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El insomnio y las emociones tienen un vínculo muy estrecho. De hecho, es probable que en
más de una ocasión te hayas despertado malhumorado, irritable o decaído después de una
noche en la que dormiste poco y no pudiste descansar lo suficiente.
Como media, pasamos 25 años de nuestra vida durmiendo. Es mucho tiempo. Y eso nos
indica la enorme importancia del sueño, tanto a nivel fisiológico como psicológico. Dormir
menos de 6 horas al día puede tener efectos nefastos a corto y largo plazo, tanto para
nuestra salud como para nuestro equilibrio emocional.
Primero estas personas durmieron con normalidad en sus casas para someterse a una serie
de pruebas a la mañana siguiente. Luego, durante tres días, debían irse a la cama dos horas
más tarde y levantarse una hora más temprano de lo habitual. Por la mañana realizaron
pruebas de precisión y capacidad de respuesta, así como tests para evaluar las emociones
positivas y negativas que estaban experimentando.
En este caso, los participantes realizaron una serie de test después de haber dormido como
de costumbre y tras una noche insomne mientras los investigadores medían su actividad
cerebral. Una de las pruebas consistió en pedir a las personas que indicaran la dirección en
la que se movía un punto amarillo sobre distintas imágenes que tenían una valencia
emocional positiva, negativa o neutral.
Curiosamente, quienes habían dormido bien eran capaces de identificar la dirección del
punto sobre las imágenes neutrales más rápido y con mayor precisión. En cambio, quienes no
habían dormido tenían dificultades para identificar el punto sobre todas las imágenes, lo
cual significa que también estaban reaccionando ante las neutrales.
Haber pasado una noche sin dormir distraía a las personas, activando la amígdala, el centro
de control emocional en el cerebro que detecta las señales más sobresalientes del entorno,
de manera que tomaban los estímulos neutros como amenazantes.
“Esos resultados revelan que, sin dormir, se altera el mero reconocimiento de lo que es
emocional y lo que es un evento neutral. Podemos experimentar provocaciones emocionales
similares de todos los eventos entrantes, incluso los neutrales, y perder nuestra capacidad
de resolver más o información menos importante. Esto puede conducir a un procesamiento
cognitivo sesgado y un juicio pobre, así como a la ansiedad”, concluyeron los investigadores.
Eso explicaría nuestra irritabilidad cuando dormimos mal.
El cerebro insomne
Al parecer, cuando no descansamos lo suficiente se afecta el control cognitivo de la
emoción, el cual es fundamental para responder de manera adaptativa al medio. En
práctica, las zonas de la corteza prefrontal, que serían las encargadas de regular la
activación emocional que se produce en el sistema límbico, dejan de ejercer diligentemente
su función de control, de manera que se produce una hiperreactividad emocional. Eso
explicaría la profunda conexión entre insomnio y emociones.
La materia blanca está compuesta por fibras largas y aisladas que conectan las células
cerebrales de la materia gris. La materia blanca, por tanto, sería la que permite que nuestro
cerebro funcione de manera eficaz y rápida, facilitando la velocidad y la conectividad entre
las neuronas.
Cuando esta conexión falla o se vuelve más lenta, se afectan las conexiones entre las
diferentes zonas del cerebro, de manera que no podemos ejercer el autocontrol con tanta
eficacia y el cerebro emocional campa a sus anchas.
Por supuesto, dormir es un proceso altamente individual. Hay personas que necesitan dormir
ocho horas todas las noches y otras que pueden descansar con menos. Lo más importante es
que cada quien logre encontrar su equilibrio. Lo sabrás por tu estado de ánimo al día
siguiente. Si estás de buen humor y alerta cuando te levantas significa que tus hábitos de
sueño son beneficiosos. Si no es así, deberías replantearte tu rutina, por el bien de tu salud
física y tu equilibrio emocional.
Fuentes:
Saksvik, I. et. Al. (2020) Mild to moderate partial sleep deprivation is associated with
increased impulsivity and decreased positive affect in young adults. Sleep: zsaa078.
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Simon, E. B. et. Al. (2015) Losing Neutrality: The Neural Basis of Impaired Emotional Control
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Short, M. A. & Louca, M. (2015) Sleep Deprivation Leads to Mood Deficits in Healthy
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