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El 13 % de la población mundial no tiene acceso a la electricidad.

Garantizar que todas las


personas podamos disponer de energía es fundamental para el desarrollo. Pero no todo vale:
es importante que trabajemos para que la energía que utilizamos sea sostenible y no
contaminante. De esto dependerá enormemente que podamos cumplir con el resto de
Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y de ahí la importancia del ODS 7.

Durante décadas hemos utilizado combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas
para producir electricidad. Al quemar estos recursos para procesarlos, su alto contenido en
carbono ha producido -y aún lo hace- enormes cantidades de gases de efecto invernadero.
Estos gases influyen en el cambio climático y en el bienestar de todas las personas, sobre
todo de aquellas más desprotegidas (casualmente coinciden con las que menos gases
emiten).

Más de 3000 millones de personas en el mundo cocinan con combustibles altamente


contaminantes y tecnologías poco eficientes. Más de la mitad se encuentran en África
subsahariana. El ODS 7 busca proporcionar un acceso universal a servicios energéticos
asequibles, fiables y modernos. Afortunadamente, la situación ha ido mejorando en las
últimas décadas, gracias a un uso cada vez mayor de paneles solares, energía hidroeléctrica
y eólica. No obstante, el problema sigue lastrando el desarrollo y dañando gravemente al
planeta.

¿Qué hace falta para alcanzar el ODS 7?


Para que el ODS 7 se cumpla antes de 2030 es necesario cumplir una serie de requisitos y
acciones que te contamos a continuación:

• Aumentar el uso de energías renovables: por ejemplo, en el transporte o la calefacción,


pero también en industrias como la alimentación, responsable del 30% del consumo total de
energía en el mundo y de un 22% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero.

• Compromiso político y aumento de inversiones públicas y privadas en infraestructuras de


energía sostenible. Para 2030 deberíamos triplicar la inversión en esta partida a nivel
mundial.

• Consumir productos locales y de temporada, reduciendo así la huella ecológica derivada


del transporte.

• Utilizar medios de transporte públicos, sostenibles y poco contaminantes.

• Adaptar las viviendas para hacer uso de energías sostenibles, por ejemplo con paneles
solares.

• Impulsar programas educativos que enseñen a la infancia a descubrir la naturaleza,


respetarla y valorarla. Solo así nos aseguraremos de que los adultos del mañana tengan
clara la importancia de apostar por energías sostenibles. 
Energías no contaminantes, la mejor opción en la actualidad

En la actualidad, una de las, por eso es cada vez más común que se recurra a la utilización
de energías no contaminantes, es decir, de energía renovable.

La comúnmente llamada energía verde es la que se adquiere de diversas fuentes naturales


que se tienen como inagotables. Las energías no contaminantes que contienen es inmensa y
se renuevan por medios naturales. La energía eólica, geotérmica, hidroeléctrica, y solar, son
algunos ejemplos.

Las energías renovables y las no renovables


El fomento de las energías renovables y tecnologías emergentes es un aspecto que se
aborda en la que se generan a partir de fuentes naturales. Pueden reemplazarse en una
escala de tiempo relativamente corta. Las no renovables provienen de recursos que no son
reemplazados o son reemplazados muy lentamente por procesos naturales.

Sin embargo, a pesar de ser elementos limitados hoy en día en el mundo, la energía fósil,
que no es renovable, es la que más se ocupa. Ya sea en su forma líquida (el petróleo), de
gas (el gas natural) o sólida (el carbón).

Si bien en un primer momento la energía no renovable fue una buena opción. Dado que sus
moléculas tienen enlaces de alta energía. En el presente, se ha visto que no sólo hay un
creciente problema en cuanto a las cantidades existentes en el planeta. Y que se consideran
alcanzaran para unos 40 años más, sino que estas, además, son contaminantes.

ya que su modo de obtención o la forma en la que se utiliza no genera subproductos que


afecten negativamente al medio ambiente. A diferencia de los plásticos y polímeros que se
acumulan dañando gravemente a diversos ecosistemas.

Tipos de energías no contaminantes


Entre las energías no contaminantes está la hidráulica, la cual tiene su fundamento en la
energía potencial. Se va acumulando por los saltos de agua y cuyo fin es transformarse en
energía eléctrica.

Las centrales hidroeléctricas se encargan de aprovechar la energía de los ríos. La


recaudación de esta se traduce en un 15 % o más del total de la electricidad de algunas
ciudades del mundo.

Este método es uno de los más importantes, cuantitativamente, dentro de las energías
permanentes. Fuera de ser una fuente energética limpia y natural. Su obtención no depende
de un coste de combustible extra para su funcionamiento. Sólo es necesaria la
infraestructura para aprovechar el potencial de este recurso natural.
Por otro lado, en cuanto a la energía solar térmica, esta consiste en recoger la energía del
sol. Mediante paneles solares y tomar el calor, para destinarlo a satisfacer diferentes
necesidades. Por ejemplo, una de las más empleadas es la utilizada para obtener agua
caliente. Ya sea para los hogares o para empresas e industrias.

Otro de sus usos consiste en dar calefacción, y quienes más lo ocupan son hoteles, colegios,
fábricas e incluso conjuntos residenciales. Además, por su eficiencia se puede trasladar al
medio de la agricultura. Esta energía, se puede aplicar a los invernaderos solares. Les
proporcionará una mejora tanto en sus cosechas como en su calidad y cantidad en el
producto.

Ventajas de las energías no contaminantes


Asimismo, gracias a la energía solar, se puede obtener también energía eléctrica. Incluso,
no es necesario el conformarse con la radiación directa, es posible obtener elementos
aprovechables de la radiación difusa.

Es por eso que una de sus ventajas, es que se puede obtener la energía en el lugar en el que
se le requiere. Eliminando así la necesidad de transporte el cual contamina el medio
ambiente.

En resumen, al utilizar este tipo de energía se reduce el uso convencional hasta un 25 %.


Por eso, es cada vez más común ver que las nuevas viviendas son construidas para
adecuarse a las tecnologías de la actualidad. Descartan la quema de combustibles fósiles y
el daño ambiental.

Ahora bien, otra de las energías verdes muy empleada es la eólica. Se obtiene mediante la
fuerza del viento.

Lo común es que se ocupen turbinas eólicas para que la energía cinética provocada por el
viento se convierta en energía eléctrica. Al igual que las anteriores es una energía limpia.
Hasta ahora, es la menos costosa en producir. Razón por la cual, es notable el actual
crecimiento de los parques eólicos y la investigación para averiguar sus diversas
aplicaciones.

El ahorro energético se está tomando cada vez más en cuenta para mitigar los efectos
negativos de lo que era el consumo irresponsable de las décadas anteriores.

Los ejemplos antes presentados de los tipos de energías no contaminantes, nos demuestran
que haya una eficiencia energética capaz de obtenerse fuera de los combustibles fósiles,
pero sí que es realmente amigable con el medio ambiente. De seguir con este camino
alternativo que nos brindan estas tecnologías podremos tener una oportunidad de un mejor
futuro, estudiando.

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