES (COMO SUETOS GENERICON sobre lo que los seres jlidades La epistemologia es la tradici6n de reflexi humanos entendemos por “conocimiento”, sobre las posil de conocer y las caracte: nocimientos”, ¢] “proceso de conocer”. En la medida en q ceso de conocimiento relies realidad, como quie se defina, la reflexién epistemol6gica encierra una discusion ontolégica, esto es, una discusién (y wna posicién) sobre cl “se sobre las earacteristicas o cuslidades de ese “ser”, de esa realidad {que se desea conocer. Dos preguntas son centrales en la epistemo- lopia: qué es la realidad? y geomo podemos conoce El debate que 10 y complejo por la diversidad de temas y planteamientos cas que adquiere la “produceién de co- 1 pro- que 6st ‘ompaiia a kas respuestas estas preguntas es que abarca, y escapa a mis propésitos e intereses abordanto en deta ile. Algunos elementos de él me parecen especialmente velevantes srente alos hom porsusimplicaciones para lainvestigacisn en lo bres como sujetos gentéricos. Se trata de la relacién entre els los conceptos y ka realidad, y de las eoncepeiones dominantes sobre cesta relacidn: la objetividad y el Hamado proceso de objetivacién de realidad social; ka supuesta relaciGn transparente y referencia entre el lenguaje y In realidad Ii existencia de un punto de vist: neutral producto de una separacion entre el sujeto y In realidad, y jidtad del sujero fn como garantia de ka clacidn objetiva del sujeto con lan La objetiociin de ta realidad social De manera sintética, por objetivacion de la realidad social se e1 ride el proceso mediante el cual se hace de la realidad social ima. ‘ost desprovista de historia, La realidad soclal aparece ante el sue jjeto que quiere conoverla como una “cosa” que pose una “narars- Teza intrinseca”, El sujeto conocedor asume entonces que tiene que acomodatse a la “naturaleza de las cosas”. La regularidad de la reae Tidad social se entiendle como expresién y confirmacién de esa PRODUCCION Dk CONOGRMENTOS SOMRE 108 HOMBRES bivraleza intrinseca”. Algunos planteamientos eriticos del positivie tno han argumentado que este proceso de objetivacién tiene conse ‘cuencias politicas: una vez conocida “Ia naturaleza” de lo “real”, el p de la “realidad raciones sociales y politicas para ajustar per- anentemente fo real a su “deber ser natural” El proceso de objetivacién enunciado parte del supuesto de que lu realidad es lo que “es”, lo que se muestra fuera del sujeto con {que eso que “esta all” es una expresi6n de “su pro- o dle st. “esencia”, El estudio de esta “realidad” obje- por supa 1a aetitud Hamada “objetiva’s relati= sfy no al “modo” de pensar o de sentir del sujeto que quiere conocer. La objetividad, se dice, implica am id clesinte- resaday inocioual, no valorativa del objeto de estudio. estas caracteristicas de la objetividad, se dice, posibilitan el conoc iniento y la verdad. Durante mucho tiempo la objetivacién y ka objetivida didas fueron los eriterios utilizados para conocimiento se pone al servicio de ka legitimaci tal cual es" y de las ops pia naturaleza tivada implica, vial objeto e cea Tas ciencias sociales, Tales conocinientos en medida en que se con que el sujeto anali ‘neutral’, “no condicionada” por la circunstancia social cel su prensante y actuante Frente a estos p valu n cientificas nicamientos epi la realidad y que bi nies de objetividad y objetivacién tenemes otras propuestas sobre ke realidad social y el proceso de conocimiento que se nuteen de ana rica tradicién que cuestiona al empirismo realista y a la mode dad. Veamos, cos y ontolégicos que nos agrupado dentro de lis nocio- El proceso de objetivacion y ka actitud abjetiva estan lejos de la neutralidad” y la “raz6n universal’, De hecho, la abjetivacién y |i objetividad implican una serie de cleceiones, operaciones in- lelectuales y valoraciones q sun sujeto local we nos revel que el sujet conocedor lo socialmente, canis pur ejemplo: 1) la negate «ign de lx eualidad histories de la realidad social, y con ello la nc saci6n de lo social y su wansformacién en el tiempo como posibili- ‘lad explicativa 0 comprensiva de la realidad social presente (frente « fa *naturalezs"); 2) a negaci6n del cuerpo y las emociones como APORTHSTHORICOS SOMRE HOMBRES Y MASCULINIDADES posibilidades de conocimiento y la mayor valoracién (y privilegio) de Ia “razén desinteresada”; 3) la elusi interpene- tracién entre la realidad (supuestamente objetivada, fuera del sue: to) ¥ el sujeto, que se hace presente mediante las categorias de pensamiento, mismas que el sujeto utiliza para referitse a la rea lidad y que forman parte de lo que orienta Ia aecién social, y 4) cl interés ofectivo del sujeto en que la realidad siga siendo To que es ose transforme, La objetividad, entendida como un punto de vista que no esta stuido socialmente, no existe, La objetivacin de ta realidad, como parte de ese proceso de objetividad, implica una eleccién, La realidad soe 0 es una “cost” poscedora de uma “nature cas inrinsecas”, sino el resultado de partieu- es ¢ historicas. El conocimiento de lo real implica no prestimir st" a definitoria”, sino conoce: las firerzas sociales ¢ istérieas que la han producido, La ridad de lo real no es un indicador de su “naturalidad”, sit componentes sociales que la producen permanentemente y que poxlemos tratar de conocer. La aceidin social se expliea le, esto ¢s, por las fuerzas sociales que la hacen posible. conocedor no asuume que tiene que acomodarse 1 u de las cosas”, sino que el proceso de conocimiento se conv tun proceso de cuestionamiento, de indagacion de los elementos {que participan en la construccioa constante de lo real. Asimismo el conocimiento revela los mecanismos de poder que construyen lo real tal cual es y brinda posibilidades de transformar To real. Al ser la realidad ma construceidn social e hist6riea, el sujeto se vineula con ella de varins maneras: en primer higat, el sujeto es tambié ser construida social ¢ histéricamente; en segundo lugar, tos con- ceptos que utiliza para definir la realidad social tambi producto social ¢ histérico; y finalmente, las acciones y las rela 1nes que el sujeto establece en el proceso de produecién de eonoct miento son también relaciones sociales ¢ hist6ricas. El sujeto que {quiere conocer es un sujeto socialmente shtuaco, con descos e inte reves ¢ inmerso en las tramas de poder que constituyen la misina realidad social ESTOS SONRE LOS HOMBRES 57 1M carci referencia det lenguaje ‘iu el planteamiento de la objetividad y ta objetivacién de ta veali= slad social subyace una concepcidn del Lenguaje como un medio vansparente para ligar la realidad al concepto. También subyace vin concepeién presentista segtin la cual, aunque el individuo no pueda estar seguro de lo que sucedié en el pasado ni de lo que ucederd en el futuro, puede confiar en su conocimiento del pre- conte, el aqui y ahora, el presente mundo que percibe tal y como lo esperimenta, Segtin esta concepcién, el sujeto puede conocer en el presente porque tiene un acceso no mediado ala realidad, | pnede nombrar por medio de los actos de habla. realidad en el presente “meta ste planteamiento a partir Uisica de la presencia”; hace He una evaluacion de la concep a sustenta, Para Derrida (1976) el presente que percibimos, nuestra experie! a, implica un proceso de signif aci6n, La relaci6n entre la real yel concepto no es transparent, esto es, el Lenguaje no es. i ‘no una estructura conceptual construida social e histéricam Etsignificado no es una evencia de la realidad, no es algo i dle la “cosa”, sino que emerge dentro de un sistema de signi hes por diferencia y diferimiento del sentido. El lenguaje implica concepeiones de la realidad, concepeiones para entenderla y para ordlenarla. je y la vow no de que ta para los seres humanos al margen del sentido. Un ejem- plo interesante al respecto lo provee Emesto Laclaw al referinse a tun bal6n de futbol: no es que la cosa esférica no exista en si misma, cexpliea, sino que s6lo es “baldn de futbol” en un proceso de signifi- ‘cacidn y 10 por sf mismo. El lenguaje existe como discursos soctales que remiten a concepciones de la realidad 0 aspectos de ella que a sivvex estructuran formas de actuar sobre ella y, por tanto, posibi= lidades de cambiarla, Lejos de ser sélo un medio para referir al objeto existente “alld afuera", el lenguaje es una manera de distin tuna negacién de fa realidad en si misma, 5B APORTIN THORIGOS SOME Hons ¥ MASCULNIDADES des para conocerlos y actuar sobre ellos. : mn La separaciin entre sujeto y walidad tinal pan ial ylsoljetiady mr isneccarn genta enved! atin que deen conocer la realidad: Auge nunca se dice, mponte quel cep mined je rte sta seat a et el sujeto y la realidad: se supone que el suje “rela narse con Ia : eae » €s capaz dle relacior iad 5 sin que et modo de pensir 0 sle semi int venyan en esa relacién, ' " si ccultur tanbarg eaet, ex : renle formado € historicamente condicionado. oe ere conocer tcanente stato en st gee paraligmaa con los enales se aproninua a real re cae Noesprmile ceri quc os jemamientory cms tees 10 paticipen, cuando as categoria de pensanientoy ls ecco de estudio son ineludibles en cualqu : fe crepe ae a er proceso de produccié conor» aes leines demi y conceptuales sons pre elecciones y cateport Porsenna set seme liad por el lenguaje, pies los concepts con low cuales pretend deseribir la realidad social pa & se mismo tiempo, consciente o inconscientemente, direct a para entender la realidad socal Ie permiten entender asimismno su accin social, sus relaciones sociales y, picisa chal Ino ci Un mundo ssa ut pcs de ers as pRopuCcION DE GONOERAENTOS Sous LOS HOMMRES 39 En este sentido es pertinente recordar la reflexion bourdiana sole la representacign de ka realidad y el poder: Para Bourdien {(inot, 1990) las eategortas que wtilizamos para conocer deben 80- tneterve a eserutinio, deben ser en sf mismay objeto de estudio ex liygr de caer en ella, en la medida en que estas anismas categorias “ont participes de la eonstruccién de To real, en Ia medida en que “ivven para trazar diferencias ya partir de ella realizar distinciones tie poder socal. La realidad! implica, pues, wna lucha en el ‘ie lu ignificacién, una hicha por el poder de sigifcar la realidad socal, por el derecho a la representacion legitima, Por medio del “ihcntal de representaciones ele fa realidad que lleva Ja prsietica em Ur proceso de investgacién, el sujto investigador participa en bs ‘onfiguracion de las relaciones de distincion en esa realidad social dlonde él sine esta inmerso. Adem, ls acciones de conocimiento se inscribe ar que compromete al sujet con ros solos ycO” insticiones sociales que prowcen de sentido al acto mismo de cono- torya la realidad misma, El sujeto que pretende conocer participa dle eatructuras sociales de sentido sobre Tos actos de eonocimiento, “re la veal y sobre a egtimidad del conocimiento que se pr luce, El aujeto que eonoce, pues, no existe en un nodugar desde “Tondle conatraye su perspectiva objet, sino desde una. o varias po Slones sociales, AI producir conocimiento, incluso, s¢ pruee asi mnismo como suo que ests ocialmente posicon {Tapas de produeir conocimiento, sobre wrlos forma parte de deter tulnadas insttuciones y selina, so social part ado como alguien La centvalidaad del sujeto en ta vain EI planteamiento de la objetividad y la objetivacién supone tam bign que el sujeto tiene acceso a la realidad por medio de lx azn, yy que esta razdn es la posibilidad misma del conocimiento objetivo, Blindividuo sc define por Ia capacidad raional misma, seatin el planteamiento racionalisia de Descartes: pienso nego existo. El sux jeto se define por su capacidad racional como una esencia que ralidad, como el mticleo mismo de su indivi individuo de estabilidad, ho- ppermea su individu: dad y su identidad. La razdn provee al 60 ——_apoRres sHORICOS SomRE HOMMRES ¥ stAscUTANIDADES mogeneidad y coherencia interna, y esta centralidad del individuo ‘en la razdn le permite a su ve7 la posibilidad de conocer objetivamen te, de construir verdades objetivas, e indirectamente le otonga ka post Dilidad de dominio sobre Ia naturaleza y, por tanto, de libertad. Este planteamiento sobre Ia centralidad del sujeto en la rain yt ha sido cuestionado, en varios frentes: sociokigicas,linggiisticosy Psicoanaliticos. EI psicoanilisissin duda, ha elaborado la eritiea mais definitiva sobre esta concepeién modern del individuo, Para el psicoanlisis el individuuo no esta centrado en la conciencia; por tanto el sujeto no es homogéneo ni coherente ni stable. ELyo no posee una esencia racional ni es algo dado: se cons: truye en el conflicto y ka negacién. El psicoanilisiskaca en Tos procesos de sig- aacidn conseientes © incunseientes, hit yenido a enriquecer li critica a la prevendid do con el razonamiento kxeaniano el sujeto se construye a par una serie de carencias o pérdidas y se aprehende finalmente como sujelo en calidad de signo, «la vez que se instauran en si psique dos pracesos de significaci6n:)" el inconsciente y el eons lo abla no sélo enuncia el producto de ka ligica conscie producto de otra Iégica, la del inconsciente, En estas con a produccién de conocimiento no es el producto de la pura activi dad racional, mas de una compleja interaccién de deseos, € nes, elecciones racional acepte el sujeto © no, “Tras estas apor cereses inconscientes y conscientes, lo iones del psicoandlisis la reflexién sobre el proceso de produccisn de conocimientos deberia incluir una con- sideracién sobre tales procesos psfquieos deseantes que alimentan ‘nuestra aproximacidn a hi realidad, nuestra seleccidn del objeto, ries: tra eleccidn conceptual y metodolégica, es decir, la manera en que hnuestras emociones y descos participan en el proceso de produc- cidn de conocimientos. La ausencia de esta cons ca la falta de una efeetiva participacie ignorancia © un silencio que pueden se racién no impli= implemente muestra wna jn para alimentar una es trategia de poder en el campo académico. Las propuestas contem- "Un texto d€Keja Siveswan (2985) explora estos vineuios entre semitica, sicoaniii y poset, PRODUCEION DE GONOCIMIENTOS SOURS TOS HOMBRES 6 pporineas que introducen el concepto de “reflexividad” en la investi Jhovidn en sus dos acepeionesse hacen eco de estos planteamientos. sto feminista coincide desde sus origenes en el earic- nstruido de la condicign de his mujeres, algo que ivelconeepto de "género" (aunque a ve to de manera ambigua en la literatura "pre hero) y a1 distineiOn del conceplo “sexo”, binarsino que pok wi iieroncia entre biologiay cultura. No obstante, dentro del Vimente construido del “ser mujer” y por derivacidn, el del "ser ieanbve’ Exes diferencias se araigan cn las tiles concep ws de la realidad socal 11 feminism constructivist nos leva entender et asmnta de lis hombres” y el conocimiemto partiendo de otra perspectiva Ihe eho ras au ea al concepto de “la mujer” como sujeto un ‘elena consideractn sea y de fondo, la tflexin sobre los es como seten genetics: Cuando hablamos de “los hombres shoe queremos decir, za qué nos referimos? -Cual es la condicion esygea de Hes homies"? -Cémo concepasamos Nuestra apro- inci a eta tail 20s yi eonideracones este vagy tebriea para aproximarnos aka realidad lamada “hombres”? ie a fal lant eonstruetinsa ex necesaro tovarel | M1 planteami Jer sociatmente .conereta teGricamen ‘esse encuentra imp! A partir del plante “oncepto*hombre” como objeto de ‘iuanera en que participa en la construce ‘itiea sobre el lenguaje podemos considerar que el termi Ine" Qo mismo se puede decir del uérmino *masculino”) no es un jy tratar de entender la in delo real. Siguiendo su 0 “hom Las donacepsaneon elcid como estan end bs ot svioysabcoagias mers en pid de conocer lvely esl ‘iinet as econ ones, bse ca tascam dl set esti dance a esi cones, lx valoraiones dificu Gow t | J 62 —_APORTES TEORICOS SOMRE HOMBRES ¥ NASCEERMIDADES, simple medio para veferir una realidad externa que pose Ia “esen- cia hombre”, sino un concepto mediante ef cual se interviene en la realidad para hacer una diferenciacién conforme a determinadon criteriosy en un sistema de signilicatin. El término *horbre” es una manera de intervenie en las hichas por lnrepreseit ¥ por “el poder dé Tare Presentacion legtima’, como dice Bourdieu. Esta batalla en cl sien dle ta representacion es una de las formas que asume ka contiende politica, en la medida en que mediante tales representiciones se Oonganizan las distinciones sociales’ en este caso de enero, entre los sujetos. Este disputado caricter del significado y estas impli- caciones en fa distineigm patriarcal quedan al descublerto custo atendemosa términos como “poco hombre", “menos hombre" “nate hombre", “machomenos” oa la exclusién del té1 r aquellos a quienes siendo biologicamente *inachos” : icamente “machos” no x¢ es com fiere la identidad de “hombre”, en virtud de su disider ss de género, ‘ a Conforme a la perspeetiva constructvista “*hombre* no es una «sencia de algo, ni lene un signifieado transparente, Es una mane ra de entender algo, una forma de construir la realidad, una cove de significados atribuidos y definidos socialmente en el marco de ignificaciones y con implicaciones de poder El mina "os homes refiere wna “ecion cultural, ie Juith Bul (1990), una convencién de sentido que ha producido una serie de efectos sobte los cuerpos (particularmente fos bioldgicaments chs), las subjetividades, las prctcas, las cass y ls telaciones; este s, una convencién de sentido que participa en la realidad coneretn de un soc ue incu se ened asf misma de manera do minante, yalindose de esas concepciones (vueltas percepeiones incr sigiicatas). El concepto “hombe” es une conencion de sentido que produce efectos materiales que luego ton atlizacos nino *hombre* de sg Eps cancer det comeepto “hombre” (ue dexgraciadanente hey esc suet te edt Cand Te wale dee _de los sjetas que pacleven el ejercicio de a erent ltl de pre ccs gency ood quelque opin psionic se es eamotn desea cheek a peace ie kigicament som ac ch vim de pare ea cas sexuiales o de género: varones afeminados, sensibles, Para una ertea feminist del activism yeoria feminists antipornogratia, ae Lyne Segal y Mary Mento (190), 2 Scot Tucker (1990) Jeph Bristow (1989); Theo Sandor (1987): Aldi 1 Wotherspoon fers) (1983), (Prep a > __ Especialmente éste es el éaso de la utilizacién de 78 APORTHS TEORICOS SOMRE HOMBRES V MASCULINIDADES {ural entre los hombres gay y las lesbianas en Sydney, !!Iuego de casi diez aitos de separacién y distanciamiento, fie producto de las rela. clones de géncro, no de la homosexualidad, y amenaza constante mente con desestabilizarse a causa de estos mismos temas, |gunas dliscusiones entre feministas y hom: niigenes y metiforas de la sexualidad gay con el fin de Se han suscitado al bres gay respecto a las i empleadas atraer a los hombres gay al sexo seg i6n del vin (Virus de inmunodetici oath basindose en anslisis que consideran qu lad masculina es un campo sexual continuo ( 1 ‘ual continuo (por ejemplo, sobre el taricter absoluto de la oponiciin binaria nuchshenog), ge zenta que las imaigenes erdticas masculinas gay le hacen el juego a tuna clara concepeién masculina de Ia sexualidad (de los hombres \_ Beterosexuates) que oprine i kas mujeres penes y ere: ciones en los materiales promocionales del sexo seguro, Aqui Wilton eonfinde el pene con el falo."" El pene erecto se ve como ame Seignora toate hecho deqee cl iaaaene los hombres gay. Para Wilton el pene es esenciatmene un falo y st "Elempliicido en Kerey Basford eal (1991) Tamsin Wilan (1041). "Una exten sobre el tras jo feminista sobre sexualdad, esrita por Cs se tte be sexualidad, eserta por Caro V0 7H ENSESO EL MlO SUTU ME ENSENAS 11. TLYO" 79 en ottas configuraciones sobre los hombres ge, ya sea considerén- tlolos mas perversamente polimorfos (al eseapar, por ejemplo, del sispositivo de la sexualidad” de Foucault), 0 suponiendo que han sganado una posicion “liberada” frente alas enormes desventajas de {in mundo homofbico —una especie de binarismo estructura/se- sistencia—, te privilegio del yénero en Ia teoria conduce en la prctica veces ocurren al trabajar con el 1/34, ya Incoherencias que ‘que las categorias de riesgo se enlistan como “hombres que t relaciones sexuales con hombres", “hombres que tienen relaciones. | sexuales con mujeres” y "hombres que tienen relaciones sextte Tes tanto con mujeres como con hombres", En. otras palabras, la clecei6n del objeto se vuelve simplemente un asunto de preferira nina pareja enire wna variedad de ofertas dentro de un tinico continue de derechos masculinos. El supuesto subyacente es que In sexta masculina es una manifestactén uniforme, una esen- cia de la masculinidad, Este contineum no s6lo ignora la posicion laramente subordinada de la homosexwalidad dentro deta cultura bccidental sino que no reconoce el argumento basco aceren de fa onsimuecién social de ka expresi6n sexual Recientemente algunas feministas han comenzado a cuestio- nar el piivilegio del genero y angumentin en favor de_una-com prension mucho mis dispersa de ¢se eonjunto de eoneeptos Fepre- Sentados-como.género, sexo y sexualidad.” ¥, como argumenta Kosofsky Sedgwick! privilegiar el género por sobre Ja sexual dad como la principal estructata de las relaciones hummanas se pone 4 Tos hombres. gay en. seria desventaja y no se reconoce el papel Central de fa homofobia en la construecién de nnestras culearas.” El punto es que siempre ocurren sexios problemas de relaciones de género entre Tos horbres gay y as mujeres, a pesar del vasto termtorio que comparten y de sit ocasional convergencia potitica tesa yeetta habido un silencio casi sepuleral de los hombres no gay sobre las cuestiones de politica sexual mencionadas, 0 uma suerte Michel Foweanlt (1978). Judith Butler (1990); Rosemary Pringle (1982), 7 Rowolaky Sedgick (1980) 80 ——_APORTES-THORICOS SOME HOMES ¥ SAASCLLINUDADES ee compid cto aga nets eer Aung culinidad y a los estudios enfocadc bre e ae ce enfovados sobre Tor hotnbres pars. que St ena Des et sco roc ra.a todos los hombres y mujeres interesados en ieansee Icey alberncion humana, al Ving oompiana, La segunda cuestion se re ricaturizando el as rea la politica dela vida cotiiana, Co ae tene que ver con Ia relacén d cada hombre con ois on su apiradora, lemon eso patece Jee los boletines informatives sobre los movi aa setae Hs importante estar que da ada ca ho de su tru, de sex > din Spo creams ae sc vscvcal sent ti? deportivos, y de su vida familiar —ineluyendo a los hijos (5 Los hom- cm er ype yong is en jroo comnts py tet thon amc eure ee ea raisin otents wl crondenee ela Pe tte han ese pn et hut dei tatengusypei pts eb felt deune cates ca 0 smi de es ia on pth ts ss mao ome fences tengo dette campos entre mis oles) neces eran re esi, nen on snr en ed rjesde net’ Simon Wty deacon prover eonceiio a geacre cineca eomaek cements act delet comcion concep pone beech Yang alguuas de las tras contibuc guns eas tsibuctones de Kimmel (et) (1990). jo te ESSESO HL MIO STU ME ENSERAS EL FENO™ 81 como tal, bastante irelevante para os intereses sociales y politicos sae hombres gay" En efecto, hay veces que la vida gay conter Po” viinea pareee asombrosamente eistante de estas preocupariones ‘Tmésticas que afectan a las relaciones sociales heterosexuales Taaparcign de las comunidades gaya transformado las sel ionee domésticas de los hombres gay, desde hrogares escondidos ¥ sie de amigos, alas elaboradas redes sociales e instituciones de vewcomunidad en su tolalidad. En Occidente esto no se restrings "propio pais de origen Las comunidades gey de Sydney. Landis, Toree tam, Pari, Berlin, San Francisco y Nuewa York estin igadas por una cultura comin, aunque divers; una Titerarura 069 macio- | Wt faanto de fcciGn como de otros tipos) un sentido cada ve ms aa enaetjo de una larga historia de “personas gay’ la reeaptura de wah pasado guy mediante fa reinseveidn como homosenuales de 1 sre, artistas, intelectuales y fldsofos; una reciprocidad wi Lenguaje y el propésito; y una vida sexual durable e Estos vinculo y convergencia de chos es dic laimage ‘internacionalmente reconoeibl proposits resulan cventes ex ha cha cont el 0 an ombres gay no han desarrollade solamente identidaces hhomareuates, como el reconocimiento de una orientacidn sexual orn is alld de esto, esta evolucionando una subjetividadl se sen plenamente incorporada en la eal el términe “gay compen vamicho ms que relaciones sexuales; implica una tdentidad gay te rave finada, una ciudadania, patrones identificables de relacioy sone ajales gy un everpo vest de ga, clescado como gay inser res sinuralmente e impregnado de la sensacion ysatisfaccién obje- xe alge ton placeres sexuales disponibles exclusivamente para los Mam pres (después de todo, juna préstata, es una préstata), Para periprebres homosexualesactvos que no estin vnciados con esta aos nemdaa emergent, cl vit con un pie afuera y otro adentro es italy doloroso." Las comunidades gay promueven, no sempre veka Watney (1080, np. 1821 seen ei John Bene para caliicara los hombres y meres tu ven acriiaeter ean a gumo sexo, con stquc argument vor de un edo Se wer eame de ference idem (homo) sx a tones dea tons ok ema Wéare Boswell (1989). GW. Downett, Matk Davis y RW, Connell (1982), 82 APORTHS THORICOS SoMRE HOMRES ¥ AASCLUIMIDADES con éxito, una solucidn a esta dificultad tan dolorosa, pero la op- ion “gay” estd ahora disponible para la mayoria de los hombres homosexuales activos. Por tanto, dentro de este marco los temas damésticos impor- tantes que enfrentan muchos hombres gey actualimente tienen que yer con cosas tales conto la diseriminacion contra los gay en el mer eado de vivienda, en los seguros, el esquuema nacional de pen de retito; los subsidios para cuidadores de aquellos que Genen pa *cjas enfermas; los euidados para la yejex; el reconocimiento de las elaciones gay para propésitos fiscales, de seguridad social y asuuntos igratorios, para adopciones y cuidado de los tiones relevantes sobre fallecimientos, testamenton, herederos y el desarrollo de ritos apropiados para el doloryyla rect peracién emocional como resultado de la epidemia del in falta de apoyo social pat las relaciones gay ha sido, desde hace para el movimiento gay, Queda atin por verse las complejas manifestaciones sobre este tema phir. teadlas en for ica dentro de los movimientos sociales pro- resistas, smo, en los estudios sobre hombres y en la investigacion sobre masculinidad. Como resultado de tal deseuid y cen la medida en que ta vida de la comunidad gay (internacional) Proporcione cada ver mis los espacios social, politica y cultural d {ro de los cuales los hombres gay eonchizean sus vcs, la importa. y ls idemidades sexulesy genériescontemporinea? En el anise que Bourdieu propane tan sigue miso menos igual a pesur de le cambieel que potemos ert var de Laci y Moule sostendeta que el sitema de rdaciones que define is ident ddades se ha debility proliferan los elementos lotantes, to que eonduciré —o conduc a—a una cra anion Tl ver La mental eis de la wastaindad, con 9 mercl de sioranza, conseraduriamo y desconcierto, sea alo un sntoma de sta criss mayor, o una veriin de ella. 1808 DEL FODER EN LOS ESTUDIOS DE MASCULNIDAD =I tal vez aplicable s6lo, como afirma Rubin (1996), a las sociedades dle pastores ndmadas como las del Antiguo Testamento. Carole Pateman expone en sut libro Etcontrato sexual que existe tuna forma especifica de patriarcado que ella denomina “modero”," en cuya comprensign —con inclusién de las relaciones econdmicas capitalistas—*es necesario tener presente wn contrato entre unamo, Y Un siervo, las relaciones entre el contrato “especializado' en la esfera doméstica y el contrato ‘impersonal’ en el mundo eapitalista pablico” (Pateman, 1995: 56). Agrega quc, evitindose la confusion capitalismo y patriarcado, “una de las ventajas de abordar [el patriareado] a partir de la historia del contrato sexual es que revela ‘que la sociedad civil, incluyendo la economia capitalista, tiene una estructura patriaral” (iid: 87). Esla postura, que orgaiiea1n cene ‘0 explicativo de todas las relaciones Sociales en torno al patriarca- do, ¢s Uibutaria de la misma evitiea que Laclau y Mouffe hacen a Gramsci: sostener que el plano de constitucién de tos sujetos he- igeménicos son las clases soc 5 idad del centio hhegemsnico, Estos autores afirman que tal pensainiento supone un “privilegio ontol6gico”, y un miicleo diltimo para una fuerza hege- a clase social 0, mutatis mandi, un gener, y Mouffe impugnan la posibilidad ite establecer una ilkima y “‘positiva” de lo social ordenada segtin una epi temologia de la totalidad —que no es un dato sino una constr c “[S}i la sociedad no es saturada por ninguna ay pasitiva (single unitary and fusitive logic), tampoco vocimento de ella puede surministrar esa logical, y €6 ‘luyen que “un enfoque ‘cientifieo’ que intentara determinar la ‘ese ora plantea que *[EJ! contrato (sexual) 6 ef vehicula mediante of su desecho natural bre le snujer en la seguridad (atm, 1998, p. 15), problema principal de Patemtan seu que sstenta st interpretacin a figura tel “contrat”. .No es dealin modo paradjien una alimacion de a iwaldad a partir de cierto feminismo?. En timo termina, dao qua cam anerinr lad meres y hombres som jules, debemos sero etn futuro; era posible ‘ener Ia igualdad sin referencias andarnento previ de ella misma, dames: 4s igualdad de ts igual? En est misino senddo Baler ke pregunta s existe un eto anterior ala ey y propone que "(Tlalver el syjet a voeacin de un antes ‘ermporal sean constimis por la Fey como fundamento fctito de propia afi scm de Ieitimidad™ Bute, 2001, p. 85), 112 spores THORICOS SOBRE: HOMBRES Y MASCULINIDADES ia” de lo social sera en realidad, la primera de kas utopias” (Laclas ‘Moule, 1987; 164; las cusivas son de los autores). En este sentido Ja nocién de patriarcado no proporciona ms —pero tampoco me. nos — que un sitio de aeusaeidn: uma "higiea positive” del poder Creemos que estailusién de totalcid es la que se eaptura ex 1 analisis que Bourdieu realiza de la dominacibn. maseulina. El Speismo supone que a partir de un punto se puede explicar Compe He To soca y cera comprension tal vere ndrocéntrico de todos los espejismnos—, Corresponide, ién, al intento de comprender las relaciones poltticas, simblicas Yy econémieas, ai como Sa constitucin dle la subjetiviad y le las identidades, desde una sola matriz explicativa; conformadis desde tin centio order cle odves,exactamente—m omnis cologiea, antes que “cient amos, justamente, ante un espejo “invertide”2" ~_ Pero si como diee Spivak, no existe tal “lugar de acusacién’, 1s conceptual relaciGn entre porter, género y nas. ili Colsizi deckara que cl feminism ha marcado sexualmente ¢ historizado al sujeto y a la razon occidental, “mar. almente e historizar —explica~ som [.] dos movi conectados” (Colaizzi, 1990: 14) mite atender al “complejo campo de podter(es)” en los que el sujeto se legitima; y permite pereibitlo en tanto eaustnuceén, como produc. 1 temporal “de las relaciones de poder entre superficies, euerpose instituciones” (iid: 14), Se marca y se historia al sujeto unitario y Livers: el “hombre" del humanismo; tin movimiento ya inieiado por De Beauvoir y continua, con diversos matices y orientacio- nes, por gran parte del feminismo.# En un sentido semejante, Butler manifesta que “el 65 un niicleo 0 una esencia esidtiea, sino una realizaci6n reiterada $m ampecha de wn “ct nizaor comin em parte del ew sia cntemporcs tics Nate Ca ene is Fen ea Spec ce mctnhn clans ecg expec tease Steno ps so que Sten Bordon rt eal ne See xa cova see el gemero novabkemente conden 4 haces walescona auc ntnaraar (Goluow 198.1). "amo par oq! aad Jennie de ferent como pr le 2 hala mar etna ars dela tet Yaa Na os [USO DEL, ROPER 108 ESTUDIOS DE ASCEND 13 dic las normas que producen retroactivamente la apariencia de gé- nero éonio una profundidad interna constante” (Butler y Laclau, 1009 133). La conceptuacién de la hegemonta permite develar el estatuto mismo de las relaciones de poder; su intento de perma neneia es interrumpido por la indicacion de su contingencia; To que se presenta como profiundo y dado, es un efecto de profun dad que se da asi mismo. Butler inpugna la posibilidad de pensar fen (otalidades sistémicas destinadas a oprimir a las mujeres, mis bien propone hacerlo de modo estratégico, focal y situado.® Gaando menicionamos que el uso del \eriine 6s deseriptivo.en Jos estudios de masculinidad no slo atencemos a un problema de claboraciGn tedricay ante todo pensamos que supone un ani c parte de la heyemonia para llegar, finalmente, a la don cién, Con mayor exactitud diremos que euando en los estulios de rmasculidd s@ habla de hagenonta se esti entendiendo, en timo >, dominacién. Ambos eonceptos, que intentames esbovar en iferencias e implicancias, son usados como sinGnimos. Entone esante todo tedrca y el riesgo es seguir diciendo lo inisino con distintos nombres patriareado, dominacion... hegemo aso Butler impugna la pesibilidad de pensar “totalidades para subordinara lis mujeres, e8 necesario re- visa la vibilidad dle pensar en totaidades sistémicas que permitan a los hombres sostener el poder y subordinar a categorias enteras de individuos —por cierto no sdlo a as mujeres: también a otros home bres. La claridad que Bowudieu eree conseguir en su analisis, me- iante una dominacién maciza de los hombres, se permite, entre ‘otras cosus, desconocer varias décadlas de produeeidn tebriea feminis ta. Entre Virginia Wool y él slo hay un vacio que peda su ckaridad teéricay ss conchisiones. Un hombre tenia que dat Ja palabra final, = ‘peraciGn fundamental (en los dversoe sentido cle bx palabra) Ks, tl ve, gest Sandacioual de tao el campo. En este semi reflere que ex su trabajo como directora de la Comision fn- teemacional de Devechon Humaros de Gays y Lesbians entendis que el concept 4 umiversalkdad —qve 4 estima Fundamental en la teorzaciiny defers de los ‘erechos hrmanoe— puede ser “prolépsico y performatio". Adverte que el cone ‘epto“eonjura una eld que ya 30 exit, y desearta la posibildad de horiontes tulturales que a ose han encontrado, ah ex que permite una “labor de ta- Aloced cultural orienads al futuro” (Butler, 2001, p. 1. 14 anoRras THORICOS SOBRE HOMBRES Y MASCULINIDADES Con ta masculinidad suede algo seme a . semgjante alo que acontece Con osc en ls plateaienos de acauy Mion ce duce una sitrcén gu elimina a glen hegeusnen nacnatner comorecanecla owt sl oongaleuncenteerrinate tse laura la "mascilinidad al wanafonnanee ete pee opin funionanient, lstinos el amino operade selorene lensatorio pero dicha operacién e5 en sf misma hegembmgy os debs entender de exe mondo Wo que colons oe aa sto que alin bajo su peso, no necesaraena eke ee secor Bajos titela ni sedimentais en su funcionamiestere ee duc elemino slo quesdlocondewa St doninagon ee to de suuricién, la hegemonta lo ede despa ce Fae replat i preguns de Rubin ycueonar SO eu hn Us nacho densi, cewios Sigua, a ee far que ose converte en bret pes, Polen ah na ‘wal ¢en in padre amoroso (caben todas lis descripciones posibles) en_delerminadas relacianes. Kendemos a las propias asunciones teéricas de un imbito de estudios vemos que el espejo invertide, al que nos hemos referido « lo longo de este US Propios reflejos como operacio. nes hegeménicas. Se ha roto en una multiplicidad de fra Pensar es Fecoger uno y mitarto con atencién, El rompes {una ver que ha saltado por los aires, no volverd a componerse Braurooraia mages, ons (1995), chicane na caver de aden dad y dl comporasentohomesenta®, Ds fens tabi op doe Akt Toh OTE, gt eras tei de ad Bron A ve, Nueva Visi, adi de Alton oe Amuse Ana C001, aja de dono: nwa ye ‘abajo sobre hombres y masculinidades en México”, La Ventana. Be 4 = Sai te, vol. 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RELACIONES: CON LAS MUJERES ETICA, DESEO ¥ MASCULINIDAD: LA DIFICIL RELACION ENTRE LO SEXUAL Y LO REPRODUCTIVO Ava Amucniistecurt ticulo surge de una investigacin acerea de la forma en que \dwunos hombres mexicanos se construyen a sf mismos como suyjetos ‘v no—de deseo sexual, de placer, de procreacion y de paternidad iL trabajo pretende analizar si reeonocen a otros (especialmente | his mujeres) como stifetos de sus propias lecisiones, tanto sexu o lo hacen. les como reproductivas, yc Fste texte, se basa en las naviaciones autobiogrificas que dos hombres jévenes, expusieron entre 1997 y 2000, y en mi propio Ivabajo de investigacion cualitativa en fos tltimos 10 afios sobre la experiencia de hombres mexicanos relacionada con ka sextalidad | la reproduccién, Participé en las entrevistas Sebastisin,' un joven purépecha de 21 aitos, pescador y obrero de la construcci6n, quien, "ntonees ya estaba casado y tenia un hijo pequeiio, El otro joven, llamado Mario, tenia 19 afios.al momento de la entrevista, era solte- tory trabajaba como earpintero en un pueblo cerca de Morelia |Ambos habian terminado Ta secundaria en Morelia y partieipaban rogukarmente en los grupos de hombres que se habian organizado como parte de un proyecto amplio sobre la participacién de los nce de Ia jgualdad de género.* hombres en el + Prftsoraimestgadora del Departamento de Fducacin y Comunicacn de 1a Unters Auton Metropolitana Roehimieo "Tos nombres de Jes paripante las staciones que podvian identifiers ‘nan sido cambiaclos para prteget sv anonimato "Ear taba es el real de tna asciaciin temporal entre ef propeeto EL sige de Ia sexual y Ia reproduccin para ls hombres: salud, por y yé- tian el Proyecto de tabsjo sobre maseulinidad, con comnidades rales de Mi wa SUBJETIVIDADES, SEXCAEIDAD ¥ REPRODUECION Sus narraciones no se consideran aqui expresiones de identidac des exenciales, sino prorhucciones dialdgicas te significado dentvo de relaciones de poder con investigadoresy activists. Sin embargo ‘umbién hablan los esfnerzos de estos hombres por dar sentido sex experiencia subjeda frente a Tos varios discusos sociales que poe cenden defini la sexualidad y la reproducvidn en el Meo tom. ‘einporiiico, Son fuentes iniciales de temas que seyuramente sein “olfjeto de anilisisy trabajo conceptual posteriores Cuando le relataba a un investigador* acerea de la historia de sus “aventuras Sebastin express su sorpresa frente a la determina, «ion des compara sexu de contin un pole earn por le pregunté yo, Ella bien sabia que yo era exsade pera me dijo: “Vo qu hijo, pero no quiero exsarme nunca”, “Por qu ‘Porque yo quiero tener un hijo propio pero no quiero tener un expos 0": Me dee, que arias fuera contigo? "|No!”, le dije, “me sorpren devia porque ya tengo un hijo, pero me sorprendo de ti que esti tomando es ecisin”, } ie le ti que estis Seggin este ‘s¢ siente orgulloso y halagado al ser considerado un semental, mus allé de si quiere © no otro hijo. Quizés por eso Sebastiin expre. adelante en ln entrevista “ga qu edo [as mga fan 3 siente conmovido por a compasva comprensiy de ova mage, em especial por la posible presin social para que we easare com ei hod, coon yor Dela Viale. ambos spades por Hac de Lid de ks Fundacion MacArthur, 1997-2000. ™e mnie _"Agraderco Roberto Gard, Yura Rdg yBzabeth Garcia coabo- ‘acién ene abo de campo de ea imenigucon, te a, Ronlendo a une de os exnulos de a etrevia: “Cue ahora Enos, pesto ¥ seascuLDaDAD 123 Ein otro momento Sebastién abunda sobre sui experiencia del so de coneebir: 1 Gnico embariea que disfruté fue con mi esposa porque las otras... ho lo he vivido, Sf tave intimidades con la persona, pero no sabia Alecirle [al entrevistador] si se embaraz6 0 no, pero ait sé hasta yo mis. Ino ine preguntara.. no sé qué haria en ese momento si se embarae ra, peto yo pienso que sila apoyaria, znoz, le echaria dnimos y ala Inejor hasta Jo ayudaria econémicamente [al nite] no mucho. Pero sracias a Dios no tuve la oportunidad de comprobar eso pero stave Ja comprobacién de mi expos Sebastiin se afirma sin dudtas como sujeto de una sexualidad viva aunque 50 si, exclusivamente heterosextial— con miilti- ples parejas, Reve Ta patemicad af queda enmareada en Ta relacisn tusitueional de matrimonio, a tal grado que él gora de la posibil- id de desconocer las consecuencias de sus encuentros sextales. Iimaginando un embarazo fuera del matrimonio, Sebastian se mir 1 si mismo como actor externo en el proceso reproductivo ye otot= si la prerrogativa de ofrecer ayuda o na, y de qué tipo, pues puede sjudar economicamente —aunqiie “no micho" —al niio, Elexpre= reste ofrecimiento como un gesto de generosidad con la pareja el hijo posible. Lo que resulta asombroso para mii mente acaddémica feminista dle clase media ela total ausencia de dilogo entte ellos acerca de ln prevencidn, pues de ese modo él no tendra siquiera que “ofrecer ayuda”. Entonces, apor qué colocarse en una situacién asi, zserén stractivos para d 1 riesgo de embaravo y la graciosa dlerta de ayuda? No se sabe del todo, pero puede ser que Sebastian trate de demostrar aqu‘ lo que él considera un gesto de solidaridad con su paigja, un “trabajo ético sobre sf” (Foucault, 1988 y 1991) al ho elegir el eamnino fell, Qué podrfan significar estas ideas para ‘lavance del cambio social ya igualdad de género, frente al deseo, “I placer y la reproduceién?, qué relaein pueden guardar con una teflesién sobre la relevancia del concepto de “ciudadanta sexual” para la sociedad mexicana actual? Las nociones de soldaridad;uutonomialy decision sobre el pro- pio cuerpo —como lis que se intuyer’en fos ejemplos anteriores— 124 SUWIEIVINADES, siXtAWADAD ¥ RuPRODLEEN son materia dle discusin para una dca cdadana de ta secualidadl2n {gue pueda basarse el ejercicio de los derechos reprodtictives y los derechos sexuales de hombres ¥ mujeres,’ entendiendo é tn proceso de conficto y negociacion siempre telacionals dene, de un contexto de cesigaldades eatructrales. Tal ca potria sas siryal mismo tiempo alimentar un eoncepto ampli declan 1a ciudadania comprende no s6lo los derechos sino las responsabil- Aacles y deberes de los cidadanos... El deber y la obligieidn conlle- ‘an imperativo coereitiva, pero las responsabitidades[..,} son mts ‘ampli y van mus alli del deber. Esta ikima dimension inclaye an compromiso civica, centrado en una participacién aetiva en le vide Prablica (las responsabilidades de la ciudadania}, ast como aspectos simbslicos y étcos que confieren un sentido de idemtidad y de per nencia, un sentide de comunidad. (Join, 1906; 106, uadaccton bre del inglés) ideas para la reflexidn Fineo, por o tanto, no es buscar una nue mone ida, sino inventar priticas que ev Y subor on los modelos «le daminacign le pecado y confesiin, de lo natural y lo perverse "is que sean “pnietieas de Hbertad”, Esto implica na {each contra las peesiones norilizantes de la smoxternidlad qe oscure: libertad, que oeultay una fata de autonoana, etre de una pan. tall de individualism, (Weeks, 1995: 56, caduccid lee del ingles} Cuando se trata de centre la étiea y os d losin a8 dlecisiones sobre los cuerpo a relacién choses un campo de lucha poten en todos ios dee fa autorizacion de sen cuanto al deseo yal plcer basta a isqueda de condiciones legates aciles par ou debi ejerccio (Comvea y Petchesty 2001), Sin embargo, zdeberiauos tose el lenguaje ce los derechos sextales en el contexte de ls rlaclones ‘Gon cada ver mayor frecnenciay en contextos muy dtnbolos se escuchan referencin a os “derechos sexuales yrepreuctivos, Agu sbusn ten poco del lo ‘je para iss en la necesdad de haver una separaetn analitea ente tas dons ‘he nnn bs cn wpe sone antocoreaen ea en ‘muchistegui y Rivas, 2004), = " mca, pesto ¥ MaSCUINAD 129 interpersonales o mis bien deberfamo reserarlo para las interac vs de los eadanos y movimientos sociales con el Estado? En gina ecsin hemes comprobadd la uildad de ete lengvaje para tntnujres que, por ejemplo, defenden st derechoa nese alco ve conjuga a Amuchastegy Ori One, 1060), pero, zdebe eae a mina Foca cuando se trata, por elemplo, del placer, "s coherente hablar del deel al plan y mi ain tratdndone de Velaconeserdteas pariculaves,zdeseamos que el Estado interven tu hasten 56 ambilo de nustas ida? Eva preguntas SOM iM ynitantes parn el trabajo politico sabre derechor sexuales pues Innes ernest dena elaboraion conceptal mus preci i lorar Bae : Yost ora los hombres “heterosexuales” mexicanos no han stad paticularmente actos en cuanto al jello de sun dere: “Tow sexualesy sts derechos reprodctivosfienteal Exo, eal hi significa que muches no hayan hecho var sus prerogatives mio sus Tesponsabiades dentro de sus Felacionesy commu tdes En conte, fs ongunizaciones feminists han sido eda ver insets en constr de a xc ate lo pie y lope promoviendo, por ejemplo a ipiieacion del vol convugal ye la votenca domestica conno delitos (Saaz y Ss en pwoceto de edlin), asf como i apliccin de politica aciles dt Tgidas a eliminar la vulneraildad de las mujeres en esto Si embargo, la partepacion de los iombres en la anticoncepeicn, tna prevencign del v/s yas nfeciones de easmision sexual (its) yer Ta atenein del paro ha sido discuta mis como un aunt tesalud que como un tema cxadano. Por ejemplo, ments que pensin aimenteia est legiada, ls discsiones sabre i licencia ie paternidad en Ia Aambea Legit cel Dist Federal do obstaeizias durante aos. Como tants otras cuestones ‘ela lt masculnidad, el papel de los hombres en extn procexon ‘tha natural y con elo ve evan el excruGni y a eiea. amo un derivado de la preparacion de la Canferenelafnter nacional de Naciones Unidas sobre Poblain y Desarrollo de El Er termine ett entrecomsilado para secalar 2 inesabilida’ de as identi des exuales como productos species de hr modernidad accidental (Weeks, 1998; Butler, 2001; Kace, 185). 126 SUBJETIVIDADES, SEXUALIDAD ¥ REPHODLCEION Cairo en 1994, y de ta Guarta Conferencia Mundial sobre Mujeres en Beijing en 1995, las organizaciones feministas, aunque de mane. ‘8 ambivalente, lograron insertar el tema de la“partiipacin mas. culina® en ta salud sexual y reproductiva en la agenda de politeas piblicas, para ser discutido bisicamente dentro de un marco en pro della igualdad de género y x mejoria del estanis de las mujeres Como resultado de ello, se asignaron fondos para investigacion, activism y politicas pitblicas sobre el papel de los hombres en le salud sexual Ia educacin sexual, la prevenciém del vii/soa y las 1, la anticoneepeién y ls embarazos no planeados, Por su parte, el movimiento guy en México habia ya insistido en la mecesidlad de hacer notar el canicter fumdante de la homofobia para is mascutinidades hegemsnicas, en relacién con el trabajo sobre derechos sexuales, violencia y prevencidn del wi/sibn Pere «en el campo acaclémico pocos studios se habian ocupado del ere. tismo hombrehombre a partir de una perspectiva de yéncro que cstableciera una relacién entre la homosexualidad y las mascul dlades (Ni ,, 1999), Los efectos de algunos procesos estructurales en los itimos 20 aos han evidencindo la necesidad de comprender la rekacion de los hombres con el séneto. Ki his citwades, las reformas los siste- nas y poiticas de seguridad Social, ln destruccion del orden salar, la destegulacin det empleo y la incorporacn masiva de mujere empleo remunerado (Olavarria, 2001) han ocasionad cambios Drofundos en las estructuras de las familias y en las relaciones, tales com el euestionamiento de la autoridad patema y el papel de los Tonibre¥ como inicos proveedores de la unidad doméstiea, prover

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