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EL JUICIO Y LA MISERICORDIA DE DIOS

TEXTO: Oseas 1:6 – 2:1

Introducción

Después del nacimiento de “Jezreel”, su primer hijo, Oseas seguía viviendo con Gomer, a pesar
que las cosas no marchaban nada bien; ya que cuando Gomer se embarazó por segunda vez, fue
por fruto del adulterio. Gomer ya estaba siendo infiel a Oseas. Después de su primer hijo, Dios
usó el nacimiento de dos hijos más, provenientes del adulterio, para hablar a Oseas. Por medio
del nombre que Dios le ordenó darles, el Señor continuó preparando al profeta para ministrar Su
Palabra al pueblo. El mensaje de Dios sigue siendo el mismo - juicio viene sobre la casa de
Israel (v.6, 9). Sin embargo, el mensaje de juicio se complementa con la revelación de la
misericordia y la gracia de Dios (v.7, 10-11). El castigo de Dios no sería Su última palabra; los
nombres de los hijos serían cambiados (Os 2:1):

“Lo-ruhama” vendría a ser “Ruhama” (‘Compadecida’)


“Lo-ammi” vendría a ser “Ammi” (‘Pueblo mío’)

1. EL JUICIO DE DIOS (v.6, 9)

El juicio de Dios está resumido y representado en los dos siguientes hijos que nacieron a Gomer:
“Lo-ruhama” (v.6) y “Lo-ammi” (v.9). ¿Qué representaban (los nombres de) estos hijos? ¿Cuál
era el mensaje de Dios, por medio de ellos?

a. Dios Destruirá la Casa de Israel (v.6)

Luego del nacimiento de Jezreel, Gomer concibió otra vez. Esta vez, nació una hija 1. El texto no
afirma que era hija de Oseas; simplemente dice, “Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija”
(v.6a). La impresión que tenemos es que la infidelidad de Gomer ya había comenzado, aunque
ella seguía viviendo en la casa de Oseas. Dios le mandó al profeta nombrar a la bebita, “Lo-
Ruhama” 2, que significa, ‘no compadecida’.

La raíz del nombre es el verbo ‘raham’. Este verbo significa ‘gran compasión proveniente del
amor paternal’3; ‘es el amor tierno de aquel que se compadece’ (ver Is 49:15).

1
¿Simbolizará algo el hecho que Lo-.ruhama fuese mujer, y no varón? Algunos comentaristas dicen que
señala la debilidad de los reyes que siguieron a Jeroboam II. Otros afirman que el sexo femenino simboliza
la debilidad del pueblo de Israel. Una vez que su “arco” fue quebrado (v.5), la nación de Israel quedó
expuesta, como una mujer que recibe maltrato a manos de hombres violentos. Otra idea es que Lo-
ruhama representa aquella compasión y misericordia que caracteriza al sexo femenino, pero que ahora
estaría ausente en Israel.
2
Algunos opinan que “ruhama” es un participio mutilado, habiendo perdido la letra inicial (‘mem’). La
dificultad con esta interpretación es que el negativo, “lo”, nunca está conectada con un participio. La
alternativa es que la palabra “ruhama” es el verbo (tercera persona, tiempo perfecto, forma femenina – Keil
y Delitzsch), y que en este contexto tiene el sentido de ‘la no compadecida’.

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Aunque la bebita fue el fruto del adulterio, el propósito de Dios no era que Oseas la rechazara,
sino que la viera como un símbolo de la nación de Israel. Dios confirma el significado del
nombre, cuando declara “no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del
todo” (v.6). Para el ministerio profético de Oseas, este nombre era muy importante. Señalaba
dos cosas que Dios quería que Oseas resaltara:

[1] El Tiempo de Gracia se Había Acabado

En tiempos pasados Dios había mostrado gran amor y compasión para con Su pueblo (ver Neh
9:27-31; 2 Rey 13:23). Esta gracia se manifestó aun en los días de Jeroboam II (ver 2 Rey 14:25-
27). Sin embargo, Dios ahora advierte que ya no tendría más compasión de Israel 4. Por años, Él
había soportado sus infidelidades y apostasías; por años les había perdonado sus pecados; por
años les había enviado a Sus siervos, los profetas. Lamentablemente, el pueblo de Israel no supo
estimar estas expresiones de amor y de gracia de Dios. Por lo tanto, no habría más perdón o
misericordia. ¡Qué trágico para Israel! Una cosa era perder una batalla, y ser invadido por una
nación pagana (como el nombre ‘Jezreel’ implica; ver v.3-5); pero, perder la compasión de Dios
era mil veces peor. Significaba que ya no habría la oportunidad para el arrepentimiento, ni para
volver a Dios. El día de gracia se había acabado.

En segundo lugar, el nombre ‘Lo-ruhama’ significaba:

[2] El Tiempo de Juicio Había Llegado

Al explicar el nombre. ‘Lo-ruhama’, Dios concluye diciendo, “los quitaré del todo”. La frase en
hebreo es difícil de traducir, por dos razones.

i. En primer lugar, no está claro cual es el significado de la palabra ‘nasa’ (traducido en


la RV, “quitaré”). El término ‘nasa’ significa ‘levantar’. A veces, el verbo ‘nasa’ se
usa en el sentido literal, y significa ‘alzar’ (ver Gén 7:17; 13:10; etc.), ‘tomar’ (ver
Gén 27:3), o ‘traer’ (ver Gén 37:25). Si tomamos la palabra en ese sentido, lo que
Dios estaría diciendo es que Él iba a ‘levantar’ a Israel, y llevar a la nación entera al
cautiverio.

Pero la palabra ‘nasa’ también puede ser usado en una manera figurativa, en el
sentido de ‘perdonar’5 (ver Gén 18:24; 50:17; Ex 10:17; etc.). Si Dios está usando la
palabra en ese sentido, entonces la advertencia de Dios sería que ya no perdonaría
más al pueblo de Israel (como traduce la BDLA, “no los perdonaré”).

Al final ambas cosas terminan siendo ciertas, pues al acabarse la compasión de Dios,
los pecados de la nación de Israel no iban a ser perdonados más. Como
consecuencia, serían ‘alzados’ y llevados al exilio.

3
Comparar la palabra ‘storge’, en griego. Pablo cita este verso, en Rom 9:25, y usa el verbo ‘agapao’
(‘amar’); Pedro también lo cita, pero usa el verbo ‘eleeo’, ‘tener misericordia’ (1 Ped 2:10).
4
La palabra, “más”, traduce el término ‘yasaf’, que significa ‘otra vez’ o ‘volver’ (ver Gén 4:12; 8:10, 21;
18:29; etc.). Por ende, el sentido de la frase es: ‘no volveré a compadecerme’ (comparar NVI y DHH) o
‘no me compadeceré otra vez’.
5
Esta traducción se debe a la idea de que, al perdonar a alguien, el pecado (o la culpabilidad de ello) es
‘levantado’ (quitado) de la persona.

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ii. El segundo problema es que en el texto original la palabra ‘nasa’ se repite. La
traducción literal, entonces, sería ‘Quitándolos, los quitaré’ (Calvino) o
‘Perdonándolos, los perdonaré’ (el Tárgum). La NVI traduce, “le negaré el perdón”.
La duplicación de palabras en hebreo es una forma de dar mayor énfasis a la acción;
por eso la RV traduce: “los quitaré del todo”, mientras que la Biblia de las Américas
traduce, “No los perdonaré jamás”, procurando de esta manera transmitir la idea de la
duplicación de la palabra en el idioma hebreo, pero sin repetir el mismo termino en
español.

A pesar de las diferencias de traducción, todos concuerdan que el sentido fundamental de la frase
es que Dios había decidido dejar de mostrar misericordia hacia Israel. Por ende, no perdonaría
más sus pecados, sino que los enviaría al exilio.

El cumplimiento de esto se dio en 724 a.C., cuando Asiria puso sitio a la ciudad de Samaria,
tomándola en 722 a.C., y enviando a las diez tribus del norte al exilio (2 Rey 18:9-12). ¡La
misericordia se había acabado para Israel!

APLICACIÓN: ¿Estamos menospreciando la gracia de Dios (ver Rom 2:4-5)?


¿Seguimos pecando, a pesar que Dios nos está llama al arrepentimiento?
¿Prescindiremos de la misericordia de Dios, por la dureza de nuestro corazón?
¿Seremos como Sansón?
¿Seremos cómo los líderes religiosos, en el tiempo de Cristo?

b. Dios Desechará al Pueblo de Israel (v.9)

Después de algunos años, habiendo destetado a Lo-ruhama 6, Gomer salió otra vez en estado (v.8).
Es más que probable que este tercer hijo (al igual que Lo-ruhama) fue engendrado por otro
hombre, no por Oseas. La tragedia matrimonial de Oseas se profundizaba, (31) y a la vez
reflejaba la manera en que Israel había abandonado a Dios, para ir tras sus ‘amantes’ espirituales
(los ídolos, etc.).

Dios ordenó a Oseas que (32) su tercer hijo se llame, “Lo-ammi”7. El significado de “Lo-ammi”
es claro: “vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios” (v.9). Cuando Dios sacó a Israel
de Egipto, se comprometió con ellos, y pidió que ellos se comprometieran con Él (ver Ex 20:2;
19:5). Sobre la base de este compromiso mutuo, se estableció el pacto (Ex 24:3-8).
Lamentablemente, aun estando en el desierto, Israel demostró la superficialidad de su
compromiso con Dios (Ex 32:1-4). A lo largo de los años, esta falta de compromiso con Dios se
demostró una y otra vez, poniendo en riesgo el pacto con Dios.

6
No sabemos a qué edad Gomer destetó a Lo-ruhama, pero podría haber sido entre los dos y tres años
(comparar 1 Sam 1:21-24; 2:11).
7
Este nombre consiste en la partícula negativa, “lo”, seguida por la palabra “ammi”, que proviene del
sustantivo, “am”, que significa ‘pueblo’ (en el sentido, de una agrupación de gente). Dios aplica esta
palabra a Israel en Ex 3:7, cuando dice: “he visto la aflicción de mi pueblo”.

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EJEMPLOS: El tiempo de los jueces; la idolatría de Jeroboam I, cuando éste estableció el reino
del Norte; y durante el reinado de Acab, quien introdujo el culto a Baal.

Después de haber mostrado tanta paciencia, Dios aparentemente anula el pacto, y declara por
medio de Oseas, “vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios”. Debemos observar que
en el texto original, no está la palabra “Dios”; los traductores de la RV añadieron esta palabra,
queriendo darle sentido más claro al verso. Sin embargo, sería mejor omitir el nombre divino, y
traducir el texto más literalmente: ‘ni yo seré para ustedes’. No será Esposo, ni Defensor, ni
Proveedor, ni Salvador. En otras palabras, Dios rehúsa comprometerse más a ser su Dios, y estar
a favor de ellos.

En resumidas palabras, el nombre, “Lo-ammi”, señala el punto de quiebre para Israel. Es un


momento dramático en el desarrollo del Antiguo Testamento, y en la historia de Israel.
Aparentemente el pacto estaría en su fin; Dios rehúsa ser el Dios de Israel.

APLICACIÓN: ¿Somos parte del pueblo de Dios? Muchos cantamos, ‘Somos el pueblo de Dios;
somos un pueblo especial’; pero, ‘nos portamos como tal o nos estamos
engañando? ¿Estamos corriendo el riesgo de ser desconocidos por Dios, y de
perder el derecho de ser llamados ‘pueblo de Dios’?

Habiendo estudiado el significado de estos dos nombres: Lo-ruhama y Lo-ammi, tenemos que
hacer una pregunta importante. ¿Sería el juicio de Dios el final de Israel? ¿Realmente se
anularía el pacto entre Dios e Israel? ¿No es acaso Dios alguien que siempre cumple Sus
propósitos? Las respuestas a estas interrogantes están implícitas en Deut 28:15-68
(particularmente en los v.64-68), donde Dios indica que el juicio contra Su pueblo, aun cuando
este implique el destierro, no sería la última palabra.

Es interesante notar que en el caso de la relación entre Oseas y Gomer (que es una suerte de
parábola, describiendo la relación entre Dios e Israel), Dios nunca mandó a Oseas a divorciarse
de Gomer. Eso nos da esperanza de que luego del juicio que indudablemente tiene que venir
sobre Israel, vendría un tiempo de restauración espiritual. Deut 30:1-6 confirma esta esperanza, y
este es el siguiente punto que veremos del ministerio profético de Oseas.

2. LA MISERICORDIA DE DIOS (v.7, 10-11)

Al llamar a la segunda hija, “Lo-ruhama” (v.6), Dios indicó que Su paciencia hacia Israel había
llegado a su fin; sin embargo, aun había esperanza para el reino de Judá. Ellos sí iban a
experimentar la misericordia de Dios (v.7). Y esa misericordia nos da, en la actualidad, la
esperanza de una mayor misericordia, que Dios manifestará un día hacia todo Su pueblo (v.10-
11); ver Rom.9:26.

a. La Misericordia Hacia el Reino de Judá (v.7)

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El contraste aquí es dramático. Aunque el juicio de Dios estaba por caer sobre Israel, Judá
continuaba experimentando la gracia de Dios. Él mismo afirmó que seguiría mostrando
misericordia hacia el reino del sur.

¿Cómo se manifestaría esta misericordia? De dos maneras principales:

[1] Dios los Salvaría

El verbo que Dios emplea para hablar de Su salvación es ‘yasha’, que significa ‘defender’,
‘ayudar’, ‘salvar’. Este verbo se usa en Ex 2:17, para describir la manera en que Moisés defendió
a las hijas de Jetro de unos pastores abusivos. También se usa en Ex 14:30 para hablar de la
salvación que Dios efectuó, cuando mató al ejército egipcio en el Mar Rojo. Otros textos
interesantes en el cual se usa este verbo, incluyen Núm 10:9 y Deut 20:4. Qué tremendas
palabras leemos en Deut 33:29:

“Bienaventurado tú, oh Israel.


¿Quién como tú,
Pueblo salvo por Jehová...?”

[2] Dios los Salvaría Personalmente

A veces Dios salva por medio de instrumentos humanos (ver Juec 2:18; 6:36; etc.); pero en este
caso Dios promete salvar a Judá personalmente: “no los salvaré con arco, ni con espada, ni con
batalla, ni con caballos ni jinetes” sino “por Jehová su Dios”. Frente a la creciente amenaza de
Asiria, tanto el reino de Israel como el reino de Judá estarían evaluando sus estrategias político-
militares, para hacer frente al enemigo (ver Is 7). Sin embargo, Oseas anima al pueblo de Judá a
poner su confianza en Dios, no en los hombres.

Esta fue la confianza de David, cuando salió a pelear con Goliat (ver 1 Sam 17:47); comparar Sal
7:10; 17:7; 20:6; 33:16-19. Muchos años después, Jeremías dijo al pueblo de Judá, ‘Maldito el
hombre que confía en el hombre; bendito el hombre que confía en Dios’.

Esta profecía de Oseas se cumplió en el año 714 a.C., cuando Dios salvó a Jerusalén de la
invasión de Asiria (ver 2 Rey 18:17 – 19:37, y comparar Is 37). Es interesante notar que el rey
Ezequías usa el verbo, ‘yasha’, cuando ora a Dios, clamando que salve a su nación de los asirios
(ver 2 Rey 19:19). Podría ser que en medio de su oración él recordaba la profecía de Oseas.

La victoria que Dios dio sobre el ejército asirio fue contundente. En 2 Rey 19:35 leemos que el
Ángel de Jehová pasó por el campamento de los asirios, y mató a 185,000 hombres, poniendo fin
a la amenaza de Asiria. El pueblo de Dios no levantó ni un dedo; Dios hizo todo, en
cumplimiento de Su palabra (comparar 2 Crón 32:22, que usa el verbo ‘yasha’).

Es interesante notar la frase, “por Jehová su Dios”. El uso del pronombre, “su”, pareciera indicar
que Dios se distancia de la nación de Israel, y afirma que ya no es su Dios 8, sino el Dios de Judá.

8
Aunque la nación de Israel no había explícitamente rechazado el culto a Jehová, sino que aparentaban
adorarle bajo la figura de becerros de oro, etc., el culto falso que habían desarrollado desde los días de

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LECCIONES

i. Dios salvó al pueblo de Judá, no tanto porque lo merecía, sino porque fue una expresión
más de Su gracia y misericordia. Al escuchar el juicio de Dios sobre la nación de Israel,
y enterarse del propósito de Dios de salvarlos, el pueblo de Judá seguro debió haber
manifestado un tremendo agradecimiento y humildad.

ii. Al escuchar que los iba a salvar personalmente, y no por medio de instrumentos
humanos, Dios estaba llamando al pueblo de Judá a confiar en Él, y no en ‘salvadores’
humanos.

b. La Misericordia de Dios Hacia Israel (v.10-11)

Uno de los hermosos aspectos de la revelación del carácter de Dios a través de los profetas, es
que el juicio de Dios (la ira divina) no es la última palabra. Después del juicio viene la
misericordia y la restauración. Esto es para que las promesas hechas a Abraham (de una
numerosa posteridad, la cual sería para la bendición de las naciones) sean cumplidas, pues Dios
siempre será fiel a Su palabra, a pesar de la infidelidad de Su pueblo.

¿Qué implica la restauración de Israel? Veamos los siguientes elementos:

i. El Pueblo Sería Restaurado Numéricamente (v.10a)

Dios había prometido a Abraham que sus descendientes serían tan numerosos como la arena del
mar y las estrellas del cielo (Gén 13:16; 15:5; 17:4-6). El pecado de Israel había puesto en riesgo
esta promesa (por los repetidos juicios de Dios, y la muerte de cientos de miles de judíos – a lo
largo de los años, y particularmente, en el exilio). Sin embargo, la gracia de Dios siempre será
más grande que todo pecado, y ahora Dios promete una vez más: “será el número de los hijos de
Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar”. ¡Aunque el hombre sea infiel,
Dios permanece fiel (2 Tim 2:13)!

ii. El Pueblo Sería Restaurado Espiritualmente (v.10b)

La restauración numérica iría de la mano con la restauración espiritual. A las personas a quienes
Dios dijo, “Vosotros no sois pueblo mío”, les diría un día: “Sois hijos del Dios viviente”. Aquí
Dios promete volver a ser el Dios de Israel. Luego de un tiempo de ‘distanciamiento’, habría una
reconciliación, y eso vendría acompañado por una restauración espiritual.

El texto indica que esta restauración espiritual se dará: “en el lugar en donde les fue dicho:
Vosotros no sois pueblo mío…” ¿Cuál sería este “lugar”? El Tárgum indica que sería el lugar
donde fueron exiliados: “Y será que en el lugar donde vivían en exilio entre las naciones,
cuando transgredieron mi Ley y donde se les dijo, ‘Ustedes no son mi pueblo’, ellos volverán y
serán engrandecidos, y llamados el pueblo de Dios”9.

Jeroboam I terminó siendo culto a los demonios, y no a Jehová (Calvino).


9
The Book of Hosea, The Pulpit Commentary, p. 8.

19
Es el arrepentimiento que permite la restauración espiritual del pueblo de Dios, y el
cumplimiento de su misión terrenal.

NOTA: En Romanos 9:25-26, vemos que esta profecía se extiende hacia nosotros (los gentiles),
indicando que las personas que por siglos fueron consideradas excluidas del pueblo de
Dios, llegaron a ser llamadas ‘pueblo de Dios’, a través del evangelio y así alcanzaron la
salvación en Cristo Jesús (ver Efe 2:11-22; 1 Ped 2:9-10) .

iii. El Pueblo Sería Restaurado Políticamente (v.11)

Desde los días de Salomón, el pecado trajo división en el pueblo de Israel; esta división se fue
acrecentando, hasta que se formaron dos naciones totalmente independientes: ‘Judá’ e ‘Israel’.
Aunque el pecado culminó en el exilio de ambos pueblos, esto no implicó el fin de los judíos
como nación. La restauración espiritual de los judíos traería como consecuencia una
restauración política.

Veamos tres detalles de esta restauración política:

[1] Los dos pueblos (“Judá” e “Israel”) se unirán. El texto dice, “se congregarán”. Tenemos
profecías parecidas en Is 11:11-13; Jer 3:18; Ezeq 37:15-28.

[2] Los dos pueblos “nombrarán un solo jefe”. La trayectoria de la dinastía davídica implicaría
que este “jefe” tendría que ser de la línea de David, aunque Oseas no lo especifica. En Ezeq
34:23-24 leemos de un descendiente de David que gobernará sobre el pueblo de Dios; pero en ese
caso, no será por decisión del pueblo, sino por nombramiento de Dios: “(yo) levantaré sobre
ellas a un pastor” (ver Jer 23:5-8). En Oseas 3:5 leemos que será el pueblo quien buscará a
Dios, pero esto será como consecuencia de lo que Dios hizo primero.

[3] Los dos pueblos “subirán de la tierra”; es decir, de la tierra del exilio. Es interesante notar
que esta expresión viene del éxodo (ver Ex 1:10; 12:38; Núm 32:11), indicando que el retorno del
exilio sería una recreación del éxodo que marcó el inicio del pueblo de Israel.

¿Cuándo se cumplirá esta promesa? Algunos afirman que se cumplió en los siglos 6 y 5 antes de
Cristo, cuando los judíos volvieron del exilio babilónico, y se establecieron una vez más como
nación en Palestina. Aunque este fue un cumplimiento literal de esta profecía, el número de
judíos que volvieron en esa fecha (principalmente de la tribu de Judá), juntamente con las
dificultades que enfrentaron en ese tiempo, indica que en el mejor de los casos, ese fue
simplemente un cumplimiento parcial de la promesa; quizá un anticipo del cumplimiento mayor
que se daría posteriormente.
Los que optan por un cumplimiento mayor a esta promesa, después del retorno del exilio, se
dividen en dos posiciones: los que afirman un cumplimiento literal, y los que afirman un
cumplimiento espiritual.

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[1] Un Cumplimiento Literal

a. La mayoría de comentaristas judíos afirman que esta promesa se cumplirá, literalmente, en los
días del Mesías. Kimchi, por ejemplo, afirma: “Esto ocurrirá cuando los exiliados se reúnan
en los días del Mesías, porque los que subieron al segundo templo fueron solo los de Judá y
Benjamín que fueron exiliados en Babilonia, y en ese tiempo los de Judá y los de Israel no se
reunieron. Además nombrarán un nuevo jefe – quien es el Mesías” 10.

b. Otros afirman que el verdadero cumplimiento se dio en el año 1948, cuando los judíos
volvieron a Palestina, y crearon el estado moderno de Israel.

c. Un tercer grupo (netamente cristiano) afirma que esta profecía recién se cumplirá en el
milenio, cuando la gran mayoría de los judíos se convertirán al Señor, y serán restaurados a la
tierra de Palestina, como una nación política.

[2] Un Cumplimiento Espiritual

a. Algunos optan por una interpretación espiritual de esta profecía, y afirman que la promesa se
cumple en la época de la Iglesia, en la conversión de los gentiles. La manera en que Pablo y
Pedro citan este texto (en Rom 9:25-26 y 1 Ped 2:10, respectivamente) parece sustentar esta
interpretación.

b. Otros afirman que aunque el verso 11 habla específicamente de los judíos, el contexto es uno
de restauración espiritual, no política. Por ende, esta profecía está hablando de la conversión
de los judíos a la fe cristiana, aceptando a Jesús de Nazaret como el verdadero Mesías. Bajo
esta fe, todo judío, sea de ‘Judá’ o de ‘Israel’, se volverá a unir espiritualmente – no tanto
como nación, sino en el cuerpo ‘místico’ de Cristo.

De lo que sí podemos estar seguros, es que cuando Dios cumpla esta promesa, “el día de Jezreel
será grande” (v.11b). Aquí el profeta culmina su mensaje profético invirtiendo el nombre de sus
hijos: Lo-ammi se volverá “Ammi” (Os 2:1); Lo-ruhama se volverá “Ruhama” (Os 2:1); y el
significado de ‘Jezreel’ cambiará de ‘ser esparcidos’ (en el exilio) a ‘ser sembrados’ en la Tierra
Prometida.

Conclusión

Dios se ha revelado como justo y misericordioso. Pero, ¿cómo reconcilia estas dos cualidades,
frente a los pecadores? La respuesta está en el Salmo 85; especialmente el v.10. Esto se cumplió
en la cruz del calvario. ¡Qué gran privilegio el poder gozar de esas cualidades de Dios a través de
Jesucristo! Siendo nosotros gentiles, tan imperfectos, nuestro ser debe gastarse agradeciendo ese
don.

10
The Book of Hosea, Pulpit Commentary, p. 9.

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