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En el nombre del padre, del hijo, del espíritu santo, amen.

Ofrezcamos al señor en este (…..) día de este novenario por el descanso


del alma de nuestro hermano(a) n……, confiados en la palabra del señor.
“yo os aseguro que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra
para pedir, algo sea lo que fuere, lo conseguirán de mi padre que está
en los cielos”. Pidamos por nuestro (a) hermano(a), y por todos
nosotros pecadores.
Al conmemorar el (….) día de la muerte de tu hijo(a) n……., te pedimos
señor, que derrames sobre el (ella) tu misericordia y le concedas
participar del premio de tus elegidos. Por cristo nuestro señor. Amen.
Hermanos vamos a dar inicio a este novenario, en la que vamos a
acompañar a nuestro hermana (…..) recordemos las palabras de san
pablo ; “nosotros no tenemos aquí nuestra patria , venidera, es decir
que estamos aquí solo de paso , no vamos a vivir para siempre en este
mundo, nuestra patria verdadera es otra,; Es el paraíso . Por lo tanto
tenemos que vivir en este mundo, pensando que un día lo vamos a
dejar todo.

Salves
Dios te salve maría santísima hija de dios padre virgen purísima antes
del parto en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines
y el alma de n., y las de todos los fieles difuntos, para que las salves,
llena eres........
Dios te salve maría santísima madre de dios hijo, virgen purísima en el
parto en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la
alientes y el alma de n., y la de todos los fieles difuntos, para que las
salves, llena eres de......

Dios te salve maría santísima esposa de dios espíritu santo virgen


purísima después del parto, en tus manos encomendamos nuestra
caridad para que la inflames con el fuego de tu divino amor y el alma de
n., y la de todos los fieles difuntos, para que las salves, llena eres de.....
Dios te salve maría santísima templo y trono de la santísima trinidad,
virgen concebida sin la culpa original danos tu luz danos tu fuerza,
danos tu bendición y humildemente té cantaremos. Dios te salve reina y
madre, madre de misericordia...

Señor dios, que nos dejaste las señales de tu pasión dolorosa en la


sábana santa en la cual fue envuelto tu cuerpo santísimo, cuando por
José fuiste bajado de la cruz, concédenos ¡oh piadosísimo señor, que por
tu muerte y sepultura santa, y los dolores y angustias de tu santísima
madre, señora nuestra, sean llevadas el alma de tu hijo(a) y las de
todos los fieles difuntos a la gloria de tu resurrección, a donde vives y
reinas en unidad del espíritu santo, por todos los siglos de los siglos,
amen.

¡Dios mío! vos té habéis llevado a la persona que más amaba en este
mundo, me habéis privado de ella para siempre, pero pues vos lo habéis
dispuesto de esta suerte, cúmplase en todo vuestra santísima voluntad,
así sobre ella como sobre mí. El grande consuelo que me queda es que
vos la habéis recibido en el seno de vuestra misericordia, y que os
dignareis un día de unirme con ella. si la entera satisfacción de sus
pecados le detiene aun en las penas sin que haya ido a unirse con vos,
yo os ofrezco por ellas todas mis oraciones y mis buenas obras, y más
principalmente mi resignación en el sentimiento de su perdida; haced
señor que esta resignación sea entera y digna de vos.
¡Arbitro supremo de nuestra suerte, y dueño absoluto de nuestro
destino! disponed soberanamente de nosotros y de nuestros días. No
somos de nosotros mismos sino de ti señor, no habéis hecho sino tomar
lo que té pertenecía y nos habías prestado por algún tiempo. Sean
benditas y adoradas las disposiciones de vuestra providencia.
Esta muerte que me hace derramar tantas lagrimas debe producir un
efecto más sólido y saludable; ella misma me advierte que me llegara
mi hora y que debo de prepararme, sin dilación todos los instantes de
mi vida; haced ¡oh dios! de bondad que cuando llegue mi último
momento, me encuentre en estado de poder presentarme delante de ti,
y de reunirme con la persona que he perdido, para bendecirte y alabarte
eternamente con ella, amen.

Señor acepta la plegaria que te presentamos por nuestro(a) hermano(a)


y has que por sus sufrimientos y fatigas de esta vida reciba el premio
eterno que mereció, por Jesucristo, nuestro señor, amen.

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