Con respecto a la historia de la disciplina, 1896 fue un año clave para el desarrollo
del diagnóstico radiológico y la radioterapia. Después del descubrimiento, se
escribieron durante ese primer año un total de 49 libros y folletos y 1044 ensayos
sobre aspectos científicos y posibles aplicaciones de los rayos. En la gran mayoría
se abordaban específicamente las posibilidades del uso médico1.
Debido a las condiciones técnicas, la aplicación de los rayos X primero se limitó a
la descripción de la estructura ósea en el rango de las extremidades. Sin embargo, a
medida que fue creciendo el nivel de conocimiento, también se empezaron a
reconocer numerosas alteraciones anatómicas y enfermedades de los huesos,
haciendo posibles tratamientos más exitosos. La localización de cuerpos extraños,
fracturas, luxaciones y enfermedades óseas eran de gran importancia para el
manejo quirúrgico.
Este notable evento fue merecedor en 1901 del primer premio Nobel de Física, y
resultó en un cambio trascedental en el manejo de nuestros pacientes al aportar la
piedra angular de una nueva especialidad médica de desarrollo vertiginoso: la
radiología, que permitía estudiar al paciente por dentro, haciendo cada vez más
preciso el diagnóstico de las enfermedades.
4. ¿Cuáles son las partes de un chasis y cuáles son los tamaños habituales? Enumérelos y
defínalos.
El chasis radiográfico es una estructura rígida, con forma de caja plana, en cuyo interior se
coloca la película radiográfica y las pantallas de refuerzo para registrar la imagen. Los chasis,
junto con las pantallas de refuerzo, cumplen 3 propósitos fundamentales:
-protegen de la luz la película radiográfica para que no se vele.
-protegen y conservan las pantallas de refuerzo de posibles daños externos, como arañazos,
rayaduras y otros.
-procuran un perfecto contacto entre la película y las pantallas (evitan posibles zonas de
borrosidad).
Estructura.
El chasis convencional está formado por dos caras, una anterior y otra posterior. Ambas caras
están unidas por una bisagra y un sistema de cierre, gracias al cual el sistema chasis/película
resulta completamente impenetrable a la luz.
Cara anterior: se coloca siempre frente al haz de radiación, está fabricada de aluminio (antiguas)
o de materiales plásticos (fibra de carbono o de vidrio) en cualquier caso, sea cual sea el material
utilizado, ha de ser radiotransparente para no interferir en la información aportada por el haz
incidente.
Cara posterior: lleva por lo general un recubrimiento interno de plomo, para absorber la
radiación residual que haya sido capaz de atravesar la película.
Tanto la cara anterior como la posterior llevan en su interior una capa de fieltro, goma, espuma u
otros materiales similares, en ellos se montan las pantallas intensificadoras con la finalidad de
asegurar un íntimo contacto entre la pantalla y la película.
Los tamaños de los chasis más utilizados son: 8x10, 10x12, 11x14, 14x14, 14x17 (pulgadas) 9 ½
x 9 ½ para seriografo.
Proyeccion: las diferentes proyecciones radiográficas responden al sentido del rayo central con
respecto a los diferentes planos del cuerpo, es decir por donde entra y por donde sale el rayo:
Proyección anteroposterior (AP): el rayo incide por la cara anterior y sale por la cara posterior de
la zona a radiografiar.
Proyección posteroanterior (PA): el rayo incide por la cara posterior y sale por la cara anterior a
radiografiar.
Proyección lateral (L): el rayo incide por una de las caras laterales y sale por la otra cara lateral
de la zona a radiografiar.
Proyección oblicua (O): el rayo incide por una zona intermedia entre las zonas anteriores y
laterales o posteriores y laterales, de manera que nos encontramos con las siguientes
proyecciones oblicuas:
Oblicua anterior derecha o izquierda (OAD-I)
Oblicua posterior derecha o izquierda (OPD-I)