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Se puede predecir un cliente enfadado con poca disposición a que se le colabore ya que ni siquiera
aporta el nombre para la oportuna solución a lo que exige, no se calma y atropella con las palabras
a la asesora, quiere su dinero de vuelta como sea y la recomienda prudencia, la call center trata
por todos los medios de atenderle y solucionar al final promete finalizar la llamada si no colabora
Atender a clientes es algo que a muchos nos gusta hacer y es que es una profesión que llega a ser
muy bonita. Algunos clientes hacen que nuestro trabajo sea un trabajo que nos encanta y con el
que nos podemos sentir de lo más útiles ayudando a la gente. Pero, no todo es tan bonito como
nos gustaría en el mundo de la atención al cliente, ¿verdad? Vamos a ver qué podemos hacer para
que el trato a un cliente enfadado sea más leve.
Una vez estamos en línea con un cliente enfadado o lo tenemos delante, los pasos a seguir para
reconducir la situación son los siguientes:
1-. Dejar hablar primero al cliente: es importante que dejemos hablar primero al cliente de modo
que este se pueda desahogar y nosotros podamos entender cuál es la situación que lo ha llevado a
estar de este modo. También debemos señalar en este punto que, si el cliente está alterado y
grita, por ejemplo, no podemos decirle que se calme o ponerle mala cara. Es importante que nos
vea tranquilos y con una expresión amable.
2-. Intentar darle a entender el porqué de la situación y hacer las gestiones oportunas: el siguiente
paso es darle opciones al cliente y explicarle el porqué de las cosas. Los clientes, en muchas
ocasiones, no conocen el funcionamiento de la empresa y este puede ser parte del problema. Es
importante que les expliquemos las cosas, con calma, y hagamos las gestiones necesarias en caso
necesario.
3-. Ofrecer las soluciones que tengamos al alcance: no todos los clientes se calmarán con los pasos
uno y dos, pero sí pueden mejorar mucho las cosas si ven que les buscamos y que les ofrecemos
soluciones. Esta es la parte en la que el resto de clientes, salvo un número reducido, suelen
aceptar las cosas y calmarse para seguir llevando una conversación adecuada.
4-. Despedirnos del cliente con la solución aportada y recordarle que estamos a su disposición. Si
hemos sido amables, es posible que el cliente se marche bastante más contento de lo que ha
llegado.
NO TODOS LOS CLIENTES SON IGUALES
Debemos tener en cuenta que no todos los clientes son iguales y que, lo que nos funcionará con
uno, no nos funcionará con otro. Es por ello que una gran parte de la solución a estos problemas
se consigue con la experiencia que hemos obtenido a la hora de tratar a los demás clientes. Si
acabamos de empezar en este mundo, es importante que prestemos atención a cómo gestionan
los problemas las compañeras o compañeros que tenemos.
Y, por último, debemos tener claro que, por mucho que hagamos, no siempre conseguiremos
tener al cliente contento y es que hay clientes que no buscan soluciones, sino simplemente
desahogarse. En este caso, lo más importante es entender que haga lo que haga este cliente o diga
lo que diga no es nada personal que vaya con nosotros, sino que es algo relacionado con la
empresa. Es nuestro trabajo tratar de tener al cliente contento, pero no siempre lo
conseguiremos.
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Haz seguimiento
Nunca des por cerrada una incidencia en falso porque puede estar
fraguándose un problema mayor del que tenías sin ser consciente de lo
que está ocurriendo.
Un email o una llamada cuando tengas notificación por parte del
departamento correspondiente tienen un efecto balsámico sobre los clientes
enfadados. Les estás demostrando un interés que apreciarán mucho y te
servirá para aprender de los errores.
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Posponer el conflicto no hará que desaparezca, sólo resultará en dos cosas: el cliente decide
que no vale la pena empeorar el asunto y se calma, o se enoja tanto que la siguiente vez que
tengas noticias de él será por la vía legal.
Tal vez creas que te puedes dar el lujo de perder un cliente insatisfecho, pero no es verdad.
Cuando tenemos una buena experiencia con una compañía, tenemos la costumbre de
contarle a otras tres personas acerca de esto.
La divulgación positiva es maravillosa para un negocio. Sin embargo, alguien que está
insatisfecho con una situación se lo cuenta en promedio a unas 11 personas. ¿Te das cuenta
de cómo se perjudica tu negocio? Y hay un riesgo aún mayor si eres el único propietario,
porque sabrás más acerca del enojo de tu cliente a través de otras vías.
Por supuesto que nadie quiere entrar a la guarida del león y enfrentarse a un cliente
enojado. No obstante, debes ponderar el valor que esta persona representa para ti, tu
reputación y tu compañía. En la mayoría de los casos vale la pena encararse al cliente
enojado y resolver la situación tan pronto como sea posible.
A continuación te propongo nueve pasos que he elaborado para enfrentar y disipar el enojo
de una persona.
Estos consejos funcionan bien en la mayoría de las situaciones porque prestas la atención
que requiere la insatisfacción del cliente.
1. Reconoce de inmediato el enojo de un cliente. Nada echa más leña al fuego que ignorar
o menospreciar el enojo de otra persona. Entre más pronto reconozcas verbalmente su
molestia, mejor.
2. Deja en claro que estás preocupado por la situación. Dile que estás consciente de lo
enojado que está. Comunícale que asumes la situación en serio y toma nota de todos los
detalles que te dé.
4. Mantén la calma. La mayoría de las personas enojadas dice cosas que no sienten.
Aprende a pasar por alto esos detalles y analiza la situación después de que hayas resuelto
el reto en cuestión, sólo si sientes que es necesario hacerlo.
5. Haz preguntas. Tu objetivo es descubrir las cosas específicas que puedes hacer para
corregir el problema. Trata de obtener información precisa acerca de las dificultades
causadas por el problema, más que sólo disipar el enojo del cliente.
6. Trata de que hable acerca de alguna solución. Aquí es donde sabrás qué tan razonable
es este cliente. Para cuando llegues a este paso, el enojo debió haberse enfriado lo
suficiente para analizar el reto de manera racional. Si esto no ha ocurrido, dile que quisieras
programar una cita para más tarde, aunque sea una hora después, para llegar a una solución
razonable. Déjalo descansar de sus emociones a su propio ritmo.